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PROBLEMA DE LA TICA

El ser humano se caracteriza, segn San Agustn, por una actitud de bsqueda que le lleva a ir ms all de l mismo, a autotrascenderse. Ese impulso se realiza en el mbito del entendimiento, y lleva al hombre a descubrir en su propio interior a Dios iluminando su alma y posibilitndole el llegar a la verdad. Pero ese impulso se da tambin en el mbito del querer, de la voluntad. El hombre busca la felicidad, pero la felicidad no la puede encontrar en l mismo. El ser humano se ve obligado tambin a autotrascenderse en el mbito del querer, ya que solo le puede hacer feliz algo que sea superior a l, y este algo slo puede ser Dios. La voluntad humana tiende necesariamente a la felicidad y, como solo Dios es el objeto adecuado para proporcionarla, solo autotrascendindose puede llegar el hombre a ser feliz. Sin embargo, el ser humano es libre y responsable para decidir si va a seguir a Dios o le va a dar la espalda. Para entender la concepcin de San Agustn sobre la libertad, hay que tener presente su distincin entre libre albedro y libertas: El libre albedro (que nos concede Dios) consiste en la capacidad de decidir libremente entre el bien y el mal. Pero es una capacidad frgil como consecuencia del pecado original, a causa del cual, con frecuencia, se tiende al mal. El hombre solo podr elegir el bien si recibe la gracia divina, don gratuito de Dios a sus elegidos. Con la gracia, el libre albedro se transforma en libertas y el hombre tiende al bien. El libertas (mxima libertad) es el anhelo de amar el supremo bien y satisfacer as la bsqueda humana de la felicidad. Dios es el bien supremo. Con l, el hombre lo tiene todo y alcanza la mxima felicidad. Cuando el hombre anhela a Dios y lo ama, es cuando hace pleno uso de su libertad. Por tanto, el hombre ms libre es el que realiza lo que es ms necesario para su supremo bien. Esta concepcin de libertad habla tambin del mal, lo que le permite a San Agustn enfrentarse al problema del origen del mal. Fue Dios el responsable de su existencia? Aunque San Agustn fue seducido por el maniquesmo en su juventud, finalmente adopta la concepcin Neoplatnica por la cual describe al mal no como una realidad positiva, sino como una privacin, una ausencia, una carencia del bien. Al no ser algo real, no puede ser atribuido a Dios. El mal, lo mismo que el bien, tiene su origen en el libre albedro del ser humano.

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