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Tenemos dos cerebros: uno en la cabeza y otro oculto en nuestras entrañas. Los
neurólogos han hallado que este último también es capaz de recordar, ponerse nervioso y
dominar a su colega más noble.
A su vez, los elementos nerviosos dedicados a las funciones motoras se categorizan en una
división somática, que inerva los músculos esqueléticos, y una división autónoma, que une los
llamados músculos lisos, el músculo cardiaco y las glándulas. Hasta hace poco, los expertos
incluían el cerebro de la panza dentro del SNP. “Pensábamos que el aparato gastrointestinal
era un tubo hueco con reflejos simples. A nadie se le ocurrió contar las fibras nerviosas que lo
recorren”, confiesa David Wingate, profesor de la Universidad de Londres.
No es un secreto que el aparato gastrointestinal tiene el cometido de aportar al organismo un
suministro continuo de agua, electrolitos y elementos nutritivos. Para conseguirlo, requiere
conducir la comida a lo largo del tubo digestivo mediante unos movimientos ondulatorios
llamados peristálticos, secretar jugos digestivos, digerir los alimentos, absorber los productos
digeridos, los electrolitos y el agua; transportar este material hasta el sistema circulatorio y,
finalmente, expulsar los productos de desecho.
Todas estas tareas están bajo control, en mayor o menor grado, del cerebro abdominal,
también conocido como sistema nervioso entérico (SNE). Pero su cometido va más allá que el
de supervisar los ya de por sí complejos procesos digestivos. Al igual que el recluido en las
paredes craneales, el cerebro entérico produce sustancias psicoactivas que influyen en el
estado anímico, como los neurotransmisores serotonina y dopamina, así como diferentes
opiáceos que modulan el dolor. Además, sintetiza benzodiazepinas, compuestos químicos que
tienen el mismo efecto tranquilizante que el Valium.
El camino desde la boca del estómago hasta el ano es largo: primero 30 cm de duodeno, luego 5
metros de intestino delgado y, finalmente, 1,5 m de intestino grueso. El cerebro entérico dirige las
cuatro fases del reflejo peristáltico (arri- ba, a la izquierda).
Cerebro Abdominal