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Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios
Número 3 Noviembre 2001
ISSN 0717 - 5744

Director Nacional y Representante Legal Hugo Espinoza Grimalt


Director de la Revista Santiago Rebolledo Pizarro
Coordinador Rodrigo Bravo Herrera
Consejo Editorial Hugo Espinoza Grimalt
Santiago Rebolledo Pizarro
Patricia Arias Barriga
Pedro Castillo Cubillos
Gaspar Marín Bustamante
Raúl Saldivia Garcés

Ministerio de Justicia
Gendarmería de Chile
UNICRIM
Índice

Modelo de Intervención Diferenciada


para la Libertad Vigilada del Adulto.
Patricia Mendoza N. - Mario Ramírez P. 9

Las Penas Comunitarias y el Problema del Crimen.


Joanna Heskia Tornquist 29

La Mediación: Una Alternativa a Incluir


en los “Acuerdos Reparatorios”
de la Reforma Procesal Penal.
Alicia E. Escobar Yáñez 57

Metodología de Participación Profesional


Comunitaria-Emprendedora: “Promoción
Humana en Sectores Difíciles”.
Marlene Costanzo Torres 69

Revisión de Casos de Abuso Deshonesto


al Interior de la Familia, a la Luz del Test de Dibujo
Proyectivo “Casa, Árbol, Persona” (HTP)
y del Test Verbal Proyectivo “Roberto y María”.
Miguel Morales Dahmen 89

El Uso de Descripciones Factuales como Estrategias


Comunicativas de Legitimación Discursiva:
El “Recurso de Ley de Seguridad del Estado”
en el Proceso Judicial de 12 Mapuches
en la IX Región (Diciembre de 1997 - Abril de 1999).
Carlos Del Valle Rojas 117
Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios
N° 3 - Noviembre 2001 - Santiago de Chile
9 - 28

Modelo de Intervención Diferenciada


para la Libertad Vigilada del Adulto

Patricia Mendoza N. Mario Ramírez P.


Psicóloga Sociólogo
Depto. Tratamiento Medio Libre Depto. Tratamiento Medio Libre
Gendarmería de Chile Gendarmería de Chile

Resumen
En el trabajo que se presenta a continuación se exponen los fundamentos teóricos-metodológicos
generales de un Modelo de Intervención Diferenciado por delito, aplicado a las personas que
cumplen una condena en la Medida de la Libertad Vigilada del Adulto. Esta iniciativa es el
resultado de una labor conjunta entre los profesionales de la Libertad Vigilada y el Departamento
de Tratamiento en el Medio Libre de Gendarmería de Chile. Este Modelo se desarrolla a partir
del año 2000 en los diferentes Centros de Reinserción Social del país, formando parte de
las metas de gestión de Gendarmería de Chile. La propuesta tiene como objetivo mejorar
los resultados de los programas de reinserción social hacia aquellas personas condenadas
en la medida de Libertad Vigilada.

I. ANTECEDENTES GENERALES
El sistema de penas alternativas a la reclusión se aplica en Chile como un cuerpo legal
integrado de sanciones a partir del año 1983, fecha en que fue promulgada la Ley N°
18.216. Esta normativa estableció las medidas sustitutivas a la prisión: la Remisión
Condicional de la Pena, Reclusión Nocturna y la Libertad Vigilada del Adulto (LVA);
consistente esta última “en un régimen de libertad a prueba, que tiende a un tratamiento
intensivo e individualizado del condenado, bajo la orientación permanente de un profesional
denominado Delegado de Libertad Vigilada”1.

1
Ministerio de Justicia, División de Defensa Social: Ley N° 18.216: “Normas Técnicas para la aplicación
de la Libertad Vigilada de Adultos”, Santiago, Mayo, 1984.
10

El cuerpo legal antes referido contempla los Centros de Reinserción Social (CRS)
como órganos del nivel operativo, siendo los encargados de administrar y ejecutar
estas medidas. Además se establece que profesionales de las áreas de las ciencias
sociales, jurídicas, de educación y salud pueden cumplir las funciones de Delegado de
Libertad Vigilada del Adulto.
El fin de las Medidas Alternativas es la reinserción social de aquellas personas que se
encuentran cumpliendo una pena. La reinserción social se conceptualiza como un
proceso complejo, intencionado y dinámico de interacción principalmente dialógica
entre el Delegado de Libertad Vigilada y la persona penalizada, que supone un cambio
de estado de vulnerabilidad legal a uno de mayor integración social y que se desarrolla
dentro del marco legal.
En la actualidad, la población beneficiaria de la Libertad Vigilada del Adulto es de 3.569
personas, alcanzando al 5,72% del total de la población atendida por Gendarmería
de Chile2.
La medida de la Libertad Vigilada ha experimentado un crecimiento sostenido en el
tiempo, en cuanto a su tamaño y complejidad. Así, en el período comprendido entre
los años 1987 y 1998, prácticamente se ha sextuplicado en cuanto a su cobertura,
siendo la medida que dentro del conjunto de penas alternativas ha experimentado el
crecimiento más acelerado.
Durante estos años se han observado algunos cambios importantes en cuanto a las
características y composición sociocriminológica de las personas condenadas en esta
medida. Así por ejemplo, se ha constatado un aumento en la comisión de Delitos contra la
Propiedad, especialmente en los Robos y Hurtos. Por otro lado, los niveles de reincidencia
legal se han incrementado en la población afecta a esta medida.
En la actualidad la tasa de reincidencia legal de la medida de la Libertad Vigilada (16,1%)
ha mostrado un incremento de 4,7 puntos porcentuales en comparación al valor promedio
observado para el periodo 1990-1992, cuyo monto alcanzaba al 11,4%3. Si bien este
indicador es bajo en comparación a las tasas observadas en el sistema de penas privativas de
libertad, llama la atención que dentro de la reincidencia por delitos de robo, haya aumentado
la ocurrencia de robos con violencia, así como los delitos por lesiones.
La mayoría de las personas que reinciden legalmente en la medida de la Libertad Vigilada
son hombres jóvenes. Por otro lado, una cantidad importante de los reincidentes comete
delitos similares a la causa que originó la primera condena.

2
Gendarmería de Chile: Estadísticas de Población Penitenciaria, Junio, 2001.
3
Gendarmería de Chile: Unidad de Investigaciones Criminológicas (UNICRIM): “Estudio sobre tasas de
reincidencia egresados de unidades penales”, Informe Final, Santiago, Junio, 1999.
11

Actualmente se observa un cierto agotamiento de las metodologías de intervención


aplicadas para la Libertad Vigilada del Adulto, basadas principalmente en una concepción
asistencial de ayuda al usuario, lo cual ha ido en desmedro de programas e intervenciones
más especializadas, produciéndose con ello una pérdida de identidad del servicio prestado
por los delegados, llegando incluso a ser homólogas a las acciones de desarrollo social que
realizan otros organismos de la comunidad.
Se ha constatado desde la empiria que el programa de intervención al usuario, por una
parte, no es elaborado por todos los Delegados, y por otra se formula empleando diversos
métodos. Su contenido se caracteriza, entre otros elementos, fundamentalmente por la
formación, especialidad y experiencia profesional que dispone el delegado, lo que redunda
en una disparidad de enfoques y objetivos al momento de intervenir, afectando en algunas
situaciones la esencia de la medida en referencia.
En estos años, el acelerado crecimiento de la población condenada en la Libertad Vigilada
ha provocado una relativización de los estándares técnicos vigentes, cuyo cumplimiento
resulta esencial en el mejoramiento de los resultados del sistema (calidad de los informes
presentenciales, diagnósticos de ingresos, formulación de programas de intervención y
evaluación periódica, a nivel del usuario).
Por otro lado, las diferentes percepciones existentes en los operadores del sistema sobre la
naturaleza, conceptos y objetivos de cada medida contenida en la ley N° 18.216, sumado
a la atención de otras poblaciones que se encuentran bajo la tutela institucional en el
Medio Libre (por ejemplo el Decreto Ley N° 409, Salida Controlada al Medio Libre), han
provocado una distorsión del trabajo de los CRS en cuanto a sus funciones esenciales, lo
que también ha repercutido en el uso eficiente de los escasos recursos.
En síntesis, de acuerdo al problema planteado se ha constatado la necesidad de
aplicar nuevas metodologías de tratamiento a los usuarios de la medida, mediante la
unificación de estrategias de intervención diferenciadas para una población crecientemente
heterogénea que permitan mejorar el logro del objetivo final de esta medida, esto
es: la reinserción social.

II. GÉNESIS
El Modelo de Intervención Diferenciada de la LVA, en adelante MID, se remonta
al segundo semestre del año 1998, momento en el cual profesionales de los CRS
e integrantes del Departamento de Tratamiento en el Medio Libre comenzaron a
efectuar un análisis de las propuestas enviadas por todos los Centros del país, con la
finalidad de establecer estrategias de intervención diferenciadas de acuerdo a un perfil
psicosociocriminológico de los usuarios, clasificándolos por tipos de delitos.
Establecido ese perfil, se consideró necesario que el usuario para ser intervenido debía
desarrollar algunas habilidades básicas que le permitieran incorporarse posteriormente con
12

menor dificultad a una intervención diferenciada (nivel de apresto). Con este propósito se
procedió a distinguir las características más recurrentes y comunes a todos los usuarios,
detectando que aquellas características que se repetían eran todas de origen psicológico,
debiendo por lo tanto efectuar su abordaje desde esta perspectiva.
Por otra parte, durante el año 1999, se elaboró un Instrumento de Diagnóstico que tuvo
por finalidad tener una visión de tres aspectos fundamentales para el tratamiento de la
población de la LVA (Social, Criminológico y Psicológico), logrando con la información
recabada llegar a un Programa de Intervención para cada uno de los usuarios de la Medida
con metas planificadas a corto, mediano y largo plazo.
Una vez diseñado este Instrumento, se probó su confiabilidad y validez en una muestra
con usuarios de cinco CRS del país. Como resultado de lo anterior, se detectaron
afirmaciones que no medían lo que se esperaba medir y se agregaron en lo social
temas que no se habían considerado, efectuándose las modificaciones necesarias para
su aplicación final.
En términos generales el MID se compone de los siguientes elementos:
1. Fundamentos teóricos generales.
2. Descripción operativa.
3. Perfil empírico de los usuarios y estrategias de intervención diferenciadas.
4. Módulos de intervención del nivel de apresto.
5. Módulos de intervención diferenciada por delito.
6. Instrumento de diagnóstico.
El MID contempla siete módulos de intervención, 4 a nivel de apresto y 3 a nivel de
intervención diferenciada: Motivación y Persistencia, Receptividad a la Autoridad,
Comunicación, Autopercepción, Resolución de Conflictos, Desarrollo de Vínculos
y Juicio Moral. Estos módulos fueron desarrollados en base a los aportes de los
diferentes CRS del país.

III. ASPECTOS TEÓRICOS GENERALES4


Desde un punto de vista teórico el MID se ha fundamentado en un enfoque ecléctico, ya
que ha integrado diversas teorías relacionadas con nuestro sujeto de intervención.

4
En este documento concordamos con la definición planteada por Marcelo Didier quien señala que “Un
modelo de intervención constituye una representación esquemática y analítica de la realidad que busca
representar para un observador, las relaciones entre un problema y sus variables, de manera de generar
conocimientos que permitan el diseño y aplicación de soluciones, sobre la base de ciertos supuestos y
definiciones que orientan la acción”. De acuerdo a esta definición entenderemos que la formulación del
MID se relaciona con las siguientes expectativas: a) Contar con un instrumento de trabajo que permita a
13

Por un lado, se han incorporado distintas teorías criminológicas que buscan explicar la
realidad del delincuente, así como la heterogeneidad del delito y los procesos de desviación
social que se interrelacionan a nivel del individuo y la sociedad. Por otro lado, se han
considerado algunos conceptos y técnicas derivadas del constructivismo social, la
terapia estratégica y la teoría general de sistemas, por considerar que estas teorías
aportan herramientas y metodologías para el tratamiento del usuario y son favorecedoras
de un proceso de cambio conductal.
La terapia estratégica es una técnica de intervención psicológica que tiene sus orígenes
en el trabajo desarrollado en el Centro de Terapia Breve de Palo Alto (Mental Research
Institute), Estados Unidos, produciéndose en las ultimas tres décadas un creciente interés
por conocer y aplicar sus postulados y técnicas, por ser este un enfoque más breve,
dinámico y directivo que los enfoques tradicionales.
Esta técnica considera que el cambio en la conducta de una persona surge de la ruptura
de las pautas de pensamiento y acción, vale decir de la interrupción de las secuencias
que se repiten. Por tanto la intervención centra su atención en modificar el marco
cognitivo del paciente que confiere un significado a las soluciones intentadas por él,
tratando de bloquearlas o invertirlas.
La metodología de intervención se fundamenta en una concepción cibernética de la
comunicación múltiple. Una concepción de esta naturaleza propone que el terapeuta
espeje las comunicaciones múltiples del paciente para provocar una retroalimentación
entre cambios y estabilidad en un sistema perturbado.
La terapia estratégica plantea que los síntomas no reflejan hipotéticos problemas
subyacentes irresueltos, puesto que la intervención no se basa en un modelo de
déficits, sino que la mayoría de los problemas están insertados en hábitos de reacción
y respuesta que suelen ser difíciles de romper, debido a los ciclos de autorrefuerzos
en que quedan atrapados.
Por otro lado, se postula que en la terapia misma puede producirse una situación análoga,
cuando “más del mismo” enfoque utilizado por el terapeuta conduce a “mas del mismo
problema” en el paciente. El terapeuta puede quedar comprometido con un diagnóstico
y un enfoque determinado, sobre todo cuando ha cargado emocionalmente su idea de lo
que la situación “es o debe ser de una cierta manera”.

los Delegados la aplicación de estrategias y metodologías de intervención que mejoren los resultados de
la reinserción social de las personas que cumplen condena en las medidas alternativas a la reclusión b)
Favorecer la construcción de una cierta “mirada” o “epistemología” común entre los operadores, desde la
cual se puedan desarrollar procesos de intervención que favorezcan un cambio en el usuario en el sentido
de la no reincidencia delictual. (Marcelo Didier: “Evaluación y Formulación de Programas Sociales”,
Documento de Trabajo, Pontificia Universidad Católica de Chile, 1986).
14

Dentro de esta estructura la meta de la intervención queda así definida: individualizar


el marco cognitivo o el “ruido significativo” que las personas aportan y utilizarlo para
reorganizar el modo en que ellos mismos se organizan. La tarea de la terapia no consiste
en modificar la conducta problema ni tampoco la solución problema; si no que alterar la
pauta de interacción que vincula ambos aspectos.
Tanto el constructivismo como la teoría de sistemas son teorías que han apuntado
fundamentalmente al rompimiento de paradigmas con que se ordenan las personas, lo
que produce un cambio en la forma de percibir la realidad. Se relacionan con la necesidad
de apoyar la reformulación y la co-construcción de un problema susceptible de abordar en
el sujeto, mediante la construcción de nuevos significados5.
La temática central del “constructivismo-sistémico” es el problema del cambio de las
personas para enfrentar las dificultades y conflictos que los afectan. Estas teorías han
postulado que los problemas de los individuos son mantenidos mediante constructos
de significados que determinan ciertas conductas, los que pueden ser resignificados
mediante una intervención terapéutica, que se aboque a co-construir con el individuo
y la relación con el entorno, nuevos sentidos y significados que permitan la resolución
de sus conflictos.
Estas teorías se han fundamentado en la idea de que el observador participa en la
construcción de lo observado. Así toda descripción sobre la realidad se toma en principio
como una información sobre el observador o la comunidad de observadores.
Desde la perspectiva del constructivismo no hay nada verdadero y definitivo, no existe
una realidad única, sino que tantas realidades como observaciones se realicen. Mediante
la intervención se construyen nuevos significados, se formulan hipótesis y se describen
los problemas, es decir interesan los procesos de las personas ya que la causalidad es
entendida en forma circular.
El investigador u operador social es un observador externo, especializado en la observación
de observadores; esto es un observador de segundo orden. La mirada constructivista ha
estimulado entonces el interés por conocer las diversas formas a través de las cuales
las personas grupos, comunidades, organizaciones y otros sistemas sociales ordenan
y validan sus experiencias, para que desde estas se produzcan cambios que mejoren
la calidad de vida del sujeto.

5
Los planteamientos más clásicos del constructivismo pueden encontrarse en las obras de H.Von Foester:
“Bases Epistemológicas “, en J. Ibañez:,” Nuevos avances de la investigación: La investigación de segundo
orden”, Revista Anthropos, N° 22, Barcelona, 1990; E. Von Glaserfeld: “Despedida de la Objetividad
“; N.Luhmann: “Sociología del Riesgo “: Universidad Iberoamericana, México, 1992. En el contexto
chileno hay que destacar los aportes del antropólogo Marcelo Arnold en “El perspectivismo en la Teoría
Sociológica “, Revista Paraguaya de Sociología, Año 27, N° 78, pp 21-35, 1990; y desde la biología
del conocimiento a Francisco Varela en la obra: “Las Ciencias Cognitivas: Tendencias y perspectivas,
Cartografía de las ideas actuales” Ed. Gedisa, Barcelona, 1990.
15

Dentro de un enfoque constructivista la persona se conceptualiza como un sistema


dinámico, en permanente cambio y abierto a la información en su relación con otros
agentes sociales. En el desarrollo de estas teorías han ejercido una influencia importante
los aportes provenientes de la cibernética, la filosofía del lenguaje, la programación
neurolinguística, el interaccionismo simbólico, la fenomenología social, la psicología
y la sociología.
No es nueva la idea de que lo percibido y lo conocido por nosotros es producto de nuestra
participación en lo observado, pero si lo es que la cultura científica haya descubierto
una nueva manera de exponerlo. Para los constructivistas el conocimiento científico en
particular no debe empeñarse en el descubrimiento de la certeza, la verdad o la realidad
ya que cualquier idea es posible o puede llegar a ser verosímil.
El constructivismo y la teoría de sistemas tienen por presupuesto asumir la naturaleza activa,
dinámica y proactiva del conocimiento. Toda observación de la persona, registrada como
tal, está contextualizada en las perspectivas asumidas por los observadores.
Los observadores producen explicaciones acerca de su conducta. Esto significa que al
evaluar los procesos de conocimiento y sus resultados, se debe colocar la atención en
su utilidad, mas que en la verdad intrínseca conferida a ellos. En el espacio humano y
social, operan múltiples universos de significación, los que incluso siendo contradictorios
pueden coexistir simultáneamente.
De acuerdo a una perspectiva sistémico-constructivista los principales fundamentos
del MID son los siguientes:
• Existen tantas realidades como observadores. El delegado de Libertad Vigilada es un
observador y por tanto un co-constructor del sistema observado por el usuario.
• Tanto el usuario, su familia como el delegado son parte de dos sistemas abiertos
que interactuan produciéndose una relación que configura un nuevo sistema, que
es el sistema usuario-delegado.
• En la relación usuario-delegado se establece una interacción que determina una
organización con funciones determinadas.
• De parte del delegado las funciones deben enmarcarse dentro del marco de la ley N°
18.216 que establece una relación de control, orientación y apoyo sobre el usuario para
el logro de una reinserción social. Por otro lado, de parte del usuario este debe cumplir
con los requerimientos establecidos en este marco jurídico.
• La relación con el usuario esta orientada a establecer una negociación que lleve a
consensuar con él la función final de este nuevo sistema, intentando satisfacer las
expectativas de ambos integrantes del mismo.
• La particular relación que se establece en la medida determina que sea el Delegado
quien deba desarrollar iniciativas conducentes a una negociación con el usuario que
logre satisfacer las necesidades de este, así como de dar cumplimiento a los objetivos
16

de la medida, es decir propiciar en el individuo conductas socialmente constructivas


y alternativas al ámbito delictivo.
• En la relación delegado-usuario ningún subsistema determina la realidad del otro,
y ambos son co-participantes de los resultados de la interacción. Sin embargo, al
delegado le corresponde la responsabilidad de desarrollar una actitud proactiva con el
usuario, puesto que su labor está orientada a un fin mayor, como es el proteger a la
sociedad de la comisión de un nuevo delito.
• La intervención del delegado no debe orientarse a corregir los déficits del usuario,
sino amplificar posibilidades de autogestión, mediante un dialogo, para que este
desarrolle una reflexión critica sobre el delito cometido y sus consecuencias, y a la
vez sea protagonista en la resolución de sus conflictos, en interacción con el contexto
en el cual le toca desenvolverse.
• La complejidad del entorno del usuario es amplia y se requiere intervenir desde la
singularidad de cada persona para co-construir nuevas practicas de las cuales puedan
emerger nuevos significados y realidades particulares divergentes al delito (diseñar
nuevas soluciones a los problemas que los afectan).
Dentro del MID se ha privilegiado una perspectiva multidisciplinaria del delito y del
delincuente, ya que no existen teorías o hipótesis monocausales que expliquen la
delincuencia. También porque no existe un concepto unívoco del delito y el delincuente.
La delincuencia constituye un fenómeno complejo y multidimensional, ya que en la
génesis y manifestación de la criminalidad intervienen una diversidad de factores que se
interrelacionan mutuamente, no existiendo un solo factor o causa directa que explique
la delincuencia, teniendo cada una de las variables asociadas a la comisión del delito una
influencia diferente de acuerdo al contexto en que se manifiesta6.
La realidad social se construye sobre la base de ciertas definiciones y el significado atribuído
a las mismas a través de complejos procesos sociales de interacción. El comportamiento
humano es inseparable de la interacción social y su interpretación no puede prescindir
de una mediación simbólica. El concepto que tiene el individuo de sí mismo, de su
sociedad y de su situación personal, son claves importantes del significado atribuído
a la conducta delictual.
El individuo se convierte en delincuente, no porque haya realizado una conducta
necesariamente negativa o patológica, sino porque en determinadas circunstancias las

6
Para comprender la multidimensionalidad del problema de la delincuencia en el MID se han considerado
distintas teorías e investigaciones desarrolladas por la criminología. Estas teorías han sido clasificadas en
tres tipos de categorías: Biológicas, Psicológicas y Sociales. En cada una de ellas se han examinado
los principales exponentes o corrientes de pensamiento relacionados con la teoría; los supuestos
o hipótesis fundamentales; las fortalezas y debilidades de estas teorías; el ámbito de análisis de la
delincuencia y las orientaciones que han influido en el diseño de la política criminal y los programas
de reinserción social.
17

instituciones lo han etiquetado como tal, asumiendo el mismo sujeto un status criminal,
que las agencias de control distribuyen selectivamente.
El delito carece de sustrato material u ontológico: una conducta no es delictiva “per se”
(cualidad negativa inherente a ella); el carácter delictivo de una conducta depende de ciertos
procesos sociales de definición, que atribuyen a la misma tal carácter, y de selección, que
etiquetan al autor como delincuente.
El delito no es necesariamente una conducta anormal sino una conducta aprendida
en el marco de su participación en grupos o subculturas (observación o imitación del
comportamiento delictivo de otros).
El individuo se puede convertir en delincuente a causa de un exceso de definiciones
favorables a la delincuencia. También lo hace en razón del contacto que establece
con modelos de vida criminales, o del aislamiento que puede tener con relación a
modelos no criminales.
La conducta delictual puede tener también sus fundamentos a partir del funcionamiento
biológico-orgánico del individuo, el mundo anímico o por crisis del individuo, en procesos
psíquicos patológicos, el débil razonamiento moral, o en vivencias subconscientes que
tienen su origen en un pasado del individuo.
La conducta delictual es controlada por una serie de estímulos; dicha conducta se
refuerza cuando el individuo obtiene gratificaciones positivas o evita castigos, o se
debilita mediante estímulos negativos o la perdida de gratificaciones que la comisión
de este conlleva.
Todo individuo es infractor en potencia, la delincuencia puede surgir por el debilitamiento
de los lazos que le unen a la sociedad; cuando el individuo carece del necesario arraigo
o interés social necesario, carece también de los controles sociales disuasivos para
no cometer delito.
La sociedad produce una serie de estímulos y presiones para que los individuos infrinjan la
norma penal, pero dichos impulsos pueden ser contrarrestados por ciertos mecanismos de
contención (externos o internos) al individuo que lo protegen positivamente. La delincuencia
puede producirse cuando fallan estos mecanismos, por debilidad o inexistencia.
La delincuencia puede producirse por falta de normas internalizadas, o de los controles
internos del individuo. La decisión de cometer un delito puede estar influida por las
consecuencias que el autor anticipa, vale decir por las expectativas que se derivan de
su ejecución o no ejecución.
La delincuencia puede ser creada por el control social. Las instancias o agencias
de control social (policía, judicatura) generan o producen el carácter delictivo de un
comportamiento al etiquetarlo.
18

El control social es discriminatorio y selectivo. Los riesgos de ser etiquetados como


delincuentes no dependen tanto de la conducta ejecutada (delito) como de la posición del
individuo en la pirámide social (status). Los procesos de criminalización, además, responden
al estimulo diferencial de la conducta desviada; esto es, se guían por la sintomatología del
conflicto más que por la etiología del mismo (visibilidad).
La reacción social expresada en la pena privativa de libertad es frecuentemente irracional
y criminógena. Exacerba el conflicto social en lugar de resolverlo, potencia y perpetua la
desviación social; consolida al desviado en su estatus criminal y genera los estereotipos y
etiologías que pretende evitar, cerrándose, de este modo, un circulo vicioso.
De acuerdo a estos planteamientos el problema de la delincuencia no puede agotarse en
una concepción jurídica-formal (la transgresión de la pura norma), sino que es necesario
abordarla como un hecho multidimensional considerando sus orígenes y ramificaciones
tanto en los aspectos psicológicos, sociales y culturales, entre otros.
En un mundo complejo y en constante cambio se generan distintas formas de interpretar
la realidad y las múltiples influencias que recibe la persona. De tal manera se desarrollan
distintas visiones o perspectivas de sentido, en que las personas o grupos interpretan y
confieren sentido a sus practicas. Estas visiones pueden asumir formas conformistas o
desviadas respecto de las normas e instituciones dominantes, las que muchas veces son
catalogadas socialmente como conductas delictuales.
Por lo anterior, la delincuencia no constituye un hecho aislado en la vida del individuo, sino
que se relaciona con un marco de creencias que le dan significado a su conducta. Como
muchos otros hechos y comportamientos del individuo, la delincuencia puede conformar
con el tiempo un patrón regular y recurrente de conducta del individuo, que le permite
operar de cierta manera para equilibrarse.
En la medida que la delincuencia constituye una desviación de las normas sociales
imperantes también representa una conducta sintomática del individuo. Este síntoma
revela una dificultad para adaptarse y resolver conflictos en las diferentes relaciones que
establece con los sistemas en que participa (familia, pares, trabajo, sí mismo). Si
el delito es un síntoma, este puede resultar funcional a las creencias del individuo
o, variar de acuerdo con las circunstancias, el tiempo y el lugar en que acontece,
a su vez puede cumplir diferentes funciones en distintos momentos y para distintos
conjuntos de relaciones.
El comportamiento delictual puede ser precipitado por ciertas características personales,
determinadas relaciones sociales, un hecho o evento externo (cambio en uno de los
sistemas en que participa –familia, trabajo y amigos–, sucesos o crisis significativas,
cambio en el ciclo vital, etc.), o bien cumplir la función de mantener ciertos patrones
regulares de comportamiento.
De acuerdo a lo anterior el proceso de intervención desarrollada a través del MID
consiste en lo siguiente:
19

• Identificar el patrón habitual de resolución de conflictos del individuo con su marco


cognitivo de creencias que originan y dan sentido al comportamiento delictual,
encontrando el modo de cambiarlo (resignificarlo), es decir, a partir de la propia
experiencia y recursos del individuo validar otras interpretaciones sobre la realidad, que
no involucren la comisión de delitos.
• Actuando de esta manera se conecta el delito (conducta sintomática) con las causas que
lo originan (patrón negativo de resolución de conflictos), cambiando la creencia común
de que el delito es un hecho externo y fortuito al propio individuo.
Este proceso de intervención es posible de realizar ya que las personas son sistemas
abiertos y reflexivos, susceptibles de modificar sus representaciones sobre el mundo, al
incorporar nuevas experiencias y significados que pueden ser intencionadas a partir de
la relación con otros sistemas (en este caso el Delegado de Libertad Vigilada) (principios
sistémicos del acoplamiento y la determinación estructural).
En el MID se plantean los siguientes objetivos de intervención con el usuario:
a. Desarrollar con el usuario una reflexión crítica acerca del delito, identificando las causas,
mecanismos y consecuencias que para el y su entorno inmediato (familia, pares, etc.),
ha significado, tanto en su vida individual, familiar y social.
b. Identificar los patrones cognitivos y conductuales habituales de resolución de conflictos
que refuerzan y autoperpetuan ciertas conductas-problemas, intentando bloquearlas o
revertirlas mediante la entrega de soluciones alternativas para el enfrentamiento de los
problemas (“cambios en los patrones normales de soluciones desarrolladas por el usuario
que sustentan una inadecuada forma de resolver los conflictos”).
c. Procurar algunos cambios conductuales en el usuario, mediante contratos o acuerdos
que promuevan las potencialidades y autogestión en su conducta, en que se especifiquen
un conjunto de metas a alcanzar durante su permanencia en la medida, y que
contribuyan a romper las pautas cognitivo-conductuales habituales que mantienen y
perpetúan los problemas detectados en cuestión.
Por otra parte, para el logro de un cambio en el usuario se estipula la existencia de los
siguientes requisitos y condiciones en la relación con el delegado:
• Conocimiento cabal de la realidad del usuario tanto en sus aspectos familiares
y sociales.
• Capacidad del delegado para respetar y escuchar los mensajes del usuario.
• No generar sentimientos de culpa.
• Respetar el lenguaje, las motivaciones y creencias del usuario.
• Identificar los problemas con significado para el usuario.
• Conocimiento del marco de creencias y patrones de conductas habituales con relación
a la resolución de los conflictos existentes.
• Detectar las conductas sintomáticas y vincularlos a las conductas que las originan.
20

• Espejar los vínculos entre el síntoma y los problemas del usuario.


• Detectar habilidades y destrezas que favorezcan un cambio en el usuario.
• Detectar resistencias por parte del usuario.
• Buscar soluciones alternativas con el usuario al problema presentado (reenmarcados).
• Capacidad de negociar y establecer acuerdos con el usuario.
• Capacidad de establecer metas mínimas y consecutivas.
• Motivación y refuerzo positivo frente al cumplimiento.
• Capacidad de establecer limites y controles a la conducta.
• Disposición a resolver las necesidades y contingencias que se presentan.
• Conocimiento de las redes de atención social en la comunidad.
• Derivación oportuna a los organismos de asistencia social.
• Sensibilización y coordinación con diferentes organismos de las redes de apoyo.
• Reforzamiento permanente de las conductas de autogestión y control de los
compromisos del usuario.

IV. DESCRIPCIÓN OPERATIVA DEL MID


Como se ha señalado el propósito fundamental del MID es unificar metodologías de
intervención con los usuarios de la LVA que favorezcan un proceso de reinserción social
durante la permanencia del sujeto en la medida, interviniendo en forma diferenciada de
acuerdo a las características sociopsicológicas y criminológicas que presentan los usuarios
al momento de ser intervenidos por el Delegado.
En los cuadros N° 1, 2 y 3, se pueden observar los principales aspectos de este Modelo.
En el cuadro N° 2 se hace una descripción del proceso de cambio terapéutico propiciado
con los usuarios de la medida, de acuerdo a los principios teóricos del MID (enfoque terapia
estratégica y constructivismo-sistémico). En el cuadro N° 3 se realiza una descripción
de las etapas y procesos de intervención contemplados en la aplicación de este
modelo de intervención. Por último, en el cuadro N° 1 se presenta el esquema
metodológico utilizado en el MID para la aplicación de estrategias de intervención
diferenciadas por delito.

IV.1. Descripción de las etapas


Como se aprecia en el cuadro N° 2 el MID considera el tránsito desde el momento en
que el usuario ingresa a la medida hasta el momento en que egresa por varias etapas
y niveles de intervención:
21

1. Ingreso:
Contempla la entrevista inicial del delegado, encuadre general de la relación con el usuario
y conocimiento de las características de la medida (deberes y derechos) de acuerdo a las
normas técnicas vigentes en la medida.

2. Diagnóstico:
Contempla la aplicación del nuevo instrumento de diagnostico, visitas domiciliarias,
entrevistas, elementos del informe presentencial, análisis de los factores predisponentes al
delito, elaboracion de un programa de intervención.
El objetivo es conocer las características de entrada del usuario al sistema tanto en el
plano psicológico, criminológico y social para determinar los aspectos que son necesarios
de intervenir al usuario y determinar que tipo de intervención es la que se debe realizar
(individual o grupal). Esta etapa arroja como resultado la elaboración de un programa
de trabajo inicial con el usuario.

3. Intervención apresto:
Contempla la incorporación de los usuarios a módulos de intervención para la formación
de habilidades básicas que permitan iniciar un proceso de reinserción social y adaptarse a
los requerimientos de la medida. Estos módulos se imparten por los Delegados en forma
individual o grupal, dependiendo de las características y posibilidades de asistencia del
usuario para, posteriormente, en forma paralela y de acuerdo a la gravedad de la situación,
realizar la intervención terapéutica individual en aquellos aspectos detectados en el
diagnóstico, sean estos de tipo asistencial, criminológico o psicológico.

