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SE PRESENTA. ADJUNTA PODER ESPECIAL.

FORMULA
CONSIDERACIONES. SOLICITA REFORMULACIÓN DE CONDUCTAS
ATRIBUIDAS. SOLICITA SE CITE A PRESTAR DECLARACIÓN
INDAGATORIA. ADJUNTA DOCUMENTAL. SOLICITA MEDIDAS DE
PRUEBA. SOLICITA SE RECARATULEN. SOLICITA SE CERTIFIQUEN
FOTOCOPIAS y SE PROCEDA A LA DEVOLUCIÓN DEL ORIGINAL.

Señor Juez:

GUSTAVO EDUARDO PALMIERI, abogado, en el carácter que


seguidamente expondré por la parte querellante, en la causa “FISCALÍA
DE CÁMARA – s/ investigación…”, expte. No. 38.150/7, del registro
del Juzgado de Instrucción No. 4 de esta Ciudad, con el patrocinio letrado
del Dr. RICARDO JORGE MENDAÑA, abogado, y manteniendo el
domicilio constituido en la calle ILLIA No. 1040, Planta Baja (Estudio
Jurídico MENDAÑA-PALMIERI) de la misma localidad, nos presentamos
y decimos:

I.
PERSONERÍA:

Que tal como se acredita con el primer testimonio de escritura


pública número cuatrocientos treinta y nueve, la Sra. Sandra Mónica
RODRIGUEZ, por su propio derecho y en representación de sus hijas
menores de edad (producto de su vínculo sentimental con el Sr. Carlos
FUENTEALBA) me ha conferido poder especial para que en su nombre y
representación intervenga en todas aquellas causas penales que tengan
vinculación con el suceso que causó el fallecimiento de su compañero de
vida; mandato cuya vigencia bajo juramento declaro se encuentra vigente
en todas sus partes a la fecha de esta presentación.
2

Que resultando indispensable contar con dicha documental, es que


vengo anticipadamente a solicitar que una vez certificadas las copias que
se adjuntan con la presente, se proceda a se devolución por Mesa de
Entradas, en la modalidad de rigor.

II.
EXORDIO:

Que en el antedicho carácter, en atención al estado procesal de la


causa, de conformidad con las previsiones de los arts.70 párrafo primero,
ss. y concs. del C.P.P., es que vengo a comparecer por ante el Tribunal con
el objetivo de concretar diversas peticiones en la causa, considerando
necesaria dar cuenta de algunas consideraciones iniciales en lo que se
refiere a la naturaleza, admisibilidad y justificación político-criminal de las
peticiones que a continuación se formularán.

III.
REFERENCIAS ACERCA DE LA INTERVENCIÓN DEL QUERELLANTE EN
EL PROCESO:

Con el propósito de profundizar la investigación llevada adelante


hasta esta oportunidad, en el marco de lo previsto en tal sentido por los
arts.176 incs. 1, 2,3, 181, ss. y cons. del rito procesal, y en función del
carácter autónomo que –al menos para este tramo del proceso en
desarrollo – surge no sólo de la interpretación literal de las previsiones ya
señaladas, sino también a propósito de la “doctrina sentada” por nuestro
más Alto Tribunal Federal in re “Santillan”, interpretativa de los “derechos”
que los arts.8 párrafo primero de la Convención Americana de Derechos
Humanos y 14.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
,acuerdan a las víctimas en las causas penales, seguidamente habré de

proponer se haga lugar al requerimiento de ampliación de la


3

investigación respecto a “conductas” que hasta el


momento no integraron las peticiones formuladas por los
representantes del Ministerio Público Fiscal que han
intervenido, no sólo de personas ya vinculadas a la causa
en función del dictamen de fs. 917/20, sino también de
otras carentes de imputación, pero acerca de las cuales
esta querella entiende – por las razones a las que se aludirá a
continuación – existen sobrados y razonables
antecedentes como para sostener una “sospecha
probable” de participación criminal, en el suceso que sin
dudas aparece - en la reciente historia política-
institucional-judicial de nuestra Provincia - como el de
mayor significación y repercusión -, lo cual repercute
inevitablemente en la necesidad del sistema de justicia
penal de brindar una respuesta satisfactoria y adecuada
a tales circunstancias.

Lo antes mencionado, por otra parte, desde la estrategia que esta


querella particular ha elaborado y diagramado acerca de la tramitación de
esta causa penal, de la que se pretende sostener en la correspondiente
etapa de “juicio oral y público” , y desde la interpretación genuina y
auténtica que entendemos corresponde asignarle a la participación
procesal de la víctima en un proceso penal 1.

Sobre el particular, bien se sabe que la Corte Suprema de Justicia de


La Nación ha establecido que en relación a los procedimientos judiciales,
el art. 18 de la Constitución Nacional, exige la observancia de las formas
sustanciales del juicio relativas a la acusación, defensa, prueba y
1
Similares consideraciones a las que oportunamente se consignaran en oportunidad de mi intervención como
representante de la querella particular en la causa “POBLETE…”, del registro de este mismo tribunal, y en la
que se estableció la conducta reprochable al autor del disparo que le produjo la muerte a Carlos FUENTEALBA.
4

sentencia dictada por los jueces naturales 2, dotando así de contenido


constitucional al principio de bilateralidad 3
sobre cuya base, en
consecuencia, el legislador está sujeto a reglamentar el proceso criminal 4.

Que de ello se sigue que la exigencia de acusación, como forma


sustancial en todo proceso penal, salvaguarda la defensa en juicio del
justiciable, sin que tal requisito tenga otro alcance que el antes expuesto o
contenga distingo alguno respecto del carácter público o privado de quien
la formula 5.

Con el mismo alcance se ha considerado “…que si bien incumbe a la


discreción del legislador regular el marco y las condiciones del ejercicio de
la acción penal y la participación asignada al querellante particular en su
promoción y desarrollo, desde que se trata de lo atinente a la más
acertada organización del juicio criminal…” 6, “…todo aquel a quien la ley
reconoce personería para actuar en juicio en defensa de sus derechos está
amparado por la garantía del debido proceso legal consagrada por el art.
18 de la Constitución Nacional, que asegura a todos los litigantes por igual
el derecho a obtener una sentencia fundada previo juicio llevado en legal
forma…” 7.

Ello en el marco del derecho a la jurisdicción consagrado


implícitamente en el art. 18 de la Carta Magna y cuyo alcance, como la
posibilidad de ocurrir ante algún órgano jurisdiccional en procura de
justicia y obtener de él sentencia útil relativa a los derechos de los
litigantes 8
, es coincidente con el que reconocen los arts. 8°, párrafo
primero, de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y 14.1. del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

2
Fallos: 125:10; 127:36; 189:34; 308:1557, entre muchos otros.
3
A partir de aquí la bastardilla, resaltado y negrilla nos corresponde.
4
doctrina de Fallos:234:270.
5
Fallos: 143:5.
6
Fallos: 253:31.
7
Fallos:268:266, considerando 2°.
8
Fallos:199:617; 305:2150, entre otros.
5

Es que el art. 25 de la CADH garantiza en amplios términos el


derecho a la jurisdicción, el cual constituye, según firme jurisprudencia, un
pilar básico no sólo de la Convención Americana, sino del propio Estado de
derecho en una sociedad democrática: su correcta aplicación tiene el
sentido de perfeccionar la administración de justicia 9. Así, establece:
1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a
cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes,
que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales
reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun
cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de
sus funciones oficiales.
2. Los Estados partes de comprometen:
(a) a garantizar que la autoridad competente prevista por el
sistema legal del Estado decidirá sobre los derechos de toda persona que
interponga tal recurso;
(b) a desarrollar las posibilidades del recurso judicial, y
(c) a garantizar el cumplimiento, por las autoridades,
competentes, de toda decisión en que se haya estimado procedente el
recurso.

Así, del análisis de la jurisprudencia de la CIDH es posible afirmar


que este derecho comprende :a. Derecho de acceso a un recurso: esto
implica, primeramente, que los recursos existan. Los Estados tienen la
obligación legal de suministrar recursos internos, “recursos que deben ser
sustanciados de conformidad con las reglas del debido proceso legal, todo
ello dentro de la obligación general de garantizar” que emana del art. 1.1
CADH 10
. Que estos recursos deben ser: (i) Idóneos: altamente repetido,
esto significa que “no basta con que el recurso esté previsto por el

9
Y bueno es anticipar desde la interpretación de la voz “recurso” en sentido amplio,
concretamente “como cualquier vía, herramienta o acción que permita introducir en el
proceso sus intereses, por medio de peticiones, requerimientos, en la medida en que
resulten razonables y admisibles”.
10
Comisión IDH, Informe 36/96, párrafo 69.
6

derecho interno del Estado o con que sea formalmente admisible sino que
se requiere que sea adecuados para establecer si se ha incurrido en una
violación a los DDHH y proveer lo necesario para remediarla” 11
Se
entiende que son tales cuando son idóneos para proteger la situación
jurídica infringida 12
y (ii) Eficaces: Desde los primeros casos de la Corte
IDH (1987), los estados se obligan a suministrar recursos judiciales
efectivos a las víctimas de violación de los derechos humanos, recursos
que deben ser sustanciados de conformidad con las reglas del debido
proceso legal (art. 8 CA), todo ello dentro de la obligación general a cargo
de los mismos Estados, de garantizar el libre y pleno ejercicio de los
derechos reconocidos por la Convención a toda persona que se encuentre
bajo su jurisdicción. Así, ha sostenido que “para que el Estado cumpla con
lo dispuesto en el citado artículo no basta con que los recursos existan
formalmente, sino que los mismos deben tener efectividad” 13
, es decir,
“debe brindarse a la persona la posibilidad real de interponer un recurso
que sea sencillo y rápido, en los términos del artículo 25 de la Convención”
14
.

En ese sentido, ha sostenido que “[la] manera de ejercer los


medios que la ley pone al servicio de la defensa, ha sido tolerada y
permitida por los órganos judiciales intervinientes, con olvido de que su
función no se agota en posibilitar un debido proceso que garantice la
defensa en juicio, sino que debe además asegurar en tiempo razonable 15
,
el derecho de la víctima o sus familiares a saber la verdad de lo
sucedido y que se sancione a los eventuales responsables”16 .

