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La Vida Después de esta Vida

SEGÚN LAS ENSEÑANZAS BAHÁ’ÍS

Por

José Luis Marqués Utrillas

INDICE:

1- Introducción........................................................................................................................... 1
2- La verdadera realidad del ser humano................................................................................... 3
3- Tres etapas de la existencia humana..................................................................................... 3
1ª Etapa: Gestación dentro de nuestra madre........................................................................ 3
2ª Etapa: Vida entre el nacimiento y la muerte..................................................................... 4
3ª Etapa: Vida después de la muerte física .......................................................................... 4
4- Dificultades para conocer la otra vida................................................................................... 4
5- Juicio Individual.................................................................................................................... 5
6- A donde vamos después de morir.......................................................................................... 5
No es un lugar....................................................................................................................... 5
No hay tiempo....................................................................................................................... 6
Cielo e infierno: estados del alma.......................................................................................... 6
Ni Ángeles ni demonios........................................................................................................ 6
7- Progreso del alma tras la muerte............................................................................................ 6
Grados................................................................................................................................... 7
Unión Espiritual con Dios.................................................................................................... 7
8- Comunicación entre los espíritus.......................................................................................... 9
9- Nuestra comunicación con los espíritus................................................................................ 9
10-Preparación para la otra vida................................................................................................ 9

INTRODUCCIÓN

La palabra "muerte" es triste y amarga. Siempre es difícil de aceptar el que se nos


muera un ser querido. También nos cuesta entender que nuestra vida es tan pasajera como la de un
árbol o la de un animal. Hace sólo unos cuantos años que entramos en esta vida, nos metimos en la
carrera del tiempo y nos sentimos empujados hacia delante haciendo continuamente cosas, pero ¿para
qué?

De niños o de jóvenes nos parece que tenemos toda una vida por delante y que nos va a durar
siempre. Jugamos, estudiamos, nos divertimos, trabajamos, nos casamos, perseguimos una ilusión
detrás de otra... Y en muchos casos la vida queda truncada a mitad de esa carrera, a los dos años, a los
veinte, a 1os cuarenta... Los más afortunados viven más de ochenta, pero sienten que sus fuerzas
desaparecen lentamente y que la muerte les va a llegar de un momento a otro.

Todas las inquietudes, alegrías y tristezas de cada día nos mantienen tan entretenidos que apenas
nos damos cuenta de que el ser humano es como la hierba que crece, como la rosa que florece y pronto
se mustia.

1
Pero desde hace miles de años el hombre se ha preguntado por qué y para qué existe. Algo que
no se podían preguntar los dinosaurios ni el perro más inteligente. La respuesta a esas preguntas la ha
buscado en las religiones y en la filosofía. En todas las culturas los hombres han creído que hay alguna
forma de supervivencia tras la muerte. También es general la creencia en un Dios creador de este
universo.

Algunos científicos y filósofos de estos últimos siglos han negado las creencias religiosas, al ver
que la existencia de Dios o del alma fuera del cuerpo no son realidades constatables por la ciencia
empírica con la que investigamos todas las cosas.

A pesar de ello, a la mayoría de los seres humanos no nos satisface la idea de que el mundo exista
sin un porqué y que nosotros hayamos aparecido en este planeta por pura casualidad. Algo interior nos
impulsa a creer que tiene que haber otra vida después de ésta, que lo mejor de nosotros mismos no
puede morir del todo.

La actitud ante la muerte puede ser de temor o de esperanza, según el concepto que tengamos
sobre ella; un concepto que depende del ambiente cultural en que se vive y de la reflexión propia.
Veamos estas dos formas de concebir la existencia:

1) Los que no creen en otra vida, sean ateos o agnósticos, asumen o intentan asumir la muerte como
algo inevitable. Creen que la madurez humana está en aceptar que nuestra vida dura sólo unos años y
que, no obstante, hemos de vivirla con toda intensidad y colaborar para que esta raza humana mejore
sus condiciones en el planeta.

2) A los que creen en otra vida podemos clasificarlos en dos grandes creencias:

La Reencarnación: Admitida en general por los hindúes, los budistas y también hoy día por los
occidentales que simpatizan con esas religiones o con movimientos de tipo esotérico. El alma humana,
según este enfoque, regresa repetidamente a otros cuerpos hasta su liberación definitiva.

