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ETICA Y HOMEOPATÍA

DR. Humberto AVESANI. Córdoba.Argentina

Hablar sobre ética médica constituye un desafío a nuestras responsabilidades, pero tratar de
desarrollar el tema de la ética médica relacionada con la homeopatía constituye un desafío
personal.

El termino "etica" deriva del griego ethos, palabra que significa "costumbre", la palabra en latín
para costumbre es "mores", de donde se deriva la palabra "moral"; de alli que costumbre
etimológicamente significa lo mismo, y que la ética y la moral están directamente relacionadas.
La etica es considerada entonces la "ciencia de las costumbres,la ciencia de los actos humanos, la
ciencia del bien y del mal, de lo que es justo o injusto..." en todos los actos humanos.Por lo tanto
la ética es el estudio de lo que "debe ser". Las obligaciones éticas abarcan a todos los seres
humanos, por lo tanto al hablar de ética médica, no deseamos establecer una ética distinta, sino
que tratamos de establecer una ética en los actos médicos.

Los dilemas de la ética médica han sido siempre materia de discusiones, sin embargo actualmente
esta problemática se ha ido acrecentando con inusitada rapidez. Los avances tecnológicos y los
nuevos conocimientos han planteado dudas acerca del proceder médico.
Si a su vez tenemos en cuenta que en todo acto médico existen dos protagonistas el médico y su
paciente, ambos influenciados por la cultura y por el medio en donde se desarrolla el acto
médico, el problema es aún más complicado. Es decir que las costumbres influenciarán en el
concepto de lo que es ético y de aquello que no lo es. El hombre y su organismo es un ser que
cambia según el contexto de donde habite, Beatrix Pleifederer nos ilustra diciendo (1): "....El
organismo es un producto de la cultura donde vive, del período histórico en que hemos nacido y
de la ideología que hemos elegido para vivir...... La medicina antropológica puede informar a los
médicos que trabajan en el campo clínico acerca de la relatividad de los conceptos que se tienen
acerca del organismo, sus implicaciones en el comportamiento de las enfermedades y en los
procesos de búsqueda de la curación. Ésta también puede enseñarles acerca de las matrices
subyacentes que gobiernan los modos en que el paciente se maneja con el stress, los síntomas y
la relación de su organismo con el mundo externo."
De alli que la ciencia médica según el medio social enfrentará continuamente fervientes
discusiones acerca de la eutanasia, la muerte y los trasplantes de órganos, los métodos de control
de la natalidad y de fertilización asistida.

La ciencia no es neutral en sus consecuencias, la técnica y la tecnología como herramientas de


trabajo provocan las alteraciones que observamos en nuestro medio social. De allí que la ciencia
debe elaborar su propio arquetipo de valores éticos basados en la justicia, el honor y el respeto
entre los hombres, si desea seguir prestando ayuda a la Humanidad. Es así que J. Bronowski
refiere (2):"...El lego se preguntará : ¿que tienen que ver estos valores humanos con la ciencia?
Tal pregunta no es más que una insensata secuela de aquellos ataques decimonónicos en los que


