No es imposible. t.s.:/2002.
No es
Imposible
t.s. adolescentes:/ 2002.
Personajes:
Martín
Maggie
Mariela
Escenario: Solamente tres sillas. Colocadas
en el centro del escenario.
ACCIÓN
Maggie: (Está sentada leyendo una
revista. Usa uniforme de
colegio).
Mariela: (Entra por la izquierda con un
examen en sus manos, también
usa uniforme de colegio. Su
rostro da a entender que no sacó
muy buena nota. Se sienta y
suspira).
Maggie: (La mira de reojo).
Martín: (Entra también por la izquierda
con un examen en sus manos, tal
parece que no sacó muy buena
nota. También usa uniforme de
colegio).
Mariela: (A Martín, un poco desanimada)
¿Cuánto te sacaste?.
Martín: (Muy desanimado) Un 89. ¿Y
vos?.
Mariela: ¡Nombres! un 85.
Maggie: (Se asombra de ver la actitud de
Mariela y Martín).
Martín: Ni modo, yo no voy obtener el
mejor promedio del colegio.
Mariela: Y yo, que estaba para eximirme en
todos los exámenes, ahora debo
ponerle.
Martín: Yo sabía que debía estudiar dos
horas más, y por lo menos
agregarle 50 preguntas al
cuestionario. Algo me decía que
150 preguntas eran muy pocas.
Maggie: (Sigue asombrada, no puede dar
crédito a lo que escucha).
Mariela: Yo, por perder el tiempo viendo
la novela, mejor la hubiese
grabado y después la veo con
más calma.
Martín: Un 89, por un punto y me saco el
noventa, por lo menos para que
no se viera tan feo, pero me lo
merezco por no estudiar más.
Mariela: Sí, por vagabunda, sólo por eso.
Me lo merezco.
Maggie: (Se molesta con lo que escucha, y
no aguanta más) Bueno, ya, es
suficiente, me tienen harta, ya no
lo soporto.
Martín: Maggie, ¿Cómo estás? No te
había visto.
Mariela: Mirá, sí es cierto, es Maggie.
Perdoname, es que estaba tan
preocupada por la nota de mi
examen que no te puse atención.
Maggie: (Se pone de pie) Uy, ya no los
soporto más, me provocan dolor
de cabeza (Y se agarra la cabeza
con la manos).
Martín: (Se pone de pie) ¿Pero qué te
hemos hecho nosotros para que
nos tratés de esa forma?.
Maggie: Existir, eso es, existir, es lo peor
que me pudo suceder. Que
ustedes dos existan es para mí un
tormento.
Mariela: Pero el hecho de que nosotros
existamos no es algo por lo cual
tengás que tratarnos de esa
forma.
Martín: Nosotros no te hemos dicho ni
hecho nada para que actués de
esa manera.
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Maggie: A no.
Mariela: (Se pone de pie) Nosotros lo único
que hicimos fue hablar de los
malos resultados de nuestros
exámenes.
Maggie: (Se tapa los oídos) Ya, no más.
Martín: No entiendo, sólo estamos
hablando de las notas.
Maggie: Es que no entiendo ¿Cómo puede
ser que digan que una mala nota
es un 90 o un 85?.
Martín: Perdoname, pero yo me saqué un
89.
Maggie: Es lo mismo, un punto más un
punto menos. Pero el punto no es
ese, ustedes se están muriendo
porque se sacaron unas notas
como esas, ya deseara yo por lo
menos ver un 70 en mis
exámenes.
Mariela: ¿Por qué decís eso? ¿Cuánto es lo
máximo que te has sacado?.
Maggie: (Con un poco de vergüenza)
Bueno, lo más alto que me he
sacado es un 60.
Martín: (Se asombra)
Mariela: (Asombrada) O sea, vos no te has
sacado más de un 60 en todo lo
que llevás en el cole.
Maggie: No.
Mariela: Oh por Dios.
Martín: Pero ¿Cuánto tiempo sacás para
estudiar?.
Maggie: Un día.
Mariela: ¿Un día?.
Maggie: Sí, un día antes del examen
estudio la materia.
Martín: Con razón esas notas.
Maggie: ¿Por qué? ¿Ustedes cuánto tiempo
sacan para estudiar?.
Mariela: Bueno, yo pongo mucha atención
en clase. Uso un cuaderno de
borrador y cuando llego a la casa
paso la materia en limpio y así
repaso la materia. Una semana
antes de los exámenes estudio dos
horas cada materia, pero como no
puedo hacerlo en un solo día,
estudio dos materias por día.
Maggie: (Se rasca la cabeza).
Martín: Bueno, yo uso un cuaderno de
borrador igual que Mariela y
además tengo un horario de
estudio.
Maggie: (Se vuelve a rascar la cabeza)
¡Qué bárbaro!. No, que va, yo me
muero haciendo todo eso. La
vida social se va por un tubo.
Cero amigos, cero fiestas, cero,
nada de nada.
Martín: No tiene que ser así, a mí me
alcanza el tiempo para ir a la
iglesia, entrenar e ir a clases de
música.
Maggie: ¿Pero cómo hacés para que te
alcance el tiempo? ¿Casi no
dormís, verdad?.
Martín: Por supuesto, me acuesto a las
10:30 de la noche y me levanto a
la 5:00 de la mañana.
Maggie: Sí, no sos humano.
Mariela: No, lo que pasa es que Martín es
ordenado en su tiempo y sabe
aprovechar al máximo cada
minuto.
Maggie: El clásico nerdo.
Martín: Si lo querés ver de esa forma,
pero me vale, yo no me siento
como tal.
