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Fecundación
La vida del nuevo ser se inicia con la fecundación, es decir, con la unión de los
gametos masculino y femenino. La fecundación es una secuencia de procesos
que comienzan cuando los espermatozoides se dirigen hacia la corona radiada
que rodea al óvulo y termina cuando los cromosomas maternos y paternos
intercambian su material genético. El óvulo y el espermatozoide dos células
haploides, al unirse generan una célula diploide, como las restantes del
organismo, es el cigoto.
Implantación
Las células del trofoblasto segregan enzimas proteolíticos (semejantes a la
tripsina) para digerir las células de la decidua con las que entran en contacto,
labrando un pequeño nicho, donde se producirá la implantación del blastocisto,
alrededor del sexto día. La zona del embrión donde se produce la implantación
se convierte en el polo embrionario.
Las células epiteliales del endometrio expresan moléculas de adhesión celular
integrinas, de igual manera que las células trofoblásticas del blastocisto
expresan integrinas en su superficie antes de la implantación.
A medida que el trofoblasto va penetrando en la decidua, prolifera rápidamente
y se van diferenciando dos capas celulares (fig. 3.2):
• el citotrofoblasto, capa profunda de células mononucleares, con límites
celulares perfectamente definidos y que, a medida que comienzan a proliferar
migran hacia el sincitiotrofoblasto, perdiendo sus límites celulares
• el sincitiotrofoblasto, capa más periférica, donde no es posible visualizar
límites celulares, pues forma una masa multinucleada, que rodea al
citotrofoblasto.
Las proyecciones del sincitiotrofoblasto se introducen entre las células de la
decidua y, avanzando, penetraran en la lámina basal, erosionando la mucosa
endrometrial.
Hacia el final de la primera semana, el blastocisto se encuentra implantado en
el endometrio, de manera superficial y a lo largo de la segunda semana de
desarrollo se va haciendo más profundo (Fig. 3-2).
Vellosidades primarias
Al principio las vellosidades están formadas por dos estratos de células:
• estrato externo sin límites celulares, sincitiotrofoblasto,
• estrato profundo, células internas con límites celulares, individualizadas,
citotrofoblasto
A este tipo de vellosidades se les denomina primarias y se forman al final de la
segunda semana (día 13).
Notocorda
El nódulo primitivo, o de Hensen, es fundamental para el desarrollo de la
notocorda ya que las células epiblásticas en migración se dirigirán hacia él para
que desde él se forme.
La notocorda se forma por la emigración de las células de la fosita primitiva
(formada en el nódulo primitivo) hacia la zona cefálica del escudo embrionario,
siguiendo la línea media y por debajo del epiblasto. Llega así hasta la lámina
procordal en forma de una cuerda celular medial, esbozo de la futura notocorda
(mitad de la tercera semana), (Fig. 5-3). La lámina procordal, está constituida
por células mesodérmicas revestidas, en el lado oral, por el ectodermo del
estomodeo y, en el faríngeo por endodermo.
La fusión de los bordes del canal comienza en la futura región torácica (Fig. 6-
3), va progresando hacia los extremos que son los últimos en cerrarse. Estas
últimas aberturas, se denominan neuroporos, el cefálico se ocluye hacia el día
25 y el caudal el día 27.
El tubo nervioso presenta una morfología uniforme en la zona correspondiente
a la futura medula espinal, en cambio en la porción cefálica, zona donde la
placa neural aparece ensanchada, se forman una serie de dilataciones en el
tubo, denominadas vesículas encefálicas. Aparecen tres que de la porción
cefálica a la caudalson: prosencéfalo, mesencéfalo y rombencéfalo.
Otro derivado del ectodermo, que esta en íntima relación con la diferenciación
del tubo nervioso, es la cresta neural (Fig. 6-4).
En el ángulo de unión del canal neural con el ectodermo, se diferencian unas
células, que se multiplican formado una masa aplanada e irregular, más o
menos pediculada. Inicialmente, esta cresta neural es continua desde el polo
cefálico al caudal del futuro tubo nervioso. Cuando el canal neural da paso al
tubo nervioso, las dos crestas se desplazan lateralmente. A partir de este
momento, se inicia un proceso de emigración de sus células. La mayor parte se
separa poco de su lugar de origen y lo que hacen es reunirse en masas o
grupos, uno por segmento, así dan lugar a los ganglios raquídeos (ganglios de
la raíz dorsal) y a los ganglios del sistema nervioso autónomo. Otras células de
la cresta neural, en cambio, emigran a sitios distantes para formar células
especializadas como la vaina de los nervios (células de Schwann, y el
recubrimiento del sistema nervioso central (piamadre y aracnoides), células
pigmentadas (melanóforos), células de la medula suprarrenal, etc.
