JUAN DE SAN GRIAL

Juan de san Grial es el heredero directo y sucesor de los Perfectos cátaros. En su nombre se ha unido la tradición espiritual del Oeste y del Este, que viene del Cristo a través de María Magdalena y San Andrés Apóstol (“el primer llamado”). El Gólgota de Montsegur de los cátaros se asemeja en su corazón y sus libros al Gólgota de Solovetsky, de los mártires del GULAG ruso. La luz no se apaga en la oscuridad, sino que se enardece con más luminosidad. El Grial vuelve a las manos de los que lo buscan. En la época de decadencia de la fe y de la crisis espiritual, Juan de san Grial plantea un concepto atrevido de una nueva gnosis divina – el camino del contacto personal con el Dios, la imagen inspirada de la civilización de las vírgenes y los poetas, la imagen de la persona transfigurada, restablecida en su potencial divino. El poder de Juan de san Grial también está en esta praxis auténtica cristiana de procedencia cátara. No es un simple maestro; es el maestro del camino, conocedor de los misterios profundos del corazón. Su imagen transfigurada brilla con una luz y con esa misma luz se iluminan todos a su alrededor. Y aunque tiene que sufrir mucho, la beatitud del amor celestial nunca le deja, el amor hace milagros, curando las enfermedades irremediables, provocando los goteos sobrenaturales de mirró (crisma u óleo sagrado) y exhalaciones de aroma. En el siglo XIV subió a la hoguera el último de los Perfectos cátaros, Guilhelm Bélibaste. Según la leyenda, sus últimas palabras fueron: «Dentro de los 700 años, el laurel reverdecerá volverá a florecer». En el siglo XXI, el cielo ha considerado que ha llegado el momento para que se cumpla la predicción. Hoy en día, los misterios de los cátaros (guardianes del Santo Grial) y el mismo Cáliz divino vuelven a aparecer ante la humanidad en los libros y en la persona de Juan de san Grial – un místico, un mensajero divino del tercer milenio.