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Conflicto de procedimientos

• En una empresa excesivamente burocratizada, pueden surgir problemas con los


procedimientos establecidos. A veces cuando no está claro el mecanismo que hay
que seguir para atender una queja, o cuando llega un nuevo colaborador a la
empresa, se origina un principio de confusión que se suele solucionar con
voluntarismo, buenas intenciones o decisiones rápidas, improvisadas
Conflictos de jerarquía

• Con frecuencia los “puenteos” entre colaboradores y supervisores organizativos


dan lugar a ese tipo de conflictos jerárquicos. El reparto de funciones y la
especificación de las mismas en los perfiles del puesto a veces no se lleva a cabo
con el acuerdo de todos los interesados. Sumado a ello, la necesidad de tomar
decisiones urgentes en ausencia del responsable jerárquico de las mismas, o la
toma de decisiones por parte de un supervisor que, al menos en primera
instancia, correspondería al nivel inferior, provocan que afloren en la empresa
conflictos jerárquicos
Conflictos de conocimientos

• Cuando la persona no cuenta con los conocimientos necesarios para desarrollar la


tarea, pueden originarse conflictos de diversos signos: desde la frustración por no
saber, o no haber sido formado, hasta la irrupción de otros colaboradores” más
listos” y que, sin que la tarea les corresponda orgánicamente, se erijan en
salvadores de la situación. Los conocimientos requeridos para el desempeño del
puesto de trabajo están en relación directa con la formación. Si, a la hora de
establecer los perfiles del puesto de trabajo, se trabajan estos con rigor, se evitará
en el futuro la aparición de este problema.
Conflictos tecnológicos

• La digitalización en la empresa así como las sucesivas actualizaciones


de los programas informáticos, originan una necesidad de puesta al
día. Por ello, la empresa debe minimizar permanentemente el desfase
tecnológico.
Conflictos de habilidades sociales

• Las capacidades o habilidades sociales de los colaboradores son un factor esencial


para una relación interpersonal fluida y positiva. Algunas personas deberían mejorar
sustancialmente su capacidad de escucha, su asertividad, su forma de decir las
cosas, de pedir favores, de dirigirse a sus compañeros. Las organizaciones deben ser
sensibles ante la carencia de estas habilidades, sobre todo por parte de sus
directivos y personas claves. Una persona que sabe comunicarse con el resto, no
sólo supone un activo humano valioso, sino que puede actuar como modelador de
conductas entre sus compañeros y colaboradores.
Conflictos grupales

• Los equipos de trabajo, departamentos, grupos humanos, establecen


también sus propias relaciones con el entorno. En este apartado se
encuentran los conflictos interdepartamentales, pero sólo como una
parte de todos los que pueden aparecer por el simple hecho de
pertenecer a un grupo.
Conflictos personales
• Las personas de la organización arrastran sus problemas vitales.
Desde los problemas conyugales y familiares, a los agravios
retributivos, pasando por la incomodidad en el puesto de trabajo,
sentimientos de culpa, y otros problemas relacionados con el
psiquismo humano, los conflictos personales entran en una esfera de
difícil, no imposible, resolución por parte de la organización.

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