Epidermis
La epidermis, capa superficial de la piel, es otro derivado del ectodermo, que
protege a los órganos profundos. De la cubierta epidérmica derivan las
glándulas sudoríparas y sebáceas de la piel, las glándulas salivares, la
adenohipófisis, el esmalte de los dientes, los pelos, las uñas, el cristalino y el
epitelio sensorial del olfato y del oído.
El tubo intestinal situado por encima del saco vitelino, se denomina intestino
anterior, el que está frente al saco vitelino, intestino medio, y el que se
encuentra por debajo, intestino posterior.
PLACENTA
Desarrollo de la placenta
La placenta esta formada por la unión de la decidua basal (componente
materno) y el corion frondoso (componente fetal).
Los tabiques, que separan las grandes lagunas sanguíneas de la placenta, se
denominan tabiques deciduales que dividen la placenta en cotiledones. La
placenta, cuando alcanza su máximo desarrollo tiene forma discoidal, con un
diámetro de 15- 18 cm . y un grosor de unos tres cm. Suele contener unos 150
cc. de sangre y la superficie de las vellosidades se calcula en unos 14 m2
(Fig.7-3).
Funciones de la placenta
Las principales funciones de la placenta son tres:
1. Intercambio entre la madre y el feto: la madre aporta al feto el oxígeno, agua,
minerales y principios inmediatos y el feto cede a la madre catabolitos.
2. Barrera entre la sangre materna y fetal, de ahí que se hable de barrera
placentaria. La barrera placentaria no puede ser atravesada por moléculas de
cierto tamaño y menos todavía por las células sanguíneas. Tampoco pasan los
microorganismos, ni los virus en el caso de infección materna. Aunque existen
excepciones como el virus de la rubéola: tras una infección materna, el embrión
puede quedar afectado ya que el virus anida en la placenta y llega a romper, en
algunos puntos, las vellosidades, poniéndose así en contacto con la sangre del
embrión.
3. Endocrina: La placenta elabora una serie de hormonas que pasan tanto a la
sangre materna como a la fetal. Normalmente se pueden distinguir dos grupos
de hormonas: polipeptídicas y esteroides. A las hormonas polipeptídicas
pertenecen la gonadotropina coriónica y la hormona coriónica
somatomamotrópica.
La gonadotropina coriónica comienza a segregarse desde el inicio de la
formación del corion y como se elimina por orina se utiliza ésta para él
diagnostico biológico del embarazo, a partir de la tercera semana. Al aumentar
el volumen del corion va aumentando la secreción hasta la duodécima semana
y a partir de aquí el nivel decrece.
La hormona coriónica somatomamotrópica se puede evidenciar en el plasma
de la mujer embarazada a partir de la tercera semana y asciende hasta el final
del embarazo. Causa los cambios somáticos del cuerpo y facilita el crecimiento
de las mamas.
Entre las hormonas esteroides están la progesterona y los estrógenos. La
progesterona segregada inicialmente por el cuerpo amarillo sé continua
produciendo por la placenta a partir del segundo mes de la gestación, por lo
cual los niveles de progesterona van a ser altos durante todo el embarazo. Los
estrógenos también aumentan de nivel hasta el final de la gestación.
Membranas fetales
El corion y la decidua forman la cubierta más externa del feto. La siguiente
membrana es el amnios, que ya hemos visto como se origina.
Sistema esquelético
El aparato locomotor procede del mesodermo paraxial y del lateral.
Comenzaremos por los derivados del mesodermo paraxial, el esclerotomo y el
miotomo que darán lugar al esqueleto y musculatura del tronco. El esqueleto
del tronco esta formado por la columna vertebral, las costillas y el esternón. El
mesodermo lateral, en cambio, es el que va a dar lugar a las extremidades y a
los músculos anteromediales del tronco.
Por lo que respecta al sistema osteomuscular de la cabeza, podemos decir que
deriva en su mayor parte, de los arcos faríngeos, y en menor proporción, de los
somitos cefálicos y del mesénquima que envuelve las vesículas encefálicas.
El blastema del sistema esquelético es, pues, en todos los casos el
mesénquima que bien directamente (osificación desmal o membranosa) bien
pasando por un estadio cartilaginoso (osificación endocondral) se transforma
en tejido óseo. Las células mesenquimatosas son inducidas a su diferenciación
por factores como el Cbfa-1 cuya expresión biene favorecida por la proteína
morfogenética ósea (BMP).
Osificación endocondral
Antes de comenzar el proceso de osificación endocondral, las piezas
esqueléticas están
constituidas (hacia la sexta
semana) por un modelo
cartilaginoso casi acabado, del
futuro hueso (Fig. 10-1).
