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Autor: Lic. Dawlin A.

Ureña
(El Lic. Ureña es Pastor, y miembro de la Asociación Científica
CRS - Creation Research Society)

Hace unos días escribí un artículo acerca de lo exclusivo que era el


Cristianismo - y cuando me refiero al término "Cristianismo" lo hago muy
liberalmente, quizás incluyendo demasiado tendencias religiosas, que aun cuando se
autocalifican "cristianas", al ser colocadas bajo el ojo pesquisador de la Palabra de
Dios, no pasarían la prueba. - En dicho artículo decíamos, entre otras cosas:

"Debido a las declaraciones exclusivistas del mismo Señor Jesucristo, es evidente que
el Cristianismo es una religión que no puede ser compatible con ninguna otra religión.
Otras religiones tienen, o varios otros dioses, o un dios que no es el Dios de la Biblia.
Jesús claramente dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre,
sino es a través de Mí". Esta es una declaración ¡absolutamente exclusivista! Si no es a
través de Jesús, nadie llega a Dios. Si otra religión ofrece llegar a un dios a través de
otro que no sea Cristo, ese dios no es el Dios de la Biblia y ese profeta es falso… ¡de
acuerdo con el mismo Jesús!" (- El Cristianismo es una religión exclusivista. Lic.
Dawlin A. Ureña, Grand Rapids, MI. USA. Publicado en www.antesdelfin.com.)

Este artículo ha sido de mucha bendición para muchos visitantes, sin embargo, para
otros ha sido una piedra de tropiezo: "¿Quiénes se creen ustedes para decir que
solamente los que acatan las enseñanzas de la Biblia, en vez del Corán, los libros de
Elena G. de White, el Libro del Mormón, la Biblia de los Testigos de Jehová, las
Tradiciones de la Iglesia Católica, y otros libros religiosos, son los que más
probablemente irán al cielo? ¿Acaso no es verdad que hay muchas formas de llegar al
cielo?", se han preguntado muchos.

Las connotaciones de declaraciones como las que Jesús hizo en repetidas ocasiones en
el Nuevo Testamento no nos dejan otra alternativa que analizar el tema con más
denuedo que el que originalmente intentábamos. Las disyuntivas que han abatido las
mentes de muchos de nuestros visitantes nos motivan a intentar una vez más, a la luz
de nuestro humano, humilde y frecuentemente limitado conocimiento, analizar los
reclamos de este hombre llamado Jesús.

Jesús: ¿Demente o mentiroso?

Muchos son los que en nombre de la tolerancia echan a un lado declaraciones de Jesús,
las que, partiendo de la premisa de la autenticidad histórica de los Evangelios, deben
ser cuidadosamente analizadas.

Tanto grupos liberales dentro del cristianismo, grupos pertenecientes a otras religiones,
así como grupos neocristianos, han relajado los estándares de interpretación y análisis
bíblicos para dar cabida a sus posiciones teológicas inclusivistas. Es típico escuchar en
la prensa, en boca de personas que se autodefinen cristianos, que Jesús fue un "buen
hombre que vivió una vida llena de moralidad". De hecho, tienen la osadía, y al
parecer nada les redarguye de error, de pronunciar los nombres de Buda y Mahoma en
el mismo orden que el nombre de Jesús. "Estos hombres han sido grandes personajes
con altos principios morales", alegan.

El problema es que mucha gente asiente a estas declaraciones, y sin indagar


demasiado en sus motivos ulteriores, dan por sentado que estos razonamientos son
verdaderos. Pero…
¿Cuál es la falacia detrás de que Jesús fue simplemente un personaje
histórico que vivió una vida moral, benevolente y digna de imitar?

Es interesante notar que el mismo Jesús mostró interés en saber lo que la gente creía
de él.

"¿Quién dicen los hombres que soy yo?… (y ustedes, los discípulos), ¿quién
dicen ustedes que soy yo? " Mateo 16:13-15. Paréntesis míos. DAU

Él se mostró interesado en saber cuál era la reacción de la gente ante sus reclamos de
deidad. Él se mostraba interesado en saberlo porque cualquier que presenciara y
escuchara en persona los milagros y reclamos que él mismo hacía acerca de su
persona y ministerio, tendría que ser un demente para no concluir que él se
consideraba a sí mismo Dios. Una persona tendría que ser un demente para estar
presente en el momento histórico en que Jesús desarrolló su ministerio y simplemente
considerarlo un profeta o un hombre moral.

"Jesús les dijo: --Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca tendrá
hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás." Juan 6:35

Si por lo menos partimos de la premisa de que Jesús fue un profeta, o un hombre


moral, o un enviado más de Dios, entonces, tendríamos que compartir la noción de
que Jesús, si bien, hacedor de milagros, no era moral. Decimos esto porque la
moralidad implica honestidad, y si consideramos los reclamos que Jesús hizo acerca de
sí mismo, entonces o Jesús era un mentiroso, un loco, o simplemente un lunático.