siempre se volvía a caer en equiparar la ética con el Génesis.....La ciencia no puede sobrevivir sin
justicia, sin honor y sin mutuo respeto, ünicamente con la concurrencia de estos valores puede la
ciencia perseguir sin desfallecimientos su objetivo: explorar los campos de la verdad....En las
sociedades en que estos valores no existían, la ciencia ha tenido que crearlos".
De alli que la ciencia médica ha tenido que formular sus propios códigos de valores éticos que
regulara su accionar através de la tecnología que aplica para la investigación, diagnóstico y
tratamiento de las enfermedades. Es así que luego de la tragedia nazi, y ante hechos aberrantes
de experimentación humana, el Tribunal de Nuremberg redactó el primer código ético
contemporáneo del "deber ser" de todo acto médico, le siguieron luego la declaración de Helsinki
(1.964) y la de Tokyo‐Helsinski (1.975), la ética médica comenzó a ser tema de discusión en
diversos foros como lo fueron la Declaración de los Derechos del enfermo de la Asamblea
Americana de Hospitales (1.973),la Declaración de la Asociación Latinoamericana de Academias
de Medicina( Quito,1983) y diversos Codigos de ética que cada país elaboró en base a valores
éticos universalmente reconocidos.
Ahora bien ¿que papel cumple la Medicina Homeopática en el estudio de la ética médica?. Creo
que su valoración es de suma importancia puesto en estos últimos tiempos se ha comenzado a
vivir el deseo de una "nueva" medicina que observe al ser humano que sufre en una nueva
perspectiva. El interés que despiertan las mal denominadas medicinas
"alternativas","complementarias" o "naturales", es provocado por la emergencia de nuevos valores
que dan un marco teórico distinto a la ciencia médica. Estos nuevos valores formularán y lo están
exigiendo, un nuevo planteamiento ético ante el acto médico.
Estamos presenciando lo que T. Khun (La estructura de las revoluciones científicas) lo expresaría
como una "ruptura de los paradigmas". Esta ruptura del modelo bio‐médico convencional debe
necesariamente provocar una nueva estructuración en el razonamiento de lo que "debe ser " un
acto médico, citando a T. Khun (3) :"...el surgimiento de nuevas teorías es precedido
generalmente por un período de inseguridad profesional profunda.Como podría esperarse, esta
inseguridad es generada por el fracaso persistente de los enigmas de la ciencia normal para dar
los resultados apetecidos...".
Hoy estas situación de ruptura se ve evidenciada por dos modelos que se hallan en apariencia
enfrentados, uno es el modelo biomédico convencional y el otro es el modelo integral y holístico.
Citando a Marcos Meeroff (4) podemos enumerar las características sobresalientes de estos dos
modelos, insisto, aparentemente en disputa: "...El modelo biomédico (medicina científico‐
natural) ha sido el modelo dominante en la medcina occidental durante los últimos cien años.
Representa la aplicación en medicina del sistema científico analítico utilizado desde fines de la
Edad Media. El modelo biomédico es reduccionista porque se basa en el principio filosófico de que
todos los fenómenos complejos derivan de un principio primario simple. Este modelo es a la vez
dualista, pues pretende separar la mente del soma. Finalmente el modelo biomédico es
"cientificista" porque asume que el lenguaje de la física y la química no sólo son suficientes, sino
que son los únicos capaces de explicar los fenómenos biológicos. En nuestra sociedad tal modelo
se ha convertido en un imperativo cultural y ha adquirido el carácter de dogma irrevocable. Pero
la medicina analítica, racionalista, organicista, con todo su arsenal técnico no basta."; continúa
Marcos Meeroff reseñando otro modelo médico:"...El modelo integral, holístico es el contra‐


dogma consolidado en la década del 70 para unir el humanismo con el cientificismo. Está basado
en los siguientes principios: 1) un concepto positivo e integrativo de la salud, 2) la necesidad de
participación activa del individuo en el cuidado de la salud, 3) el concepto de educador‐
facilitador del médico, 4) el concepto multifactorial de las enfermeddes y 5) el empleo
igualmente de procedimientos naturales, no invasivos, no ortodoxos para tratar enfermedades..."

Cada uno de estos paradigmas posee sus propios valores y por lo tanto exigen valores éticos que
le son propios. Estos paradigmas pueden ser estudiados desde la óptica de Ervin Lazlo quien
sostiene que los avances científicos evolucionan através de bifurcaciones del campo del
conocimiento y que en cada una de estas bifurcaciones se produce un caos (5): "...Las
bifurcaciones se desencadenan cuando sistemas complejos están sobretensionados, empujados
más alla de su umbral de estabilidad. Hasta ese punto, el compartimiento de los sistemas es
relativamente ordenado, hay oscilación periódica, es decir movimiento alrededor o hacia
determinado estado, o estabilidad en uno u otro estado. Pero más alla del punto críticos, el
orden se rompe y el sistema cae en el caos.
Su comportamiento ya no es predecible, aunque tampoco es enteramente azaroso."