La Resurrección: Es la creencia de los judíos, cristianos y musulmanes. Cristo reafirmó la creencia de


los fariseos en una resurrección corporal después de un juicio final. También Mahoma impulsó la fe en
una gran resurrección que habría de ocurrir al fin de los tiempos.

La reencarnación y la resurrección son dos enfoques muy distintos pero en lo esencial coinciden.
El objetivo de nuestras vidas es liberamos de las limitaciones de este mundo material y gozar al fin de
una vida espiritual, con felicidad y en unión con Dios. Para esto hemos sido creados, según enseñan las
religiones. Bahá'u'lláh lo expresa así:

"Habiendo creado el mundo y todo lo que en él vive y se mueve, Dios escogió conferirle al
hombre la singular distinción y capacidad de conocerle y amarle, una capacidad que debe
necesariamente ser considerada el impulso generador y el objetivo primordial que sostiene la creación
entera."l

En este librito se va a esbozar tan sólo algo de lo que creen los bahá'ís sobre la otra vida. La Fe
Bahá'í es la más reciente de las religiones mundiales.. En ella han encontrado varios millones de
hindúes, budistas, cristianos o musulmanes la continuación y síntesis de su propia religión. Su
fundador, Bahá'u'lláh, era un noble persa que en 1852 fue arrojado a una oscura mazmorra junto con
otros compañeros para ser martirizado por sus creencias religiosas. Allí se sintió llamado a revelar el
mensaje de Dios para los hombres de nuestro tiempo. A Bahá'u'lláh se le permitió salir de la prisión,
pero fue desterrado a varios países y finalmente a Palestina, donde murió en 1892 siendo todavía un
prisionero.

2
En los cuarenta años de su revelación escribió a los gobernantes de su época planteándoles el
desarme, la paz definitiva, reformas para el bienestar de los pueblos y la unión de todos los países en
un nuevo Orden Mundial.

Lo que Bahá'u'lláh enseña sobre la otra vida, la naturaleza del hombre y el propósito de la
existencia representa un avance en la revelación progresiva de Dios a la humanidad. Aun reconociendo
lo poco que podemos comprender ahora sobre la vida después de la muerte, nos ofrece una nueva luz
que nos llena de esperanza.

Sólo al morir podremos experimentar en nosotros mismos si la muerte es el sueño definitivo o si


nacemos de nuevo para una vida mejor que la de ahora. Necesitamos saber algo que satisfaga a nuestra
mente y a nuestro corazón. Cada uno es libre de aceptar una idea de la muerte u otra, pero es nuestra
gran responsabilidad planteamos este asunto, ser consecuentes con lo que creamos y preparamos para
ese momento crucial de nuestra vida,

LA VERDADERA REALIDAD DEL SER HUMANO

Aunque se suele hablar más a menudo de que el ser humano está compuesto de cuerpo y alma,
tampoco es nuevo el distinguir tres conceptos: cuerpo, alma y espíritu. Los explicaremos un poco a la
luz de los escritos de Bahá'u'lláh y de 'Abdu'l-Bahá, su hijo e intérprete autorizado de sus enseñanzas.

- EL CUERPO, compuesto de átomos materiales y originado por la unión del óvulo y el


espermatozoide procedentes de nuestros padres.
- EL ALMA es, por definición, "lo que anima al cuerpo", o sea, la vida que en él alienta. Los animales
también tienen alma o ánima, pero es meramente sensitiva. El alma humana, en cambio, está dotada de
un poder especial que llamamos Mente o inteligencia, por lo que es un alma racional. Surge en el
mismo instante de la concepción, al unirse los genes del padre y de la madre; hasta ese momento eran
dos células humanas, pero desde entonces es un ser humano con inteligencia racional, aunque sólo en
potencia. Bastará un desarrollo normal para que esa inteligencia se manifieste. Lo mismo que una
semilla que germina bajo tierra ya es potencialmente un árbol en desarrollo.
- EL ESPÍRITU "es una emanación del Divino Dador; es la refulgencia del sol de la realidad, la
irradiación del mundo celestial, el espíritu de fe, el espíritu al que se refiere Su Santidad Cristo cuando
dice: 'Aquellos que son nacidos del espíritu, espíritu son'."2 Podríamos entenderlo en un contexto
cristiano como la "gracia santificante", la luz de las cualidades divinas reflejada en nosotros.

