Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Reanimación encefálica
N. Bruder, F. Gouvitsos, D. Pellissier, J.-M. Stordeur
Anestesia-Reanimación 1
E – 36-613-C-10 ¶ Reanimación encefálica
2 Anestesia-Reanimación
Reanimación encefálica ¶ E – 36-613-C-10
Cuadro III.
Grados del coma.
Nivel Reactividad Pupilas Reflejos del tronco Ventilación
Corticosubcortical Reacción de despertar + Simétricas ROH + Normal
Parpadeo ante una ame- RFM + RFO +
naza +
Flexión orientada ROV +
Diencefálico Reacción de despertar ± Miosis ROH + Cheyne-Stokes
Parpadeo ante una ame- RFM + RFO +
naza -
Descorticación ROV +
Mesodiencefálico Flexión/extensión Intermedias ROH + Hiperventilación
Descerebración RFM + RFO -
ROV -
Mesencefálico Midriasis arreactiva ROH + Hiperventilación
Descerebración RFM - RFO -
ROV -
Pontino Arreactivo Miosis intensa ROH - Anárquica
RFM - RFO -
ROV -
RFM: reflejo fotomotor; ROH: reflejo oculocefálico horizontal; RFO: reflejo frontoorbicular; ROV: reflejo oculocefálico vertical; diencéfalo = núcleos grises
centrales y tálamo; mesencéfalo = pedúnculos cerebrales.
examen del reflejo fotomotor, el estado de las pupilas es Vías respiratorias superiores y control
un factor con gran valor de localización. La midriasis se
define por un diámetro pupilar superior a 4 mm. En los
de la ventilación
pacientes con traumatismo craneal, el estado de los La evaluación respiratoria de todos los pacientes con
reflejos pupilares tiene un valor pronóstico constante. sufrimiento neurológico es fundamental. Una puntua-
Sin embargo, no hay que sacar conclusiones demasiado ción de Glasgow superior o igual a 8 multiplica por un
apresuradas del examen de las pupilas. Una midriasis factor 5 la probabilidad de éxito de la intubación
uni o bilateral puede obedecer a muchos mecanismos, siempre que se cumplan los criterios ventilatorios de
entre los cuales pueden citarse la administración de altas desconexión de la ventilación mecánica [8]. Las compli-
dosis de catecolaminas, la hipotermia profunda, diversas caciones guardan relación con los trastornos de la
intoxicaciones (por ejemplo, por alcohol) y los trauma- ventilación (hipo o hiperventilación) y con la falta de
tismos oculares. Al término de esta exploración física protección de las vías respiratorias, todo lo cual expone
simple, el coma puede clasificarse en varios grados a un riesgo de bronconeumopatía. La hipoventilación es
(Cuadro III). Esta clasificación proporciona un paráme- casi constante en presencia de un coma. La hipoxia y la
tro de gravedad y, al mismo tiempo, permite seguir de hipercapnia resultantes agravan las lesiones neurológi-
manera objetiva la evolución de los pacientes. cas. Por el contrario, la hiperventilación neurógena de
algunas lesiones del tronco del encéfalo, sobre todo
Evaluación del riesgo de hipertensión tumorales [9], provoca una hipocapnia, a veces intensa
(<20 mmHg), con disminución del flujo sanguíneo
intracraneal cerebral (FSC) y tendencia a la isquemia. Aunque
existen pocos métodos para combatir esta hiperventila-
Evaluación clínica ción, los morfínicos pueden atenuarla [10].
Los parámetros clínicos siguen siendo indispensables Los trastornos de la deglución se ven favorecidos por
para evaluar la evolución o la agravación de una HIC. las alteraciones de la conciencia y por la lesión de los
El primer parámetro es el estado de la conciencia. Los nervios mixtos en la fosa posterior. Cuando se asocian
pacientes que tienen una puntuación de Glasgow de ambos factores, las posibilidades de extubación poco
15 no presentan HIC. El aumento de la presión intra- tiempo después son muy bajas, lo que justifica la
craneal (PIC) se traduce, en primer lugar, por somnolen- práctica de una traqueotomía precoz [11]. En los pacien-
cia con obnubilación (puntuaciones de Glasgow de tes conscientes que han sufrido una lesión de la fosa
9-14). Puede haber cefaleas, náuseas o vómitos, pero son posterior, la exploración endoscópica de la deglución
inconstantes. La evolución hacia una HIC grave provoca (tras la extubación) permite decidir la indicación de una
un coma cada vez más profundo. Los signos clínicos de traqueotomía para proteger las vías respiratorias. Una
enclavamiento cerebral suelen presentarse de forma parálisis facial altera la primera fase de la deglución, es
tardía. Asocian midriasis arreactiva, primero unilateral y decir, el paso del bolo alimenticio por la orofaringe. Es
después bilateral, reactividad en descerebración y luego un factor que agrava los trastornos, pero muy pocas
una hipertensión arterial grave acompañada por bradi- veces responsable de aspiraciones permanentes.
cardia y trastornos del ritmo. La aparición de estos
signos constituye una urgencia terapéutica extrema.
Examen neurológico después
Pruebas complementarias del ingreso
Las indicaciones de monitorización de la PIC, para las Antes de ser trasladado a un servicio de neurología,
cuales se han establecido algunas recomendaciones, sólo de neurocirugía o a un centro de larga estancia, cual-
son claras en los pacientes con traumatismo craneal [7]. quier paciente que haya permanecido en reanimación
En los demás pacientes, a la hora de decidir la monito- neurológica debe ser sometido a una evaluación neuro-
rización, se deben tener en cuenta el antecedente de lógica clínica que servirá de base para el seguimiento
HIC, las posibilidades terapéuticas que ofrece la moni- posterior y que, al completarse con los estudios radioló-
torización y el riesgo de complicaciones. gicos, permitirá identificar las posibles secuelas. Además
Anestesia-Reanimación 3
E – 36-613-C-10 ¶ Reanimación encefálica
4 Anestesia-Reanimación
Reanimación encefálica ¶ E – 36-613-C-10
Monitorización circulatoria
Figura 3. Angiografía con reconstrucción en tres dimensiones El Doppler transcraneal se practica con un transduc-
de un aneurisma carotídeo gigante. Este tipo de reconstrucción tor de 2 MHz. Permite recoger la señal procedente de las
permite visualizar bien las relaciones de las arterias con el aneu- arterias del polígono de Willis. Las velocidades medias y
risma. La ventaja de la angiografía, en comparación con la diastólicas son los dos parámetros que más se emplean
tomografía, es su mejor resolución espacial. en reanimación. Los valores normales dependen de la
edad, del hematócrito y de la presión parcial arterial de
CO2 (PaCO2). Las modificaciones del trazado Doppler se
isquémico antes de la trombólisis. Algunos centros la pueden interpretar como un reflejo de la PPC. Existen
utilizan de forma habitual en esta indicación. trazados muy específicos del paro circulatorio cerebral,
pero el Doppler no se reconoce como un método de
Angiografía
referencia para el diagnóstico de muerte cerebral.
La angiografía cerebral sigue siendo la prueba de Además, permite evaluar la evolución del estado circu-
referencia para el diagnóstico de las lesiones vasculares latorio, en el sentido de la hiperemia o del vasoes-
cerebrales. El perfeccionamiento de los aparatos permite pasmo, después de un traumatismo craneal o de una
obtener imágenes de los vasos cerebrales en tres dimen- hemorragia subaracnoidea. El Doppler sólo es un
siones y, con ello, una localización anatómica exacta de método de detección cuyos datos deben confirmarse
las anomalías (Fig. 3). Hoy en día, la angiografía cerebral con ayuda de otro método (angiografía para confirmar
se realiza a menudo como parte de una evaluación un vasoespasmo o determinación de la SyO 2 para
preterapéutica mediante radiología intervencionista o confirmar la hiperemia). En los accidentes vasculares
para la evaluación prequirúrgica. isquémicos, el grado de disminución del flujo sanguíneo
en la arteria afectada es un factor pronóstico
Otros métodos (tomografía computarizada significativo.
por emisión de fotón único [SPECT],
tomografía por emisión de positrones [PET] Valores normales y factores de variación
y resonancia magnética funcional [RMf]) de las velocidades circulatorias cerebrales (VCC)
Anestesia-Reanimación 5
E – 36-613-C-10 ¶ Reanimación encefálica
Cuadro IV.
Velocidades circulatorias e índice de pulsatilidad: valores normales en el adulto.
Arteria Profundidad (mm) Media Diastólica Sistólica IR IP
ACM 40-55 62±12 45±10 90±16 0,4-0,7 0,90±0,24
ACA 60-75 50±13 35±10 71±18 0,83±0,17
ACP 55-80 37±10 26±7 53±11 0,88±0,20
TB 85-100 39±9 31±9 52±9
ACM: arteria cerebral media; ACA: arteria cerebral anterior; ACP: arteria cerebral posterior; TB: tronco basilar; IR: índice de resistencia; IP: índice de
pulsatilidad.