Ya sea que veamos la situación de la medicina hoy en día como "una ruptura de paradigmas" o
como una "bifurcación" del conocimiento cientifico; lo cierto es que necesitamos desde nuestra
óptica de médicos que practicamos la Homeopatía un marco téórico de la ética en nuestros actos
médicos cotidianos y así poder prevenir el caos que sobreviene cuando dos valores contrapuestos
discuten acerca de lo "que es bueno o malo, o justo o injusto"; es decir cuando se plantea la ética
en su accionar médico diario.
Tomemos por ejemplo el caso práctico de la prescripción médica; muchas veces desde el punto
de vista de la medicina convencional se plantea que es poco ético prescribir para una angina
pultácea en un niño un medicamento homeopático, cuando podría ser curado fácilmente por un
antibiótico, desde el punto de vista de otro paradigma médico, es poco ético intoxicar a un niño
con antibióticos cuando puede ser curado en forma natural,rápida y eficaz y sin reacciones
adversas con un medicamento homeopático. Sin tratar de hallar el basamento científico a cada
una de estas expresiones pues escapan al objeto de este trabajo, debemos valorar los
condicionamientos éticos sobre los que se basan estas posturas extremas. Todo acto médico está
llevado a cabo en la intimidad de un consultorio en el que intervienen dos protagonistas: el
paciente y el médico. En el acto médico la prescripción del profesional está condicionado por el
valor ético de lo que él considera justo de acuerdo a su leal saber y entender, y a su propia
experiencia profesional; de lo contrario nos convertiríamos en máquinas que sólo recetamos lo
que otros creen conveniente. Por parte del paciente el condicionamiento ético está representado
en su libertad como individuo de acceder a un tratamiento que él considere útil para la evolución
de su enfermedad. Cualquier otra demarcación o normativa, escapa al juicio ético del acto
médico y constituirá una violación a los derechos humanos.
Florencio Escardó ilustra muy bien sobre esta situación (6): "...Es también el orgullo lo que le
impide aceptar que otros curen con técnicas que él rechaza o repudia; tal como sucede por
ejemplo frente a la homeopatía y otras formas no enseñadas en nuestras escuelas (recordemos


que en nuestras escuelas no sólo no se enseña psicoanalisis sino que apenas se lo
menciona).Negar a otros la posibilidad de curar por técnicas o procedimientos distintos de los
nuestros, es confundir al enfermo con los libros y ni siquiera con los libros en general, apenas con
los libros que nosotros hemos leído. El fin básico y único de toda forma de medicina es curar al
enfermo y la curación es la única prueba de su validez y eficacia; con los mismos remedios unos
médicos curan y otros no, porque lo que cura no es el medicamento, sino la medicación y en ella
intervienen imponderables que emanan de la personalidad del enfermo y de la comunidad
existencial que hayan realizado ambos y sus circunstancias".

Como vemos existen sobradas razones para hacer un esfuerzo y elaborar un marco teórico ético
tentativo relacionado a la práctica de la medicina homeopática, haciendo la salvedad que no se
trata de establecer una nueva ética para la medicina homeopática, como no lo existe para la
medicina. Como dijimos anteriormente, la ética es una disciplina que regula la aplicación de todo
el conocimiento humano, pero lo que sí se debe elaborar es el marco teórico ético para la
aplicación de las diferentes disciplinas del conocimiento.
Desarrollaré suscintamente las razones por las cuales debemos pensar en aquellos falsos
condicionamientos éticos, levantados por el paradigma de la medicina convencional y que
marginan a la homeopatía como disciplina terapéutica.

1) Por ser una disciplina científica que emerge fuera del modelo cartesiano.

La medicina homeopática escapa al modelo cartesiano y analítico de la medicina convencional.