Según estos conceptos hay personas que se preocupan sobre todo de su cuerpo físico, otros.
cultivan el alma racional y otros por fin desarrollan también su espíritu. Si el cuerpo ha de volver a la
tierra, su cuidado sólo sirve para esta vida. Es mucho más importante el desarrollo de la inteligencia y
sobre todo de las cualidades espirituales, pues será el alma, iluminada por el espíritu, la que
sobrevivirá eternamente.

TRES ETAPAS DE LA EXISTENCIA HUMANA

"El otro mundo es tan diferente de este mundo como lo es éste del mundo de la criatura mientras
está en el vientre de la madre."3

Este paralelismo, afirmado por Bahá'u'lláh, arroja gran luz sobre el tema de nuestra vida pasada,
presente y futura. Nuestra existencia tiene tres etapas:

1ª ETAPA: GESTACIÓN DENTRO DE NUESTRA MADRE.

Comienza en el instante mismo de la concepción. El óvulo de la madre y el espermatozoide del


padre se unen y forman una nueva célula que se desarrolla durante unas 40 semanas.

3
Dentro de la madre habita un cuerpo humano en formación y está dotado ya de alma racional y
espíritu latentes. Si se le pudiera hablar de lo que va a encontrar fuera, no entendería nada en absoluto.
Si se le preguntara si quiere salir de allí, nos diría sin duda que no. Está muy a gusto y cómodo,
mientras que lo de fuera es algo desconocido para él. En el momento de nacer el niño, se rompe esa
vida tranquila que llevaba, tan íntima dentro de su madre. Quizás le parece que su vida se acaba,
cuando en realidad está naciendo a una nueva, mucho más real y más plena.

2ª ETAPA: VIDA ENTRE EL NACIMIENTO Y LA MUERTE.

No todos viven esta etapa. Hay fetos que mueren a las pocas horas, días o semanas; no por eso
dejan de ser unos seres humanos como nosotros, cuyas almas tienen en el más allá una evolución que
sólo Dios conoce. Hay quienes mueren siendo niños y otros que tienen limitado el desarrollo de su
inteligencia por diversas circunstancias. Su mente es como una luz oculta en una caja; tiene el mismo
poder que el de otra mente humana, pero no se puede expresar. Cuando esa alma se libere del cuerpo,
su inteligencia se manifestará en todo su esplendor.

El grado de libertad y por tanto de responsabilidad es diferente para cada uno. Las condiciones
ambientales y de educación en que nacemos son distintas: uno puede haber recibido cinco talentos,
otro dos y otro uno.4 Pero la mayoría de los humanos pasamos por esta etapa para evolucionar
conscientemente y cumplir el objetivo de nuestras vidas: conocer y amar a Dios. Somos responsables
de nuestro desarrollo espiritual y de aprender la lección más importante en esta vida, que es el amor.
Conocerse y amarse a sí mismo y conocer y amar a los demás son los caminos para encontrar a Dios y
para ser feliz.

3ª ETAPA: VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE FÍSICA.

Morimos a esta vida y nacemos a otra más rica y verdadera. Comparada con ésta es la vida
auténtica y superior; como lo es ésta si se compara con la del feto que estaba gestándose. Cualquier
cosa que nos pudieran decir sobre esa tercera etapa sería tan incomprensible para nosotros como los
detalles de ésta lo son para el niño que no ha nacido aún.

DIFICULTAD PARA CONOCER LA OTRA VIDA

"Por mucho que pueda progresar el mineral, nunca podrá comprender al mundo vegetal. Ahora
bien, la falta de comprensión no prueba la inexistencia de la planta. Por más alto que sea el grado de
desarrollo del animal, nunca podrá imaginarse la inteligencia del hombre y menos aún comprenderá la
naturaleza de su alma. Una vez más diremos que esto no prueba que el hombre carezca de inteligencia
o de alma. Sólo demuestra esto que una forma de existencia es incapaz de comprender a otra forma
superior a ella.