11
Corte IDH, Opinión Consultiva OC-9/87, párrafo 24 (entre muchas otras citas); Comisión IDH, Informes
36/96 párrafo 70; 30/97, párrafo 74.
12
Por ejemplo, en los tres casos contra Honduras (“Velásquez Rodríguez”, “Godínez Cruz”, “Fiaren Garbis y
Sorrín Corrales”).
13
Caso Bámaca Velásquez, párr. 191; Caso Cesti Hurtado. Sentencia de 29 de septiembre de 1999. Serie C No.
56, párr. 125; y Caso Paniagua y otros, párr. 164.
14
Caso Tribunal Constitucional, párrafo 90.
15
Caso Hilaire, Constantine y Benjamin y otros, párrs. 142 a 144; Caso Suárez Rosero. Sentencia de 12 de
noviembre de 1997. Serie C No. 35, párrs. 71 y 72; y Caso Genie Lacayo. Sentencia del 29 de enero de 1997.
Serie C No. 30, párr. 77.
16
Caso Bulacio, párrafo 114.
7

El “derecho a la tutela judicial efectiva” exige


entonces a los jueces que dirijan el proceso de modo de
evitar que dilaciones y entorpecimientos indebidos,
conduzcan a la impunidad, frustrando así la debida
protección judicial de los derechos humanos 17.

Es que la Corte Interamericana de Derechos Humanos se ha referido


en reiteradas ocasiones al derecho que asiste a los familiares de las
presuntas víctimas de conocer lo que sucedió y de saber quiénes fueron
los responsables de los respectivos hechos... toda persona, incluyendo a
los familiares de víctimas de graves violaciones de derechos humanos,
tiene el derecho a conocer la verdad. En consecuencia, los familiares de
las víctimas, y la sociedad como un todo, deben ser informados de todo lo
sucedido con relación a dichas violaciones. Este derecho a la verdad se ha
venido desarrollando por el Derecho Internacional de los Derechos
Humanos; al ser reconocido y ejercido en una situación concreta
constituye un medio importante de reparación. Por lo tanto, en este caso,
“…el derecho a conocer la verdad da lugar a una expectativa que el
Estado debe satisfacer a los familiares de las presuntas víctimas…” 18
.

De tal forma “... los familiares de las presuntas víctimas tienen el


derecho, y los Estados la obligación, a que lo sucedido a estas últimas sea
efectivamente investigado por las autoridades del Estado; se siga un
proceso contra los presuntos responsables de estos ilícitos; en su caso, se
les impongan las sanciones pertinentes, y se reparen los daños y
perjuicios que dichos familiares han sufrido…” 19
.

Sobre el deber de investigar, “…el Tribunal ha especificado


previamente los principios rectores que es preciso observar cuando se

17
Al igual que en anteriores oportunidades el resaltado resulta de mi autoría. Ídem, párrafo 115.
18
Caso Hermanas Serrano Cruz, párrafo 62.
19
Caso Hermanas Serrano Cruz, p. 64.
8

considera que una muerte pudo deberse a una ejecución extrajudicial. Las
autoridades estatales que conducen una investigación deben intentar
como mínimo, inter alia: a) identificar a la víctima; b) recuperar y
preservar el material probatorio relacionado con la muerte, con el fin de
ayudar en cualquier potencial investigación penal de los responsables; c)
identificar posibles testigos y obtener sus declaraciones en relación con la
muerte que se investiga; d) determinar la causa, forma, lugar y momento
de la muerte, así como cualquier patrón o práctica que pueda haber
causado la muerte; y e) distinguir entre muerte natural, muerte
accidental, suicidio y homicidio. Además, la Corte hace notar que: a) se
debe investigar exhaustivamente la escena del crimen, y b) profesionales
competentes deben llevar a cabo autopsias rigurosamente, así como
análisis de restos humanos, empleando los procedimientos más
apropiados…” 20
.

Formuladas estas –a mi modo de ver- indispensables referencias


conceptuales acerca del objeto-fin de esta presentación y al carácter
independiente y autónomo que debe reconocérsele a la víctima en su
intervención en el proceso penal cual lo hace por intermedio de una
querella particular - pasaré a continuación a fundamentar someramente el
contenido de las peticiones que se formularán a continuación.

IV.
ENCUADRE FÁCTICO-CONCEPTUAL DE LA PRESENTACIÓN:

Que al igual que en su momento se propiciara en la etapa de


instrucción de la causa “POBLETE…” en trámite por ante este mismo
tribunal, somos del convencimiento que a más de la “conducta” que le
fuera atribuída a dicha persona y que finalmente mereciera el dictado de
una sentencia condenatoria decretando su responsabilidad penal como
autor responsable del disparo que causó la muerte de Carlos FUENTEALBA,
existen otras que merecen ser adecuadamente investigadas, en
20
Caso Comunidad Moiwana, párrafo 149.
9

orden a establecer si efectivamente les cupo alguna intervención


penalmente reprochable en el suceso, y teniendo en cuenta que la
separación de tales investigaciones – si bien conexas en principio en razón
del tipo de hecho al que venimos haciendo mención – se justificó con el
propósito de no dilatar el procedimiento en aquella en la cual se contaba
con “mayor información disponible” 21
.

Ahora bien, habiendo concluído en principio aquella 22


y luego de
un nuevo, pormenorizado, objetivo y razonado análisis tanto de la
“información” allí recopilada – básica y sustancialmente la producida en
la instancia de juicio oral y público 23
y muy especialmente teniendo en
cuenta su “calidad” en función de la modalidad de su ingreso, con
adecuado respeto a los principios de contradicción, inmediación y
publicidad - , al igual que en su momento se peticionara en la
etapa de instrucción de la causa “POBLETE…” 24
, conjuntamente
con el contenido de las diligencias probatorias efectivizadas hasta el
momento en esta causa; esta parte querellante es del entendimiento de
que en función de los antecedentes que habrán de ser desarrollados

seguidamente, corresponde – y resulta política


criminalmente acertado - avanzar en el acreditación y
determinación del encuadramiento y denotación legal
de otras “conductas”, que se observaron en los
acontecimientos del día 04 de abril del 2007, que
generaron el “escenario necesario” para que el actuar
del autor directo del disparo que causó finalmente la
muerte de Carlos FUENTEALBA, actuara sobreseguro,

21
Por otra parte la tramitación de esta causa penal responde obviamente a la misma evaluación.
22
Aunque aún con “carácter no firme” en función de la tramitación del recurso de casación interpuesto por la
defensa, aun sin resolución.
23
Ya incorporada a estas actuaciones mediante la incorporación de copia de la video filmación de la totalidad de
las audiencias
24
Aludo a las presentación de esta querella en la etapa de instrucción de dicha causa, luego reproducida al
momento de disponerse la apertura del debate oral y público.
10

sin dificultad, y sin obstáculos en orden a lograr su


25
cometido .

Es decir, “conductas” de otros integrantes de la fuerza policial y de


representantes del entonces Poder Ejecutivo Provincial, que a partir de lo
reunido y de lo que se pretende acumular en la presente investigación,
permiten (razonablemente) inferir que han “participado” en la “acción”
desplegada por el antes mencionado, en la modalidad que en cada caso
se expondrá seguidamente; es decir, en la posterior y final resolución
del hecho.

Al igual que lo diera cuenta en las indicadas presentaciones en la


causa “POBLETE…” no cabe dudas que la sección del sistema del hecho
punible que se ocupa de ofrecer las reglas para la imputación legítima a
una persona de la participación en un ilícito en calidad de autor, autor
mediato, coautor, cómplice o instigador es la que ha ofrecido la mayor
cantidad de dificultades en la dogmática penal, y que ello probablemente
se relacione con la inevitable y estrecha relación con la teoría del tipo.

Baste el dar cuenta de algunas referencias doctrinarias sobre el


punto: Por ejemplo, Edmund Mezger: "El punto de arranque científico de
toda teoría jurídico-penal de la participación es la teoría de la causalidad"
26
, confirmando que "…El pensamiento de la causalidad despliega en la
teoría de la participación en el delito una función doble, negativa y
positiva: con arreglo a la primera excluye del ámbito de las acciones
punibles de participación todo lo que no ha sido causal en la producción
del resultado; la segunda proporciona el punto de arranque seguro para la
determinación del concepto de autor…" 27
.

25
Esto último, por otra parte, lo cual ha quedado debida y suficientemente acreditado en el voto unánime de los
magistrados de la Cámara Criminal Primera en el fallo ya citado.
26
MEZGER, Edmund, “Tratado de Derecho penal”, T.II, pág.286, trad. de la segunda edición alemana por José
Arturo Rodríguez Muñoz, Revista de Derecho Privado, Madrid, 1984.
27
Ibidem, misma página.
11

“…Para decirlo claramente: un mismo tipo penal genérico de la parte


especial, en un caso concreto, puede dar lugar a un conjunto de distintos
tipos penales referidos a cada uno de los intervinientes en la lesión de un
bien jurídico que nacerán de la especial combinación de reglas de la parte
general (arts. 45 a 47, por ejemplo) y especial (art. 79, por ejemplo). Es
que mediante las reglas de la autoría y participación el legislador penal
pretende conceptualizar los distintos roles que puede asumir un partícipe
en la violación de una norma jurídico penal y la eventual influencia de
estos distintos niveles de participación a través de alguna regla de
determinación judicial de la pena. Se trata, en el campo de la
determinación judicial de la materia de prohibición, de condicionar las
distintas descripciones de la parte especial dando por resultado distintos
tipos penales que reconocerán la influencia de las reglas estudiadas…” 28

Los últimos 25 años han estado dominados por las teorías material-
objetivas de la autoría, sobre todo a través de la expresión consistente en
la doctrina del dominio del hecho impulsada modernamente por Claus
Roxín, aunque reconociendo su origen en los trabajos de Lobe en la
década del treinta. Autor es, para esta teoría, alguien a quien le puede ser
imputado el tener las riendas del suceso. Es autor quien protagoniza la
conducción final del suceso o del acontecer típico. Desde este punto de
vista, salen del eje central de imputación todo aquello que no pueda ser
visto como la determinación fundamental del sí y el como del suceso
típico.29

En la medida en que “…el elemento que...decide sobre la autoría


constituye una infracción de un deber extra penal o que no se extiende
necesariamente a todos los implicados en el delito, pero que es necesaria
para la realización del tipo. Se trata siempre de deberes que están
antepuestos en el plano lógico a la norma y que, por lo general, se

28
Cita extraída del Manual de Derecho Penal de Maximiliano RUSCONI, cap. “Autoría y Participación”, cuando
me fue facilitado em redacción.
29
Conf. ROXIN, Claus, “Reflexiones sobre la problemática de la imputación”, en “Problemas básicos del
derecho penal”, Trad. De Diego Luzón Peña, Reus, Madrid, 1976.
12

originan en otras ramas jurídicas. Ejemplos de esta categoría son


los...deberes jurídico-públicos de los funcionarios, los mandatos de sigilo
en ciertas profesiones o estados y las obligaciones jurídicos-civiles de
satisfacer alimentos y de lealtad. Todos ellos se caracterizan por que el
obligado sobresale entre los demás cooperadores por una especial
relación con el contenido de injusto del hecho y por que el legislador los
considera como figura central del suceso de la acción , como autores,
precisamente debido a esta obligación…” 30
.