Ello ha producido un vacío legal en la legisalación positivista que ha sido influenciada por el
modelo tradicional de lo "que es bueno o es malo". Citamos al respecto a Larry Dossey (7): "...Con
los modelos ortodoxos en medicina ha sucedido lo mismo que con los modelos de la primera
revolución científica: que resultan tristemente inadecuados para estudiar los seres vivos. Las
mismas propiedades de causalidad y existencia independiente que erróneamente se atribuían a
los antiguos modelos físicos al universo, son atribuídas al ser humano por los modelos médicos
actuales. Y así como la imagen del universo similar a un mecanismo de relojería, sugerida por
esas cualidades, hubo de ser abandonada ante la avalancha de nuevos datos, así también la
concepción mecanicista de la salud y la enfermedad deben dejar paso a unos nuevos modelos más
acordes con el verdadero rostro del universo.
La segunda revolución científica ha comenzado por fin a remover el mundo de la medicina.
Eperamos que pueda traer consigo aquello que nunca hemos tenido: un modelo médico que
finalmente resulte apropiado para poder estudiar a los seres vivos."

Así tenemos que en la Argentina donde la homeopatía no es enseñada oficialmente, posee la ley
17.132 que prohíbe expresamente en el artículo 20, inciso 4: "Anunciar procedimientos, técnicas
o terapéuticas ajenas a la enseñanza que se imparte en las Facultades de Ciencias Médicas
reconocidas del País", los que contravienen este artículo incurren en el delito de charlatanismo
médico. Por otra parte el Código de Ética de la Confederación Médica de la República Argentina
en su artículo 80 expresa:"Están expresamente reñidos con toda norma ética los anuncios que


reúnan algunas de las características siguientes: inciso H) Los que involucren el fin preconcenbido
de atraer numerosa clientela mediante la aplicación de nuevos sistemas o procedimientos
especiales (naturismo, iridología, homeopatía)....
A su vez la Academia Nacional de Medicina, constituyó una Comisión para estudiar el tema de la
Homeopatía y llegó a las siguientes conclusiones (8):
‐a los médicos diplomados no puede prohibirseles su aplicación
‐ lo que no debe hacer un médico es anunciarse como especialista en homeopatía debido (entre
otras causas) a que ésta no es una especialidad oficialmente reconocida dentro de la carrera
médico hospitalaria y porque su enseñanza no figura en los planes de estudio de la Facultad de
Medicina.
Por otra parte el Poder Ejecutivo de la Nación estableció por decreto 3472/11/48 las normas
reglamentarias para las Farmacias Homeopáticas, siendo a posteriori este decreto incluído en la
Ley 19579 que rige actualmente el ejercicio de las farmacias en todo el país.
Por lo tanto podemos ver los resultados de una filosofía legislativa basado en un paradigma
hegemónico que trata de salvarguardar lo que considera cúales deben ser las normativas éticas a
salvarguardar, cayendo en vicios de un ilógico y ridículo razonamiento metodológico:
‐Por un lado se prohíbe ser anunciado como médico homeópata, pero se tolera su práctica.
‐Se prohíbe la utilización de la palabra "homeopatía", pero se reglamenta la existencia de
farmacias homeopáticas.
A su vez la prohibición ética de anunciarse como médico que practica la homeopatía basado en el
criterio de que no es enseñada en nuestras facultades, carece de todo sentido ético. Existen
muchos países que consideran a la Homeopatía como una espècialidad terapéutica como son la
república hermana del Brasil y el Reino Unido. ¿Que sucedería con nuestros Códigos de ética al
tener en cuenta títulos de especialistas otorgados por otras entidades deontológicas o gobiernos
extranjeros?. Los valores éticos que se defienden cuando no son universales se convierten sólo en
dogmas. Esta ortodoxia dogmática debe ser revisada si realmente pretendemos defender los
valores éticos sobre los cuales legislamos. Quizás porque estemos dentro del período de "caos" de
I. Lazlo, cerca de un momento de bifurcación en el conocimiento científico es que la sociedad
deba aceptar este tipo de arbitriaredades y que debemos elaborar un nuevo marco teórico para la
ética en relación con la Homeopatía.

2)Por ser considerada peyorativamente como una medicina alternativa o de segunda opción.

