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El Costumbrismo

Romántico
El Costumbrismo
Romántico
 Género Literario que tratará de imitar la realidad y
reproducir la realidad observada y al hombre tal y
como es, sus distintos tipos y sus situaciones

 Dos posturas frente a las costumbres: tratar de


reformarlas (ideología liberal), tratar de preservarlas
(ideología moderada).

 El Costumbrismo español aparece como necesidad de


CORREGIR y centrar las imágenes falsas que los
extranjeros tienen de España, algo que ya había
comenzando en el siglo XVIII y que se agravó durante
la Guerra de la Independencia y el Romanticismo.
El Costumbrismo
Romántico
 El Costumbrismo VA A TRATAR DE PRESERVAR LAS
COSTUMBRES. Va a centrarse EN LO POPULAR, EN
AQUELLO QUE RESISTE CON MÁS FUERZA LOS EMBATES
DE LA MODERNIDAD Y LAS MODAS. Según el
Romanticismo en el pueblo estaban las esencias
nacionales; la burguesía era igual en todas las ciudades
de Europa.

 El costumbrismo retrató lo próximo, lo provinciano, lo


urbano y rural, se exaltó LO NACIONAL frente a lo
EXTRANJERIZANTE, afianzándose un punto de vista
CASTIZO como ya había ocurrido en el siglo XVIII.

 Esta revalorización del pueblo, propia de la visión del


Romanticismo, se pone de manifiesto en el interés por
las formas de arte popular: romances, canciones, bailes,
cuentos, etc. recogidos en colecciones.
El Costumbrismo
Romántico
 En estas recopilaciones ocuparán lugar
destacado temas y figuras costumbristas de
condición andaluza: el bandolero, el majo, la
gitana, el torero, etc.

 Será durante la década de los 30 a los 40


cuando quede perfilado el andalucismo como
fenómeno, como defensa de lo autóctono y
castizo frente a la amenaza de lo extranjero
El Costumbrismo
Romántico
 La imagen costumbrista de Andalucía se divulgará
a través de distintos géneros literarios:

 El artículo de Costumbres
 La poesía
 El teatro
 La zarzuela
 La novela costumbrista
 Los libros de viajes de los turistas extranjeros
El Artículo de

Costumbres
Desde 1822 podemos rastrear la existencia de
artículos de costumbres, por ejemplo, los de
Mesonero Romanos en Mis ratos perdidos.

 Mesonero Romanos junto a Larra y Estébanez


Calderón serán los creadores y principales
cultivadores de este género.

 Será en 1835 cuando se produzca la eclosión


del género. Mesonero Romanos publica
Panorama Matritense; entre 1836 y 1842
aparece Escenas matritenses; y en 1836 funda
la importante colección El Semanario Pintoresco
Español que perdurará hasta 1857.
El Artículo de
Costumbres
 La visión de Mesonero Romanos más centrada en
Madrid encontró su réplica andaluza en Estébanez
Calderón, en sus Escenas andaluzas (1846)
 Frente a Mesonero y Calderón, representantes de un
costumbrismo conservador y castizo, Larra representa
la visión liberal, el costumbrismo como crítica de las
costumbres.
 El movimiento costumbrista alcanzó su punto
culminante en 1843 con la publicación de la colección
Los españoles pintados por sí mismos.
La Poesía costumbrista
 El costumbrismo romántico también llegó a
impregnar otros géneros como la Poesía.

 En 1841 apareció la obra de Tomás Rodríguez Rubí,


Poesías andaluzas, cruce entre la poesía, el
costumbrismo y el andalucismo. La obra de Rubí
tiene el interés en presentar ya también toda la
tipología andaluza del costumbrismo romántico.
El teatro: El género
andaluz
 Desde 1839 y hasta 1875
es perceptible la
existencia de un teatro
popular, protagonizado
por tipos andaluces, en los
que la música y el baile
cobran especial
relevancia.

 En muchos aspectos,
estas obras teatrales El Tío Caniyitas (1849)
están muy emparentadas
con las zarzuelas.
La zarzuela
 Con El novio y el concierto (1839), con
libreto de Bretón de los Herreros y
música de Basilio Basili inicia su
andadura la zarzuela española.

 Desde 1839 hasta 1847 el peso del


andalucismo en la zarzuela será
definitivo. A partir de esas fechas y
por espacio de una década, Madrid se
sumará a Andalucía en la
configuración de la imagen española.

Bretón de los Herreros


La novela costumbrista
 En 1849 Fernán Caballero publica La
gaviota que marca el inicio de la novela
de costumbres. Fernán Caballero
propone la creación de este género que
no existe en España.
 Uno de los personajes de la novela
asegura que debería escribirse una
novela de costumbres de cada provincia
española. Eso es lo que se hará
posteriormente con cierta novela
realista y la novela regionalista: Pereda,
Palacio Valdés, Blasco Ibáñez, etc.
 A comienzos del siglo XX iniciaría su
andadura la novela regionalista
andaluza, muy influida por la novelística
de Juan Valera.
La novela taurina
 El torero a pie había aparecido en la literatura
especialmente en el mundo de los majos de los sainetes
del siglo XVII.
 El arranque de la novela taurina, sin embargo, va a tener
a los románticos franceses como creadores del género.
Se trata de la duquesa de Abrantes que escribirá El
torero (Scènes de la vie spagnole, 1836). Posteriormente,
la Carmen (1845), de Mérimée que, sin ser novela
taurina, concede cierto protagonismo al picador –mayor
será el protagonismo del torero de la ópera de Bizet-;
finalmente, La maja y el torero (1847) de T. Gautier.
Los Españoles pintados por
sí mismos (1843-44)
 Fue una obra colectiva que se publicó entre
1843 y 1844, apareciendo primero por
entregas. Contó con 50 colaboradores que se
hicieron cargo de un poco más de 100 tipos.
En esta obra las ilustraciones contaron con
un lugar destacado.

 Los Españoles pintados por sí mismos


nacieron del influjo exterior.
 Corregir la imagen más o menos deformada
que los extranjeros habían estado dando
sobre España

 Deudora de la serie que se había hecho


primero en Inglaterra desde 1838 con el
título Heads of the People: or Portriats of the
English, que en Francia originó Les français
peints par eux mêmes, terminada en 1842,
en el que participaron autores de renombre
como Balzac, Gautier, Gérard de Nerval o
Charles Nodier.
Los Españoles pintados por
sí mismos (1843-44)
• La idea del prologuista era establecer las costumbres
y los tipos peculiares de España, en peligro de
extinción por el avance de las costumbres
extranjeras en nuestro país:
• “Nuestras viejas costumbres –escribe el prologuista-
están trocadas, tan desconocidas hoy, merced no
sólo a las revoluciones y trastornos políticos, sino
también al espíritu de extranjerismo que hace años
nos avasalla, y que no hace abandonar desde el
vestido hasta el carácter puro español”, que desea
fijar los “tipos originales que aún conservamos”.
Los Españoles pintados por
sí mismos (1843-44)
• En 1851 se reeditó la obra, escribiéndose un nuevo
prólogo, repitiéndose las mismas ideas, pero dejando
claro que desde 1843 hasta 1851 había empeorado
las cosas por efecto del exterior:

• “Ningún otro pueblo ciertamente merecía tanto el ser


pintado como el español, porque ningún otro es tan
variado en sus tipos, ni tan original. ¿Dónde hallaríais
a un torero?, ¿dónde un gitano como el español?, ¿un
contrabandista como el andaluz?, ¿una manola como
la madrileña? En ninguna parte; y si hubiéramos
tardado algo más en pintarnos, ni en España mismo,
porque la sociedad entera se está rejuveneciendo y
la moda francesa nos ha ido desanudando pieza por
pieza para vestirnos al instable capricho de ese
pueblo”.
Los Españoles pintados por
sí mismos (1843-44)
 El prologuista exterioriza además una idea antigua
que se afianzó durante los siglos XVIII y XIX, cual es
que el ser castizo de España se encuentra acorralado
en ciertas zonas de Andalucía y Madrid.
 los tipos mayoría de la clase media y a menudo
urbanos. De 98 tipos, solo 13 son rurales, y dentro de
los urbanos, casi todos de la clase media, 42.
Prácticamente, todos ellos relacionados con el mundo
de la administración del Estado, con los círculos
financieros y los eclesiásticos, además de un grupo de
tipos literarios y psicológicos.
 Vocación urbana y centralista; se ha gestado el
proyecto desde Madrid y se dirigirse a un lector
urbano.
Los Españoles pintados por
sí mismos (1843-44)
• Los Españoles pintados por sí mismos pretende
contrarrestar la imagen tópica de España dada por los
extranjeros, pero su imagen va a ser tópica

• De Andalucía se destacan: el bandolero, el


contrabandista, la cigarrera, el torero, la gitana o la maja.
Todos ellos, tipos andaluces. Y es que Andalucía en esa
época ya se ha convertido en la geografía de lo castizo.

• Tipos andaluces sólo de Sevilla, Cádiz y Málaga. Parece


que la esencia del carácter nacional está en estas tres
ciudades. De los 13 tipos provincianos que aparecen, 11
son andaluces, y de éstos, ocho urbanos y tres de
ambientes más o menos marginales y rurales: el
buhonero, el bandolero y el contrabandista.
Tipología andaluza
 En la colección Los Españoles
pintados por sí mismos
(1843-44) se destacarían una
serie de tipos literarios
andaluces que acabarían
llegando al cine a principios
de siglo, convirtiéndose en
representativo de lo andaluz
y en protagonistas de los
distintos géneros:

Imagen de “El Torero”en Los


 El torero Españoles pintados por sí
mismos (1843-44).
Los Españoles pintados por
sí mismos (1843-44)
 “El torero”, de Tomás Rodríguez Rubí.
 El andalucismo va a encarnarse en el
torero: “En España, dice Rodríguez Rubí,
el torero es una planta indígena, un tipo
esencialmente nacional; (...) el torero
siempre es andaluz; es cualidad
indispensable (...) con ser andaluz se
adelanta la mitad del camino”, y por eso
los que no lo son los primero que hacen
es adoptar el traje de los andaluces, su
jerga técnica, sus modos.
Tipología andaluza

 La gitana

Imagen de “La gitana”en Los


Españoles pintados por sí
mismos (1843-44).
Los Españoles pintados por
sí mismos (1843-44)
 “La gitana”, Sebastián Herrero, andaluz
 Los modelos pintorescos, lo español, son los toreros y
los gitanos, porque en el caso de estos sus costumbres
no han cambiado, permaneciendo inalterables al paso
del tiempo, o sea, a los embates de la modernidad:
 “He aquí, lector amigo, cómo la civilización no ha
variado las costumbres de los gitanos, y cómo pasan las
revoluciones sobre su cabeza sin arrancarle ni un solo
cabello”. Despúes, insiste en la idea general de la serie,
de la pérdida de los tipos y cómo éstos se hallan en la
figura de “La gitana”:
Los Españoles pintados por
sí mismos (1843-44)
 “Merced a los muchos trastornos que los españoles hemos
sufrido, nuestros tipos se hallan averiados, y se necesitan ojos de
lince y un enorme catalejo para descubrir nuestras peregrinas
costumbres populares entre las insulsas costumbres extranjeras,
y nuestros antiguos caracteres entre los caracteres de hoy. Sólo
una raza, despreciada siempre por las otras razas y perseguida
siempre por nuestras mismas leyes, ha conservado su primitiva
originalidad, sin que el tiempo, que todo lo arrasa en su violenta
carrera, haya podido despojarla de uno solo de sus hábitos, de
una sola de sus costumbres”. Para Herrero, “los gitanos son
impermeables, sin que les haga mella las revoluciones ni los
descortece esa arrogante matrona llamada civilización”.
Precisamente, por este motivo conservador o conservacionista, el
autor dedica varios párrafos a reivindicar a los gitanos de su
postración y ostracismo.
Tipología andaluza
 El contrabandista

Imagen de “El Contrabandista”en


Los Españoles pintados por sí
mismos (1843-44).
Los Españoles pintados por
sí mismos (1843-44)
 “El contrabadista”, de Juan Juárez
 Si el torero era o debía parecer andaluz,
el contrabandista, por excelencia
también. Esta hecho se explica por
razones históricas, aunque no
absolutamente pues en Aragón,
Cataluña, en Valencia y La Mancha eran
frecuentes. En el artículo se señala que
el centro de operaciones es Gibraltar
(también saldrá en Carmen).
Tipología andaluza
 El bandolero

Imagen de “El bandolero”en Los


Españoles pintados por sí
mismos (1843-44).
Los Españoles pintados por
sí mismos (1843-44)
 “El bandolero”, de Bonifacio Gómez
 Parecido es el acercamiento a “El bandolero”. Ambos
autores trazan la historia o carrera delictiva de sus
protagonistas, desde los pequeños hurtos hasta las
salidas al camino (bandolero) o las negociaciones con
mercancías para defraudar a la hacienda pública
(contrabandista). Ambos colaboradores establecen el
indiscutible andalucismo de sus figuras.
 Lo más interesante es que destacan la componente
moral de estos tipos. El contrabandista es valiente,
religioso, socorre al infeliz, es buen padre de familia y
buen marido; al igual que el bandolero, a la que añade la
lealtad.
Tipología andaluza
 La Maja