Por el contrario “…la participación se basa en un “concepto de


referencia”…” .
31

En relación a lo estipulado en el artículo 45 al sancionar con la pena


del autor a quienes “hubiesen determinado a otro” a cometer el ilícito;
valga la pena la reflexión de Stratenwerth: “…“determinar” “…significa
haber dado lugar en el autor a la decisión de cometer el hecho. La
decisión, por su parte, alcanza, como en la tentativa, a la totalidad de los
elementos subjetivos del supuesto de hecho típico,es decir, que en todos
los casos se referirá al dolo…” 32

“…Asimismo, es factible la complicidad por omisión, siempre y


cuando el cómplice se encuentre en una posición de garantía con respecto
al bien jurídico, resultando relevante para el derecho penal el nivel de
importancia de la cooperación. El artículo 45 describe a la denominada
complicidad necesaria y el 46 la complicidad no necesaria. Una fórmula
utilizada a menudo para determinar las fronteras entre estos dos niveles
de complicidad remite a la vieja imputación causal: el sistema heurístico
de comprobación de la conditio sine qua non. ..” 33

30
Conf. ROXIN, Claus, “Política criminal y Sistema del derecho penal”, Trad. De Francisco Muñoz Conde, T.II,
pag. 385.
31
Conf. BACIGALUPO, Enrique, “Manual de derecho penal”, Ed. Temis, Bogotá, 1989, págs. 156.
32
S t rat enw ert , Günt er. "D ere cho P enal . P art e G ener al . El hehco puni bl e.", t rad. de l a
2da. edi ci ón al em an a - 1976-, a c argo de Gl adi s R om ero, Ede rs a, M ad ri d, 1982.
33
RUSCONI, op.cit.
13

Junto a los supuestos de autoría “stricto sensu”, se encuentran


aquellos en los cuales el sujeto domina la ejecución del suceso pero no lo
ejecuta de propia mano sino en el marco del denominado “dominio de la
organización” 34
, sustancialmente acogida en la sentencia de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación en el caso de la Junta Militar Argentina , o
en los ejemplos que el mismo autor (de la nota infra 34) da cuenta en sus
notas No. 449 (pag. 724) en relalción al estado de la discusión doctrinaria,
nota No. 450 (misma página) en cuanto al caso de la Dictadura en
Argentina, y nota No. 451 (misma página) en relación a la doctrina más
actualizada que la reconoce como adecuada y operativa (a las cuales me
remito por obvias razones)

“…La consideración del que “está detrás” como autor mediato se


desprende de las diferentes formulaciones de los tipos de la parte
especial…” 35

A partir del aporte de Claus Roxin se ha perfilado una nueva


categoría sistemática en los casos de “autoría mediata” , específicamente
en los casos en los cuales se presenta la utilización de “aparatos de poder
organizados”, y que pueden o no relacionarse con el funcionamiento de
los aparatos de poder estatales (y quizá también no estatales o para
estatales) organizados, y que han sido considerados como los casos de un
miembro del aparato de poder militar o de seguridad que ejecuta una
orden recibida de un superior en la estructura de mando.”…la
responsabilidad del autor mediato debe buscársela por un argumento
propio del funcionamiento de estas grandes estructuras: la fungibilidad del
instrumento. Más allá del contacto físico con el ejecutor o de la posibilidad
de la decisión final de ejecución en manos del autor inmediato, es claro

34
Véase nuevamente bROXIN, Claus, “Autoría y Dominio del hecho en derecho penal”, ed. Marcial Pons,
Barcelona, año 2000, pag No. 723, específicamente nota No. 448.
35
Mir Puig, Santiago. "Derecho Penal. Parte General", 3ra. ed.PPU, Barcelona, 1990.
14

que el dominio del hecho se basa en la propia estructura del órgano


asegura indefectiblemente que la orden se cumplirá…” 36
.

En nuestro país se ha presentado como “categoría conceptual” en el


denominado “juicio a los comandantes” que detentaron el poder político
de facto durante la dictadura militar -dictada el 9.12.1985 –Fallos 309-I/II-
que se trata de un modelo de imputación a la cuenta del autor que se
desconecta por completo de cualquier exigencia causal como la cercanía
física con el comportamiento. Es más: cuanto más lejos en la cadena de
mandos se ubica el que da la orden del hecho mismo, más se consolida la
imputación a título de autor mediato.

Nuevamente para Roxín: “…el factor decisivo para fundamentar el


dominio de la voluntad en tales casos (que se presenta como la tercera
forma de autoría mediata, delimitada claramente con respecto al dominio
por coacción y por error) reside, pues, en la fungibilidad del ejecutor. La
estructura de esta forma de dominio y su relación con las otras dos formas
básicas del dominio de la voluntad cabe incluso anticiparla, llevando a
cabo una abstracción en tipos ideales a partir de la pluralidad de los
sucesos reales. Si uno se para a reflexionar, por ejemplo, sobre cómo es
posible guiar un suceso llevado a cabo por otro sin intervenir
directamente, cabe pensar, a mi juicio, únicamente en tres formas: puede
forzarse al agente; puede utilizársele como factor causal ciego con
respecto a la circunstancia decisiva para la autoría, o el ejecutor tiene que
ser, sino está coaccionado ni engañado, cambiable a voluntad…”37

Por otra parte bien sabemos que las leyes penales describen
comportamientos prohibidos cuya infracción habilita la imposición de una
pena. Pero no se trata de descripciones carentes de sentido. El
comportamiento prohibido no es aquél que meramente se adecua a la
descripción legal como resultado de una comparación huérfana de

36
S t rat enw ert , Günt e r., op. Ci t . P ag.
37
Op.cit. , T.II, pag. 270.
15

significado social. El comportamiento penalmente relevante es aquel que,


descripto por ley, infringe un deber al que la sociedad liga su
conformación como tal. Las leyes penales, entonces, describen deberes. Y
sólo la infracción a un deber puede justificar el castigo.

Estos deberes que el derecho penal impone reconocen en lo esencial


dos fuentes de fundamentación.

Un primer grupo está conformado por obligaciones de carácter


universal, que nos corresponden a todos por la condición de ciudadanos, y
que están vinculadas con la exigencia general de no dañar al prójimo.

Un segundo, por algunas personas tienen obligaciones especiales


por participar de ciertas instituciones a las cuales se les reconoce una
utilidad social. Un padre, por ejemplo, tiene obligaciones respecto de sus
hijos y también las tienen los cónyuges entre sí. Por estar vinculados a la
preservación de ciertas instituciones, se las denomina deberes
institucionales 38
.

Los funcionarios de seguridad del Estado, en virtud de


integrar una corporación que monopoliza la violencia, también
tienen obligaciones que participan de este segundo carácter.
Estos funcionarios tienen deberes institucionales.

La concreción de los deberes de una y otra categoría,


luego, exige definir respecto de cada uno de los imputados en el
proceso, qué obligaciones tenían a su cargo, según las
circunstancias del caso.

38
JAKOBS, Günter, La imputación objetiva en el derecho penal, ed.Ad-Hoc, traducción de Manuel Cancio Meliá,
Buenos Aires, 1997, págs.71 y ss.
16

Estos deberes pueden ir progresivamente desde la prohibición de


realizar conductas que de modo directo y seguro afectan intereses
importantes de las personas, —por ejemplo, la prohibición de ordenar la
detención de personas que se manifestaban pacíficamente—, hasta
comportamientos prohibidos que generan riesgos indirectos, con
probabilidad de afectar a terceros —tales como haber dispuesto la
actuación represiva de los subordinados de manera imprecisa, en un
contexto político de “actitud represiva” y “de obstinación” de parte del
poder político, o sin controlar los medios a utilizar y sin prever
adecuadamente el contexto situacional del conflicto, para adecuar la
intervención en términos de racionalidad y proporcionalidad.

Las obligaciones que una y otra clase de deberes imponen pueden


incumplirse tanto por acción como por omisión. Cuando se trata de una
acción, es obvio que puede haber una infracción a un deber. Así, quien
dispara contra alguien indefenso, viola el deber de no matar, quien
detiene sin motivos a una persona, viola el deber de no restringir
ilegítimamente la libertad de otro.

Pero también puede infringirse un deber no haciendo algo mandado:


quienes tienen deberes institucionales pueden tener la obligación de
evitar una afectación. De tal forma, bajo ciertos contextos, el padre debe
evitar que su hijo muera, o el funcionario público que los participantes de
una manifestación sean asesinados. En estos casos, el deber de no matar
también puede exigir hacer algo para intentar evitar una muerte.

La actuación de una fuerza de seguridad altamente verticalizada


como la policía exige un sistema de mandos ágil y confiable. Esto se
logra, al igual que en otras instituciones, a través de deberes de
17

obediencia que circunscriben el ámbito de discreción del subordinado y


potencian las capacidades de acción de los mandos.

Estas reglas jerárquicas, trasladadas al derecho penal, no significan


en modo alguno que el superior responda por todas las consecuencias que
causen sus subordinados. Pero ello tampoco significa, que no deban
valorarse para determinar quién es responsable por la comisión de un
hecho ilícito.

El derecho atribuye al superior de una estructura el poder de


configurar intervenciones conjuntas de sus inferiores y por ello debe
responder por las consecuencias que causa el ejercicio ilícito de esas
atribuciones. Luego, si ha configurado un suceso de manera ilícita debe
responder por éste, independientemente de si en esa configuración ha
actuado de propia mano o han sido otros los ejecutores finales.

La apelación a las reglas jerárquicas policiales y políticas no es útil a


fin de afirmar la culpabilidad de alguien, sino a la determinación de cuáles
son sus deberes. Se trata de deberes institucionales, y sólo una vez
delimitados éstos deberá verificarse si alguien los ha infringido o no.

Nuevamente, ser jefe policial, secretario de seguridad o titular del


Poder Ejecutivo Provincial, no significa ser responsable por todos los actos
de los subordinados, pero si implica tener —por institución legal—
un poder de decisión más amplio que el de cualquier ciudadano
respecto de la actuación de los demás. Y esto justifica, sin lesión
alguna al principio de culpabilidad, que pueda afirmarse en
ciertos casos que el superior es responsable de algunos actos que
ejecutan sus subordinados.

Por otra parte, es necesario que se fundamente una posición de


garante que genere la obligación de prevenir posibles afectaciones a
18

bienes jurídicos. Dicha posición puede surgir de una ley que establezca tal
competencia y defina su alcance, o bien puede depender de una conducta
previa que implique la creación de un riesgo relevante derivado de una
organización defectuosa.