"Jesús le dijo: …Si me habéis conocido a mí, también conoceréis a mi Padre; y


desde ahora le conocéis y le habéis visto. Le dijo Felipe: --Señor, muéstranos
el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: --Tanto tiempo he estado con vosotros,
Felipe, ¿y no me has conocido? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo,
pues, dices Tú: "Muéstranos el Padre"? ¿No crees que yo soy en el Padre y el
Padre en mí? … Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en Mí; de otra
manera, creed por las mismas obras." Juan 14:5-11

De hecho, al considerar los reclamos de Jesús, declararse Dios fue una de las
principales razones por las que sus problemas comenzaron. Resulta inaudito pensar
que 2,000 años más tarde, quienes no estuvieron presentes pretendan calificarlo más
apropiadamente que quienes estuvieron presentes durante sus milagros y su ministerio
y enseñanzas. Note cómo lo hicieron los religiosos, escribas y fariseos, de su tiempo!

"…unos hombres traían sobre una camilla a un hombre que era paralítico…le
bajaron por el tejado en medio, delante de Jesús. Al ver la fe de ellos, Jesús le
dijo: --Hombre, tus pecados te son perdonados. Entonces los escribas y los
fariseos comenzaron a razonar diciendo: --¿Quién es éste, que habla
blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados, sino Sólo Dios? Pero Jesús,
dándose cuenta de los razonamientos de ellos, respondió y les dijo: … Para
que sepáis que yo tengo autoridad en la tierra para perdonar pecados, --dijo
al paralítico--: A ti te digo: ¡Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa! De
inmediato se levantó en presencia de ellos, tomó la camilla en que estaba
recostado y se fue a su casa glorificando a Dios." Lucas 5:18-25
C. S. Lewis, profesor de la universidad de Cambridge y ex-agnóstico, concurre con
nuestra posición cuando nos dice: "Usted lo podría mandar a callar (a Jesús) y decirle
que está loco, usted podría escupirlo en la cara y matarlo por ser un demonio, o usted
puede simplemente caer postrado a sus pies y llamarle Señor y Dios. Pero no me
venga usted a mí con la condescendiente y estúpida calificación de que Jesús era un
profeta o un gran hombre moral. Los reclamos del mismo Jesús le contradirían."

Estimados lectores, no debemos caer en la sima de intentar separar las enseñanzas de


Jesús de sus obras, ni debemos intentar separar sus obras de sus reclamos acerca de
sí mismo. ¡Jesús alegó ser Dios! Jesús no dejó ninguna brecha que diera cabida a
confusión. Sus reclamos, o son ciertos, o bien son una onerosa compilación de
necedades. Jesús era Dios o bien era el demente más delirante de quien se tenga
memoria en la historia.

"Jesús les habló otra vez a los fariseos diciendo: --Yo soy la luz del mundo. El
que me sigue nunca andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida."
Juan 8:12

¿Era Jesús un mentiroso?

Cuando Jesús hizo sus reclamos acerca de su deidad, si él sabía que no era en realidad
Dios, entonces Jesús era un mentiroso. Si era un mentiroso, era también un hipócrita,
ya que él le dijo a otros que sean honestos, sin importar el costo, mientras que al
mismo tiempo él se encontraba embarcado en el fraude más horrible de la historia.
Pero lo más increíble de la aserción de que Jesús fue simplemente un hombre moral o
un profeta, es el hecho de que las declaraciones de Jesús acerca de sí mismo lo
llevaron a la muerte, por tanto, además de Jesús ser un mentiroso, entonces también
era un tonto.

"Mientras Jesús subía a Jerusalén, tomó a sus doce discípulos aparte y les
dijo en el camino: --He aquí, subimos a Jerusalén, y seré entregado a los
principales sacerdotes y a los escribas, y me condenarán a muerte. Me
entregarán a los gentiles para que se burlen de mí, me azoten y me
crucifiquen."
Mateo 20:17-29

La realidad es la siguiente. ¿Si Jesús fue un gran maestro moral para estos teólogos
liberales multicolores, cómo es que viviendo una farsa, enseñó con tanto denuedo la
honestidad, el amor, el bien…? ¿Cómo es que este hombre se declara Dios, cuando a
sabiendas de que no lo es, pide a sus discípulos que confíen sus propios destinos
eternos en él, a sabiendas de que no es más que una gran y repugnante falsa?

