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ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO Y

CIENCIAS POLÍTICAS
VI CICLO ACADÉMICO

Derecho Procesal Civil I

DOCENTE: WILBER VALDIVIA GAMBOA


UNIDAD DE APRENDIZAJE I
El proceso civil lo concebimos como una serie de
actos procesales que son desarrollados en forma
ordenada y progresiva, con el fin de resolver un
conflicto de intereses o eliminar una incertidumbre
con relevancia jurídica, que se ha sometido al
conocimiento y decisión de un juez, como titular de
la decisión.
Por ello, la idea del proceso civil, siendo
necesariamente teleológica, no es una simple
secuencia de actos procesales, sino que persigue la
decisión del conflicto de intereses o de la incertidumbre
con relevancia jurídica mediante una resolución que
adquiere la autoridad de cosa juzgada.
Es decir, cuando el proceso civil no culmina en la cosa
juzgada, simplemente es solo procedimiento.
El proceso civil siendo instrumento eficaz para
resolver los conflictos de intereses o para eliminar las
incertidumbres con relevancia jurídica, solo se
promueve a iniciativa de parte, la que debe acreditar
interés y legitimidad para obrar, salvo las excepciones
del caso.
Arts. III y IV del T.P. del C.P.C.
El proceso civil presenta distintas etapas, donde la
etapa de la postulación es la más importante del mismo,
por ella transita todo justiciable que reclama tutela
jurisdiccional, sin excepción alguna.
En la etapa comentada las reglas son comunes para
todos los procesos civiles.
Todo proceso civil tiene una actividad procesal, compuesta
por actos procesales del juez y por actos procesales de las
partes, donde el juzgador tiene el rol principal.
Los actos procesales están sujetos al cumplimiento de
ciertas formas impuestas por ley, las cuales son necesarias
para que todo acto procesal tenga efectos dentro del
proceso.
Los actos procesales del juzgador son los que se
manifiesta mediante las resoluciones y las actuaciones
judiciales.
Los actos procesales de las partes son los que se
manifiesta mediante los escritos, donde el principal de
ellos es la demanda que da inicio al proceso.
Nuestra legislación procesal civil, adoptando la teoría de
la relación jurídica, concibe el proceso civil como
relación jurídica, porque en éste se produce la
vinculación entre juez, demandante y demandado,
actuando para conseguir un mismo fin.
juez, demandante y demandado = sujetos de la relación
jurídica procesal
La relación jurídica procesal es la vinculación que se
origina en el proceso civil entre los sujetos
lntervinientes en el mismo y que estando regida por
normas de orden público busca solucionar un
conflicto de intereses.
Esa relación jurídica procesal genera derechos y
obligaciones para cada uno de los intervinientes en el
proceso civil.
Cada interviniente en el proceso civil cumple su propia
función, pero siempre con una finalidad común,
constituida por la aplicación del Derecho sustantivo, esto
es persiguiendo la actuación de la ley.
Cabalmente, partiendo de la teoría de la relación
jurídica se desprende una serie de principios
procesales gobernantes del Derecho procesal civil en
general, pues se trata de los principios en que se
nutre y sustenta todo nuestro sistema procesal civil.
teoría de la relación jurídica = teoría relacionista
El demandante y el demandado son las partes del
proceso civil, es decir, son las partes procesales,
cuya intervención en el proceso, se realiza
planteando ante el órgano jurisdiccional sus propias
pretensiones que son materia de controversia, para
que se resuelva ese conflicto de intereses.
demandante y demandado = partes procesales
La parte demandante como la parte demandada,
puede estar constituida por una persona o por más
personas.
Igualmente, la parte demandante como la parte
demandada, puede estar constituida por una persona
natural o por una persona jurídica, como también por
ambas a la vez.
Eventualmente, un tercero puede
ser considerado como parte en un
proceso. El tercero puede
integrarse al proceso de diferentes
formas: por mutuo propio, por
pedido de alguna de las partes o
por decisión del juez.
El tercero puede participar en el proceso civil en cuanto
tenga interés, para que su interés sea legitimado, dicho
interés deberá ser económico o moral, según lo
dispuesto en el Art. VI del T.P. del C.C.
Cuando es admitido en el proceso civil, el tercero o
interviniente toma el nombre de tercero legitimado.
Lo acotado en forma
antecedente, sobre
demandante y demandado,
resulta aplicable cuando
se trata de los procesos
contenciosos, es decir en
los procesos donde existe
litis.
Cuando se trata de los procesos no contenciosos,
donde el conflicto de intereses se encuentra ausente,
por lo menos al momento de iniciarlos, solo existe un
solicitante recurriendo al órgano jurisdiccional, para
conseguir la solución a una incertidumbre con
relevancia jurídica.