El criterio ético que debe primar en toda prescripción es el viejo axioma "Primero no dañar", el
valor ético de una prescripción está dada en la ecuación : máxima eficacia con mínimo riesgo.
Esta ecuación es frecuentemente olvidada, observándose los efectos iatrogénicos que este olvido
implica. La medicina homeopática carece de efectos adversos, por lo tanto la variable eficacia es
la que debe ser tenida siempre en cuenta en el tratamiento: ¿ es esta medicación homeopática
eficaz para el tratamiento de la enfermedad que he diagnosticado?. Es por lo tanto para todo
médico homeópata una obligación moral y ética, el estar pemanentemente informado de lo que
ocurre en todos los campos de la medicina, para valorar correctamente que es lo mejor para su
paciente.


Existen situaciones extremas que señalan esta necesidad.
Es común que muchos paciente aquejados de enfermedad cancerosa, acudan a la homeopatía a
los fines de buscar ayuda y alivio en su enfermedad
Muchos de ellos hacen la salvedad que desean recibir tratamiento convencional y que buscan a la
homeopatía como un tratamiento de apoyo. Existen situaciones que el médico homeópata debe
prestar su consejo en base a los recientes hallazgos y que en determinadas circunstancias la
Homeopatía puede serle de gran utilidad (9), evitando el daño inútil de algunos tratamientos
convencionales. Tomemos como ejemplo un paciente con cáncer de próstata y que desea recibir
tratamiento homeopático de apoyo junto con el tratamiento convencional de cirugía,
quimioterapia y radioterapia. La literatura médica ha comenzado ha dudar de la efectividad de la
cirugía en casos de cáncer de próstata localizado, no existen evidencias que la prostactetomía
radical mejora la sobrevida, especialmente en pacientes que se hallan dentro de los 10‐15 años
de la mediana de sobrevida para la población general en el momento del diagnóstico inicial, con
el agravante de provocar alta morbilidad como por ejemplo complicaciones cardiopulonares,
impotencia, estrechez uretral e incontinencia urinaria (10).
Como vemos el problema de la decisión terapéutica está dejando de ser un problema fácil de
resolver através del analisis estadisticos, la cuestión de la decisión terapéutica está siendo vista
no tan sólo através de un informe cuantitativo de números, sino también cualitativo. Algunos
epistemólogos de la ciencia medica han comenzando a entrever esta problemática (11): "...Los
estudios clínicos controlados sirven para impedir la introducción de nuevos métodos preventivos,
de diagnóstico o tratamiento, si es que ello no son mejores, es decir más efectivos que aquellos
ya en uso, mientras que los razonamientos éticos nos ayudan a decidir si los efectos de las nuevas
técnicas son íntrinsecamente buenas, es decir moralmente aceptables. Las cuestiones éticas
fueron de menor importancia en aquellos días cuando los médicos podían hacer muy poco por sus
pacientes, pero éstas no pudieron ser más ignoradas cuando fue posible transferir órganos vitales
de una persona a otra, diagnosticar anormalidades congénitas en el feto y prolongar la vida en
pacientes sin esperanza de cura. La profesión médica pudo al fin aprender a apreciar que la
práctica clínica es no sólo la aplicación de la ciencia natural, sino que la decisión clínica siempre
incluye un juicio de valor. Como resultado de este darse cuenta los clínicos contemporáneos no
sólo hablan acerca de cura y sobrevida, sino también acerca de la calidad de vida de sus
pacientes".

En esta verdadera torre de Babilonia de argumentos a favor y en contra de determinados


procedimientos terapéuticos, el médico homeópata debe siempre mantener despierto su jiuicio
de valores de lo que es útil para su paciente en base a la ecuación ya mencionada de
eficacia\posible daño a causar. Mucho actos terapéuticos con desatrosas consecuencias, derivan
del hecho de que el médico es inducido a creer que es un "hombre de ciencia" y que debe poner
en práctica todos los métodos conocidos para la cura del paciente, de este modo el médico olvida
que és tan sólo un hombre tratando de aliviar a su prójimo mediante la aplicación del difícil arte
de la medicina.
Es así que la Medicina Homeopática será revalorizada, no ya como una alternativa médica, sino
como una opción terapéutica de primera línea, habiéndose descubierto los condicionamientos


éticos de muchos tratamientos considerados como útiles y eficaces, pero que han olvidado el
respeto humano y la calidad de vida del paciente.