50
• La PaCO2 y la presión parcial arterial de oxígeno propiedades elásticas de la pared arterial, etc.). Las
(PaO2) son los principales factores de modificación de modificaciones menores de estos índices no deben
las velocidades. La variación es de 2-4%/mmHg para tenerse en cuenta por separado.
la PaCO2 cuando la autorregulación está intacta. Esto
significa que la velocidad en la arteria silviana es del Evaluación del resultado de los tratamientos
60-150% de su valor de referencia cuando la PaCO2 El Doppler transcraneal permite evaluar en tiempo
varía en 20-60 mmHg. Las velocidades aumentan de real el efecto de los tratamientos sobre la circulación
forma exponencial cuando la PaO2 cae por debajo de cerebral. El aumento progresivo de la PPC se acompaña
60 mmHg. de modificaciones características del trazado Doppler
Las VCC se emplean a menudo para calcular el FSC. (Fig. 4). El Doppler también permite evaluar de forma
Esta relación no siempre es real, ya que la velocidad del fiable la reactividad al CO2. Sin embargo, ningún dato
flujo circulatorio en un vaso depende de dos factores: el prospectivo demostró el beneficio de esa monitorización
flujo en el vaso y el diámetro de éste. Para un flujo
para mejorar la evolución de los enfermos, de manera
idéntico, la velocidad aumenta cuando existe una
que su uso para encaminar los tratamientos no puede
estenosis o un vasoespasmo. Como las capacidades de
recomendarse expresamente. En la práctica, para los
vasodilatación de los segmentos arteriales proximales de
equipos que la usan, no resulta sencillo prescindir del
los vasos intracraneales son reducidas, una velocidad
Doppler transcraneal en los casos difíciles. En la urgen-
disminuida siempre indica un flujo reducido. Una
velocidad acelerada indica un flujo aumentado, un cia, la información que proporciona el Doppler trans-
vasoespasmo o la coexistencia de ambos mecanismos. craneal permite establecer la gravedad de una HIC e
Por el contrario, es importante recordar que la velocidad indicar un tratamiento antes de iniciar la monitoriza-
puede ser normal cuando a un flujo excesivamente bajo ción de la PIC. A lo largo de la evolución, la interpreta-
en la arteria se asocia un vasoespasmo. En cambio, las ción de los datos suministrados por el Doppler
variaciones de las VCC son un buen indicio de las transcraneal requiere a menudo la evaluación de otros
variaciones del FSC. Cuando se cumplen diversas tareas parámetros (PIC, SyO2). Esta monitorización polimodal
cognitivas, las variaciones de la velocidad en la arteria es la que permite tomar las decisiones más adecuadas
afectada (por ejemplo, arteria cerebral posterior en la para el tratamiento del paciente con traumatismo
activación visual) son bien correlativas a la variación del craneal en una situación determinada.
FSC en el mismo territorio. Durante las modificaciones El Doppler transcraneal es un método muy sensible y
de la concentración de dióxido de carbono en la sangre muy específico para el diagnóstico de muerte cerebral.
en personas sanas, la variación de las velocidades por En un estudio realizado con 130 pacientes en estado de
mmHg de variación de la PaCO2 es una aproximación muerte cerebral, sólo hubo un falso negativo y ningún
muy buena a las modificaciones del FSC [16]. Así pues, el falso positivo [17]. En el contexto de la reanimación, el
estudio de las variaciones de las VCC en las personas aspecto más interesante es probablemente la rectifica-
sanas refleja las variaciones del FSC en el territorio en ción del diagnóstico ante pacientes con signos clínicos
cuestión. En los estados patológicos, esta relación de muerte cerebral debido a una sobredosis de barbitú-
depende del tipo y de la magnitud de las modificaciones ricos o a una hipotermia profunda. En este caso, la
de los vasos sanguíneos cerebrales. constatación de la persistencia de la circulación cerebral
Índices de pulsatilidad. permite evitar la desmovilización del personal respecto
Los dos índices que más se emplean son el índice de a la prosecución de la reanimación.
pulsatilidad de Gosling y el índice de resistencia de
Pourcelot: Monitorización metabólica
• índice de pulsatilidad IP = (Vs - Vd)/Vm;
• índice de resistencia IR = (Vs - Vd)/Vs. El cerebro es un órgano de alto consumo energético.
Vs: velocidad sistólica; Vd: velocidad diastólica; Vm: Aunque su peso representa el 2% del peso del cuerpo,
velocidad media. recibe el 20% del volumen circulatorio. La falta total de
Los valores de estos índices deben interpretarse con reserva energética exige mantener de forma permanente
prudencia. Su reproducibilidad es deficiente y los índices un suministro de oxígeno adecuado para el consumo de
pueden modificarse a causa de numerosos factores oxígeno cerebral (CMRO2). Con objeto de evaluar este
(resistencias distales, hematócrito, frecuencia cardíaca, parámetro, los anestesistas cuentan con las siguientes
6 Anestesia-Reanimación
Reanimación encefálica ¶ E – 36-613-C-10
monitorizaciones: SyO 2 , presión tisular cerebral de la oxigenación por la NIRS [19]. Esta neuromonitoriza-
oxígeno (PtiO2) y espectroscopia de infrarrojos (NIRS: ción necesita ser validada para poder utilizarse en la
near infra-red spectroscopy). evaluación de la isquemia cerebral.
Anestesia-Reanimación 7
E – 36-613-C-10 ¶ Reanimación encefálica
no neurológica [22, 24]. La gravedad de las insuficiencias pues, la evaluación de la causa de un estado hemodiná-
de un órgano es correlativa a la gravedad de la lesión mico inestable no es simple y puede justificar la instau-
neurológica [24]. Después de un ACV isquémico, el 50% ración de una monitorización invasiva. La hemorragia
de los fallecimientos se debe a una causa médica no subaracnoidea (HSA) por ruptura de un aneurisma es la
neurológica [25]. Entre las complicaciones, la más fre- enfermedad que originó la mayor cantidad de estudios
cuente es la infección pulmonar, sobre todo la que se acerca de las interacciones entre una enfermedad ence-
debe a un síndrome por aspiración. fálica y los trastornos cardiovasculares. Estas modifica-
ciones pueden vincularse en un primer momento a la
Complicaciones cardiovasculares HIC aguda que siempre acompaña a la ruptura de un
aneurisma (Fig. 6). Las modificaciones del ECG son muy
Es común observar complicaciones cardiovasculares frecuentes después de una HSA. Estos trastornos se
cuando la lesión neurológica afecta los centros bulbares atribuyen a la estimulación simpática intensa que
que controlan la actividad simpática y parasimpática. acompaña a la ruptura de un aneurisma y a la HIC. Ésta
Desde hace mucho tiempo se sabe que las lesiones favorece la aparición de los trastornos del ritmo, que
situadas por encima del tronco del encéfalo pueden hay que temer sobre todo cuando existe un alarga-
provocar trastornos cardiovasculares graves. En 1929, miento acentuado del intervalo QT. Estas modifica-
Penfield describió un síndrome de «crisis diencefálicas» ciones afectan principalmente a la repolarización (eleva-
que consiste en manifestaciones de trastornos neurove- ción o descenso del segmento ST, aumento del intervalo
getativos graves como, por ejemplo, taquicardia e QT, inversión de la onda T). Son mucho más habituales
hipertensión graves, cuya aparición brusca y su corta cuando la hemorragia es abundante, pero las modifica-
duración hacen pensar, en un primer momento, en un ciones del ECG no son un factor independiente del
origen epiléptico. En realidad, las manifestaciones de pronóstico. Existe un problema clínico cuando esas
epilepsia nunca se pudieron demostrar en la génesis de anomalías van acompañadas por trastornos de la fun-
este síndrome, que se observa con regularidad en las ción miocárdica, en algunos casos con un aumento de
hemorragias profundas diencefálicas o en los traumatis- las enzimas cardíacas [28] que puede desembocar en el
mos craneales graves [26]. De manera más simple, desde choque cardiogénico [29]. Estas lesiones miocárdicas son
hace siglos se conocen las relaciones entre las emocio- parecidas a las que a veces se observan en el transcurso
nes (miedo, dolor, angustia, etc.) y el sistema cardiovas- de la muerte cerebral, en las cuales se demostró la
cular. Las cuestiones que siempre se plantean son la influencia de una estimulación simpática intensa de
localización anatómica exacta de esos centros encefáli- origen central. La hipovolemia es frecuente y afecta al
cos del control cardiovascular y sus consecuencias 50% de los pacientes después de una hemorragia suba-
clínicas en patología. racnoidea [30]. Puede obedecer a una hemorragia, al uso
Las principales estructuras encefálicas identificadas de manitol o a factores hormonales (diabetes insípida,
respecto al control del sistema nervioso autónomo son secreción de factor natriurético auricular).
el sistema límbico, en especial la amígdala, y la ínsula. En los ACV se observa una incidencia anómala de los
La parte media y ventral del lóbulo temporal, la corteza trastornos del ritmo, en especial cuando esos ACV
temporal y la corteza prefrontal son también zonas que alcanzan la región insular [31]. Es posible imaginar que
podrían desempeñar algún papel. un desequilibrio del sistema simpático/parasimpático
favorece el desarrollo de arritmias. Tras una hemorragia
Lesiones neurológicas y sistema subaracnoidea, el 35% de los pacientes presentaba un
cardiovascular trastorno de ritmo y el 5% una arritmia grave [22].
