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Diabetes

La comida es el combustible del cuerpo humano. Cuando ingerimos un


alimento, éste es sometido a una cadena de transformaciones a su paso por el
esófago, estómago e intestinos. Así se obtienen las sustancias que resultan
útiles para el cuerpo.
carbohidratos
proteínas
grasas
La glucosa que obtenemos de los carbohidratos es una fuente de energía
fundamental. Desde el aparato digestivo se traslada a la sangre que la
transportará por todo el cuerpo.
El nivel de glucosa en sangre aumenta y eso estimula a las células beta del
páncreas. Éstas son las encargadas de producir insulina, la hormona que
permite la entrada de la glucosa en las células del cuerpo y, por tanto, su
utilización. Al mismo tiempo, este consumo regula la glucemia (nivel de
glucosa en sangre).
El cuerpo necesita de un aporte constante de glucosa y que ésta, a su vez,
esté presente en la sangre dentro de unos estrechos márgenes. En caso de
que el nivel de glucosa descienda excesivamente, las células alfa del páncreas
ayudan al hígado a producir glucagón. Esta hormona moviliza al hígado para
que este produzca glucógeno y lo vierta a la sangre, restableciendo así la
glucemia.
La diabetes es una enfermedad endocrina
en la que el paciente metaboliza mal los
hidratos de carbono. Esta dolencia afecta a
millones de personas en todo el mundo.
Existen dos tipos de diabetes:

• Tipo 1 • Tipo 2
Diabetes mellitus Diabetes mellitus
insulinodependient no
e insulinodependient
e
Tipo 1
Tipo 2
Al no pasar a las células, la
glucosa se acumula en la sangre.
El organismo no la puede utilizar
como fuente de energía y en su
lugar descompone las grasas. Este
proceso genera compuestos
tóxicos (acetona) y se produce un
trastorno metabólico que deteriora
el organismo.
La diabetes es una enfermedad
crónica. Las personas que la padecen
deben adaptar sus costumbre para
evitar las complicaciones derivadas de
la enfermedad. Entre estos hábitos se
incluye la alimentación, el ejercicio
físico y los procedimientos de control y
tratamiento que la ciencia pone a
nuestro alcance. Todos estos
elementos han de permanecer en
equilibrio por lo que si modificamos
una de las costumbre las otras tendrán
que regularse en consonancia.
El paciente diabético debe cuidar su alimentación al igual que una persona
sana, con la diferencia de que para el primero las consecuencia de no hacerlo
son mucho más graves. Debe prestar especial atención a la ingesta de
carbohidratos.

Carbohidratos simples en azúcares procesados y no refinados

Los monosacáridos conllevan un proceso digestivo muy rápido. Su ingesta


produce un incremento súbito de la glucemia, pero el organismo del diabético
no puede asimilar toda esta glucosa y ésta se transforma en grasas. En poco
tiempo el organismo reclama más energía, se ha creado un ciclo que se
repetirá con frecuencia.
Los productos para diabéticos no son aconsejables puesto que se desconoce su
composición exacta. Suelen contener azúcares que se transformarán
igualmente en glucosa en el hígado
Carbohidratos simples con contenido vitamínico y minerales

Como carbohidratos simples su digestión será rápida y provocará


un incremento súbito de glucosa. Son los alimentos adecuados
para equilibrar el nivel de glucosa puesto que de ellos se obtienen
vitaminas y minerales de forma natural.
Carbohidratos complejos

Los polisacáridos o disacáridos requieren una digestión más lenta,


lo que implica un abastecimiento prolongado y dosificado de
glucosa. Eso facilita la absorción por parte del organismo de un
diabético.

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