4. Intervención diferenciada:
Contempla la incorporación de los usuarios a módulos individuales o grupales en tres
áreas de intervención (Juicio Moral, Desarrollo de Vínculos y Resolución de Conflictos),
dependiendo de las necesidades de intervención detectadas en el diagnóstico. En estos
módulos participan aquellos usuarios que presentan rasgos deficitarios en estas áreas,
independientes del tipo de delito, así como para posteriormente realizar una intervención
de acuerdo al tipo de delito.

5. Evaluación, reforzamiento y egreso:


Una vez egresados de los módulos se contempla que el delegado continúe reforzando el
aprendizaje obtenido por el usuario con el objetivo de estabilizar los cambios producidos,
mediante el establecimiento de tareas, acuerdos y compromisos terapéuticos, apoyo
asistencial y reforzamiento tanto de los logros obtenidos como de todas aquellas
características que fortalezcan la autogestión del usuario, como su crecimiento personal y
familiar durante la permanencia en la medida y posterior a esta.
22

La intervención de esta población, pasa por lo tanto por una primera etapa (nivel de
apresto), incorporándose a módulos de intervención (individual o grupal) que el Instrumento
de Diagnóstico detecta como necesidad de intervención. Una vez finalizada esta etapa, los
usuarios se incorporan a un nivel de intervención diferenciada de acuerdo a características
que los predisponen a la comisión de un delito, sean estas dificultades en la Resolución de
Conflictos, el Desarrollo de vínculos o déficit en el desarrollo del Juicio Moral.
En forma paralela el Delegado interviene otros aspectos detectados por el Instrumento de
Diagnóstico y que no se trabajan en los Módulos tanto de Apresto como de Intervención
Diferenciada: Los aspectos considerados en las distintas áreas de intervención son
las siguientes:
• Área Social: familia, vivienda, trabajo, tiempo libre mediante la derivación a programas
de apoyo comunitario o institucionales
• Área Criminológica: antecedentes como menor, escolares, familiares, factores
predisponentes, estigmatización social, autoestigmatización, asociación con pares
criminógenos.
• Área Psicológica: características de personalidad tanto positivas como negativas que
requieren refuerzo o tratamiento terapéutico.

IV.2. Descripción por niveles


Como se ha señalado en el MID se pueden distinguir dos niveles de intervención (Nivel de
Apresto y Nivel de Intervención Diferenciado) cuyos objetivos son los siguientes:

Nivel de Apresto
Apoyar a los usuarios en el aprendizaje de habilidades y conocimientos que le permitan
estar en condiciones de enfrentar un tratamiento especializado y en este ámbito obtener
logros positivos para su reinserción. Las áreas de intervención (Módulos) consideradas
en este nivel son:
• Motivación y Persistencia:
Mejorar la capacidad del individuo para proyectarse a futuro y planificar en concordancia
con su realidad manteniendo una determinada conducta en el tiempo.
– Que el usuario identifique aquellos aspectos que le interesa realizar en su vida.
– Desarrollar la capacidad del usuario de discriminar entre proyectos que efectivamente
pueda concretar y los que se encuentran fuera del alcance de sus posibilidades.
– Facilitar la identificación de aquellos elementos necesarios de poner en práctica
para el logro de su(s) proyecto(s).
23

• Receptividad a la Autoridad:
Ampliar la cognición del usuario en relación con los diferentes ámbitos de poder,
tanto individual como social a fin de distinguir y adecuar su comportamiento a
las distintas situaciones.
– Propiciar la comprensión en el usuario de la normativa de la ley 18.216 como un
elemento facilitador de su reinserción social.
– Facilitar en el usuario la identificación de reacciones ante situaciones cotidianas en
el ámbito familiar, laboral y grupos de referencia.
– Desarrollar en el usuario, la capacidad de discernir su comportamiento en los niveles
de poder de los distintos ámbitos de funcionamiento.
• Comunicación:
Potenciar las habilidades comunicacionales del usuario a fin de transmitir los contenidos
racionales y emocionales de su subjetividad en el transcurso de la interacción social que
establece con otras personas y grupos significativos.
– Que el usuario logre identificar los diversos tipos de comunicación y los elementos
básicos que la componen.
– Que el usuario identifique aspectos actitudinales que facilitan la comunicación.
– Que aprenda a reconocer y expresar sus sentimientos en diversas situaciones.
• Autopercepción:
Mejorar la imagen que de sí mismo proyecta el individuo como resultado de la
interacción que establece con el medio.

Nivel Intervención Diferenciada


• Resolución de Conflictos:
Estimular el usuario la capacidad para resolver diversas situaciones que vivencia como
problema, identificando y potenciando estrategias para la solución de los mismos,
de acuerdo a sus intereses y expectativas, que le permitan un aprendizaje positivo
en su desempeño social e individual.
• Juicio Moral:
Estimular en el usuario la capacidad de juicio critico de su conducta y sus consecuencias
frente a sí mismo y los demás de manera de fortalecer relaciones sociales positivas en
su entorno, todo lo anterior de acuerdo a las características del desarrollo cognitivo,
madurez emocional y características de la socialización del usuario.
24

• Desarrollo de vínculos:
Fortalecer en el usuario la capacidad para establecer relaciones positivas y estables
con otras personas que le permitan sentirse aceptado, apoyado y comprometido
afectivamente.

V. ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN DIFERENCIADA


A continuación se presenta el esquema metodológico utilizado en el MID para la
implementación de las diferentes estrategias de intervención diferenciadas por delito.
Como se puede observar en el cuadro N° 3, la metodología empleada ha considerado
primeramente el establecimiento de un perfil de los usuarios de la Libertad Vigilada
de acuerdo a las características sociales, psicológicas y criminológicas más recurrentes
de los usuarios por tipo delitos. Luego se han aislado los factores predisponentes y
desencadentantes de mayor frecuencia relacionados con la comisión de los diferentes
delitos. También se han establecido las principales características psicológicas de entrada
de los usuarios, áreas, acciones y niveles de intervención a desarrollar por el delegado de
acuerdo a las características diferenciadas de los usuarios por delito.
En el análisis de las características de entrada de los usuarios se han considerado
cinco variables psicológicas que han sido utilizadas para iniciar una intervención básica
(apresto) y clasificar a los usuarios que ingresan a la medida por delito de acuerdo a
su nivel de intensidad: Alto, Medio y Bajo (Nivel motivacional: Reconocimiento del
delito; Autopercepción; Receptividad a la Autoridad; Habilidades Comunicacionales;
Persistencia de la conducta).
Las áreas de intervención consideradas en el MID para cada delito consideran un abordaje
desde el ámbito de las necesidades de asistencia social, familia, resolución de problemas
relacionados con la estigmatización, asociación a pares criminógenos y la protección frente
a los factores predisponentes del delito (sociales, ambientales e individuales). También
desde lo psicológico se considera la intervención en aspectos relacionados con la resolución
de conflictos, el juicio moral y el desarrollo de vínculos.
Tanto el conocimiento de los perfiles como de las características de entrada permiten
el diseño de objetivos y acciones específicos de intervención en las diferentes áreas
antes señaladas.
Por último, en la descripción de los delitos se han incorporado algunos aspectos
jurídicos relacionados con el delito que han servido para el diseño de las estrategias
de intervención. La descripción del esquema utilizado y las variables consideradas en
el modelo son las siguientes:
25

Cuadro N° 1
Esquema Metodológico Estrategias Diferenciadas Medida Libertad Vigilada del Adulto

Tipo Características
de delitos Perfil de de entrada a la Estrategias intervención
Dinámica por delito
(Descripción: los usuarios medida por
delictiva
Elementos por delito delito (Alto,
Jurídicos) Medio, Bajo) Área Interv. Niver Interv.

I. Contra las Aspectos Sociales Factores Nivel motivacional Relaciones Individual


personas Predisponentes (Reconocimiento Familiares
(Homicidio, delito) Familiar
Parricidio, Aspectos Factores Asistencia
Infanticidio, Psicológicos Desencadenante Social. Grupal
Lesiones). Autopercepción (Trabajo, salud,
vivienda, tiempo Comunitario
II. Contra la Aspectos Receptividad a la libre, participación
Propiedad criminológicos Autoridad social)
(Robo simple,
Robo con Habilidades Área
Sorpresa, Robo Comunicacionales Criminológica.
con fuerza, Robo (Estigmatización
con Violencia, Persistencia de la social, auto-
Hurto simple, conducta. estigmatizacion,
calificado, asociación a pares,
Apropiación factores
Indebida) predisponentes al
delito: sociales,
III. Leyes ambientales,
Especiales individuales).
(Traficante drogas
mayor y menor Área
escala). Psicológica.
(Desarrollo
IV. Delitos Vínculos,Juicio
Económicos Moral, Resolución
(Estafa, Giro de Conflictos,
Doloso de Autopercepción
Cheques) Habilidades
Comunicacionales
V. Contra la familia Persistencia de la
y la Moralidad conducta).
(Abusos
Deshonestos,
Violación)
26

Cuadro N° 2
Proceso de Intervención Terapéutico con el Usuario

Factores condicionales
Características individuales sociales y culturales del individuo. Permanencia involuntaria en la medida.
Existencia de patrones conductuales disfuncionales de resolución de conflictos
en la interacción con distintos sistemas.
Existencia de ciertos marcos cognitivos que orientan las conductas. Expectativa
del usuario.

Relación
Conducta sintomática
de control
que revela un funcionamiento Sistema Negociación
Comisión Ingreso dentro
Delito defectuoso en la capacidad delegado de expectativas,
del delito. a la medida. del marco
del individuo para resolver usuario. delegado/usuario.
de la ley
conflictos.
18.216

Expectativa
Factores precipitantes del delegado.
Cambios en las relaciones que establece con los sistemas en que participan
la familia, comunidad, etc.
Sucesos o eventos externos inprevistos. Cumplimiento de las condiciones impuestas
Cambios en el ciclo vital del individuo. en la ley favorecen la reinserción social.
Otros.

• Dinámica delictiva Identificación de los patrones cognitivos


• Reconocimiento del delito conductuales habitualmente utilizados
• Receptividad a la autoridad para resolver conflictos.
• Habilidades comunicativas
• Juicio Moral Intervención Espejamiento. Conexión con el delito.
• Desarrollo de vínculos terapéutica
• Motivación y persistencia
Conocimiento de las Bloqueamiento. Cuestionamiento del marco
• Resolución de conflictos
caracerísticas de entrada cognitivo del sujeto que confiere significado
• Características familiares y socioeconómicas. al modo habitual de resolver conflictos.

• Capacidad de respetar y escuchar mensajes. Reemmarcado. Diseño de soluciones


Desarrollo de iniciativa alternativas con el sujeto frente al modo
del delegado para iniciar • Respetar mensajes, creencias y motivaciones. habitual de resolución de conflictos.
la intervención • No generar sentimientos de culpa.
• Identificar problemas con significado para el usuario.
• Disposición a resolver necesidades y contingencias del usuario. Reforzamiento. Negociación de contratos
terapéuticos (metas mínimas en relación
• Establecimiento de límites y controles a la conducta. a los problemas a resolver).
Desarrollo de relación • Detectar habilidades y destrezas del usuario para el cambio. Motivación y refuerzo frente al cambio.
con el usuario
• Reforzamiento continuo positivo. Derivación a organismos de apoyo
• Identificación de resistencias. para la asistencia del individuo y la familia.

Supuestos que fundamentan el cambio terapéutico:


• La persona no es un sistema aislado, sino un miembro activo y reactivo al entorno, abierto a la información y a las experiencias del mundo.
• Los seres humanos conforman sistemas estructuralmente determinados, pero en permanente cambio (principios de la determinación y acoplamiento
estructural).
• Los seres humanos no operan como máquinas triviales (modifican su comportamiento con la experiencia al incorporar reflexivamente nuevas
experiencias y conocimientos que pueden ser intencionados por un agente (terapeuta).
• El conocimiento del individuo no es absoluto (verdades objetivas y externas) si no se constituye a partir de experiencias y significados que cada persona
le atribuye (el observador construye lo observado).
• Los seres humanos crean y dan significado al mundo por el lenguaje.
• Mediante la comunicación se pueden incorporar nuevos significados y conocimientos a las experiencias vivenciadas por el sujeto.
27

Cuadro N° 3
Etapas del Modelo de Intervención Diferenciada

Intervención
en módulos
individuales
o grupales.

Autopercepción

Elaboración Intevención Comunicación Nivel


Ingreso del programa del delegado Nivel
Diagnóstico. diferenciado
a la medida. individual de (programa de de apresto.
Receptividad por delito.
intervención. intervención).

Motivación
y persistencia
Conocimiento de las características
de entrada del individuo mediante
la aplicación del nuevo instrumento
de diagnóstico.

Resolución de conflictos. Reforzamiento y profundización Cumplimiento de programa


Área de la intervención en módulos de trabajo.
Psicológica (Permanencia satisfactoria
Desarrollo de vínculos.
en la medida).
Juicio moral. Resolución de situaciones
críticas.

Resolución de problemas relacionados con: Evaluación


Área
Estigmatización, autoestigmatización, Asociación a pares, permenente Egreso de la medida.
Criminológica
factores predisponentes (sociales e individuales). del delegado.

Apoyo para la solución de problemas:


Área
Habitacionales, laborales, familiares de salud
Social No cumplimiento programa
y tiempo libre (participación social).
de trabajo.
(Cumplimiento insatisfactorio
revocación).
28

VI. CONSIDERACIONES FINALES


En las páginas anteriores hemos pretendido aportar al desarrollo de nuevas metodologias
de intervencion para las personas penalizadas. Un desafío para el actual organismo de
administración penitenciaria es abordar las crecientes complejidades que ha demandado
la labor de reinsertar socialmente a las personas que han delinquido, ofreciendo
oportunidades reales y efectivas de integración a la sociedad, que a su vez den garantías
de seguridad a la ciudadanía.
Durante los últimos años la sociedad chilena ha constatado con creciente preocupación
el problema de la delincuencia, la que ha concitado el interés de la opinión publica,
especialmente por las implicaciones negativas que ha tenido en la percepción de
inseguridad y el temor de las personas.
Particularmente en las medidas alternativas a la reclusión, se ha constatado la existencia
de una creciente diferenciación social y criminologíca de las personas condenadas en este
tipo de penas, lo que se ha traducido en la necesidad de elaborar nuevos instrumentos
de intervención, acordes con los requerimientos y características que presentan las
personas sancionadas.
El modelo de Intervención Diferenciada constituye una iniciativa inédita en el ámbito de la
aplicación de estas medidas. Su aplicación requerirá de constantes perfeccionamientos y
readecuaciones, por ser esta una experiencia reciente, sin embargo, estamos confiados en
que ha logrado contribuir positivamente al desarrollo y fortalecimiento de los programas
técnicos de reinserción social que actualmente se realizan en Gendarmería de Chile.

Bibliografía
Ministerio de Justicia, División de Defensa Social: Ley N° 18.216: “Normas Técnicas para la
aplicación de la Libertad Vigilada de Adultos”, Santiago, Mayo, 1984.
Gendarmería de Chile: Unidad de Investigaciones Criminológicas (UNICRIM): “Estudio sobre tasas
de reincidencia egresados de unidades penales”, Informe Final, Santiago, Junio, 1999.
Marcelo Didier: “Evaluación y Formulación de Programas Sociales”, Documento de Trabajo,
Pontificia Universidad Católica de Chile, 1986.
Antonio García Pablos de Molina: “Manual de Criminología: Introducción y Teorías de la
criminalidad”. Madrid, Edit. Espasa-Calpe, 1992.
Marcelo Arnold: “Problemas Epistemológicos: Constructivismo Sistémico y la Sociología
Contemporánea”, Universidad la República, Escuela Sociología, Sociología Virtual
N° 1, Junio, 1999.
29

Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios


N° 3 - Noviembre 2001 - Santiago de Chile
29 - 55

Las Penas Comunitarias y el Problema


del Crimen

Joanna Heskia Tornquist


Abogado

Resumen
En este artículo se pretende hacer un análisis comprensivo de las denominadas Penas
Comunitarias, comenzando con una breve reseña histórica de su desarrollo e incluyendo el tema
de su efectividad y la distinta aplicación que se hace de ellas a través del mundo. Finalmente, se
intenta profundizar en el tema de la prevención criminal. La idea desarrollada en este artículo
es que, no obstante, lo bien pensada e implementada que esté una medida sancionadora,
ésta va a tener muy pocas posibilidades de ser exitosa si la comunidad donde se aplica
no es capaz de examinarse y entender los problemas que subyacen en sus estructuras y
políticas sociales.

1. PLANTEAMIENTO DEL TEMA


Las penas comunitarias comprenden aquellas sanciones que se aplican a los infractores que,
no obstante haber sido encontrados culpables, son devueltos a la comunidad.
Antes de profundizar en el tema, es importante hacer algunas consideraciones
terminológicas, ya que desde su creación ha existido una polémica en relación a la
forma correcta de denominarlas. Este debate no debiera desecharse como algo sin
importancia, pues la denominación de “penas no-custodiales” o “penas alternativas” lleva
a interpretaciones erróneas, implicando de alguna manera que estas sanciones son de una
categoría menor, o que están necesariamente vinculadas a la pena de reclusión.
Este es un problema significativo, ya que la mayor dificultad que ha experimentado
la aplicación de estas penas es la constante comparación con las penas custodiales.
Como señala Pointing (1986), la prisión posee una dimensión emocional y moral de gran
envergadura, y constituye el corazón simbólico del sistema procesal penal. En consecuencia,
estas sanciones no pueden competir en el plano emocional o moral con la pena de presidio,
y tienden a ser consideradas como opciones penales “blandas”.
30

Por estas razones usaremos el término “Penas Comunitarias”, ya que esta denominación
permite diferenciarlas de la pena de reclusión y porque establece claramente que son penas
que no solamente deben ser cumplidas en la comunidad, sino que, también deben contar
con el apoyo de la comunidad para su implementación, desarrollo y éxito.
Para ser aceptadas y validadas, estas penas deben demostrar su valor como entidades
independientes, puesto que es extremadamente difícil que la opinión pública, e incluso los
miembros del sistema procesal penal, las consideren con el mismo valor punitivo que el
presidio. Como señala el mismo Pointing:
“Parte del problema para establecer penas alternativas a la prisión consiste en que
requieren de argumentos racionales ya que no pueden apoyarse en el discurso moral y
emocional que sustenta a la prisión” (Pointing, 1986, pg. 3).

A. Penas comunitarias y sociedad


El desarrollo de las penas comunitarias ha sido atribuído a un número de factores
que, aunque diferentes, están intrínsicamente vinculados. Estos factores incluyen el
creciente aumento de los niveles de criminalidad, el hacinamiento de las prisiones,
actitudes cambiantes respecto al concepto de castigo, y los continuos esfuerzos de
humanizar la justicia criminal.
Como se verá más adelante, el desarrollo y aplicación de estas penas no ha estado exento
de dificultades, especialmente durante aquellos momentos en que el clima político apunta
hacia el uso de medidas cada vez más punitivas. Si es que las Penas Comunitarias han de
ser consideradas como una real opción frente a la pena de presidio, es crucial entender
sus fortalezas y debilidades. Esto sólo es posible a través de la investigación empírica
seria acerca de qué penas son exitosas para reducir el comportamiento criminal,
no sólo en sí mismas, sino que, en relación a qué tipo de infractores y bajo qué
circunstancias (Mair, 1997).
Porque como lo señala Petersilia: “...si es que una comunidad no reconoce o acepta la
premisa de que un cambio en el sistema penal es necesario, sustentable, y no contradice
sus sentimientos acerca de lo que es un castigo justo, un proyecto innovativo tiene muy
pocas posibilidades de sobrevivir, y mucho menos, de ser exitoso” (Petersilia,1990,
pg.144).

2. BREVE RESEÑA HISTÓRICA


Las Penas Comunitarias fueron inicialmente desarrolladas en el Reino Unido y en los
Estados Unidos en la primera mitad del siglo XIX (Worrall, 1997). Antes de este tiempo,
las únicas sanciones no-custodiales eran la Pena de Muerte, los castigos físicos y las multas
(Adler et al., 1991). Hacia el año 1836 en Massachusetts, Estados Unidos, era posible salir
en libertad bajo palabra, con al menos una persona atestiguando del buen comportamiento
31

del infractor, en casos de ofensas menores. Esto significaba que el infractor podía salir a
la comunidad dando adecuada garantía de su buen comportamiento. En Inglaterra, este
mismo procedimiento fue aceptado desde 1861 para delitos menores, y en el año 1879
para algunos tipos de crímenes (Worrall, 1997).
La Libertad Vigilada se originó alrededor de 1820 en Inglaterra y hacia 1840 en
Massachusetts. En sus comienzos, la supervision era realizada por la propia familia
del infactor y por la policía. Al poco tiempo esta tarea fue asumida por voluntarios de
organizaciones de caridad (Bondeson, 1994). En el año 1878 fue contratado en Boston,
el primer oficial de Libertad Vigilada profesional, coincidiendo con la promulgación de
la primera ley de Libertad Vigilada. No obstante la existencia de esta ley, los oficiales de
Libertad Vigilada aún no tenían ninguna capacitación especial para este trabajo.
Ya hacia los inicios del siglo XX, ciertos pensadores sociales comienzan a percibir el crimen
como una enfermedad social, para la cual debía existir una cura a través de prácticas
específicas de normalización, clasificación, categorización y discriminación entre los
distintos tipos criminales. Se comenzó entonces a desarrollar toda un esfera punitiva
enfocada al control social que focaliza la atención en el bienestar material, social y
psicológico del infractor (Worrall, 1997).
Durante la Primera Guerra Mundial fueron introducidos los Estudios de Casos, y en
1917 fue publicado el famoso libro de Mary Richmond, “Diagnóstico Social”. Esta obra
tuvo notable influencia en el entrenamiento de los nuevos oficiales de Libertad Vigilada.
Se enfatizaba la importancia de la investigación en profundidad del entorno social y la
personalidad del infractor, con el fin de que el tratamiento fuera eficaz y se realizara en el
ambiente social natural del infractor (Bondeson, 1994).
Luego del término de la Primera Guerra Mundial, el enfásis fue puesto en la Psiquiatría,
y las teorías sicoanalíticas cobraron mucha importancia. El interés fue entonces puesto
en la individualidad del infractor y en sus dinámicas emocionales. Esta nueva manera de
entender el crimen y el comportamiento criminal permitió el desarrollo de una serie de
nuevas sanciones que podían ser aplicadas en la comunidad. En el Reino Unido en el
año 1948, se creó la Pena de Remisión Condicional y se permitió a las Cortes el
hacer obligatoria la asistencia a Centros de Atención al Infractor. En el año 1969 se
introdujo la figura de la Advertencia Policial, y en el año 1972 se creó la pena del
Servicio Comunitario. Finalmente, en 1988, la Compensación fue establecida como
pena independiente.
La década de los 60 fue la era del Modelo del Tratamiento, el cual defendía la idea de que
a través del tratamiento del infractor se podía lograr un cambio importante y así prevenir
su reincidencia. Fueron tiempos de gran optimismo, donde se creía firmemente en que
el crimen podía ser derrotado a través de trabajadores sociales y de salud dedicados y
comprometidos. Las sanciones penales eran vistas no sólo como medios punitivos, sino
que, como un medio para lograr la rehabilitación del individuo a través del tratamiento
y el cuidado adecuados.
32

Sin embargo, hacia comienzos de la década de los setenta, una serie de estudios
realizados concluyeron que este proceso de rehabilitación no estaba ocurriendo
(Martinson, 1974).
Así, el concepto de tratamiento comenzó a ser severamente criticado, tanto desde un
punto de vista moral como empírico, ya que que se estimaba que no había suficiente
fundamento científico para su aplicación, y debido a la naturaleza intrusiva de las terapias
utilizadas (Kittrie, 1971). Como resultado, el énfasis volvió a ser puesto en el concepto de
castigo, el cual debía ser apropiado a la falta cometida y servir como medio de prevenir
la comisión de nuevos delitos.
El foco volvió a cambiar durante la década de los ochenta ya que ciertos investigadores se
comenzaron a preocupar por la salud física y mental de los ofensores, y postulaban que
si bien los criminales debían ser castigados, debía evitarse la encarcelación innecesaria.
Esta vertiente contó con la ventaja de permitir cierta economía de fondos, objetivo que
nunca es mal recibido, incluso por aquellas comunidades o políticos que no tienen mayores
afinidades con los conceptos humanitarios (Raynor, 1997).
También durante esta década fueron introducidas las llamadas “sanciones intermedias”,
las cuales comprenden a la Libertad Vigilada Intensiva, el Arresto Domiciliario y los
Campamentos Militares o “Boot Camps”. Estas son sanciones que si bien son cumplidas
en la comunidad, contienen un fuerte elemento de control y supervisión y fueron creadas
como forma de llenar un vacío entre lo que era considerado un castigo demasiado leve,
como la libertad vigilada normal, y las penas extremas, como la reclusión. De esta
forma se intentó responder a las inquietudes que tenían los jueces, miembros del sistema
penal y la comunidad en general, quienes necesitaban contar con lo que consideraban
un castigo real, sin que necesariamente esto consistiera en la vuelta al sistema de las
ya hacinadas cárceles.
La era del pesimismo ha comenzado a ser criticada y desafiada por un número de estudios
e investigaciones que han concluído que es posible obtener buenos resultados, en términos
de bajar las tasas de reincidencia, cuando las penas comunitarias son implementadas
correctamente (Gendreau y Ross, 1987; Cullen y Gendreau, 1989). Estos estudios señalan
que aquellos programas destinados a influenciar actitudes y comportamientos han probado
tener bastante éxito, y ofrecen una posibilidad real para ayudar a reducir la actividad
criminal de ciertos individuos. Como lo señala Raynor, “...bien pudiera ser que los
años noventa constituyan la era del nuevo rehabilitacionismo, la cual aún está inserta
en el paradigma del no-tratamiento, pero sí buscando un impacto más efectivo en el
comportamiento del delincuente” (Raynor, 1997, pg.22).
Sin embargo, muchos autores sostienen que realmente no es posible lograr grandes
cambios en la personalidad o en las circunstacias sociales del ofensor. Incluso dudan de que
ésto sea realmente una buena idea, ya que este objetivo es considerado como altamente
intrusivo y atentatorio contra la individualidad del infractor. “En vez, el foco es mucho más
33

determinado y menos ambicioso. Lo que se intenta modificar son piezas particulares de


comportamiento inaceptable, nada más, ni nada menos” (Worral, 1997, p.101).
En el presente, el énfasis ya no está puesto en los enfoques psicoterapeúticos. La gran
mayoría de los tratamientos están actualmente fundados en el behaviorismo cognitivo
(Hollin, 1992). Esta vertiente, aunque está basada en el condicionamiento operativo,
reconoce que las respuestas humanas son reflexivas, y van a estar cimentadas en las
creencias que el individuo tiene de la realidad. La modificación del comportamiento
se basa en la idea de que el comportamiento se aprende a través de un proceso de
estímulos y respuestas, y que es posible intervenir de alguna manera en este proceso
(Worrall, 1997).
A este nuevo enfoque terapeútico se le ha unido la llamada vertiente gerencial. Este es un
concepto clave en los nuevos enfoques sobre la pena, y su premisa principal es la necesidad
de actuar con eficacia. A los políticos, actores sociales y los mismos investigadores ya no
les interesan sólo nuevos proyectos o ideas, sino que, exigen resultados y números que den
evidencia de que se están logrando los objetivos propuestos. Es así como la criminología
convencional sufrió un importante cambio de foco; de los orígenes del crimen, éste se
trasladó hacia una preocupación sobre la administración y la efectividad del aparato de
justicia y control (Mc. Laughlin & Muncie, 1996).
Así, actualmente el énfasis está en lograr resultados convincentes y sólidos a través de
los medios más económicos posibles.

3. PENAS COMUNITARIAS, CONCEPTOS Y APLICACIÓN


Las penas comunitarias se pueden clasificar básicamente en tres grupos; las penas
auto-regulatorias, las penas pecuniarias y de restitución y las penas comunitarias
de supervisión.

A. Penas auto-regulatorias
Son aquellas en que la intervención del sistema jurídico-penal se reduce al mínimo.
Generalmente se aplican para ofensas menores o en primerizos, con el objeto de evitar
cualquier institucionalización innecesaria. Las penas auto-regulatorias más comunes
son las siguientes:
i. Amonestación
No es considerada legalmente una pena ya que no es aplicada por el poder judicial,
sino que, por la policía o inspectores municipales. Se utiliza en infracciones muy
menores y una vez que el infractor ha admitido su culpa se le advierte acerca de su
comportamiento, y de que en una próxima oportunidad puede ser citado ante el
tribunal. En algunos casos la advertencia conlleva algún tipo de reparación menor.
34

ii. Dispensa Absoluta de la Pena


Consiste en la facultad de la Corte para detener el procedimiento judicial y otorgar
la libertad al infractor. Generalmente se utiliza cuando la ofensa es muy menor o
debido a la edad o salud del infractor. Significa que, no obstante haberse probado
la comisión de la ofensa y la culpabilidad del infractor, éste es liberado luego de
una advertencia judicial.
iii. Dispensa Condicional de la Pena
Consiste en la facultad que tiene un juez que ha condenado a un individuo por algún
delito, de no aplicar una pena en el caso determinado bajo la condición de que
no vuelva a delinquir dentro de un tiempo determinado. En estas circunstancias,
el infractor no es prontuariado.
iv. Pena Remitida
La pena remitida consiste en sentenciar a un individuo a una pena determinada,
suspendiendo su ejecución bajo determinadas condiciones. Generalmente, la de no
cometer nuevos delitos en un plazo determinado. Si el individuo comete un nuevo delito,
deberá cumplir la pena original y la pena impuesta por el nuevo delito.
v. Pena Diferida
En este caso, el juez condena a un individuo pero no le otorga una pena en
forma inmediata, sino que, espera el transcurso de un plazo en el cual observa
su comportamiento con el objeto de determinar cual es la pena más adecuada a
sus circunstancias.