El síndrome de muerte súbita en pacientes epilépticos
La mayoría de las veces, y desde el punto de vista
dio lugar a muchas investigaciones sobre la repercusión
cardíaco, la fase aguda de un daño cerebral se caracte-
cardiovascular de la epilepsia. Los trastornos de la
riza por un estado hiperdinámico con aumento del
repolarización en el ECG y los trastornos del ritmo son
volumen circulatorio, taquicardia e hipertensión arterial.
habituales durante las crisis, tal como se demostró en
Las anomalías del electrocardiograma (ECG) son habi-
registros continuos por EEG y ECG en esos pacientes.
tuales en todas las lesiones encefálicas agudas. Por lo
general, consisten en trastornos de la repolarización que
permiten sospechar una isquemia miocárdica. Las Complicaciones respiratorias
consecuencias hemodinámicas de una hipovolemia La lesión pulmonar es la complicación más frecuente.
pueden quedar ocultas por la respuesta de Cushing a la Una complicación pulmonar se observa en el 22% de
HIC, que asocia hipertensión arterial, bradicardia y los pacientes después de una hemorragia subaracnoi-
trastornos del ritmo. Por el contrario, una HIC vincu- dea [32] y en el 41% después de un traumatismo cra-
lada a una hemorragia subaracnoidea puede provocar neal [23]. Casi siempre consiste en una infección
una hipotensión aguda de mecanismo incierto [27]. Así respiratoria consecutiva a un síndrome por aspiración
8 Anestesia-Reanimación
Reanimación encefálica ¶ E – 36-613-C-10
α β
Aumento de la Lesión de la
Insuficiencia
presión capilar membrana
cardíaca
pulmonar alveolocapilar
Anestesia-Reanimación 9
E – 36-613-C-10 ¶ Reanimación encefálica
10 Anestesia-Reanimación
Reanimación encefálica ¶ E – 36-613-C-10
60 Trastornos de la coagulación
Los trastornos de la coagulación se observan en el
50
19% de los pacientes después de un traumatismo cra-
neal [23] . Pueden obedecer a una hemodilución por
40 hemorragias abundantes o a una coagulopatía por
consumo. Ésta estaría provocada por la liberación de
30 tromboplastina cerebral con activación de la coagula-
ción. Su aparición anticipa un pronóstico desfavorable y
20 requiere tratamiento inmediato [55]. Después de una
hemorragia subaracnoidea, en el 21% de los pacientes se
10 observa una trombocitopenia moderada (plaquetas
<120.000/mm3) y en el 6%, una trombocitopenia grave
(plaquetas <50.000/mm3) [24].
0
En los pacientes hospitalizados por un hematoma
C C n ca A ia C or
Tr HI ció gi HS ps AV m intracraneal compresivo, los trastornos de la coagulación
fe
c
ol
ó
pi
le Tu ocasionados por un tratamiento con antivitaminas K
In ur E
Ne son frecuentes. En esos pacientes es imperativo corregir
Figura 9. Frecuencia de la fiebre en los pacientes ingresados en los trastornos de la hemostasia antes de la intervención
reanimación neuroquirúrgica en función del motivo del ingreso. quirúrgica. Para ello se debe recurrir al PPSB (protrom-
TrC: traumatismo craneal; HIC: hemorragia intracraneal; HSA: bina, proconvertina, factor Stuart, factor antihemofílico
hemorragia subaracnoidea; ACV: accidente cerebrovascular. B), cuya acción es más rápida y se tolera mejor que el
plasma fresco congelado [56]. La dosis es de 20-30 UI/kg
de factor IX. Con o sin intervención quirúrgica, existe
controversia respecto a la conducta frente al tratamiento
las lesiones isquémicas y provoca lesiones en zonas que anticoagulante cuando el riesgo del cese terapéutico
no suelen estar afectadas. Este efecto agravante de las parece elevado (cardiopatía embolígena, prótesis valvu-
lesiones cerebrales se ha demostrado en numerosos lar mecánica). En este contexto, todos los autores están
estudios [45]. El tamaño de la lesión isquémica aumenta de acuerdo en interrumpir y antagonizar las antivitami-
en un factor 3-6 cuando la temperatura cerebral pasa de nas K [57]. En cambio, el momento de reanudar una
37 a 39-40 °C. Por el contrario, todos los estudios anticoagulación con heparina se discute debido al riesgo
experimentales revelan un efecto protector acentuado de de recidiva de un hematoma intracraneal [58]. En los
la hipotermia moderada (33-35 °C) [46]. pacientes que tienen una válvula cardíaca mecánica, el
riesgo de embolia y de isquemia cerebral subsiguiente, el
Medida de la temperatura cerebral
fallecimiento del enfermo o una isquemia periférica que
La temperatura de los pacientes se mide habitual- necesite una intervención quirúrgica se calculó en el 4%
mente en un sitio periférico (vejiga, recto, esófago, por año y paciente, y el riesgo de trombosis de la
tímpano). Ahora bien, se ha demostrado que la tempe- válvula en el 1,8% por año [59]. Esto quiere decir que el
ratura cerebral siempre es más alta que la de los otros riesgo diario de accidente debido a la interrupción del
sitios. La diferencia suele ser de 0,5 °C [47] , pero es tratamiento anticoagulante se puede calcular en el
posible encontrar diferencias de hasta 2 °C en pacientes 0,016%. Ésta es la razón por la cual algunos autores
afectados por un traumatismo craneal o una hemorragia recomiendan una interrupción de 4-6 semanas de la
subaracnoidea [48, 49]. Así pues, algunos autores reco- anticoagulación a dosis eficaz cuando el riesgo de
miendan hoy en día monitorizar la temperatura cere- recidiva hemorrágica es elevado [58]. Esta conducta sólo
bral, lo que es posible mediante la colocación de un fue validada de forma retrospectiva y con series de
sensor de la PIC. Si esta determinación no es posible, el pocos pacientes. El estudio con mayor población pre-
umbral de iniciación de las medidas que tienden a senta 39 pacientes con una válvula mecánica [60]. En los
combatir la fiebre en un paciente que sufrió una lesión 26 pacientes que sobrevivieron más de 2 días, los
cerebral debería estar comprendido entre 37,5 y 38 °C. anticoagulantes fueron interrumpidos entre 2 días y
3 meses (mediana de 8 días), sin que se produjera
Incidencia de la fiebre en neurorreanimación ningún accidente tromboembólico o una reanudación
La fiebre, definida como una temperatura corporal de la hemorragia. Así pues, la relación beneficio/riesgo
superior a 38,5 °C, sobreviene en el 47% de los pacien- de la reanudación de los anticoagulantes debe evaluarse
tes que ingresan en reanimación neuroquirúrgica, en en cada paciente por separado, aunque sería lícito
más del 50% de los afectados por una lesión encefálica interrumpir los anticoagulantes al menos durante los
y en más del 93% de los que permanecen en reanima- primeros 3 días siguientes a la hemorragia cerebral [61].
ción más de 14 días (Fig. 9) [50]. En los pacientes con
traumatismo craneal grave, la fiebre está directamente
relacionada con la gravedad neurológica, y los trata-
■ Principios de tratamiento
mientos que tienden a disminuir la temperatura corpo-
ral son poco eficaces [51]. Después de una hemorragia Ventilación mecánica y extubación
subaracnoidea, el 41% de los pacientes desarrolla una Debido a la hipotonía de las vías respiratorias supe-
fiebre superior a 38,3 °C. El 26% de ellos no tiene un riores, el coma provoca trastornos de la ventilación con
problema infeccioso. La fiebre se asocia de manera obstrucción laríngea, tos menos productiva con acumu-
significativa a la aparición de un vasoespasmo arterial lación de secreciones bronquiales, trastornos de la
cerebral y a un pronóstico desfavorable, independiente- deglución o anomalías de la orden ventilatoria. A su
mente de la gravedad de la hemorragia inicial o del vez, la hipoxemia y la hipercapnia agravan las alteracio-
desarrollo de una infección [52]. En numerosos estudios nes de la conciencia. Por tanto, la ventilación mecánica
se ha demostrado la relación entre un pronóstico enseguida se hace indispensable si existe un coma
neurológico desfavorable y la presencia de fiebre tras un profundo (puntuación de Glasgow <9), excepto cuando
ACV [53, 54]. En uno de esos estudios, la mortalidad se sospecha que el cuadro va a revertir pronto (crisis
aumentaba en un factor 3,4 cuando los autores compa- epiléptica).
raban a los pacientes normotérmicos con los pacientes Después de un ACV, más del 50% de los pacientes
febriles [54]. sufre en las primeras 24 horas una obstrucción de las
Anestesia-Reanimación 11
E – 36-613-C-10 ¶ Reanimación encefálica
12 Anestesia-Reanimación
Reanimación encefálica ¶ E – 36-613-C-10
Anestesia-Reanimación 13
E – 36-613-C-10 ¶ Reanimación encefálica
sufrido una lesión neurológica. Esta elección debe conoce, los mayores beneficios sobre la PIC y la PPC se
relativizarse en función de la tolerancia digestiva. La alcanzaban, en otro estudio, con una temperatura
intolerancia gástrica es la principal dificultad de la central de 35 °C [86].
administración de la nutrición enteral a los pacientes en Aparte de los efectos sobre la PIC, dos estudios
reanimación, sobre todo los que tienen una lesión revelaron un efecto protector cerebral de la hipotermia
neurológica. La acinesia gástrica es un problema fre- en clínica. Esos estudios prospectivos y aleatorizados
cuente. Durante la primera semana que sigue a un fueron conducidos en el marco de la reanimación del
traumatismo craneal, en el 50% de los pacientes existe paro circulatorio producido fuera del hospital, e inclu-
un retraso acentuado de la evacuación gástrica. Sólo el
yeron 77 y 273 pacientes. Demuestran un efecto favo-
16% de los pacientes tiene un peristaltismo gástrico
rable sobre el pronóstico neurológico de la hipotermia
normal durante las primeras 3 semanas siguientes al
a 33 °C, iniciada en el momento del ingreso al hospital
traumatismo [81].
