La muerte fracaso de una misión • Jesús había anunciado la liberación de todo aquello que oprimía la existencia humana: el dolor, el odio, el pecado y, finalmente, la muerte. • Pero ahora con su había llegado su muerte. • «¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?» (Me 15, 34). La muerte había terminada con la fe
• La huida de los Apóstoles (Mc 14,
50), • la frustración de los discípulos de Emaús (Lc 24, 21) y • el miedo a los judíos (Jn 20, 19) Pero qué fue lo que sucedió … Pablo habla de la victoria sobre la muerte de una forma triunfante e irónica: • ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? • ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?» (1 Cor 15, 54b-55). • Si no hubiera resucitado, «vana sería nuestra fe» y «seríamos los más desgraciados de los hombres» (1 Cor 15, 14-19). • Si Cristo no hubiera resucitado entonces… «comamos y bebamos, que mañana moriremos» (1 Cor 15, 32), Cuáles son las pruebas ¿La tumba vacía? • Pero en lugar de provocar fe, tal hecho dio origen al miedo, al espanto y al temblor, de tal suerte que las mujeres «salieron huyendo del sepulcro» (Mc 16, 8; Mt 28, 8; cf Lc 24, 4-8). • El mismo hecho fue interpretado por María Magdalena en el sentido de que había sido robado el cuerpo del Señor (Jn 20, 2, 13, 15). • Para los discípulos, no pasa de ser una beatería de las mujeres (Lc 24, 11, 22-24, 34). Las apariciones de Cristo, origen de la fe en la Resurrección • Los texto más antiguos 1 Cor 15, 3b-5 y de Hech 3, 15.
• Es difícil determinar históricamente
cuántas fueron esas apariciones, en qué lugar exacto se produjeron y quiénes fueron sus destinatarios.
• El texto literariamente más antiguo (1 Cor
15, 5-8, de entre los años 54-57) nos da cuenta de 5 apariciones del Señor vivo. ¿Cómo era Jesús resucitado?
• Se describen como una presencia real y carnal de Jesús, el cual come,
camina con los suyos, permite ser tocado y oído, y dialoga con ellos.
• Su presencia es tan real que se le puede confundir con un caminante,
un jardinero o un pescador. Junto a esto, hay una serie de extraños fenómenos: aparece y desaparece; atraviesa las paredes. ¿Jesús murió por nuestros pecados? • La maldad, el legalismo y el odio de los hombres le habían arrastrado hasta la cruz, aun cuando lo hicieran en nombre de la ley sagrada y del orden establecido.
• Con su muerte, injustamente
infligida, Dios había vuelto su rostro (suplicante) hacia los pecadores, invitándolos (rogándoles) a la comunión con El.