El ámbito de competencia define el alcance de sus deberes


institucionales cuya violación implica aumentar el riesgo de afectación
del bien jurídico más allá de lo permitido. En este sentido, aún en
situaciones normales, el deber de cuidado de cualquier responsable
funcional por el desempeño de una fuerza de seguridad, por mandato
institucional, incluye el deber de garantizar que la actuación de sus
subordinados se ajuste a derecho.

Además, debe verificarse que el resultado de muerte sea la


realización del riesgo creado mediante la violación de los respectivos
deberes. Ello obliga a verificar que las muertes hayan sido provocadas por
personal policial, en el marco del operativo de control dispuesto por la
superioridad, en relación a las específicas características con las cuales
fue diseñado y puesto en práctica el proceder policial o en virtud de
decisiones indebidas que se fueron adoptando en dicha oportunidad en el
marco de esa organización. Así, debe descartarse que el policía/homicida
haya actuado por iniciativa personal (por ejemplo, por venganza) o bien
que hayan actuado de un modo justificado (por ejemplo, haber disparado
en legítima defensa).

El superior puede delegar su competencia para ejecutar una orden,


pero ante la noticia de que el subalterno actúa ilícitamente, no
puede actuar como si esa organización le resultara ajena. La
delegación de competencia cesa ante la noticia cierta acerca de
que la organización está fallando. Ello obliga al superior a activar
19

un mecanismo de corrección de la organización: dar la orden de


modificar lo que sucede.

En el caso que nos ocupa, teniendo en cuenta la gran cantidad de


material fílmico, de declaraciones testimoniales prestadas tanto en esta
causa cuanto en la ya aludida causa “POBLETE…”, las condiciones de las
personas, de modo, tiempo y lugar en las cuales se desarrolló
efectivamente el operativo en cuestión, imponía la obligación (deber) –
claramente incumplido a nuestro entender - de asegurar un adecuado
control del desempeño de las fuerzas desplegadas a tal fin (bueno
es mencionar, en número absolutamente desproporcionado,
mediante la provisión de armas de distinto calibre y no sólo de
aquellas entendidas como “de persuasión”,etc.) , toda vez que
era absolutamente razonable de prever que distintos bienes
jurídicos como la vida, la integridad personal, la propiedad y la
libertad ambulatoria de los ciudadanos corrieran un riesgo mayor
al que comúnmente se encuentran sometidos.

No fue un operativo normal o de rutina el que se llevó a cabo, sino


que fue especialmente diseñado para la ocasión. En este contexto,
el hecho de haber ordenado, coordinado y supervisado un operativo
policial con exceso de integrantes, con personal de los denominados
“grupos especiales” 39
, policías sin uniforme, carros hidrantes, personal
policial portando armas de fuego convencionales, etc., es una
circunstancia que por sí sola incrementa el riesgo de que se
produzcan afectaciones a distintos bienes jurídicos.

Constituye también un incremento del riesgo de afectación de


bienes jurídicos el haber dispuesto la actuación represiva de los
subordinados de manera imprecisa, facilitando la llegada de los
manifestantes al lugar previsto para la protesta gremial (para ello vale la
39
Por otra parte de dudosa legitimidad constitucional, en función de la prevención del art. de la Constitución
Provincial.
20

pena tener en cuenta que según refieren inequívocamente diversos


testimonios, en el traslado desde Neuquén a dicho sector, existían varios
puestos de control policial – incluso en algunos casos disponiendo la
demora de aquellos vehículos que presumiblemente transportaban
manifestantes o elementos para la manifestación – tales como un camión
cargado de cubiertas, parlantes, etc. - , disponiendo que los efectivos
policiales “operen” (en el lenguaje de dicha fuerza de seguridad) sin razón
atendible alguna (como lo es la clara especificación que se da cuenta en el
requerimiento de instrucción formulado en su momento por el Ministerio
Público, y en el detalle dado a conocer a cada uno de los imputados al
momento de convocarlos a prestar declaración indagatoria), como lo se
dispuso su persecución por las zonas del campo cercanas a la Ruta
Nacional No. 22, o en momentos en que las personas que se habían
congregado se trasladaban hacia la localidad de Senillosa con claras
intenciones de finalizar la actividad; sin controlar los medios a utilizar y sin
prever el adecuado arsenal de los subordinados, etc.

Este incremento del riesgo normal para las personas y cosas


producto de la disposición de semejante operativo represivo, con las
caracterìsticas- señaladas, acrecienta el deber de los funcionarios
encargados de controlar y supervisar la labor policial. De esta manera se
promovió una verdadera cacería de manifestantes indefensos,
procediendo el personal policial en la ocasión de una manera tan
excesivamente violenta como injustificada, primando el descontrol, la
improvisación y la descoordinación.

El disparo mortal efectuado por el Sr. POBLETE no fue producto


de una acción policial motivada, por ejemplo, en una venganza personal u
otro tipo de razón que fuera la de contener y reprimir a los manifestantes;
como por otra parte lo demuestra conductas atribuídas a otros miembros
de la fuerza de seguridad, que efectuaban disparos hacia las personas,
indiscriminadamente, sin razón alguna; u ocasionando lesiones a otros
21

manifestantes (como resulta ser la que le fuera imputada al Sr. MATUS en


esta causa); sintéticamente UN OPERATIVO POLICIAL CUYO
INUSITADO NIVEL DE VIOLENCIA y DE AFECTACIÓN DE BIENES
PERSONALES, SÓLO SE JUSTIFICA EN QUE ASI FUE PENSADO Y
DISEÑADO ANTICIPADAMENTE, LO CUAL A SU VEZ EXPLICA
RAZONABLEMENTE LA AUSENCIA DE CONTROLES PUNTUALES Y
PRECISOS A MEDIDA QUE EL OPERATIVO SE IBA DESARROLLANDO
(Y LOS BIENES JURIDICOS SE IBAN AFECTANDO), Y ELLO
PRECISAMENTE EN UNA OPORTUNIDAD EN LA CUAL SE
ENCONTRABAN PRESENTES LA TOTALIDAD DE LA PLANA MAYOR
DE LA POLICIA PROVINCIAL Y EL REPRESENTANTE DEL PODER
EJECUTIVO EN EL PROPIO ESCENARIO DE LOS HECHOS.

Objetivamente no resultaba necesaria ni proporcional la acción


de disparar armas tales como pistolas 12.70, o pistolas lanzagases ,
incluso en dirección al cuerpo de los manifestantes, ni perseguirlos en
zonas alejadas de la Ruta (precisamente en donde la “justificación” del
operativo = evitar el corte de ruta ya había sido neutralizado), ni luego sin
razón atendible reiniciar la “caza de conejos” (como las definen los propios
manifestantes) por la propia Ruta, cuando regresaban hacia la localidad de
Senillosa; y finalmente acometer en el tramo final de este operativo
produciendo la “encerrona” sobre los vehículos que en la parte final de
dicho grupo de personas se retiraban, precisamente en donde se
trasladaban los dirigentes y responsables institucionales del gremio ATEN,
e incluso disponer la interceptación de rodados justamente en cercanías
del vehículo que transportaba al Secretario general del Sindicato 40
, todos
ellos quienes ejercían su legítimo derecho a manifestar el descontento con
las decisiones del gobierno provincial.

40
Sr. Marcelo GUAGLIARDO, al que el entonces Gobernador de la Provincia le ha dedicado en más de una
oportunidad, tiempo de sus discursos y presentaciones públicas, para presentarlo como el “responsable” de los
“males” que aquejaba a su administración.
22

La infracción del deber de cuidado que considera acreditada en


este caso consiste en haber exacerbado el cumplimiento del objetivo de
evitar concentraciones masivas, en desmedro del respeto a ciertos
principios básicos en materia de contención de manifestaciones y uso de
la fuerza 41
, con la consecuente afectación a bienes jurídicos esenciales,
resultados estos últimos cuya previsibilidad era manifiesta desde el
primer momento de la jornada y quedaba en evidencia con el correr de
las horas.

La configuración verticalizada de las fuerzas de seguridad,


configuración garantizada normativamente por el reconocimiento de la
obediencia debida de órdenes con apariencia de legitimidad como
principio estructural, hace evidente que la competencia por la
actuación del cuerpo como tal, sin perjuicio del deslinde de
responsabilidades de cada ejecutor individual, corresponde a los mandos,
o a quienes lo ejercían por decisión políticas, o a quienes intervenían en el
lugar de los hechos como representantes del poder político.

Las pautas de actuación general que guían el recto accionar policial


pueden traducirse como deberes concretos dirigidos a quienes
tenían la responsabilidad de impartir órdenes y directivas para la
conducción de la fuerza.

Junto a estos deberes emergentes de la posición institucional se


encuentran, además y especialmente, aquellos propios de la
organización de toda actividad riesgosa. En efecto, las autoridades
policiales, los representantes del Poder Ejecutivo que habían asumido por
su propia voluntad la “decisión política” sobre el mismo,por la
41
Art. 183 del CPPN, Código de Conducta para funcionarios encargados de hacer cumplir la ley (aprobados por
la Asamblea General de la ONU en su resolución 34/169 de 17 de septiembre de 1979), Principios Básicos sobre
el Empleo de la Fuerza y Armas de Fuego por los Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley (adoptados
por el Octavo Congreso de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente, en
La Habana, Cuba, agosto/septiembre de 1990).
23

circunstancia de haber desencadenado un curso lesivo, eran además, los


encargados de conjurar el riesgo no permitido creado al ordenar la
intervención de la Policía Provincial, por consecuencia natural de
la exigencia de no dañar a otro.

Luego de estas referencias dogmáticas y generales, que pretende


por el momento sustentar la petición que formula la querella en esta
presentación - en orden particularmente a eventuales acreditaciones en la
causa y caminos procesales a seguir- pasaré a continuación a requerir las
diligencias en particular cuya producción se requiere.

V.
BREVES CONSIDERACIONES ACERCA DE LA DURACIÓN DE LA
PRESENTE INVESTIGACIÓN Y SU CORRESPONDENCIA CON LA
GARANTÍA DE “TIEMPO RAZONABLE”:

Anticipadamente a cualquier objeción que pudiera merecer el


contenido de esta presentación en lo que se refiere al tiempo de
tramitación que lleva hasta esta oportunidad y de la probable dilación que
las peticiones que seguidamente se formularán pudieran tener en este
proceso, considero nuevamente conveniente detenerme en algunas pocas
consideraciones sobre el punto, en orden a desacreditar dicha
circunstancia , todo ello en el marco de las especiales características de la
investigación que nos ocupa.

Que ha dicho la Corte Suprema de Justicia de la Nación que si bien


es imperativo satisfacer el derecho que tiene toda persona a liberarse del
estado de sospecha que importa la acusación de haber cometido un delito,
mediante una sentencia que establezca, de una vez para siempre, su
situación frente a la ley penal (doctrina de Fallos: 318:665), también lo
es el de los integrantes de la sociedad a ver protegidos sus
24

derechos individuales consagrados de igual manera en la


Constitución Nacional (Fallos: 322:360, considerando 3°, del voto del
juez Vázquez C.)