Hemos hablado de dos necesidades básicas de establecer nuevos valores éticos para la actividad
de la Medicina Homeopática en el campo de las ciencias médicas, basados en la emergencia de
nuevos paradirgmas y reformulaciones de lo que es un individuo enfermo.

También será necesario elaborar un código de ética en las vinculaciones de orden práctico que el
médico homeópata mantiene en su actitud terapéutica, estas vinculaciones son con sus colegas
de la profesión médica convencional y con su paciente.

1) Con los colegas de la medicina convencional

La medicina homeopática es una especialidad, pero no lo es en el sentido clásico del término, no


es una especialidad de órgano, sino que es una especialidad terapéutica que ve al hombre dentro
de un contexto holístico e integrado, por el contrario las especializaciones ven al hombre
fragmentado en sólo su órgano enfermo. Es por ello que el médico homeópata se ve enfrentado
en situaciones particulares de índole práctico que son dificiles de resolver.
Muchas veces en el consultorio acuden a la consulta pacientes que desean ver curados su acidez
estomacal. Observamos entonces que estos paciente traen consigo una batería de medicamentos
que han sido prescriptos por otros colegas especialistas: medicamentos antireumáticos,
medicamentos cardiológicos y tranquilizantes dados por su médico clínico. En este caso el médico
homeópata obrará con cautela, haciendo docencia de su labor médica y tratando de explicar de
la manera más prudente que es muy posible que sus trastornos gástricos se deban a la cantidad
de medicamentos que está ingiriendo y que la medicina homeopática puede suplantar algunos de
ellos, teniendo en cuenta que se lo tratará de medicar en base a las características de toda su
persona y no órgano por órgano.
Muchos volverán al especialista que los ha tratado de su dolencia por años, depositando su
confianza en esa relación mantenida por mucho tiempo. El médico homeópata no debe ejercer
influencia en contra de esta relación médico\ paciente que existía antes de la consulta
homeopática. Por ejemplo existen pacientes que durante el tratamiento homeopático mejoran en
los valores de su tensión arterial, a pesar de que acudió "tan sólo a la consulta homeopática por
sus trastornos digestivos ", es así que al regularizarse su presión arterial se disminuyen o se
suspenden los fármacos antihipertensivos, pero el paciente continúa acudiendo a su médioco
cardiólogo a control. Esta relación de confianza establecida hace muchos años, no debe ser nunca
inducida a interrumpirse, puesto que forma parte del tratamiento.
Otra situación práctica se plantea cuando en el transcurso de una enfermedad se necesita de la
colaboración de un médico especialista para realizar un método de diagnóstico de alguna
situación particular en que se está en dudas. En la medicina convencional la derivación del
paciente por parte de un médico clínico a un especialista, implica que el médico especialista no
sólo realiza el diagnóstico sino que también indique una prescripción. Es de buen proceder ético,
que el médico homeópata informe al colega que realizará el estudio a su paciente, de que el


mismo se halla bajo tratamiento homeopático y que solicita su auxilio a los fines de elaborar un
diagnóstico más certero. Quizás el colega no comparta el tratamiento a instituir, pero valorará la
actitud ética, acercándonos de este modo a un verdadero trabajo en equipo que redundará en
beneficio del paciente.