Es decir, en estos procesos no contenciosos, al menos
inicialmente, no existe los sujetos procesales llamados
demandante y demandado, justamente, porque no hay
ninguna controversia sometida al Poder Judicial para su
solución.
Sin embargo, ante la eventualidad de surgir oposición
u otro acto que ponga en tela de juicio lo pretendido
en cualquiera de los procesos no contenciosos, dará
lugar al surgimiento de una litis, por ende a la
presencia de los sujetos procesales mencionados:
demandante y demandado.
Entonces, ante cualquier supuesto de conflicto de
intereses o de incertidumbre con relevancia jurídica,
existiendo el propósito de resolver tales supuestos, no
hay otro camino que acudir al Estado mediante el Poder
Judicial, para que se produzca la actuación del mismo,
ejerciendo la función jurisdiccional a través de los
organismos establecidos.
Curaduría Procesal
Está regulada dentro de la figura procesal de la sucesión
procesal. Art.. 108-Incs. 1 y 2 del C.P.C.
Por la sucesión procesal un sujeto ocupa el lugar de otro
en un proceso, al reemplazarlo como titular activo o
pasivo del derecho discutido en el mismo.
Fallecida una persona que es parte en un proceso en
trámite, es reemplazada por su sucesor, quien deberá
integrarse al proceso en el plazo de 30 días de su
notificación, bajo apercibimiento de nombrarse curador
procesal, designado a pedido de parte.
Art. 108-Inc. 1 del C.P.C.
Extinguida o fusionada una persona jurídica, sus
sucesores son los llamados a integrarse al proceso en
el plazo de 30 días de su notificación, bajo
apercibimiento de nombrarse curador procesal,
designado a pedido de parte. Art. 108 – Inc. 2 del C.P.C.
Durante los 30 días aludidos se
suspende el proceso, el mismo
que proseguirá luego de haber
vencido dicho plazo con el
sucesor procesal o con el curador
procesal, según sea el caso.
En ambas situaciones, si el proceso continua su
trámite, sin haber comparecido el sucesor procesal o
nombrado un curador procesal, se incurre en causal
de nulidad insubsanable, pues no es legal continuar un
proceso cuando una de las partes a perdido la
titularidad del derecho discutido en el proceso, al
haberse presentado cualquiera de los supuestos
previstos en el Art.108-Incs. 1 y 2 del C.P.C.
Intervención de Terceros en el Proceso
Acorde a lo explicitado y conforme al esquema básico del
proceso, el demandante y el demandado son las partes
del proceso, es decir son los litigantes.
Sin embargo y eventualmente, también se puede
considerar como parte del proceso al tercero.
Tercero es aquel que al momento de entablarse la
relación jurídica procesal no tiene la calidad de parte, por
no ser demandante ni demandado.
Es decir, el tercero puede ser integrado al proceso
después de iniciado el mismo.
La intervención de terceros en el proceso constituye una
institución procesal, regulada desde el Art. 97 hasta el Art.
101 y en el Art. 107 del C.P.C., acorde a su naturaleza
jurídica, está vinculada a la institución procesal de la
acumulación subjetiva sucesiva, tal como lo veremos al
estudiar la acumulación.
Formas de Integración del Tercero al Proceso
Existe diferentes formas por las que se puede
producir la integración del tercero al proceso: cuando
el tercero lo solicita de mutuo propio, cuando es
propuesto por alguna de las partes o cuando el juez
por decisión dispone su integración al proceso.
El tercero puede participar en el
proceso civil en cuanto tenga interés,
para que su interés sea legitimado,
dicho interés deberá ser económico o
moral, según lo dispuesto en el Art. VI
del T.P. del C.C.
Cuando el tercero o interviniente es admitido en el
proceso civil, toma el nombre de tercero legitimado.
El auto que resuelve la incorporación de un tercero
en el proceso es inimpugnable, conforme se infiere de
lo dispuesto en el 2do. párrafo del Art. 101 del C.P.C.
Entonces y conforme a lo precitado, es factible que
también se pueda considerar como parte procesal a un
tercero dentro de un proceso en curso, cuando éste
acredite legítimo interés económico o moral respecto de
lo debatido en el proceso.
La solicitud del tercero, para ser incorporado al proceso,
debe observar las formalidades y los requisitos que son
exigibles para la demanda en lo que fuera aplicable.
Consiguientemente, la solicitud del tercero debe cumplir
con satisfacer los requisitos de forma y los requisitos de
fondo, así como las formalidades legales que se establece
en los Arts. 130, 424, 425, 427 y otros del C.P.C.
Los requisitos y las formalidades legales de la referencia,
son contenidos conceptuales del siguiente curso de
Derecho Procesal Civil, por eso nos relevamos de su
tratamiento.
Clases de Intervención de Terceros en el Proceso
La norma procesal civil considera varias clases de
intervención de terceros en el proceso: intervención
coadyuvante, intervención litisconsorcial, intervención
excluyente principal e intervención excluyente de
propiedad.

