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La cantidad de horas de sueño necesarias varía según la persona y cambia a lo largo del
ciclo de vida.
SUEÑO EN NIÑOS:
1 año: El sueño total es de 14 – 15 horas y se consolida un largo período de sueño
nocturno de 10 a 12 horas. La latencia de sueño es de entre 15-30 minutos.
2-5 años: Los niños durmiendo más de 12 horas y un 10 % durmiendo menos de 9.5
horas
5-10 años: Durante estos años, los niños duermen de 10 horas de sueño durante la
noche.
Pilar C. Psicología del desarrollo humano del nacimiento a la vejez [Internet]. Madrid; Gamma; 2011 abr. [citado el 8
de oct. de 2016.]
REGLAS PARA BUENOS HÁBITOS DEL SUEÑO
1. Establece un horario de sueño regular
4.Evita el sedentarismo.
5. No abusar de la siesta
Prada, R. (1994). Terapia a su alcance: Psicología y profesiones (Tercera ed.). Bogota, Colombia: San Pablo
REGLAS PARA BUENOS HÁBITOS DEL SUEÑO
1. Mantener siempre una misma rutina, intentado
levantarse y acostarse siempre a la misma hora,
incluyendo los fines de semana.
Pilar C. Psicología del desarrollo humano del nacimiento a la vejez [Internet]. Madrid; Gamma; 2011 abr. [citado el 8 de
oct. de 2016.]
EL SUEÑO EN LA ADOLESCENCIA
La hora de dormir en la adolescencia
parece atrasarse cada vez más, y también
la hora de levantarse... Es que, en esta
etapa de la vida los patrones de sueño y
vigilia se alteran.
Todos los jóvenes, en esta etapa del
desarrollo, deberían descansar un mínimo
de 9 y media a 10 horas diarias para
reponer energías, poder rendir al día
siguiente, y sobre todo para cumplir con
los procesos biológicos que sólo tienen
lugar durante el sueño, la preparación para
la actividad, la regeneración neuronal y la
secreción de hormona del crecimiento.
Más de la mitad de nuestros adolescentes
no llega a este horario, y duermen el 20%
menos (o menos aún) durante la semana.
Es como si cada semana, de lunes a Garrido landívar, J. Atención educativa al
alumnado. Chile, 2011
viernes, perdieran una noche entera de
descanso.
EL SUEÑO EN LA ADOLESCENCIA
Prada, R. (1994). Terapia a su alcance: Psicología y profesiones (Tercera ed.). Bogota, Colombia: San Pablo
EL SUEÑO EN LA ADOLESCENCIA
En promedio, los
adolescentes necesitan entre
ocho y nueve horas y media
de sueño para rendir bien en
todas sus actividades.
Lamentablemente, muchos
de ellos no alcanzan a dormir
esta cantidad de tiempo tan
necesaria para su rutina y su
salud.
Pilar C. Psicología del desarrollo humano del nacimiento a la vejez [Internet]. Madrid; Gamma; 2011 abr. [citado el 8 de
oct. de 2016.]
Prevención de los Problemas de Sueño en la Adolescencia
Establezca reglas respecto a la hora de dormir. Ir a la cama a la misma hora todas las
noches puede facilitar que su hijo adolescente se relaje y se quede dormido.
Establezca una hora para ir a la cama para su hijo, y para usted, y asegúrese de
cumplirla.
Limite las actividades nocturnas. Ponga atención a la cantidad de noches que su hijo
permanece en la escuela hasta tarde o sale con sus amigos. Considere limitar la
cantidad de noches entre semana que su hijo está fuera de casa más allá de la hora
de la cena.
Ofrezca ayuda con los deberes escolares. Hable con los adolescentes acerca de su
carga de trabajo escolar en clase y en casa. Si tienen un semestre pesado, ayúdelos a
programar sus deberes escolares y limitar otras actividades. Asegúrese que sus hijos
cuenten con un lugar agradable y silencioso para estudiar.
Prada, R. (1994). Terapia a su alcance: Psicología y profesiones (Tercera ed.). Bogota, Colombia: San Pablo
Prevención de los Problemas de Sueño en la Adolescencia
• Recomendar la realización de horarios regulares. ¡Incluso los fines de semana!
• Exposición a luz intensa por la mañana. Les ayuda a adelantar la fase de sueño.