(...) La incapacidad de la mente materialista para comprender la idea de la vida eterna no es una
prueba de la no existencia de tal vida. La comprensión de la otra vida depende de nuestro nacimiento
espiritual."5

Aunque algunas personas crean haber tenido ciertas vivencias del más allá, debido a su elevación
espiritual o a otras condiciones, la verdad es que resulta bastante difícil para la mayoría de los mortales
imaginar cómo podemos vivir fuera de este cuerpo. El sueño y la imaginación nos pueden dar una
remota idea de lo que puede ser una vida fuera de este mundo material en que nos movemos ahora,
pero será sin duda muy diferente.

Bahá'u'lláh advierte que no sólo es difícil conocer la otra vida, sino que no es conveniente.
Gracias a Dios, un velo nos separa de ella.

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"Los misterios de la muerte física del hombre y de su retorno no han sido divulgados y aún
permanecen sin ser leídos. ¡Por la rectitud de Dios! Si fuesen revelados, evocarían tal miedo y tristeza
que algunos perecerían, mientras que otros se llenarían tanto de alegría que ansiarían la muerte e
implorarían, con anhelo incesante, al Dios único y verdadero -exaltada sea Su gloria- que apresurase su
fin."6
"La naturaleza del alma después de la muerte nunca podrá ser descrita; no es conveniente ni
permisible revelar todo su carácter a los ojos de los hombres. Los Profetas y mensajeros de Dios han
sido enviados con el único propósito de guiar a la humanidad en el recto Sendero de la Verdad. El
propósito fundamental de Su revelación ha sido educar a todos los hombres para que, en la hora de su
muerte, asciendan con la mayor pureza y santidad y con absoluto desprendimiento hacia el trono del
Altísimo."7

JUICIO INDIVIDUAL

"Es claro y evidente que, después de su muerte física, todos los hombres estimarán el valor de
sus acciones y se darán cuenta de lo que sus manos han forjado. (...) Aquellos que son los seguidores
del Dios único y verdadero, desde el momento en que abandonen esta vida, experimentarán tal gozo y
alegría, que será imposible describirlos, mientras que aquellos que viven en error serán sobrecogidos
por tal temor y estremecimiento y se llenarán de tal consternación que nada podrá excederlos."8

La otra vida depende en gran parte de nuestro comportamiento en ésta. No se trata, por tanto, de
que Dios sea un juez que premia y castiga, sino que el alma se encuentra por sí misma con el resultado
de su desarrollo espiritual hasta ese momento.

Sólo Dios sabe el destino de aquellos que apenas han podido aquí ser responsables de merecer o
desmerecer por haber muerto siendo fetos, niños pequeños o porque deficiencias físicas o psíquicas
han limitado su libertad y su conciencia. El progreso de las almas tras la muerte es ilimitado.

No existe una condenación eterna definitiva para nadie en el sentido de un infierno del que no se
pueda salir jamás; pero la diferencia entre los más santos y los malvados será abismal. Podríamos decir
que los que más han amado a Dios y a los demás, sacrificándose por ellos, se encontrarán como en el
cielo. Y los que se han cerrado en su egoísmo sufrirán en sí mismos una angustia de infierno.

Sin embargo, "no debemos pensar que haya almas condenadas a una condición permanente de
sufrimiento o pérdida como resultado de su absoluta ignorancia de Dios. El poder de una efectiva
intercesión por ellas existe siempre."9

ADÓNDE VAMOS DESPUÉS DE MORIR

NO ES UN LUGAR

Es evidente que los espíritus de los que ya han muerto no están en ningún lugar de este universo
que ven nuestros ojos o descubren nuestros telescopios más sofisticados. Simplemente están en otra
dimensión. Pueden estar muy cerca de nosotros y no verlos, del mismo modo que nos rodean gran
variedad de ondas invisibles que sólo aparatos especiales transforman en imágenes y sonidos.

"Cuando el alma alcance la presencia de Dios tomará la forma que sea más apropiada a su
inmortalidad."10

Bahá'u'lláh afirma que "los mundos de Dios son incontables en su número e infinitos en su
extensión",11 refiriéndose tanto a los mundos físicos como a los espirituales.

5
NO HAY TIEMPO
Si la vida después de la muerte no transcurre en un lugar físico como éste, tampoco tendrá nada
que ver con la idea que aquí tenemos del tiempo. Éste implica movimiento y cambio de las realidades
físicas, mientras que allí sólo hay una vida espiritual en continuo progreso. No podemos imaginarla
porque estamos acostumbrados a experimentarlo todo con la vista, el oído y los otros sentidos. Se
parecerá más a esas profundas emociones que a veces sentimos en la vida, a esa sensación de felicidad,
de plenitud propia, de estar con quienes se ama... Una felicidad que no se desvanece ni se agota, sino
que perdura y crece.