.
Dichas figuras procesales las debemos vincular con
la denuncia civil, regulada en el Art. 102 del C.P.C.,
pues la misma también significa la incorporación de
un tercero al proceso ante propuesta del
demandado.
Cada uno de los terceros mencionados tiene diferente
interés. Ergo, los distintos tipos de terceros son distingibles
en función al interés que tenga cada uno de ellos.
Entonces, el interés que tenga el tercero para su
incorporación al proceso, puede ser propio, compartido
con cualquiera de las partes o puede ser para que se le
reconozca su derecho en oposición a los litigantes.
La admisión de la intervención de los terceros dentro
del proceso varía según el tipo de los mismos.
 Para la intervención coadyuvante y para la
intervención litisconsorcial puede ser incluso durante
el trámite en segunda instancia.
 Parala intervención excluyente principal puede ser
hasta antes que se emita sentencia de primera
instancia.
 Para la intervención excluyente de propiedad,
considerando que debe hacerse valer mediante
tercería, rige lo siguiente:
Tercería de propiedad, puede ser interpuesta en
cualquier momento antes que se inicie el remate del
bien. Tercería de derecho preferente de pago antes
que se realice el pago al acreedor.
Para finalizar, el juez, aplicando la figura procesal de la
extromisión, excepcionalmente y en cualquier
momento, por resolución debidamente motivada,
puede separar del proceso a un tercero legitimado, al
considerar que el derecho o interés que lo legitimaba a
desaparecido o por haber comprobado su inexistencia.
Art. 107 del C.P.C.
El Estado como parte en un Proceso Civil
El Estado también puede tener la calidad de parte en
un proceso civil. Cuando interviene en el mismo se
somete al Poder Judicial, estando prohibido de ejercer
injerencia que distorsione la dinámica procesal y el
sentido de la sentencia.
Interviene en igualdad con cualquier ciudadano
litigante, sin más privilegios que los señalados por ley.
Tales privilegios los encontramos establecidos en los
Arts. 413, 614 y 616 del C.P.C. e igualmente en el Art.
49- Inc. 4 de la L.O.P.J., donde respectivamente el
Estado queda eximido de la condena en costas y
costos, exceptuado de prestar contracautela y de ser
afectado por medidas cautelares para futura ejecución
forzada.
Como también cuando se establece que la competencia
en los juicios civiles contra el Estado corresponde a los
jueces civiles de las provincias sede del respectivo
distrito judicial.
Todo lo acotado, estando regulado en el Art. 59 del
C.P.C. , también rige para las dependencias del Estado,
las empresas públicas y las empresas privadas con
participación económica determinante del Estado.
Cuando el Estado es parte en un proceso civil, como
demandante o demandado, su representación y defensa
estará a cargo de la Procuraduría Pública competente.
También cualquier entidad del Estado puede actuar
mediante su representante judicial, debidamente
autorizado por norma legal.
Deberes y Responsabilidades de las Partes y de sus
Apoderados así como de sus Abogados
Abogado, es el profesional conocedor del Derecho, que
cuando se dedica a patrocinar juicios se le conoce
como defensor, cuando es hombre de consejo y
consulta se le llama jurisconsulto y cuando es erudito en
Derecho se le denomina jurista.
Apoderado, es la persona que interviene en un proceso
representando a una de las partes del mismo, conforme
al poder que le ha sido otorgado por escritura pública o
por acta ante el juez del proceso. A dicho apoderado se