Para mejorar la eficacia de la nutrición se pueden y continuada durante 24 horas [87, 88].
aplicar diversas medidas. Una atención específica con Manitol y soluciones hiperosmolares
un protocolo escrito y un personal auxiliar entrenado
permiten mejorar el índice de buenos resultados de la Hasta hace pocos años era habitual recomendar la
nutrición por vía gástrica. La asociación de una nutri- perfusión de dosis bajas de manitol (0,25 g/kg). En dos
ción parenteral como complemento de una nutrición estudios prospectivos aleatorizados comparativos entre
enteral es el método más simple para alcanzar con dosis bajas y altas de manitol en pacientes operados de
rapidez un aporte proteico calórico adecuado. urgencia por un hematoma subdural agudo o un hema-
La gastrostomía percutánea se usa poco en la fase toma intraparenquimatoso, Cruz et al demostraron que
aguda debido a la incertidumbre respecto a la evolución la perfusión de dosis elevadas de manitol antes de la
de los pacientes, pero en una fase más tardía se indica intervención quirúrgica (1,4 g/kg, es decir, 500 ml de
de forma amplia en caso de coma prolongado o de manitol al 20%, o 2,8 g/kg si la midriasis persistía al
trastornos de la deglución. La gastrostomía permite llegar el paciente al quirófano) mejoraba el pronóstico
evitar las lesiones esofágicas provocadas por la sonda, neurológico [89, 90] . El manitol se perfundía en dos
limita el riesgo de reflujo gastroesofágico y facilita la ocasiones (0,7 g/kg en la primera inyección y después
reanudación de la alimentación oral. La entrada percu- 0,7 o 1,4 g/kg según el estado pupilar): en el momento
tánea es rápida y poco invasiva pero, según nuestra del ingreso en reanimación para el traslado y al llegar al
experiencia, expone a un riesgo nada despreciable de quirófano. La mejora del pronóstico se debía probable-
infección de la pared.
mente a la disminución de la gravedad del enclava-
miento cerebral preoperatorio, así como a un mejor
Principios de tratamiento control de la HIC postoperatoria precoz. Resulta intere-
de la hipertensión intracraneal sante señalar que, después de cada perfusión de manitol,
también formaba parte del protocolo la administración
Tratamiento médico
de 6-7 ml/kg de NaCl al 0,9% para compensar las
El tratamiento médico siempre está indicado, ya sea pérdidas urinarias. El mantenimiento de la volemia es
para preparar al paciente para la cirugía o para dismi- sin duda una de las explicaciones para los buenos
nuir la PIC y mejorar la PPC. En los síndromes de resultados de esos estudios con el manitol. No se
enclavamiento con midriasis, un tratamiento médico recomienda el uso de este último durante largos perío-
enérgico de la HIC puede conducir a un pronóstico
dos. Cuando el tiempo de administración supera las
neurológico favorable. En el estudio de Qureshi et al, de
48 horas, la osmolalidad del LCR aumenta de forma
28 pacientes que sufrieron un síndrome de enclava-
progresiva hasta superar a la del suero. El efecto del
miento reversible con tratamiento médico, 11 permane-
manitol consiste en retener el agua en el sector inters-
cían con vida un año después y 7 tenían independencia
funcional [82]. ticial cerebral [91].
El efecto de la solución salina hipertónica sobre la
Hipotermia y tratamiento de la fiebre PIC sería comparable al del manitol con igual carga
El tratamiento de la fiebre es un aspecto terapéutico osmolar [92]. La finalidad de la solución hipertónica es
fundamental. Por desgracia, los tratamientos antipiréti- aumentar la presión arterial, lo que puede resultar
cos suelen ser poco eficaces [51]. El enfriamiento externo interesante en la fase prehospitalaria o en el momento
requiere sedación profunda e incluso curarización. Los del ingreso al hospital. A más largo plazo, la ventaja de
dispositivos intravasculares de enfriamiento podrían ser la solución salina sobre el manitol no está clara [93]. Al
interesantes [83]. igual que el manitol, el NaCl podría acumularse en la
Desde el punto de vista experimental, una hipotermia lesión cerebral y aumentar de forma secundaria el
moderada (32-34 °C) permite una protección cerebral edema perilesional [94].
muy eficaz. En el ser humano, los estudios clínicos son
menos concluyentes. En el estudio de Marion et al con Tratamiento con corticoides
82 pacientes, una hipotermia de 32-33 °C, instituida Los corticoides son sumamente eficaces sobre el
dentro de las 10 horas siguientes al traumatismo, edema peritumoral. No hay que dudar en prescribir
mejoraba el pronóstico neurológico en los pacientes que
dosis iniciales elevadas (60-120 mg de metilpredinoso-
tenían una puntuación de Glasgow de 5-7 [84] . Este
lona 3 veces por día). Los corticoides resultan poco
estudio originó encendidas discusiones. Más adelante, el
eficaces en los demás tipos de edema (hemorrágico,
estudio multicéntrico de Clifton et al no reveló ese
isquémico, traumático) y, por tanto, no deben prescri-
efecto positivo de la hipotermia. En el estudio de
Polderman et al con 136 enfermos que padecían una birse debido a sus efectos secundarios.
HIC grave, los pacientes que no respondían a los barbi- Hiperventilación y barbitúricos
túricos constituían el grupo de la hipotermia. La morta-
lidad de los pacientes tratados mediante hipotermia era Estos tratamientos se han estudiado sobre todo en el
más baja que la del grupo control (62 frente a 72%) y marco del traumatismo craneal y, por consiguiente, se
el porcentaje de buena recuperación neurológica más desarrollan en el artículo de la EMC dedicado a la
elevado (15,7 frente a 9,7%), a pesar de las puntuacio- neurotraumatología. Las ventajas y los riesgos de esos
nes de gravedad más altas en el grupo de la hipoter- tratamientos en la HIC de origen no traumático son los
mia [85]. Aunque el valor ideal de la temperatura no se mismos que después de un traumatismo craneal.
14 Anestesia-Reanimación
Reanimación encefálica ¶ E – 36-613-C-10
Anestesia-Reanimación 15
E – 36-613-C-10 ¶ Reanimación encefálica
16 Anestesia-Reanimación
Reanimación encefálica ¶ E – 36-613-C-10
Estudios prospectivos recientes con grupo de control y 3 cm y signos de compresión del tronco del encéfalo.
poca cantidad de pacientes no muestran ningún efecto En todos los demás casos, las indicaciones quirúrgicas
del tratamiento «triple H» [110]. En cambio, las compli- no son claras. En un estudio aleatorizado con
caciones de este tratamiento están bien documentadas. 1.033 pacientes [120] , la cirugía sistemática con el
Shimoda et al comunican un 28% de complicaciones propósito de disminuir el efecto de masa intracraneal no
intracraneales a causa de un edema cerebral o del ofrecía mejores resultados que el tratamiento médico
desarrollo de un infarto hemorrágico [111]. El edema respecto al pronóstico neurológico. Recientemente se ha
pulmonar es también una complicación frecuente y demostrado que el factor VII activado, inyectado dentro
puede afectar a un cuarto de los pacientes tratados. Los de las 4 horas siguientes al comienzo de los signos
casos clínicos ponen énfasis en el riesgo de encefalopa- clínicos, limitaba el aumento de volumen del hema-
tía hipertensiva, cuyo diagnóstico diferencial con una toma y mejoraba el pronóstico neurológico [121]. Esto se
agravación vinculada al vasoespasmo resulta difícil [112]. obtenía a costa de un aumento del riesgo trombótico.
En consecuencia, puede recomendarse la corrección de Así pues, mediante estudios posteriores deberán preci-
la volemia, frecuente después de una hemorragia suba- sarse las indicaciones del factor VII en las hemorragias
racnoidea, y el aumento razonable de la presión arterial. cerebrales.
Se debe evitar una expansión excesiva de la volemia, y
la presión arterial no debe superar los 200 mmHg para Hemorragias ventriculares
la sistólica y los 110 mmHg para la diastólica.
La hemorragia ventricular es una complicación de la
El tratamiento intervencionista del vasoespasmo
hemorragia subaracnoidea y de la hemorragia intracere-
consiste en la inyección in situ de papaverina o en la
bral en el 15 y el 40% de los pacientes respectivamen-
angioplastia cerebral. La papaverina es un vasodilatador
te [122]. Cuando esta hemorragia provoca una
inespecífico con actividad sobre el vasoespasmo proxi-
hidrocefalia obstructiva, el tratamiento consiste en el
mal y distal. Su efecto sólo es transitorio y se han
drenaje ventricular externo. Sin embargo, a menudo los
descrito numerosas complicaciones (hipotensión, arrit-
catéteres se obstruyen con coágulos y la lentitud de la
mias, déficit neurológico transitorio, convulsiones). La
disolución del coágulo intraventricular requiere un
angioplastia es un tratamiento inmediatamente eficaz y
tiempo de drenaje prolongado. A este respecto, en
definitivo del vasoespasmo arterial. Aunque se han
numerosos casos clínicos publicados se menciona la
publicado numerosos casos clínicos que afirman la
inyección intraventricular de urocinasa o de rt-PA para
eficacia de este tratamiento, la falta de un estudio
acelerar la evacuación de la sangre. Esos estudios revelan
controlado no permite sacar conclusiones sobre la
una disminución de la mortalidad y una menor necesi-
relación beneficio/riesgo de esta técnica [113]. Cuando
dad de derivación definitiva del LCR con dicha técni-
aparece un déficit neurológico, la angioplastia debe
ca [123, 124]. La dosis de urocinasa es de 5.000-
efectuarse dentro de las 2 horas siguientes [114].