CIELO E INFIERNO: ESTADOS DEL ALMA

Los esquemas antiguos del cielo y el infierno no se pueden tomar al pie de la letra. Respondían a
cosmogonías primitivas, según las cuales el cielo estaba arriba, sobre las nubes, y el infierno, en
cambio, debajo de la tierra. Cielo e infierno expresan la condición de felicidad de los más santos o la
desdicha de los que se han mantenido más alejados de Dios y cerrados en su egoísmo. Son condiciones
del alma que, de alguna manera, se viven ya aquí en esta vida.

"El paraíso y el infierno de la existencia se encuentran en todos los mundos de Dios."12

Dentro de nosotros llevamos nuestro cielo o nuestro infierno. Nuestro yo más íntimo vive la
felicidad de sentirse en armonía con Dios y con el universo, de tener la conciencia tranquila y el
corazón abierto a los demás. Ocurre con frecuencia que personas muy buenas sufren mucho mientras
triunfan en la vida otras sin escrúpulos, pero éstas no podrán alcanzar nunca la misma paz interior de
aquéllas.

"Los premios del otro mundo son paz, gracias espirituales y los varios dones espirituales del
Reino de Dios, la obtención de los deseos del corazón y del alma y el encontrar a Dios en el mundo de
la eternidad."
"Los castigos del otro mundo, es decir, los tormentos del otro mundo consisten en ser privados de
las bendiciones divinas especiales y de las bondades absolutas y de caer en el grado más bajo de la
existencia."13

NI ANGELES NI DEMONIOS

Las referencias a los ángeles y a los demonios de muchas tradiciones religiosas tienen también un
significado espiritual y simbólico.

Los ángeles son las confirmaciones de Dios y sus poderes celestiales. Asimismo los ángeles son
seres benditos que han cortado todos los lazos con este mundo inferior y se han vuelto celestiales.

Por demonios, Satanás o espíritu del mal ha de entenderse la tendencia inferior del hombre.
Todos sufrimos tentaciones, desánimos, debilidades... Los instintos naturales son buenos en sí, pero
pueden volverse negativos si no se controlan debidamente. Al preguntarle qué es Satanás, 'Abdu'l-Bahá
contestó: "El insistente yo".

PROGRESO DEL ALMA TRAS LA MUERTE

"El alma, después de su separación del cuerpo, continuará progresando hasta que alcance la
presencia de Dios, en un estado y condición que ni la revolución de las edades y siglos, ni los cambios
o azares de este mundo pueden alterar. Ella perdurará tanto como el Reino de Dios, Su soberanía, Su
dominio y Su fuerza perduren.

6
Manifestará los signos de Dios y Sus atributos y revelará Su amorosa bondad y generosidad. El
movimiento de mi pluma se detiene cuando intenta describir apropiadamente la grandeza y gloria de
tan exaltada posición."14

Aunque poco podemos comprender de la otra vida y ni siquiera es conveniente que la


conozcamos, Bahá'u'lláh nos desvela algo de ella. La otra vida no es estática sino de progreso. Las
creencias en la reencarnación o en el purgatorio y las oraciones por los difuntos apuntaban a una
posibilidad y necesidad de mejora. Siendo tan variadas las condiciones que se nos dan para vivir, es
justo que tengamos más posibilidades de progresar. Pero no volviendo de nuevo a esta vida corporal,
como no vuelve el niño al seno materno para rectificar las deficiencias con las que haya nacido. La
vida siempre progresa, no retrocede a etapas anteriores.

El progreso en la otra vida no se debe al propio merecimiento sino a la infinita misericordia de


Dios, a la intercesión de las almas santas y a la oración de ellos mismos y de los que aún vivimos.

GRADOS

La situación de cada alma, respecto a Dios, será diferente. En esto consistirá la justicia y sólo
Dios sabe cómo se corresponderá el grado de felicidad con la vida corta o larga, consciente o in-
consciente, malvada o santa... que aquí haya tenido cada uno.