Consecuentemente, de la tensión entre tales principios igualmente


válidos, corresponde hacer prevalecer aquel que merezca mayor
protección, ponderando en cada caso en particular los valores en juego
con base a la equidad. Así pues, debe hacerse una excepción a lo
enunciado en el considerando anterior, cuando en el supuesto tratado se
verifique una prolongación injustificada del proceso (Fallos: 306:1688 y
1705)

Complementariamente a ello y no obstante la indiscutible inserción


constitucional
del derecho a obtener un juicio sin dilaciones indebidas (art. 14, inc. 3°)
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, la duración
razonable de un proceso depende en gran medida de diversas
circunstancias propias de cada caso, por lo que no puede traducirse en un
número de días, meses o años.

Que la Corte Interamericana de Derechos Humanos, cuya


jurisprudencia puede servir de guía para la interpretación de los preceptos
convencionales (Fallos: 318:514;319:1840; 323:4130), considera que el
concepto de plazo razonable al que se hace referencia en el art. 8°, inc. 1°
de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, "debe medirse en
relación a una serie de factores tales como la complejidad del caso, la
conducta del inculpado y la diligencia de las autoridades competente en la
conducción del proceso" (caso 11.245, resuelto el 1° de marzo de 1996,
considerando 111).

Que en igual sentido, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos


señaló en oportunidad de resolver el caso "König" , sentencia del 28 de
25

junio de 1978C, que la duración razonable de un proceso penal, a la luz


del art. 6.1 de la Convención para la Protección de los Derechos Humanos
y las Libertades Fundamentales, había que apreciarla según las
circunstancias de cada caso en particular, y que para ello debía
considerarse: la complejidad del caso, la conducta del imputado y la
manera en que el asunto fue llevado por las autoridades administrativas y
judiciales. Definición mantenida por la Corte europea (confr. "Terranova v.
Italia", res. 4 de diciembre de 1995; "Phoca v. Francia", res. 23 de abril de
1996 y "Süssmann v. Alemania", res. 16 de septiembre de 1996).

Que tales antecedentes particularmente considerados en el


RECURSO DE HECHO “Barra, Roberto Eugenio Tomás s/ defraudación por
administración fraudulenta”,causa n°2053-W-31C, de nuestro más Alto
Tribunal Federal (B. 898. XXXVI).

Allí se ha destacado que “…estos aspectos también han sido


ponderados por la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos de
Norteamérica al definir el alcance del derecho a obtener un juicio rápido
previsto expresamente en la Sexta Enmienda ("Klopfer v.North Carolina"
386 U.S. 213 C1963C), resultando clarificador lo expresado por el juez
Powell en el caso "Barker v. Wingo" (407 U.S. 514), al indicar que los
factores que determinan si un imputado se ha visto privado de su derecho
a un juicio rápido son: la duración de la demora, sus razones, la invocación
del derecho que hace el acusado y el perjuicio que le haya ocasionado.

Que en base a dichas consideraciones, y tomando en especial


consideración la naturaleza del hecho en investigación, la complejidad y
dificultad que representa el aporte de información confiable en relación
con el funcionamiento de la fuerza de seguridad en el lugar de los hechos,
la labor judicial cumplida en esta causa de parte especialmente del
Tribunal interviniente y más delante del propio Ministerio Público Fiscal, la
cantidad de imputados y la diversidad de las acciones que se le reprochan
26

(con la consiguiente cantidad de letrados que intervienen, número de


peticiones, proposición de probanzas por cada una de las partes, demora
en la producción de las mismas), la circunstancia – en mi opinión –
claramente relevante de que en el caso no existe privación de libertad
que se encuentre afectando a ninguno de los encartados, el tiempo que
han insumido el diligenciamiento de algunas de dichas probanzas por su
carácter técnico-científico y especializado, de que la realización del juicio
oral y público en la causa “POBLETE…” incorporó ineludiblemente “buena
información” en términos de aporte a esta investigación; justifican
considerar que nos encontramos frente a uno de los supuestos en los
cuales la previsión general del art. 189 del C.P.P. resulta inaplicable, en
función de los objetivos propios de la investigación (en nuestra opinión la
de reunir del modo más eficaz y eficiente posible la información que
justifique razonablemente una alta probabilidad de que la hipótesis
sostenida en la acusación resulta confirmada en la instancia de juicio oral
y público) , y en orden a aproximarnos en la mayor medida posible a la
realidad de lo sucedido el día 04 de abril de 2007, como dijera en alguna
oportunidad de esta presentación, indudablemente el caso que ha
generado desde largo tiempo atrás la mayor repercusión política y de todo
tipo en esta Provincia.

VI.
SOLICITAMOS SE CONCRETE UNA DIVERSA FORMULACIÓN DE LAS
CONDUCTAS ATRIBUÍDAS A ALGUNOS DE LOS IMPUTADOS. SE
DISPONGA AMPLIACIÓN DE SU DECLARACIÓN INDAGATORIA:

VI.1.
Por las fundadas razones desarrolladas en el capítulo que antecede,
esta parte querellante NO comparte la formulación de los hechos (o
“formulación de cargos” en el lenguaje adversarial) que en su
oportunidad le fueron dados a conocer a los encartados que se indicarán a
27

continuación, en cumplimiento de las previsiones de los arts. 269, 273 ss.


y concs. del rito procesal, y que surgen detallados en la resolución que así
lo dispone 42
.

Ahora bien, en función de los antecedentes a los que se hizo


mención con anterioridad, en opinión de esta querella la imputación
debe integrarse con otras “proposiciones fácticas” - que a
continuación se describirán -, ello no sólo a los fines de asegurar
adecuadamente el derecho de defensa en juicio de los inculpados, sino
también con la pretensión de evitar en el futuro eventuales incidencias
que pudieran repercutir sobre el desarrollo del proceso, y en la búsqueda
de asegurar la acreditación más segura posible del principio de
congruencia; pero especialmente el garantizar en este
proceso penal el “DERECHO A LA TUTELA JUDICIAL
43
EFECTIVA DE LA VÍCTIMA” , y que en el supuesto que
nos ocupa DEBE corresponderse CON EL DERECHO DE LA
DIRECTAMENTE AFECTADA U OFENDIDA POR EL
ACCIONAR DISVALIOSO, A PROCURAR UNA
INVESTIGACIÓN – Y EVENTUAL DECLARACIÓN DE
RESPONSABILIDAD PENAL Y CONDENA – A PARTIR DE LA
“TEORÍA LEGAL” (Y SUS CORRESPONDIENTES
“PROPOSICIONES FÁCTICAS” QUE LA INTEGRAN) QUE
CONSIDERA ADECUADA A LO SUCEDIDO, MÁS ALLÁ DE
QUE SE COINCIDA O NO CON LA FORMULACIÓN DEL
MINISTERIO PÚBLICO FISCAL, SIN QUE DICHA
CIRCUNSTANCIA REPRESENTE UNA AFECTACIÓN AL
“DERECHO DE DEFENSA EN JUICIO”, EN LA MEDIDA EN
QUE SE LE BRINDE A LOS SOSPECHADOS LA

42
Corriente a fs. 1139/42.
43
Acerca del cual hice referencia en capítulos que preceden a èste.
28

OPORTUNIDAD DE REFUTARLA, CONTRADECIRLA.,


PRODUCIR PRUEBA, ARGUMENTAR SOBRE ELLA, ETC.

Y ello en el contexto de que según algunos, a nuestra Constitución


Nacional le cabe el honor de haber sido la primera que, con una fórmula
terminante, aclaró sin tapujos “es inviolable la defensa en juicio de la
persona y de los derechos” 44
; estableciéndose “recaudos severos” para
verificar en cada caso la vigencia eficaz del derecho de defensa en juicio,
todo ello como parte o correlato del derecho del imputado “a ser oìdo” ,
representativo y operativo del “principio de contradicción” , y entendido
como “…la base esencial del derecho a defenderse (que) reposa en la
posibilidad de expresarse libremente sobre cada uno de los extremos de la
imputación, agregando incluso todas las circunstancias de interés para
evitar o aminorar la consecuencia jurídica posible o inhibir la persecución
penal…”45; con la pretensión de dotarlo de facultades que le permitan
resistir con eficiencia la persecución de la que es objeto.

Normativamente podemos reconocer tales principios sea en la


prevención del art. 171 inc. 2do.del C.P.P., que le impone al fiscal el dar
cuenta de una “relación circunstanciada del hecho, con indicación, si fuera
posible, del…modo de ejecución…”; sea en la disposición del art. 273 del
mismo cuerpo legal –con amenaza expresa de nulidad- que entre las
“exigencias del acto de la denominada “indagatoria” establece que “se le
informará detalladamente al imputado el hecho que se le atribuye”, o
finalmente sea en la formulación del art. 312, párrafo tercero de aquel –
bajo igual sanción procesal- le impone al acusador la obligación de
establecer una “...relación clara, precisa y circunstanciada del hecho...”.

44
conf. MAIER, Julio, Derecho Procesal Penal Argentino”, ed. Hammurabi, ed. 1989, t. 1b, pàg.No.303;
teniendo en cuenta que en el derecho comparado se utilizaron otros “giros idiomàticos” menos precisos, a saber,
del “debido procedimiento legal” (due process of law) del derecho norteamericano; o la garantìa de juicio
imparcial y leal (fair trial) del derecho inglés; o su traducción al derecho europeo continental previendo “chances
iguales” para el imputado en juicio (Waffengleichheit); derechos consagrados por el art. 6, pàrrafo primero,
primera oración de la Convención Europea sobre Derechos Humanos, entre otros Tratados Internacionales.-
45
Conf. MAIER,J.,Ibidem, pag. No.316.-
29

En consecuencia, desde la perspectiva del juicio oral y


público como la instancia en que la acusación sea sometida a
prueba y a la refutación de las pruebas de culpabilidad, y en la
medida en que el “núcleo” de la imputación debe ser una
hipótesis fáctica que se supone contiene todos los elementos
,conforme a la ley penal para generar consecuencias jurídico-
penales, no puede caber dudas que la misma debe formularse en
términos unívocos, y precisos, idóneos para denotar exactamente
el hecho que se atribuye y para circunscribir el objeto del debate
46
.

De tal forma, la “premisa fáctica” que ha de concretarse en el acto


formal de la imputación corresponde que sea completa, imponiéndose un
“grado de taxatividad” en orden a la vigencia de las posibilidades de
refutación de parte de la defensa, lo cual se relaciona con la consideración
de que no debe referirse a clases de hechos abstractamente prefigurados,
o en términos vagos o confusos, sino que por el contrario debe describir
“…un acontecimiento –que se supone real- con todas las
circunstancias de modo, tiempo y lugar que lo ubiquen en el
mundo de los hechos y le proporcionen su materialidad concreta
47
.

