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ADAM SMITH av INVESTIGACION Rents Bes e _ LANATURALEZA _Y CAUSAS DE LA __. RIQUEZA DE LAS - _ | NACIONES "i ox a Primera edicién en inglés, 1776 Primera edicién en espaiiol (E. Cannan), 1937 Segunda edicién en espatiol (Fce), 1958 Decimoquinta reimpresin, 2006 Smith, Adam Investigacion sobre Ia naturaleza y causas de la riqueza de las naciones / Adam Smith ; ed. de Edwin Cannan ; introd. de Max Lerner ; trad. de Gabriel Franco. — 2" ed. — México : FCE, 1958 919 p. : 94 17 em — (Cole. Economia) ‘Titulo original The Wealth of Nations ISBN 968-16-0210-2 1. Economia I. Cannan, Edwin, ed. I. Lerner, Max, introd. II], Franco, Gabriel, u. IV. Ser V. LC HB 161 $65 Dewey 330.1 $6421 Distribucién mundial Comentarios y sugerencias: editorial@fondodeculturaeconomica.com www.fondodeculturaeconomica.com Tel. (55)5227-4672 Fax (55)5227-4694 ‘Empresa certifieada ISO 9001: 2000 Titulo original: The Wealth of Nations D. R. © 1958, FONDO DE CULTURA ECONOMICA Carretera Picacho-Ajusco 227; 14200 México, D. F. Se prohibe la reproduccién total o parcial de esta obra —incluido el diseio ipogrifico y de portada—, sea cual fuere el medio, electrénico o mecanico, sin el consemtimiento por escrito del editor. ISBN 968-16-0210-2 Impreso en México ® Printed in Mexico ESTUDIO PRELIMINAR La vipa DE ADAM SMITH Para comprender la personalidad de Adam Smith hay que encua- drarlo en su ambiente y en su época, Es un producto del siglo de las luces, pero tiene las raices clavadas muy hondo en Escocia. Se eleva ideolégicamente por encima de las barreras nacionales, hasta el punto de considerar cuales serian las ventajas para el bienestar humano si todos los paises unidos por la libertad de comercio no formasen sino un solo conjunto, pero la altura de su pensamiento no le hace perder de vista los intereses de su patria. Le subyuga el ambiente y la sociedad de Glasgow y de Edimburgo, pero se mueve con soltura en los circulos politicos de Londres y en los salones de Ja aristocracia, Retorna sin violencia de la capital a la provin y en los ultimos afios de su existencia lo vemos feliz en Edimburgo, entregado a la rutina de su cargo de Comisionado de Aduanas, arrobado en la lectura de los cldsicos griegos y rodeado de unos cuantos amigos, fieles y constantes. Nuestro personaje nacié en Kirkaldy, en 1723, pueblo costanero de Escocia. Breve compendio de mar, agricultura y escasa actividad fa- bril. Representada ésta por una pequefia manufactura de alfileres, circunstancia al parecer fortuita, pero que habia de herir vivamente Ja imaginacién del gran economista. Después de estudiar en la Burgh School de Kirkaldy, una de las mejores de Escocia, pasé al Glasgow College, donde: permanecié de 1735 a 1740. Este colegio era un centro de gran actividad intelectual, y el contacto con tres verdaderos maestros habia de dejar un surco indeleble en su vida. Los personajes eran Simson, el matemitico, Dunlop, el helenista, y Hutcheson, el fildsofo, La influencia de este ultimo fue considerable y no se puede considerar la trayectoria del pensamiento smithiano sin pasar por las ensefianzas del gran pro- fesor de moral. Seguramente que en su cAtedra comenzé a indagar el discipulo sobresaliente en la respuesta tocante a si podemos o no reducir nuestros sentimientos morales a la simpatia. Mas tarde, consigue una beca para estudiar en el Balliol College, de Oxford, que no se distingue por la sapiencia de los maestros, ni la inquietud de sus discipulos. La triste situacién de aquella univer- sidad y de otras inglesas nos Ja describe sin ambages ni paliativos en vit vu Gabriel Franco el Libro V de La riqueza de las naciones, precisamente alli donde aborda los problemas de ensefianza. Esos aiios los dedicé principal- mente al estudio det griego y del latin, cultivando con esmero también la literatura francesa y la italiana. Una gran biblioteca sirve de re- fugio al escocés, malquisto como todos los de su pais en aquel am- biente hostil y reaccionario. Vuelve a Escocia en 1746 y permanece dos afios en el hogar, al lado de su madre. Luego, en 1748-49, lo encontramos en Edimburgo y sabemos de una lectura sobre literatura inglesa. De esa ¢poca data su amistad con el escritor y jurista Henry Homes, que después alcanzd el titulo de Lord Kames. En el perfodo comprendido entre 1750-51 da un curso, en el que aboga ya por la doctrina de la libertad de comercio. Las lecturas de Edimburgo fueron la antesala de la Universidad. En 1751 fue llamado a ocupar la citedra de légica en Glasgow. La en- fermedad de otro profesor, Craigie, primero, su muerte después, fue el motivo de que se le encomendase Ja ensefianza de filosof{a moral, disciplina que cultivé en aquella Universidad trece