Todos seguiremos, pues, progresando y todos estaremos en diferentes grados o posiciones. Como
los jóvenes que salen de la escuela y siguen progresando en la vida, pero con mayores ventajas siempre
los que más aprovecharon de sus estudios.

"Como las perfecciones de la humanidad son ilimitadas, el hombre también puede progresar en
las perfecciones después de partir de este mundo."15

"Las diferencias y distinciones entre los hombres serán naturalmente realizadas después de su
partida del mundo mortal. Pero esta distinción no es con respecto al lugar, sino con respecto al alma y
la conciencia. Pues el Reino de Dios está santificado de tiempo y espacio; es otro mundo y otro
universo."16

Lo mismo que en esta vida no hay unos totalmente buenos y otros totalmente malos, cada alma
tendrá un grado de felicidad distinto. No tenemos que angustiamos, pues, ante la disyuntiva de
salvamos o condenamos. Pero es importante alcanzar ya en esta vida el mayor desarrollo espiritual
posible. Esto sólo se consigue precisamente amando a los que conviven con nosotros y trabajando por
mejorar las condiciones de vida en esta tierra.

UNIÓN ESPIRITUAL CON DIOS

¿En qué consistirá la vida en el otro mundo o mundos de Dios? La tradición cristiana la ha
descrito siempre como la "visión beatífica", la felicidad de ser semejantes a Dios, de verlo "tal cual
es", "cara a cara".17

La Revelación de Bahá'u'lláh, que tanta luz irradia sobre el desarrollo individual y social del
hombre en este mundo, es muy sobria al hablarnos del otro. El Padre Eterno y el Anciano de los Días
son bellas expresiones para referirse a nuestro Creador. Pero Dios es un Espíritu invisible y no
podremos nunca verle en un sentido literal.

"Es evidente para todo corazón perspicaz e iluminado que Dios, la Esencia incognoscible, el Ser
divino, es inmensamente exaltado por encima de todo atributo humano, tal como existencia corpórea,

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ascenso y descenso, salida y regreso. (...) Él está, y ha estado siempre, velado en la antigua eternidad
de su Esencia y permanecerá en su Realidad eternamente oculto a la vista de los hombres.
(...) Estando así cerrada a la faz de todos los seres la puerta del conocimiento del Anciano de los
Días, la Fuente de gracia infinita ha hecho que (...) aparezcan del reino del espíritu aquellas luminosas
Gemas de Santidad, en la noble forma del templo humano, y que se manifiesten a todos los hombres, a
fin de que transmitan al mundo los misterios del Ser inmutable y relaten las sutilezas de su Esencia
imperecedera."18

Hemos podido percibir a Dios en todas las cosas creadas y mejor aún en nosotros mismos,
creados a su imagen y semejanza. Pero de una forma muy especial Dios se ha dado a conocer a través
de sus Manifestaciones, que han encarnado Su Palabra y han sido los verdaderos Educadores de la
humanidad.

Cristo dijo en la última cena: "Quien me ha visto a Mí, ha visto al Padre."19

Sólo a través de las Manifestaciones humanas de Dios podemos conocerle a Él, en este mundo y
en el otro. Si ya en esta vida nos ha permitido conocerle en las criaturas, en nosotros mismos y en sus
santas Manifestaciones (Moisés, Cristo, Mahoma, Buda, Bahá'u'lláh...), podemos esperar que le
conoceremos mucho mejor cuando nuestra alma, iluminada por nuestro espíritu y liberada del cuerpo,
se encuentre en aquellos infinitos mundos de Dios que ahora no podemos ni imaginar.

Si este mundo tiene mil maravillas que nos deleitan y que no podríamos saborear aunque
viviéramos muchísimos años, ¿qué será encontramos en aquellos mundos de los que éste es un pobre
reflejo? No podemos imaginar cómo será sentirse inmersos en Dios, pero sí esperar que sea mucho
más emocionante que todos los placeres que los cinco sentidos nos pueden dar aquí. Mejor que todos
los paisajes, que todas las músicas, que todos los encuentros, que todas las alegrías juntas que hayamos
podido disfrutar en nuestras vidas.
A este estado, que no lugar, se le llama cielo, gloria, felicidad eterna, estar con Dios... ¿Y nos dan
lástima los que se han ido? Si creemos que no han desaparecido para siempre, sino que siguen
viviendo; si confiamos en que han sido buenas personas y la bondad de Dios es inmensa, no hay duda
de que deben estar mucho mejor que nosotros. Algún día lo viviremos también.

