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COLEGIO LA ENCARNACIÓN
ADVIENTO 2008
ADVIENTO
Hace muchos, muchos años, los hombres y las mujeres esperaban que Dios les
enviase alguien que les enseñara a cumplir su voluntad, a ser mejores, a quererse
los unos a los otros.
Entre las personas que esperaban la llegada del Mesías estaban María y José. Un
ángel les dijo que María tendría un hijo y que éste sería el enviado de Dios para ser
el hermano mayor de todos los hombres y mujeres y para enseñar a todos cuál es
la voluntad de Dios.
A partir de aquel momento, María y José prepararon todo para el nacimiento de
Jesús.
Los cristianos recordamos el tiempo de espera del nacimiento de Jesús cuatro
semanas antes de Navidad.
A este tiempo de preparación lo llamamos Adviento, que significa “venida”. El
tiempo de Adviento sirve para reflexionar e intentar ser mejores y así poder
celebrar la Navidad con paz y mucha alegría.
NAVIDAD
Navidad es una de las grandes fiestas del año cristiano. En Navidad se recuerda el
nacimiento de Jesús en Belén.
El nacimiento de Jesús fue una gran noticia para todos los que esperaban la
llegada del Mesías. Jesús nació en un sencillo pesebre
Un ángel anunció a los pastores que había nacido el Niño Dios. Los pastores
fueron a verle, a felicitar a María y a José y a ofrecerle lo que ellos tenían y podía
serles útil.
Hoy, el nacimiento de Jesús continúa siendo una buena noticia para todas las
personas que quieren que todos los hombres y mujeres, todos los niños y niñas
del mundo vivan en paz, se quieran y sean felices.
A partir del día de Navidad empieza a prolongarse la luz diurna; día a día hay más
horas de luz y la noche se hace más corta. Los cristianos celebran que Jesús ha
nacido, la luz que ilumina con fuerza el corazón de los hombres, las mujeres, los
niños y las niñas.
MURAL DE ADVIENTO
Instrucciones:
1. Pega la hoja del árbol de Navidad en una cartulina.
2. Recorta de la otra hoja la figura correspondiente a cada día, según el número indicado al
costado.
3. Pega la ilustración en el espacio que le corresponde, sólo en la parte de arriba: así podrás leer
siempre el texto que la explica.
4. Sigue pegando hasta completar el calendario y...
1 2
3 4 5 6
7 8 9 10 11 12
13 14 15 16 17 18
19 20 21 22 23 24
- La Cuna de Jesús
Como esa cunita humilde, acoge a todos con amor.
- María
Con sencillez, María recibe a Cristo y nos regala a su hijo. Que tú
también lleves a todos un mensaje de amor.
- José
Siempre entregado a la voluntad de Dios, como José confiemos en lo
que el Señor nos tenga preparado.
- Pastores
Unas frutas y una oveja le llevan los pastorcitos a Jesús. Alaba tú
también a Cristo con tu esfuerzo y trabajo.
- Reyes Magos
Adoran, alaban y le traen a Jesús sus presentes.
Regálale al Señor tus pequeños sacrificios para que El los
transforme con su amor.
- Burro
Llevó a María embarazada a ver a su
prima Isabel; luego, a Belén. Sirve en
silencio como ese burrito a los
quienes te lo pidan.
- Buey
Manso y silencioso presenció la venida
de Dios a los hombres. Como
este animalito, acoge a Jesús en tu
corazón.
- Ovejas
Dóciles van con los pastores a conocer al niño Dios. Sé parte del rebaño
de Jesús y déjalo hacer en tu vida.
Navidad... Simbolismos
Las Velas de Adviento: Son 4, una para cada domingo. Tres son de color
"morado", no alegres, sino de penitencia... y nos indican que tenemos que
"limpiar nuestra alma" durante el Adviento, con el arrepentimiento y una buena
confesión, porque Jesús no puede estar en un alma sucia por el pecado. La
Cuarta es "rosa", alegre, del último domingo, con Jesús llenándote de su amor.
Las Luces: Jesús es "la luz del mundo"... tantas y de tantos colores, son el
símbolo del Espíritu Santo de amores, ¡el de las 7 lámparas del Apocalipsis!... y
son tantísimas, grandes y pequeñitas, porque son también símbolos de ti y de
mi, de cada cristiano, que también somos "la luz del mundo", ¡como Cristo!
(Juan 8:12, Apoc.1:13, Mat.5: 14).
Los Villancicos: Parrandas, posadas... son para felicitar a los papás del Niño,
a San José y la Virgen, como hacemos en cada nacimiento... y para glorificar el
mismo Niño Dios, hecho casi nada por nuestro amor.
La Navidad Diaria: Jesús ahora nos espera cada día en la Eucaristía... y esto
no es símbolo, ¡es realmente real!... nuestra Navidad de cada día... saturarnos
a diario de entusiasmo, de su amor, gozo paz... ¡y darlo a los demás!...
