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INSTITUTO LATINOAMERICANO DE LA COMUNICACIÓN EDUCATIVA

CENTRO DE ESTUDIOS EN COMUNICACIÓN Y


TECNOLOGÍAS EDUCATIVAS

Maestría en Comunicación y Tecnologías Educativas

Módulo de Comunicación y Educación

Tarea Sesión No. 11

Reseña
Los nuevos retos

Tutor: Maestro. Enrique Cuauhtémoc Arellano Aguilar

Sede ILCE
Verónica Peña Caamaño
vpena2709@cecte.orbis.edu.mx

6 de octubre de 2008
Nuevos retos
Pérez, J. M. (2000). Nuevos retos. En Comunicación y educación en la sociedad
de la información. Papeles de comunicación 27. (pp. 17 - 57). Barcelona,
Editorial Paidós.

Este es un segundo texto que pone sobre la mesa temas controversiales e


inciertos como es la educación y la utilización de los medios, y el atraso de la
educación con relación a las necesidades de los educandos y la sociedad.

Son los últimos cuatro subtemas de este primer capítulo los que lo apoyan en un
enfoque más amplio de la educación. Pues al principio, parecería que el uso de la
imagen y de la lectoescritura en la escuela son dos temas antagonistas sobre
todo, a partir de la proliferación de los medios masivos de comunicación.

Sin embargo, es a partir del Internet que las dos formas de comunicación
adquieren para los estudiantes efectivamente relevancia concreta, pues si bien es
cierto que por las características de Internet la imagen se privilegia, nuestros
alumnos nunca han leído tanto como hasta ahora porque los dos modos de
información se encuentran con la misma frecuencia en ella.
Por lo tanto la discusión acerca de la importancia que tiene la lectoescritura y la
interpretación del texto en la escuela me parece infructuosa, y menos ahora que
se habla de la sociedad de la información y del conocimiento, en la cual la lectura
y la interpretación correcta de los textos será, junto con otros factores la base de
esta nueva sociedad.

A partir del tema “Las claves de una crisis” el problema de la educación ocupa
en el capítulo sus verdaderas dimensiones como una crisis multifactorial y a nivel
mundial.

Es muy cierto que los programas y planes de estudio tienen que revisarse
urgentemente pues la cantidad de información, su forma de recuperarla y
entenderla no puede ser la tradicional. Esto incide además en el rol del profesor,
pues la fuente de esta información tiene que ser diversificada. No debe ser
únicamente de la que dispone el profesor en un libro de texto. Consecuentemente
con esto, las escuelas deberían de estar bien equipadas.

De acuerdo a las actitudes a las reformas que se nos avecinan y que no


deberíamos postergar más el reformismo optimista sería el más adecuado desde
todo punto de vista.

Nosotros los profesores no podemos cerrarnos a una realidad que nos


enfrentamos todos los días, ya que esto nos lleva directamente a una pérdida de
credibilidad ante nuestros estudiantes, como apunta Pérez Tornero.
La actitud debe ser la de conocer la realidad a la que se enfrentan nuestros
estudiantes en un contacto cada vez más estrecho con Internet, con el fin de
capturar sus intereses y necesidades y formas de aprendizaje para incluirlos a
nuestro quehacer diario.

De acuerdo a lo que apunta el documento de la UNESCO es necesaria la apertura


de los sistemas de las escuelas a nuevas fuentes de saber. Muchas veces más
actualizadas que las del libro de texto, por el sencillo hecho de que el reajuste de
la información en Internet es más ágil.

El rol de maestro debe ser el de ayudar a sus alumnos a explorar, descubrir y ser
activos en su conocimiento para poder devenir en seres creativos y propositivos.

La actitud pesimista quizá tenga razón en su apreciación de concentración del


poder, pero es precisamente por esto que debemos de acercarnos a los
estudiantes y darles las armas críticas para no caer en ello desprovistos de
opinión.
Es aquí donde la participación de la comunidad tiene una importancia primordial
pues estos peligros rebasan a la escuela y es la sociedad en general la que puede
limitar este poder e indicar el curso de la educación.

La actitud tradicional pesimista y la de los inconformistas apocalípticos que habla


de la desintegración del tejido social y del humanismo, sí puede ser preocupante;
pues no se pueden calcular, en este sentido, los efectos de una escuela sin aulas
y la ocupación del espacio liberado por la escuela e invadido por los poderes
económicos mundiales en provecho de sus propios planes.
Pero, es de nuevo la sociedad junto con la escuela la que deberá proponer nuevas
comunidades educativas “. . . potenciando nuevos valores de convivencia y
nuevos ámbitos de producción y discusión del saber.”

El rol del Estado en la educación, debe ser más bien el de enfilar todo su esfuerzo
a que se incluya a toda la población en la educación, cosa por demás muy difícil,
pues lo que no se ha podido lograr en algunos siglos, será muy difícil lograrlo en
un tiempo en el que el futuro nos está alcanzando.

El gran problema de la renovación de los esquemas educativos es, como lo


apunta Pérez Tornero en este artículo, la factibilidad política y social. La voluntad
de los sistemas económicos dominantes en ceder un poco de su poder a favor de
una sociedad educada y justa que conceda las mismas oportunidades de
desarrollo y competitividad a toda la sociedad.

Es un tema de suma importancia para el desarrollo equitativo y pacífico de la


sociedad del futuro.

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