Imagen de “La Maja”en Los


Españoles pintados por sí mismos
(1843-44).
Tipología andaluza
 La Cigarrera

Imagen de “La Cigarrera”en Los


Españoles pintados por sí mismos
(1843-44).
El Artículo de
Costumbres
 De 1836 a 1857, El
Semanario Pintoresco
Español fue la
publicación más
importante costumbrista,
que tendría vigencia
durante todo el siglo, a Estébanez
Calderón
través de sus
continuaciones, El Museo
Universal y La Ilustración
Española y Americana.
El Semanario Pintoresco
Español (1836-1857)
 El Semanario Pintoresco, como la ya citada colección
Los españoles pintados por sí mismos, pretendió servir
de corrección de la mirada de los viajeros extranjeros.
 Sin embargo, la imagen de Andalucía, contra lo que
pudiera pensarse en un principio no es excesivamente
abundante en la colección. Dentro del apartado de
“España pintoresca y monumental”, que suele contar
con unas 40 entradas por año, rara vez pasan de dos
los localizados en Andalucía. Dentro de ellos, hay una
manifiesta preferencia por los de origen árabe.
El Semanario Pintoresco
Español (1836-1857)
 Los títulos dedicados a glosar unas escenas o unos tipos
en consonancia con lo que la literatura popular y
casticista impuso como localizables en ambiente andaluz,
o los rescatados como propios de Andalucía por los
viajeros extranjeros, apenas pasan de una docena: “El
Jaque de Andalucía” (1838); “La Feria de Mairena” y “Un
contrabando en Sevilla”, en 1839; “Corrida de toros en
Sevilla”, “Procesión del Corpus en Sevilla”, “El Morillo
(biografía de un contrabandista malagueño), “Curra, o la
guapa de Triana”, en 1841; “Una romería de la Virgen de
la Sierra”, de 1842; “De Jerez a Cádiz: el ajuste de la
caleza”, en 1843; “La andaluza y la manola”, en 1848; y
“Un viaje al Puerto de Santa María”, de 1853.
El Semanario Pintoresco
Español (1836-1857)

 Artículos sobre la mujer andaluza

 “De la mujer del pueblo andaluz”,


A. de Bellido
 La andaluza y la manola, J.
Jiménez Serrano
“De la mujer del pueblo
andaluz”, Semanario
Pintoresco Español
 “El que quiera saber los puntos que calza la virtud
de las hembras del pueblo andaluz, que se atreva a
tocarle a una de éstas en el pelo de la ropa y verá lo
que es bueno…Desgraciado el que llega a mirar a
una andaluza sin vocación para casado; porque se
casa como tres y dos son cinco a despecho de su
voluntad, después de haberle ella cazado con el
imán de sus ojos, de la manera que se cazan los
gorriones en el país con liga.
 La mujer del pueblo es en Andalucía el tipo más
lindo y gracioso, tanto en su organización física
como en sus facultades morales
“De la mujer del pueblo
andaluz”, Semanario
Pintoresco Español

 Retrato físico: “Generalmente es de una estatura


proporcionada, ancha de hombros, estrecha de
cintura, pie y mano pequeña, formas bellas y de
buen desarrollo, pecho pronunciado, cuello
redondo, facciones delicadas, cabeza regular,
pelo negro y tez morena y luciente. Sos ojos
también generalmente son negros como el ala
del cuervo, y derraman un fluido magnético al
que es imposible resistirse.”
“De la mujer del pueblo
andaluz”, Semanario

Pintoresco Español
Retrato moral: “El corazón de estas mujeres es bondadoso, franco, noble, leal y
tierno; pero si las contrarian violentamente sus instintos, puede llegar a ser
malo; porque es demasiado susceptible, y esta clase de naturalezas pasan
fácilmente de un extremo al otro. Su cabeza es de fuego, y se enciende con la
misma facilidad que su corazón, siendo con frecuencia éste el motivo que
mueran muchas abrasadas de amor en la hermosa primavera de su vida. SON
JOVIALES, DECIDORAS, CHISTOSAS Y DE GRAN PENETRACIÓN Y MALICIA;
DESINTERESADAS EN TODAS SUS AFECCIONES. Como esposa es constante,
porque se casa por inclinación; y como madre, cariñosa, tierna y apasionada
hasta donde la pluma no puede llegar. Es trabajadora, aseada, celosa y una
altiva y orgullosa de su fama. De nada se asusta y habla sin rebozo de todas las
cosas, sin que se ofenda por picantes que sean las alusiones que la dirijan; no
hay cuidado que se haga cruces, ni se enfade por la libertad y demasía del
lenguaje. EN NO ATENTANDO A SU HONRA, TODO LO ESCUCHA Y A TODO
RESPONDE CON UNA GRACIA Y UNA OPORTUNIDAD INCONCEDIBLES. SUS
DICHOS, SUS COMPARACIONES Y SUS AGUDEZAS ESTÁN LLENAS DE GRACIA Y
DE INGENIO; y los que no son hijos del país, o no las comprenden bien, o no las
saben apreciar.
“De la mujer del pueblo
andaluz”, Semanario
 Ejemplo: Pintoresco
Buñolera requerida por unEspañol
soldado que tiene la nariz
dividida por una cuchillada:
 “-¡Jesú!... ¿Cómo quie osté que yo lo quiera si tienen esas narises
como un romance?
 - ¿En qué se parecen mis narices a un romance?
 - Señó, en que tienen primera y segunda parte”

 “A pesar de tener muchos la idea de que los andaluces mienten a


troche y moche, debemos decir en honor a la justicia, que quizás y
sin quizás no hay otros más verdaderos; porque el distintivo de su
carácter es la franqueza. La causa que sostiene tan absurda opinión
es la de sus GRACIOSAS EXAGERACIONES, en las cuales, si bien se
analizaran, descubre el más miope al través de sus galas la verdad.”

 “En resumen, al mujer del pueblo andaluz es bella, graciosa, tierna,


leal, franca, sincera, cariñosa, alegre, sagaz, benéfica, viva y pródiga
en demasía”
“La andaluza y la manola”, J.
Jiménez Serrano, Semanario
Pintoresco Español (1848)
 “La manola se distingue por su fiereza y
libertad de andares, mientras que la
andaluza destila toda miel rosada y
voluptuosidad aérea, con sus puntas y
collar de afectación e hipocresía.
 La una es franca, resuelta, oro puro sin
labrar; la otra, tímida, recelosa, con visos
de niña mimada, falsa como el similor.
 Ambas son pintorescas en el estilo de la
conversación, decidora de chistes, prontas
y fáciles en la epigramática réplica. Pero la
manola es punzante, desgarrada,
fanfarrona y, y muy dada a resolver con
las manos cuestiones que trabaron las
palabras; la andaluza gusta de buscar lo
ridículo de su antagonista, de acosarla con
su palabrería inagotable y sus graciosas
muletillas y retruécanos.”
“La andaluza y la manola”, J.
Jiménez Serrano, Semanario

Pintoresco Español
“Por lo franca y ostentosa gusta la hija
(1848)
buena y de padres criados en el Lavapiés y
en Maravillas, de las giras de campo, de los
toros de buena casta, sin importársele un
bledo del día de mañana… La que nació
bajo el sol de Andalucía, cede al estímulo
de la juventud y se engalana y baila con
delirio; mas pretende acercarse a los
señores y pugna y se empeña por saltar la
barrera que de la gente acaudalada la
separa. Por eso recibe con gusto obsequios
de los usías. La manola les desprecia.
Testigo de sus miserias, les tiene a poco, a
pesar de sus oropeles; sabiendo su
debilidad los escarnece; y si alguna vez cae
subyugada por el amor, que todas las
clases iguala, se encuentra como
humillada, cuando por reina se tiene en
siendo igual a su amante.
“La andaluza y la manola”, J.
Jiménez Serrano, Semanario