"Pero cualquiera que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed,
sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para
vida eterna." Juan 4:14

Si usted es de los que concluyen que en efecto Jesús fue un mentiroso, también debe,
en honor a la equidad, considerar lo siguiente: Esta opinión acerca de Jesús no está
apoyada ni por la historia ni por el resultado de su vida y enseñanzas. En todo lugar
donde Jesús ha sido presentado, en todo corazón donde Jesús ha sido bienvenido - con
todo y sus reclamos de ser Dios - ha habido transformación indescriptible; ha habido
mejoría en todo el espectro de la vida de quien lo ha hecho: Mentirosos han sido
transformados, ladrones han sido transformados en personas honestas, iracundos han
sido transformados en personas sociables; alcohólicos y drogadictos han sido
transformados en entes sociales prominentes, corazones destrozados han sido
renovados… ¡Ah! ¿Acaso no soy yo el ejemplo más fehaciente de tal
transformación?

Willian Lecky, uno de los historiadores más prodigiosos de Gran Bretaña, y vehemente
opositor del cristianismo organizado, dijo: "El simple registro de los tres años de la
vida activa de Jesús han hecho más para regenerar y ablandar al espíritu de la
humanidad que todas las disquisiciones y exhortaciones de los filósofos y moralistas de
la historia".

Philip Schaff, historiador de alta estimación, con respecto al testimonio y la vida de


Jesús, declara:

"El testimonio de Jesús, de no ser cierto, debe ser simplemente una blasfemia o una
locura. La hipótesis de que Jesús fue un hombre moral y nada más sucumbe en un
instante ante la pureza moral y la dignidad de Jesús, revelada en cada palabra y cada
obra, hecho reconocido universalmente." Pero Schaff nos añade, "¿Cómo es posible
que un entusiasta (Jesús) o un loco (Jesús) nunca perdiera el balance mental, que
navegara serenamente más allá de todos los problemas y persecuciones - como el sol
por encima de las nubes -, que proporcionara siempre las respuestas más listas e
inteligentes y las preguntas más tentadoras; que con calma y deliberación predijera su
muerte en la cruz, su resurrección el tercer día, el derramamiento del Espíritu Santo,
la fundación de la Iglesia, la destrucción de Jerusalén - predicciones todas que se han
convertido en realidad? Un carácter tan original, tan completo, tan uniformemente
consistente, tan perfecto, tan humano y al mismo tiempo tan por encima de toda la
grandeza humana, no puede ser fraude o ficción. El poeta tenía razón cuando dijo… 'Se
necesita más que un Jesús para inventar a Jesús'".

Si Jesús era un mentiroso, y si quería que la gente le siguiera, y si quería que la gente
creyera que él era Dios, ¿Porqué ir a la nación judía - sabiendo que la nación judía era
la nación más monoteísta de la tierra; Donde él sabía que hacerse pasar por Dios le
traería la muerte segura? ¿No tendría que ser loco para hacerlo? Por supuesto… a no
ser que Jesús no fuera un loco, ni un mentiroso… sino en efecto, exactamente quien él
reclamó ser: ¡Dios!

"Enseñaba cada día en el templo, pero los principales sacerdotes y los


escribas y los principales del pueblo procuraban matarle. Lucas 19:47"

¿Porqué no ir a Egipto o a Grecia? ¿Porqué no ir a Roma? ¿Porqué no ir y hacer sus


reclamos, unido a sus seguros e incontrovertibles, demás de convincentes milagros, a
una sociedad politeísta, tal como lo hizo Mahoma, quien lo logró sin hacer un solo
milagro, sin tener el poder ni la unción de sanar un mosquito?

¿No había sido más fácil ser un dios más entre muchos, especialmente cuando tal
reclamo estaría acompañado de hechos milagrosos que solamente un "dios" podría
hacer? ¿No es acaso el ejemplo de Mahoma más que evidente para notar cuán
fácilmente Jesús pudo haber conquistado un país mucho más poblado y más
influyente, tal como Arabia, o Roma, o Egipto, en vez de concentrarse en el diminuto
Israel? ¿Acaso el éxito de Mahoma no es más que evidencia de que la conquista de los
corazones de un mundo politeísta hubiera ofrecido un escenario mucho más fructífero
para Jesús, y sus asombrosos reclamos de deidad, que lo que en realidad sucedió en la
nación judía?

¡Alguien que vivió como Jesús vivió, que enseñó como Jesús enseñó, que murió como
Jesús murió, que ha causado la transformación social que en el mundo ha causado la
moral y las enseñanzas de Jesús, no pudo, ¡NO ANTE UN ANÁLISIS COHERENTE!, ser
un mentiroso!

Este artículo continuará. En el siguiente artículo de esta serie de artículos apologéticos


sobre la deidad de Jesús será titulado: Si Jesús no era ni demente ni mentiroso
¿Entonces, quién era?

¿Desea conocer más acerca de las enseñanzas de ese Jesús que reclamó ser Dios?
¿Acaso no sería fascinante conocerle personalmente? ¡Esta es su oportunidad!

Comparta sus impresiones sobre este artículo en nuestro foro sobre el Evangelio
Verdadero.

Lic. Dawlin Ureña


Grand Rapids, Michigan, USA.

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