25.000 unidades y la de rt-PA, de 3 mg. Es necesario
pinzar la derivación durante 1 hora después de la
Hematomas intracraneales inyección para permitir el contacto del trombolítico con
el coágulo. Antes de indicar un tratamiento trombolí-
Hemorragias intraparenquimatosas tico, es indispensable asegurarse de la inexistencia de
Las hemorragias intracerebrales son dos veces más una malformación vascular cerebral mediante una
frecuentes que la hemorragia subaracnoidea y tienen angiografía.
peor pronóstico [115] . Más del 50% de los pacientes
presenta alteraciones de la conciencia desde el principio.
Los principales factores de riesgo de una hemorragia son Accidentes cerebrovasculares
la edad y los antecedentes de hipertensión arterial. isquémicos
Durante la primera hora que sigue al ingreso, el hema-
Al brindar atención a estos pacientes, el tratamiento
toma aumenta de volumen en el 26% de los pacien-
de base debe respetar los mismos principios que ante
tes [116]. La hipertensión arterial sería un factor de riesgo
cualquier paciente con una lesión neurológica. El
de este aumento de volumen durante las primeras
mantenimiento de una presión arterial elevada, el
24 horas [117]. Sin embargo, algunos recomiendan tratar
control de la fiebre, la corrección de una hiperglucemia,
sólo la hipertensión arterial sistólica que supere los
así como la prevención y el tratamiento de las lesiones
180 mmHg [115] por el riesgo de isquemia en la zona de
respiratorias y de la hipoxemia son los objetivos priori-
penumbra que rodea al hematoma, sobre todo porque la
tarios. El motivo más frecuente del ingreso en reanima-
disminución de la presión arterial durante las primeras
ción es la agravación neurológica o respiratoria que, a
24 horas es un factor independiente de mortalidad [118].
corto plazo, requiere intubación traqueal y ventilación
El riesgo de epilepsia es de alrededor del 6%. La utilidad
mecánica. Los demás pacientes ingresan en el servicio
de un tratamiento antiepiléptico sistemático es, en
de neurología. Sin embargo, ante la falta de una unidad
consecuencia, motivo de discusión. En los pacientes en
neurovascular organizada (unidad de ictus), los pacien-
coma resulta útil practicar un EEG para descartar un
tes sometidos a trombólisis por vía intravenosa o
estado epiléptico no convulsivo.
intraarterial suelen vigilarse en reanimación durante las
En estos pacientes se justifica la monitorización de la
primeras 24 horas debido al riesgo hemorrágico cerebral.
PIC. El tratamiento de la HIC carece de especificidad
Por tanto, es útil que el especialista en reanimación
alguna fuera de la cirugía. El tratamiento quirúrgico no
conozca la conducta terapéutica actual en estos casos, ya
se indica para los pacientes que tienen una hemorragia
que la misma implica un beneficio potencial elevado,
pequeña (volumen del hematoma <10 cm3) y un déficit
pero también un riesgo de agravación.
neurológico mínimo. El volumen del hematoma se
puede calcular fácilmente con la fórmula ABC/2, en la
Trombólisis intravenosa
cual A, B y C son las medidas del hematoma en centí-
metros en los tres planos del espacio [119]. La cirugía En los últimos años se han efectuado numerosos
tampoco se indica para la mayoría de los pacientes con ensayos aleatorizados multicéntricos para evaluar la
una puntuación de Glasgow inferior o igual a 4 y un trombólisis en la fase aguda del ACV isquémico. Todos
hematoma voluminoso. Las buenas indicaciones quirúr- los ensayos que incluyeron la estreptocinasa por vía
gicas son los pacientes jóvenes con una hemorragia intravenosa se acompañaron de un riesgo inaceptable de
abundante que se agrava desde el punto de vista clínico, hemorragia cerebral con agravación clínica [125]. Las
y los que tienen una malformación vascular a la que se razones de esas hemorragias son probablemente
puede acceder fácilmente, o un hematoma de más de multifactoriales.
Anestesia-Reanimación 17
E – 36-613-C-10 ¶ Reanimación encefálica
Cuadro VIII.
Criterios de contraindicación de una trombólisis intravenosa.
Contraindicación absoluta Contraindicación relativa
- Hemorragia cerebral o meníngea - HTA no controlada (PAS >185 mmHg; PAD >110 mmHg)
- Antecedente de ACV o de traumatismo craneal dentro de los - Mejoría rápida de los síntomas
3 meses previos - Crisis de epilepsia
- Horario incierto del comienzo de los signos clínicos -Trastornos de la coagulación o tratamiento con anticoagulantes
- Compromiso neurológico menor - Signos precoces de infarto >33% del territorio de la arteria silviana
- Coma en el momento del ingreso
- Cirugía mayor (con riesgo hemorrágico) dentro de los 14 días
previos
- Antecedente de hemorragia intracerebral
- IM reciente
- Hemorragia gastrointestinal o urinaria dentro de las 3 semanas
previas
- Punción arterial en un sitio no compresible dentro de los 7 días
previos
ACV: accidente cerebrovascular; IM: infarto de miocardio; HTA: hipertensión arterial; PAS: presión arterial sistólica; PAD: presión arterial diastólica.
18 Anestesia-Reanimación
Reanimación encefálica ¶ E – 36-613-C-10
Anestesia-Reanimación 19
E – 36-613-C-10 ¶ Reanimación encefálica
afección son criterios determinantes si se consideran de cuando la hipertonía se limita a algunos grupos muscu-
forma aislada. El razonamiento del equipo que toma a lares, se puede indicar miorrelajación con toxina botu-
cargo a los pacientes con una afección neurológica grave línica. El efecto es temporal (algunos meses) y permite
tiene en cuenta no sólo las posibilidades de superviven- abolir la espasticidad en el músculo tratado. Otra causa
cia del paciente, sino, en especial, el pronóstico funcio- frecuente de limitación articular son las paraosteoartro-
nal previsible. Para la mayoría de los equipos está claro patías (POA). La mayoría de las veces se manifiestan por
que un paciente que sobrevive a la reanimación con un un síndrome inflamatorio local de las grandes articula-
síndrome de desaferentación o un paciente de 70 años ciones. El aumento de las fosfatasas alcalinas, e incluso
que vive hemipléjico y afásico representa malos resulta- la gammagrafía ósea, permiten formular el diagnóstico.
dos y fracasos terapéuticos. Por tanto, en los pacientes El tratamiento consiste en interrumpir la movilización
de edad avanzada se justifica plenamente una atención de la articulación afectada y administrar
neuroquirúrgica en reanimación si la recuperación antiinflamatorios.
funcional es posible, es decir, en la práctica, antes de la En la actualidad, las secuelas cutáneas se previenen
aparición de los signos de enclavamiento (midriasis con bastante facilidad mediante los cuidados de enfer-
arreactiva, reactividad en descerebración, coma irrever- mería y el uso de colchones «antiescaras» que permiten
sible). En cambio, los pacientes más jóvenes que pueden la distribución de las presiones de apoyo. Las escaras
soportar una reanimación prolongada y una rehabilita- también pueden producirse en los pacientes más graves
ción de varios meses, justifican una atención enérgica y, en general, obedecen al desarrollo de una desnutri-
aun cuando ingresan en estado de enclavamiento ción grave.
cerebral. Cuando a priori no existe una indicación Las lesiones oculares deben temerse cuando existe
neuroquirúrgica o de un procedimiento de neurorradio- una parálisis facial. La falta de oclusión palpebral puede
logía intervencionista previsible, el traslado del paciente llevar en 24 horas a una queratitis, que puede ser el
hacia un centro neuroquirúrgico no se justifica. punto de partida de otra infección. Ante la falta de
recuperación rápida, se hace necesaria la tarsorrafia.
Por último, la sonda gástrica agrava los trastornos de
■ Prevención de las secuelas la deglución y provoca lesiones de esofagitis. Cuando la
duración previsible de la nutrición enteral es superior a
Las secuelas motoras y las limitaciones articulares 1 mes, resulta preferible la gastrostomía de alimentación
ocupan el primer lugar entre las preocupaciones. El (casi siempre practicada por vía endoscópica).
plazo hasta el traslado hacia un centro de rehabilitación
de los pacientes que sufren un coma suele ser prolon-
gado. Así pues, ya en reanimación es muy importante
■ Conclusión
prevenir y tratar las secuelas físicas vinculadas al coma. No cabe ninguna duda de que la reanimación de los
La hipertonía de la fase de despertar de los comas es pacientes que padecen una afección neurológica o
difícil de tratar, a pesar de los miorrelajantes (baclo- neuroquirúgica presenta muchas peculiaridades. No en
feno). La kinesiterapia suave es la única forma de todos los centros es posible la superespecialización de
retrasar las retracciones tendinosas. Es inútil y nefasto los anestesiólogos para ese tipo de pacientes. Segura-
combatir activamente la retracción manteniendo el mente tampoco es conveniente si conduce a un aisla-
miembro en extensión con ataduras. Esto sólo aumenta miento respecto a los demás aspectos de la reanimación.
la hipertonía sin modificar la evolución. En cambio, Sin embargo, la reanimación encefálica no se limita a la
“ Puntos principales
• La exploración física sigue siendo la mejor evaluación neurológica inicial y la mejor monitorización de la
agravación neurológica. Las ventajas de una sedación profunda deben confrontarse con la pérdida de este elemento
fundamental del examen clínico.