• Evitar las actividades de alerta (estudio, videojuego...) una hora antes de dormir
Pilar C. Psicología del desarrollo humano del nacimiento a la vejez [Internet]. Madrid; Gamma; 2011 abr. [citado el 8 de
oct. de 2016.]
INSOMNIO INFANTIL
• Las necesidades de sueño varían
considerablemente. No hay un patrón de sueño
homogéneo y lo que necesita un niño no tiene
porque ser aplicable a otro. Sin embargo, si le
cuesta regularmente conciliar el sueño o
mantenerlo a lo largo de la noche o si se encuentra
cansado y soñoliento durante el día, se debe
sospechar la existencia de un problema de sueño o
de los hábitos que conducen a éste.
Insomnio pediátrico: Algunas causas médicas de
insomnio infantil
Alergias: Los niños afectados dormirán de modo fragmentado e interrumpido.
Dolores: Las otitis y los cólicos son muy frecuentes en los niños. Cualquier cuadro que
produzca dolor, molestia o fiebre nocturna interrumpirá el sueño nocturno. Si el cuadro
se cronifica, con el tiempo se suele haber condicionado malos hábitos de sueño en e
niño, que pueden persistir pese a la desaparición del dolor, probablemente por
desajustes en el ritmo de sueño y por la adquisición de malos hábitos.
Enuresis: Es probable que la enuresis sea el más estresante de los trastornos de
sueño para el niño, ya que no solamente es una fuente de pérdida de sueño, sino
también de vergüenza. Se considera que existe enuresis cuándo a los cinco años de
edad no existe aún control sobre el esfínter de la vejiga.
Enfermedades crónicas: En principio, cualquier enfermedad crónica es susceptible de
causar alteraciones persistentes del sueño. Trastornos tales como dolores de cabeza,
asma, diabetes mellitus, reflujo gastroesofágico o crisis epilépticas pueden alterar e
sueño de quién lo padece. El problema de insomnio puede ser una consecuencia
directa del problema, del tratamiento, o de la ansiedad generada por la enfermedad. Por
todo esto, es conveniente que como primera medida el niño sea sometido a un examen
médico lo más completo posible por parte de su pediatra.
Medicamentos: Cualquier medicamento puede llegar a alterar el sueño. Medicamentos
relativamente inocuos que son prescritos para tratar enfermedades agudas o crónicas
pueden llegar a perturbar el sueño.
Prada, R. (1994). Terapia a su alcance: Psicología y profesiones (Tercera ed.). Bogota, Colombia: San Pablo
INSOMNIO INFANTIL
Este tipo de problemáticas se debe principalmente a que hay deficiencias en la
higiene del sueño y un mal manejo del ambiente que los rodea a la hora de dormir
Esto quiere decir que los niños desde que nacen deben ser educados en sus
hábitos de sueño, comida, descanso. Pero sucedería que, muchas veces los padres,
en vez de encausar el descanso, los estimulan o bien, realizan una serie de actos
repetitivos ante su negativa de dormir, que con el tiempo van modelando los
“malos hábitos”, que son consentidos y reforzados por los propios padres.
Pilar C. Psicología del desarrollo humano del nacimiento a la vejez [Internet]. Madrid; Gamma; 2011 abr. [citado el 8 de
oct. de 2016.]
INSOMNIO INFATIL
• A partir de los 6 meses, se considera que un niño
sufre insomnio si al menos dos veces por semana
necesita más de 45 minutos para quedarse
dormido, o si se despierta totalmente al menos una
vez por semana, durante la noche, sin poder
dormirse de nuevo.
TIPOS DE INSOMNIO INFANTIL
INSOMNIO DEBIDO A HÁBITOS INCORRECTOS
-Es el más frecuente en niños pequeños. Se estima que alrededor del 30%
de la población infantil lo sufriría en algún grado.
-Con cierta frecuencia, muchos padres suelen explicar que el niño nunca ha
dormido bien y que desde el primer día han existido numerosos episodios
de despertares nocturnos además de dificultad para que el niño inicie el
sueño sólo.
-En este tipo de casos es muy habitual que el origen del problema se deba a
la adquisición de hábitos adquiridos, consentidos y reforzados por los
propios padres o, en su defecto, por los cuidadores de turno.
También hay que valorar los factores mantenedores del problema tales
como los malos hábitos de sueño (dormir demasiado, fuera de las horas,
con cambios frecuentes en la hora de acostarse y levantarse, actividades
incompatibles con el sueño, consumo de estimulantes, siestas durante el
día, etc.).