B. Penas pecuniarias y de restitución


El objetivo de las penas, especialmente el de las penas comunitarias, ha cambiado
significativamente en las últimas décadas. Ha habido un cambio desde los objetivos de
rehabilitación hacia los de restitución, dándole cada vez mayor énfasis a las víctimas y sus
derechos. En casi todas las legislaciones del mundo es posible encontrar algún tipo
de programa restitutivo, ya sea a través del pago de compensaciones, la necesidad
de devolver los objetos sustraídos o a través de programas de trabajo para reparar la
propiedad dañada. En este último caso, el programa usualmente toma la forma de
horas de trabajo comunitario.
Las penas de restitución usualmente forman parte de una pena compleja, pero es cada vez
más frecuente encontrarlas como pena única e independiente. En algunos países, como
Canadá, el sistema de restitución es tan inherente al sistema penal, que en el caso que la
víctima no sea compensada por el infractor, el Estado asume los costos de la restitución.
En Estados Unidos y en algunos países europeos, existen los Centros de Restitución,
los cuales operan como prisiones abiertas, en las cuales los condenados trabajan con el
objetivo de reunir el dinero para compensar a la víctima y al Estado. En estos casos,
35

el condenado usualmente firma un contrato con la víctima, en donde se define la


forma, monto y plazos para la restitución. Algunos ejemplos incluyen la “Radbruch
Haus” en Frankfurt, Alemania, y el Centro de Restitución de Minnesota, en Estados
Unidos (Adler et al., 1991).
Las penas pecuniarias, cuando son eficazmente aplicadas, tienen un impacto significativo
en la sociedad. Es por esta razón que constituyen una alternativa particularmente eficaz
a la prisión, y debieran ser implementadas y utilizadas en forma mucho más frecuente
que en la actualidad (Junger-Tas, 1994).
i. Multa
La multa es la pena pecuniaria probablemente más usada en el mundo. Se impone
generalmente para una ofensa previamente determinada y usualmente implica el pago
de un monto fijo o fijable a través de ciertos índices económicos. Su mayor problema es
la falta de flexibilidad en su imposición. Dependiendo del estatus finaciero del ofensor,
la pena pasa a constituir una carga mucho mayor o menor que la inicialmente prevista.
Pasa a ser así una pena extremadamente severa para algunos, o extremadamente
liviana para otros, a pesar de que se aplica por una ofensa similar.
ii. Días-Multa
Esta pena fue creada precisamente para intentar paliar el problema de la multa simple.
Constituyen multas individualizadas, las cuales no sólo reflejan la seriedad de la ofensa
cometida, sino que, también toman en cuenta la situación financiera del ofensor.
El mayor problema con que se topan las días-multa es una cierta percepción, tanto de
los jueces como de la opinión pública en general, que de alguna manera estas penas
son injustas (Worrall, 1997). Ha sido extremadamente difícil explicar cómo diferentes
ofensores pueden ser multados con la misma suma, pero por ofensas totalmente
distintas, tales como ensuciar la vía pública y lesiones leves. En un nivel puramente
moral, estas ofensas son totalmente diferentes, sin embargo, recibirían un castigo
similar. Es por esta razón que el sistema de los días-multa fracasó después de ser
aplicado por sólo un año en Reino Unido (Juste et al., 1998). Algunos autores han
sugerido corregir el sistema mediante la asignación de un valor mayor a la ofensa que
al estatus financiero del condenado.
iii. Servicio Comunitario
El servicio comunitario puede ser definido como aquella sentencia que requiere
que los condenados realicen algún tipo de trabajo no-remunerado para el beneficio
de la comunidad.
La primera sentencia de Servicio Comunitario en los tiempos modernos fue dictada
en California, en 1966. Desde esa fecha, muchos otros países han introducido esta
pena, aunque en la mayoría de los sistemas penales, aún constituye sólo una parte
de una sentencia compleja, generalmente acompañada de una orden de Libertad
Vigilada (Juste et al., 1998).
36

C. Penas comunitarias de supervisión


i. Libertad Vigilada
La Libertad Vigilada puede ser definida como una pena que permite al condenado
permanecer en la comunidad, bajo la supervisión de un oficial de Libertad Vigilada y
cumpliendo ciertas condiciones impuestas por el Juez.
La libertad Vigilada es una de las penas comunitarias más utilizadas en el mundo y existe
en prácticamente todas las legislaciones. No obstante, en algunos sistemas penales es
utilizada en forma extremadamente restringida, como en el caso de Singapur. En este
país, ésta se utiliza sólo con delincuentes juveniles y en casos muy seleccionados (Tan
Yock Lin, 1999). En la mayoría de los países se requiere la elaboración de un informe
pre-sentencial en el que se indiquen las posibilidades de rehabilitación del individuo
y su peligrosidad social. El resto de las condiciones varia extensivamente; en algunos
países la Libertad Vigilada es una pena independiente de cualquier pena custodial,
como en el caso de Estados Unidos o el Reino Unido, y en otros, el no cumplimiento
de las condiciones va a significar la aplicación de una pena custodial pre-determinada,
como es el caso de Chile.
ii. Libertad Vigilada Intensiva
Esta pena es la sanción intermedia más utilizada en el mundo. Fue creada como
reacción a lo que eran consideradas penas demasiado moderadas. El término intensivo,
se refiere a que en esta pena se agregan elementos y condiciones más rigurosas de
control y supervisión (Mair, 1997). El propósito de esta pena es complejo y no puede
limitarse sólo a una reducción de los índices de reincidencia. Otros objetivos son
incrementar la seguridad ciudadana, asegurar un castigo justo y adecuado, reducir el
hacinamiento carcelario y economizar en gastos fiscales.
No obstante, la aplicación de esta pena ha tenido varios problemas, especialmente en
lo que se refiere a encontrar candidatos adecuados para su aplicación. Generalmente
los infractores violentos responden bien a los castigos situados en la comunidad
(Gottfredson y Gottfredson, 1988), porque sus índices de reincidencia son bastante
bajos, pero sentenciarlos a una pena comunitaria es generalmente visto como un riesgo
y una impracticabilidad política. Por otra parte, aquellos que cometen delitos contra
la propiedad –de mediana gravedad– y aquellos condenados por delitos relacionados
con drogas, usualmente tienen los mayores índices de reincidencia y un bajísimo
cumplimiento de las condiciones impuestas en su orden de Libertad Vigilada (Clear,
1997, en Mair, 1997).
Otro de los problemas radica en su costo, ya que usualmente es mucho más cara su
aplicación que la de otras penas comunitarias.
iii. Monitoreo y Toque de Queda (Curfew Orders)
El Toque de Queda es la obligación impuesta a un condenado de mantenerse dentro
o alejado de un determinado lugar, por un número determinado de horas cada día,
durante un plazo preestablecido. El lugar donde debe quedarse es usualmente el propio
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hogar, y los lugares a los que le es prohibido ir son, por lo general, aquellos ligados con
sus actividades criminales. El cumplimiento de estas órdenes deben ser monitoreadas
por el oficial de Libertad Vigilada. En la mayoría de los países esto se cumple a
través de llamadas telefónicas aleatorias y a través de visitas sorpresas al lugar de
confinamiento. En algunos países, como los Estados Unidos y partes del Reino Unido,
ya existe el llamado monitoreo electrónico, el cual se realiza a través de artefactos
que el condenado debe llevar en todo momento, generalmente en el tobillo o muñeca.
Aparte de esta vigilancia, esta pena usualmente conlleva otros dos componentes: el
contacto frecuente del ofensor con su Delegado de Libertad Vigilada y el análisis de
orina para determinar el uso de drogas.
Esta medida en particular es generalmente usada en conjunto con otras penas, como
la Libertad Vigilada o el Servicio Comunitario.
iv. Asistencia Obligatoria a Centros
Algunos sistemas penales contienen como pena, la obligación de asistir a Centros
Comunitarios o de Rehabilitación para aquellos condenados que además de su
comportamiento criminal padecen de alguna adicción. No siempre la medida tiende
directamente a la superación de la adicción, sino que, a veces está más enfocada
a ayudarlos a adquirir cierta capacitación laboral o mejorar sus relaciones sociales
(Worrall, 1997). Estas órdenes son generalmente combinadas con otras medidas, como
la Libertad Vigilada o el Monitoreo.
v. Campamentos Militares (Boot Camps)
Los campamentos militares pueden definirse como centros de tratamiento que
contienen un condicionamiento físico de alta exigencia, tiempo mínimo para recreación,
códigos de vestuario e higiene personal extremadamente estrictos, y testeo vocacional
tendiente a aumentar la estima individual y el sentido de responsabilidad (Barlow,
1993). Estos campamentos se caracterizan por una disciplina y un régimen militar,
combinado en algunos casos con terapias personales o grupales. Las condenas a estos
campamentos son más bien de corta duración, usualmente no más de 6 meses. Fueron
primeramente desarrollados en Estados Unidos, y están enfocados hacia delincuentes
juveniles, primerizos y no violentos, los cuales han recibido, alternativamente, una
sentencia custodial de entre 1 a 2 años. Son mayoritariamente masculinos, pero
se ha ido incorporando cada vez más, a condenadas mujeres. La mayoría de los
internos tiene algún problema con drogas y la participación en estos campamentos
es básicamente voluntaria. Si no desean asistir, deben cumplir la pena custodial
que se les asigne.
Estos campamentos han sido gravemente criticados porque se dice que a los internos se
les inculca una mentalidad combativa y agresiva y están sujetos a una estricta
jerarquía, principios que no son conducentes a la rehabilitación y a un comportamiento
social deseable (Junger-Tas, 1994). De hecho, numerosos cientistas sociales han
demostrado que el comportamiento violento o agresivo se aprende e imita fácilmente
(Bandura, 1973).
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Estrictamente hablando, los campamentos militares si bien son penas intermedias,


no son considerados como pena comunitaria, ya que los condenados son removidos
de la comunidad.

4. PROGRAMAS DE MEDIACIÓN
Los programas de mediación, también conocidos como Programas de Reconciliación
entre Ofensor y Víctima, promueven el contacto entre la víctima y el ofensor, y son
usualmente combinados con algún tipo de compensación. Fueron creados inicialmente en
Ontario, Canadá, en 1974 y ahora existen en muchas legislaciones. La idea central de
estos programas es distanciar el elemento justicia del elemento castigo, reconociendo que el
castigo no es siempre la única respuesta al crimen (Mc Guire, 1995).
Los objetivos principales de la mediación son reconocer los intereses de la víctima en forma
efectiva, a través de la reparación del daño causado, promover una real reconciliación,
e intentar que el ofensor reconozca explícitamente lo que ha hecho. El contacto entre
la víctima y el victimario no se restringe al contacto personal, puede ser realizado a
través de otras formas, como cartas, teléfono, o sistemas audiovisuales. Algunos de
estos programas se desarrollan directamente frente a la Corte, mientras que otros se
desarrollan más privadamente.
En el primer caso, si la mediación es exitosa, el caso es usualmente cerrado y se
dicta una dispensa condicional. Obviamente, mientras más fortalecido se encuentre
el aparato judicial, mayor es la percepción de que la mediación es una opción penal
real para la comunidad.
Previamente a la implementación de una mediación, deben cumplirse una serie de
requisitos, tales como: la existencia de una víctima identificable y que el infractor esté
dispuesto a participar y a reconocer su culpa. Debe, además, ser suficientemente seguro
tanto para la víctima como para el ofensor. La mediación debe desarrollarse siempre
frente a un mediador debidamente capacitado, quien debe mantenerse en todo momento
imparcial. Algunas mediaciones no terminan en acuerdo, y el mediador no puede
obligar a las partes a ponerse de acuerdo en algo que no quieren. No obstante,
cualquier otro punto de acuerdo debe ser puesto por escrito y las partes deben firmar
y recibir una copia.
La mediación no sólo beneficia a la víctima, sino que, muchas veces también al infractor.
Las víctimas son capaces de adquirir información sobre el desarrollo de su caso, tienen la
oportunidad de expresar sus sentimientos y, si es apropiado, pueden negociar algún tipo
de reparación. A su vez, los infractores pueden comprender y aceptar el impacto real de su
comportamiento, en términos del sufrimiento y daño que causaron, y pueden hacer algo
para repararlo, tal como pedir perdón o compensando a la víctima. También les ayuda en la
reintegración a la comunidad local, puesto que los miembros de la comunidad sienten que el
daño causado ha sido de algún modo reparado (Wynne y Brown, 1998).
39

La efectividad de estos programas ha sido estudiada por autores como Wynne y Brown.
En un primer estudio participaron 90 infractores en mediaciones cara a cara, entre los
años 1985 y 1987. De los participantes, 87% eran reincidentes, y de éstos, un 25%
tenía 5 o más condenas anteriores. Luego de transcurridos dos años desde la mediación,
el 68% no había reincidido. Es menester reconocer que, si bien estas cifras demuestran
un excelente índice de éxito, es importante tener presente que los participantes de este
programa estaban altamente motivados, debido a los criterios de selección utilizados
(Wynne y Brown, 1998, p.24).
En un siguiente estudio en 1992, participaron 69 ofensores en mediaciones cara a
cara. De ellos, el 68% era reincidente y el 30 % eran multi-reincidentes. Luego de
2 años, el 58% no había reincidido. Otros estudios también han demostrado la baja
en los índices de reincidencia, de hasta un 20% comparado con otras penas (Wynne
y Brown, 1998, p.25).
A pesar de lo impresionante que aparecen estas cifras, es importante tener presente que
la mediación es todavía utilizada en casos de ofensas muy menores. Sin embargo, existe
un índice muy importante de éxito, cual es la percepción de la víctima, de la comunidad y
del mismo victimario, de que la justicia está siendo satisfecha.

5. LA EFECTIVIDAD DE LAS SANCIONES COMUNITARIAS


En relación a la efectividad de las penas comunitarias, es importante tener presente que
la mayoría de las investigaciones realizadas hasta este momento, han sido básicamente
comparaciones de las tasas de reincidencia entre las penas custodiales y las penas
comunitarias (Hood y Sparks, 1970; Brody, 1976). En la mayoría de los estudios, éste ha
sido el único factor considerado, y si bien las tasas de reincidencia tienen gran importancia,
no es el único factor que determina el éxito de una pena comunitaria.
En primer lugar, es importante notar que no todas las penas comunitarias tienen como
objetivo el sustituir una pena custodial, muchas veces lo que se proponen es lograr una
intervención penal más flexible y efectiva. En segundo lugar, es extremadamente difícil
medir adecuadamente las tasas de reincidencia entre aquellos que fueron encarcelados y
aquellos que participaron en programas alternativos. Son grupos difícilmente comparables,
puesto que aquellos que estuvieron recluídos vivieron experiencias totalmente diferentes a
aquellos que fueron penalizados en la comunidad. Existe bastante literatura que describe
la llamada “prisonización” del individuo (Clemmer, 1944; Sykes, 1958). Este concepto se
refiere a la experiencia del encarcelamiento y el impacto que éste tiene en el individuo,
quien tiende a adoptar y aprender una serie de reglas y formas de comportamiento que
son privativas de quienes han experimentado la prisión. Existen también estudios que
demuestran que el encarcelamiento tiene efectos destructivos, especialmente en lo que se
refiere a los índices de reincidencia (Lipsey, 1992).
40

Algunos estudios también han comparado el caso de sujetos con alto compromiso delictual
frente a individuos primerizos o de muy bajo compromiso delictual, lo cual ha hecho
muy difícil determinar qué tipo de castigo y tratamiento es el más adecuado. Para poder
establecer alguna conclusión se necesitan estudios en que existan grupos comparables,
ojalá con selección aleatoria de los sujetos.
Otro problema para establecer la efectividad de las sanciones comunitarias, es la falta de
precisión en la medición de los índices de reincidencia. En la mayoría de los estudios, la
reincidencia se equipara a la re-convicción, índice que es siempre mucho menor que la
reincidencia propiamente tal (Mair, 1997). A ésto se suma el hecho de que los índices
de re-convicción tampoco son precisos, ya que aquellos que tienen condenas anteriores
tienden a sufrir una suerte de discriminación mediante una mayor frecuencia de arrestos
por sospecha e interrogaciones policiales (Mair, 1997).
Dado los problemas señalados, es muy importante intentar encontrar vías alternativas
para medir la efectividad de las penas comunitarias. Una posibilidad es medir los cambios
en la frecuencia y gravedad de los delitos cometidos. Algunos estudios han demostrado
que, pese a que a los índices de reincidencia no bajan mayormente, éstos dos factores
si contienen variaciones positivas importantes si se miden luego de la aplicación de una
pena comunitaria (Mc Ivor, 1992).
La efectividad también puede ser medida en términos de una mayor inclusión social y el
acceso a mayores y mejores recursos sociales (Raynor, 1997, en Mair, 1997).
Un programa también puede ser percibido como efectivo si su aplicación y ejecución es
aproblemática, y la ejecución de la sentencia le proporciona satisfacción a la Corte, a la
víctima y a la comunidad en general (Junger-Tas, 1994).

A. El costo de las sanciones comunitarias


Ha existido bastante discusión en torno al costo de las penas comunitarias. Esto, porque
precisamente el percibido bajo costo de éstas es uno de los argumentos más sólidos
esgrimidos para su defensa y ampliación.
Una comparación entre los costos de uno y otro sistema, demuestra que la prisión es
siempre mucho más onerosa que las penas comunitarias. Sin embargo, es menester hacer
notar que el costo total para el Fisco es básicamente el mismo (Willis, 1986, en Pointing,
1986). Esto porque, en la actualidad, la implementación de las penas comunitarias envuelve
tanto los costos fijos del sistema existente de prisiones y el gasto extra que significa la
provisión de fondos a las penas comunitarias.
Para que una sociedad pueda beneficiarse de los bajos costos de las penas comunitarias,
es necesario hacer cambios estructurales en los sistemas procesal-penales. Debe haber un
real traslado de individuos desde el sistema cerrado al abierto, ya que de esta manera, al
disminuir el número de sujetos en custodia, los fondos que inicialmente eran necesarios para
41

construir y mantener las prisiones, puedan ser utilizados para otras necesidades sociales,
tales como educación, apoyo a las familias y mejores oportunidades de empleo.

B. Algunos resultados de la aplicación de penas comunitarias en el mundo


i. Libertad Vigilada Intensiva
En los Estados Unidos se realizó un estudio comprensivo tendiente a evaluar la
efectividad de los penas comunitarias en 1993 (Petersilia y Turner, 1993). Este estudio
evaluó la aplicación y resultados de 14 programas de Libertad Vigilada Intensiva en 9
Estados con la participación de más de 2000 condenados.
Algunas de las conclusiones del estudio fueron las siguientes:
El principio en que se basa la Libertad Vigilada Intensiva, es que el aumento en
el control y la supervisión va a detener a los individuos de cometer nuevos actos
criminales. Sin embargo, esto no ha sido verificado estadísticamente (Cullen, Wright y
Applegate, 1996, en Harland, 1996).
Los índices de violación a las condiciones impuestas en la Libertad Vigilada Intensiva
superan a la de la simple Libertad Vigilada. Paradójicamente, es la propia naturaleza
de esta sanción lo que hace que esto sea así, ya que existe un mayor control sobre
su cumplimiento. Para evitar que ésto ocasione problemas, se debieran considerar
alternativas al revocamiento de la pena, por ejemplo, a través de la utilización de
otras medidas intermedias.
Una conclusión importante a la que llegó este estudio, es que aquellos programas que
tenían un componente importante de tratamiento tendían a tener mejores resultados
en términos de índices de reincidencia.
Es precisamente debido a esto, que algunos investigadores proponen que los Programas
de Rehabilitación Intensiva sean la próxima generación de Penas Comunitarias
(Gendreau et al., 1994).
Las mismas conclusiones pueden ser sacadas de la aplicación de los Programas
de Campamentos Militares. La mayoría de los estudios han demostrado que la
aplicación de aquellos programas que ponen el énfasis en el tratamiento, más que
en el control, eran más exitosos en términos de índices de reincidencia (Andrews
y Bonta, 1994).
ii. Servicio Comunitario
De acuerdo a Mc Ivor (1992), quien ha investigado extensivamente el tema del
Servicio Comunitario, la efectividad de esta pena debe ser evaluada de acuerdo a
otros criterios que los ya señalados.
Ella postula que, para la mayoría de los condenados, el Servicio Comunitario fue una
experiencia constructiva y que muchos de ellos adquirieron capacitación práctica o
bien, mejoraron su comportamiento social. A su vez, la mayoría de los beneficiarios
42

de la orden son gente mayor o individuos con algún tipo de limitación física o mental,
los que no son capaces de hacer el trabajo o tarea por sí solos. La mayoría de los
beneficiarios determinó que el trabajo realizado fue de alta calidad, que estuvo bien
supervisado, y más importante aún, que fue beneficioso y útil para ellos.
El objetivo de evitar la prisión no es verdaderamente relevante para esta pena, ya que
menos de la mitad de los condenados a una orden de servicio comunitario hubiesen
sido enviados a prisión; en general, sólo los individuos de muy bajo compromiso
delictual son sentenciados a esta pena.
En relación a los índices de reincidencia, el estudio concluyó que luego de transcurrido
un año, el 40% de la muestra había sido condenada, y luego de 4 años, el 68% había
sido condenado. Sin embargo, la autora señala que sí hubo un cambio en los nuevos
delitos, ya que éstos tendieron a ser de una naturaleza menos violenta, y hubo una
menor proporción de delitos que involucraban falta de probidad o faltas al orden
público (Mc. Ivor, 1992, pg. 159).
La autora termina señalando que la mayoría de los beneficios de la pena de Servicio
Comunitario se pierden cuando ésta es otorgada como parte de una pena combinada.
A su juicio, ésta debiera ser una pena independiente.

6. ALGUNAS REFLEXIONES EN TORNO AL TEMA


DE LA PREVENCIÓN CRIMINAL
Puede decirse que a través del mundo entero, la criminalidad ha aumentado consistentemente
desde el fin del la Segunda Guerra Mundial. Quizás una de las pocas excepciones
sea Japón, donde la criminalidad ha permanecido más o menos estable. No obstante
haberse realizado importantes esfuerzos para combatir esta tendencia, no se han
logrado éxitos importantes.
Las estrategias utilizadas han sido diversas, pero probablemente la tendencia actual
predominante sea el adoptar políticas punitivas, centrándose en la responsabilidad
individual y la búsqueda de castigos que sean adecuados a la falta cometida y que, además,
cumplan el papel de prevenir la comisión de otros delitos.
Sin embargo, estas demandas por políticas retributivas no se hacen cargo de problemáticas
sociales más globales como la educación, la familia, el desarrollo moral y la búsqueda
de una identidad masculina.

A. El caso de Estados Unidos


En este país, el problema del crimen se ha tornado bastante dramático. Estados Unidos
tiene tasas mucho más altas de crímenes violentos que cualquier otro país industrializado
(Shelley, 1991, en Heiland et al., 1991). Como resultado, los delincuentes están siendo
condenados a penas de prisión cada vez más largas, lo que a su vez ha llevado a problemas
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serios de falta de recursos para programas con un valor social mayor, como son los
programas de entrenamiento laboral, educación y apoyo familiar, que eran considerados los
programas más exitosos para la prevención criminal. Lamentablemente, la inversión hecha
en infraestructura de prisiones ha sido de tal envergadura, que esta política aparece como
muy difícil de revertir (Donnison, 1998, en Jones Finer y Nellis, 1998).
El problema con los sistemas demasiado punitivos, es que provocan un círculo vicioso
en donde el miedo y la rabia de la comunidad ante el aumento del crimen, hacen que se
implementen políticas cada vez más punitivas e ineficaces (Raynor, 1996, en Mair, 1996).
Quizás la respuesta se encuentre en adoptar políticas comunicacionales más efectivas, que
permitan que la opinión pública conozca cómo políticas penales más constructivas pueden
ser opciones reales a las preocupaciones de víctimas y víctimas potenciales.

B. El caso de Japón
Japón constituye un caso muy interesante en relación al tema del crimen. Es una
sociedad que ha logrado mantener tasas de criminalidad altamente estables durante
los últimos 50 años, en contraposición a todo el resto del mundo desarrollado. No
obstante, es menester clarificar que en años recientes el crimen juvenil ha experimentado
un aumento moderado.
Se ha intentado descubrir qué factores han contribuído a esta estabilidad (Katoh, 1991,
en Heiland et al., 1991; Haferkamp, 1991, en Heiland et al., 1991). Una posible razón
es que Japón tiene un sistema muy efectivo de control informal. La organización social
de la vida diaria, como la familia, el barrio y el lugar de trabajo constituyen un sistema
extremadamente poderoso de control social. Otra razón esgrimida, ha sido el hecho que su
sistema de justicia criminal, si bien no es precisamente duro, sí es altamente efectivo y los
ciudadanos se muestran deseosos de cooperar con él. Japón tiene tasas bastante bajas de
encarcelamiento, pero usualmente la pena aplicada es severa y degradante.
Debe, además, tomarse en cuenta que hasta el momento en Japón el problema del
desempleo ha sido casi inexistente, por lo que las generaciones jóvenes han llevado una
vida comparativamente fácil y existen estándares de educación buenos para todos. Todos
estos factores contribuyen para que existan fuertes sentimientos de apoyo e integración
hacia la sociedad por parte de sus miembros.
Existe una estructura social homogénea, la policía funciona en forma efectiva como medio
de control social y existe una política muy severa de control de armas.
Finalmente, es conveniente hacer notar que en Japón el concepto de la libertad individual es
bastante restringido. De las 4 religiones predominantes; Budismo, Shintoísmo, Taoísmo y
Confucionismo, ninguna enfatiza la idea del individuo como es percibida en el Cristianismo
(Haferkamp, 1991, en Heiland et al., 1991). Por ésto, se espera que cada ciudadano
sea un miembro responsable de la comunidad. Cada uno es responsable de sus acciones
individuales frente al resto, y si alguien hace algo incorrecto, la vergüenza no recae sólo
44

en el individuo, sino que, en su familia, sus colegas e incluso en sus vecinos. Sin embargo,
también es considerado de gran importancia el reintegrar al individuo a la comunidad,
luego que éste ha sido castigado.

C. El problema de los delincuentes juveniles hombres


Es importante tener presente que el problema del crimen se debe en gran medida a
la actividad de delincuentes juveniles hombres. Incluso algunos autores han estimado
que casi la mitad de los delitos cometidos es fruto de hombres menores de 21 años
(Drakeford y Vanstone, 1996).
El problema del hombre joven sin capacitación laboral, debe ser urgentemente reconocido
en nuestra sociedad actual. El rol que ésta les tiene asignado es prácticamente
inexistente y su contribución hacia la economía formal y hacia los sistemas sociales
organizados es frecuentemente bloqueado o frustrado, y ésto evidentemente trae
enormes consecuencias.
Es pues fundamental, intentar buscar soluciones al problema de la integración de estos
jóvenes hacia roles de significancia económica y que sean conducentes al forjamiento
de una identidad masculina, para ello, es necesario coordinar esfuerzos en los ámbitos
laborales, de seguridad social y de políticas de regeneración ambiental, para poder tener
respuestas de largo plazo al problema del crimen.
Es también importante tener presente que muchos estudios muestran que la mayoría
de los delincuentes juveniles cesa su comportamiento delictual una vez que llegan a ser
adultos jóvenes. Algunos autores han sugerido que este proceso de maduración no sólo es
producto del crecimiento biológico, sino que, también de cambios en la situación vital que
les muestran que los comportamientos no-delictuales también producen satisfacciones,
tales como la remuneración en el empleo y el logro de estabilidad en relaciones emocionales
de sentido más profundo (Thorpe, 1978, en Tutt, 1978).

D. Prevención social del crimen


La teoría de la prevención social del crimen ha ganado en popularidad en los últimos
años y postula la necesidad de fortalecer los agentes socializadores y las instituciones
comunitarias, con el fin de influenciar a aquellos grupos en mayor riesgo de delinquir.
Este objetivo podría ser logrado si las políticas de prevención social del crimen son
incorporadas en todas aquellas políticas sociales relevantes, tales como planificación,
vivienda, empleo, educación, familia, juventud y salud (Bright, 1991, en Stentson
y Cowell, 1991).
Según esta vertiente, una de las medidas más importantes para lograr la prevención
criminal, es la necesidad de intervenir tempranamente. Es por ello que es necesario contar
con más recursos para costear programas de entrenamiento de padres, apoyo familiar,
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y educación pre-escolar. Esta teoría postula que la educación temprana y suplementaria


permite un mayor éxito en la escuela normal y, por ende, reduce los índices de criminalidad
y la necesidad de institucionalizar (Bartol y Bartol, 1996).
La idea es comenzar con una intervención que no sólo sea temprana, sino que, además,
sea intensiva y dirigida a corregir la mayor cantidad de factores e influencias negativas
posibles. Muchas investigaciones han indicado que aquellos programas pre-escolares
diseñados para incluir a la familia y que tienen una duración de al menos dos años, juegan
un papel importante en la prevención de la delincuencia. “La evidencia también es clara
en el sentido de que la familia debe ser el punto focal de la intervención y tratamiento.
Algunos jóvenes que experimentan pobreza, violencia en sus barrios, grupo de pares
delincuentes y niveles bajos de prestaciones de salud, no se convierten en personas violentas
o antisociales. Esta resistencia puede muchas veces ser atribuída a relaciones cercanas y
profundas con sus padres u otros modelos que les sirven de apoyo y les refuerzan creencias
pro-sociales y valores positivos” (Bartol y Bartol, 1996, pg. 256).
La idea es apuntar a todos aquellos factores considerados de riesgo que ocurren durante la
infancia e intentar modificarlos a través de intervenciones exitosas. Por lo tanto, va a ser
de gran importancia incluir problemas como el abuso de alcohol o drogas por parte de las
embarazadas, proveerlas de nutrición adecuada, intentar detener los problemas de abuso
intra-familiar, reducir las condiciones de extrema pobreza, y como será visto más adelante,
apuntar a fortalecer los vínculos comunitarios y la organización en los barrios. A un nivel
más macro, va a ser importante mejorar la infraesructura social, a través de mayores áreas
de recreación y mejorar el sistema de transporte y facilidades públicas.
Obviamente, que esta visión estructural es consistente con una vía de entender el
problema del crimen como consecuencia directa de circunstancias sociales, más que
de un enfoque puramente individual.

7. LA IMPORTANCIA DE FORTALECER LOS VÍNCULOS COMUNITARIOS


Desde hace algunos años, el fortalecimiento de los vínculos comunitarios se ha
transformado en un tema cada vez más importante en la agenda de la prevención
y control del crimen.
Como ya se ha señalado, la lucha contra el crimen no ha producido los frutos esperados,
y ya son muchos los que piensan que la respuesta ya no se encuentra sólo en la esfera de
la justicia criminal, ya que incluso los programas mejor diseñados tiene altos índices
de fracasos (Petersilia y Turner, 1993; Mc Ivor, 1992). Es por esta razón que muchos
autores han señalado que las respuestas se deben buscar a través de enfoques más globales
y estructurales. Se necesita de una política social que integre todos los aspectos más
importantes de la vida social, tales como educación, empleo, vivienda, salud, recreación y
vida comunitaria. Downing, señala que aquellas políticas que promueven la integración de
la “economía informal” a las redes comunitarias de apoyo contribuyen en mejor medida
46

al control de la violencia y la creación de ambientes de aprendizaje sanos para los


niños. Señala, asimismo, “que se necesita una agenda radical de regeneración de
la comunidad como un proyecto de restauración de la responsabilidad y el orden”
(Downing et al., 2000).

A. Estrechando lazos en la comunidad


Diversas investigaciones han demostrado que aquellas comunidades con lazos sociales
débiles tienen índices mayores de criminalidad. Los vínculos débiles se caracterizan por la
casi ausencia de redes de amistad en los barrios y escasa participación en organizaciones
de carácter local (Sampson y Groves, 1989). La ausencia de vínculos sociales importantes
hace que los residentes tengan una sensación de descontrol y una percepción de que su
comunidad es desorganizada. Por otro lado, cuando los vínculos sociales son intensos,
existe un mayor control social informal, con interacciones regulares e intensas, consensos
normativos y cierto grado de vigilancia del comportamiento entre los miembros de la
comunidad (Conklin, 1996b).
Sólo basta con hacer una observación más profunda, para darse cuenta que es precisamente
en aquellas sociedades donde las tasas de criminalidad se han mantenido más o menos
estables, donde siempre han existido políticas sociales globales, o donde éstas han sido
adoptadas. Un ejemplo de las primeras es el caso de Japón, donde los bajos índices de
criminalidad se han asociado a los controles sociales informales presentes en esa sociedad.
Un caso de aquellas sociedades que las han adoptado, es Francia, país que adoptó
una política social global hacia la prevención criminal con gran éxito, y cuyo caso será
discutido en más detalle más adelante.
En estos días existe consenso que el comportamiento criminal es escaso donde hay
una cohesión social importante y que es mucho más común en ambientes urbanos
donde existe gran anonimidad y donde los vínculos comunitarios son extremadamente
débiles (Stenson y Cowell, 1991).
Sin embargo, es extremadamente importante tener presente que se debe ser capaz de
construir sobre las redes sociales ya existentes, sin imponer soluciones pre-envasadas. Se
debe apoyar aquellas instituciones e individuos claves de cada comunidad, para que ellos
provean de ideas y soluciones, ya que son ellos, y sólo ellos, los únicos actores sociales
que comprenden exactamente su propio ambiente y conocen qué factores deben ser
implementados para hacer las mejoras necesarias. Algunos estudios han demostrado que
para lograr que los residentes participen en las organizaciones de prevención criminal, es
necesario que estas organizaciones emerjan espontáneamente desde la propia comunidad.
Más aún, la preocupación no sólo debe residir en la mera reducción de crimen, sino que,
más ampliamente, en el mejoramiento global del barrio (Skogan, 1990).
47

B. El caso de Francia: El Informe Bonnemaison


En 1981, se registraron 3.5 millones de delitos tanto en Reino Unido como en Francia.
Sin embargo, hacia fines de la década de los 80, el número de delitos en Reino Unido
había subido a casi 6 millones, mientras que en Francia el número había bajado a cerca de
3 millones (Pitts y Hope, 1998, en Jones Finer y Nellis, 1998; De Liege, 1991). Más aún,
donde más había disminuído el delito era en los barrios más marginales (De Liege, 1991).
Esta significativa disminución en las tasas de criminalidad fue atribuída a la implementación
de una política social basada en las recomendaciones del Informe Bonnemaison.
La comisión que creó este informe surgió a raíz de numerosos disturbios ocurridos en
el verano de 1981 en Francia. El gobierno de ese entonces decidió que se investigaran
a fondo las causas del crimen. La comisión fue presidida por Gilbert Bonnemaison, y el
informe final se tituló “Face a la delinquance, prevention, repression, solidarite” (Frente
a la delincuencia, prevención, represión, solidaridad). Entre otras cosas, concluyó que una
de las principales causas de la delincuencia eran, “...las condiciones de vida, dificultades
en la integración social y la obtención de empleo, cambios en la organización de la vida
familiar, la ausencia de controles sociales en las relaciones interpersonales, la pobreza
y la exclusión que la sociedad formal hace de ciertas categorías de individuos, todo
esto agravado por problemas de droga, alcoholismo, consumismo y la reciente crisis
económica” (Bonnemaison, 1981: 31; en King, 1991, pg.90).
Luego de terminado el informe, el gobierno adoptó las principales recomendaciones
como política oficial y en consecuencia estableció consejos de prevención criminal a
nivel local, departamental y nacional.
La principal característica de esta política fue su gran flexibilidad, la cual podía ser adaptada
a las necesidades individuales de cada comunidad. Se estableció un trabajo conjunto entre
políticos y residentes, quienes buscaban soluciones y estrategias de prevención criminal
que se adecuaran a la realidad local. Estos grupos eran presididos por el alcalde, quien a
su vez, debía asistir a las reuniones del Consejo nacional de Prevención Criminal, el cual
era presidido por el Vice Primer Ministro.
Esta iniciativa francesa produjo, quizás por primera vez, un nexo entre la dimensión
situacional, social y política de la prevención criminal. Los dos temas más importantes
que caracterizaron este enfoque, fueron los de la solidaridad y trabajo en sociedad
y la integración.
En relación al tema de la solidaridad y el trabajo en sociedad, la idea fue trasladar la
responsabilidad de la toma de decisiones, que recaía únicamente en las instituciones
tradicionales como la policía y el poder judicial, a una estructura administrativa enteramente
nueva, en la cual estaban representadas estas instituciones tradicionales, pero de la cual se
han quitado las connotaciones autoritarias y represivas asociadas con las primeras.
48

El financiamiento de las políticas y de los consejos debía ser enfrentado conjuntamente


enter los gobiernos locales y centrales y entre los sectores públicos y privados. El objetivo
de esta política de financiamiento era reforzar la idea de que la prevención criminal es
responsabilidad de todos, fortaleciendo así el tema de la solidaridad.
Respecto a la Integración, este enfoque tiene como objetivo formar comunidades fuertes
y sanas que acepten dentro de su seno a los grupos o individuos marginales, los que
habían estado excluídos, hasta la fecha, de la sociedad francesa formal. Una de las
conclusiones más claras del informe fue que los sentimientos de aislamiento social,
exclusión y alienación, eran una de las mayores causas del comportamiento tanto
criminal como auto-destructivo (King, 1991).
Para facilitar esta interacción se creó una organización de “animadores sociales”. Estos
eran líderes juveniles, principalmente de origen nor-africano, quienes eran seleccionados
por sus condiciones de liderazgo y por el hecho de ser tenidos en alta estima por sus
grupos de pares. Esta fue una estrategia deliberada de penetración en las comunidades
nor-africanas, mientras que al mismo tiempo, se proveía de empleo pagado a estos
jóvenes. En un comienzo este trabajo era de carácter temporal, pero a aquellos animadores
que lograban cumplir sus tareas con éxito, se les daba la oportunidad de desarrollar una
carrera en el ámbito del trabajo social (King, 1991).
Al mismo tiempo, esta iniciativa incorporó una política de vivienda cuyo objetivo fue
localizar las familias de los residentes dentro de los mismos barrios, con el fin de desarrollar
los lazos de amistad, estabilizar los barrios y reforzar las fuentes informales de control
social (Jones Finer y Nellis, 1998).
Los resultados de esta política global de prevención criminal, originada del Informe
Bonnemaison, fueron considerados tan exitosos que el nuevo gobierno de derecha,
encabezado por Jacques Chirac en 1995, mantuvo las iniciativas principales y los consejos,
sin alterar mayormente las estructuras básicas.