• Entre los numerosos métodos de monitorización neurológica instrumental, la PIC y el Doppler transcraneal se han
convertido en elementos ineludibles de la reanimación de los pacientes neuroquirúrgicos.
• Las complicaciones extracerebrales (cardíacas, pulmonares, sépticas, metabólicas) se producen en el 40-60% de
los pacientes afectados por una lesión encefálica aguda en reanimación.
• La corrección de los trastornos de la coagulación es fundamental antes de emprender cualquier procedimiento
neuroquirúrgico.
• Los tratamientos médicos de la HIC no deben retrasar un tratamiento quirúrgico. El acortamiento de los plazos
entre la aparición de los signos de enclavamiento y la descompresión quirúrgica es la mejor garantía de una
evolución favorable.
• En la fase aguda, el objetivo terapéutico médico es limitar al máximo la frecuencia de los episodios de isquemia
cerebral para preservar la zona de «penumbra isquémica».
• Sin duda alguna, respetar los principios generales de presión de perfusión, de ventilación, de oxigenación y de
transfusión es importante. Sin embargo, en los algoritmos de tratamiento también deben considerarse objetivos
terapéuticos individuales y basados en los datos de la monitorización.
• Junto a la traumatología craneal, la reanimación de los ACV (hemorrágicos e isquémicos) avanzó de manera
considerable en los últimos años. El especialista en reanimación de estas afecciones debe conocer todas las
posibilidades terapéuticas, médicas y quirúrgicas, así como sus complicaciones.
• Es indispensable la colaboración permanente con los neurocirujanos, los neurorradiólogos y los neurólogos en la
fase aguda.
• La prevención de las secuelas físicas comienza desde el ingreso en reanimación y justifica la puesta en marcha de
una red de atención con la rehabilitación funcional.
20 Anestesia-Reanimación
Reanimación encefálica ¶ E – 36-613-C-10
del paciente con traumatismo craneal. Cada vez más [17] Ducrocq X, Braun M, Debouverie M, Junges C, Hummer M,
pacientes son derivados por otras afecciones, en especial Vespignani H. Brain death and transcranial Doppler:
el ACV. Al contrario que la actitud derrotista del pasado, experience in 130 cases of brain dead patients. J Neurol Sci
nuevos métodos terapéuticos médicos y quirúrgicos han 1998;160:41-6.
permitido mejorar de forma significativa el pronóstico y [18] Stocchetti N, Paparella A, Bridelli F, Bacchi M, Piazza P,
justifican el esfuerzo por ampliar los conocimientos Zuccoli P. Cerebral venous oxygen saturation studied with
bilateral samples in the internal jugular veins. Neurosurgery
médicos sobre estas enfermedades. Seguramente no es
1994;34:38-43.
posible reemplazar al neurólogo, el neurocirujano o el [19] Ter Minassian A, Poirier N, Pierrot M, Menei P, Granry JC,
neurorradiólogo, pero el hecho de compartir los cono- Ursino M, et al. Correlation between cerebral oxygen
cimientos básicos sobre los mecanismos de la agravación saturation measured by near-infrared spectroscopy and
neurológica de los pacientes permite mejorar la calidad jugular oxygen saturation in patients with severe closed head
de la colaboración entre los distintos protagonistas. Al injury. Anesthesiology 1999;91:985-90.
igual que en los otros campos de la reanimación, el [20] Vespa P, Nenov V, Nuwer M. Continuous EEG monitoring in
trabajo en equipo es la clave del éxito terapéutico. the intensive care unit: early findings and clinical efficacy.
J Clin Neurophysiol 1999;16:1-3.
.
Anestesia-Reanimación 21
E – 36-613-C-10 ¶ Reanimación encefálica
[37] Boulard G. Sodium, osmolarité plasmatique et volume [61] Wijdicks EF, Schievink WI, Brown RD, Mullany CY. Early
cérébral. Ann Fr Anesth Reanim 2001;20:196-202. anticoagulation in patients with prosthetic heart valves and
[38] Zornow M, Todd M, Moore S. The acute cerebral effects of intracerebral hematoma. Neurology 1999;52:676-7.
changes in plasma osmolality and oncotic pressure. [62] Sirvent J, Torres A, Vidaur L, Armengol JdB, Bonet A.
Anesthesiology 1987;67:936-41. Tracheal colonisation within 24 h of intubation in patients
[39] Sviri GE, Feinsod M, Soustiel JF. Brain natriuretic peptide with head trauma: risk factor for developing early-onset
and cerebral vasospasm in subarachnoid hemorrhage. Clinical ventilator-associated pneumonia. Intensive Care Med 2000;
and TCD correlations. Stroke 2000;31:118-22. 26:1369-72.
[40] Hans P, Bonhomme V, Damas F. Les hypernatrémies en [63] Akca O, Koltka K, Uzel S, Cakar N, Pembeci K, Sayan M,
pathologie neurochirurgicale. Ann Fr Anesth Reanim 2001; et al. Risk factors for early-onset, ventilator-associated
20:213-8. pneumonia in critical care patients: selected multiresistant
[41] Lanier WL, Stangland KJ, Scheithauer BW, Milde JH, versus nonresistant bacteria. Anesthesiology 2000;93:638-45.
Michenfelder JD. The effects of dextrose infusion and head [64] Coplin W, Pierson D, Cooley K, Newell D, Rubenfeld G.
position on neurologic outcome after complete cerebral Implications of extubation delay in brain-injured patients
ischemia in primates: examination of a model. Anesthesiology meeting standard weaning criteria. Am J Respir Crit Care Med
1987;66:39-48. 2000;161:1530-6.
[42] Diaz-Parejo P, Stahl N, Xu W, Reinstrup P, Ungerstedt U, [65] De Jonghe B, Cook D, Appere-De-Vecchi C, Guyatt G,
Nordstrom CH. Cerebral energy metabolism during transient Meade M, Outin H. Using and understanding sedation scoring
hyperglycemia in patients with severe brain trauma. Intensive systems: a systematic review. Intensive Care Med 2000;26:
Care Med 2003;29:544-50. 275-85.
[43] Lam AM, Winn HR, Cullen BF, Sundling N. Hyperglycemia [66] Riker R, Picard J, Fraser G. Prospective evaluation of the
and neurological outcome in patients with head injury. Sedation-Agitation Scale for adult critically ill patients. Crit
J Neurosurg 1991;75:545-51.
Care Med 1999;27:1325-9.
[44] Lanzino G, Kassell NF, Germanson T, Truskowski L,
[67] Albanese J, Viviand X, Potie F, Rey M, Alliez B, Martin C.
Alves W. Plasma glucose levels and outcome after aneurysmal
Sufentanil, fentanyl, and alfentanil in head trauma patients: a
subarachnoid hemorrhage. J Neurosurg 1993;79:885-91.
study on cerebral hemodynamics. Crit Care Med 1999;27:
[45] Ginsberg MD, Busto R. Combating hyperthermia in acute
407-11.
stroke: a significant clinical concern. Stroke 1998;29:529-34.
[68] Carrasco G, Molina R, Costa J. Propofol vs midazolam in
[46] Sano T, Drummond J, Patel P, Grafe M, Watson J, Cole D. A
comparison of the cerebral protective effects of isoflurane and short-, medium-, and long-term sedation of critically ill
mild hypothermia in a model of incomplete forebrain patients: a cost benefit analysis. Chest 1993;103:557-64.
ischemia in the rat. Anesthesiology 1992;76:221-8. [69] Cannon ML, Glazier SS, Bauman LA. Metabolic acidosis,
[47] Verlooy J, Heytens L, Veeckmans G, Selosse P. Intracerebral rhabdomyolysis, and cardiovascular collapse after prolonged
temperature monitoring in severely head injured patients. propofol infusion. J Neurosurg 2001;95:1053-6.
Acta Neurochir (Wien) 1995;134:76-8. [70] Cray SH, Robinson BH, Cox PN. Lactic acidemia and
[48] Mellergard P. Monitoring of rectal, epidural, and bradyarrythmia in a child sedated with propofol. Crit Care
intraventricular temperature in neurosurgical patients. Acta Med 1998;26:2087-92.
Neurochir (Wien) 1994;60(suppl):485-7. [71] Cremer OL, Moons KG, Bouman EA, Kruijswijk JE, de
[49] Rossi S, Zanier ER, Mauri I, Columbo A, Stocchetti N. Brain Smet AM, Kalkman CJ. Long-term propofol infusion and
temperature, body core temperature, and intracranial pressure cardiac failure in adult head-injured patients. Lancet 2001;
in acute cerebral damage. J Neurol Neurosurg Psychiatry 357:117-8.
2001;71:448-54. [72] Anonymous. Sédation, analgésie, curarisation en
[50] Kilpatrick MM, Lowry DW, Firlik AD, Yonas H, Marion DW. réanimation. Recommandations pour la pratique clinique.
Hyperthermia in the neurosurgical intensive care unit. Paris: SFAR-Elsevier; 2000.
Neurosurgery 2000;47:850-6. [73] Cammarano W, Pittet J, Weitz S, Schlobohm R, Marks J.
