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Ahora sí

Emilio del Barco


Agüimes, 10/06/2005
Ya empiezo a fiarme. Aunque no seamos santos, al menos nos queda algo de
ingenuidad. La suficiente como para soñar con la unión equitativa de los pueblos. La
Unión Europea está viviendo un sueño: queremos crear un mundo nuevo, aunque esté
compuesto de materiales viejos, desechables casi, pretendemos reciclarlo. No será
genial, pero puede ser práctico. Aprovechando lo mucho bueno que todas las viejas
culturas atesoran, al mezclarlo todo, se ve mejor qué es lo que va sobrando. Sobran,
sobre todo, quienes se crean infalibles y tengan vocación de dominio exclusivo. Los
errores siempre son individuales, los pueblos no se equivocan. Son conducidos al error,
que es otra cosa. Las personas pueden transformar las instrucciones recibidas,
usándolas para fines distintos a los indicados. Acoplando cosas dispares, terminan por
hacerlas servir a un fin común.
El progreso es hijo de la duda. No podemos aferrarnos a la memoria histórica. Hay que
tener también capacidad de olvido y trasformación. No se puede sacralizar todo el
pasado. La mayor parte del pasado humano, es prescindible. Ha sido un errar entre
errores encadenados. Todos se reconocen progenitores de sus propios aciertos, mientras
a los errores se los mira como hijos ilegítimos.
Quien cree a un dirigente, por el hecho de serlo, no suele ser crítico. Se lo prohíben las
propias reglas impuestas por la tradición. Si le surgieran dudas, se sentiría culpable; lo
achaca a su falta de fidelidad al dirigente. Eso es lo que ha aprendido. A no dudar de los
superiores y a no dudar sobre la doctrina asimilada, aunque pueda ser inconsistente. No
se admite la duda. Quien dudase, caería fuera del sistema, quedando excluido :Al dudar
se incurre en pecado. Todo esto es la antitesis del pensamiento científico, que conduce
al progreso, al conocimiento. En él todo es duda, razonamiento, estudio, análisis,
comprobación. Concluyendo, sin certezas no hay religión, sin dudas no hay ciencia. La
historia de la humanidad no es más que un relato sobre la adaptación del hombre al
medio. Como hace todo ser vivo. Se experimenta y se aprende constantemente. Una
parte de estas experiencias y conocimientos derivados, se transmiten a generaciones
herederas. Los inadaptados desaparecen. El progreso científico y económico, la
acumulación de conocimientos y bienestar por la Humanidad, comenzó cuando los
científicos pudieron liberar a la ciencia de sus ataduras mágicas y la dictadura religiosa.
Es bueno que Europa sea una amalgama de pueblos, donde no prevalezca,
dominantemente, una creencia unificada. Los problemas del mundo se solucionan
científicamente, no con especulaciones angélicas.
Emilio del Barco,, delbarco23@hotmail.com,, Gran Canaria.

+34 928 78 09 67,, DNI 27968889,,(no publicar estos datos, son privados).

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