Es que el “costo” en término de respeto de garantías


constitucionales que provocan las agencias judiciales en función de tales
antecedentes se corresponde con la probabilidad de que el “thema
probandum” resulte incierto y la hipótesis judicial inverificable e
irrefutable por defecto de denotación fáctica, lo cual a su vez trasuntaría

46
“En el modelo garantista del proceso acusatorio ,informado por la presunción de inocencia , el interrogatorio
es el principal medio de defensa y tiene la única función de dar materialmente vida al juicio contradictorio y
permitir al imputado refutar la prueba o aducir argumentos para justificarse.- Nemo tenetur se detegere es la
primera máxima del galantismo procesal, enunciada por Hobbes y recibida a partir del s. XVII en el derecho
inglès” (conf. FERRAJOLI, Luigi, “Derecho y Razòn”, Ed. Trotta, ed. 1989. pàg.No.608 y nota No.285.
47
Conf. MAIER, J., op.cit., pàg.No.318.-
30

en “tesis jurisdiccionales” carentes de valor de verdad , frente a la


indeterminación del significado extensional del sujeto pasivo 48
.

En tal contexto es dable afirmar que la “imputación inicial”


corresponde sea completa, integrada por la información de
todos los indicios que la justifican , describiendo conductas
específicas y personales de relevancia jurídico-penal-,
precisamente para que puedan ser “contradichos” y nada le sea
“escondido” al justiciable a los fines del ejercicio de su derecho
de defensa en juicio (aspecto valorativo integrante de su
correspondiente “principio de inviolabilidad “ de sus
facultades ).

Es que en todo proceso penal debe existir una correlación exacta y


biunívoca entre la atribución que se le formula al imputado y lo que más
luego resulta objeto de formal requerimiento de elevación a juicio oral, la
que nuevamente debe reproducirse en la determinación del “objeto” sobre
el cual se ceñirá las alegaciones, comprobaciones y argumentaciones de
las partes en el debate; por otra parte, con la pretensión de tornar
operativo el “principio de congruencia”, como el que señala o
demarca los “límites” en la intervención punitiva estatal.

Nuevamente en palabras de Julio MAIER “…la imputación


correctamente formulada es la llave que abre la puerta a la posibilidad de
defenderse correctamente…” 49
.

VI.1.2.
A partir de tales premisas dogmático-constitucionales, somos del
convencimiento de que resulta indispensable ATRIBUIRLE a las
48
Nuevamente en palabras del aludidod FERRAJOLI, ibidem. Pag.No.125:”…el uso de palabras equìvocas y de
juicios de valor en la descripción de los hechos imputados y en la realización de las pruebas, representa más bien
una tècnica de “vaciamiento de garantías procesales y penales…”.-
49
Op.cit.pag.No.317.
31

siguientes personas ya vinculadas a este proceso penal y a la


restante aún NO ligada a la investigación en curso, las siguientes
“proposiciones fácticas”.

Precisamente, porque en principio 50


NO COMPARTIMOS las
endilgadas por la vindicta pública, en el entendimiento de que NO se
corresponden adecuadamente con los niveles de responsabilidad que
corresponde sean materia de investigación, de acreditación y juzgamiento
en este proceso penal.

VI.1.2.1. Respecto al Sr. MOISES SOTO:


En su carácter de Subjefe de la Policía de la Provincia de Neuquén:

1) Haber tenido adecuado y efectivo conocimiento de las órdenes


impartidas por el entonces Gobernador de la Provincia de
Neuquén – Jorge Omar SOBISCH - relacionadas con el diseño,
objetivos, puesta en marcha y desarrollo del operativo
desplegado por la Policía de la Provincia del Neuquén el día 04 de
abril de 2007 , en horas de la mañana, en la Ruta Nacional No.
22, en cercanías del paraje denominado “Arroyito”.
2) Haber participado activamente, en función del cargo que
ostentaba y de su presencia física en el lugar, de la modalidad de
cumplimiento de las mismas, provocando un accionar represivo
injustificado, ilegítimo y abusivo por parte de los integrantes de la
fuerza aludida, el cual culminó con la lesión que causa la muerte
de Carlos Fuentealba.
3) Haber participado en dicha oportunidad directamente de la
constitución, coordinación y conducción del operativo policial
desplegado, impartiendo órdenes y directivas indebidas y
específicas; con el adecuado y efectivo conocimiento que su
cumplimiento y la modalidad que se llevó adelante la actuación
de la fuerza de seguridad a su cargo, se incrementó el riesgo
propio del empleo masivo de la fuerza pública más allá de lo
permitido.
4) Haber omitido ordenar el cese del ejercicio de la violencia estatal
luego que la misma resultara innecesaria e injustificada.
5) Que teniendo cabal conocimiento de que los manifestantes se
replegaban hacia la Ciudad de Senillosa, permitió el

50
Y TAL COMO LO HEMOS SOSTENIDO PÚBLICAMENTE DESDE EL PRINCIPIO DE LA
INVESTIGACIÓN DE ESTE HORRENDO SUCESO, COMO LO HEMOS ARGUMENTADO EN LA
INSTANCIA DE JUICIO ORAL Y PÚBLICO EN LA CAUSA “POBLETE…”, Y COMO LO HEMOS
DEMOSTRADO CON NUESTRA “PARTICIPACIÓN” EN LA TRAMITACIÓN CUMPLIDA HASTA
ESTA OPORTUNIDAD EN ESTA CAUSA.
32

procedimiento que comenzó con el despliegue de varios efectivos


policiales sobre la ruta, armados con escopetas lanzagases y
escopetas 12.70, que resultaba absolutamente innecesario, de
acuerdo a las circunstancias, salvo para desencadenar un
proceder represivo injustificado, que es el que precisamente
culminó con la agresión y muerte de Carlos Fuentealba.
6) Haber omitido adoptar con posterioridad al disparo que causa la
muerte de Carlos Fuentealba, las acciones necesarias tendientes
a la identificación de su autor, facilitando con dicho
comportamiento que el Cabo José Poblete eludiera su
responsabilidad penal. En ese sentido, no adoptó medida alguna
para preservar la escena del crimen, ni propició ni requirió que
aquellas se implementaran, omitiendo preservar los rastros
materiales y el estado de las cosas relacionadas con dicha
agresión, ni promovió la debida persecución penal al tener
adecuado y efectivo conocimiento de las condiciones personales
de su responsable.

VI.1.2.2. Respecto al Sr. Adolfo SOTO:


En su carácter de Superintendente de Seguridad Metropolitana de la
Policía de la Provincia de Neuquén:

1) Haber tenido adecuado y efectivo conocimiento de las órdenes


impartidas por el entonces Gobernador de la Provincia de
Neuquén – Jorge Omar SOBISCH - relacionadas con el diseño,
objetivos, puesta en marcha y desarrollo del operativo
desplegado por la Policía de la Provincia del Neuquén el día 04
de abril de 2007 , en horas de la mañana, en la Ruta Nacional
No. 22, en cercanías del paraje denominado “Arroyito”.
2) Haber participado activamente, en función del cargo que
ostentaba y de su presencia física en el lugar, de la modalidad
de cumplimiento de las mismas, provocando un accionar
represivo injustificado, ilegítimo y abusivo por parte de los
integrantes de la fuerza aludida, el cual culminó con la lesión
que causa la muerte de Carlos Fuentealba.
3) Haber participado en dicha oportunidad directamente de la
constitución, coordinación y conducción del operativo policial
desplegado, impartiendo órdenes y directivas indebidas y
específicas; con el adecuado y efectivo conocimiento que su
cumplimiento y la modalidad que se llevó adelante la actuación
de la fuerza de seguridad a su cargo, se incrementó el riesgo
propio del empleo masivo de la fuerza pública más allá de lo
permitido.
4) Haber omitido ordenar el cese del ejercicio de la violencia
estatal luego que la misma resultara innecesaria e injustificada.
5) Que teniendo cabal conocimiento de que los manifestantes se
replegaban hacia la Ciudad de Senillosa, permitió el
33

procedimiento que comenzó con el despliegue de varios


efectivos policiales sobre la ruta, armados con escopetas
lanzagases y escopetas 12.70, que resultaba absolutamente
innecesario, de acuerdo a las circunstancias, salvo para
desencadenar un proceder represivo injustificado, que es el que
precisamente culminó con la agresión y muerte de Carlos
Fuentealba.
6) Haber omitido adoptar con posterioridad al disparo que causa la
muerte de Carlos Fuentealba, las acciones necesarias
tendientes a la identificación de su autor, facilitando con dicho
comportamiento que el Cabo José Poblete eludiera su
responsabilidad penal. En ese sentido, no adoptó medida alguna
para preservar la escena del crimen, ni propició ni requirió que
aquellas se implementaran, omitiendo preservar los rastros
materiales y el estado de las cosas relacionadas con dicha
agresión, ni promovió la debida persecución penal al tener
adecuado y efectivo conocimiento de las condiciones personales
de su responsable.

VI.1.2.3. Respecto al Sr. Mario RINZANFRI:


En su carácter de Director de Seguridad de la Policía de la Provincia
del Neuquén:
1) Haber tenido adecuado y efectivo conocimiento de las órdenes
impartidas por el entonces Gobernador de la Provincia de
Neuquén – Jorge Omar SOBISCH - relacionadas con el diseño,
objetivos, puesta en marcha y desarrollo del operativo
desplegado por la Policía de la Provincia del Neuquén el día 04
de abril de 2007 , en horas de la mañana, en la Ruta Nacional
No. 22, en cercanías del paraje denominado “Arroyito”.
2) Haber participado activamente, en función del cargo que
ostentaba y de su presencia física en el lugar, de la modalidad
de cumplimiento de las mismas, provocando un accionar
represivo injustificado, ilegítimo y abusivo por parte de los
integrantes de la fuerza aludida, el cual culminó con la lesión
que causa la muerte de Carlos Fuentealba.
3) Haber participado en dicha oportunidad directamente de la
constitución, coordinación y conducción del operativo policial
desplegado, impartiendo órdenes y directivas indebidas y
específicas; con el adecuado y efectivo conocimiento que su
cumplimiento y la modalidad que se llevó adelante la actuación
de la fuerza de seguridad a su cargo, se incrementó el riesgo
propio del empleo masivo de la fuerza pública más allá de lo
permitido.
4) Haber omitido ordenar el cese del ejercicio de la violencia
estatal luego que la misma resultara innecesaria e injustificada.
5) Que teniendo cabal conocimiento de que los manifestantes se
replegaban hacia la Ciudad de Senillosa, permitió el
34

procedimiento que comenzó con el despliegue de varios


efectivos policiales sobre la ruta, armados con escopetas
lanzagases y escopetas 12.70, que resultaba absolutamente
innecesario, de acuerdo a las circunstancias, salvo para
desencadenar un proceder represivo injustificado, que es el que
precisamente culminó con la agresión y muerte de Carlos
Fuentealba.
6) Haber omitido adoptar con posterioridad al disparo que causa la
muerte de Carlos Fuentealba, las acciones necesarias
tendientes a la identificación de su autor, facilitando con dicho
comportamiento que el Cabo José Poblete eludiera su
responsabilidad penal. En ese sentido, no adoptó medida alguna
para preservar la escena del crimen, ni propició ni requirió que
aquellas se implementaran, omitiendo preservar los rastros
materiales y el estado de las cosas relacionadas con dicha
agresión, ni promovió la debida persecución penal al tener
adecuado y efectivo conocimiento de las condiciones personales
de su responsable.