[51] Stocchetti N, Rossi S, Zanier ER, Colombo A, Beretta L, Acute withdrawal syndrome related to the administration of
Citerio G. Pyrexia in head-injured patients admitted to analgesic and sedative medications in adult intensive care unit
intensive care. Intensive Care Med 2002;28:1555-62. patients. Crit Care Med 1998;26:676-84.
[52] Oliveira-Filho J, Ezzeddine MA, Segal AZ, Buonanno FS, [74] Katz R, Kelly H, Hsi A. Prospective study on the occurrence
Chang Y, Ogilvy CS, et al. Fever in subarachnoid hemorrhage: of withdrawal in critically ill children who receive fentanyl by
relationship to vasospasm and outcome. Neurology 2001;56: continuous infusion. Crit Care Med 1994;22:763-7.
1299-304. [75] Bruder N, Raynal M, Pellissier D, Courtinat C, Francois G.
[53] Castillo J, Davalos A, Marrugat J, Noya M. Timing for fever- Influence of body temperature, with or without sedation, on
related brain damage in acute ischemic stroke. Stroke 1998; energy expenditure in severe head-injured patients. Crit Care
29:2455-60. Med 1998;26:568-72.
[54] Wang Y, Lim LL, Levi C, Heller RF, Fisher J. Influence of [76] Rapp R, Young B, Twyman D, Bivins B, Haack D, Tibbs P,
admission body temperature on stroke mortality. Stroke 2000; et al. The favorable effect of early parenteral feeding on
31:404-9. survival in head-injured patients. J Neurosurg 1983;58:
[55] Gando S, Tedo I, Kubota M. Posttrauma coagulation and 906-12.
fibrinolysis. Crit Care Med 1992;20:594-600.
[77] Bruder N, Dumont JC. Nutrition artificielle du traumatisé
[56] Stein SC, Chen XH, Sinson GP, Smith DH. Intravascular
crânien. Ann Fr Anesth Reanim 1998;17:186-91.
coagulation: a major secondary insult in nonfatal traumatic
[78] Bruder N, Dumont JC, Francois G. Evolution of energy
brain injury. J Neurosurg 2002;97:1373-7.
[57] Fredriksson K, Norrving B, Stromblad LG. Emergency expenditure and nitrogen excretion in severe head-injured
reversal of anticoagulation after intracerebral hemorrhage. patients. Crit Care Med 1991;19:43-8.
Stroke 1992;23:972-7. [79] Kudsk K, Croce M, Fabian T, Minard G, Tolley E, Poret H,
[58] Crawley F, Bevan D, Wren D. Management of intracranial et al. Enteral versus parenteral feeding. Effects on septic
bleeding associated with anticoagulation: balancing the risk morbidity after blunt and penetrating abdominal trauma. Ann
of further bleeding against thromboembolism from prosthetic Surg 1992;215:503-11.
heart valves. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2000;69:396-8. [80] Moore F, Feliciano D, Andrassy R, McArdle A, Booth F,
[59] Cannegieter SC, Rosendaal FR, Briet E. Thromboembolic Morgenstein WT, et al. Early enteral feeding, compared with
and bleeding complications in patients with mechanical heart parenteral, reduces postoperative septic complications. The
valve prostheses. Circulation 1994;89:635-41. results of a meta-analysis. Ann Surg 1992;216:172-83.
[60] Wijdicks EF, Schievink WI, Brown RD, Mullany CJ. The [81] Ott L, Young B, Phillips R, McClain C,Adams L, Dempsey R,
dilemma of discontinuation of anticoagulation therapy for et al. Altered gastric emptying in the head-injured patient:
patients with intracranial hemorrhage and mechanical heart relationship to feeding intolerance. J Neurosurg 1991;74:
valves. Neurosurgery 1998;42:769-73. 738-42.
22 Anestesia-Reanimación
Reanimación encefálica ¶ E – 36-613-C-10
[82] Qureshi AI, Geocadin RG, Suarez JI, Ulatowski JA. Long- [104] Anonymous. Recommandations pour la pratique clinique.
term outcome after medical reversal of transtentorial Anévrysmes intracrâniens rompus : occlusion par voie
herniation in patients with supratentorial mass lesions. Crit endovasculaire versus exclusion par microchirurgie. Paris:
Care Med 2000;28:1556-64. ANAES; 2000.
[83] Krieger DW, De Georgia MA, Abou-Chebl A, Andrefsky JC, [105] Qureshi AI, Sung GY, Razumovsky AY, Lane K, Straw RN,
Sila CA, Katzan IL, et al. Cooling for acute ischemic brain Ulatowski JA. Early identification of patients at risk for
damage (cool aid): an open pilot study of induced symptomatic vasospasm after aneurysmal subarachnoid
hypothermia in acute ischemic stroke. Stroke 2001;32: hemorrhage. Crit Care Med 2000;28:984-90.
1847-54. [106] Lysakowski C, Walder B, Costanza MC, Tramer MR.
[84] Marion D, Penrod L, Kelsey S, Obrist W, Kochanek P, Transcranial Doppler versus angiography in patients with
Palmer A, et al. Treatment of traumatic brain injury with vasospasm due to a ruptured cerebral aneurysm: a systematic
moderate hypothermia. N Engl J Med 1997;336:540-6. review. Stroke 2001;32:2292-8.
[85] Polderman KH, Tjong Tjin Joe R, Peerdeman SM, [107] Suarez JI, Qureshi AI, Yahia AB, Parekh PD, Tamargo RJ,
Vandertop WP, GirbesAR. Effects of therapeutic hypothermia Williams MA, et al. Symptomatic vasospasm diagnosis after
on intracranial pressure and outcome in patients with severe subarachnoid hemorrhage: evaluation of transcranial Doppler
head injury. Intensive Care Med 2002;28:1563-73. ultrasound and cerebral angiography as related to
[86] Shiozaki T, Sugimoto H, Taneda M, Yoshida H, Iwai A, compromised vascular distribution. Crit Care Med 2002;30:
Yoshioka T, et al. Effect of mild hypothermia on 1348-55.
uncontrollable intracranial hypertension after severe head [108] Stordeur JM, Bruder N, Cantais E, Pellissier D, Levrier O,
injury. J Neurosurg 1993;79:363-8. Gouin F. Monitorage de la saturation veineuse jugulaire en
[87] Bernard SA, Gray TW, Buist MD, Jones BM, Silvester W, oxygène au cours d’un vasospasme cérébral sévère après
Gutteridge G, et al. Treatment of comatose survivors of out- hémorragie sous-arachnoïdienne. Ann Fr Anesth Reanim
of-hospital cardiac arrest with induced hypothermia. N Engl 2000;19:111-4.
J Med 2002;346:557-63. [109] Rinkel GJ, Feigin VL, Algra A, Vermeulen M, Van Gijn J.
[88] Group THACAS. Mild therapeutic hypothermia to improve Calcium antagonists for aneurysmal subarachnoid
the neurologic outcome after cardiac arrest. N Engl J Med haemorrhage. Cochrane Database Syst Rev 2002(4)
2002;346:549-56. (CD000277).
[89] Cruz J, Minoja G, Okuchi K. Improving clinical outcomes [110] Treggiari MM, Walder B, Suter PM, Romand JA. Systematic
from acute subdural hematomas with the emergency review of the prevention of delayed ischemic neurological
preoperative administration of high-doses of mannitol: a deficits with hypertension, hypervolemia, and hemodilution
randomized trial. Neurosurgery 2001;49:864-71. therapy following subarachnoid hemorrhage. J Neurosurg
[90] Cruz J, Minoja G, Okuchi K. Major clinical and physiological 2003;98:978-84.
benefits of early high-doses of mannitol for intraparenchymal [111] Shimoda M, Oda S, Tsugane R, Sato O. Intracranial
temporal lobe hemorrhages with abnormal pupillary complications of hypervolemic therapy in patients with a
widening: a randomized trial. Neurosurgery 2002;51:628-37. delayed ischemic deficit attributed to vasospasm. J Neurosurg
[91] Polderman KH, Van De Kraats G, Dixon JM, Vandertop WP, 1993;78:423-9.
Girbes AR. Increases in spinal fluid osmolarity induced by [112] Amin-Hanjani S, Schwartz RB, Sathi S, Stieg PE.
mannitol. Crit Care Med 2003;31:584-90. Hypertensive encephalopathy as a complication of
[92] Zornow M, Oh Y, Scheller M. A comparison of the cerebral
hyperdynamic therapy for vasospasm: report of two cases.
and haemodynamic effects of mannitol and hypertonic saline
Neurosurgery 1999;44:1113-6.
in an animal model of brain injury. Acta Neurochir (Wien)
[113] Polin RS, Coenen VA, Hansen CA, Shin P, Baskaya MK,
1990;51(suppl):324-5.
Nanda A, et al. Efficacy of transluminal angioplasty for the
[93] Qureshi AI, Suarez JI. Use of hypertonic saline solutions in
management of symptomatic cerebral vasospasm following
treatment of cerebral edema and intracranial hypertension.
aneurysmal subarachnoid hemorrhage. J Neurosurg 2000;92:
Crit Care Med 2000;28:3301-13.
