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i860 OSCAR OSZLAK G4) joracién de Leanpro GUTIERREZ LA FORMACION DEL ESTADO ARGENTINO EDITORIAL DE BELGRANO 86 Oscar AK No obstante, durante las dos décadas siguientes tendria lugar la formacién y consolidacin de un sistema de institu- ciones nacionales, relativamente independiente de alianzas ac- ‘tuales 0 potenciales con poderes locales. Este sistema paulati namente desplazaria a la rel eatre provineias como eje y escenario del proceso politico, para dar lugar a otros mecanis- (tos de representacién, negociacién y control, tales come e! evs greso nacional, los partidos de la oligarquia, y el ejército na- ( cional. Pero la consolidacién de este nuevo orden institucional Henaria otra conflictiva etapa bistérica de la Argentina. “sonent on cad de he, la arden proven. as ‘atmo, durante lm priefor ads as prncpuessbas pitas facto vealizadas por el gobierno provincial. ao mens ills & mL LA CONQUISTA DEL ORDEN: ¥ LA INSTITUCIONALIZACION DEL ESTADO ‘War made the State, and the State made war. cuames Tax Introduecién “Wy estado ha muerto; viva el estado”, Bien podian haber sido éstas las palabras del vencedor de Pavén, luego de que su triun- fo produjera el derrumbe de la Confederacién Argentina y Gespejara el camino para la definitiva organizacién nacional ‘Sobre las bases impuestas por Buenos Aires *. La promesa cier~ fa de un futuro de abundancia y progreso hacia auspicioso 1 Las palabras promunciadas en su primer Mensaje como encargad ‘del Poder Bjecutivo tenian este mismo significado: “En el instante et Que lon Toderes publicos ae disolvian y en que la manifestacion materia! see haldad argentina se borrabs, por decirlo asf, era necesario pensar $ decidir que ese ecipae era transitorlo, y gue ese disolueion aparente, ye ina vortadera labor de tegeneracion de la que In Repébiica surgiria Skipreve, fuerte, compacta y Hbre, reposando en las conquistas laboriosas So ee Slender ea la Hsonjera realidad de sa presente y en laa grandes Promesas de au porvenir.” (Mensaje, 1862.) y 88 Oscar OsziaK cl comienzo de este nuevo experimento de construccién del es- tado_nacional. Un ave fSiix pareefa renacer de las cenizas de la guerra divi Sin embargo, Is confirmacién de la hegemonia portefia {sobre el resto del territorio nacional argentino, no signifies la resolucién del viejo problema de Ia institucionalizacién del po- der que el pais venia arrastrando précticamente desde el mo- mento mismo de su independencia. Si los acontecimientos que Gesembocaron en la nueva situacién institucional tenian una logica propia, inexorable, predeterminada, independiente de los, actores —como afirmaba el General Mitre en su primer men- saje al Congreso—, esta logiea no podia asegurar la vigencia continuada de una solueién impnesta a sangre y fuego. Man- tener y extender el movimiento inieiado desde Buenos Aires la “revolucién liberal”— requeria la centralizacién e insti tucionalizaeién del poder estatal en el nuevo gobierno nacional surgido después de Pavén, Era preciso ordenarse para ordenar; regularizar el funcionamiento de aquellos instrumentos de do- minacién que harian posible el sometimiento de los diversos plans de interaccidn social a las exigencias de un sistema de produceién que se insinuaba con fuerza avasallante. Por cierto, el triunfo de Pavén ereaba una situaci6n sin recedentes en la historia institucional del pais. A partir de tentonees, la lucha politica se entabl6 desde posiciones diferen- tes. De un contlicto “horizontal” entre pares (v.g. lucha entre ccaudillos —eomo en Ja larga etapa de la anarquia— o entre bloques formados por effmeras alianzas —eomo ocurriera du rante los enfrentamientos entre la Confederacién Argentina y el Estado de Buenos Aires—), se pasé a una confrontacién “vertical”, entre desiguales, Toda movilizacién de fuerzas con- trarias al orden establecido por los vencedores seria calificada, de ahi en més, como “levantamiento” 9 “rebelién interior”, Al cardcter segmentario de la organizacién social se habia superpuesto una dimensién jerarquica. Desde un estado que se erigia como forma dominante de integracién social y politica, como instancia que abareaba y coronaba esa organizacién sey” mentaria de la sociedad civil, una alianza de sectores sociales con aspiraciones hegeménicas ‘piétendia ‘resolver definitiva- mente un pleito de medio’ siglo asumiendo por la fuerza el control politico del pais, : LA CONQUISTA DEL ORDEN 89 Caracterizar esta alianza, que cortaba a través de regiones,\, “partidos”, clases, actividades y hasta familias, es una tarea ‘que socidtoges ¢ historiadores ain tienen pendiente*. Conven- amos al menos que el centro de Ia escent polities fue ocupado por una coalicién de fracciones de una,burguesia en formacién, implantada fundamentalmente en las’ actividades mercantiles y agro-exportadoras que conformaban la todavia rastiea aun- {que pajante ceonomia bonaerense, a las que se vinculaban 1) por origen social, un nutrido y heterogéneo grupo de intelec- tuales y guerreros que por su control del aparato institucional —burocratico y militar— de la provincia portefa, constituia tuna auténtiea clase politica; y 2) por lazos comerciales, diver- sas fracefones burguesas del litoral fluvial y ol interior, euyos intereses resultaban crecientemente promovides a través de esta asociaetén, Sin embargo, al integrar en sus filas sectores sociales tan variados, distaba mucho de ser una coalicién fuerte o estable Sus latentes diferencias internas, que pronto comenzarian a manifestarse, no eran menos profundas que las que la enfren- taba al pacto confederal. De aqui que el lideracgo inicial de Buenos Aires pronto se diluiria en un complejo proceso de re- composicién de Ia coalicién dominante, cuyos rasgos esenciales serfan el deserédito y posterior crisis de su niicleo liberal na- cionalista® y el ensanchamiciito de sus bases sociales a través ha sido destacada ‘en un reciente articulo de Roberto Etchepareborda, “La rain lois mame etae eb e Pr cereal) Chee Baers ce

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