2) Con el paciente

Si bien la información acerca de las "medicinas alternativas" está siendo cada vez más difundida,
esto lleva a situaciones peligrosas para la misma medicina homeopática: la presencia de
embaucadores que prometen curas milagrosas y por otro lado la inducción de falsas expectativas
con respecto al tratamiento.
Los pacientes deben ser provistos de toda la información necesaria y desprejuiciada acerca del
tipo de tratamiento que están por recibir, de esta manera podrán tomar una decisión más
fundamentada. En este tipo de medicinas que desgraciadamente algunos toman como "tierra de
nadie", el médico se encuentra en la obligación ética de explicar a su paciente los usos y
limitaciones de la Medicina Homeopática, debiendo hacer hincapié que la Homeopatía muchas
veces podrá curar, otras veces ayudar a curar, o tan sólo aliviar. Así mismo deberá informar que
en ciertas circunstancias se emplearán medicamentos químicos de la medicina convencional,
puesto que él como cualquier egresado de la Facultad de Medicina es un conocedor de las
herramientas terpéuticas de la medicina química tradicional.
Es también una norma ética a respetar, el no inducir una actitud contraria contra la medicina
química. Si el médico observa que una situación clínica determinada que pueda estar asociada a
la ingesta de un medicamento químico convencional, es prudente guardar en reserva la
explicación de esta situación si el paciente no solicita una explicación sobre el particular. Es útil
no realizar expresiones tales como "usted fue intoxicado por tal remedio", debemos recordar que
la yatrogenia verbal es también tan perniciosa como la yatrogenia medicamentosa, y el paciente
guardará siempre el recuerdo de que su organismo fue agredido por un determinado fármaco con
un estigma psicológico que pude acarrear también consecuencias sobre su salud.

Como médicos homeópatas debemos estar a la altura de la medicina que practicamos, una
medicina humanista, integral, progresista y natural como es la medicina homeopática; deberemos
demostrar en la práctica diaria de nuestro consultorio que nos hallamos en el nivel adecuado de
nuestros conocimientos y valores éticos humanos para ser protagonistas de la próxima revolución
en el campo de la medicina que se avecina.‐

"Dios, llena mi alma de amor por el arte y por todas las criaturas. Aparta de mí la tentación de
que la sed de lucro y la búsqueda de la gloria influencien en el ejercicio de mi profesión. Sostén
la fuerza de mi corazón para que siempre esté dispuesto a servir al pobre y al rico, al amigo y al
enemigo, al justo y al injusto.
Haz que no vea más que al hombre en aquel que sufre. Haz que mi espíritu permanezca claro en
toda circunstancia, pues grande y sublime es la ciencia que tiene por objeto conservar la salud y
la vida de todas las criaturas.


Concédeme, Dios mío, indulgencia y paciencia con los enfermos obstinados y groseros.
Haz que sea moderado en todo, pero insaciable en mi amor por la ciencia. Aleja de mí la idea de
que lo puedo todo. Dame fuerza, la voluntad y la oportunidad de ampliar cada vez más mis
conocimientos, a fin de que pueda procurar mayores beneficios a los que sufren."
Maimónides.

BIBLIOGRAFÍA CITADA
1) Clinical Research,methodology for Complementary Therapies,edited by G.T. Lewit &
D.Aldridge (Gran Bretaña, Hodder and Stoughton, 1993),p. 231.

2) J. Bronowski, Ciencia y valores humanos.( Barcelona, Editorial Lumen,1968),p.106

3)T. S. Khun, La estructura de las revoluciones científicas (Buenos Aires,Fondo de cultura


económica,1.988),p.114.

4) M. Meeroff, Etica Médica (Buenos Aires, Editorial Akadia, 1993),pp. 82\85.

5) E. Laszlo, La gran bifurcación ( Barcelona,Editorial Gedisa S. A.,1990), p. 43.

6) F. Escardó, Moral para médicos (Buenos Aires, A. Peña Lillo Editor S.A,1977), p. 26.

7) L. Dossey,Tiempo,espacio y medicina ( Barcelona,Editorial Kairós S. A.,1986),p 339.

8) Etica en Medicina (Buenos Aires, Fundación Alberto Roemmers,1982),p. 125.

9) A. Clover,Patients with cancer of breast. British Homoeopathic Journal 1993,82;174‐178.

10) S.Bilgrami, B. R. Greenberg.Why so many operations for localised prostate cancer ?. The
Lancet,1994, 344 ;700‐701.

11) H. Wulff, A. Pedersen & R. Rosenberg. Phylosophy of medicine,an introduction ( Oxford,


Blackwell Scientific Publications,1990)p. 9.

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