Pintoresco Español (1848)
“Y, pues de amores hablamos, henos aquí en el punto
en que más se diferencian nuestras dos heroínas: la
manola es desinteresada; la más de las veces
mantiene a su amante. Desprecia las hablillas y cifra
su orgullo en adorar, con toda la energía salvaje de su
corazón violento, a la persona que le entró por las
puertas del alma y el gusto. La andaluza dice que en
el tomar no hay engaño, y envidia a la vecina que luce
las galas compradas a costa de la honra.
 A los mimos de una andaluza no hay hombre de carne
y hueso, aunque vista saco y cilicio, que no arríe
bandera y se entregue como un corderito manso. Si
estáis serio y cejijunto, llorará, gritará, os rodeará de
ardientes caricias… y al fin tendréis que sonreíros o
que conmoveros, y luego… caeréis en su seno
seducidos por su coquetería, embriagados por el
magnetismo de sus ojos…
“La andaluza y la manola”, J.
Jiménez Serrano, Semanario

Pintoresco Español (1848)
“La manola, por el contrario, es sombría en su
pena y se conmueve su alma profundamente; se
mostrará tan altiva, si en la riña razón llevase, que
os maltratará en su delirio; y tan humilde y
arrepentida si os ofendió, que, sacando del
delantal rizado la navaja del golpetillo, dirá
abriéndola con aire resuelto y llena de ira contra sí
propia: “¡Toma, mátame!”
 La andaluza es una esclava de su amante; la
manola una reina. Pero, como Isabel la Católica,
suele ésta trabajar para vestir a su señor; mientras
que la otra se contenta, a lo más, como orientales,
en divertir a su señor.
 El marido es bárbaro y les pega. Pues bien, la
andaluza llora; la manola riñe…
 En una batalla de cuerpo a cuerpo, la manola
defiende a su amante con el valor de una
amazona, tal vez apoderándose de la navaja
ensangrentada que ya es inútil en la desfallecida
mano de su querido; la andaluza, llorosa, gritando,
se contenta con demandar socorro y poner su
pecho delante del pecho de su prenda adorada”
“La andaluza y la manola”, J.
Jiménez Serrano, Semanario

Pintoresco Español (1848)
“En el valor tiene relevantes cualidades la manola: tenaz,
vengantiva, cruel, se enardece a la vista del enemigo y se
embriaga viendo correr la sangre; pelea, anima con su grito
a los combatientes, y acaba con los caídos y los
escarnece…
 En el cantar y bailar la andaluza es una sílfide y una
sirena… ¡Qué gorjeos y qué canela y clavo en todo lo que
canta acompañada por la guitarra malagueña o en el tenor
gaditano!... ¡Las negras tristezas y las penillas de amores,
cómo las modula en la melancólica y oriental rondeña, en
el polo, en las cañas compuestas para encarcelados, en los
perezosos compases del punto de la habana o en los
salvajes gritos del tango…¡Cómo se mete, en lo más hondo
del corazón y lo ablanda y lo baña de almíbar cuando sale
por el fandanguillo de Cádiz, la alicantina y otras mil
tonadas amorosas y de ley!
 En esto, la manola se queda muy atrás… En el baile
también prefieren las de por acá las rudas mudanzas de los
montañeses de Aragón, las brincadoras seguidillas..”
“La andaluza y la manola”, J.
Jiménez Serrano, Semanario

Pintoresco
Indumentaria
Español (1848)
 “Quién al mirar los zapatos abotinados de la
manola, su mantilla de terciopelo caída, forrada de
duro tafetán, con abalorios y cadeneta; su pañuelo
ceñido a la cintura por las puntas, sus rizos
ensortijados detrás de la oreja, su pisar de tacón y
fuerte, su cabeza con orgullo enaltecida, su cutis
fresco y esclarecido, su nariz roma, su cara
redonda, sus ojos melados no asienta y testifica lo
que hemos dicho sobre su carácter fiero, su
franqueza, su descaro, su majencia?
 La andaluza pisa de puntilla, con el menudo pie
encerrado en cárcel de raso o de rusel, lleva el
pelo agrupado en las sienes, con lo que da más
realce a su color moreno, a su rostro ovalado;
prefiere la delgada franela y las blondas para su
mantilla, entre cuyos pliegues se oculta con la
coquetería de una morisca o una limeña; es más
fina de cabos, más trigueña, más rasgada de ojos.
“La andaluza y la manola”, J.
Jiménez Serrano, Semanario
Pintoresco Español (1848)
 Apostura
 “La una lleva los brazos en jarras o caídos
y sueltos, como quien aguarda la guerra;
la otra oculta sus manos entre la mantilla
y el delantal”.

 Resumen:
 “En fin, por todas partres y en todos los
accesorios se descubre que la una es de
aquellas razas que vinieron a regenerar el
mundo romano, mientras que la otra
participa de la molicie africana, de la
pereza de las Indias y sufre las influencias
de un clima que al amor y no la guerra
convida”.
Diferencias entre la manola y la
andaluza
MANOLA ANDALUZA
Mantilla de terciopelo forrada Mantilla de blonda
de tafetán
Indumenta Zapato abotinado Zapato de raso
ria Pañuelo ceñido a la cintura
Rizos detrás de la oreja Pelo agrupado en las sienes
Brazos en jarras o caídos Manos ocultas en la mantilla
Apostu
Fiereza y libertad de andares Voluptuosidad
ra
Conversación: decidora de Conversación: decidora de
Conversac chistes, prontas y fáciles en chistes, prontas y fáciles en
ión la réplica. la réplica.
Franca, resuelta Tímida, recelosa, Falsa
Punzante, desgarrada, Buscar lo ridículo, acosa
fanfarrona, dada a resolver con su palabrería
con las manos inagotable y sus graciosas
muletillas y retruécanos
Diferencias entre la manola y la
andaluza
MANOLA ANDALUZA
Defiende a su amante con la Llora y se pone delante
Amor navaja,
tenaz, vengativa, cruel
El marido le pega: Riñe El marido le pega: llora
Reina con su amante Esclava de su amante
Trabaja para vestir a su señor Deleita a su amante