afios, los mejores de su vida, si hemos de acogernos a su testimonio, En sus lecturas de los afios 1752-53 expone su doctrina de la li- bertad econémica, desarrollada mas tarde en Le riqueza de las na- ciones, y esboza su filosofia de la historia, que amplié més tarde, en- riqueciéndola con nuevas perspectivas. La publicacién de la Teoria de los sentimientos morales, en 1759, marca un derrotero importante en su vida. Ese libro fue considerado desde los primeros momentos como una obra maestra. Le consagra intelectualmente y, tras la fama, va en aumento el niimero de estu- diantes ansiosos de ofr sus explicaciones. En Glasgow cultiva el trato de comerciantes, que no sélo se pre ocupaban por los resultados del debe y del haber, sino que gozaban con los buenos espectaculos, el cultivo de las bellas letras y el trato de los hombres ilustres. La ciudad, en trance de crecimiento y en Ia vertiente de dos mundos, es un magnifico observatorio para el estudioso de la economia, situado, a su vez, en una encrucijada his- térica. Es miembro distinguido del Club de Economia. Pertenece a la Literary Society of Glasgow, donde se discute lo divino y lo humano. Frecuenta la tertulia del matemdfico Simson y es uno de los habituales del Club Aderson. Entre los asiduos encontramos a Black, uno de sus amigos mds intimos, y a Watt, famoso en la historia de las artes me- cdnicas, En 1752 figura como presidente de la Philosephical Society of Edin- burgh, de la que Hume es secretario. Se cuenta entre los fundadores de The Select Society de Edimburgo, que leva el sello de las acade- mias francesas. Pero los temas literarios y filosdficos no oscurecen el interés por las cuestiones practicas y econémicas, perfectamente enla- Estudio preliminar 1 zadas en las preocupaciones de aquel siglo. Fue promotor de la Edin- burgh Review, que no gozé de larga vida, a pesar de su buena factura y del renombre de los calaboradores, Adam Smith fue un hombre eminentemente sociable. Vemos en torno suyo a casi todas las celebridades de Escocia, y su trato debié ser muy exquisito cuando supo conservarlas, a pesar de las diferencias que de continuo separan, después de choques, mis o menos violentos, a los que despuntan en el campo de las letras, de las ciencias y de las bellas artes. Entre sus mejores amigos recordamos a Hume y a Fer- gusson, La amistad con cl primero es realmente ejemplar. Fue su albacea literario, y quedé encomendada a su prudencia la publicacién de un manuscrito, que no se atrevié a dar a la imprenta el gran filé- sofo. Adam Smith gozé de la confianza de Townshend, que le encomendé Ja tutorfa de su sobrino el Duque de Buccleugh, en un viaje por el Continente. Excursién de dos afios por Europa que le permitié co- nocer a los fisiécratas y a los principales personajes de la Enciclopedia. Preceptor y discipulo se retinen en enero de 1764 y juntos empren- den el viaje por Francia. El 14 de febrero de ese mismo ajfio escribe desde Paris renunciando a su cdtedra. Severo con los demas en cues- tiones de asistencia, no quiere sentar un mal precedente. Después de una corta estancia en Paris, tutor y discipulo siguen a Toulouse, la segunda capital de la nacién, donde al principio no salieron de un circulo de personas de nacionalidad inglesa. Después de una prolongada residencia en esta ciudad, recorren las regiones del sur y llegan a Ginebra, donde se mueven en un mundo de sabios y de nobles. Entre los personajes de aquellas reuniones de gran fuste intelectual estaba Voltaire, a quien profesé siempre una admiracién sincera. En diciembre de 1765 estén de nuevo en Paris, donde se quedan hasta noviembre de 1766. Introducido por su mejor amigo, David Hume, que acababa de dejar la secretaria de la embajada inglesa, frecuenta los salones mds célebres. Conoce al Barén de Holbach, a Helvetius, Morellet, D'Alembert, Turgot y Necker. Visita la “‘secta” en el santuario de Versalles, y, aunque su talento pasa inadvertido a Dupont de Nemours, tales entrevistas son la ocasién de un intercam- bio de ideas, beneficioso en alto grado para el talento de Smith. Gomo todo el mundo sabe, pensé dedicar La riqueza de las naciones a Quesnay, y el propésito se hubiera cumplido de no malograrlo la muerte del famoso doctor, fundador de la escuela fisiocratica. Alli conocié a Turgot, futuro Ministro de Luis XVI y brazo ejecutor de la “Escuela”, aunque el éxito no le acompaiiase completamente en los propésitos. A pesar de cuanto se ha dicho sobre las relaciones perso- nates entre estos dos ilustres escritores, es casi seguro que apenas hubo correspondencia entre ellos. Pero eso no fue ningun obstaculo para que Trurgot le enviara una copia de la Memoria concerniente a los im-

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