8. CONCLUSIONES
Las Penas Comunitarias han sido desarrolladas en los últimos 50 años. Durante toda su
existencia, los cientistas sociales y quienes desarrollan las políticas sociales, han cuestionado
su validez y han intentado hacer los cambios necesarios para mejorarlas. La última década
ha sido testigo del nacimiento de las penas intermedias, cuyo objetivo es combinar los
conceptos de cuidado y control, a fin de lograr mayor éxito en los objetivos de las penas
en la comunidad. Numerosas investigaciones han indicado que se necesita un balance
adecuado, ya que demasiado control y poco tratamiento producen bajos niveles de éxito
en la rehabilitación y resocialización de los individuos.
49

A. Las penas comunitarias y la prisión


Es importante lograr visualizar las penas comunitarias como constituyentes de una esfera
de control social distinta, y no necesariamente ligada a la esfera de la prisión. Ambas clases
de penas tienen objetivos muy diversos y apuntan a diferentes clases de delincuentes. Es
por ello que la comparación entre la efectividad de las sanciones comunitarias y la prisión
no es verdaderamente constructiva. La pena de prisión debiera ser reservada sólo para
delincuentes que constituyen un verdadero riesgo para la seguridad pública. Mientras
tanto, las penas comunitarias debieran ser diseñadas en forma individualizada para ser
aplicadas a aquellos individuos que pueden y deben cambiar y aprender a desarrollar
un rol constructivo en la sociedad.

B. La necesidad de la existencia de penas comunitarias


También es importante ser capaz de diseñar un continuum de penas, el cual se debe
caracterizar por graduaciones muy finas en los niveles de castigo. En un extremo pueden
encontrarse la dispensa condicional de la pena y la libertad vigilada, mientras que en el otro
extremo se encontraría la prisión. Por lo tanto, es necesario tener los castigos graduados
de acuerdo a su severidad y debieran relacionarse con la gravedad y circunstancias del
crimen cometido. Debiera, además, existir un suficiente nivel de intercambiabilidad entre
las diferentes penas, con el objeto de que los jueces dispongan de cierta flexibilidad, ya que
ciertas sanciones pueden ser adecuadas para algunos y muy inapropiada para otros.
Asimismo, es importante tener presente que algunos estudios han demostrado que ciertas
penas comunitarias son vistas como muy severas por algunos delincuentes, en especial la
pena de la Libertad Vigilada Intensiva (Petersilia y Turner, 1993; Spelman, 1995). Es
por esta razón, que la sociedad cuenta con herramientas que son capaces de castigar
en forma suficientemente severa, en una forma más económica y humana, sin que
necesariamente se deba recurrir a la cárcel.

C. Las penas comunitarias y la sociedad


Desafortunadamente, muchos individuos continúan percibiendo a las sanciones comunitarias
como penas muy blandas y dudan de que sean un castigo efectivo. Es por esta razón que
se debe desarrollar una política de toma de conciencia del rol real de estas penas en la
comunidad. La prensa puede jugar un rol significativo para lograr un cambio de actitud,
ya que es precisamente en la prensa donde se las presenta como suaves y triviales
en sus objetivos y severidad. Ha sido demostrado que una vez que la opinión pública
conoce el real alcance de estas penas, la mayoría reconoce su valor y las considera
apropiadas para la satisfacción de los objetivos retributivos que conlleva (Harlow,
Darley y Robinson, 1995).
Muchas veces la prensa sensacionalista presenta el tema del crimen y su prevención
en forma menos que rigurosa. Con el objetivo de vender más, siente muchas veces la
50

necesidad de mostrar sólo el peor lado del crimen, y el foco se centra en aquellas historias
de horror y en los fracasos, más que en los numerosos programas exitosos de rehabilitación
que existen. El poder de la prensa es inmenso, y en muchos países el temor al crimen ha
sobrepasado al crimen mismo (Williams and Dickinson, 1993). Una política exitosa de
penas comunitarias debe reconocer el uso de la prensa como herramienta, a través de
la presentación de estadísticas reales e intentando realzar aquellos resultados positivos
que raramente son mostrados a la opinión pública. Una vez que se alcance este objetivo,
los individuos van a estar más abiertos a la implementación de estas penas y a participar
activamente en programas de prevención criminal. El éxito de estas penas muchas veces
depende del acceso que se tiene al apoyo de la estructura social, a empleadores que
estén dispuestos a ofrecer trabajos relevantes y a ciudadanos que están dispuestos a
reincorporar a los delincuentes a la sociedad.

D. La efectividad de las sanciones comunitarias


Al considerar la efectividad de estas penas, lo primero que se puede concluir, es que aquellas
sanciones que se basan únicamente en el control y la supervisión, tienen muy poco éxito en
el objetivo de reducir las tasas de reincidencia. Es más, se ha demostrado que un control y
condiciones demasiado severas contribuyen al fracaso de los programas.
Del mismo modo, el apoyo y tratamiento sin suficiente control y guía, tiene los mismos
problemas. De hecho, los programas más exitosos han sido aquellos diseñados con un
balance muy delicado entre la supervisión y el tratamiento, ambos elementos deben
estar presentes en su justa medida.
Es además importante tomar en cuenta que no todos los individuos tienen las mismas
necesidades, y que diferentes tratamientos son apropiados para diferentes individuos. Por
ende, se requieren especialistas muy bien entrenados para discernir estas diferencias.
La posibilidad de implementar una política exitosa en esta materia no debe ser vista
como un objetivo inalcanzable, ya que de implementarse en forma correcta, el Estado
estaría ahorrando una cantidad importante de fondos que en otro caso habrían sido
destinados a infraestructura carcelaria.

E. Fortalecimiento de la familia
Los programas más exitosos han sido aquellos que han incorporado a la familia. Desde el
mismo inicio de la vida, la familia es clave para prevenir el comportamiento criminal. Es
por ello que se deben hacer mayores esfuerzos para fortalecer a esta institución. Se deben
establecer programas para promover embarazos sanos, para que exista una red eficiente de
cuidados pre-escolares, programas de educación para padres, cuidadores y para los niños.
Los adultos deben ser educados para transformarse en padres o cuidadores adecuados, que
sean capaces de supervisar y disciplinar a sus niños en forma apropiada.
51

F. Prevención social del crimen


Es extremadamente difícil que alguna vez exista una sociedad en que no exista el crimen.
No obstante, las tasas criminales pueden ser reducidas y las penas comunitarias pueden
contribuir a esto, siendo una forma más humana, efectiva y barata que la prisión.
Sin embargo, el énfasis debe ser puesto en la búsqueda y combate de las raíces del crimen.
Esto sólo puede lograse a través de una adecuada política social, que coordine los temas
penales, de empleo, vivienda, educación, salud, juveniles y de recreación. Sólo así se
podrá prevenir eficientemente el crimen.
Más aún, deben hacerse esfuerzos reales para lograr que aquellos jóvenes sin entrenamiento,
puedan aprender y desarrollar sus potencialidades, ya que son ellos quienes están en
mayor riesgo de adentrarse en la vida criminal. La sociedad debe crearles un espacio
donde desarrollarse y donde puedan contribuir en forma real.

G. Los lazos comunitarios


En forma similar, es importante fortalecer los lazos comunitarios. Se ha demostrado que
aquellas sociedades que poseen vínculos sociales fuertes tienden a ser más seguras y
tener tasas de criminalidad menores que aquellas sociedades con lazos más débiles. Es
importante que los gobiernos entiendan ésto e implementen programas de carácter local
para cada comunidad. Esto permitirá que las comunidades diseñen programas propios
que satisfagan las necesidades locales.
Se necesita construir comunidades fuertes y con buenos sistemas de control social informal.
Quizás, ha llegado el momento de dejar de gastar tanto dinero y tiempo en castigar
al delincuente individual, quien lo más probable es que regrese al mismo ambiente y
problemas que lo llevaron a delinquir.
El problema del crimen y la prevención criminal son temas de gran importancia en la
sociedad actual. Se han desarrollado numerosas ideas y estrategias que han sido adaptadas
por diferentes culturas, no obstante, ninguna de ellas ha sido completamente exitosa. Existe
una real necesidad de encontrar una respuesta al problema del crimen. Esta búsqueda debe
contener en sí misma, la necesidad de tratar en forma digna y humana a los infractores,
junto con una reducción en la inmensa cantidad de dinero que se gasta en las cárceles.
Este dinero debiera ir más bien a satisfacer otras necesidades sociales más urgentes, como
la educación, salud, entrenamiento laboral y vivienda.
Las penas comunitarias tienen el potencial de lograr este equilibrio. Sin embargo, se deben
enfrentar desde una perspectiva global. El foco no debe ponerse sólo en el criminal y en su
comportamiento, sino que también en las causas que contribuyen a ese comportamiento,
las cuales pueden ser numerosas y estar presentes en diferentes áreas de la sociedad. Esto,
es algo que se olvida con demasiada frecuencia.
52

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Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios
N° 3 - Noviembre 2001 - Santiago de Chile
57 - 67

La Mediación: Una Alternativa


a Incluir en los “Acuerdos Reparatorios”
de la Reforma Procesal Penal

Alicia E. Escobar Yáñez


Asistente Social
Depto. Tratamiento Medio Libre - Gendarmería de Chile

Resumen
El presente artículo aborda el tema de la Resolución de Conflictos en el marco de la aplicación
de la Reforma Procesal Penal, proponiendo una intervención específica en los Acuerdos
Reparatorios a través de la incorporación de la Mediación, acotada exclusivamente a delitos
cuyo bien jurídico afectado sea patrimonial, como en el caso del hurto y, excepcionalmente,
contra la integridad personal como el delito de lesiones.
Si bien la Mediación no se encuentra formalmente establecida en el Código Procesal Penal,
se estima que podría ser un aporte significativo en la atención de las personas involucradas
en ciertos ilícitos (tanto en su calidad de víctima como de victimario), y contribuiría a
materializar de manera más eficiente y humana la acción de la justicia, al incluir la participación
directa de las partes.

INTRODUCCIÓN
En la medida que el hombre evoluciona, y contrario a lo que pudiera creerse respecto a su
mejor y mayor capacidad de comprensión frente a diversas circunstancias o hechos, los
conflictos están permanentemente presentes; ello porque existen diferentes percepciones
y visiones de los mismos, las que se fundan en las personales y especiales vivencias
de cada uno de los involucrados. Para superar los conflictos ha sido necesario buscar
mecanismos efectivos de resolución, adecuándolos a los intereses comprometidos, como
por ejemplo, la negociación y el arbitraje.
Surge en este contexto la Mediación, como un procedimiento o técnica no adversarial
de resolución de conflictos, la que requiere de un profesional con condiciones no sólo
intelectuales o de conocimientos específicos, sino que, con características personales
asociadas –principalmente– a la capacidad de promover relaciones humanas positivas.
58

Esta técnica que en EE.UU. ha registrado resultados favorables aproximadamente en un


80% de los casos, e implementada en Chile en forma piloto, también con éxito, hace
presumir que su uso se irá expandiendo, tanto en forma cuantitativa como en diversas
áreas de trabajo. Es así como en el contexto de la implementación de la Reforma Procesal
Penal, se propone el presente trabajo que, si bien no se refiere a un procedimiento
formalmente establecido, podría con el tiempo contribuir efectivamente a esta nueva etapa
de aplicación de la justicia penal; etapa que supone un mejoramiento en la percepción
de una justicia más igualitaria y efectiva, al permitir resoluciones consensuadas “cara a
cara”, expeditas y concretas, que den a las partes nuevas posibilidades de ser realmente
incorporadas al proceso judicial, de una manera más humana y más educativa, alejada de
los efectos estigmatizantes de una sentencia condenatoria.
La Reforma Procesal Penal puede ser producto –en una buena medida– de un proceso
de evolución necesario y natural, y/o expresión de la reacción frente a la crisis del
sistema inquisitivo vigente durante toda la vida republicana de nuestro país. Al retroceder
en la historia se debe tener presente un conjunto de elementos que se vinculan en la
configuración y evolución del sistema de justicia criminal en Chile. Desde la legislación
colonial española, el objetivo primordial ha sido el logro de la verdad histórica o real,
estableciéndose un sistema de persecución penal de oficio, con un procedimiento
secreto –incluso para los imputados–, que se ha llevado en un expediente escrito que
permite, al término de la investigación, resolver el conflicto, careciendo de toda la
imparcialidad necesaria en la decisión final, en razón de la participación del juez inquisidor
durante todo el proceso.
Por otra parte, esta Reforma también puede ser vista como el resultado del compromiso
que surge de un conjunto de fuerzas y circunstancias presentes al momento de discutirse
su procedencia, las que tienen su origen en la década de los 60, en que se pretendió
separar funciones entre Jueces Instructores y Sentenciadores. También se introdujo una
gran cantidad de modificaciones al Código de Procedimiento Penal en el año 1989; en este
mismo sentido se concretaron esfuerzos innovadores a partir de los impulsos otorgados
por los Presidentes Aylwin y Frei desde el año 1990.
Estas orientaciones reformadoras, que también son observables en América Latina, buscan
transformar el sistema desde un modelo inquisitivo a uno acusatorio, que permita el
contacto directo entre el Juez y las partes que demandan justicia, separando las funciones
investigadoras (Ministerio Público) y sancionadoras (Juez), para asegurar el respeto de las
garantías individuales y satisfacer estándares mínimos de eficiencia en la persecución de los
delitos y el castigo a los delincuentes, otorgando seguridad a la ciudadanía.
Dos de las Instituciones más novedosas introducidas por el Nuevo Código de Procedimiento
Penal, son la Suspensión Condicional del Procedimiento y los Acuerdos Reparatorios.
Ambas “salidas alternativas” representan un cambio en la tradición jurídico-procesal penal
nacional, la que se ha caracterizado por un reconocimiento dogmático bastante estricto
del principio de legalidad procesal, sin aceptar, al menos de manera formal, la existencia
59

de mecanismos de selección de casos y solución de conflictos diferentes a la persecución


penal y la aplicación de una pena como consecuencia de ésta.

LOS ACUERDOS REPARATORIOS, en el nuevo Código Procesal Penal


Los Acuerdos Reparatorios, objetivo central de este trabajo, se describen como una
salida alternativa al proceso penal, en virtud de la cual se puede extinguir la acción penal
tratándose de cierta categoría de delitos; en esta salida alternativa existe entre la víctima y
el imputado un acuerdo de reparación prestado en forma libre y voluntaria, el que debe ser
aprobado por el Juez de Garantía a cargo del respectivo caso.
La reparación a la víctima, por regla general, no tiene un efecto relevante en nuestro
sistema procesal penal tradicional, sino que, sólo como causal de atenuación de la posible
pena a imponer; sin embargo, encontramos excepciones en la Ley de Cheques y otros
casos. Esta nueva Institución en la Reforma Procesal Penal, se inspira en la nueva tendencia
de protección y promoción de los intereses de la víctima dentro del sistema penal y en
la necesidad del sistema de contar con herramientas que permitan seleccionar casos y
ofrecer respuestas diferentes y anteriores al juicio oral.
Requisitos para la procedencia de los Acuerdos Reparatorios:
1° La existencia de un acuerdo de reparación, el que supone la concurrencia de
las voluntades del imputado y de la víctima, en que el imputado busca reparar los
daños causados a la víctima, y la víctima se muestra dispuesta a aceptar el ofrecimiento
reparatorio del imputado por considerarlo satisfactorio. La concurrencia del imputado
a este acuerdo reparatorio no significa un reconocimiento de culpabilidad en los hechos
que motivan la persecución, sino que, simplemente muestra su voluntad de acceder a
esta salida alternativa al proceso penal.
La reparación puede tener cualquier forma sustitutiva de compensación de los perjuicios
causados a la víctima, ya sea por medio de una prestación económica en su favor, por
la prestación de algún servicio en su favor o en bien de la comunidad, o simplemente
por medio de una disculpa formalizada; entre muchas otras que es posible imaginar.
Queda en claro que, para acceder a un Acuerdo Reparatorio no sólo es importante la
capacidad económica del imputado, ya que queda abierta la posibilidad de acordar una
reparación de naturaleza distinta a la patrimonial.
2° La procedencia sólo respecto de algunos delitos, aquellos que afectan bienes
jurídicos disponibles, de carácter patrimonial o susceptibles de apreciación pecuniaria
(es decir hurto, algunos robos con fuerza, estafas, apropiación indebida, daños, etc.);
y también en caso de delitos culposos que no hubieren producido resultado de muerte
ni afectaren en forma permanente y grave la integridad física de las personas (delitos
de tránsito con resultado de lesiones físicas de mediana o baja gravedad). Esto ocurre
porque existen ciertas categorías de delitos que, en atención a su gravedad, deben ser
60

investigados y sancionados por el Estado, aún cuando se haya intentado satisfacer a la


víctima con algún tipo de reparación (por ejemplo, una indemnización).
3° La aprobación del respectivo acuerdo; para que este produzca sus efectos, las
partes deberán solicitar al Juez de Garantía respectivo su aprobación. Esta última
se hará efectiva en una audiencia a la que tendrán que comparecer todos aquellos
a quienes pudiere afectar el acuerdo. Antes de resolver, el Juez de Garantía deberá
verificar que las partes han llegado al acuerdo en forma libre y voluntaria, y que tienen
pleno conocimiento de sus derechos y de las consecuencias de aquel. Posteriormente,
tendrá también la función de velar y adoptar todas las medidas que estime necesarias
para hacer efectiva la reparación acordada, transformándose con ello en una
garantía para la víctima, en cuanto a su cumplimiento. Aprobado y cumplido el
Acuerdo Reparatorio por parte del imputado, el efecto de esta salida alternativa
será el de extinguir la acción penal en contra del imputado y dará lugar al término
del proceso.

LA MEDIACIÓN
Los conflictos, es decir las dificultades que se generan frente a un hecho que involucra a
más de una persona, o a personas en relación con sus organizaciones o entre éstas, han
existido desde siempre. Estos pueden tener resultados mejores o peores según las formas
que se utilicen para enfrentarlos y resolverlos, las que pueden tener un carácter formal o
informal, estar o no apoyadas por resoluciones judiciales que les otorguen validez, etc.
Dependiendo del objetivo y el contexto en que cada una de estas formas de resolución
se desarrolle, destacan entre ellas: los arbitrajes, las conciliaciones, las negociaciones
y finalmente la Mediación.
La Mediación nace como una Institución encaminada a la resolución alternativa de
conflictos, extendiéndose rápidamente su utilización en razón de los buenos resultados
obtenidos con su aplicación, tanto en Estados Unidos, como en Europa y posteriormente
en América Latina (principalmente en Argentina y luego en Chile). Su aplicación se da en
ámbitos muy diversos, tales como el judicial, laboral, educacional, familiar, etc. En Chile, se
encuentra en proceso de discusión el Proyecto de Ley que crea los Tribunales de Familia,
lo cual permitirá aplicar este procedimiento en una variada gama de conflictos familiares,
tanto en lo referido a los derechos de los padres como de los hijos, así como en los que
tienen su origen en el cumplimiento de obligaciones pecuniarias, o en aquellos relativos a
responsabilidades derivadas de vínculos familiares.
No obstante, en Chile existen experiencias de Mediación en Centros Especializados, al
alero del Ministerio de Justicia, las que han permitido validar este procedimiento como un
efectivo medio para enfrentar y resolver conflictos en las áreas de la familia, la educación,
y otras. En todo caso, estamos ciertos que existen algunos ámbitos en los que la Mediación
no podrá llevarse a cabo, como son aquellos casos en que el valor de los bienes jurídicos
61

comprometidos o involucrados en las demandas de las partes afectadas, son de tal


envergadura que la hacen inviable.
La Reforma Procesal Penal, que entró en vigencia el 16 de diciembre del año 2000 (en
las Regiones IV y IX), establece dentro de su normativa ciertas salidas alternativas al
proceso, en aras de descomprimir el sistema y dar nuevas posibilidades de respuesta frente
a ciertas categorías de delitos; entre ellas están, como ya mencionamos, “Los Acuerdos
Reparatorios”. Éstos, en estricto rigor, sólo se producirán cuando haya un acuerdo entre
las partes involucradas (víctima e imputado), en torno a la forma de resolver el conflicto
generado por el ilícito denunciado e investigado.
A continuación se desarrollan algunas ideas que dan cuenta de la similitud que los Acuerdos
Reparatorios tienen con la Mediación:
1. El Acuerdo Reparatorio supone la concurrencia de la voluntad de ambas partes, es
decir ambas participan de este por su propia decisión; por lo tanto, bastaría con que
una de las partes no lo considerara como una opción válida para resolver el conflicto,
y la persecución penal continuaría su desarrollo hasta llegar al proceso simplificado
u oral. Ésto, con todas las consecuencias que podrían resultar de ello, tales como: el
mayor tiempo que se requerirá para su desarrollo, y la posible determinación de una
pena en caso de dictarse sentencia condenatoria, una vez acreditada la responsabilidad
en el ilícito investigado. La concurrencia de la voluntad de las partes es también
una condición para que tenga lugar un proceso de Mediación, y es necesaria tanto
para tomar la decisión de iniciarlo, como para desarrollarlo hasta el final y llegar a la
resolución efectiva del conflicto que le dio origen.
2. En la Resolución del conflicto que originó el Acuerdo Reparatorio existe interés de
la víctima y del imputado; la víctima intenta obtener un beneficio compensatorio y el
imputado busca resolver su problema jurídico en forma rápida y definitiva, evitando las
consecuencias negativas que del hecho ilícito se pudieren originar.
Al respecto, se señala que un 80.8% de las denuncias por delitos de hurtos son
sobreseídas temporalmente, logrando sentencia condenatoria sólo un 8% del total1.
Esto denota claramente que el sistema actual no responde a las expectativas de las
víctimas, las que en su mayoría no obtienen ningún tipo de respuesta de parte de la
justicia, y mucho menos participan en las decisiones adoptadas.
En la Mediación también existe interés por resolver un conflicto determinado, el
que puede percibirse con distinta intensidad o gravedad por las partes, siendo
responsabilidad del Mediador manejar esta variable a fin de situarlas en un mismo
nivel de poder, conciliando en ambas el interés común por resolver definitivamente
el conflicto.

1
La Gran Reforma de la Justicia, Ministerio Sec. Gral. de Gobierno, 1997 (Cuadernillo).
62

3. Tanto en los Acuerdos Reparatorios como en la Mediación las partes participan


directamente del proceso, llegando a un acuerdo satisfactorio para ambas. En la
Mediación se promueve la reflexión y evaluación, de manera que el resultado y acuerdos
establecidos forman parte de la decisión y compromiso de cada parte, habiendo
buscado previamente la mejor alternativa.
El Nuevo Código Procesal Penal chileno, no establece la figura del Mediador con una
participación específica en los Acuerdos Reparatorios, quedando esta actuación sujeta a
la intervención del Fiscal y de la Defensoría Pública –ante el Juez de Garantía–, apoyados
eventualmente por los abogados representantes de las partes involucradas. Considerando
que el uso de esta salida procesal más adelante podría requerir de mayor apoyo técnico para
su correcta aplicación, y sobre la base de los puntos previamente desarrollados en que se
establecen algunos principios de la Mediación, es que se estima que la implementación de
este procedimiento podría ser adecuado para apoyar al Juez de Garantía en la consecución
de Acuerdos Reparatorios válidos. Ésto sería más acorde con los tiempos actuales, en los
que la participación democrática y el respeto a los derechos humanos deben constituirse
en los ejes que sustentan la convivencia social, y en donde las decisiones adoptadas en
el ámbito judicial sean asumidas con mayor responsabilidad y las partes asuman un rol
protagónico dentro del proceso penal.
Por otra parte, como ya sabemos, los delitos que podrían ser objeto de un Acuerdo
Reparatorio son aquellos de menor gravedad y, por ende, los infractores también serían
personas de menor compromiso delictual2. En este contexto, también sería oportuno
reflexionar acerca de las razones del delito y si ello podría ser una respuesta a nuestros
propios modelos y sistemas de vida en donde la competencia reviste una importancia vital,
quedando al margen todas aquellas personas carenciadas y con un mínimo repertorio de
oportunidades, buscando entonces salidas distintas para alcanzar la satisfacción de aquellas
necesidades que no han sido adecuadamente cubiertas.
La Mediación, permitiría a la víctima hacerse parte y asumir su responsabilidad en casos
en que como sociedad no estamos respondiendo, y podría entender de alguna manera el
por qué ese infractor está en ese momento frente a ella como tal. Para éste último, en
cambio, esta instancia se transformaría en una oportunidad de evaluar la manera en que ha
resuelto sus conflictos y cómo modificar esa conducta, haciéndose responsable, tanto en el
futuro como en lo inmediato, de la reparación que debe efectuar.
Para lograr este objetivo, el Mediador deberá realizar un profundo trabajo que deje
perfectamente claro el protagonismo de las partes en la resolución del conflicto y en la
toma de decisiones; ellas estarán en igualdad de condiciones. También se centrará en las
necesidades o intereses en relación a los hechos, por sobre los deseos individuales
de cada uno de los participantes. En ésto es fundamental la adecuada utilización de

2
Se señala que el delito de hurto corresponde al 10,7% de los delitos por los cuales se cumple condena en
Gendarmería de Chile el año 1999. Compendio Estadístico, Gendarmería de Chile, 1999.
63

técnicas de comunicación por parte del Mediador, dado que ésta determinará el contexto
y grado de comprensión que ambas partes tendrán del proceso y, por ende, incidirá en su
participación en la generación y definición del Acuerdo Reparatorio.

LA PROPUESTA
Como procedimiento y metodología a utilizar en la Mediación que se propone incorporar
en los Acuerdos Reparatorios, está lo siguiente:

A. Procedimiento
En el nuevo Código de Procedimiento Penal, el Ministerio Público tiene como objetivo
fundamental la persecución penal pública en todos aquellos casos en que tenga
conocimiento de un hecho punible, a excepción de aquellos en que los antecedentes
que lo sustentan no permitan conducir una investigación con perspectivas de éxito. La
formulación de la imputación de determinados hechos –ante el imputado y el Juez de
Garantía– por parte del Fiscal, da inicio a la etapa de Instrucción en donde se podrán
formular cargos respecto del ilícito en cuestión; es aquí donde puede plantearse el Acuerdo
Reparatorio como una salida alternativa al proceso, lo que de llegar a buen término se
constituirá en la razón para extinguir la acción penal. Aquí las partes –imputado y víctima–,
representadas por el Ministerio Público y la Defensoría, respectivamente, y conforme a los
requisitos de procedencia de los delitos, establecen o acuerdan una forma de reparación
del daño causado. Se estima en este momento la primera posibilidad de derivación a
un tercero neutral, denominado Mediador, para que intervenga de manera externa y sin
intereses personales en relación a los resultados del conflicto. Este profesional puede estar
o no situado físicamente en el mismo Tribunal y trabajará a lo menos en dupla, a fin de
permitir la retroalimentación, supervisión, y/o inhabilitación de uno de ellos si la situación
lo amerita. Las partes, habiendo asumido este acuerdo reparatorio como una salida al
proceso en que están involucradas, serán informadas acerca de este procedimiento
y de las posibilidades de resolución del conflicto de manera directa y personal, el
que tendrá la misma validez que lo acordado por los representantes ante el Juez de
Garantía. El Acuerdo será acreditado mediante un escrito que se anexará al Registro
correspondiente al proceso.
Posteriormente, y una vez finalizada la Mediación, ambas partes se presentarán a una
audiencia con el Juez de Garantía quien aprobará el acuerdo al que han llegado, el que será
corroborado mediante un documento. El Juez verificará que éste ha sido contraído libre y
voluntariamente, constatando el pleno conocimiento de sus derechos y las consecuencias
del Acuerdo por parte de los firmantes.
Para efectuar la Mediación, se contará con una oficina especialmente destinada a estos
efectos, la que será amplia y confortable y dispondrá de, a lo menos, tres sillones,
distribuídos para facilitar el contacto más cercano y la buena comunicación. Se sugiere
64

contar con una pizarra acrílica visible para todos los participantes, en donde se puedan
registrar datos numéricos importantes a considerar en el proceso, a fin de tener total
claridad acerca de lo demandado y de las posibilidades de respuesta a ello.

B. Metodología
Este proceso se llevará a cabo idealmente en tres sesiones comunes, es decir, con la
participación de ambas partes. Si surgieran algunas dificultades que impidan el avance de
la Mediación, se agregará una sesión individual con una o ambas partes. Así también, si
existiera una gran diferencia de intereses entre las partes, de tal forma que dificultara el
establecimiento de alternativas de solución en la primera sesión, se propone realizar una
nueva sesión antes de evaluar y consensuar los términos iniciales del Acuerdo. Aquí se
ha optado por un menor número de sesiones que en otros tipos de Mediación (como las
relacionadas con Separaciones Conyugales, Tuición de Menores, etc.), dado que en esta
Mediación se configura esencialmente la reparación de un daño eminentemente material,
y no existen procesos de vida de las partes o de los hijos involucrados en ello. Además,
se presume que ambas partes estarán predispuestas a resolver la situación en el más
breve plazo, tanto por intereses personales de la víctima, como por la connotación
negativa que revisten los trámites derivados de un conflicto con la justicia, lo que afecta
especialmente al imputado.
• La primera sesión de mediación estará destinada a trabajar con ambas partes y
tendrá una duración máxima de una hora y media a dos horas.
Las partes se presentan ante el Mediador con un conocimiento previo acerca
del proceso que vivirán, por lo tanto, en la primera sesión sólo se reforzarán las
características de neutralidad, confidencialidad y voluntariedad de éste, y se señalará
que la sesión puede ser suspendida en el momento que alguno de ellos lo decida; y
en este caso deberán asumir su responsabilidad frente al proceso regular establecido
en el Código Procesal Penal. También se informará que lo tratado en las sesiones
de Mediación no se utilizará en un posterior proceso si ello implicara un desmedro
o empeoramiento de la situación judicial del imputado. Las partes deberán tener en
claro que los resultados logrados dependerán de su propio interés y compromiso
en el proceso de resolución. Todo lo anterior busca generar un clima de confianza
y seguridad que facilite la comunicación y motive la participación, a fin de hacer
más expedito el proceso.
Luego, se establecerán los hechos que abrieron la posibilidad del Acuerdo Reparatorio
y, en definitiva, el motivo por el cual llegaron a la Mediación. El sentido de ésto, no
es mirar hacia atrás y cuestionar actuaciones o recriminar conductas, sino que, se
trata de conocer el motivo o cuestión de interés para la Mediación, centrando allí el
accionar del profesional. Se comienza con la participación del demandante o afectado,
y posteriormente, la del imputado; si fuera necesario, se permitirá la expresión de
emociones y sentimientos en caso de sentirse alguna de las partes muy afectada
por la situación. Se debe generar un clima de empatía entre ambas partes, que le
65

permita a cada uno ponerse en la posición del otro y sentir lo que esa experiencia le
haría demandar de éste, en su caso.
De la forma descrita se facilitará el proceso de Mediación, dado que habrá un mayor
interés en la resolución del conflicto que los ha vinculado. Habiéndose establecido
un consenso respecto del daño causado y la necesidad de efectuar la reparación,
se abordarán a continuación las condiciones económicas o materiales del infractor
o imputado; luego, sobre esa base y dimensionando efectivamente la realidad, el
querellante o víctima podrá expresar sus demandas.
Como se dijo anteriormente, si se percibiera resistencia de alguna de las partes para
concretar el Acuerdo, se propondrá la posibilidad de realizar una sesión individual con
la(s) parte(s) reticente(s), dejando en claro que esta sesión tendrá por único objetivo
destacar la importancia de su participación en este proceso para llegar a concretar un
Acuerdo que satisfaga a ambas partes. Asimismo, si se percibiera que alguno de los
participantes se encuentra presionado por algún tipo de engaño, violencia o cualquier
forma de intimidación, será conveniente investigar dicha situación en una sesión
individual con el afectado; se debe aclarar en esta sesión que su contenido no será
ventilado en la sesión común, salvo si la intimidación fuera de tal magnitud que pudiera
dar lugar a otro proceso judicial. En este caso, habrá que informar que esa situación
constituye un impedimento para avanzar en el proceso de Mediación.
Una vez que se haya logrado establecer claramente la posición de demandante y
demandado ante la Reparación, se abre la discusión para definir las diferentes opciones
en cuanto a la forma de cumplir adecuadamente con este compromiso. Éstas se
evaluarán una a una, hasta establecer la más congruente con el compromiso adquirido.
Posteriormente, se establecerá un segundo encuentro en un plazo no mayor a los 15
días, a fin de reconsiderar el Acuerdo previo y evaluar si efectivamente satisface los
intereses de ambas partes y se determinarán las formas y fechas en que la Reparación
se hará efectiva, atendiendo a la realidad de cada cual.
• En una segunda sesión que podrá ser más breve (de una hora a una hora y media),
si hubo consenso en la sesión previa, se intentará concretarlo a través de hechos
puntuales, evaluando allí la cuantía de la Reparación, sus formas y plazos para que se
haga efectiva. Si dicha Reparación consiste en que el imputado entregue parte de su
tiempo en un trabajo de tipo comunitario u otro, también deberán quedar establecidos
los plazos y lugares en que éste se llevará a cabo, así como los medios de verificación de
su cumplimiento y la fecha en que empezará a regir. Todas estas condiciones quedarán
registradas para, posteriormente, elaborar el documento que fijará el Acuerdo.
• En la tercera sesión, se tendrá el Acuerdo Reparatorio documentado. Éste
será revisado por ambas partes, quienes manifestarán su acuerdo o desacuerdo,
introduciéndole modificaciones si fuera necesario. Si hay acuerdo, se certificará la validez
de dicho documento mediante la firma de ambas partes y se dejarán de manifiesto los
efectos jurídicos de su incumplimiento. Dicho Acuerdo será posteriormente presentado
al Juez de Garantía para el procedimiento legal correspondiente, y éste deberá
66

velar por su adecuado cumplimiento. Esta etapa también podrá ser apoyada por un
“Seguimiento” de parte del Mediador, en tanto estos Acuerdos formalizados impliquen
un período significativo de tiempo para hacerse totalmente efectivos.
En esta última sesión, se promoverá el uso de este procedimiento no adversarial para
la resolución de otros conflictos en los que, eventualmente, pudieren involucrarse las
partes; también se dejará abierta la posibilidad de recurrir al Mediador en caso de
ocurrir algún hecho fortuito o involuntario que imposibilite la ejecución parcial o total
del compromiso adquirido, el que deberá contar con la anuencia del Juez de Garantía
para considerar una eventual modificación.