COMUNICACIÓN ENTRE LOS ESPÍRITUS

"Los amados espirituales se reconocerán los unos a los otros y buscarán unirse unos con otros,
pero en una unión espiritual. De igual modo, el amor que uno ha sentido por otro no será olvidado en
el mundo del Reino, ni tampoco os olvidaréis de vuestra vida en el mundo material."20

"Aquellos que son del mismo grado y posición comprenden perfectamente la capacidad, carácter,
logros y méritos de cada cual. Sin embargo, los que son de un grado inferior son incapaces de
comprender adecuadamente la posición de los que se encuentran sobre ellos y de estimar sus méritos.
Cada cual recibirá su porción de tu Señor. Bendito es el hombre que ha vuelto su rostro hacia Dios y ha
caminado firmemente en Su amor, hasta que su alma se haya remontado en vuelo hacia Dios, el
Soberano Señor de todo, el Más Poderoso, el que siempre perdona, el Todo Misericordioso."21

"Así como las almas de este mundo por la ayuda de las súplicas, los ruegos y las oraciones de los
santos pueden lograr desarrollo, esto es igualmente posible después de la muerte. También pueden
progresar por sus propias oraciones y súplicas, tanto más cuanto interceden por ellos las Santas
Manifestaciones."22

Una de las relaciones más especiales que puede haber entre los bienaventurados es la unión
espiritual que habrá entre esposo y esposa. La unión espiritual del matrimonio puede perdurar
eternamente, pero también es verdad que tendremos una relación distinta con cada alma según

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hayamos estado más o menos unidos en este mundo. Los que se hayan casado más de una vez, por
haber enviudado o por otras circunstancias de la vida, sentirán afectos distintos, en proporción a los
que aquí hubieran tenido.

Nadie puede imaginar la sintonía espiritual que unirá a los santos que aquí colaboraron
estrechamente, ni el amor que persistirá entre los amigos, entre los padres y los hijos, entre los buenos
hermanos... Aquellos que dedicaron sus vidas y hasta murieron por salvar a otros sentirán el gozo del
eterno agradecimiento.

Ahora nuestros afectos de amor se entremezclan siempre con antipatías y odios, aunque sean
pequeños, con manías y rencores, con envidias y deseos... En aquel mundo, que está más allá de
nuestra comprensión, nada podrá empañar la relación que haya entre unos y otros.

NUESTRA COMUNICACIÓN CON LOS ESPÍRITUS

Lo mejor que podemos hacer por los que ya se han ido es recordarlos con el Amor y con la
Oración. Podemos hablar con ellos en nuestro interior, aunque no oigamos su respuesta en palabras;
podemos sentir su compañía, su consuelo, su amor... Todo esto nos da ánimos para seguir viviendo y
esperando el momento en que volvamos a encontramos.
Además de esa compañía y silenciosa comunicación que podemos sentir con nuestros seres
queridos, lo que más puede unirnos y beneficiarnos mutuamente es la oración. En ésta el punto de
unión es Dios mismo. Ellos oran a Dios para que nos ayude en nuestras vidas y nosotros podemos orar
a Dios por su progreso espiritual.

PREPARACIÓN PARA LA OTRA VIDA

Todos debemos prepararnos para la otra vida desde bien pequeños. Si en la matriz de la madre
fuimos adquiriendo los órganos y sentidos que ahora necesitamos, de igual manera hemos de adquirir
las cualidades y fuerzas espirituales que nos harán falta después. Los niños y los jóvenes necesitan una
preparación física e intelectual para desenvolverse en la vida. También ellos, pero con mayor empeño
los adultos hemos de ir pensando en la siguiente etapa que nos espera.

"El hombre tiene que adquirir cualidades celestiales y alcanzar atributos divinos. Tiene que
convertirse en la imagen y semejanza de Dios. Tiene que buscar la bondad de lo eterno, llegar a ser la
expresión del amor de Dios, la luz que guía, el árbol de la vida y el depositario de las bondades de
Dios. Es decir, el hombre tiene que sacrificar las cualidades y atributos del mundo de la naturaleza, a
cambio de las cualidades y atributos del mundo de Dios."23

‘Abdu'l-Bahá utiliza el símil del hierro que, siendo sólido, negro y frío, sacrifica estas cualidades
cuando absorbe el calor del fuego y se convierte en fluido, luminoso y ardiente. Así el amor de Dios
nos ha de ir transformando en esta vida para adquirir ya aquí las cualidades espirituales que son las que
vamos a necesitar después.