le denomina apoderado judicial.
Cuando una de las partes confiere poder, para ser
representada en un proceso, ejercita la facultad de la
representación judicial voluntaria.
La parte que otorga poder, como poderdante, debe tener
capacidad para comparecer por sí al proceso y disponer
de los derechos que en él son discutidos. Asimismo, el
apoderado judicial debe tener capacidad para
comparecer por sí en un proceso.
El poder, para su eficacia procesal no requiere estar
inscrito en los Registros Públicos.
Los deberes y responsabilidades de las partes y de sus
abogados así como de sus apoderados, son principios-
deberes que se les establece en el Art. 109 del C.P.C. en
su condición de intervinientes en el proceso civil.
Es decir, el comportamiento de esos intervinientes debe
ceñirse a los principios éticos de veracidad, probidad y
lealtad.
Los principios de veracidad, probidad y lealtad son
conformantes del principio de la buena fe procesal.
El principio de la buena fe procesal, siendo un concepto
jurídico indeterminado, es la conducta aceptada como
válida para la sociedad y exigible a los intervinientes en
un proceso jurisdiccional, tal como es la naturaleza de
un proceso civil.
En ese sentido, el no actuar con temeridad dentro del
proceso, el guardar el debido respeto al juez, como a los
auxiliares de justicia y a las partes como también a sus
abogados, el acatar las órdenes del juzgador y el prestar
diligente colaboración en las actuaciones judiciales, son
situaciones por las que se pone de manifiesto el principio
de la buena fe procesal en el proceso civil, como proceso
jurisdiccional.
Las partes, sus abogados, sus apoderados y los terceros
legitimados, que fueran generadores de perjuicios por su
actuación procesal temeraria o de mala fe, serán
pasibles de responsabilidad civil, previo el respectivo
juicio, ejercitado por el dañado con arreglo a ley.
Dentro del proceso, el juez que haya comprobado una
actuación procesal temeraria o de mala fe, impondrá una
multa al causante.
Representación Procesal
Esta institución del Derecho procesal civil está legislada
para tutelar los derechos de las personas naturales que
por sí mismas están impedidas de ejercerlos dentro de
un proceso civil, porque son menores de edad o porque
pese a ser mayores de edad están incursos en causales
de incapacidad absoluta o relativa.
También existe dicha institución para que un ente
abstracto como una persona jurídica o el patrimonio
autónomo, así como la propia sociedad conyugal,
teniendo capacidad de ejercicio, pueda manifestar su
voluntad y por ende hacer valer sus derechos en el
proceso civil en la forma prevista por ley.
La institución tratada, conforme está normada en
nuestro cuerpo civil adjetivo, se refiere a la
representación legal más no así a la representación
voluntaria de diferentes sujetos de derecho dentro de un
proceso civil.
Arts. 63, 64, 65, 66 y 67 del C.P.C.
Arts.146 y 292 del C.C.
La representación legal, tiene su
origen en la ley, pues ella es la
que señala quién debe
representar en el seno de un
proceso civil a los sujetos de
derecho antes mencionados, para
la cautela de sus intereses.
La representación voluntaria, tiene su origen en la
voluntad del representado, que teniendo capacidad
para comparecer directamente en un proceso civil,
decide que otra persona la represente en el mismo,
confiriendo el respectivo poder, que puede ser por acta
o por escritura pública.
En ese sentido, se trata los supuestos de
representación procesal siguientes:

• Representación procesal de los menores de edad


• Representación procesal de los incapaces mayores
de edad
• Representación procesal de la persona jurídica
• Representación procesal del patrimonio autónomo
y de la sociedad conyugal
• Representación procesal de las personas jurídicas
extranjeras.
Representantes Procesales para cada Supuesto

 Para los menores de edad; cuando están


sometidos a la patria potestad, los representantes
son sus padres en ejercicio de la patria potestad,
mientras cuando no están sometidos a la patria
potestad, los representantes son los tutores en
ejercicio de la tutela.
 Para los incapaces mayores de edad; cuando
están sometidos a interdicción, los representantes
son los curadores en ejercicio de la curatela.
• Representación procesal del patrimonio autónomo;
puede ser representado por cualquiera de sus
partícipes, cuando tiene la calidad de demandante.
Mientras, cuando tiene la condición de demandado, la
representación recae en la totalidad de sus
conformantes.
Existe patrimonio autónomo cuando dos o más
personas tienen un derecho o interés común
respecto de un bien, sin constituir una persona
jurídica.
La sociedad conyugal es el patrimonio autónomo por
excelencia, sin que sea el único que se pueda incluir
en la definición de patrimonio autónomo.
• Para la sociedad conyugal; cuando la misma es
demandante, puede ser representada por cualquiera
de los cónyuges, mientras cuando ella es demandada
la representación recae en la totalidad de sus
conformantes, sin perjuicio de que uno de los
cónyuges pueda otorgarle poder al otro, para que
represente de manera total o parcial a la sociedad
conyugal en la condición de demandada.
Es decir, la representación de la sociedad conyugal,
puede también dar lugar a una representación
voluntaria, pues se permite la representación entre
cónyuges.
La fuente normativa de la representación de la
sociedad conyugal la encontramos en los Arts. 146 y
292 del C.C. , así como en el Art. 65 del C.P.C.
Asimismo, cabe tenerse presente que la
representación de la sociedad conyugal, solo opera
cuando los cónyuges están dentro del régimen de la
sociedad de gananciales, más no así cuando se ha
optado por el régimen de la separación de
patrimonios.
• Para la persona jurídica; la
representación es ejercida por
cualquiera de sus órganos, que
puede ser la gerencia, como
también por alguna persona
física, designada en función a
su norma estatutaria.
• Para las personas jurídicas extranjeras; rige la
misma regulación señalada para las personas
jurídicas nacionales, salvo convenio internacional o
disposición legal en contrario.
Téngase presente que nos estamos refiriendo a las
personas jurídicas extranjeras con actividad en el
Perú.
Acumulación
Es la institución procesal que explica la naturaleza de
aquellos procesos en los que existe la presencia de más
de una pretensión o más de dos personas. 1er. párrafo del
Art. 83 del C.P.C.
Su fundamento radica en la economía procesal y en la
necesidad de evitar decisiones judiciales contradictorias,
es decir, tiene doble fundamento.
Está regulada desde el Art. 83 hasta el Art. 91 del C.P.C.
Por la definición acotada, inferimos dos clases de
acumulación: acumulación objetiva y acumulación subjetiva.
La acumulación objetiva es cuando existe más de una
pretensión en un proceso.
La acumulación subjetiva es cuando existe más de dos
personas en un proceso.
La acumulación objetiva tiene dos sub-clases: originaria
y sucesiva.
La acumulación subjetiva tiene dos sub-clases: originaria
y sucesiva.
Toda clase o sub-clase de acumulación, según sea el
caso, cuenta con el fundamento que las sustenta. Estas
dos sub-clases, son en función a la oportunidad en que
se les formula.
Originaria
Objetiva
Sucesiva