CONCLUSIONES
Investigados y analizados algunos fundamentos teóricos de la Mediación y, esencialmente,
fundados en el ejercicio profesional y la experiencia de trabajo con personas en conflicto
con la justicia, hemos propuesto la implementación de la Mediación en la salida alternativa
de los “Acuerdos Reparatorios”, como una forma de mejorar esta vía de resolución de
conflictos en el ámbito de la justicia penal; llegando a las siguientes conclusiones:
• La implementación de un Programa de Mediación en el ámbito jurídico, es coherente
con la evolución del sistema de justicia desde una perspectiva inquisidora a una más
imparcial, equitativa, humana, conciente e integradora.
• El Acuerdo Reparatorio obtenido a través de un proceso educativo como el de la
Mediación, cumple también con los efectos esperados de la aplicación de justicia, como
son: la sanción y la reparación a la víctima.
• La Mediación permitirá la obtención de resultados concretos mediante un procedimiento
sustentado en ciertos principios, con aplicación de técnicas y una metodología
previamente establecida, lo que otorga objetividad, validez y garantía al proceso.
• La resolución de conflictos con la justicia a través de este procedimiento, permitirá
centrar el interés no sólo en el ilícito demandado a la persona cuestionada (victimario),
sino en sus efectos, lo que –implícitamente– contribuye a modificar la percepción de la
delincuencia y de los infractores. Ello no involucra una justificación del hecho ilícito, pero
sí una visión más humana de un problema social y de seguridad ciudadana, promoviendo
el sentido de responsabilidad colectiva en el fenómeno delictual.
• El Acuerdo Reparatorio establecido a través de un proceso de Mediación considera
la participación directa de los afectados para lograr el consenso frente al resultado,
en lugar de ser obtenido mediante la representación de terceros (abogados y/o
autoridades jurídicas), por lo que valida el compromiso adquirido por la partes en
este proceso, en forma efectiva.
67

• Así también al evaluar las condiciones materiales o económicas del demandado


(victimario) frente a una reparación de carácter pecuniario, será posible llegar a
un Acuerdo basado en opciones reales y concretas, mejorando las posibilidades de
cumplimiento efectivo de éste.
• Finalmente, se estima que esta experiencia genera un proceso de reflexión y análisis
sobre los hechos ocurridos, elementos que constituyen la base educativa necesaria
para la evolución y crecimiento de las personas, replicable frente a otras instancias de
resolución de conflictos. Estas experiencias al ser transmitidas, paulatinamente, pueden
influir en la conciencia ciudadana, así como en su percepción y validación positiva
del sistema de justicia y su aplicación.

Bibliografía
El Nuevo Proceso Penal. Cuadernos de Trabajo. Universidad Diego Portales, Stgo. de Chile,
2000.
La Mediación ¿qué es? Apuntes Escuela Trabajo Social Pontificia U. Católica de Chile.
Comunicación en el proceso de Mediación Apuntes Escuela Trabajo Social Pontificia U.
Católica de Chile.
Cuando hablar da resultados, Perfiles de mediadores. Deborah M. Kolb y asociados. Ed.
Paidós. Argentina, 1996.
La gran Reforma de la Justicia, Cuadernillo Ministerio Secretaria General de Gobierno, 1997.
Mediación y Trabajo Social, De Tommaso Antonio Horacio, Ed. Espacio, Buenos Aires.
Apuntes Varios, Curso Capacitación Gendarmería de Chile, año 1998 y 1999, Escuela Trabajo
Social Pontificia U. Católica de Chile.
Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios
N° 3 - Noviembre 2001 - Santiago de Chile
69 - 87

Metodología de Participación Profesional


Comunitaria-Emprendedora:
“Promoción Humana en Sectores Difíciles”

Marlene Costanzo Torres*


Psicóloga
Gendarmería de Chile - VIII Región

Resumen
En el presente artículo se plantea una metodología de trabajo psicosocial de carácter
emprendedor dirigido a profesionales que desean participar en el desarrollo de empoderamiento
de comunidades con una vinculación territorial. Más que buscar el alejamiento y desarraigo de
un medio marginal carenciado, de nuestros usuarios o sujetos de atención, se propone buscar el
mayor arraigo y compromiso de él y los vecinos con el desarrollo del sector.
Dicha metodología se aplicó exitosamente en proyectos comunitarios financiados por el Consejo
Nacional para el Control de Estupefacientes (CONACE) y el Fondo de Solidaridad e Inversión
Social (FOSIS), en la ciudad de Concepción.

I. PRESENTACIÓN
Cuando en un país como el nuestro, por situaciones personales, laborales, políticas,
religiosas, etc., miramos nuestro alrededor y nos encontramos con realidades humanas
en las que se constatan condiciones de vida indignas, que no sólo alejan a muchos del
desarrollo pleno de sus potenciales, sino que, más dramático aún, distorsionan su ser
persona y con ello su ser ciudadano a tal punto que ponen en riesgo su integridad personal,
su descendencia, la convivencia comunitaria y la seguridad mínima que requiere la
ciudadanía... a muchos nos impacta... y a algunos nos mueve a hacer algo.

* Con colaboración de: Lucía Sepúlveda Mena, Tatiana Aguayo Vidal, Cecilia Cabrera Vallejos, José
Viveros Jara
70

Al aprehender y analizar estas situaciones humanas con un enfoque ecológico, sistémico,


y holístico, más clara nos queda la relevancia y el impacto que estas realidades tienen en
la vida de la totalidad de nuestra actual sociedad y de las generaciones futuras. Además,
aunque aceptemos nuestra realidad humana como imperfecta y siempre perfectible, con
un marco natural de realidad dinámico, en constante movimiento, cambio y construcción,
los seres humanos debemos asumir que todos participamos y aportamos –queramos o
no, de manera consciente o no–, nuestra cuota a la realidad vivida, es decir, tenemos
cierta responsabilidad en lo que resulta de nuestra vida social.
Por otra parte, ¿qué hacer ante ello?
Desde el ámbito del estudio y del quehacer en relación a la conducta humana, conocemos
una serie de disciplinas que cuentan con teorías, metodologías y técnicas de estudio e
intervención en los procesos humanos. Sin embargo, en la práctica hemos aprendido que
ninguna disciplina conocida explica toda la realidad y el comportamiento humano. Por
ello, necesariamente, hoy en día para ser efectivo y avanzar respecto a problemáticas
complejas, debemos aceptar la necesidad y racionalidad del trabajo multi e interdisciplinario,
y la necesidad de generar alianzas entre diversos actores y sectores, sean públicos,
privados y/o comunitarios.
Desde la práctica, la experiencia profesional de trabajo con la comunidad poblacional
en sectores difíciles (presencia de delincuencia, pobreza y droga) de la provincia de
Concepción, y desde la mirada del equipo multidisciplinario del Centro de Reinserción
Social de Gendarmería de Chile de esta ciudad, se ha estructurado y sistematizado
una metodología de intervención psicosocial denominada “Promoción Humana en
Sectores Difíciles”, la que en este documento queremos presentar a quienes estén
motivados y comprometidos en un camino similar de convertir sueños y/o visiones de futuro,
en realidad. Esto, con el fin de que compatriotas que viven situaciones de vida difíciles –con
ayuda– se conviertan en protagonistas de la construcción de su desarrollo.

II. ANTECEDENTES
Esta metodología tiene su origen en el deseo de un grupo de profesionales por buscar
iniciativas para influir el “entorno” de jóvenes infractores de ley en situación de riesgo
social; situación en la cual los diagnósticos psicosociales y criminológicos apuntan –en
general– a que el grupo de pares y el entorno sociocomunitario son las variables de mayor
peso en la generación de este riesgo, en donde la presencia de pobreza, delincuencia y
drogadicción en el sector en que ellos residen es significativa. En este escenario, como
funcionarios públicos en el rol de Delegados o facilitadores de desarrollo psicosocial, no
nos parece congruente orientar a estos jóvenes hacia el simple alejamiento de sus pares,
estigmatizándolos o descalificando su medio sociocomunitario, toda vez que son personas
dignas de respeto, valoración y colaboración. Además, en la empiria se constata que un
71

número significativo de los jóvenes que deciden dejar sus amistades “negativas”, al poco
tiempo regresan a ellas ya que se les hace muy difícil desvincularse de sus pares.
La búsqueda de congruencia en el ejercicio del rol de servidores públicos, se ha dado no
sólo en términos de dar cumplimiento a la exigencia concreta e inmediata de favorecer
el desarrollo de un determinado usuario(a) puesto a disposición por el tribunal, sino que
también como servidores públicos que en su accionar valoran concientemente el desarrollo
de toda la comunidad. Así, se desarrolla la capacidad de realizar acciones que resguarden
–en lo posible–, que los impactos, metaimpactos, mensajes y metamensajes emitidos
sean siempre “pro-sociales”, de tal forma que trasciendan más allá de aquella parte de la
comunidad que constituye su específico sujeto de atención. En términos concretos, más
que caer en la orientación del tipo: “por las características de tus amigos... lo mejor para
ti es que dejes esas juntas”, “Si no te alejas de tus amigos... es muy probable que vuelvas a
caer en problemas”, etc., la propuesta va por el lado de construir relaciones alternativas
a los vínculos de riesgo social. Esto, con propuestas creativas e innovadoras, que por
sobre todo disminuyan las “vulnerabilidades” y “empoderen” a los pobladores (pobladores,
servidores públicos y otros), y construyan desarrollo comunitario efectivo.
Los pasos dados para encontrar un camino que permitiera concretar estos “sueños” o
requerimientos, se dieron en el marco de un concurso de proyectos CONACE, en que
el Centro de Reinserción Social de Concepción postuló, obteniendo financiamiento
por dos años consecutivos para realizar intervención psicosocial en sectores difíciles
de la provincia de Concepción. Posteriormente, se continuó con apoyo y asesorías
esporádicas al sector.
Los principales logros globales de esa intervención, fueron: la constitución de una
organización funcional (con personalidad jurídica) denominada “Los Jóvenes Construyen
Desarrollo”, la concesión de una radio comunitaria que actualmente administran con un
profundo sentido de desarrollo comunitario, y la ejecución, por parte de la organización, de
un proyecto sobre prevención en consumo de drogas financiado por el CONACE; y otras
numerosas acciones que han ido consolidando la materialización de un sueño.

III. CARACTERÍSTICAS DE UNA METODOLOGÍA DE PARTICIPACIÓN


PROFESIONAL COMUNITARIA-EMPRENDEDORA

Es aportativa, respetuosa e integradora


• Tiene el compromiso explícito de trabajar por intereses colectivos que mejoren la
calidad de vida del sector.
• Se promueve que las decisiones se tomen con un estilo democrático por las personas
responsables de los procesos y acciones, y considerando las opiniones y sugerencias
del resto de los miembros de la organización.
72

• Su estilo es respetuoso, participativo, constructivo, propositivo, consensual, abierto al


trabajo en redes, con marcada confianza en las personas; y la comunicación constituye
la herramienta central en la relación con los demás.
• No discriminadora, pero sí selectiva. Pobladores y voluntarios pueden pasar a ser
miembros estables en la medida que estén dispuestos a avanzar en el desarrollo,
poniendo en práctica las características mencionadas.

Incorpora y promueve valores prosociales y ética relacional


• Se declara marcada confianza y valoración de las personas como sentido y fin de
las acciones y encuentros.
• Más allá del sólo respeto y tolerancia hacia las personas y la diversidad de sus
características, se promueve la valoración de la persona en sí, como un otro legítimo,
con su propia identidad y características.
• Se promueve en la acción valores de colaboración, solidaridad, honestidad, justicia,
compañerismo y responsabilidad.
• La comunicación es la herramienta fundamental en la relación con los demás, en su
evolución y especialmente en la consolidación a través del logro de consensos.

Se enmarca en una epistemología constructivista


• Se enmarca en premisas de Gregory Bateson y Paul Watzlawick, en relación a la
“Comunicación Humana” (entendida como equivalente a comportamiento humano).
Se basa en la idea de que el conocimiento de la realidad por parte del ser humano
está determinado en gran medida por las características del Sistema Nervioso y
los sentidos. El ser humano construye realidad, no tiene condiciones para percibir
“objetivamente”.

Busca ejercitar una mirada sistémica-cibernética


• Intenta ejercitar permanentemente una visión sistémica de las diversas situaciones
humanas, individuales o colectivas.
• Se asume que toda conducta verbal y no verbal constituye un mensaje comunicacional-
conductual, que tiene impacto en los sistemas humanos involucrados, ya sea en mantener
“equilibrios” o generar “desequilibrios” (sean positivos, negativos, etc.).
• Los operadores en sus intervenciones deben considerar al máximo la diversidad de
relaciones e interacciones; los micro y macrocontextos en que se está interactuando; los
niveles de interacción; las interdependencias; los impactos y retroalimentaciones que
se dan en los sistemas activados, contactados o puntuados.
73

El desarrollo de vínculos personales tiene un rol central


• La interacción profesional y técnica, hace consciente, integra explícitamente y busca
desarrollar tecnología sobre la dimensión afectivo-interaccional entre las personas. Esto,
especialmente con relación a los profesionales responsables, su actitud y disposición
para con los participantes, lo que se reflejará en el estilo usado y modelado.
• Más que un territorio o un engranaje de redes de soporte interpersonal, es la dimensión
afectivo-interaccional la que definirá la presencia de una “comunidad”.
• Es así, como en los profesionales, los voluntarios y los participantes fundadores se
requiere un involucramiento y compromiso humano más allá de lo habitual en este
tipo de programas; es fundamental un enfoque ideológico-social de preocupación
por las poblaciones de sectores difíciles, con marcada confianza en la posibilidad de
desarrollo de ese sector y un repertorio comunicacional coherente con ello; esto,
permite “comunicar” y “metacomunicar” en la misma dirección.

Incluye metodologías activo-participativas


• El estilo relacional de los operadores y el aporte formativo debe permitir a los
destinatarios de la intervención actuar como protagonistas, descubridores y
constructores de conceptos; el profesional ejerce un rol de animador-facilitador del
uso reflexivo de la experiencia, de la re-creación de pautas conductuales y de la
co-construcción de mejores decisiones (desde el punto de vista de los involucrados)
personales y colectivas.

Es emprendedora
• Concibe una relación de “ser humano-realidad” como una constante construcción de
mundo, siendo su opción ser un protagonista activo en una construcción consciente
del futuro deseado.
• Busca inventar y construir con entusiasmo, esfuerzo, conocimiento y persistencia una
realidad diferente... una realidad deseada.

Usa técnicas variadas


• Que estimulen, animen y faciliten el cuestionamiento personal y colectivo, la revisión,
la reflexión, el conocimiento, la re-creación y la co-construcción de conceptos, ideas,
experiencias y pautas conductuales que permitan avanzar hacia la concreción de las
metas, visiones de futuro y sueños.
• Participativas de Educación Popular.
• De Terapias Sistémicas Breves, especialmente centradas en Soluciones.
74

• Imaginerías.
• De orientación Rogeriana (Reflejo, aceptación, seguir).
• De Programación Neurolingüística (PNL). Que faciliten la construcción de imágenes y
autoimágenes asociadas a los objetivos propuestos.
• De Comunicación Audiovisual, inspirada en la PNL en la selección de imágenes
y música.
• De gestión, planificación estratégica y negociación.

Se sitúa en el futuro
• Inspirados y focalizados en el futuro, se rescatan y administran experiencias del pasado
actuando proactivamente en el presente.

IV. CONDICIONES ÚTILES PARA EL OPERADOR DE LA METODOLOGÍA


1. Siéntase y actúe como un “Emprendedor Social”.
2. Tenga siempre presente las máximas: “Mira alto y llegarás lejos”; “Sueño que se sueña
solo, sueño es... sueño que se sueña juntos, realidad es”.
3. Inicie la intervención sólo si tiene confianza en la factibilidad del programa y en
su capacidad de cumplir lo comprometido, o sumará una decepción más a los
participantes.
4. Explicite intencionalidades y motivaciones, no mantenga antecedentes ni intenciones
ocultas, ni genere falsas expectativas.
5. Haga consciente y explícito su concepto de comunidad... consensúe con otros y
sea congruente con él.
6. Apóyese en su condición de funcionario de institución pública y su función de
servicio a la comunidad.
7. Recuerde que la materia prima principal para construir comunidad son las personas,
sus potenciales y las posibles sinergías que logren generar.
8. Su principal herramienta la constituye el lenguaje (diálogos y autodiálogos).
9. Tenga presente que esta Participación Psicosocial Comunitaria-Emprendedora se
va desarrollando con constante proyección a futuro –individual y colectiva–, que
construye proyectos y pasos concretos, para luego retrotraerse al presente e iniciar el
cumplimiento proactivo de los pasos.
75

V. DESCRIPCIÓN DE LA METODOLOGÍA PSICOSOCIAL EMPRENDEDORA

Área de preocupación
En los sectores donde existe presencia significativa de las problemáticas de pobreza,
delincuencia y consumo y tráfico de drogas ilegales, el desarrollo humano presente y
futuro se ve afectado en diversos planos, los más evidentes: la seguridad ciudadana, la
adecuada subsistencia (nutrición y salud), ingresos familiares, estigmatización y riesgo
de desarrollar una drogodependencia, daño psicosocial e incluso una criminalización
de adultos, jóvenes y niños.
La metodología está diseñada para lograr, tanto en el proceso como en su fin, un
mejoramiento integral de la calidad de vida de las personas involucradas; esto, a través
de su participación, esfuerzo, capacitación, empoderamiento y protagonismo en el diseño
y ejecución de una visión de futuro.

Población foco
Pobladores de sectores “difíciles” en riesgo social, en donde una parte significativa de su
población presenta algún grado leve o moderado de deterioro psicosocial. Condición de
origen social, ligada a la permanencia de la persona –durante su crianza– en un entorno
urbano marginal, “carenciado”, que no estimula ni entrega posibilidades efectivas de
desarrollo y que tiene consecuencias adversas, como un escaso desarrollo personal,
educacional, laboral, social y/o económico.

Provisión de recursos
Debe ser compartido por al menos dos instituciones. Los encargados del programa deben
procurar convocar el aporte efectivo de varias instituciones –sean públicas o privadas–,
organizaciones y personas naturales. Dicho aporte puede darse en financiamiento
económico, en horas profesionales (asesoría, ejecución de talleres, etc.), préstamo de
espacios físicos, materiales, implementos, equipamiento, etc.
La intención de convocar una variedad de aportes no obedece sólo a un aspecto cuantitativo
de conseguir más recursos, sino al deseo de estimular la interacción cara a cara entre diversos
actores sociales, facilitando de esta forma la gestación de la necesaria sinergia que permitirá
a mediano y largo plazo desarrollar un verdadero sentido de comunidad.

Ejecutores del programa o proyecto


Esta metodología contempla la ejecución de acciones en cuatro niveles, principalmente, por
lo que en términos generales se conforman cuatro equipos de trabajo.
1. Equipo profesional psicosocial responsable del desarrollo técnico del programa.
Ellos son los encargados de cuidar la aplicación de la metodología y asesorar a los
76

demás en la búsqueda de coherencia de las diversas acciones en sus diferentes niveles.


Es importante que estos profesionales sostengan reuniones semanales –a lo más
quincenales– con el equipo operativo que trabaja en terreno, de manera que asesoren
oportunamente respecto al desarrollo del programa. Además, se sugiere que tomen
contacto directamente con los participantes, aunque no de manera tradicional
(entrevistando con actitud evaluativa a los participantes), sino más bien una observación
participante, ejecutando colaboraciones específicas y puntuales en lo operativo, como
por ejemplo: realizar un taller formativo, ayudar en algún evento masivo, apoyo
logístico en algunas reuniones con la comunidad, etc.
Este equipo de profesionales tiene las siguientes funciones:
• Animar y motivar a emprender el desafío del programa. Debe promover la
búsqueda del desarrollo de condiciones para una mejor calidad de vida, gestionado
por los pobladores con ayuda de instituciones, profesionales y otras redes.
Esto, con los profesionales operativos, los voluntarios y eventualmente con
los pobladores.
• Facilitar la concienciación de las necesidades, deseos y posibilidades de desarrollo.
• Articular ideas, proyectos y acciones presentadas desde diversos ámbitos, en
pro de la comunidad.
• Asesorar y colaborar en diversos niveles para el éxito del programa.
En programas muy intensivos, se sugiere la realización de reuniones más frecuentes
de asesoría con el equipo operativo.
2. Equipo de trabajo operativo, personal contratado por el programa. Es el grupo
humano que ejecuta en terreno, en contacto directo y permanente con los pobladores,
las grandes acciones programadas en pro del desarrollo del protagonismo que ellos
deben tener en la construcción de una visión de futuro de su sector, y posterior
implementación real de la misma.
Tienen las mismas funciones que el equipo técnico, sin embargo, las ejercen
principalmente con relación a los voluntarios y los beneficiados, realizando un
énfasis en las conversaciones, interacciones y metacomunicaciones emitidas en
el espacio poblacional.
3. Grupo de amigos del programa, o voluntarios. Son personas de diversos ámbitos
ocupacionales que, voluntariamente, desean colaborar en los diversos quehaceres
necesarios para el desarrollo del programa o proyecto, sin la compensación de
remuneraciones. En general, se trata de personas con un significativo interés social
y con capacidad de traducirlo en acción prosocial en beneficio de “otros” concretos,
con rostro, con nombre y apellido, y residentes en un territorio determinado. Esto
les permite tener una vinculación real y efectiva con los otros a “ayudar”, vínculos
que posteriormente, en la práctica, se transforman en potenciadores del desarrollo
humano del voluntario.
77

En general, son personas con cierta formación profesional (alumnos de educación


superior o profesionales), o experiencia en el ámbito en que ofrecen su colaboración.
Al ser voluntarios, que vienen por “gusto” principalmente (a veces a ganar experiencia
en el trabajo psicosocial), su participación se traduce en una inyección de entusiasmo
y energía, su presencia “normaliza” las interacciones (al ser gente de diversas edades,
experiencias y condiciones socioeconómicas), y tienden a retroalimentar positiva y
espontáneamente a los pobladores.
Los voluntarios tienen por función principal el colaborar en labores específicas y
tiempos definidos, siendo simplemente ellos mismos.
4. Pobladores del Sector o Población Foco. Son los principales protagonistas y
beneficiados con las acciones psicosociales desarrolladas. Ellos, con el estímulo y apoyo
de los profesionales, son capaces de dibujar en sus mentes individuales y colectivas
una visión de futuro personal, familiar y social... una visión de futuro concreta del
“ser comunidad”. Posteriormente, podrán definir y crear los caminos, acciones y
estrategias a seguir para construir esa visión de futuro en la práctica y entre todos.
Es importante que en este grupo de ejecutores se encuentren líderes vecinales
con características y experiencia de emprendedores sociales. Los profesionales
operativos cuidarán de invitar a vecinos con estas características a participar de
la iniciativa.

Objetivos

Objetivos generales
1. Fortalecer los factores protectores personales y sociocomunitarios de los pobladores,
que distancien la posibilidad de caer en conductas y/o condiciones sociales riesgosas
o francamente transgresoras.
2. Facilitar que personas en condiciones de riesgo social o en proceso de reinserción
social, en conjunto con familiares y vecinos, organizados, se constituyan en
protagonistas del desarrollo y ejecución de iniciativas en pro del mejoramiento
de su calidad de vida.
La calidad de vida es entendida como la posibilidad de expresarse como persona
única, ciudadano partícipe y co-constructor de comunidad. Esto involucra, más
allá de cubrir necesidades básicas de vida, el sentirse DIGNO y CAPAZ de usar
las propias capacidades e intereses en su vivir humano en co-construcción con
otros de su comunidad.

Objetivo transversal
Estos objetivos son los que deben buscarse en cada acción y conversación. Al constituir
ésta una metodología de carácter psicosocial contructivista, pone el énfasis en lo que
ocurre entre las personas, más que dentro de las personas.
78

Potenciar el círculo virtuoso de desarrollo de la individualidad y el colectivo en cuanto


EMPODERAMIENTO y SENTIDO DE COMUNIDAD.
Es importante tener presente al respecto, que cuando un poblador(a) decide participar
en un programa de estas características, en general, está motivado pricipalmente por
desarrollarse como persona o por colaborar con el desarrollo de otros. Por lo tanto, se
tiende a dar una de las siguientes situaciones:
• “Con otros –desarrollarse– desarrollando”. Es decir, las personas con interés en
el desarrollo personal, al plantearse desafíos e intentar cumplirlos en un colectivo
–si su búsqueda es coherente–, inevitablemente favorecerán de manera permanente
el crecimiento de otros.
• “Con otros –desarrollar– desarrollándose”. Esto es, las personas que inician su
participación principalmente focalizados en otros por sensibilidad social y compromiso
con su comunidad, al interactuar con otros en pro de desafíos colectivos también
estarán ganando experiencia y creciendo en lo personal.

Estrategias principales de intervención


Para favorecer el logro de los diversos objetivos planteados, se debe asegurar:
a. La generación de una diversidad de espacios interaccionales. Esto, significa que
los asesores y operadores-facilitadores del proceso –en conjunto con los pobladores–,
pondrán cuidado en visualizar, inventar, crear y re-crear una gran cantidad de espacios
interaccionales a vivenciar por los participantes. De esta manera se les permitirá
ejercitar repertorios de interacción y vinculación social en un escenario real. Además,
deben cuidar de no quedarse en una relación rígida de “experto-aprendiz”, toda vez
que cada persona es “experta” en áreas diferentes, el profesional en lo que estudió
y su experiencia, y el poblador en lo que sabe de la historia de su población, de las
dinámicas y expectativas de sus vecinos, de sí mismo, etc. Cuando logramos percibir
las fortalezas y competencias del otro, las relaciones interpersonales tienden hacia la
interdependencia, la intervaloración de unos con otros y la valoración del “compartir”
acciones tras el logro de lo propuesto.
Para esto, es necesario ver como espacios y oportunidades de aprendizaje las diversas
tareas que van surgiendo en la programación de actividades, por ejemplo: conseguir
una sede social para reuniones o acompañar a la persona que la solicitará; entregar una
documentación personalmente a la asistente social de la municipalidad; ayudar a armar
un escenario; conseguir premios para un campeonato de fútbol; invitar artistas a un
evento masivo; dirigir un grupo de cocina; actuar de ayudante de otro, etc.
b. Oportunidad de vivenciar una diversidad de experiencias de logro-éxito. Una de las
vivencias que fortalece y empodera a las personas, es la de saberse autoeficaz. Es por
ello que, más allá de experimentar una variedad de interacciones en diversos contextos
interpersonales, una acción permanente debe dirigirse a lograr que estas interacciones
79

sean una real oportunidad para vivenciar el logro de lo propuesto: el esfuerzo


coronado con el éxito y sentir como crece la confianza en la autoeficacia. Esto
no es sinónimo de temor al fracaso o a la frustración, sino que, significa ensayar
constantemente el sentimiento de ser exitoso, de “poder lograr”. En este contexto,
los operadores-facilitadores deben cuidar que la distribución de responsabilidades y
tareas que asume cada participante cumplan dos requisitos: signifiquen un esfuerzo
para la persona o el grupo y les sea posible lograrlas.
c. Fuerte identificación con una visión de futuro y con el grupo de referencia involucrado
en el logro de esta visión. Comprometerse en activar un camino de desarrollo personal
y comunitario no es tarea fácil. Esto requiere inversión de tiempo y esfuerzo, por ello
se ofrecen como anclas de apoyo las siguientes:
• La construcción y permanente activación de una “visión de futuro” o proyecto
concreto de sí mismo en comunidad, y/o de su comunidad con uno como miembro
activo incluído, a una cantidad de años plazo (se sugiere proyectar entre 2 a 5 años).
Esta imagen concreta de la comunidad que queremos tener en un par de años
nos motiva, compromete y amarra a una idea y a un sentimiento real y propio, el
cual favorece el avance permanente.
• El desarrollo –en los participantes– del sentimiento de ser parte de un grupo
humano en formación, compartiendo con algunos rostros nuevos y otros conocidos,
en una interacción diferente a lo ya vivido y motivados por sueños compartidos.
Este vínculo da un piso, respaldo y ánimo para creer en el poder del grupo para
gestar el logro de su visión de comunidad. La identificación con el grupo en
formación, como grupo de referencia, puede ser favorecida en la participación
conjunta en reuniones, talleres y convivencias, con el desarrollo de una imagen
corporativa. Esto a través de una denominación común, definición de su visión,
misión, objetivos, uso de colores determinados, logos, camisetas identificatorias,
jockeys, cortavientos, etc.