La osificación comienza en la diáfisis o parte central (centro de osificación
primaria en la octava semana) del modelo cartilaginoso y, posteriormente se
continua hacia los extremos (epífisis), la zona comprendida entre la diáfisis y
las epífisis, unión diafisoepifisaria, es la ultima en osificarse. Es ahí, por tanto,
donde tiene lugar el crecimiento en longitud de los huesos largos. La unión de
la diáfisis con las epífisis es variable según los huesos y las personas,
normalmente oscila entre los 17 y los 25 años (fig.10-1).
La osificación de los huesos de las extremidades comienza en el periodo
embrionario y requiere el aporte materno de calcio y fósforo. La zona diafisaria
de osificación se denomina, como hemos mencionado, centro de osificación
primaria. Al nacer, la diáfisis se ha osificado en gran parte y casi todas las
epífisis, son cartilaginosas. La mayor parte de los centros de osificación
secundarios aparecen en las epífisis durante los primeros años después del
nacimiento.
En el proceso de osificación endocondral las células de la zona de hipertrofia
celular se disponen en
columnas. Entre estas
columnas se producen
áreas de erosión que
llegan hasta la vaina
mesenquimatosa
(pericondrio) que envuelve
al cartilago (fig.10-2).
En las áreas de erosión
hay una proliferación de
células pericondrales,
acompañadas de vasos sanguíneos: son los osteoblastos. Estos se disponen
en forma acordonada siguiendo los restos que quedan de cartilago en el área
erosionada, que presenta un aspecto trabecular.
En la estructura del hueso definitivo, la osificación inicial en forma de trabéculas
es solo transitoria, el eje de osificación del hueso compacto, lo forman los
vasos. Los osteoblastos se colocan alrededor de los vasos y van segregando
osteína, de tal manera que se forman una serie de laminillas concéntricas en
torno a los vasos, dentro de las cuales quedan, como emparedados, los
osteoblastos que, a partir de este momento, se llaman osteocitos. Los
osteocitos son células con abundantes prolongaciones alojadas en los
conductos calcóforos.
Los osteoblastos no sólo son responsables de la formación de osteína sino
también de fibras conjuntivas (colágena). Estas fibras, junto con los osteocitos
son los componentes orgánicos del hueso, en tanto que las sales depositadas
en las laminillas constituyen la sustancia mineral del mismo. Las fibras
colágenas tienen la particularidad de que su orientación en una laminilla es
perpendicular a la que presentan en las laminillas adyacentes
Artrogénesis
Las articulaciones se originan al mismo tiempo que los huesos. Inician su
desarrollo durante la sexta semana y hacia final de la octava son semejantes a
la de los adultos. En el mesénquima, que forma el primordium esquelético de
las extremidades, aparecen unas condensaciones que corresponden a las
futuras articulaciones.
Al transformarse el mesénquima del esqueleto apendicular en cartilago, las
zonas correspondientes a las articulaciones permanecen mesenquimatosas y
en el centro de cada una de esas condensaciones mesenquimatosas se forma
una cavidad que es el inicio de la futura cavidad articular. De esta forma ya se
pueden distinguir los elementos que caracterizan una articulación sinovial (Fig.
10-4).
Cuando se forma el
mesodermo intraembrionario
también en él aparecen estos
islotes angiógenos.(Fig. 16-1).
Los factores de crecimiento
ácido y básico y el factor TGF-
b, así como sus receptores
desempeñan un papel esencial en la angiogénesis, estimulando la regulación
de los receptores endoteliales de integrina. El factor del crecimiento del
endotelio vascular (VEGF) y sus receptores intervienen en la vasculogénesis
normal. Las angiopoietinas son citocinas que transmiten señales a través de las
moléculas receptoras TIE-1 y TIE-2.
Las incurvaciones que sufre van a llevar consigo una angulación vertical y un
giro hacia la izquierda. La angulación vertical ocurre por no existir espacio
suficiente en la cavidad pericárdica, porque el tubo crece más en longitud que
la bolsa pericárdica que lo contiene. Esta primera angulación se produce entre
el ventriculus y el atrium. La angulación hace que el ventriculus se coloque por
delante del atrium y después sufra una rotación hacia la izquierda, con lo cual,
el seno venoso que en la posición inicial era la dilatación más inferior, ahora se
dirige hacia arriba, hacia atrás y a la izquierda (Fig. 16-3).
Circulación embrionaria
Las contracciones cardiacas que se inician hacia los días 21, 22 son de origen
miógeno. Las capas musculares de la aurícula y el ventrículo son continuas, y
las contracciones ocurren como ondas peristálticas. Inicialmente, la circulación
a través del corazón, es de tipo flujo y reflujo; pero al final de la cuarta semana,
al aparecer las válvulas, las contracciones del corazón originan un flujo
unidireccional (Fig. 16-4).