Maggie: No, y Dios te libre de sentirte
como tal. No saldrías del colegio.
Mariela: Yo lo que veo es que vos no
aprovechás tu tiempo.
Maggie: Claro, yo aprovecho mi tiempo.
Mariela: Ajá. Veamos, tenemos clases de
lunes a viernes, entramos a las
7:00 de la mañana y salimos a las
2:00 de la tarde, calculando que
durás 1 hora llegando a la casa,
mientras te cambiás y comés algo,
es otra hora, ya serían las cuatro
de la tarde. ¿Qué hacés?.
Maggie: Veo tele.
Martín: ¿Y hasta que hora ves tele?.
No es imposible. t.s.:/2002.
Maggie: Día y hasta la media noche, si no
me duermo antes.
Mariela: Ese es el problema, ves demasiada
televisión y no le dedicás tiempo
al estudio.
Maggie: Pero a como lo hace Martín, yo
nunca voy a ver televisión en mi
vida.
Martín: Yo veo televisión, una hora al día
es más que suficiente.
Maggie: ¿Una hora? Me muero.
Mariela: Es cuestión de acostumbrarse. La
televisión es como una droga,
entre más la ves, más necesitás de
ella.
Maggie: Imposible.
Mariela: No es imposible, si vos tenés las
fuerzas para hacerlo, y la
dispocisión, verás que no es
imposible.
Maggie: Pero es que yo jamás podría ser
como ustedes dos.
Mariela: Es que no tenés que ser como
nosotros dos, tenés que ser vos
misma, sólo que debés ordenarte.
Maggie: Pero es que yo no podría llevar un
cuaderno de borrador, y luego
llegar a la casa a pasar en limpio,
tal vez duraría así una semana,
pero después me comienza a dar
pereza y no paso nada.
Mariela: Quizá ese no sea el método para
vos, tal vez sea otro, pero tenés
que descubrirlo. Martín no nació
así, fue algo que él desarrolló y
aprendió desde la escuela. Somos
estudiantes y parte de ese proceso
de aprendizaje es descubrir el
mejor método de estudio que nos
facilitará ese aprendizaje.
Martín: Todo es cuestión de disciplina.
En un principio a mí me pareció
que mis papás eran unos ingratos
por imponerme esas reglas.
Hacerme un horario de estudio y
exigirme buenas notas, pero
después se convirtió en hábito y
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ahora es algo normal para mí, es
parte de mi modo de vida.
Mariela: Si vos querés, vos podés, ya sabés
que nada es imposible.
Maggie: No sé, ustedes lo hacen ver tan
fácil.
Mariela: Mirá, yo te puedo decir a qué
sabe el queque, y te puedo decir
que sabe muy rico y que no me
hace daño, pero vos te das cuenta
que es verdad lo que yo digo
hasta que te lo comés
Maggie: (Se queda pensativa. Después de
unos segundos, habla) Mirá, tenés
razón. Es cierto, ahora que me lo
decís de esa forma, entiendo.
Martín: (Busca algo en su salveque).
Mariela: Eso me lo enseñó mi abuelito, él
siempre me lo decía, desde que
tengo memoria.
Maggie: ¿Y tu abuelito está vivo?.
Mariela: No, él ya se murió. Su sueño era
verme graduándome de la
Universidad, pero se murió
cuando estaba en quinto de
escuela.
Maggie: Qué lástima.
Mariela: Sí, aunque él ya no está, me dejó
el tesoro de sus consejos, que vale
más que una herencia de dinero.
Martín: (Saca un papel de su salveque y
se lo da a Maggie) Tomá, te lo
regalo.
Maggie: ¿Qué es?.
Martín: Léelo.
Maggie: (Lo desdobla y lo lee) No es
imposible... No es imposible
llegar a ser mejores, sólo hay que
vencer. Vencer es lo primero, a la
rutina, al cansancio, a la tristeza...
incluso a los que dicen que nunca
ganaremos (Lo dobla en silencio
y lo guarda con mucho cuidado
en la bolsa de la camisa. No dice
nada, se queda callada y se
sienta, como pensativa).
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Lo encontré en el periódico, y lo
Martín:
recorté porque me llamó la fin
antención, eso lo dice Frankling
Chang, el que es astronauta, yo
quiero llegar a ser como él en lo
que a la parte intelectual
corresponde. Sabés, él no era tan
buen estudiante en el colegio,
pero se propuso a alcanzar un
sueño y lo logró. Por supuesto, a
él no le regalaron nada. Esas
palabras me han ayudado a seguir
adelante. Por supuesto no puedo
dejar de lado a Dios y lo que dice
en Josué 1:9; “Yo soy quien te
manda que tengás valor y
firmeza. No tengás miedo ni te
desanimés porque yo, tu Señor y
Dios, estaré con vos dondequiera
que vayás”. (Se pone el salveque y
sale caminando por la derecha)
Mariela: (Le pone la mano en el hombro a
Maggie)
Maggie: (La vuelve a ver).
Mariela: No es imposible Maggie. (Coge
los cuadernos y sale detrás de
Martín).
Maggie: (Vuelve a sacar el papel y lo
desdobla. Se escucha una voz en
off).
Voz en off: No es imposible... No es
imposible llegar a ser mejores,
sólo hay que vencer. Vencer es lo
primero, a la rutina, al cansancio,
a la tristeza... incluso a los que
dicen que nunca ganaremos.
Se apagan las luces y se escucha otra voz en
off.

Voz en off: Yo soy quien te manda que

tengás valor y firmeza. No tengás
miedo ni te desanimés porque yo,
tu Señor y Dios, estaré con vos
donde quiera que vayás