Estrategias de apoyo
1. Acción educativa intencionada
En la metodología se considera la entrega de contenidos educativos específicos,
elegidos estratégicamente con el fin de potenciar significativamente el proceso de
empoderamiento y construcción de comunidad. Éstos se dividen en dos: los propuestos
por el equipo de profesionales y los propuestos por los participantes.
a. Talleres psico-educativos propuestos por el Centro de Reinserción Social. En base
a la experiencia, se ha concluido que instalar o potenciar los tres aspectos que se
mencionan a continuación, asegura una disposición cognitiva y ánimo muy favorables
para iniciar el proceso de desarrollo de un colectivo.
80

• Mentalidad Emprendedora. Este taller de cuatro sesiones de duración, busca


estimular el deseo de superación de los participantes y lograr el compromiso de
atreverse y de darse la oportunidad de co-construir entre pobladores, profesionales
y voluntarios –a mediano y largo plazo– una comunidad mejor, con el desarrollo
de sí mismo y del colectivo.
• Comunicación. Este taller de cuatro sesiones de duración, busca destacar la gran
relevancia y potencialidad de la comunicación como constructora de realidad,
en un marco de ética relacional. Hace una invitación, además, a desarrollar una
comunicación coherente con lo que se desea construir.
• Redes. Taller de tres sesiones de duración, que busca favorecer la concienciación
de que la vida humana acontece en interacción con otros, y que en la medida que
más nos conocemos y mejor nos desenvolvemos en este “relacionarnos”, más
potenciamos mutuamente nuestro desarrollo.
b. Temáticas propuestas por el grupo de participantes. Pasado un tiempo y habiéndose
conformado un grupo suficientemente estable, con una visión de futuro a construir
relativamente definida, se solicitan los temas de interés que –según ellos– constituirían
un real aporte para el camino de desarrollo iniciado.
2. Proyección a futuro
Es fundamental que los operadores y voluntarios sean hábiles en el uso del lenguaje
y sean capaces de diferenciar y, por lo tanto, marcar en sus conversaciones los
diferentes tiempos verbales en las direcciones siguientes:
• Asociar las experiencias anteriores, claramente, con tiempos pasados; esto es
lo ya ocurrido... lo que ya fue. A este espacio temporal, en especial, se asocia
lo que se refiere a las experiencias negativas de fracaso, decepción, etc. Esto es
de gran relevancia ya que muchas personas tiñen pasado, presente y futuro con
experiencias negativas ya ocurridas, negándose la posibilidad de plantearse desafíos
y sueños o visiones de futuro, lo cual los inmoviliza en el presente y les dificulta
iniciar planes y realizar nuevos intentos.
Dentro de las experiencias pasadas es importante discriminar la cantidad de
experiencias, el tipo de experiencias, etc., de manera tal de disminuir al máximo la
generalización y la distorsión de los análisis; y por otro lado, aumentar al máximo la
libertad de construir, enfatizando la confianza en la adecuada planificación y trabajo
entre varios, motivados y en coordinación con otros de la comunidad.
• El espacio temporal presente, es recomendable grabarlo en el lenguaje como el
momento de tomar decisiones, el momento de la acción. Este “presente amplio”
debe darse en un marco anímico y emocional positivo y claramente ligado a la
visión de futuro que se desea construir.
• En el futuro, se depositan los sueños y deseos claramente descritos en una “visión
de futuro” (o proyecto de futuro) concreta, que guiará el accionar del presente
81

y la selección de experiencias del pasado. En la literatura sobre la psicología


de las personas y organizaciones exitosas, de grandes líderes (con capacidad
emprendedora), se observa como aspecto común la claridad que éstos muestran
en relación a lo que desean, la dirección hacia donde quieren ir y el lugar del
futuro donde quieren llegar.
3. Vinculación (inserción) con redes comunitarias
A medida que se desarrolla el proyecto se van organizando algunos eventos de acuerdo
a lo resuelto por todo el grupo humano involucrado en el proceso. Se ejecutarán
jornadas de capacitación para el grupo mismo, sus familiares y/o vecinos de ellos;
actividades artísticas; actividades deportivas, etc. El objetivo estratégico de estas
actividades es concienciar, mejor conocer, saber movilizarse y relacionarse en un
mundo comunitario interconectado, vinculado a diversos niveles (desde lo personal a lo
institucional). Se busca aplicar aquí las ideas del “aprender haciendo”.
La organización de dichos eventos debe cuidar que su avance sea gradual en los
niveles de exigencia y protagonismo de los participantes, con el fin principal de
construir una experiencia exitosa.
Es importante cuidar que este aprendizaje se complemente con la experiencia,
favoreciendo que los participantes se contacten con instituciones y organizaciones
de base. Posteriormente, se sugiere evaluar las actividades realizadas concienciando
y conceptualizando lo logrado.
4. Organización del colectivo
Este proceso se da de manera fluida y natural en el grupo de participantes, toda vez que
éstos van constatando requerimientos de acciones y decisiones en el desarrollo cotidiano
del programa. De esta forma, el estilo organizacional elegido en conjunto, responderá
con mayor efectividad a su propia realidad y visión de futuro a concretar.
En general se promueven:
• Diseños organizacionales más horizontales que verticales. Cuando se busca el
empoderamiento y participación de las personas, lo óptimo es contar con diseños
organizacionales amplios donde muchos asuman funciones y responsabilidades
diversas, de manera tal que, por un lado, el esfuerzo a realizar sea compartido
y, por otro, muchos tengan la posibilidad de protagonizar logros y satisfacciones
personales, además de los colectivos. A su vez, esta forma de organización no tiende
a generar personas “claves”, las que –siendo muy aportativas– tomarían espacios de
acción que otros podrían usar, y en su ausencia los demás no sabrían cómo avanzar
o darían pasos que los distanciarían de los objetivos fundadores.
• Estilos de toma de decisiones más consensuales y participativos que autocráticos.
Se promueve realizar procesos de toma de decisión diferenciados, según: la
temática, la trascendencia, y el impacto y requerimiento de oportunidad de
la decisión.
82

Aparece favorable promover que las agrupaciones tiendan a organizarse y funcionar


de forma tal, que sus miembros y el colectivo generen permanentes procesos de
aprendizaje en las diferentes dimensiones que vive una organización; y con ello
concienciar cómo van protagonizando la construcción de su comunidad. Esto se hace
especialmente relevante en organizaciones comunitarias que buscan un desarrollo
con identidad propia.

Principales técnicas utilizadas


Esta participación profesional intencionada, se caracteriza por la decisión y voluntad
de usar emprendedoramente el máximo de conocimientos entregados por diversas
disciplinas, que puedan ser aportativos en la búsqueda de desarrollo humano en
situaciones de vida difíciles; es por ello que el lector encontrará a continuación algunas
técnicas que no son propias de las profesiones tradicionalmente involucradas en trabajo
comunitario directo.
Las técnicas utilizadas van desde las usadas en educación, servicio social, terapia
psicológica y programación neurolingüística, hasta las utilizadas en relaciones públicas,
ventas, gestión gerencial, etc.
1. Entrevistas. Es la técnica más usada en el primer acercamiento de los profesionales
al sector, ya que permite intercambiar información de manera directa y personalizada
con la persona involucrada. Es usada para presentarse con líderes vecinales, autoridades
comunales y los participantes; puede darse de manera individual o con más de una
persona, en oficina, domicilio, terreno, etc. La técnica de entrevista constituye
una herramienta fundamental para el establecimiento de vínculos personales
con quienes son parte de la comunidad, y realizan diversas funciones en beneficio
de la misma.
2. Visitas Domiciliarias. Esta técnica es muy utilizada en Servicio Social para
realizar diagnósticos; aquí se utiliza no sólo con el afán de constatar o aumentar
el conocimiento de la realidad familiar del participante, sino que, además, busca
construir confianza y familiaridad entre los profesionales y participantes, en el
territorio natural de éstos últimos.
3. Talleres Grupales. El taller tiene como finalidad poner algunas ideas y temas en la
conversación y, en ocasiones, incorporar algunas ideas y conceptos claves en el bagaje
de los participantes. En general, su formulación es de tipo psicoeducativa.
La condición de “grupal”, busca favorecer el intercambio de experiencia y multiplicar la
cantidad de información y retroalimentación recibida de los participantes.
4. Dinámicas de Educación Popular. Son muy utilizadas para generar climas
psicológicos y anímicos propicios para el aprendizaje y el intercambio humano. Se
83

usan todas las herramientas de la Educación Popular, desde dinámicas de presentación


y descongelamiento, hasta juegos de análisis y reflexión.
Con el uso de estas técnicas se busca “hacer más natural”, “normalizar” y “democratizar”
la actividad de aprender y de formarse; esto es, generar conocimiento relevante entre
todos y para todos, cada uno aportando desde sus fortalezas. El profesional, por
ejemplo, aportará sus conocimientos sobre metodologías de su área y sobre procesos
humanos; y el poblador, sobre el conocimiento de su sector, su historia, etc.
5. Comunicación Audiovisual. Lo óptimo es incorporar al máximo el registro gráfico,
fotográfico y audiovisual de las actividades y mensajes que se desea grabar cognitiva y
afectivamente en los participantes. Esto puede ser a través de dípticos, afiches, volantes,
fotografías, diaporamas y videos (video clip); todo ello usando colores y música, con
sentido y atractivas, que transmitan energía favorable y contenido.
Esta es otra forma de aportar contenido, motivación y empoderamiento; aunque
en general ha sido infrautilizada o incoherentemente utilizada por los trabajadores
psicosociales. Aquí se trata de generar un lenguaje dirigido al hemisferio cerebral
derecho, al mundo de las emociones y las sensaciones, a través del sentido visual y
auditivo –principalmente–, marcando imágenes y mensajes coherentes con la visión
de futuro que se desea construir.
6. Planificación y Gestión. Son herramientas rescatadas desde el mundo de la
dirección de empresas para ponerlas a disposición de la comunidad poblacional. La
primera actividad grupal con los participantes comprometidos a iniciar el proceso
de co-construcción de comunidad, es la definición de la visión de futuro concreta,
detallada, positiva y alcanzable de la comunidad a construir; luego se definirán
los pasos, estrategias y actividades a realizar, para que efectivamente se logren
en la práctica.
7. Reuniones de Reflexión y Análisis. Independiente de los talleres psicoeducativos,
se sugiere realizar reuniones grupales formales para avanzar en la comprensión de
situaciones difíciles, complejas o problemáticas que se presentan y tomar mejores
decisiones. Es importante definir antes, a quién(es) le(s) corresponde analizar los
temas y quién o quiénes podrían aportar a la reflexión, de manera tal que puedan
ser convocados dichos participantes.
8. Programación Neurolingüística. En la selección de slogan, frases motivacionales,
imágenes en fotografías y video, en el contenido de canciones, en el uso de los
mensajes comunicacionales y, en general, de cualquier canal sensorial, se debe tener
presente el potencial programador que tienen para la psiquis humana. Por ello, es
que se hace especialmente necesario cuidar la coherencia de los mensajes emitidos y
metacomunicados con los objetivos y discursos explícitos que se han entregado.
84

Si el objetivo buscado es empoderamiento de las personas, se deberá cuidar que


los volantes, las fotografías, las imágenes registradas en videos, las canciones, etc.,
apunten a lo mismo. Se sugiere ser muy riguroso en esto, y por ningún motivo se
podrán registrar o exhibir fotografías o imágenes de video ridiculizantes o debilitadoras
de la imagen de las personas, toda vez que, con ello podríamos estar afectando la mayor
riqueza del programa, esto es: las personas y su confianza.
9. Conversaciones Marcadoras de “Realidad”. Extraídas del repertorio de técnicas
usadas en “terapias sistémicas estratégicas breves centradas en soluciones”, las
conversaciones de retroalimentación y elogio sostenidas con los participantes en
plena ejecución del programa, constituyen la técnica clave en la construcción de
vínculos, imágenes de autoeficacia y empoderamiento. Esto, porque la construcción
de contenidos psicosociales se hace y se consolida fundamentalmente en el lenguaje.
Elogio, aquí se refiere al reconocimiento de una conducta que acerca al logro de
lo propuesto; y “marcar” significa mencionar, hacer explícito, denotar y reconocer
el mérito del acierto.
Los profesionales y voluntarios deben entrenarse en el desarrollo de conversaciones
desde el enfoque constructivista estratégico, centrado en soluciones, de manera que
sean efectivamente capaces de mirar constructivamente los acontecimientos y acciones;
esto es, percibir los avances y aciertos que acercan a las personas y a las organizaciones
a las visiones de futuro diseñadas. Una persona que busca potenciar el desarrollo
humano y no es capaz de percibir en otros conductas “aproximativas” a la visión de
futuro, podría estar entrampada a la espera de conductas terminales.
Si no se cuenta con esta “mirada”, existe gran riesgo de alejarse de una participación
profesional constructivista honesta y caer en una intervención de tipo manipulativa,
en un elogio sin contenido ni sentimiento, el que generalmente es menos efectivo y
creativo, por lo que agota fácilmente a sus emisores en el camino.

Etapas del proceso


1. Inicio del contacto con las personas del sector
El contacto inicial con los vecinos del sector con que se pretende trabajar, se establece antes
de postular el proyecto o programa, de manera que en conjunto con líderes vecinales
y algunas autoridades locales se consensúe una propuesta que, obviamente, así tendrá
mayor probabilidad de obtener el financiamiento y lograr mayor participación en la
ejecución misma del proyecto.
El paso siguiente, y posterior a la aprobación del proyecto por las fuentes de financiamiento,
consiste en la difusión, motivación e invitación a participar a pobladores beneficiarios
del proyecto. Lo óptimo aquí es hacer uso de técnicas audiovisuales y de impresión
atractivas.
85

Se invita por grupos a los pobladores a conocer la iniciativa, ya sea en reuniones sobre
el tema, o solicitando espacio en reuniones propias de las diversas organizaciones de
la comunidad. Con un mensaje propositivo y optimista se deben exponer, a grandes
rasgos, los objetivos del proyecto y su metodología, acompañado de afiches, volantes y
videoclip de otras experiencias similares.
El paso siguiente, es realizar actividades de presentación y conocimiento entre los
interesados, conociendo a su vez los sueños respecto a sí mismos, sus familias y
comunidad.

2. Diagnóstico de realidad a intervenir


Se trata de construir un diagnóstico de “realidad”, constatando las visiones actuales que
tienen los vecinos de su sector. Esto en los diversos ámbitos en que se desarrolla la vida
de su comunidad. En esta etapa es posible trabajar en conjunto con líderes vecinales y
pobladores, durante al menos dos reuniones:
Primera.
a. Las Fortalezas y Debilidades de su sector.
b. Las Oportunidades y Amenazas.
c. Las estrategias que se podrían utilizar para enfrentar dicha realidad.
d. De esta forma se completa un análisis FODA, en que se registre: las Fortalezas,
Oportunidades, Debilidades y Amenazas que se tienen como comunidad en el
presente, y cómo abordarlas.
Segunda.
e. Mencionar y analizar los principales aspectos o problemas a abordar y/o superar.
f. Priorizar las temáticas o problemas a enfrentar, de acuerdo al grado de relevancia y
urgencia asignado por los participantes.

3. Construcción de visión de futuro


Habiendo configurado una visión actual del sector y la comunidad, respondiendo
previamente a las interrogantes: ¿Quiénes somos? y ¿cómo estamos?, nos corresponde
avanzar a las interrogantes: ¿Dónde queremos llegar?, ¿cómo queremos ser? y ¿cómo
tendríamos que estar para sentirnos bien como comunidad?; y esto debe proyectarse
en el tiempo, a 3 y 5 años plazo. Lo anterior, puede referirse al ámbito social, de la
organización, de las oportunidades de salud, la seguridad, la recreación, la educación,
la comunicación, etc.
En el ámbito de la Planificación Estratégica, se dice que la “visión de futuro” es planteada
generalmente por los líderes, y se recomienda que su construcción se realice de manera
detallada, realista y positiva. Esto es, de manera concreta y no en un sentido de lo que
86

no queremos ser o lo que no queremos tener, sino en lo que sí seríamos, en lo que


sí tendríamos, en lo que sí haríamos, etc. En esta actividad se sugiere que todos los
participantes colaboren en construir una visión de futuro, facilitada por los profesionales
que dirigen el trabajo grupal.
Es así como una de las problemáticas priorizadas podría ser: la cantidad de jóvenes
involucrados en las drogas y la delincuencia, y la visión de futuro debiera ser cercana a,
por ejemplo: jóvenes de la población sanos, participativos en actividades comunitarias,
desarrollando iniciativas de deportes, cultura, etc.

4. Planificación conjunta entre equipo de profesionales y participantes


Teniendo como base una visión de la realidad actual y la priorización de temáticas, según
grado de relevancia y urgencia, más la visión de futuro que se quiere hacer “realidad” en un
periodo elegido de años, se inicia la elaboración de un programa de trabajo con objetivos,
metas, estrategias a usar, actividades a ejecutar, resultados esperados y la distribución de
responsabilidades entre los participantes.
Además, es importante tener presente que no sólo la pertinencia es fundamental en esta
elaboración, sino que, también lo es el equilibrio entre la sana “ambición emprendedora” de
lograr lo deseado y el “realismo” prudente que asegure la sensación de éxito.

5. Ejecución
La ejecución propiamente tal del programa, consiste en llevar a cabo las actividades y
debe ceñirse básicamente a las estrategias principales y de apoyo de la intervención,
ya señaladas anteriormente.

6. Evaluación
Se sugiere evaluar el cumplimiento de actividades y compromisos sobre la base del
cronograma diseñado, y de manera cualitativa ir evaluando los procesos y actividades
realizados, desde el prisma de los profesionales y participantes. Dichos procesos de
evaluación deben contar con instrumentos previamente diseñados.

Bibliografía
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Baker, Joe. Videos: Visión de Futuro. Paradigmas.
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87

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Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios
N° 3 - Noviembre 2001 - Santiago de Chile
89 - 116

Revisión de Casos de Abuso Deshonesto


al Interior de la Familia, a la Luz
del Test de Dibujo Proyectivo “Casa, Árbol,
Persona” (HTP) y del Test Verbal Proyectivo
“Roberto y María”

Miguel Morales Dahmen*


Psicólogo

Resumen
El presente estudio exploratorio tuvo como objetivo registrar los casos de abuso deshonesto
intrafamiliar que se detectaron en la población de niños atendidos por el Centro Comunitario
Los Lagos, durante el año 1999, con el fin de generar acciones eficientes para detener este
fenómeno, apoyándose en la red social. La metodología utilizada fue la aplicación de pruebas
proyectivas gráficas y verbales, las que debían ser fáciles de conceptuar, puesto que los niños
atendidos son deprivados socioculturalmente y con pocos recursos emocionales y cognitivos.
Se revisan seis casos documentados de menores que sufrieron este tipo de abuso. Se descubren
elementos proyectivos potentes que grafican la angustiante situación del infante; debido a
lo ilustrativo de las imágenes y textos, la información resulta de gran utilidad para generar
propuestas concretas de parte de las instituciones.

INTRODUCCIÓN
La familia ha sido concebida como el pilar de la sociedad durante la era moderna. Sin
duda, este espacio marca el futuro de cada uno de los descendientes del núcleo. Por
un lado, la familia posibilita a sus miembros crecer y desarrollar sus capacidades, su
potencial y habilidades necesarias para lograr la autonomía; sin embargo, también ha
significado un lugar de sufrimiento, opresión y amenaza para algunos niños víctimas
de violencia y abusos sexuales.

* Psicólogo, Reg. Col. N° 2.028, Valdivia.


90

El presente trabajo pretende dar cuenta de esta realidad, mediante el uso de pruebas
proyectivas (HTP y Test de Roberto) que rescatan el propio relato de sus protagonistas.
De este modo, en este estudio se pretende destacar el impacto que puede llegar a obtener
esta metodología, utilizada en el marco de la acción judicial relacionada con la prevención
del maltrato infantil. Asimismo, esta investigación pretende colaborar en el desarrollo de
experiencias interdisciplinarias de trabajo que, eventualmente, podrían significar un aporte
al conocimiento criminológico de este fenómeno, así como una revisión teórica y práctica
a los instrumentos de evaluación psicológica utilizados.
A continuación se expone el marco teórico utilizado: Concepto de Maltrato Infantil y
bibliografía utilizada para la aplicación e interpretación de las pruebas “HTP” y “Test de
Roberto”. Luego se revisan los Informes Psicológicos elaborados para cada uno de los
casos en estudio, terminando con el comentario sobre las acciones concretas que se han
logrado desarrollar a partir del presente documento.

ANTECEDENTES TEÓRICOS
Concepto de maltrato infantil
El factor común que subyace en todas las formas de maltrato es el abuso de poder o
autoridad. El abuso ocurre cuando una persona más fuerte o poderosa –padres adultos–
aprovecha la ventaja que tiene sobre otra menos fuerte o poderosa –el niño–. El grado
de abuso puede variar desde humillarlo con frecuencia hasta negarle el alimento; desde
zamarrearlo hasta la violación.
En razón de que ninguna definición parcial del maltrato abarca la compleja realidad del
maltrato infantil, es conveniente efectuar una clasificación para poder tipificarlo:

1. Maltrato infantil pasivo


a. Abandono Físico:
Es la falta de protección y cuidados físicos mínimos al niño de parte de sus
figuras de custodia, así como el abandono de sus necesidades evolutivas por
falta de estimulación cognitiva, que no se debe a carencia extrema de recursos
socioeconómicos.
b. Abandono Emocional:
Es una forma de abuso emocional pasivo, que consiste en la falta de protección y
cuidados afectivos mínimos al niño de parte de sus figuras de custodia.
91

2. Maltrato infantil activo


a. Abuso Físico:
Las condiciones que propician la situación de maltrato incluyen una historia de
abuso en la familia de origen, sentimientos de inferioridad y baja autoestima,
necesidad de control sobre la situación.
b. Maltrato Emocional:
Es el hostigamiento verbal habitual hacia un niño a través de insultos, críticas,
descréditos y ridiculización, así como la indiferencia o rechazo explícito o
implícito.
c. Abuso Sexual:
Este tipo de abuso puede definirse como toda forma de actividad sexual entre un
niño y un adulto, aguda o crónica, incluida la explotación sexual. Se puede entender
dentro del tipo una serie de conductas que van desde la exposición de los genitales
por parte del adulto, hasta la violación del menor.

Abuso sexual
De todas las formas de abuso, tal vez la más difícil de aceptar y reconocer es el abuso
sexual hacia los niños. Sólo recientemente, las investigaciones realizadas muestran que
una de cada cuatro niñas y uno de cada ocho niños serán sexualmente abusados antes
de llegar a los 8 años. En más del 90% de los casos el abusador será varón, y en más del
80% de los casos será una persona conocida por el niño.
El abuso sexual según su origen puede dividirse en:
a. Extrafamiliar:
Por lo común es perpetrado por alguien que el niño conoce, por ejemplo, un vecino,
un profesor, un profesional, etc.
b. Intrafamiliar:
Ocurre cuando el abusador es parte de la familia, por ejemplo el padre, padrastro,
hermano, tío, abuelo u otro familiar. En las familias multiparentales, la separación de
los cónyuges, el divorcio y el nuevo matrimonio se realizan –a veces– a costa de un
relajamiento de los lazos de filiación. Quien ocupa el lugar de padre no es el padre, o
quien ocupa el lugar de madre no es la madre; los lazos padres-hijos ya no tienen un
fundamento de legitimidad natural, y siempre pueden ser objeto de cuestionamientos.
El nuevo padre o la nueva madre, con el acuerdo de su pareja, deben negociar
su lugar en relación con los niños del otro. En ciertos casos, esta negociación no
puede realizarse por el rechazo o las dificultades de unos y otros. El sentimiento de
responsabilidad del adulto con respecto al niño puede entonces volverse difuso, al
igual que ciertas fronteras intergeneracionales: los abusos sexuales cometidos por el
92

padrastro son extremadamente frecuentes, y en las familias reconstituidas el riesgo


de incesto es dos veces mayor.
Existe una alta incidencia de abusos sexuales en las familias monoparentales, frecuentemente
durante las visitas de fin de semana al padre, y también en el marco del hogar, debido
a una ausencia real de la madre motivada por causas laborales, abandono, relaciones
extraconyugales, enfermedad, alcoholismo, depresión, hospitalización, etc.
En las familias aparentemente bien estructuradas, que exhiben un perfil normal, la
revelación del incesto o el abuso sexual pone de manifiesto la disfunción preexistente. En
este tipo de familias reina una verdadera tiranía, que a veces es ejercida muy directamente
por el padre y que se basa en la ley del silencio compartido por todos los miembros. A
las revelaciones siempre se les atribuye un fuerte matiz de peligro, porque pueden hacer
sufrir a uno u otro, o hacer que estalle la estructura familiar. El padre, en su actitud de
dominación, puede llegar a imaginar que en el territorio familiar se aplica su propia ley y
que puede sustraerse a las leyes de la sociedad.
Una forma particular del abuso sexual es el incesto, que consiste en el acto sexual entre
familiares de sangre, tales como padre-hija, hermano-hermana, madre-hijo, etc. Un
porcentaje muy alto de niñas víctimas de abuso sexual intrafamiliar lo son a través del
incesto padre-hija. La edad en que más frecuentemente se produce es alrededor de la
pubertad, y muchas veces el padre puede continuar manteniendo relaciones sexuales con
una o más hijas a lo largo de varios años. Frecuentemente, el incesto no se revela hasta
que la hija víctima se va del hogar. Cuanto más cercana sea la relación entre el adulto y
el niño, mayor será el daño potencial, ya que el abuso sexual intrafamiliar ocasiona a la
víctima importantes daños psicológicos.
Con respecto al abuso, hay algunos datos que es preciso tener en cuenta:
• La fuerza física está presente sólo en un porcentaje de los incidentes de abuso
sexual a niños.
• El típico abuso sexual hacia un niño ocurre dentro de un largo período, pues el
ofensor utiliza su posición de poder.
• La percepción del adulto como autoridad vuelve al niño más vulnerable a ser
amenazado, sobornado o inducido a obedecer órdenes.
• Los niños rara vez informan lo que está ocurriendo, por miedo y porque el abusador
los induce a no comentarlo.
• Muchas veces los niños desean contarlo, pero no lo hacen por temor a que no se
les crea o a ser castigados.
• Los niños no inventan historias acerca de su propio abuso sexual. Si se atreven a
revelarlo, es necesario creerles.
93

• La edad promedio en que los niños son abusados sexualmente se ubica alrededor
de los 11 años, pero muchas veces, inclusive niños de menos de tres años han
sido objeto de abuso.
Este tipo de violencia constituye un profundo y grave atentado a la integridad física
y/o psicológica de las víctimas, y los podemos comparar con una tentativa de asesinato
moral de los niños.
Para intentar encontrar una explicación de los abusos sexuales en el sistema familiar,
es necesario conocer el contexto familiar en donde puede producirse el abuso, así
como a sus protagonistas:

Perfil del padre/padrastro o tercero abusador


El hombre abusador está en un momento de su vida en que ya ha alcanzado completamente
el desarrollo sexual, así como la capacidad de discernimiento, de alerta, y de discriminación
con respecto a la ley, la sociedad y la responsabilidad. A diferencia de los otros delincuentes
sexuales, se trata de hombres integrados en una unidad social estable, y sus delitos
se inscriben en una cronología, un marco espacial y temático bien determinado. Esto
significa que los acosos sexuales forman parte de una construcción voluntaria y consciente,
conforme a una lógica de referencia explícita o implícita.
Los abusadores se dividen en dos categorías que corresponden a otras posiciones
existenciales:
a. Posición reservada
Tiende a ser inocua, suave, poco viril, no expansiva ni intrusiva. Fuera de la familia se
muestra en actitud de repliegue social. Aparentemente púdico y moralista, el abusador
envía un mensaje de fragilidad asexuada. Al definir la relación de pareja se muestra
sumiso, acepta el predominio de su cónyuge, y a priori puede inspirar ternura, simpatía
y deseo de protección. La unión abusador-víctima se caracteriza por un estrecho
repertorio de intercambios centrados en la ternura y la búsqueda de gratificación
personal. Este tipo de abusador se caracteriza por su dulzura y su inocencia, su
abnegación hacia el infante. La relación es pseudo igualitaria, dado que la posición
existencial del adulto es infantil e inmadura, al igual que su sexualidad. El niño es
venerado como un objeto puro e ideal.
Por otra parte, se trata de individuos solitarios, con comportamientos fóbicos y aversión
a la sexualidad adulta. Testigos impotentes de relaciones extraconyugales de sus pares,
solicitan al niño para sustituirlos y compensar el abandono y la ausencia.
Cuando existe una sicopatología real y verificable, situación que no es la más
frecuente, el perfil antes descrito corresponde a la paidofilia, trastorno grave
del comportamiento, definido como una desviación sexual en la que el objeto de
elección es un niño.
94

Estos individuos se integran difícilmente en una familia, pero cuando lo hacen, los
niños están destinados a servirles como objeto de placer. Puede tratarse, además, de
individuos pertenecientes a la familia o adoptados por ésta, a quienes se les confían los
niños como consecuencia de la atracción que ejercen sobre ellos.
b. Posición agresiva y violenta
La actitud de este tipo de abusador tiende a la expansión, la conquista y el desprecio
por el entorno social. Muestra su voluntad de colonizar, controlar, someter a los
otros, reivindicando la arbitrariedad, el despotismo y la tiranía. La violencia verbal,
física y psicológica aparece en forma de injurias y humillaciones, de desdén con
respecto a los débiles. Estos abusadores hacen alarde de sus fuerzas y su virilidad
de un modo caricaturesco.
La psicopatología de estos individuos los perfila con una estructura psicopática
egocéntrica, incapaces de establecer un intercambio equitativo. La relación se basa
en una búsqueda de placer, sin ninguna preocupación con respecto a la experiencia
de objeto vivida por el niño víctima. Las motivaciones que los guían giran en torno
de la venganza, de la afirmación dominadora o del sadismo basado en el placer de
aterrorizar y torturar al otro.

Perfil de la madre
En el terreno social, muchas de estas mujeres aparecen como madres extenuadas, agotadas
y muy ocupadas por un trabajo exterior, a menos que las ocupe su interior y se encuentren
deprimidas o frágiles. Algunas reaccionan con firmeza tan pronto conocen o sospechan
el abuso sexual. Sin embargo, la mayoría permanece en una actitud ambivalente, como
si la revelación en sí, no cambiara gran cosa o no bastara para romper el vínculo que
las une a sus compañeros o maridos.
La inmadurez afectiva se manifiesta en forma de complicidad impotente, o de la ausencia
de vínculo maternal con el niño abusado a través de la búsqueda incesante de pareja,
atrayendo ocasionalmente a hombres al hogar o partiendo en aventuras extraconyugales
que implican peligro para los niños.
Las madres que forman parte de los sistemas familiares con interacciones incestuosas, se
caracterizan por estar ausentes, disminuir sus percepciones, escudarse en el auto-justificación
y darle prioridad a la cohesión familiar “normal”.

Perfil del niño víctima


Las características de estos niños están referidas a su edad, su relación con el mundo
exterior y su lugar en la familia. La edad promedio de las víctimas de incesto es variable,
pero la mayor parte se sitúa alrededor de los 12 ó 13 años. Aunque los casos de caricias
y tocamientos se dan a edades mucho más tempranas, la realización completa del acto
sexual siempre tiene lugar en el momento de la pubertad.
95

La experiencia de abuso sexual se torna particular, secreta e imposible de compartir para la


víctima, la cual no puede crear relaciones profundas y de confianza con sus camaradas.
La víctima vive aislada y tiene una red social poco desarrollada. Las víctimas quedan
privadas de la infancia, aceptan el sacrificio porque se sienten culpables con respecto a la
familia y crecen con una madurez forzada. Son portadores del secreto, la vergüenza y la
culpabilidad. Por lo general, la hija mayor es la primera que sufre el abuso, y la posibilidad
de que el abusador haga lo mismo con los otros hermanos, a veces, las induce a no aceptar
más la situación y a revelar el incesto.

Dinámica del abuso


En las relaciones de abusos sexuales e incesto, la trasgresión no va acompañada de
culpabilidad por parte del agresor, si bien algunas veces éste puede tener conciencia
de la falta. Por su parte la víctima suele estar atrapada en sentimientos confusos de
culpabilidad, puesto que durante el proceso de socialización el abusador no ha interiorizado
la prohibición, no surge en él el sentimiento de trasgresión ni de culpabilidad. El
adulto abusador queda a salvo de la angustia y el sufrimiento que podrían ocasionarle
sus actos.
La ley sólo rige para los otros, para el abusador es una especie de moral extraña y sin
significación. Mediante trágicas acomodaciones lo arbitrario se vuelve legítimo y las
reglas intrínsecas facultativas cobran poder y fuerza de ley. En la intimidad del sistema
familiar, la ley privada se opone a la ley general e igualitaria, dejando al niño sin puntos
de referencia y de protección.
Esto explica las reacciones de perplejidad que se observan cuando la justicia golpea a
la puerta de la familia y rompe la relación incestuosa en detrimento de la privacidad
que la protegía. Casi siempre hay manifestaciones de negación y victimización, muy
pocas veces de culpa y de arrepentimiento sincero. El abusador actúa como si la ley
no estuviese hecha para él.
La gran mayoría de los incestos padre-hija ocurre sin violencia objetiva de tipo agresión.
Aún, si el primer acto sexual incestuoso puede ser claramente una violación, la víctima
lo vive en una especie de estado segundo, de conciencia reducida. El padre no seduce
a la hija sino que la confunde y le hace perder el sentido crítico, de tal modo que a ésta
le resulta imposible cualquier rebelión.
Por parte de la hija, hay a la vez no-consentimiento y aceptación. Es importante tener
bien presente este matiz desigual de la relación, en que el padre se vale de su poder para
establecer una relación de influencia en beneficio propio y en detrimento de los intereses
de la niña o niño. El abusador descubre que su acción provoca estupor y confusión en
los miembros de la familia, y observa que cada vez puede llevar más lejos su práctica de
predominio psicológico sobre los otros, y en particular sobre la niña víctima.
96

La experiencia es semejante a un embrujamiento: lo cotidiano se convierte en una ceremonia


y un ritual1 de “hechizo”. El ritual se entiende como el conjunto de reglas, actos y costumbres
ejecutadas de manera precisa, repetitiva y habitual, conforme a los ritos.
El hechizo se caracteriza por la influencia que una persona ejerce sobre la otra, sin
que ésta lo sepa; este aspecto es esencial y específico. La persona sometida registra el
comportamiento del otro, pero el contexto o los medios de que dispone no le permiten
escapar de esta relación. Es más, el fenómeno del hechizo no sólo afecta a la víctima,
sino también al grupo familiar, los cuales no pueden ver lo que no quieren aceptar.
Esto explica por qué las madres no creen los relatos de los niños, e incluso en muchas
ocasiones suelen defender al abusador y destacan sus características de buen hombre,
trabajador, y excelente padre.
Al ser un fenómeno relacional tan amplio, con consecuencias manifiestas sobre los estados
de conciencia, el crecimiento y el desarrollo psico-afectivo de las víctimas, cabe pensar que
el fin de los abusos sexuales no implica el fin del hechizo, por lo cual es necesario que la
víctima sea apoyada en el proceso post-denuncia.