[94] QureshiAI, Suarez JI, BhardwajA. Malignant cerebral edema 284-90.
in patients with hypertensive intracerebral hemorrhage [114] Rosenwasser RH, Armonda RA, Thomas JE, Benitez RP,
associated with hypertonic saline infusion: a rebound Gannon PM, Harrop J. Therapeutic modalities for the
phenomenon? J Neurosurg Anesthesiol 1998;10:188-92. management of cerebral vasospasm: timing of endovascular
[95] Mayhall CG,Archer NH, Lamb VA, SpadoraAC, Baggett JW, options. Neurosurgery 1999;44:975-9.
Ward JD, et al. Ventriculostomy-related infections. A [115] Broderick JP, Adams Jr. HP, Barsan W, Feinberg W,
prospective epidemiologic study. N Engl J Med 1984;310: Feldmann E, Grotta J, et al. Guidelines for the management of
553-9. spontaneous intracerebral hemorrhage: A statement for
[96] Korinek AM. Risque infectieux des dérivations ventriculaires healthcare professionals from a special writing group of the
externes. Ann Fr Anesth Reanim 1999;18:554-7. Stroke Council, American Heart Association. Stroke 1999;30:
[97] Piek J. Decompressive surgery in the treatment of traumatic 905-15.
brain injury. Curr Opin Crit Care 2002;8:134-8. [116] Brott T, Broderick J, Kothari R, Barsan W, Tomsick T,
[98] Ziai WC, Port JD, Cowan JA, Garonzik IM, Bhardwaj A, Sauerbeck L, et al. Early hemorrhage growth in patients with
Rigamonti D. Decompressive craniectomy for intractable intracerebral hemorrhage. Stroke 1997;28:1-5.
cerebral edema: experience of a single center. J Neurosurg [117] Ohwaki K, Yano E, Nagashima H, Hirata M, Nakagomi T,
Anesthesiol 2003;15:25-32. Tamura A. Blood pressure management in acute intracerebral
[99] Hornig CR, Rust DS, Busse O, Jauss M, Laun A. Space- hemorrhage: relationship between elevated blood pressure
occupying cerebellar infarction. Clinical course and and hematoma enlargement. Stroke 2004;35:1364-7.
prognosis. Stroke 1994;25:372-4. [118] Qureshi AI, Bliwise DL, Bliwise NG, Akbar MS, Uzen G,
[100] Mathew P, Teasdale G, Bannan A, Oluoch-Olunya D. Frankel MR. Rate of 24-hour blood pressure decline and
Neurosurgical management of cerebellar haematoma and mortality after spontaneous intracerebral hemorrhage: a
infarct. J Neurol Neurosurg Psychiatry 1995;59:287-92. retrospective analysis with a random effects regression model.
[101] Litofsky NS, Chin LS, Tang G, Baker S, Giannotta SL, Crit Care Med 1999;27:480-5.
Apuzzo ML. The use of lobectomy in the management of [119] Kothari RU, Brott T, Broderick JP, Barsan WG,
severe closed-head trauma. Neurosurgery 1994;34:628-32. Sauerbeck LR, Zuccarello M, et al. The ABCs of measuring
[102] Bruder N. Awakening management after neurosurgery for intracerebral hemorrhage volumes. Stroke 1996;27:1304-5.
intracranial tumours. Curr Opin Anaesthesiol 2002;15: [120] Mendelow AD, Gregson BA, Fernandes HM, Murray GD,
477-82. Teasdale GM, Hope DT, et al. Early surgery versus initial
[103] Grillo P, Bruder N, Auquier P, Pellissier D, Gouin F. Esmolol conservative treatment in patients with spontaneous
blunts the cerebral blood flow velocity increase during supratentorial intracerebral haematomas in the International
emergence from anesthesia in neurosurgical patients. Anesth Surgical Trial in Intracerebral Haemorrhage (STICH): a
Analg 2003;96:1145-9. randomised trial. Lancet 2005;365:387-97.
Anestesia-Reanimación 23
E – 36-613-C-10 ¶ Reanimación encefálica
[121] Mayer SA, Brun NC, Broderick J, Davis S, Diringer MN, [134] Qureshi AI, Suarez JI, Yahia AM, Mohammad Y, Uzun G,
Skolnick BE, et al. Safety and feasibility of recombinant Suri MF, et al. Timing of neurologic deterioration in massive
factor VIIa for acute intracerebral hemorrhage. Stroke 2005; middle cerebral artery infarction: a multicenter review. Crit
36:74-9. Care Med 2003;31:272-7.
[122] Daverat P, Castel JP, Dartigues JF, Orgogozo JM. Death and [135] Berrouschot J, Sterker M, Bettin S, Koster J, Schneider D.
functional outcome after spontaneous intracerebral Mortality of space-occupying (’malignant’) middle cerebral
hemorrhage. A prospective study of 166 cases using artery infarction under conservative intensive care. Intensive
multivariate analysis. Stroke 1991;22:1-6. Care Med 1998;24:620-3.
[123] Coplin W, Vinas F, Agris J, Buciuc R, Michael D, Diaz F, et al.
[136] Hacke W, Schwab S, Horn M, Spranger M, De Georgia M,
A cohort study of the safety and feasibility of intraventricular
urokinase for nonaneurysmal spontaneous intraventricular von Kummer R. ’Malignant’ middle cerebral artery territory
hemorrhage. Stroke 1998;29:1573-9. infarction: clinical course and prognostic signs. Arch Neurol
[124] Naff NJ, Carhuapoma JR, Williams MA, Bhardwaj A, 1996;53:309-15.
Ulatowski JA, Bederson J, et al. Treatment of intraventricular [137] Oppenheim C, Samson Y, Manai R, Lalam T, Vandamme X,
hemorrhage with urokinase: effects on 30-Day survival. Crozier S, et al. Prediction of malignant middle cerebral artery
Stroke 2000;31:841-7. infarction by diffusion-weighted imaging. Stroke 2000;31:
[125] Schellinger P, Fiebach J, Mohr A, Ringleb P, Jansen O, 2175-81.
Hacke W. Thrombolytic therapy for ischemic stroke-A [138] Schwab S, Steiner T, Aschoff A, Schwarz S, Steiner HH,
review. Part II-Intra-arterial thrombolysis, vertebrobasilar Jansen O, et al. Early hemicraniectomy in patients with com-
stroke, phase IV trials, and stroke imaging. Crit Care Med plete middle cerebral artery infarction. Stroke 1998;
2001;29(In Process Citation):1819-25. 29:1888-93.
[126] Group TNIoNDaSr-PSS. Tissue plasminogen activator for [139] Pranesh MB, Dinesh Nayak S, Mathew V, Prakash B,
acute ischemic stroke. N Engl J Med 1995;333:1581-7.
Natarajan M, Rajmohan V, et al. Hemicraniectomy for
[127] Wardlaw J, Warlow C, Counsell C. Systematic review of
large middle cerebral artery territory infarction:
evidence on thrombolytic therapy for acute ischaemic stroke.
Lancet 1997;350:607-14. outcome in 19 patients. J Neurol Neurosurg Psychiatry
[128] Hacke W, Brott T, Caplan L, Meier D, Fieschi C, von 2003;74:800-2.
Kummer R, et al. Thrombolysis in acute ischemic stroke: [140] Carter BS, Ogilvy CS, Candia GJ, Rosas HD, Buonanno F.
controlled trials and clinical experience. Neurology 1999; One-year outcome after decompressive surgery for massive
53(7suppl4):S3-S14. nondominant hemispheric infarction. Neurosurgery 1997;40:
[129] Norris JW, Hachinski VC. Misdiagnosis of stroke. Lancet 1168-75.
1982;1:328-31. [141] Schwab S, Schwarz S, Spranger M, Keller E, Bertram M,
[130] Furlan A, Higashida R, Wechsler L, Gent M, Rowley H, Hacke W. Moderate hypothermia in the treatment of patients
Kase C, et al. Intra-arterial prourokinase for acute ischemic with severe middle cerebral artery infarction. Stroke 1998;29:
stroke. The PROACT II study: a randomized controlled trial. 2461-6.
Prolyse in Acute Cerebral Thromboembolism. JAMA 1999; [142] Azoulay E, Pochard F, Chevret S, Vinsonneau C,
282:2003-11. Garrouste M, Cohen Y, et al. Compliance with triage to
[131] Lee KY, Heo JH, Lee SI, Yoon PH. Rescue treatment with intensive care recommendations. Crit Care Med 2001;29:
abciximab in acute ischemic stroke. Neurology 2001;56:
2132-6.
1585-7.
[143] Joynt GM, Gomersall CD, Tan P, LeeA, Cheng CA, Wong EL.
[132] Fiorella D, Albuquerque FC, Han P, McDougall CG.
Strategies for the management of intraprocedural Prospective evaluation of patients refused admission to an
thromboembolic complications with abciximab (ReoPro). intensive care unit: triage, futility and outcome. Intensive
Neurosurgery 2004;54:1089-97. Care Med 2001;27:1459-65.
[133] Heinsius T, Bogousslavsky J, Van Melle G. Large infarcts in [144] Sprung CL, Geber D, Eidelman LA, Baras M, Pizov R,
the middle cerebral artery territory. Etiology and outcome Nimrod A, et al. Evaluation of triage decisions for intensive
patterns. Neurology 1998;50:341-50. care admission. Crit Care Med 1999;27:1073-9.
Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo original: Bruder N., Gouvitsos F., Pellissier D., Stordeur J.-M.
Réanimation encéphalique. EMC (Elsevier SAS, Paris), Anesthésie-Réanimation, 36-613-C-10, 2006.
24 Anestesia-Reanimación