VI.1.2.4. Respecto al Sr. Jorge GARRIDO:

En su carácter de Jefe del Departamento de Seguridad Metropolitana


de la Policía de la Provincia del Neuquén:
1) Haber tenido adecuado y efectivo conocimiento de las órdenes
impartidas por el entonces Gobernador de la Provincia de
Neuquén – Jorge Omar SOBISCH - relacionadas con el diseño,
objetivos, puesta en marcha y desarrollo del operativo
desplegado por la Policía de la Provincia del Neuquén el día 04
de abril de 2007 , en horas de la mañana, en la Ruta Nacional
No. 22, en cercanías del paraje denominado “Arroyito”.
2) Haber participado activamente, en función del cargo que
ostentaba y de su presencia física en el lugar, de la modalidad
de cumplimiento de las mismas, provocando un accionar
represivo injustificado, ilegítimo y abusivo por parte de los
integrantes de la fuerza aludida, el cual culminó con la lesión
que causa la muerte de Carlos Fuentealba.
3) Haber participado en dicha oportunidad directamente de la
constitución, coordinación y conducción del operativo policial
desplegado, impartiendo órdenes y directivas indebidas y
específicas; con el adecuado y efectivo conocimiento que su
cumplimiento y la modalidad que se llevó adelante la actuación
de la fuerza de seguridad a su cargo, se incrementó el riesgo
propio del empleo masivo de la fuerza pública más allá de lo
permitido.
4) Haber omitido ordenar el cese del ejercicio de la violencia
estatal luego que la misma resultara innecesaria e injustificada.
5) Que teniendo cabal conocimiento de que los manifestantes se
replegaban hacia la Ciudad de Senillosa, permitió el
35

procedimiento que comenzó con el despliegue de varios


efectivos policiales sobre la ruta, armados con escopetas
lanzagases y escopetas 12.70, que resultaba absolutamente
innecesario, de acuerdo a las circunstancias, salvo para
desencadenar un proceder represivo injustificado, que es el que
precisamente culminó con la agresión y muerte de Carlos
Fuentealba.
6) Haber omitido adoptar con posterioridad al disparo que causa la
muerte de Carlos Fuentealba, las acciones necesarias
tendientes a la identificación de su autor, facilitando con dicho
comportamiento que el Cabo José Poblete eludiera su
responsabilidad penal. En ese sentido, no adoptó medida alguna
para preservar la escena del crimen, ni propició ni requirió que
aquellas se implementaran, omitiendo preservar los rastros
materiales y el estado de las cosas relacionadas con dicha
agresión, ni promovió la debida persecución penal al tener
adecuado y efectivo conocimiento de las condiciones personales
de su responsable.

VI.1.2.5. Respecto al Sr. Carlos David Zalazar:

En su carácter de Jefe de la Policía de la Provincia del Neuquén:


1) Haber tenido adecuado y efectivo conocimiento de las órdenes
impartidas por el entonces Gobernador de la Provincia de
Neuquén – Jorge Omar SOBISCH - relacionadas con el diseño,
objetivos, puesta en marcha y desarrollo del operativo
desplegado por la Policía de la Provincia del Neuquén el día 04
de abril de 2007 , en horas de la mañana, en la Ruta Nacional
No. 22, en cercanías del paraje denominado “Arroyito”.
2) Haber participado activamente, en función del cargo que
ostentaba y de su presencia física en el lugar, de la modalidad
de cumplimiento de las mismas, provocando un accionar
represivo injustificado, ilegítimo y abusivo por parte de los
integrantes de la fuerza aludida, el cual culminó con la lesión
que causa la muerte de Carlos Fuentealba.
3) Haber participado en dicha oportunidad directamente de la
constitución, coordinación y conducción del operativo policial
desplegado, impartiendo órdenes y directivas indebidas y
específicas; con el adecuado y efectivo conocimiento que su
cumplimiento y la modalidad que se llevó adelante la actuación
de la fuerza de seguridad a su cargo, se incrementó el riesgo
propio del empleo masivo de la fuerza pública más allá de lo
permitido.
4) Haber omitido ordenar el cese del ejercicio de la violencia
estatal luego que la misma resultara innecesaria e injustificada.
36

5) Que teniendo cabal conocimiento de que los manifestantes se


replegaban hacia la Ciudad de Senillosa, permitió el
procedimiento que comenzó con el despliegue de varios
efectivos policiales sobre la ruta, armados con escopetas
lanzagases y escopetas 12.70, que resultaba absolutamente
innecesario, de acuerdo a las circunstancias, salvo para
desencadenar un proceder represivo injustificado, que es el que
precisamente culminó con la agresión y muerte de Carlos
Fuentealba.
6) Haber omitido adoptar con posterioridad al disparo que causa la
muerte de Carlos Fuentealba, las acciones necesarias
tendientes a la identificación de su autor, facilitando con dicho
comportamiento que el Cabo José Poblete eludiera su
responsabilidad penal. En ese sentido, no adoptó medida alguna
para preservar la escena del crimen, ni propició ni requirió que
aquellas se implementaran, omitiendo preservar los rastros
materiales y el estado de las cosas relacionadas con dicha
agresión, ni promovió la debida persecución penal al tener
adecuado y efectivo conocimiento de las condiciones personales
de su responsable.

VI.1.2.6. Respecto al Sr. Raúl Pascuarelli:


En su carácter de Subsecretario de Seguridad del Gobierno de la
Provincia del Neuquén:

1) Haber tenido adecuado y efectivo conocimiento de las órdenes


impartidas por el entonces Gobernador de la Provincia de
Neuquén – Jorge Omar SOBISCH - relacionadas con el diseño,
objetivos, puesta en marcha y desarrollo del operativo
desplegado por la Policía de la Provincia del Neuquén el día 04
de abril de 2007 , en horas de la mañana, en la Ruta Nacional
No. 22, en cercanías del paraje denominado “Arroyito”.
2) Haber participado activamente, en función del cargo que
ostentaba y de su presencia física en el lugar, de la modalidad
de cumplimiento de las mismas, permitiendo un accionar
represivo injustificado, ilegítimo y abusivo por parte de los
integrantes de la fuerza aludida, el cual culminó con la lesión
que causa la muerte de Carlos Fuentealba, por el disparo de una
granada de gas lacrimógeno efectuado por uno de tales
efectivos.
3) Haber tenido en dicha ocasión adecuado y efectivo
conocimiento de las condiciones organizativas del
procedimiento policial, y de las circunstancias en que se fue
desarrollando.
4) Haber ejercido la supervisión, el control, participando de la toma
de decisiones en el escenario de los hechos en representación
del entonces Gobernador de la Provincia del Neuquén.
37

5) Haber tenido adecuado y efectivo conocimiento que del


cumplimiento de las órdenes que impartió y de la modalidad
que se llevó adelante el operativo policial, se incrementó el
riesgo propio del empleo masivo de la fuerza pública más allá
de lo permitido.
6) Haber omitido ordenar el cese del ejercicio de la violencia
estatal luego que la misma resultara innecesaria e injustificada.
7) Que teniendo cabal conocimiento de que los manifestantes se
replegaban hacia la Ciudad de Senillosa, permitió el
procedimiento que comenzó con el despliegue de varios
efectivos policiales sobre la ruta, armados con escopetas
lanzagases y escopetas 12.70, que resultaba absolutamente
innecesario, de acuerdo a las circunstancias, salvo para
desencadenar un proceder represivo injustificado, que es el que
precisamente culminó con la agresión y muerte de Carlos
Fuentealba.
8) Haber omitido deliberadamente el “deber general de cuidado” y
el deber de protección que le competía respecto de la
integridad física de los manifestantes, contribuyendo de ese
modo con la producción de los daños físicos sufridos por varios
de ellos manifestantes y con la lesión y posterior fallecimiento
de Carlos Fuentealba.

VI.1.3.
Que teniendo en cuenta que las personas mencionadas con
anterioridad han sido ya formalmente indagadas en relación a las
conductas atribuídas en el requerimiento fiscal al que hicimos mención
previamente, acerca de la petición que antecede dejamos constancia:

1. Que habilitada como lo ha sido la intervención judicial por


intermedio de dicho dictamen, es que consideramos innecesario
y sobreabundante el disponer uno nuevo en relación a las
nuevas imputaciones , por otra parte en la medida en que los
antecedentes y argumentación también desarrollada supra
cumplen holgadamente con el requisito del inc. 2) del art. 171 del
rito procesal, encontrándose ya incorporado a la causa el que se
dispone en el inc. 1ero., y en cuanto al del inc. 3ero.
expresamente remitiéndonos a las diligencias de prueba
38

incorporadas hasta esta oportunidad en la causa, con más las


que se propondrán a continuación.
2. Que al momento de disponerse las ampliaciones de
indagatorias vinculadas a las nuevas conductas formuladas,
corresponderá en relación a la previsión del art. 273 del C.P.P.,
hacer mención de las mismas diligencias probatorias que le
fueron anoticiadas en las oportunidades anteriores.