Altiva y/o humilde Mimosa, coqueta, seductora

Desinteresada en el amor, Interesada, gusta de los


mantiene a su amante regalos
Desprecia a los usías Relación con los usías
Diversione
s Gusta de los toros
Baila la jota Canta y baila
Raza Le gustan fandanguillos de
Cádiz, cañas, polo, rondeñas…
Poesías andaluzas (1841)
 Tomás Rodríguez Rubí nació en 1817 en Málaga. En
1860 fue elegido Académico de la Lengua. En 1868 fue
nombrado Ministro de Ultramar. Con la Restauración
llegó a ser senador vitalicio. Fue uno de los iniciadores
de la llamada alta comedia, junto a Ventura de la Vega,
con El arte de hacer fortuna (1845), e influyó en la
transformación del drama histórico-romántico, que no
dejó de cultivarse a lo largo de todo el siglo. En 1850
obtuvo en este terreno su mayor éxito con Isabel la
Católica.
 Pero su etapa que más nos interesa es la primera, de
1840 hasta 1843 básicamente, que realizará un tipo de
literatura costumbrista andaluza.
Poesías andaluzas (1841)
 Colaboró, como ya se vio, en el artículo sobre “El
torero” de la colección Los españoles pintados por sí
mismos. Como escritor costumbrista participó también
en el Semanario Pintoresco Español, publicando
poemas entre 1838 y 1840, varios de los cuales
acabarán integrándose en su libro Poesías andaluzas
de 1841.
 Como autor teatral, fue responsable de bastantes
obras de tono costumbristas en esta primera época,
insertas en lo que se ha denominada el “género
andaluz”. Por ejemplo, Toros y cañas (1840), Las
simpatías o El cortijo del Cristo (1841), La venta de
Cárdenas (1842), La feria de Mairena (1843), Casada,
virgen y mártir (1843).
Poesías andaluzas (1841)
 EL BANDOLERO
 Es de los tipos con más protagonismo en las
Poesías andaluzas. En tres ocasiones es el
centro de estos relatos.
 Antecedentes literarios: El tipo se encuentra
ya en la literatura del Siglo de Oro (Tirso,
novela hagiográfica sobre San Pedro
Armengol, incluida en la miscelánea Deleitar
Aprovechando (1635)), pero alcanza una
marcada presencia en la literatura y pintura
regionales a mediados del XIX.
Poesías andaluzas (1841)
Al noble, al opulento
El paso les disputo,
Pase la luz y la impaciencia Y al fin juzgan tributo
mía, Si cruzan por aquí.
Venga la noche en su lugar Y todos me hacen rico,
aquí: Yo venzo al más valiente,
Llame quien quiera bienhechor Tan sólo el indigente
al día, Amparo encuentra en mí.
Yo quiero sombra, oscuridad Pase la luz y la impaciencia
sin fin. mía,
Errante por los cerros, Venga la noche en su lugar
Errante en la llanura, aquí:
Me lleva la ventura Llame quien quiera
Sin término tal vez. bienhechor al día,
En cambio, rey me llaman Yo quiero sombra, oscuridad
Del bosque y del camino... sin fin.
Si en este mi destino Con una mano generosa
Contento estoy con él. Reparto mi riqueza;
Pase la luz y la impaciencia Respeto la belleza
mía, Si implora mi poder.
Poesías andaluzas (1841)
Pase la luz y la impaciencia
¿Qué importa que a mi vida
mía,
el fin alguien procura?.
Venga la noche en su lugar
¿Qué importa?, mientras
aquí:
dure
Llame quien quiera bienhechor
tendré plata y salud.
al día,
Gocemos entre tanto
Yo quiero sombra, oscuridad
Que sigue su carrera
sin fin.
Y luego... cuando quiera
Venid a mi caverna,
Que venga el ataúd.
Veréis allí un tesoro;
Rodando tengo el oro
De perlas tengo un mar.
Y tanta maravilla,
Tan rica y esplendente,
Con ánimo valiente
Hallé en la oscuridad.
Pase la luz y la impaciencia
mía,
Poesías andaluzas (1841)
 La visita nocturna. Se basa esta composición en un cuadro de
Rafael Tejeo, que representa a un bandolero contemplando la
cabeza de otro de sus compañeros, colgada en mitad del camino.
A partir de la disposición de 1781, se debían “hacer cuartos” los
cuerpos ejecutados de los bandoleros, y ser expuestos en los
caminos públicos para escarmiento de los ladrones.
 Este poema de Rubí es una especie de elegía funeraria. Se
destacan las cualidades del ejecutado: buen cantaor, atento
galán, valiente y arrojado. En una segunda parte, se lleva a la
queja por la discriminación social que siente el bandolero. El
protagonista acusa a la sociedad de la falsa moral, porque
quienes juzgan a los bandoleros son los mismos que están
realizando multitud de transgresiones. El bandolero se queja de
su situación, y de que el resto de la sociedad roba con hipocresía:
Poesías andaluzas (1841)

“¿No veiz que zomos


jermanos?
Zi a tos los largos e manos
Ze ajorcara... Voto a Bríos
Que entonce, probes guzanos,
Os ajorcaran a tos.
Porque vozotros pecais
como un cualquiera jaría...
y aún con maz alevozía,
porque vozotros chorais
con mucha e la hiproquezía”
Poesías andaluzas (1841)
 EL JAQUE
 Aparece en dos poemas de protagonistas; en El jaque y en
Roque y Antón.
 Su antecedente literario más antiguo es el del “soldado
fanfarrón” que ya aparecía en als comedias romanas de
Plauto. Durante el siglo XVII, el jaque o bravo fue un tipo
muy conocido que aparecía en comedias y entremeses. Ya
vimos cómo especialmente en este Siglo, la figura del jaque
o del bravo va asociada a Andalucía, especialmente a
Sevilla, ciudad de la picaresca por excelencia. La tradición
de estos bravos sevillanos pasará al XIX, en los poemas y
comedias de Rubí o en las Escenas andaluzas de Estébanez
Calderón, como en Pulpete y Balbeja. Posteriormente, al
tipo como representante de lo andaluz se le pierda
bastante el rastro.
Poesías andaluzas (1841)
 El Jaque. Es la Historia de un jaque andaluz que quiere
vengarse de su antigua muchacha, casada con un
torero y paga a doce malhechores para que lo maten
cuando salga por la noche a echar un vistazo al
ganado. Creyéndolo muerto, aparece en mitad de la
fiesta de boda y, haciéndose pasar por el marido, le
pide la llave de la casa a la muchacha y penetra en el
interior. Cuando logra estar con la muchacha, aparece
el marido que no ha muerto; entonces el jaque
reacciona como un cobarde, demostrándose que es un
fanfarrón, y acaba lanzado por la ventana.
 En Roque y Antón. Dos jaques que se provocan,
insultan, pero que no llegan a reñir de verdad. Es justo
igual que Pulpete y Balbeja.
Poesías andaluzas (1841)
 EL MAJO
 Los majos proceden de toda la literatura de sainetes del
XVIII. En Rubí, comparten con los jaques algo de su
agresividad resuelta en cobardía, que no era ni mucho
menos el estereotipo en Ramón de la Cruz o González del
Castillo, aunque los había fanfarrones y cobardes.
 Este es el tipo que aparece en Un desengaño. Diálogo de
dos majos. Aquí uno de los majos pretende requerir de
amores a una muchacha, hasta que se entera, por el otro
majo, que está unida a un estudiante. A partir de ese
momento, el majo, muy en la línea de los jaques, rehuye
seguir intentando cortejar a la muchacha, para evitar el
posible enfrentamiento físico con el estudiante.
Poesías andaluzas (1841)
 EL MAJO
 Pero, es más frecuente la figura del majo que se
burla de la buena fe de la muchacha. Así, Votos y
Juramentos. Historia de un joven majo que flirtea
con una muchacha en el balcón, prometiéndole y
jurándole amor. Tras conseguir lo que quiere la
olvida. El padre de la muchacha va tras él y le exige
que cumpla su juramento. El majo, similar al jaque,
se porta como un cobarde y no osa enfrentarse al
padre, auténtico valentón y bravo, que utiliza una
jerga llena de gitanismos y voces de germanía.
Poesías andaluzas (1841)
 Cuadros de costumbres: la corrida, el Baile
y la Feria