LA EVALUACIÓN PSICOLÓGICA COMO MEDIO DE PRUEBA


PARA ACREDITAR MALTRATO INFANTIL
La dificultad en la situación del maltrato infantil consiste en que el sistema judicial
exige probar la existencia de los hechos, porque son los hechos los que constituyen
un delito. El sistema judicial debe, por lo tanto, hacer aparecer o reconocer los
malos tratos como fenómenos verdaderos, reales y veraces, por medio de pruebas,
a menudo materiales.
En este contexto, se hace fundamental la consideración de una prueba psicológica como
medio para acreditar la ocurrencia de situaciones de todo tipo de abuso a menores, en los
cuales no existe otro medio de prueba suficiente.
En los casos de abuso sexual sin acceso carnal, es muy difícil establecer con precisión la
identidad del abusador y la naturaleza de la experiencia abusiva. Sin embargo, a partir de
la indagación a través de pruebas proyectivas en el niño, puede establecerse qué tipo de
contacto sexual hubo y quién fue el autor.
Lo importante es que a la evaluación psicológica se le otorgue un valor de prueba relevante,
que al menos permita iniciar un proceso judicial. Es por esto que vale considerar alternativas
de evaluación que sean simples y fáciles de conceptualizar para los niños examinados,
además de tener potencia ilustrativa e impacto para el observador.

1
Reynaldo Perrone, Martine Nannini. Violencia y abusos sexuales en la familia. Un abordaje sistémico y
comunicacional. Editorial Paidos, Buenos Aires, 1998. Página 117.
97

INTERPRETACIÓN DEL CONTENIDO DE LA TÉCNICA PROYECTIVA


GRÁFICA CASA - ÁRBOL - PERSONA: (House - Tree - Person)2
Aspectos generales
El interés fundamental del evaluador clínico en los dibujos de la casa, del árbol y de la
persona (el test HTP), consiste en la posibilidad de observar la imagen interna que el
niño tiene de sí mismo y de su ambiente. La casa, el árbol y la persona son conceptos
de gran potencia simbólica que se saturan de las experiencias emocionales e ideacionales
ligadas al desarrollo de la personalidad, las que luego se proyectan cuando estos
conceptos son dibujados.
En relación con la elección de estos ítemes, se afirma que: (a) son signos familiares a
todos, hasta para el niño más pequeño; (b) se observó que, como conceptos que debían
ser dibujados por distintos individuos, tenían mejor aceptación que otros; y (c) estimulaban
una verbalización más libre y espontánea que otros ítemes. Aunque al examinado
se le dice que debe dibujar una casa, un árbol o una persona, no se le aclara qué
tipo de casa, árbol o persona debe representar, de modo que la respuesta surge del
interior del examinado.
En consecuencia, podemos concluir que, si bien en la técnica del HTP se presentan
al examinado estímulos totalmente familiares, éstos, al mismo tiempo son tan poco
específicos que para responder a ellos es necesario proyectar o, por lo menos, seleccionar:
elegimos la casa, el árbol o la persona que refleja necesidades o rasgos significativos
de nuestra personalidad.

Simbolismo inherente a la tríada Casa - Árbol - Persona


Específicamente, se ha descubierto que el dibujo de la casa puede simbolizar el hogar
parental o el cuerpo del niño. En los niños, pone de manifiesto la actitud que tienen con
respecto a la situación en sus hogares y a las relaciones con sus padres y hermanos.
En cuanto al árbol y a la persona, ambos conceptos captan ese núcleo de la personalidad
que apunta hacia la imagen corporal y al concepto de sí mismo. El dibujo del árbol
parece reflejar los sentimientos más profundos e inconcientes que el individuo tiene de sí
mismo, en tanto que la persona constituye el vehículo de transmisión de la autoimagen
más cercana a la conciencia y de las relaciones con el ambiente. Los sentimientos más
profundos o prohibidos se proyectan en el árbol más fácilmente que en el dibujo de
la persona, con menos temor de quedar al descubierto y, por lo tanto, sin recurrir a
las maniobras autodefensivas. Por su lado, el concepto “gráfico persona” es el que
está más empapado de las experiencias emocionales concientes ligadas al desarrollo
del individuo.

2
Emanuel F. Hammer, Capítulo 8, 1956.
98

Interpretación de los elementos constitutivos de la Casa, Árbol y Persona


1. Casa
a. Techo:
Simboliza el área vital de la fantasía. El tamaño del techo refleja el grado en que
el individuo dedica su tiempo a la fantasía y en que recurre a ella en búsqueda
de satisfacciones.
b. Paredes:
La fortaleza y adecuación de las paredes se relaciona directamente con el grado de
fortaleza del yo y de la personalidad.
c. Puerta:
Es el detalle de la casa a través del cual se realiza el contacto con el ambiente. La
puerta pequeña revela inhibición de la capacidad de relación social. Al contrario,
las puertas muy grandes son características de personas muy dependientes
de los demás.
d. Ventanas:
Representan un medio secundario de interacción con el ambiente.
e. Chimenea:
En los dibujos de personas con buen ajuste, la chimenea suele ser un detalle más
de la casa, pero en los casos de infantes que sufren de conflictos psicosexuales, el
dibujo de la chimenea es inadecuado, lo que se relaciona con la proyección de los
sentimientos internos referidos al órgano sexual masculino.
f. Humo:
Este elemento suele presentarse como signo de tensión interna en el individuo
y/o conflictos y turbulencias en la situación de la casa, en la medida que sea
más denso y profuso.
g. Accesorios:
Rodear y reforzar la casa con arbustos, árboles y otros detalles que no forman
parte de la consigna, manifiestan directamente su falta de seguridad. El agregado
de un sendero que conduce a la puerta, se refiere a la calidad de las relaciones
sociales. Por otro lado, los cercos alrededor de la casa constituyen una maniobra
defensiva.
2. Árbol
El árbol se proyecta de manera significativa en el espacio simbólico. Se puede
interpretar al tronco como representando el yo estable del individuo, la zona de las
ideas; las raíces como signo de la pertenencia al mundo colectivo; el ramaje como
expresión de la manera en que el individuo explota sus posibilidades y en que se
99

adapta al universo, mientras despierta su autonomía. El significado dinámico de los


detalles del árbol es el siguiente:
a. Tronco:
Es un índice de la fortaleza básica de la personalidad. Además, en el tronco suelen
aparecer las huellas de experiencias dolorosas o chocantes mediante cicatrices
y/o cortes en la corteza.
b. Raíces:
Indican la preocupación por el contacto con la realidad.
c. Ramas:
Representan los recursos que el individuo siente poseer para obtener satisfacciones
del medio. Por ejemplo; ramas tronchadas se relacionan con que la persona no
tiene verdaderas esperanzas de éxito en las relaciones personales; ramas altas y
angostas son típicas de personas que temen buscar satisfacciones del ambiente y se
refugian más de lo necesario en la fantasía para obtener gratificaciones; ramas rotas
y cortadas, expresan sentimientos de castración, que socialmente pueden darse bajo
la forma de inadaptación, inutilidad y extrema pasividad.
d. Edad adscrita al Árbol:
La edad proyectada al árbol se vincula con el nivel psicosexual que el examinado
siente poseer.
e. Árbol con base en el borde del papel:
Niños inseguros que sufren de sensaciones de inadaptación suelen mostrar este
indicador, apoyándose en esta parte de la página como si les representara una
seguridad compensatoria.
f. Árbol con raíces, tronco o ramas podridos:
Se trata de individuos que consideran a su propia persona como nociva e
inaceptable, mostrando una patología y culpa muy intensa.
g. Árbol muerto:
Esta respuesta debe considerarse como un mal ajuste, de personas que han perdido
la esperanza de lograr una adaptación adecuada.
3. Persona
El dibujo de la persona puede motivar tres tipos de temas: el autorretrato, el ideal
del yo, y la representación de personas significativas para el sujeto (habitualmente
imágenes parentales).
100

En la mayoría de los individuos, el concepto del sí mismo está centrado en la cabeza y


el rostro. La omisión del cuerpo puede indicar retraso mental o perturbación emocional
con aguda ansiedad por el cuerpo y angustia de castración.
Respecto de la indumentaria, los bolsillos colocados en el pecho indican privación oral
y afectiva y por lo común aparecen en individuos infantiles y dependientes. Cuando el
examinado produce figuras hechas con palotes o representaciones abstractas, puede
interpretárselo como un signo de evasión.
La persona dibujada parada con rigidez, en actitud vigilante, con cabeza y cuerpo
muy erectos, suele representar una actitud de escasa libertad, muy controlada y
básicamente defensiva.

Aspectos expresivos del dibujo proyectivo Casa - Árbol - Persona


El énfasis expresivo en los dibujos transmite diferentes matices de significado. Los niños
muchas veces manifiestan sus sentimientos en la hoja de dibujo de una manera puramente
expresiva, sin utilizar ningún tipo de forma. Los movimientos expresivos de los niños
tienen un potencial diagnóstico, expresando mediante pautas características de movimiento
que revelan la unidad (o falta de unidad) de sus personalidades y pautas culturales de
movimiento que cada uno moldeó de acuerdo con su idiosincrasia.
1. Secuencia
Si se examina la secuencia del proceso gráfico, mientras éste se está llevando a
cabo, se pueden estudiar los rasgos estructurales del conflicto y la defensa como si
se proyectara en cámara lenta.
2. Tamaño
El tamaño del concepto gráfico contiene indicios acerca del realismo de la autoestima.
Los dibujos pequeños corresponden a personas con tendencia al retraimiento, mientras
los dibujos demasiado grandes denotan sentimientos de constricción ambiental
acompañados de acciones o fantasías sobrecompensatorias concomitantes.
3. Presión
Se ha comprobado que, así como el tamaño, la presión del lápiz sobre el papel es un
indicador del nivel energético del individuo.
4. Trazo
Estudios demuestran que los niños que dibujan trazos largos son los que mantienen un
firme control de su conducta, en tanto que el comportamiento de los que usan trazos
cortos es más impulsivo. Además, los niños que utilizan trazos rectos tienden a ser
autoafirmativos, mientras que los que realizan trazos circulares son más dependientes
y emotivos. El borrar de un modo excesivo constituye un correlato gráfico de
incertidumbre e indecisión, o de autoinsatisfacción.
101

5. Detalles
El empleo de detalles excesivos es característico de los obsesivo-compulsivos. Niños
que sienten que el mundo que les rodea es incierto, imprevisible y/o peligroso, se
defienden contra el caos interno o externo creando un mundo muy estructurado y
ordenado con rigidez. Al contrario, los dibujos que se caracterizan por escasez de
detalles o por la incapacidad de completar el dibujo, tienden a darse en niños que
sufren una depresión marcada.
6. Simetría
Los dibujos con fallas en la simetría revelan una inadecuación de los sentimientos
de seguridad en la vida emocional. Cuando la simetría bilateral está acentuada hasta
producir un efecto de rigidez, el control emocional es de tipo obsesivo-compulsivo
(similar al factor de rigidez del extremo cuidado en los detalles), y puede expresarse
como represión e intelectualización exagerada.
7. Emplazamiento
Los niños que centran los dibujos en el medio de la hoja, manifiestan una conducta más
emotiva, autodirigida y centrada en ellos mismos. Además, aquellos que prefieran el lado
derecho de la hoja para emplazar sus dibujos, tenderán hacia el polo de la introversión,
mientras que quienes prefieren el lado izquierdo, tenderán a la extroversión.
Cuanto más arriba del punto medio de la página se encuentre emplazado el dibujo,
es más probable que la persona busque sus satisfacciones en sus fantasías más
que en la realidad. Al contrario, cuanto más abajo del punto medio de la hoja
se encuentre el dibujo, hay más probabilidades que la persona se sienta insegura
e inadaptable.
Específicamente, aquellos niños que usan el borde inferior de la hoja como base
del dibujo, expresan una alta dependencia de los demás y la necesidad de apoyo
permanente de figuras adultas significativas para funcionar.
8. Movimiento
El movimiento en los dibujos de niños suele presentarse como personas caminando
o corriendo, perros saltando o árboles meciéndose. Sólo ocasionalmente aparece
en los dibujos proyectivos, siendo asociado a niños que poseen mayor desarrollo
intelectual.
9. Síntesis defectuosa
La síntesis defectuosa es característica de personas que sufren trastornos emocionales
graves. La producción desordenada que se estampa en la hoja de dibujo, el uso del
sombreado y el tizne son expresiones de una atmósfera que encierra un profundo
descontento. La presencia de escritura en el dibujo podría expresar el esfuerzo por
compensar una sensación de ruptura de la capacidad de comunicación básica.
102

TEST DE ROBERTO Y MARÍA


Una prueba proyectiva que logra complementarse de manera útil con el Test HTP, es la
prueba de desarrollo verbal “Test de Roberto y María”. Esta prueba presenta una serie
de situaciones ambiguas que se entrelazan en torno a la vivencia de un tercero imaginario,
figura en la que el niño proyecta su vivencia interna, de modo similar a lo que ocurre
con las pruebas proyectivas en general.
Las temáticas abordadas por la prueba indagan en la calidad del vínculo establecido
con ambas figuras parentales, la dinámica de relaciones familiares, la situación escolar,
conflictos con terceros, e ideales del yo presente y futuro.
Este instrumento clínico suele utilizarse complementariamente, aportando mayores datos
de modo de conformar un espectro amplio de elementos de juicio sobre el niño examinado.
Suele ser muy útil para la evaluación de niños pequeños, ya que otorga la posibilidad de
asociar libremente la historia planteada, con situaciones realmente vividas por ellos. Los
niños que no han alcanzado una etapa de madurez emocional adulta, suelen proyectar
sus propios impulsos, necesidades y temores cuando la situación es referida a un tercero,
como es el caso de los personajes Roberto y/o María.
En niños mayores, muy inmaduros o débiles mentales –en ocasiones hasta de 12
ó 13 años–, es aún posible utilizar esta prueba, ya que el niño no ha desarrollado
la suspicacia para descubrir el mecanismo de la prueba. Asimismo, con niños de
situación sociocultural deprivada –de sectores rurales y alejados–, también suele ser
un instrumento muy útil.
Es importante lograr una impresión clínica previa del niño antes de aplicar el instrumento,
a través de la aplicación de pruebas menos estructuradas (por ejemplo, HTP), ya que
esta prueba queda invalidada para casos en que el niño logra descubrir el mecanismo
proyectivo en su discurso verbal.

ESTUDIO DE CASOS
En este apartado se exponen los análisis psicológicos de los niños(as) víctimas de abuso
deshonesto, y se adjuntan las pruebas proyectivas utilizadas para cada caso. Cada Informe
fue confeccionado en base a la entrevista clínica y los resultados de la aplicación del “Test
HTP” y/o del “Test de Roberto y María”.

Informe Psicológico 1
Este caso corresponde a un niño varón de 13 años, que cursa 4° básico en una
escuela de la ciudad de Los Lagos. Se aplicó la prueba HTP de dibujo proyectivo,
la que resultó bastante ilustrativa de la situación de abuso pesquisada (ver en anexo
dibujo árbol Caso 1).
103

A nivel intelectual, el menor evaluado muestra un nivel bajo el promedio, las funciones
cognitivas, en general, se encuentran alteradas, lo que se expresa en una perturbación de
su pensamiento tanto abstracto como concreto. Presentaría un Retardo Mental Moderado
e interpretación alterada de la realidad.
En el ámbito emocional, se presenta un nivel patológico de angustia, predominando la
temática de destrucción e ideación relacionada con la muerte. Se observa, además, un
gran esfuerzo inconciente por mantener la cohesión del yo, el que pareciera estar a
punto del quiebre pre-psicótico. Respecto de las figuras parentales, se observa una
percepción amenazante de los adultos, especialmente de quienes cohabitan con él. En
la observación del dibujo proyectivo se descubren indicadores que podrían relacionarse
con abuso sexual.
Además, su autoimagen aparece muy deteriorada, con sentimientos confusos de sí mismo
y presencia de ambigüedad sexual.
Como conclusión, se indica que es muy importante investigar legalmente respecto
de la eventual presencia de abuso sexual y/o violación. Esta situación, ya muy fuerte
por sí misma, en un menor con una débil estructura de personalidad, habría detonado
un quiebre pre-psicótico.

Informe Psicológico 2
Corresponde a una niña de 12 años, que cursa 5° básico. Se aplicó la prueba HTP
de dibujo proyectivo (ver en anexo dibujo casa, Caso 2) y el Test de Roberto y María,
del cual se presenta el testimonio proyectivo que entrega la niña, a continuación
de este informe.
En cuanto a su apariencia, la menor evaluada impresiona como una niña inmadura, con
un lenguaje infantil y un modo de expresión bastante pueril. Se observan además signos
de auto agresión (rasguños auto infligidos en la mano derecha). Menciona ser la “regalona”
del papá, y que se lleva mejor con él que con la madre.
A nivel intelectual, la niña muestra ciertas dificultades de abstracción y de análisis y síntesis.
Llama la atención la presencia de un alto nivel de ansiedad que interrumpe su pensamiento
e interfiere su expresión. Su capacidad intelectual aparece alterada, teniendo un tipo de
pensamiento infantil y con simbología básica.
En cuanto a su vida afectiva, se muestra muy inmadura emocionalmente, aunque con
un ideal del yo de mujer adulta, expresando anhelos inconscientes de formar pareja y
de procrear. En su relación con los demás, se observa una notoria presencia de angustia
paranoídea y angustia de separación. Lo anterior significa que la niña vivencia permanentes
sentimientos de persecución, aunque de sobrevinculación con las figuras significativas.
Frente a los otros, tiende a adoptar una postura evasiva y temerosa, aunque muy
104

dependiente en lo afectivo. Además, la niña manifiesta falta de seguridad en sí misma,


necesitando gran apoyo de otras personas importantes para funcionar.
En su familia, aparece una figura paterna vigilante y amenazadora que genera fuerte
constricción emocional. La figura de su padre la percibe como un elemento preponderante
en su vida, sintiendo su intimidad fusionada con la de él. Inconscientemente, la figura
paterna representa un objeto disociado, de doble significado.
En este sentido, por un lado, se siente muy ligada a su padre, lo que puede ser frecuente
entre padres e hijas, donde la niña tiende a sentir celos de su madre o a considerarla una
molestia. Sin embargo, en el caso de la niña, el deseo inconsciente es de eliminar a la
madre, guardando a su padre como objeto único de su deseo. Ello suele ocurrir cuando la
hija siente que ha logrado consumar la relación con su padre, y la madre ya representa un
obstáculo en la vida juntos de ella y su padre.
Por otro lado, el padre es vivenciado como una figura amenazadora de su intimidad
y de su vida infantil, destruyendo el modelo de padre protector e implantando en
su lugar una presencia poderosa y aniquiladora. Inconscientemente, la niña quisiera
escapar, pero se siente amarrada y muda en este doble vínculo de amor-fidelidad y
temor establecido con el padre.
Como conclusión, existen signos evidentes de abuso deshonesto y/o violación sobre la
menor evaluada, de parte de su padre biológico. En forma urgente, entonces, se necesita
sacar al padre abusador del núcleo familiar, ya que su presencia se ha tornado sumamente
amenazante, tanto para la integridad física y psicológica de la menor evaluada, como para
la de los otros miembros de la familia.
Para ello, es indispensable solicitar al Juzgado de Letras de Los Lagos que proceda a
dictar una medida de protección en favor de la menor indicada, además de mantener
la investigación del caso.
Test de Roberto y María:
María tuvo un sueño una noche. ¿Qué soñó? – Que se iba a casar.
¿Con quién? – Con su pololo, con su novio.
María llegó llorando a su casa el otro día. ¿Por qué? – Porque su pololo la dejó
plantada en la iglesia.
María le tiene mucho miedo a algo. ¿A qué? – A las culebras y a las serpientes.
Ayer le pasó algo malo a María. ¿Qué fue? – Que la pilló un viejo y la iba a violar.
¿Y qué pasó? – No la violó, porque había llegado su papá.
A veces María no quiere hacer lo que su papá le dice. ¿Por qué? – Porque su papá
la lleva pa’l baño...
¿Qué pasa entonces? – Se la quería violar.
105

Un día María y su papá tuvieron una gran pelea. ¿Por qué? – Porque su papá le
pegaba a su mamá.
Un día María se fue de la casa. ¿Por qué? – Porque su papá la castigaba mucho.
Una vez María quiso correr lejos de la casa. ¿Por qué? – Porque iba un tigre...
¿Para dónde? – Hacia su casa...
¿De dónde venía? – Del bosque...
¿Qué quería el tigre? – Comérsela...
¿La alcanzó el tigre? – No, porque arrancó.
Si María tuviera poderes mágicos y pudiera cambiar a sus padres, ¿cómo los
cambiaría? – La ropa...
¿Y de la manera de ser de ellos? – La vida.
¿Qué parte de la vida? – Les daría otra vida...
¿Qué tipo de vida? – Una vida nueva.
¿A qué tipo de vida nueva te refieres? (se confunde, no logra conceptualizar)
Si María pudiera convertirse en un animal, ¿qué animal crees tú que le gustaría
ser? – Un león...
¿Por qué? – Para comerse a la mamá.
¿Y qué animal crees tú que nunca le gustaría ser? – Una jirafa...
¿Por qué? – Porque tiene el cuello muy largo.

Informe Psicológico 3
Se examina a una niña de 10 años, que cursa 3° básico, mediante el Test HTP de
Dibujo Proyectivo (ver en anexo tres dibujos Caso 3) y el Test de Roberto. Llama la
atención que, en su discurso, la niña no muestra matices afectivos cuando se refiere
a situaciones claramente angustiantes, lo cual se observa en el testimonio proyectivo
a continuación de este Informe.
La menor relata situaciones de abuso de parte de su padre, además de graves problemas
de relación social con sus compañeros en relación con sus experiencias sexuales precoces.
A nivel intelectual, la niña posee capacidad normal, sin embargo, una fuerte carga de
angustia estaría interfiriendo el curso de su pensamiento, centrando sus energías cognitivas
en el control extremo de los impulsos internos.
Afectivamente, la niña evaluada demuestra estar viviendo un episodio muy angustiante que
le genera gran desequilibrio psíquico y que altera todas las áreas de su vida: autoimagen,
vida íntima y relaciones personales.
106

En su percepción de familia, se observa una vigilancia paranoide que se asocia a reticencia


a establecer contacto con el ambiente, una sensibilidad defensiva de la situación familiar
interna en virtud de mantener en secreto lo que ocurre al interior. En su relación
con las figuras parentales, tiende a adoptar una postura inestable, a veces evasiva y
otras muy dependiente.
Específicamente, percibe una figura paterna fuertemente amenazante, figura que intenta
anular, especialmente, en el aspecto sexual de esta imagen masculina. La niña evidencia
estar siendo víctima de abuso sexual de parte de su padre, frente a lo cual manifiesta la
conducta de robo como síntoma de desajuste emocional. Por otro lado, la madre aparece
como una figura sumamente agresiva, quien ejercería violencia física contra la niña cada
vez que ella presenta esta conducta disruptiva.
Así, el padre somete sexualmente a la niña, extorsionándola con acusarla a la madre de
su conducta de robo si es que la niña llega a comentar el abuso sexual. Así se produce un
círculo que encierra a la niña en una situación sin salida, que le estaría produciendo una
fuerte constricción emocional que desequilibra su vida psíquica.
Como conclusión, existirían evidentes signos de abuso deshonesto y/o violación sobre
la menor evaluada, de parte de su padre. En forma urgente, entonces, se necesita sacar
al padre abusador del núcleo familiar, ya que su presencia se ha tornado sumamente
amenazante tanto para la integridad física y psicológica de la menor evaluada. Además,
se debe mantener vigilancia permanente sobre la madre, quien también presentaría
una conducta violenta físicamente en contra de la niña, sin otorgarle seguridad física
ni psicológica.
Interrogatorio Test HTP:
¿Quién es la persona que dibujaste? – Es la niña, mi amiga.
¿La que vive en la casa? – Sí.
¿Quién es la persona borrada? – Era su papá.
¿Cómo es la niña? – Buena, algunas veces se porta pesada, pelea con sus demás
amigas porque las amigas no quieren jugar con ella porque les dice cosas que a ellas
no les gustan.
¿Qué cosas? – Los secretos que ella cuenta.
¿Qué secretos? – Que le gusta un chico, y ese chico se lo muestra a ella.
¿Y qué hace la niña? – Ella le muestra al chico y el chico a ella.
¿Por qué borraste al papá? – Porque me quedó mal y se me ocurrió al tiro hacer una
niña... me quedó mal las piernas, es que están redondas al medio.
Test de Roberto y María:
María no juega con los otros niños ¿Por qué? – Porque es mala.
107

Cuando el papá de María llega tarde en la noche, ¿qué pasa? – El papá se aprovecha
de ella.
María se despierta en medio de la noche. ¿Por qué? – Porque le da miedo.
¿Por qué? – Aparece el león y se la puede comer.
María se fue a su pieza. ¿Por qué? – Porque su mamá le pegó.
María siente que la tratan mal a veces. ¿Por qué? – Porque le pegan.
Hay algo que a María no le gusta de su papá. ¿Qué es? – Que se aprovecha de ella.
Ayer pasó algo malo. ¿Qué fue? – María robó.
María piensa que su papá y su mamá no la quieren. ¿Por qué? – Porque no le dijo
que se aprovechaba de ella.
A veces María no quiere hacer lo que su mamá le dice. ¿Por qué? – Porque piensa
que su mamá no la quiere.
¿Qué pasa entonces? – Su mamá le pega.
María desearía ser grande. ¿Por qué? – Porque así no le pega su mamá.
A veces María se pone nerviosa en la escuela. ¿Por qué? – Porque la descubren
donde robó.
Un día María y su papá tuvieron una gran pelea. ¿Por qué? – Porque su mamá
supo que ella robaba.
Un día María se fue de la casa. ¿Por qué? – Porque su mamá le pegaba mucho.
A veces María se siente muy triste. ¿Por qué? – Porque piensa que tiene que decirle a su
mamá que ella roba y que el papá se aprovecha de ella.
¿Por qué? – Y la mamá va a saber la verdad que roba y que el papá abusa de ella...
¿Cómo se le puede ayudar a María? – Diciéndole a la mamá. Ella no sabe. Su papá
le dice que no le cuente nada.
¿Por qué? – Porque él le saca en cara que la va a acusar que ella roba, por eso la
niña se queda callada...
¿Conoces alguna niña que le pase esto? – No.
María casi siempre quiere estar sola. ¿Por qué? – Porque quiere pensar de sus cosas
que le pasan en su casa.
Una vez quiso correr lejos de la casa. ¿Por qué? – Porque no quería más que su
papá abuse de ella.
Si María pudiera hacer lo que ella quisiera, ¿qué crees tú que haría? – Robaría y se iría
de la casa, para que su papá no abuse de ella.
Si María tuviera poderes mágicos y pudiera cambiar a sus padres, ¿cómo los
cambiaría? – Que sean buenos y que su papá no se aproveche más de ella y que su
mamá no le pegue.
108

Informe Psicológico 4
Se examina a una niña de 7 años 11 meses, que cursa 2° básico, mediante el Test HTP de
Dibujo Proyectivo (ver en anexo dibujos casa y árbol, Caso 4). La niña se muestra bastante
locuaz y de gran capacidad de expresión. Impresiona por su conciencia respecto de su
entorno, dando cuenta espontáneamente de su historia actual y de los hechos relacionados
con el episodio de abuso sexual del cual fue víctima.
Relata que, hasta hace unos meses, vivió con su madre y su padrastro, quien la violó
durante un período cercano a dos años, sin que su madre lo notara. La niña indica que se
sentía responsable por su madre tanto como por sus hermanos, reemplazando virtualmente
el rol de su propia progenitora a nivel de madre y pareja.
La niña muestra una capacidad intelectual normal, aunque muestra sentimientos de gran
desajuste emocional inconciente. Se muestra muy insegura y dependiente, necesitando
gran apoyo de personas importantes para funcionar, sintiendo a su vez que posee escasos
recursos emocionales para lograr ser acogida por los otros.
En cuanto a su imagen de familia, se descubre la presencia de desvalorización personal,
inseguridad y la presencia de inadecuación de los sentimientos asociados a la imagen
genital masculina.
En conclusión, la niña evaluada muestra una situación muy precaria emocionalmente, en
relación con las experiencias traumáticas que tuvo que soportar de manos de la figura
paterna. Es indispensable dar apoyo terapéutico a la niña, además de mantenerla en un
ambiente grato y protegido que le permita un largo período de reparación de su relación
con la madre y de reestructuración interna.

Informe Psicológico 5
Se examina a una niña de 11 años 10 meses mediante el Test HTP de Dibujo Proyectivo
(ver en anexo dibujos Caso 5). La niña evaluada se observa expresiva y comunicativa,
mostrando cierta tendencia a la manipulación del ambiente. La niña es la mayor e
hija única de la relación entre sus progenitores, quienes se separaron hace cerca
de 6 años atrás.
Frente a los temas relacionados con la convivencia en el hogar, es categórica al mencionar
que el causante de las disputas entre su madre y ella es su padrastro. Comenta que está
muy decepcionada de que su madre mantenga la actual relación con su padrastro y
menciona que ella sería muy feliz si sus padres se reconciliaran.
La niña declara que su padrastro se le insinuó, intentando “manosearla”, situación
que ella comunicó a su madre, quien rehusó creer su versión, tratándola de mentirosa
e intrigante. Al abordar este tema, la niña manifiesta un estado de confusión, no
logrando comprender ni enfrentar con su madre el asunto aunque, en privado, asevera
que su versión es cierta.
109

La niña se ubicaría en el nivel intelectual normal-lento. A nivel familiar, el rasgo más


llamativo de la niña evaluada es su tendencia a fantasear las circunstancias de su entorno.
Afectivamente, exhibe la presencia de altos montos de agresividad reprimida, impulsividad
y ansiedad generalizada que no logra controlar. Se descubre que la niña tiene la sensación
de haber sufrido grandes dolores en su vida temprana y en etapas más recientes, de los
cuales percibe que han permanecido las huellas en su estructura yoica. Manifiesta, además,
falta de seguridad en sí misma, alto nivel de inmadurez afectiva y dependencia, lo cual
trata de ocultar con defensas compensatorias.
Se evidencia la impresión inconciente de sentirse observada –“transparente”– en cuanto
a sus impulsos relativos a la intimidad sexual, lo que podría relacionarse con una vivencia
erótica temprana que le habría provocado un fuerte impacto en su precario equilibrio
psicológico, generándole sentimientos de rabia incontrolada.
A nivel social, la niña evidencia problemas de interacción en su grupo de pares, debido a su
egocentrismo, impulsividad y falta de empatía hacia las otras niñas.
Como conclusiones, se podría inducir que la niña examinada sufrió una vivencia erótica
traumatizante que le habría provocado un gran impacto emocional y una vivencia de
desamparo afectivo, los que habrían dejado fuertes huellas en su estructura psicológica. Es
necesario indagar, entonces, en su entorno cotidiano, de modo de contrastar estas versiones
con una evaluación familiar en general y al padrastro en particular.

Informe Psicológico 6
Se examina a una niña de 9 años 10 meses, que cursa 4° básico, mediante el Test HTP
de Dibujo Proyectivo (ver en anexo dibujos Caso 6) y el Test de Roberto y María, el que se
exhibe al final de este informe. La menor evaluada establece muy buena relación al primer
contacto, mostrándose afable, expresiva y cooperadora en la entrevista.
Acerca de su historia de vida, la niña examinada describe que ha vivido en diversos lugares
a lo largo de todo Chile, desde Arica a Chaitén, acompañando a su madre, quien viajaría
tanto en busca de trabajo. Menciona que, mientras la madre seguía viajando, ella debía
permanecer en todo tipo de lugares, habitualmente con cuidadores particulares, a quienes
su madre pagaba para que la tuvieran.
La menor evaluada muestra un nivel intelectual normal. En cuanto al área afectiva, posee
una estructura de personalidad alterada por la presencia de altos montos de angustia de
separación, sentimientos de abandono materno e impotencia al percibir que es incapaz de
mantener cerca suyo a su madre, temiendo que la madre pudiera sufrir o desaparecer. Esta
sensación llega a tal punto que interrumpe el curso normal de su pensamiento, significando
un elemento de alto riesgo para la salud mental de la niña.
En su vida más íntima, exhibe la presencia de angustia vinculada con el tema sexual
adjunto a su imagen familiar. Intenta esconder elementos de su pasado referentes a culpas
110

masturbatorias, lo que ella siente como muy negativo de sí misma. Esta representación
permite suponer que la niña podría haber sufrido algún tipo de abuso sexual en
cualquiera de los lugares que conforman parte de su imaginario mental de “familia”,
lo cual tiene retenido en su inconciente, habiendo causado un enorme daño a su
estabilidad mental y afectiva.
Así, a nivel más profundo, en su autoimagen aparece un peligroso deterioro interno,
con sentimientos de destrucción e ideas de muerte, considerando a su propia persona
como nociva e inaceptable, mostrando una patología y culpa muy intensas. Todo lo
anterior hace referencia a un estado depresivo latente, que podría representarse en su
etapa adolescente de modo explosivo.
Como sugerencias finales, es altamente recomendable que la niña sea acogida y
acompañada por una figura materna permanente, que le proporcione seguridad y
estabilidad.
Test de Roberto y María:
María tuvo un sueño una noche. ¿Qué soñó? – Que a la mamá se la había capturado.
¿Quién? – Ladrones, porque no quería entregar lo valioso que tenía.
María trajo ayer la libreta de notas. ¿Qué pasó? – Avisó que habían capturado a la
mamá, por eso llegó atrasada.
¿Qué tiene que ver eso con la libreta de notas? – Me confundí con la libreta y
que llegó tarde.
María llegó llorando a su casa el otro día. ¿Por qué? – No le creyeron los profesores que
habían capturado a la mamá y llamó a la policía pero tampoco le creyeron.
María le tiene mucho miedo a algo. ¿A qué? – A que maten a su mamá.
Ayer pasó algo malo. ¿Qué fue? – Le secuestraron a la mamá de ella.
Un día María se fue de la casa. ¿Por qué? – Iba a buscar a su mamá.
¿Dónde? – En una cueva, la tenían capturada porque no quería pasar los valores.
A veces María se siente muy triste. ¿Por qué? – Porque piensa cosas malas.
Una vez quiso correr lejos de la casa. ¿Por qué? – Porque había visto algo malo
en su pieza...