VI.2.
SE CONVOQUE A PRESTAR DECLARACIÓN INDAGATORIA A
JORGE OMAR SOBISCH:

Que de igual alcance, es que venimos a solicitar se cite a prestar


declaración indagatoria a JORGE OMAR SOBISCH, con domicilio en la
calle Almirante Brown No.745, de esta Ciudad, por existir sospecha
suficiente de su participación penalmente responsable, en el marco de la
presente investigación, y en relación a la siguiente conducta:

En su carácter de Gobernador de la Provincia de Neuquén:

1) Haber impartido órdenes dirigidas a la Jefatura de la Policía de


dicha Provincia, relacionadas con el diseño, objetivos, puesta en
marcha y desarrollo del operativo desplegado por dicha fuerza de
seguridad el día 04 de abril de 2007 , en horas de la mañana, en
la Ruta Nacional No. 22, en cercanías del paraje denominado
“Arroyito”.
2) Haber autorizado el uso de la fuerza en dicho procedimiento,
resultando del cumplimiento de las órdenes impartidas un
accionar represivo injustificado, ilegítimo y abusivo por parte de
los integrantes de la fuerza policial, el cual culminó con la lesión
que causa la muerte de Carlos Fuentealba, por el disparo de una
granada de gas lacrimógeno efectuado por uno de tales
efectivos.
3) Haber tenido adecuado y efectivo conocimiento de las
condiciones organizativas del procedimiento policial, y de las
circunstancias en que se fue desarrollando.
39

4) Haber ejercido la supervisión, el control y la toma de decisiones


en el escenario de los hechos a través del entonces Subsecretario
de Seguridad Sr. Raúl PASCUARELLI.
5) Haber tenido adecuado y efectivo conocimiento que del
cumplimiento de las órdenes que impartió y de la modalidad que
se llevó adelante el operativo policial, se incrementó el riesgo
propio del empleo masivo de la fuerza pública más allá de lo
permitido.
6) Haber estado en condiciones operativas de impedir o detener el
procedimiento policial que culminó con la lesión y posterior
fallecimiento de Carlos Fuentealba.
7) Haber omitido ordenar el cese del ejercicio de la violencia estatal
luego que la misma resultara innecesaria e injustificada.
8) Haber omitido deliberadamente el “deber general de cuidado” y
el deber de protección que le competía respecto de la integridad
física de los manifestantes, contribuyendo de ese modo con la
producción de los daños físicos sufridos por varios de los
manifestantes y con la lesión y posterior fallecimiento de Carlos
Fuentealba.

Que considerando que esta persona no ha sido imputada hasta esta


oportunidad de ningún modo en la investigación en curso, es que venimos
a dejar constancia que consideramos que las formulaciones fácticas y
conceptuales brevemente explicitadas en los capítulos que anteceden,
dan estricto cumplimiento con la previsión del art. 171 del C.P.P., aplicable
en nuestra opinión por vía analógica a la formalización de querella en las
presentes condiciones.

Ello así, en la medida en que se observan las contenidas en los incs.


1ero. y 2do. de la mencionada disposición normativa, remitiéndonos en
relación al que da cuenta el inc. 3ero. a la totalidad de la evidencia
material, documental y científica incorporada hasta este momento en la
causa 51
, como así también a la que se agregue con posterioridad, en
función de la petición que continúa y de las que puedan formularse en el
futuro.

51
Que consideramos sobreabundante e innecesario consignar por eviudentes razones de economía procesal.
40

VII.
PROPOSICIÓN DE DILIGENCIAS:

Que a partir de lo previsto en los arts. 181 ss. y ccs. del C.P.P., por
entender que los medios probatorios que a continuación se propondrán
resultan de pertinencia y utilidad en orden a la acreditación de las
“proposiciones fácticas” que integran el accionar reprochable sub
enunciado, es que solicitamos se disponga la producción de las siguientes
:

VII.1.
DOCUMENTAL: Se tenga por incorporada la documental que se
adjunta con la presente:

I. Copia de publicación periodística de la edición “on line” del diario “El


País”, de fecha 08 de abril de 2007 (letra “A””).
II. Copia de publicación periodística de la edición “on line” del diario
“Página 12”, de fecha 13 de abril de 2007 (letra “B””).
III. Copia de publicación periodística de la edición “on line” del diario
“Página 12”, de fecha 14 de abril de 2007 (letra “C”)
IV. Copia de publicación periodística de la edición “on line” del diario
“Página 12”, de fecha 10 de mayo de 2007 (letra “D”).
V. Copia de publicación periodística de la edición “on line” del diario
“La Mañana del Sur”, titulado “Sobisch defendió la ley y las
instituciones” (letra “E”).
VI. Copia de publicación periodística de la edición “on line” del diario
“La Mañana del Sur”, titulado “Suman pruebas para la causa” (letra
“F”).
VII. Copia de publicación periodística de la edición “on line” del diario
“La Mañana del Sur”, titulado “Se espera una marcha
multitudinaria” (letra “G”).
41

VIII. Copia de publicación periodística de la edición “on line” del diario


“La Mañana del Sur”, titulado “Los piquetes, sin definición” (letra
“H”).
IX. Copia de publicación periodística de la edición “on line” del diario
“La Mañana del Sur”, titulado “;Marcha tras la muerte del profesor”
(letra “I”).
X. Copia de publicación periodística de la edición “on line” del diario
“Clarin”, de fecha 11 de abril de 2007 (letra “J”).
XI. Copia de publicación periodística de la edición “on line” del diario
“Rio Negro”, de fecha 04 de abril de 2007 (letra “K”).
XII. Copia de publicación periodística de la edición “on line” del diario “
Página 12”, titulada “Maestros marchan…” (letra “L”).
XIII. Copia de publicación periodística de la edición “on line” del diario
“Río Negro”, de fecha 05 de abril de 2007 (letra “M”).
XIV. Copia de publicación periodística de la edición “on line” del diario
“Río Negro”, de fecha 06 de abril de 2007 (letra “N”).
XV. Copia de publicación periodística de la edición “on line” del diario
“Río Negro”, de fecha 05 de abril de 2007 (letra “O”).
XVI. Copia de publicación periodística de la edición “on line” del diario
“Río Negro”, de fecha 07 de julio de 2007 (letra “P”)

Que para el caso de considerarlo indispensable, corresponderá se


libre oficio a cada uno de dichos medios gráficos a fin de que acompañen
copia auténtica de tales publicaciones, para lo cual correspondería
adjuntar en cada caso las agregadas en esta oportunidad.

VII.2.
1. Que teniendo en cuenta que podría tener estrecha vinculación
con la imputación que se dirige contra el Sr. SOBISCH , particularmente
con una de las proposiciones fácticas detalladas en el cap.V.2 que precede
– concretamente las indicadas con los ap.2 y 6 – en términos de una
“conducta precedente” observada por la misma persona, también en un
42

conflicto gremial en el cual se encontraba involucrado el gremio ATEN, y


en el que se habría actuado de modo similar al que se le reprocha; a los
fines de evaluar los antecedentes recopilados en una investigación llevada
a cabo en la causa “ZALAZAR…”, expte. No. 4570/08, en trámite
por ante el Juzgado Correccional No. 2 de esta Ciudad, es que
solicito se requiera su remisión “ad efectum videndi et probando” si el
estado de la causa lo permite, o en su caso, copia certificada de la
totalidad de las constancias de la misma.

2. Teniendo en cuenta que según lo han puesto de manifiesto varios


testimonios prestados por el propio personal policial y por algunos
manifestantes, y habiendo sido ya objeto de prueba una petición
similar del Ministerio Público en esta causa, es que vengo a
solicitar se libre oficio a las empresas prestatarias del
Servicio de Telefonía Móvil que operan en la región –
Claro, Movistar y Personal – a fin de que informen en el curso
del mes de abril de 2007 tenían contratado la prestación del
servicio con el Poder Ejecutivo Provincial, en su caso
acompañando la nómica completa de los números asignados, y
en su caso de los titulares o usuarios de los mismos. La diligencia
tiene por objeto el establecer si el día de ocurrencia del hecho en
investigación, el representante del Poder Ejecutivo que se
encontraba en la zona de Arroyito – Sr. Pascuarelli – se comunicó
en alguna oportunidad, sea con alguna dependencia
gubernamental o funcionario en particular o determinar las
llamadas que pudo haber realizado o recibido, para lo cual
correspondería que incorporada dicha “información” se requiera
el listado de llamadas entrantes y salientes de los abonados que
se consideren de interés.
3. A los mismos fines que el anterior, solicitamos se libre oficio a
las mismas empresas requiriendo informen si los Sres. Raul
PASCUARELLI y Jorge Omar SOBISCH a la fecha de ocurrencia
43

del hecho que nos ocupa, tenían contratado el servicio de


telefonía celular con alguna de ellas, en su caso dando cuenta del
No. de abonado.

VII.3.

Se cite a prestar declaración testimonial a las siguientes


personas, que se encontraban en la zona de Arroyito en el momento de
ocurrencia de los hechos, que en todos los casos lo hacían en su calidad
de periodistas de distintos medios de comunicación de la región, que
podrían encontrarse en condiciones de aportar información relevante
acerca de lo sucedido, particularmente en relación a la posibilidad de
haber entrevistado a alguno de los funcionarios policiales o de los que en
dicha oportunidad eran funcionarios públicos y que se encuentran
involucrados en esta investigación, y/o en su caso con el propósito de
aportar material video filmado o grabado acerca de tales circunstancias.

Es claro, que el direccionamiento de los interrogatorios que se


tomaron hasta esta oportunidad no tenía en cuenta el “contenido fáctico”
de las nuevas imputaciones que se realizan por medio de la presente,
razón por la cual la intención de esta querella es profundizar acerca de
aportes que pudieran realizar en tal sentido, para luego en su caso poder
procesarla y valorarla, en consideración a las especiales características
que reúne este proceso.

En los siguientes casos solicito que dichas personas sean citadas en


el domicilio laboral en el cual se desempeñan, el cual es indicado a
continuación.

1- Belén SANGUINÉ, de Canal 7 de televisión de esta Ciudad.


2- Guillermo FERNANDEZ, de Canal 10 de televisión de esta
Ciudad.
44

3- Nicolás TAMBORINDEGUI, de Canal 10 de televisión de esta


Ciudad.
4- Mauricio GARCIA, de LU5 de esta Ciudad.
5- Mauricio ROJAS, de FM “La Plaza” de esta Ciudad.
6- Juan Carlos CALEGARI, de FM “La Plaza” de esta Ciudad.
7- Carlos MONSALVE, que cumple funciones para el canal TN
de la Ciudad de Buenos Aires.
8- Leonardo PETRICIO, que cumple funciones como fotógrafo
del Diario Rio Negro, con asiento en esta Ciudad.
9- Walter PEREZ, que cumple funciones para Radio CALF de
esta Ciudad.
10- Bernardo BUZO, que cumple funciones para Radio
COMUNIDAD de esta Ciudad.
11- Daniel AGUIRRE, que cumple funciones para Radio
POCAHUYO, de la localidad de San Martín de los Andes.

VIII.

Que teniendo en cuenta el tenor de las imputaciones ya


formalizadas y el estado procesal de la causa es que consideramos que
corresponde se disponga su correcta recaratulación, en la medida
que la inicia investigación ya ha avanzado a una etapa procesal en
la cual las conductas sospechadas han sido adecuadamente
precisadas.

IX.
Se tenga presente lo expuesto y se provea de conformidad.

QUE SERA JUSTICIA


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