 Son escenarios donde se desarrollan


numerosos cuadros de costumbres, entre
ellos los de Rubí. Al lado de jaques, majos
y bandoleros aparecen las diversiones más
populares del momento, en las que están
asociados otros tipos: Las corridas de
toros, los bailes y la Feria de Mairena del
Alcor.
Poesías andaluzas (1841)
 EL GITANO

 La venta del jaco. En la Feria de


Mairena del Alcor, unos trianeros
engañan a un hombre, vendiéndole un
rucio que está a punto de morir.
Poesías andaluzas (1841)
LA VENTA DEL JACO Y acaso el aire del campo
Es la feria de Mairena, Le alcanza lo que él no
Y ya se eleva el confuso pudo.
Hirviente sordo rumor Y todo apuesto a la vez,
De aquel portentoso mundo Y todo en breves minutos,
Que se revuelve en la vega Y alegres, desordenados
Girando siempre en tumulto. Desde el primero hasta el
Es bello ver desde un cerro último,
Tan animado concurso Divierte de tal manera
Que bulle, canta, alborota, Al que contempla en
Y delira cual ninguno conjunto
Haciendo trueques y ventas, Ya en la llanura los frutos,
Promesas y engaños muchos, Y en ruidosa bacanal
Sin que haya en unos cautela Girando do quiere el vulgo,
Ni en los otros disimulo. Que piensa que está en
Y en tan colosal estruendo Oriente
Oír el amante arrullo Y en algún mercado turco.
Del galán que en la ciudad Y vense también allí
Tal vez asediaba a un muro... Los por demás siempre
chuscos
Poesías andaluzas (1841)
Helos allí infatigables ¿Puez y los zojos?... no ez
Nunca faltos de recursos ná!...
Charlando como ellos solos zon senteyas... no hay más
Entre ganados sin número, ver!...
Elevando hasta las nubes miusté; con eza mirá
Ya la casta de los unos está isiendo zu poer.
Ya la bondad de los otros... ¿Y los piños?.... ¡Jezucristo!
Y en medio de todo, astutos Zon más blancos que el
Aprovechan la ocasión marfín...
Y hacer pasar sin escrúpulos, Y en jamáz aquí za visto
Como si fuera un babieca Un jaco con tanta clín.
A algún macilento rucio. ¿Lo quié usté ve caminá?
........................................ Lo mezmo zale que un
....................................... faco...
Zu mersé mire eza piesa.... ¡Jé!... ¡Canina!... ven acá...
¡este ez un bicho mu fiero! encarámate en el jaco;
¿y esta cola? ¿y la cabeza? y yévalo recogío
Vamo... zi no tiene pero. hásia el camino e zan
Roque...
¡Corto!... Canina, hijo mío...
Poesías andaluzas (1841)
¡Zi zon mucho aqueyos remos! ¡Qué ha eze mucho!--- ¿no
Ahora e mano cambió... vusté
Vea lusté... ¡qué gayardía!... que eze potro ez una fiera?
¡Alabao zea el Zeñó ¡Por zan Juan! – Osté no ve
que tales fortunas cría! que ez e la casta e Valera?
¡Canina... para! al avío; Y que ze bebe los vientos,
arrepare osté qué piel... Y que los sielos escala...
vamos zi quié usté ir zervío Vaya... vengan los dosientos
no hay más que quearze con Y pague osté la alcabala.
él. ..........................................
....................................... ..........................................
...................................... ¡Ze acab´ço; no hay mas
¿Qué cuanto?... bien vale... azí que hablá!...
Dios ze olvide e mi pecaos, Zi osté ez el amo, on Jozé...
Lo mesmo que un maaveí... ¡Luseriyo!... ¡paza ayaá!...
Zobre tresientos ducaos. ¡Qué bicho ze yeva osté!!...
...................................... ¡Qué animal!... ¡vaya unos
..................................... manos!...
que la jan pintao parese...
¡Jay!... ¡antez e zapartanos
Poesías andaluzas (1841)
¡zi ez esto una maraviya!,
Anda vete, probecico
que el peyejo está cosío
Y toma mi último bezo...
más acá e la paletiya.
¡Várgame Dios, qué jocico!
Ni que la clín, ni la cola,
Zeñó on Jozé, no pueo má...
Ni los piños, zon verdá...
¡llévelo usté, por Jezú...
¡Canina! Con mi palabra
que no lo güelva a mirá...!
tó ze lo jize tragá.
¡gástelo usté con zalú!
¡Jezucristo!... ¡vaya un
Canina... arrímate acá.
topo!...
Ya los ves, pazó el potriyo;
no ze yeva mala ardiya...
Juerza el mojalo zerá;
¡Ja, ja!... Dios jaga que el
Con que vamo al ventorriyo.
jopo
Güen golpe, ¿es verdá, ahorré?
ze le tanga hasta Seviya.
Y en zeguro lo hemos dao...
¡Várgame Dios, lo que pué
Y pues que tantos ducaos
con los jacoz el zalvao;
Al fin nos valió el potriyo,
y el güen hombre no ha
¡Chavó!... con nuestros
alvertío...
pecaos
vámonos al ventorriyo.
La novela taurina
 Será durante el siglo XVIII cuando la fiesta de
los toros y el mundo que la rodea se sedimente
y adquiera el tipo de estructura que ha
permanecido hasta la actualidad.