Acumulación
Originaria
Subjetiva
Sucesiva
La acumulación objetiva originaria, es cuando la
acumulación se plantea en la misma demanda o en la
ampliación de ella.
La acumulación objetiva sucesiva, es cuando la
acumulación se plantea después de iniciado el
proceso, es decir después de notificada la demanda o
su ampliación.
La acumulación subjetiva originaria, es cuando la
demanda es interpuesta por varios demandantes o
dirigida contra varios demandados.
La acumulación subjetiva sucesiva, es cuando un tercero
legitimado incorpora nuevas pretensiones, como también,
cuando dos o más pretensiones intentadas en procesos
autónomos son reunidas en un proceso único.
Nuestra norma civil adjetiva señala los requisitos para la
procedencia de ambas acumulaciones, objetiva y
subjetiva.
Estos requisitos los encontramos respectivamente en los
Arts. 85 y 86 del C.P.C.
Sin embargo, para algunos de estos requisitos se
establece ciertas excepciones.
Para conocer tales requisitos estudiaremos en la clase los
artículos precitados, igualmente, algunas de las
excepciones aludidas, como por ejemplo las contenidas
en los Arts. 85-Inc. 2, 483 y 602 del C.P.C.
Es decir, el estudio de los requisitos mencionados debe
hacerse en forma concordada.
Algunos supuestos de Acumulación
Cuando en una sola demanda se plantea como pretensiones
la resolución de contrato más la indemnización por daños y
perjuicios: acumulación objetiva.
Cuando en una sola demanda sobre responsabilidad civil se
emplaza al conductor de una vehículo así como al propietario
del mismo y a la aseguradora: acumulación subjetiva.
La legislación precitada,
según muchos juristas
nacionales, ha recibido
múltiples criticas, pues se
considera que es perturbadora
y que induce a error, además
de ser confusa.
Dicha critica, se funda en que no es correcto hablar de
acumulación en base a la pluralidad de partes, pues lo
que realmente se acumula en un proceso no son
personas sino objetos, esto es pretensiones.
Ergo, no basta la pluralidad de partes para que estemos
ante un auténtico fenómeno de acumulación.
Igualmente, esa misma critica, se sustenta en que la
regulación comentada no permite distinguir fácilmente
cuáles condiciones y requisitos se precisa para una
acumulación originaria y cuáles para una acumulación
sucesiva.
Por tanto, esa carencia, genera relevantes consecuencias
sobre la funcionalidad del fenómeno acumulativo.
Ministerio Público en el Proceso Civil
El Ministerio Público, dentro del proceso civil,
acorde a lo dispuesto en el Art. 113 del C.P.C.,
ejerce las atribuciones siguientes:
1. Como parte
2. Como tercero con interés, cuando la ley dispone
que sea citado.
3. Como dictaminador.
Como parte, está facultado para participar en el
proceso civil en los supuestos normados en los Arts.
63, 120, 254, 275, 460, 516 y 583 del C.C., así como
en los Arts. 481, 574, 583, 827 y 830 del C.P.C.
Por ejemplo y dentro de todas esas facultades,
contempladas en los artículos aludidos, puede promover
la acción de nulidad del matrimonio, solicitar la
interdicción de un incapaz, pedir la tutela de un menor
de edad, promover procesos de sucesión intestada
cuando se trate de incapaces sin representación legal,
intervenir en los procesos de separación convencional y
divorcio ulterior, etc.
Como tercero con interés, interviene para vigilar el
cumplimiento en la aplicación de las normas de carácter
sustantivo y procesal . Esta participación la hace en
representación de la sociedad.
Actúa como tercero con interés, cuando en la ley se
establece que debe ser citado.
El Ministerio Público tiene que ser citado, por imperio
de la ley, en el proceso de adopción-constitución de
patrimonio familiar-comprobación de testamentos
militar, marítimo y aéreo-sucesión intestada y en los
proceso no contenciosos.
La base normativa de lo precitado la encontramos en
los Arts. 759,781, 798, 825 y 835 del C.P.C.
Como dictaminador, interviene emitiendo dictamen, es
decir, opinando sobre un determinado asunto, en vía de
ilustración al órgano jurisdiccional.
El dictamen debe estar debidamente fundamentado. Se
emite después de la actuación de los medios probatorios
y antes de expedirse sentencia, salvo en el supuesto del
Art. 512 del C.P.C., donde se emite antes de proveerse la
demanda, sobre la procedencia de la misma.
Emite dictamen en los casos considerados en los Arts.
507, 508 y 512 del C.P.C, referidos a los procesos de
títulos supletorios, prescripción adquisitiva,
rectificación de área o linderos, responsabilidad civil
de jueces y cuando se ignora o desconoce el domicilio
de un demandado en los procesos de rectificación de
áreas o linderos de predios rústicos.
En los proceso de títulos supletorios, prescripción
adquisitiva y rectificación de área o linderos, cuando el
dictamen es contrario a la pretensión y pese a ello el
juez ampara la pretensión, debe elevarse en consulta la
decisión a la instancia superior, para su aprobación o
desaprobación.
Consecuentemente, la participación del Ministerio
Público en el proceso civil, sea como parte, tercero con
interés cuando la ley dispone su citación o como
dictaminador, está expresamente regulada en forma
respectiva por la norma civil sustantiva y/o por la norma
civil adjetiva.

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