Tenemos toda una vida para hacer esa transformación pero no sabemos cuándo se acaba el plazo.
Puede ser un día cualquiera de nuestra infancia o nuestra madurez, puede ser en la cama o caminando
por la calle. Solemos decir que cada uno tiene "su hora", pero también es verdad que somos
responsables de nuestra vida y de los distintos virajes que va teniendo. Todo depende de Dios, como
toda vida depende del sol en este planeta, con la diferencia de que Él es consciente y además nos ama.
Pero el desarrollo de nuestra vida también depende de lo que vamos haciendo momento tras momento,
de cómo cuidamos nuestra salud, nuestro entorno, nuestro equilibrio interior... de la actitud con que
nos tomamos la vida.

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Esa actitud implica también cómo afrontamos el fin de la vida. No solemos estar bien preparados
para algo tan importante como es la muerte. Nos debemos preparar para ella como un hecho inevitable
y a la vez esperanzador. Aceptar la muerte de los seres queridos como una separación. Esta actitud ha
de ser la que guíe la educación de los niños y el trato con los enfermos graves. Se puede suavizar la
realidad de la muerte, pero no ocultarla. La muerte es a veces una liberación de la enfermedad y el
sufrimiento. En cualquier caso, es un nacimiento a otra vida que : desconocemos, pero que intuimos
que será mucho mejor que ésta.

Dice Bahá'u'lláh en sus Palabras Ocultas:


"¡Oh Hijo del Altísimo! He hecho de la muerte tu mensajera de alegría. ¿Por qué, pues, te
afliges? He hecho la luz para esparcir sobre ti su esplendor. ¿Por qué te ocultas de ella?"24

ORACION

Haz descender sobre tus siervos aquello que reconfortará sus


corazones, tranquilizará sus almas, renovará sus espíritus y
aliviará sus cuerpos.
Tú eres en verdad el Señor de los mundos.

'Abdu'l-Bahá

REFERENCIAS:

1. Pasaje de los Escritos de Bahá’u’lláh, cap. XXVII


2. Mundo del Espíritu, pág. 17. Refer. A Juan 3,6
3. Pasaje de los Escritos de Bahá’u’lláh, cap. LXXXI
4. Mt. 25,16
5. ‘Abdu’l-Bahá, La Realidad del Hombre, págs. 34-36
6. Pasaje de los Escritos de Bahá’u’lláh, cap. CLXIV
7. Pasaje de los Escritos de Bahá’u’lláh, cap. LXXXI
8. Pasaje de los Escritos de Bahá’u’lláh, cap. LXXXVI
9. ‘Abdu’l-Bahá, citado en Bahá’u’lláh y la Nueva Era, cap. 11
10. Pasaje de los Escritos de Bahá’u’lláh, cap. LXXXI
11. Pasaje de los Escritos de Bahá’u’lláh, cap. LXXIX
12. ‘Abdu’l-Bahá, Contestación a unas Preguntas, cap. 60
13. ‘Abdu’l-Bahá, El divino Arte de Vivir, cap. 11
14. Pasaje de los Escritos de Bahá’u’lláh, cap. LXXXI
15. ‘Abdu’l-Bahá, Contestación a unas Preguntas, cap. LXVII
16. ‘Abdu’l-Bahá, citado en Bahá’u’lláh y la Nueva Era, cap.11
17. I Juan 3,2; I Cor. 13,12; Apoc. 22,4
18. Pasaje de los Escritos de Bahá’u’lláh, cap. XIX
19. Jn. 14,9
20. ‘Abdu’l-Bahá, en Bahá’u’lláh y la Nueva Era, cap. 11
21. ‘Abdu’l-Bahá, en Bahá’u’lláh, LXXXVI
22. ‘Abdu’l-Bahá, Contestación a unas Preguntas, cap. 62
23. ‘Abdu’l-Bahá, en La Realidad del Hombre, págs. 68-69
24. Bahá’u’lláh: Palabras Ocultas, en árabe, Nº 32

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