 La nobleza, el mundo caballeresco, que había


mantenido la fiesta como un aliciente
nostálgico deserta a principios de siglo. Sobre
todo, la nobleza más cortesana, la que sufre de
forma más inmediata la influencia francesa de
los Borbones, se distancia de la fiesta.
Paulatinamente, y consecuentemente, el toreo
caballeresco es desplazado por el toreo a pie.
 En el siglo XIX comienza a aparecer el torero
como protagonista y héroe literario.
La novela taurina
 Laure Saint-Martin
Permon, duquesa de
Abrantes, que había
residido en España
durante la Guerra de la
Independencia,
acompañando a su
marido el mariscal Junot,
publicó intercalada entre
las memorias e
impresiones de su viaje
(Scènes de la vie
spagnole, 1836) El
torero, traducida ese
mismo año por Fernando
Bielsa.
La novela taurina
 Un torero joven sevillano llega a Madrid para revalidar ante el
público de la corte la aceptación elogiosa que ha conseguido en
Sevilla. Le acompaña una mujer con la que vive, triunfadora
también en los escenarios teatrales y de gran belleza. El torero, que
alterna con Pedro Romero, obtiene el día de su presentación el
reconocimiento del público, de la nobleza y de los reyes. Desde el
palco presencia la corrida la duquesa de Alba, presentada como una
mujer sensual y de amores caprichosos y violentos.
Apasionadamente enamorada del torero, recurre a los artificios,
más o menos satánicos, de una hechicera y de su hermano, para
conseguir que el diestro corresponda a sus requerimientos. Éste,
embelesado ante todo lo que significa la noble dama, entra también
en el juego amoroso y se aparta de la artista, con la que el torero
estableció su relación sentimental cuando no era una figura en
Sevilla. Pero la duquesa, posesiva en extremo, ultima al diestro a
que abandone completamente a la artista. El torero accede, pero
ante el estado de postración de su primer amor, mantiene la
relación con ella. Descubierto esto por la duquesa, días después
muere apuñalado el diestro y desaparece violentamente la artista.
La novela taurina
 Prosper Mérimée en 1845 publicó
Carmen. Esta novela apenas implica más
trama taurina que la función
desempeñada por el picador Lucas.
Establece el esquema triángulo amoroso
una mujer y dos hombres.
 La novela se sustenta sobre los tres tipos
andaluces (bandolero, gitana y torero)
que dos años antes había dejado sentado
la colección costumbrista de Los
Españoles pintados por sí mismos.
 En la novela el papel del picador Lucas
apenas cobra relieve como personaje: es
sólo el hombre sobre el que se proyecta
la pasión amorosa de Carmen.
La novela taurina
 La resonancia y la influencia de Carmen
sufrió además la extrapolación que le
proporcionó la ópera de Bizet, casi 25 años
más tarde. El libreto y la música
amplificaron el cometido y la función del
diestro – que se transformó de picador en
torero de a pie- y al que le fue asignada
una relevancia cargada de seducción. La
imagen de Escamillo es la de triunfador,
que con su sola aureola triunfa y conquista,
sirviendo de contrapunto de su rival don
José, perdedor en la vida social y amorosa.
La novela taurina

 La tercera novela fundacional fue La maja y el


torero (1847) de T. Gautier.

 El tríptico romántico iniciado con El torero y Carmen lo


cierra T. Gautier con Militona publicada en 1847. Su
argumento es el siguiente: Juancho, el torero de más
prestigio del momento en Madrid, asedia y pide amores
a Militona, joven que encarna el papel de una maja de
gran hermosura y entereza. Ella acepta la presencia de
Juancho –hombre primitivo, simple y celoso- pero no
accede a sus deseos amorosos. Un día, durante una
corrida de toros en la que actúa Juancho, Militona se
sienta en la proximidad de Andrés, joven madrileño y
rico hacendado, que está presto a casarse con una
joven, bien acomodada y de gustos y educación
francesa. Andrés intenta descubrir la casa en que vive
Militona, pero es sorprendido por Juancho, que, celoso
en extremo, tenía ciertas sospechas.
La novela taurina
• En un duelo en la oscuridad del barrio, Andrés cae herido y Juancho
huye. Militona recoge a Andrés y le cuida. El amor entre ambos
jóvenes se explicita de forma tal que incluso el distinto origen
social de uno y otro deja de ser un obstáculo. Juacho, que sufre
terriblemente por el abandono de Militona y por los celos que el
nuevo amor le provocan, abandona Madrid. Andrés, al mismo
tiempo, se da cuenta de la vanidad y petulancia de su antigua
novia y decide casarse con Militona. Ambos se trasladan a
Granada. Un día Juancho decide matarlos, pero no tiene decisión
suficiente. Pasa el tiempo y se vuelve a hablar de un torero nuevo
de un valor extraordinario. Andrés y Militona, durante un viaje que
realizan a Cádiz, deciden ir a ver a este nuevo diestro que torea en
la plaza del Puerto de Santa María. Ese nuevo torero es Juancho,
que había cambiado su nombre después de viajar a América, y se
dan cuenta de ello al llegar a la plaza. Juancho también los ve y
después de una prodigiosa faena, se deja matar por el toro ante los
ojos de Militona.
El teatro: El género
andaluz
 Desde 1839 y hasta 1875
es perceptible la
existencia de un teatro
popular, protagonizado
por tipos andaluces, en los
que la música y el baile
cobran especial
relevancia.

 En muchos aspectos,
estas obras teatrales El Tío Caniyitas (1849)
están muy emparentadas
con las zarzuelas.
El género andaluz
 El novio y el concierto (1839), comedia zarzuela,
de Bretón de los Herreros.
 Toros y cañas (1840), de Rodríguez Rubí
 El contrabandista (1841), ópera de Rodríguez Rubí
con música de Basilio Basili
 El ventorrilo de Crespo (1841), de Rodríguez Rubí.
 La simpatía o el Cortijo de Cristo (1842), sainete
andaluz, de Rodríguez Rubí
 La venta de Cárdenas (1842), sainete, de
Rodríguez Rubí.
 Matamoros y el Cruel (1842), juguete andaluz, de
Eduardo Asquerino.
 Tóo jue groma (1842), de Eduardo Asquerino.
 La feria de Mairena (1843), cuado de costumbres
andaluzas, de Rodríguez Rubí
 Casada, virgen y mártir (1843), cuadro de
costumbres andaluzas, Rodríguez Rubí y Eduardo
El género andaluz
 Jeroma la castañera (1843), zarzuela andaluza, Mariano
Fernández.
 ¡¡Es la chachi!! (1845), zarzuela andaluza, Francisco
Sánchez del Arco, música de Soriano fuertes.
 El andaluz en el baile (1845), juguete cómico, de C. de S.r.
de S.M..
 La cigarrera de Cádiz (1846), José Sánchez Albarrán
 La flor de la canela (1846), pieza andaluza, de José Sanz
Pérez.
 El ventorrillo de Alfarache (1846), zarzuela andaluza, de
Francisco de Paula Montemar.
 Los hijos del tío Tronera (1847), parodia de El trovador, de
García Gutiérrez
 De Cádiz al Puerto (1847), de Fernando Gómez de Bedoya.
 Soy... mu bonito (1847), de Fernando Gómez de Bedoya.
 La sal de Jesús (1847), zarzuela andaluza de Francisco
Sánchez del Arco
El género andaluz
 Too es jasta que me enfae (1847), de José Sanz Pérez.
 La velada de San Juan en Sevilla (1847), cuadro de costumbres
andaluzas, José Sánchez Albarrán.
 La feria de Ronda (1847), cuadro de costumbres, de Francisco de
Paula Montemar.
 La Venta del Puerto o Juanillo el contrabandista (1847), zarzuela,
de Mariano Fernández.
 Una noche en Triana (1847), comedia de José de Cominges.
 Los toros del Puerto (1847), zarzuela, Francisco Sánchez del
Arco.
 El rayo de Andalucía o el guapo Francisco Esteban (1848), de
Francisco Sánchez del Arco.
 Venganza de un andaluz (1848), de Tamayo y Baus, drama
andalucista.
 El corazón de un bandido (1848), drama andaluz, de Ramón
Franquelo
 La perla sevillana (1848), de Fernando Gómez de Bedoya.
 Rocío la buñolera (1848), de Fernando Gómez de Bedoya.
 Una tarde de toros (1848), zarzuela de Juan de Alba
El género andaluz
 Manolito Gázquez, el sevillano (1848), de Mariano Pina y J.
Jiménez Serrano.
 Los celos del tío Macaco (1849), de José Sanz Pérez.
 El tío Caniyitas (1849), ópera cómica, de José Sanz Pérez.
 Jerónimo el albañil (1849), de Fernando Gómez de Bedoya.
 Triana y la Macarena (1849), juguete, de E. Sánchez Fuentes.
 El Congreso de gitanos (1849), de comedia de costumbres, de E.
De Elizaga.
 La serrana (1850), juguete lírico, de Francisco Sánchez del Arco
y música de Soriano Fuertes.
 ¡Andújar! (1850), comedia, de José Sanz Pérez.
 El zapatero de Jerez (1850), de José María Gutiérrez de Alba.
 Diego Corrientes o el bandido generoso (1850), de José María
Gutiérrez de Alba.
 El tío Zaratán (1850), parodia de Guzmán el Bueno, José María
Gutiérrez de Alba.
El género andaluz
 La feria de Sevilla (1850), de opereta, de Teodomiro
Fernández.
 La fábrica de Tabacos de Sevilla (1850), ópera cómica
de José Sánchez Albarrán con música de Mariano
Soriano Fuertes.
 Un duelo de gitanos (1850), de F. Gómez Sánchez.
 El contrabandista sevillano (1851), de Fernando
Gómez de Bedoya.
 Los boleros de Londres (1854), de Fernando Gómez de
Bedoya.
 El calesero y la maja (1855), de José Sánchez Albarrán
y música de Luis María Arche.
 Diego Corrientes (1856), zarzuela, José María Gutiérrez
de Alba y música de Ramón de Sousa.
 La flor de la serranía (1856), zarzuela de José María
Gutiérrez de Alba y música de Cristóbal de Oudrid.
El género andaluz
 Un jaleo en Triana (1861), cuadro cómico-lírico,
de José María Gutiérrez de Alba y música de
Isidoro García Rossetti.
 Una noche de trueno (1866), paso cómico, de José
Sánchez Albarrán.
 La venta del Guadiana (1874), de José Sánchez
Albarrán.
 José Rivera (1875), de José Sánchez Albarrán.
 Lola la gaditana (1875), de Francisco Sánchez del
Arco y música de Soriano Fuertes.
 Regalitos (1876), comedia, de José Sánchez
Albarrán.
El género andaluz
 Los personajes protagonistas de este género andaluz,
tanto si se trata de cuadros costumbristas, comedias de
un acto o simplemente zarzuelas van a ser:

