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El creciente Tercer Sexo

Es muy triste ver como cada día son más los que se prestan para hacer
de la homosexualidad una “Mentira muy bien contada”. Actualmente
están ganando espacios dentro de los más altos niveles de la sociedad,
como las asociaciones científicas y las instituciones gubernamentales
que con la promulgación de leyes permiten que las organizaciones
homosexuales tomen fuerza y crezcan.

Es tan grande el terreno que han


logrado conquistar, que han llegado
a hacer exigencias como las
proclamadas durante la marcha
"orgullo homosexual" realizada en
Washington el 25 de abril de 1993.
Los promotores del homosexualismo
dieron a conocer 7 demandas
generales, en donde se incluían la
legalización de todo tipo de
conducta sexual, emplear el dinero
de los impuestos para pagar
operaciones de cambio de sexo,
legalizar "matrimonios" de miembros del mismo sexo y la adopción de
niños por parte de parejas homosexuales; así como la participación de
lesbianas, homosexuales, bisexuales y transexuales en programas de
educación, de guarderías infantiles y de orientación escolar.
Justificaciones para la Homosexualidad

Uno de los argumentos para defender las prácticas homosexuales, es


que esta inclinación es algo innata y por lo tanto, la actividad
homosexual es un "derecho humano" que la sociedad debe respetar.

Sin embargo, estudios realizados al respecto demuestran con suficiente


claridad que la homosexualidad no tiene un origen genético, hormonal,
neurológico o cerebral. Lo máximo, es que puede existir alguna base
que predispone a la homosexualidad y ésta puede inclinar a unas
personas más que a otras a la homosexualidad; pero no
obligarlas a practicarlo. Por ejemplo, hay estudios que han
mostrado que el alcoholismo puede tener una base orgánica
que predispone a unas personas más que a otras. Sin
embargo, las personas son libres de buscar ayuda y curarse.

Otra justificación está sustentada bajo el argumento que durante los


períodos de tensión, pueden presentarse fuertes tentaciones
homosexuales en un intento por encontrar alivio o un escape al dolor
emocional inconsciente. Este dolor emocional que puede llevar a la
homosexualidad rara vez se manifiesta durante la infancia, pero
normalmente se revela al principio de la adolescencia.

La Biblia nos enseña que cuando alguien viene a Cristo, El le hace una
nueva persona dándole un corazón nuevo y hábitos nuevos. Ahora bien,
las personas que practican el homosexualismo deben quitar de su mente
estos argumentos. Dios no los creó así ni los condenó a vivir este estilo
de vida. Es necesario buscar la raíz de su problema y por qué se asumió
un comportamiento que se rebela contra su propia naturaleza, varón o
mujer, y contra la Palabra de Dios.

Abuso sexual:
El abuso sexual es la puerta más grande a la homosexualidad. Un
hombre o una mujer violentados sexualmente pueden guardar
resentimiento y odio hacia las personas del sexo que la abusaron,
buscando entablar relaciones con personas de su mismo sexo, que
aparentemente no les han dañado.
La niñez es la etapa que marca las conductas del ser humano y si un
niño es acariciado o violado sexualmente, puede reaccionar al daño
causado con conductas homosexuales.
La Biblia nos enseña que Jesús sanó no sólo las enfermedades del
cuerpo, sino las dolencias del alma que han sido causadas por
experiencias traumáticas. El puede sanar esas heridas para que el
hombre y la mujer puedan disfrutar de una sexualidad de bendición.

Baja auto estima


Causada por el rechazo familiar y por las personas de sexo opuesto.
Cuando una persona no se acepta a sí misma como tal, se siente inferior
o burlada por su aspecto físico.

La promiscuidad sexual
Una persona que conoce la sexualidad a través de la pornografía o la
fornicación, y que comienza a llevar una vida sexual promiscua pierde
todo placer en una relación de pareja conforme al propósito de Dios y
comienza a buscar, en prácticas homosexuales, satisfacer su deseo
sexual. La Biblia nos habla de aquellas personas víctimas de su propia
inmoralidad quienes al perder todo sentido de respeto y dignidad por
sus propios cuerpos, caen en prácticas sexuales que les denigran y les
marcan para siempre.

¿Qué enseña La Biblia al Respecto?

La homosexualidad no es un estilo de vida correcto. En primer lugar,


contradice el plan de Dios para la sexualidad humana. Dios invita al
hombre, y la mujer, a vivir juntos por toda la vida. Según Génesis 1:27.
Dios creó al hombre varón y hembra. En Génesis 2:21-25, Dios formó a
la mujer para ser la ayuda idónea del hombre. ¡No le dio otro hombre!.
En el Nuevo Testamento, es el mismo principio. Dios diseñó el
matrimonio entre un hombre y una mujer.
Efesios 5:31 dice cómo el hombre tiene que unirse a su mujer para que
sean, los dos, una sola carne. Es la mujer con el hombre, no es el
hombre con el hombre y tampoco la mujer con la mujer. En 1 Corintios
7:2 se destaca la necesidad de evitar las fornicaciones, Dios manda:
cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.

Lo segunda razón es que Dios lo ve como pecado. Levítico 18:22


advierte: “No te acostarás con varón como con mujer; es abominación”
y Levítico 20:13 dice: «Si alguno se acostare con varón como con mujer,
abominación hizo; ambos han de ser muertos”.

En tercer lugar, Dios condena las prácticas sexuales desviadas


(homosexualismo lesbianismo), Pablo escribe en Romanos 1:26- 27:
«Por eso Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aún sus
mujeres cambiaron las relaciones naturales por las que van contra la
naturaleza, del mismo modo también los hombres…”, además en 1
Corintios 6:9 dice que “ni los afeminados, ni los homosexuales…
heredarán el reino de Dios”.

Dios ama al hombre sin importar su condición; pero aborrece su pecado,


éste le separa de Él. Dios no acepta la homosexualidad. No significa esto
que, el homosexual o la lesbiana estén fuera del plan de salvación, por
el contrario Dios quiere restaurarles emocional y físicamente a través del
sacrificio de Cristo en la cruz. 1 Corintios 6:11 “…Y eso erais algunos de
vosotros, pero ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya
habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu
de nuestro Dios”.
Para Dios no existen imposibles Él está dispuesto a recibir y restaurar a
todo aquel que reconozca su necesidad y que desee iniciar una nueva
vida en Cristo Jesús

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