ACCIONES CONCRETAS LOGRADAS CON LA COMUNIDAD


Frente a las reiteradas ocasiones en que se observaron posibles casos de abuso deshonesto
al interior de las familias atendidas por el CCLL, surgió la necesidad de abordar cabalmente
el tema, proporcionando un apoyo interdisciplinario eficiente que pudiera detener el
desarrollo de los delitos que permanecían impunes. Para ello, se generó un registro de los
111

incidentes detectados, que permitiera ordenar la información recabada, para presentarla a


los entes sociales que podían colaborar con la tarea propuesta.
En concreto, se generaron entrevistas con el Juzgado de Letras de Los Lagos, así como
con la Corporación de Asistencia Judicial (CAJ). En estas instancias, se presentó el registro
de casos, desarrollando estrategias conjuntas eficaces. Específicamente, al Secretario del
Juzgado de Los Lagos se le presentó, además, el resultado de las pruebas proyectivas en los
casos más urgentes, logrando que se validaran las pruebas psicológicas como testimonio que
permitió iniciar procesos judiciales en las familias de los menores afectados.
Se elaboró un instrumento en conjunto con la CAJ, que establece las bases para un trabajo
de cooperación mutua, asegurando la asesoría legal en los casos del estilo que lo ameriten.
Los aspectos fundamentales de este documento apuntan a otorgar asesoría jurídica
gratuita a la institución requirente, ofrecer charlas o talleres de capacitación al personal
de la institución, y atención gratuita a las personas naturales que necesiten patrocinio
judicial y carezcan de recursos, derivadas por la institución requirente, respetando el
principio de oportunidad.

CONCLUSIONES
La presente exposición pretende aportar en el descubrimiento del fenómeno del abuso
sexual de niños al interior de las familias, obteniendo información útil para ayudar a
comprender a víctimas y victimarios y, a la vez, intentar intervenir más eficientemente
a nivel clínico y judicial.
Luego de revisar los casos, se podría hipotetizar que los instrumentos HTP y Test de
Roberto y María permiten una pesquisa rápida y simple de la vivencia emocional del niño,
otorgando la posibilidad de expresar al niño o niña afectado la experiencia fuertemente
conflictiva, sin ponerlo en una situación amenazante, como suele ser una declaración en
la Policía o en los Tribunales del Crimen.
Se podría señalar que las pruebas proyectivas estudiadas otorgan una mirada global sobre
la eventual presencia de abuso sexual, y/o un escenario familiar riesgoso hacia el futuro
para el niño. Esta información resulta de gran utilidad ya que, debido a lo ilustrativo de
las imágenes y textos, es accesible al entendimiento de cualquier persona aún cuando no
tenga preparación técnica en la materia, causando un potente impacto en el observador
que, para estos efectos, se transforma en el colaborador.
Cabe indicar que, con la legislación vigente, el afectado –en este caso el menor– debe
demostrar la culpabilidad del agresor, de lo contrario éste es liberado por falta de méritos.
En el caso de los menores víctimas de abuso sexual por parte de alguno de los integrantes
de su propio núcleo familiar, esta situación se torna paradójica, ya que la denuncia de
la agresión sexual se transforma en un elemento destructor de la aparente armonía
112

familiar. De este modo, el menor víctima pasa a transformarse en el causante de la


deshonra familiar, la eventual encarcelación del padre de familia, y la consecuente carencia
económica de la familia, lo cual implicaría la destrucción del núcleo.
Todo lo anterior suele llevar a que el sistema familiar tienda a negar el hecho, exculpando
al padre abusador y empujando a que el niño desista de su denuncia formal o informal
y que reconozca que todo ha sido sólo un “producto de su fantasía”. Al respecto, es
curioso que incluso aquellos profesionales que trabajan en esta área tienden a empatizar
con la posición de la madre quien “sólo pretende salvaguardar la estabilidad emocional
y económica de la familia”. Así, se torna casi imposible que el menor afectado entregue
pruebas contundentes a la justicia respecto de la situación de la que fue víctima.
Por todo lo anterior, testimonios gráficos proyectivos como los analizados se vuelven
elementos válidos para que el niño represente su vivencia íntima, libre de las presiones
familiares, sociales y profesionales que le impiden un reconocimiento público de
los hechos.
A modo de comentarios finales, cabe subrayar nuevamente algunos de los aspectos
generales que se extrajeron de la bibliografía especializada:
• La percepción del adulto como autoridad vuelve al niño más vulnerable a ser
amenazado, sobornado o inducido a obedecer órdenes.
• Los niños rara vez informan lo que está ocurriendo, por miedo y porque el abusador
los induce a no comentarlo.
• Muchas veces los niños desean contarlo, pero no lo hacen por temor a que no se
les crea o a ser castigados.
• Los niños no inventan historias acerca de su propio abuso sexual. Si se atreven a
revelarlo, es necesario creerles.
Por último, se puede concluir que es fundamental realizar un trabajo interdisciplinario que
reúna la labor psicológica, social y judicial con el fin de comprender, evaluar y sentenciar
las situaciones de abuso sexual al interior de la familia.

Bibliografía
Álvarez Patricio. Maltrato infantil y contexto social: una perspectiva sistémica. Salud y Cambio.
Revista Chilena de Medicina Social, 1992.
Barudy Labrin, Jorge. El dolor invisible de la infancia, una lectura ecosistémica del maltrato infantil.
Editorial Paidos, Buenos Aires, Argentina.
Barudy, J. Dictaduras familiares, violencia e incesto: una lectura sistémica del incesto padre e hija,
Editores Gazmuri, Hemel & Aron, 1992.
Barudy, J. Terapia Sistémica y contexto social, anales terceras jornadas chilenas de Terapia
familiar, Santiago de Chile, 1992.
113

Bellak L. y Edwin L. Psicología Proyectiva.


Corsi, Jorge. Violencia familiar. Una mirada interdisciplinaria sobre un grave problema social.
Editorial Pairos, Buenos Aires, 1994.
Hammer Emanuel F. Aspectos Expresivos de los Dibujos Proyectivos, Cap 3., 1956.
Hammer Emanuel F. Interpretación Del Contenido De La Técnica Proyectiva Gráfica Casa-Árbol-
Persona, Cap 8, 1956.
Karl Koch. Le test de l’arbre, Le diagnostic psychologique par le dessin de l’arbre, París y
Lyón, 1958.
Perrone Reynaldo, Nannini Martine. Violencia y Abusos Sexuales en la Familia, un abordaje
sistémico y comunicacional. Editorial Paidós Buenos Aires, Argentina 1998.

ANEXO

Dibujo árbol, caso 1 Dibujo casa, caso 2


114

Dibujo casa, caso 3 Dibujo árbol, caso 3

Dibujo persona, caso 3 Dibujo casa, caso 4


115

Dibujo árbol, caso 4 Dibujo casa, caso 5

Dibujo árbol, caso 5 Dibujo persona, caso 5


116

Dibujo casa, caso 6

Dibujo árbol, caso 6 Dibujo persona, caso 6


117

Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios


N° 3 - Noviembre 2001 - Santiago de Chile
117 - 130

El Uso de Descripciones Factuales como


Estrategias Comunicativas de Legitimación
Discursiva: El “Recurso de Ley de Seguridad
del Estado” en el Proceso Judicial de
12 Mapuches en la IX Región (Diciembre
de 1997 - Abril de 1999)*

Carlos Del Valle Rojas


Director Carrera Periodismo, Universidad de La Frontera (Temuco - Chile)

Resumen
Esta investigación constituye un aporte a la comprensión de la construcción del “discurso
jurídico-judicial” en nuestros tribunales, en el contexto de procesos que involucran a sujetos
mapuches. Esto nos permite entender mejor la forma en que se producen estos discursos en
nuestros tribunales y cómo surgen determinadas descripciones factuales y representaciones
sociales como estrategias comunicativas. Consideremos que entre los años 1996 y 2000 se han
presentado en Chile seis requerimientos invocando la Ley de Seguridad del Estado, y cinco de
ellos involucran a indígenas en el contexto de los “conflictos territoriales mapuches” que se han
manifestado en diferentes zonas de la VIII y IX regiones de Chile.

ANTECEDENTES DEL ESTUDIO


La Reforma Procesal Penal en Chile
Se señala a menudo que el nuevo sistema de administración de justicia será eficiente
e imparcial. De hecho, los principales argumentos de la Reforma Procesal Penal en

*
Este trabajo es el resultado final del Proyecto de Investigación N° IN-18/00, financiado por la Dirección
de Investigación de la Universidad de La Frontera (Temuco-Chile); y constituye además la Tesis de
Magíster en Ciencias de la Comunicación del autor.
118

Chile tienen relación con la necesidad de superar el sistema inquisitivo de enjuiciamiento


criminal, pues en un sistema como éste los jueces no cuentan con condiciones objetivas
de imparcialidad. Los inculpados, por su parte, no aparecen como ciudadanos provistos
de derechos en conflicto con el Estado, sino como simples objetos de investigación,
subordinados al poder estatal.
“El uso de la mediación, la expansión y modernización del arbitraje son claves.
Existen múltiples conflictos que reclaman soluciones cooperativas, no adversariales,
como la que provee la mediación, y para los cuales la solución jurisdiccional
resulta inadecuada”1.

Los mapuches y la administración de justicia en Chile


Pascual Coña (1984), cacique mapuche, relata cómo se estructuraban las relaciones
antes de la llegada de los conquistadores españoles a la Araucanía. Según el cacique,
“antes, los indígenas no conocían las instituciones políticas chilenas; pues, entonces
aún no había gente extranjera en sus tierras. Ellos mismos activaban sus negocios
públicos...” (Coña, 1984).
Respecto de los juicios, Coña señala que eran los mismos caciques los encargados de
juzgar y sentenciar como jueces. Por ejemplo, ante un caso de robo, el cacique del
perjudicado se dirigía mediante un mensajero al cacique del que robó y acordaban una
reunión para solucionar el problema.
En una pampa se realizaba la reunión para la discusión del asunto. De esta manera, el
cacique de la víctima del robo comenzaba narrando los hechos del hurto, presentando a
la víctima y a los testigos. El cacique del que robó se dirigía al acusado y lo conminaba
a decir la verdad sobre lo sucedido.
Seguidamente, los caciques en pleito pedían comida a los asistentes del juicio: “Entonces
se busca un cordero para ellos y se les entrega vino. Ellos lo reciben y lo comen
todos juntos” (Op. Cit.).
Según Coña, luego de la comida, los caciques concordaban un castigo justo para el ladrón.
De esta forma, se pagaba el daño con animales (si era un delito de robo) y, además, el
procesado debía concurrir con los gastos que había dejado el juicio.
Todos los pleitos se realizaban en forma oral. No existía ningún tipo de trato o acuerdo
escrito y los delitos más comunes, según el relato de Coña, eran el robo de animales
y el pago por una mujer casada.
Más tarde, el contacto entre indígenas y españoles traería consigo una fuerte disminución
de la población indígena, pues durante los primeros cincuenta años supone la muerte de

1
Palabras de Soledad Alvear en la Universidad Diego Portales, 1997.
119

dos tercios de su población. Esto provocó, naturalmente, numerosas modificaciones en la


estructura económica, social y política que, hasta entonces, no conocía de acumulación,
división social del trabajo, relaciones de explotación y la existencia del Estado, aún
en sus formas más primarias.
Para José Aylwin (1999), la relación del pueblo mapuche con la justicia ha sido
eminentemente conflictual:
“Luego de la radicación de este pueblo en reducciones a fines del siglo XIX y
hasta nuestros días, la legislación aprobada por el Estado, salvo excepciones, ha
procurado poner término a dichas comunidades, permitiendo su división y su posterior
enajenación a particulares no indígenas”.
La Ley Indígena (N° 19.253) establece Normas Sobre Protección, Fomento y Desarrollo
de los Indígenas y crea la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI),
como entidad encargada de promover, coordinar y ejecutar la acción del Estado en favor
del desarrollo integral de las personas y comunidades indígenas. El órgano superior de
la CONADI, el Consejo Nacional, está integrado por ocho representantes indígenas
designados por el Presidente de la República a propuesta de las comunidades y asociaciones
indígenas, de un total de diecisiete personas que lo conforman.
Uno de los principales conceptos de la Ley Indígena, y el más cuestionado en la actualidad,
es el de “protección de los pueblos indígenas”, pues los mapuches expresan que no se
sienten protegidos, sino vulnerables frente a la ley y la aplicación de justicia (Araya,
Del Valle y Ortiz, 2001)2.
Por su parte, Aylwin (1999) señala que una limitación importante de la Ley Indígena es
la eliminación del capítulo referido a los jueces de paz indígenas, a través de los cuales
se pretendía dar reconocimiento a las formas de resolución de conflictos menores, aún
subsistentes en las comunidades de modo de dar cabida al derecho propio o consuetudinario
indígena. De esta forma, en la actualidad la población mapuche en Chile no goza de
autonomía para controlar los elementos claves de su cultura (identidad, propiedad de la
tierra, territorio y autodeterminación).
En la práctica, los mapuches deben interactuar con un sistema que no hace ninguna
distinción socio-cultural, pues se les sigue identificando como grupos pobres, para acceder
en esta condición al beneficio de políticas sociales, sin que se establezcan distinciones de
etnia. Lo mismo ocurre en el acceso directo a la justicia, pues no se incluye la variable
cultural al momento de realizar los juicios. Y en el caso del actual sistema sólo existiría la
posibilidad de incorporar la variable cultural a través de los traductores (que estaban ya
garantizados en la Ley Indígena), y en la consideración de atenuantes.

2
La referencia a estos autores corresponde a los resultados del Proyecto de Investigación (N° IN-18/00),
de la Universidad de La Frontera.
120

Ahora bien, con el propósito de centrar nuestra atención en lo que será el análisis posterior,
resulta interesante señalar que durante los últimos 5 años (1996-2000), en el contexto
de los conflictos territoriales que se han manifestado en diferentes zonas de la VIII y IX
regiones, se han presentado seis requerimientos invocando la Ley de Seguridad del Estado
y cinco de ellos involucran a indígenas.
Lo anterior, sin duda, contribuye con las representaciones negativas que los mapuches
tienen del sistema judicial chileno. Por ejemplo, los mapuches que han sido detenidos o
que han participado de algún proceso judicial plantean que “el winka (chileno) ha inventado
las leyes para quitarles sus tierras”; que tienen serias dificultades para entender y hacerse
entender por un juez, debido a problemas de diferencias idiomáticas y a prejuicios; que
“éste [el juez] favorece al winka, por ser de su raza”; que “los abogados [los] estafan
fundamentalmente porque ellos no saben leer y no conocen las leyes chilenas”; que
“los abogados defienden al winka porque ofrece más dinero”, etc. (Cooper, 1988;
Araya, Del Valle y Ortiz, 2001).

JUSTIFICACIÓN DEL ESTUDIO


Cinco son los aspectos fundamentales que permiten la relevancia del tema que se
trata a continuación:
1. En la actualidad, un importante número de relaciones sociales se debaten y deciden en
un espacio que llamamos “lo legal”, espacio de convivencia regido por el conjunto de
leyes presentes en nuestra sociedad.
2. Esta situación es particularmente significativa en los llamados “conflictos interculturales”,
o “conflictos mapuches” en Chile, donde se debaten la ley indígena (N° 19.253) y la
apelación a la legislación que protege la propiedad privada.
3. Esta relación donde impera “lo legal” pondrá en evidencia histórica la dicotomía
existente entre dos cosmovisiones, y una de ellas se impondrá a la otra, porque
este espacio de “lo legal” será controlado por una de las dos cosmovisiones, la que
crea las condiciones de “lo legal”.
4. “Lo legal” o “lo jurídico-judicial” 3 es un hecho de lenguaje que se manifiesta
concretamente en nuestra sociedad y que, como lenguaje, es un fenómeno
eminentemente comunicativo.
5. Entre los años 1996 y 2000 se han presentado, en Chile, seis requerimientos
invocando la Ley de Seguridad del Estado y cinco de ellos involucran a indígenas,

3
“Lo jurídico” constituye un conjunto textual unitario construido en base a cierta teoría del derecho e
invocando ciertas leyes para su legitimación, y caracterizado por sus particularidades estructurales,
productivas, de circulación y de consumo. En tanto, “lo judicial” es un producto jurídico que circula
efectivamente en los tribunales (y se caracteriza por su pragmaticidad).
121

en el contexto de los conflictos territoriales que se han manifestado en diferentes


zonas de la VIII y IX regiones.

SOPORTE TEÓRICO DEL ESTUDIO


El estudio se sustenta básicamente en los siguientes tres elementos:
a. La utilización de las descripciones factuales4 como formas estratégicas5 de comunicar,
explicar, construir y justificar el mundo que nos rodea,
b. La comprensión de “lo legal” y “lo jurídico-judicial” como procesos de producción
discursiva6, y
c. El enfoque general de las representaciones sociales7.

Modelo o matriz teórica para el análisis

Construcción de hechos.
Identidad del hablante Elaboración de la factualidad Independencia hablante / Descripcción
• Posicionamiento. • Discurso empirista.
• Acreditación. • Consenso y corroboración.
• Conveniencia e interés. • Detalle y narración.

Descripción hacia la acción


Rep. Social Rep. Social
• Categorización y manipulación ontológica.
• Maximización y minimización.
Actitud • Normalización y anormalización.

Información

Jerarquización Código, Ideología


Discurso
Jurídico-Judicial

Hechos históricos Hechos pragmáticos


• Antecedentes. • Tipos de demanda (material, moral).
Hechos
• Dialéctica y conflictualidad.
jurídicos
• Poder y legitimación legal.
• Idioma jurídico.
• Simulación de paz.

4
Elementos que se apoyan en los “hechos” y la “objetivación discursiva”, para legitimar ciertas
prácticas y discursos.
5
Recursos utilizados en la construcción discursiva de los procesos judiciales, especialmente las factualidades.
Cumplen un rol en la comunicación o, de otra manera, se realizan en la comunicación.
6
Construcción discursiva de los elementos jurídicos y judiciales presentes en el proceso judicial.
7
Elementos socio-cognitivos que intervienen en el proceso de construcción discursiva que llevan a
cabo los actores del proceso.
122

OBJETO Y OBJETIVO DEL ESTUDIO


El estudio contempla el proceso judicial de 12 mapuches, que comienza con el requerimiento
presentado por el Intendente de la IX Región en diciembre del año 1997, tras la
quema de tres camiones de la Empresa Forestal Bosques Arauco, y culmina con la
sentencia dictada por los tribunales en abril de 1999. Se trata del único proceso judicial
actualmente cerrado8 que confronta directamente a sujetos mapuches con el Estado
de Chile y empresas privadas.
El propósito es analizar la condición estratégico-comunicativa de ciertas descripciones
factuales y ciertas representaciones sociales, presentes en la producción de un tipo
particular de “discurso jurídico-judicial”. Para ello se identificará el uso de factualidades y
representaciones sociales, en el contexto de estrategias comunicativas.
Hipotéticamente se plantea que efectivamente aparecen ciertas descripciones factuales y
representaciones sociales en el discurso de los diferentes sujetos, y que ello se relaciona
directamente con elementos de carácter cultural y simbólico que intervienen en los
procesos de clasificación, codificación, procesamiento y significación del mundo, a
través de las experiencias.

ESTRATEGIA METODOLÓGICA
El estudio se realiza a través de un tipo de análisis discursivo-textual (Potter y Wetherell,
1987), en el sentido que el análisis posee una perspectiva social9 y se centra en relatos
y textos como prácticas sociales10.
La confiabilidad del estudio está definida fundamentalmente por la condición de
replicabilidad de la investigación: la garantía de obtención de los mismos resultados al
reproducir el proceso de análisis (las mismas categorías sobre el mismo corpus). Para ello,
se propone un proceso de objetivación de las categorías utilizadas en el análisis. Por
su parte, la validez del instrumento utilizado está dada por el uso previo que se dio a la
plantilla de análisis, la cual ya fue aplicada a un corpus de similares características (Marcos,
C. y Ojeda, P., 2000)11, lo cual significa que es operativa y permitió obtener resultados
confiables; y, además, fueron corregidos los errores que se presentaron, específicamente
los vinculados con los procedimientos de aplicación.

8
El documento íntegro se encuentra archivado en dos carpetas, en el Departamento Jurídico de la
Intendencia de la IX Región-Chile.
9
“Discourse analysis is not just a method, but is a whole perspective on social life its research (Potter,
J., en Richardson, J.,1996).
10
“Discourse analysis focuses on talk and texts as social practices, and on the resources that are drawn on
to enable those practices (Potter, J. en Richardson, J. (Ed.) (1996).
11
Corresponde a una Tesis de Pre-Grado, dirigida por el autor de esta investigación.
123

El corpus inicial para el análisis lo consituyen las 1183 páginas del proceso judicial
completo (que denominamos complejo textual), distribuidas en 873 documentos diferentes
(que denominamos sub-complejos textuales independientes). Luego de un análisis global de
este material, para entender sus relaciones, se establecieron tipologías textuales, basadas
en la lógica del proceso (como se observa más adelante en el esquema del proceso). Así se
distinguió cuatro tipologías textuales: PARTE REQUIRENTE - PARTE QUERELLANTE -
DEFENSA DE LOS INCULPADOS Y LA PARTE CONCLUYENTE (LOS TRIBUNALES).
De esta forma, se utilizarán como válidos sólo criterios de pertinencia interna del material
(la forma en que naturalmente se relacionan entre sí en el proceso). Así, se excluirá (a)
aquellos datos anexos al material relevante, como fotografías, planos, documentación
personal de los sujetos involucrados (certificados de nacimientos u otros) y (b) aquellos
documentos que son presentados en forma independiente en el proceso, pero que son
utilizados en las cuatro tipologías textuales, como informes médicos, partes policiales,
informes de las empresas, cartas de apoyo a los mapuches, declaraciones, comparecencias,
careos, etc.. Lo anterior se sustenta en que para la investigación es de mayor significatividad
cómo es citado el material y con qué objetivos.

Plantilla de análisis utilizada

CATEGORÍAS SUBCATEGORÍAS DESCRIPCIÓN OBSERVACIONES

CONSTRUCCIÓN DE HECHOS.
ELABORACIÓN DE LA FACTUALIDAD
Conveniencia e interés
Identidad del hablante

Posicionamiento, neutralidad
y alineamiento
Acreditación de categorías
Independencia hablante / descripción Discurso empirista

Consenso y corroboración
Detalle y narración
Descripción hacia la acción Manipulación ontológica

Maximización / minimización
Normalización/anormalización
REPRESENTACIONES SOCIALES Actitud

Información
Jerarquización
Códigos
124

Resultados: Aportes del estudio


Una comprensión global del fenómeno: Esquema del proceso judicial.

Requerimiento del Intendente


Inicio del proceso

Declaraciones
testigos

Comparecencias,
M careos M
e Querellante. Defensa de los inculpados. e
d Empresa Bosques Arauco. Abogado de la defensa d
i Empresa contratista i
a de transporte a
c Informes c Cartas
i policiales i de apoyo
ó ó
n n

P P
r Informes r
e médicos e
n n
s s
a a

Información Empresa. Declaraciones


Empresa Bosques Arauco. inculpados
Empresa contratista
de transporte

Corte Suprema
Corte de Apelaciones
Juzgados
125

Descripción de los resultados globales

TIPO TEXTUAL N° UNIDADES


N° SUB-TIPO TEXTUAL %
TEXTUALES

01 Parte requirente 05 1,41


02 Sistema de justicia (Corte de Apelaciones) 54 15,25
03 Parte querellante 17 4,80
04 Parte inculpados 25 7,06
05 Declaraciones 121 34,18
D. Extrajudiciales 20 16,52
D. E. Testigos 07 5,78
D. E. Inculpados 13 10,74
D. Comparecencias 99 81,81
D. C. Simples 84 84,84
D. C. Indagatorias 12 12,12
D. C. Testigo conducta 01 1,01
D. C. Propia defensa 02 2,02
D. C. Careos 02 1,65
D. C. Simples e indagatorias 96 XXXX
D. C. S. I. Testigos 83 86,45
D. C. S. I. Inculpados 13 13,54
06 Informes policiales 58 16,38
Gendarmería 14 24,13
Investigaciones 04 6,89
Carabineros 40 68,96
Partes Carabineros 12 30
Otros 28 70

Información empresa Bosques Arauco


07 19 5,36
y Transportista

Informe técnico-comercial 17 89,47


Carta a autoridades 02 10,52
08 Informes médicos 41 11,58
Atención de urgencia 39 95,12
Otros 02 4,87
09 Mediación de la prensa 10 2,82
10 Informes y cartas de apoyo 04 1,12
Total 354 99,96
126

Aportes específicos, según el modelo aplicado

CATEGORÍA RESULTADOS PRINCIPALES

Conveniencia e interés (1) Los intereses se trasladan desde un ámbito particular (propietarios de los predios y mapuches
que los reclaman) a un ámbito mayor, constituido por los intereses de la sociedad.

Posicionamiento, neutralidad y alineamiento (1) Atribución de hechos graves, por la parte requirente y querellante.
(2) Desplazamiento del discurso de los hechos (como delitos) al discurso histórico, por la
defensa de los inculpados.

Acreditación de categorías (1) Temprana identificación de los responsables como mapuches en el requerimiento del Intendente
(basado sólo en la información de los partes policiales y de la empresa forestal).
(2) Construcción delictiva que se hizo a partir y con las informaciones de los medios de
comunicación, que hablaban de “infiltración terrorista”.
(3) Calificación de los inculpados como “transgresores de ‘nuestro’ sistema jurídico-judicial”.
(4) La defensa de los inculpados (particularmente en el caso del abogado mapuche José Lincoqueo)
utiliza como principal blanco de sus ataques al Estado (“usurpaciones masivas de predios
indígenas realizadas por el Estado de Chile y de sus ‘particulares’ “).

Utilización del discurso empirista (1) Los partes policiales son muy utilizados por la parte requirente, querellante y los tribunales.
(2) La defensa de los inculpados se centra en la historia, otro referente de factualidad.

Mecanismos de consenso y corroboración (1) Las declaraciones (de testigos, afectados e inculpados) son representativos de esta estrategia.
Nótese que, no obstante, la condición de declaración no es eximente de su carácter de
producción discursiva, con intereses y estrategias.

Uso de detalles en la narración (1) Los hechos relatados en el parte policial, con el cual se inicia el proceso, son los mismos que
se mantienen en el transcurso de dicho proceso, sólo cambian los comunicadores; primero es
la parte requirente, luego la parte querellante y, finalmente, el aparato judicial. Así, los hechos
corresponden a la categoría de lo irrefutable, de verdad jurídico-judicial.

Manipulación ontológica (1) La figura victimización / victimarización da cuenta de la forma en que se construye la relación
afectados / inculpados, en el plano emocional del discurso.

Maximización y minimización (1) Desplazamiento del plano de lo jurídico-judicial a un plano que apela más a la emocionalidad:
(*) “que en horas previas a dicho incendio de camiones, no estaba dedicado a obras de
destrucción de bienes ajenos, sino al cuidado y atención de su pareja...” (defensa
de los procesados)
(*) “a quien lo había llevado días antes un trecho del camino en el camión y le ofreció ropa
para sus hijos, pues le había dicho que tenía siete hijos...” (querellante).

Normalización y anormalización del discurso (1) El relato producido por determinado actor, o sus acciones, guarda directa relación con su
rol en el proceso. Este contexto de rol en el proceso normaliza sus discursos. Por ejemplo,
el aparato judicial “debe sancionar en base a los hechos” y para ello utiliza también los
antecedentes previos de los inculpados.

Actitudes en el discurso (1) Crítica a los hechos, en la parte requirente, querellante y tribunales
(2) Crítica a la historia de Chile y la constitución del Estado, en el caso de la defensa de
los inculpados.

Informaciones utilizadas en el discurso (1) Utilización de los hechos (parte policial) por la parte requirente, querellante y los tribunales.
(2) Desplazamiento de los hechos del proceso hacia hechos históricos, por la defensa de
los inculpados

Jerarquización de las informaciones utilizadas (1) La insistencia en el uso de los hechos según los partes policiales en todo el proceso,
es un indicador.
127

Aportes específicos: Consideraciones globales


Entender la presencia del entramado estratégico-comunicativo en los procesos judiciales
con componentes étnicos, y de paso entender estos procesos judiciales como procesos
de producción discursiva, permite una nueva aproximación a este ámbito. Ello nos obliga
a entender lo jurídico-judicial como una construcción social, enmarcada en una red de
discursividades legislativas donde, naturalmente, operan mecanismos de control social y
decisiones desde el ámbito del poder del discurso (sometimiento de la verdad de “otros” a
“nuestra” VERDAD, donde otros y nosotros están claramente identificados). Esta mirada,
desde las estrategias comunicativas presentes en el discurso, nos abre una discusión hacia
cómo producimos estos discursos en nuestra sociedad, para salir de la racionalidad que
obliga a establecer LA verdad y LA justicia. Así no sólo cabe la pregunta sobre la necesidad
de crear una juridicidad indígena, sino que, nos obligamos a repensar nuestra juridicidad,
a observar los mecanismos de exclusión y dominación –y las “verdades jurídicas”, las
“verdades científicas”, las “razones de Estado” y las “prácticas judiciales” que subyacen–,
y cómo podemos reproducir nuestros discursos desde la interculturalidad y no desde la
integración o dominación cultural. Obviamente, esto supone fuertes transformaciones
en nuestra cultura jurídica.

CONSIDERACIONES FINALES
El orden público, surge como una noción de importancia en el proceso, no sólo por su
carácter jurídico-judicial, sino por su carácter estratégico; toda vez que traslada los intereses
desde un ámbito particular (propietarios de los predios y mapuches que los reclaman) a un
ámbito social mayor, que compromete los intereses de la sociedad. Dicho desplazamiento,
como es obvio, no es casual y da cuenta de la manera cómo una de las partes entiende
el accionar de la otra. Independientemente de la gravedad o no de los hechos y de la
culpabilidad o no de determinados sujetos, la noción de orden público (y su contraparte
jurídico-judicial, la Ley de Seguridad del Estado) constituye un modo particular no sólo de
entender la interacción de los sujetos, sino la interpretación de su accionar en la cultura
jurídico-judicial. Lo anterior reivindica la pregunta sobre “¿cuál es el proceso a través del
cual la pretensión de algunos sujetos se ve respaldada por la ley y la institucionalidad
del Estado y otras quedan excluidas?” (Martínez, 2000).
El Estado como articulador de estrategias y mecanismos de control social. Esta
unidad político-social llamada Estado funciona como eje articulador de ciertas acciones.
Para el requirente es el Estado –y la Intendencia como su prolongación administrativa
regional– el responsable de velar por el orden público. Y para el abogado mapuche José
Lincoqueo, es el Estado el centro de sus ataques. Es el Estado el usurpador y principal sujeto
de las acusaciones. La condición del Estado es, entonces, fundamental.
El estatus de los partes policiales como un tipo de relato legitimado socialmente
e integrado a la rutina productiva de los tribunales. La relevancia que adquieren
128

los partes policiales en la producción de estos discursos nos exige centrar también nuestra
atención en ellos. Su incorporación en la rutina productiva de los tribunales y del
proceso en general, permite entender la fuerte presencia de ciertos relatos factuales
en el proceso, ciertos hechos que configuran la realidad. Por ejemplo, lo ocurrido el 1°
de diciembre de 1997 como una construcción casi mítica en el proceso, indesmentible
e indiscutible hasta la sentencia.
La condición mítica del relato histórico. La historia como relato autónomo en
el proceso adquiere una connotación estratégica, en la medida que constituye “cierta”
construcción histórica, pero es presentada como LA historia. Este relato permite elaborar
una serie de argumentos jurídico-judiciales en el proceso.
La relación víctima/victimario como apelación a un discurso de la emocionalidad.
El desplazamiento de las nociones de querellados y procesados hacia las figuras de víctimas
y victimarios permite, de modo estratégico, apelar a una emocionalidad que el relato
jurídico-judicial no permite. Es en estas figuras donde surgen expresiones como “que en
horas previas a dicho incendio de camiones, no estaba dedicado a obras de destrucción
de bienes ajenos, sino al cuidado y atención de su pareja...” (enunciada por la defensa
de los inculpados); “a quien lo había llevado días antes un trecho del camino en el
camión y le ofreció ropa para sus hijos, pues le había dicho que tenía siete hijos...”
(enunciada por la parte querellante).
El estatus del otro en el discurso jurídico-judicial. En su discurso, la parte querellante
se refiere a la relación de los mapuches con la sociedad global, en el sentido de que los
mapuches son “transgresores del sistema jurídico-judicial chileno”. Esta es una estrategia
comunicativa, que permite un alineamiento frente al tema.

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