 A) Bandoleros
 B) Contrabandistas
 C) Jaques, Valentones
 D) Gitanas y Gitanos
 F) Majos y Majas
 G) Cigarreras
 H) Toreros

 Todos estos personajes representan lo castizo andaluz y


español frente a lo extranjero y las modas foráneas:
 I) Extranjeros o Españoles que imitan las costumbres de
otros países
El Drama Rural
El Drama rural
 En el Drama Rural van a confluir el naturalismo y el regionalismo, con
todo lo que tiene de costumbrista, junto con la influencia de la literatura
del Siglo de Oro y el tema de la honra.
 Observamos dos tipos de dramas: en uno la influencia del naturalismo
es más evidente: conflictos derivados de la influencia del medio rural y
social, el medio bárbaro y el caciquismo, encarnado por el cacique y el
señorito. Es más propicio a plantear un conflicto social.
 En otros, recreación regionalista o costumbrista. Suele estar ausente el
conflicto social.
 Tiene su origen en La Dolores (1892), de Feliu i Codina.
 Se consolida con El señor feudal (1897), de Joaquín Dicenta.
Características del
Drama rural
 Son personajes extraídos del mundo agrario,
colocados en situaciones límite, afectados por
graves conflictos de honra y de sentimientos
 Son criaturas escénicas de profunda tradición en
el teatro del siglo de Oro
 Aspecto fundamente en la identificación de
estos personajes son los registros lingüísticos
que los autores ponen en sus bocas y que sirven
para caracterizar una determinada región
española.
Características del
Drama rural
 Estos dramas suelen presentar siempre un conflicto
amoroso, en el que intervienen personajes de extracción
campesina o rural (que a veces el dinero coloca en clases
sociales diferentes), unos movidos por irreprimibles
impulsos amorosos hacia un sujeto para ellos prohibido,
otros por el deseo de limpiar su honra
 En muchas ocasiones, la maledicencia del medio (coplas y
otros elementos costumbristas) desencadena la catástrofe,
al hacer público el conflicto, situación de deshonra que vive
uno o varios de los personajes.
Características del
Drama rural
o Cuando se produce un desnivel de clase: el conflicto suele
nacer del atropello que se lleva a cabo cuando el personaje
de la clase social poderosa intenta mantener sus privilegios
o imponer sus exigencias sobre los que considera inferiores.
o Este caso es especialmente evidente para el caso de las
mujeres, que se encuentran indignamente requeridas,
difamadas injustamente en su honra o incluso poseídas
sexualmente por propia aquiescencia por el cacique del
pueblo, dando lugar a una variopinta serie de casuísticas en
el drama rural.
Características del
Drama rural
o El choque de clases y los abusos cometidos por el
amo puede darse también contra quienes trabajan
la tierra, lo que refuerza el drama confiriéndole un
conflicto también social.
o El tema de la injusticia social es, sin embargo,
claramente optativo en muchos de estos dramas.
En buena medida prácticamente inexistente en las
zarzuelas y muy a menudo anecdótico en aquellos
dramas rurales más costumbristas que siguen el
camino iniciado por La Dolores.
Características del
Drama rural
o Estos deseos pueden llevar al intento de satisfacción sexual –
cumplido o no- o al crimen. Cuando los dramas hablan de estos
impulsos prohibidos parecen desarrollarse en una órbita más próxima
al naturalismo y exploran los deseos e impulsos en una zona natural,
lejos de la Civilización: tema del incesto en La Malquerida.
o Otros dramas al presentar la brutalidad de comportamientos de las
clases sociales superiores, expresan su rechazo hacia fórmulas
contemporáneas de la civilización, postulando la vuelta a paraísos
tradicionales con valores precapitalistas, caso Tierra baja.
Características del
Drama rural
 Los campesinos suelen estar imbuidos de valores tradicionales y
eternos que no han desaparecido –como el valor de la honra- y
que no están en proceso de descomposición como en las zonas
urbanas. También el Juan José expresa un tema del honor,
acorde con el machismo del proletariado de la época.
 La necesidad de limpiar con sangre el honor o satisfacer el
instinto de venganza da origen a los típicos finales dramáticos,
aunque en ocasiones, pueden ser sustituidos por la huida de los
personajes del embrutecedor medio rural, como en algunos
dramas de López Pinillos.

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