En Belén, Dios se hizo un niño, no podía hablar, lo tenían que limpiar... ¡un
niño, pero era Dios!... ahora en la Eucaristía se hace más humilde todavía,
¡solo vino y pan!... ¡pero es Dios!, exactamente el mismo de Belén... para lo
mismo, para llenarnos de su amor... es la ¡locura del amor de Dios! de
1Cor.1:25... ¡y su flaqueza!, añade el mismo verso, ¡más poderosa que el
mundo entero!... Jesús está enamorado de ti. Te espera hecho pan y vino cada
día. Déjate querer. Ve a recibirlo a diario en la Eucaristía.
EPIFANIA DIA DE REYES
PADRE,
que miras por igual a todos tus hijos
a quienes ves enfrentados.
NUESTRO, de todos.
De los cerca de 5.000 millones de personas,
que poblamos la tierra,
sea cual sea nuestra edad,
color o lugar de nacimiento.
QUE ESTÁS EN EL CIELO,
y en la tierra, en cada hombre,
en los humildes y en los que sufren.
SANTIFICADO SEA TU NOMBRE,
pero no con el estruendo de las armas,
sino con el susurro del corazón.
VENGA A NOSOTROS TU REINO,
el de la paz, el del amor.
Y aleja de nosotros
los reinos de la tiranía y de la explotación.
HÁGASE TU VOLUNTAD
siempre y en todas partes.
En el cielo y en la tierra.
Que tus deseos no sean obstaculizados por los hijos del poder.
DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DÍA
que está amasado con paz, con justicia, con amor.
Aleja de nosotros el pan de cizaña
que siembra envidia y división,
porque mañana puede ser tarde:
la guerra amenaza y algún loco puede iniciarla.
PERDONA NUESTRAS OFENSAS
no como nosotros perdonamos,
sino como Tú perdonas, sin dar lugar al odio.
NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN
de almacenar lo que no nos diste,
de acumular lo que otros necesitan,
de mirar con recelo al de enfrente.
LÍBRANOS DEL MAL QUE NOS AMENAZA:
de las armas, del poder, de la sociedad de consumo,
de vivir montados en el gasto, porque somos muchos, Padre,
los que queremos vivir en paz.
El Santa Claus original nació en el siglo
IV a. d.C. en la antigua Turquía en el
pueblo de Lycia. En
realidad se llamaba Nicolás de Bari y su
aspecto distaba bastante del que hoy se
le atribuye, pues se le representaba
como un hombre de complexión delgada
y gran estatura que vestía como un
sacerdote. Dos aspectos de su
personalidad que no han cambiado son
notorios: su generosidad y gran amor por
los niños. El hecho de que se le
represente con tres bolsas doradas se
debe a que, según cuenta la leyenda,
Nicolás de Bari supo en una ocasión que
uno de sus
vecinos se
encontraba en
bancarrota y desesperado por no tener
la dote de su hija, comprometida para
casarse en fecha próxima. Al conocer las
tribulaciones de su vecino, Nicolás dejó
una bolsa con monedas de oro como un
obsequio en la casa del mercader. La
boda se celebró sin contratiempos.
Desde entonces cobró fuerza la
costumbre de intercambiar regalos en
Navidad. El nuevo aspecto de tan
querido símbolo navideño, un hombre
regordete de sonrosadas mejillas y larga
barba blanca se debió al arte del
caricaturista norteamericano del siglo
XIX Thomas Nast, quien representó así
a Santa en una
ilustración.
De 1863 a
1886 este
personaje
fue el centro de atracción en la revista
Harper's Weekly.
Cuando observo el campo sin arar, cuando los aperos de labranza están
olvidados, cuando la tierra está quebrada y abandonada me pregunto: ¿dónde
estarán las manos de Dios?
Cuando miro a ese joven antes fuerte y decidido, ahora embrutecido por la
droga y el alcohol, cuando veo titubeante lo que antes era una inteligencia
brillante y ahora harapos sin rumbo ni destino me pregunto: ¿dónde estarán las
manos de Dios?
Y comprendí que las manos de Dios somos "TÚ y YO", los que tenemos la
voluntad, el conocimiento y el coraje para luchar por un mundo más humano y
justo, aquellos cuyos ideales sean tan altos que no puedan dejar de acudir a la
llamada del destino, aquellos que desafiando el dolor, la crítica y la blasfemia
se reten a si mismos para ser las manos de Dios.
¿Cómo hablar de Dios a los más pequeños?
Los más pequeños asimilan por ósmosis, las vivencias de los mayores
(tanto de fe como de incredulidad). A través de las realidades familiares en los
primeros años, y del ambiente que viva más tarde en la escuela, irá
despertándose en ellos la idea de Dios. Son los «gestos» cotidianos los que
conducen a los niños a Dios: sentarse a la mesa preparará la Eucaristía; el
perdón a los hijos iniciará en el sacramento de la Penitencia (o sacramento del
gozo y de la amistad); el diálogo que los mayores mantengan con ellos les
abrirá a la oración cristiana.
esta
tarea. Y rezárselo as