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Gálatas 6:7 No os engañéis: Dios no puede ser burlado: que todo lo que el hombre
sembrare, eso también segará. 8 Porque el que siembra para su carne, de la carne segará
corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.
En la juventud, ya ponemos todo nuestro empeño a proyectar nuestra vida, ya sea una
vida responsable, o una irresponsable entregada a los placeres y distracciones de este
mundo.
Tarde o temprano nos daremos vuelta, y miraremos los años pasados y que fue de
nuestra vida en ellos. Vendrán momentos agradables a nuestra memoria, pero también
vendrán nuestras tristezas, y nuestros sabor amargo por lo general es mas persistente
que los buenos recuerdos.
La Biblia nos dice que hay dos tipos de semilla... la que se siembra para nuestra
"carnalidad" y la que se siembra para el "Espíritu". Sembrar para la carne es muy fácil...
vivir una vida ignorando a Dios y haciendo nuestra voluntad es sembrar para la carne.
Vivir a nuestro antojo sin temor de un Dios, al cual de temprana edad lo hemos aislado
fuera de nuestro "circulo de vida": es sembrar para la carne.
Y luego que hemos vivido lo suficiente... miramos que creció en nuestra vida de esa
semilla que sembramos... y vemos solo infelicidad, tristeza, pecados y amarguras. Y por
últimos vemos que el fin de esa cosecha es CORRUPCIÓN o sea la muerte espiritual.
Por lo general hay dos tipos de decisiones la cual toma el ser humano luego de mirar
hacia atrás y ver que no hay un provecho espiritual:
1) Trata de recuperar "el tiempo perdido" sembrando aun mas para la carne (buscando
refugio, en las cosas de este mundo para distraerse)
Quizá la cosecha de nuestra vida sin Dios ha sido desastrosa, pero en Jesús tenemos una
nueva oportunidad... tenemos la oportunidad de empezar a sembrar "para el Espíritu".
-Dios perdóname por haber vivido lejos de ti, y por haber llevado una vida la cual no
dio fruto!
-No tengo una cosecha buena en la cual alegrarme... pero a pesar de todo invoco Señor
tu perdón!
-Creo que la sangre de Cristo puede limpiar mi corazón sucio, y hacerlo nuevo!
-Quiero comenzar señor una vida nueva... quiero sembrar ahora para Ti, quiero sembrar
para tus Espíritu, y no para mi carne.
Hoy puedes empezar una "nueva siembra" ... una nueva siembra en Cristo.
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