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no superior a las 25 páginas tamaño carta a espacio simple. En la estructura del texto deberá distinguirse
claramente: título, nombre del autor o autores (opcionalmente se puede incluir profesión, cargo y lugar de
trabajo), un resumen de hasta 120 palabras que contenga las ideas principales, contenido propiamente tal con
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Cada artículo se puede enviar por correo postal o entregar personalmente, requiriéndose tres ejemplares
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Junto a esto se requiere además una carta del o los autores que exprese sus intenciones de que el
artículo sea publicado en la Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios y además afirmando
el carácter inédito de éste. Para tomar contacto durante el proceso, en la carta se deberá anotar una
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El cierre de la recepción se efectúa el 30 de marzo para la edición de mayo, y el 30 de agosto para
el número de noviembre, en ambos casos a las 12:00 horas. Si las fechas mencionadas coinciden con
feriados, se trasladan al siguiente día hábil.
El consejo editorial evalúa la calidad de cada trabajo y decide su publicación sobre la base de criterios temáticos,
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máxima de la Revista, el consejo seleccionará los mejores.
Terminada esta etapa, se notifica a cada autor la resolución. Para el caso de los artículos no seleccionados, se
garantiza que el documento no será utilizado con fines distintos a los que motivaron su participación, dando
además la posibilidad de que los autores retiren el material entregado.
Ministerio de Justicia
Gendarmería de Chile
UNICRIM
Índice
Resumen
En el trabajo que se presenta a continuación se exponen los fundamentos teóricos-metodológicos
generales de un Modelo de Intervención Diferenciado por delito, aplicado a las personas que
cumplen una condena en la Medida de la Libertad Vigilada del Adulto. Esta iniciativa es el
resultado de una labor conjunta entre los profesionales de la Libertad Vigilada y el Departamento
de Tratamiento en el Medio Libre de Gendarmería de Chile. Este Modelo se desarrolla a partir
del año 2000 en los diferentes Centros de Reinserción Social del país, formando parte de
las metas de gestión de Gendarmería de Chile. La propuesta tiene como objetivo mejorar
los resultados de los programas de reinserción social hacia aquellas personas condenadas
en la medida de Libertad Vigilada.
I. ANTECEDENTES GENERALES
El sistema de penas alternativas a la reclusión se aplica en Chile como un cuerpo legal
integrado de sanciones a partir del año 1983, fecha en que fue promulgada la Ley N°
18.216. Esta normativa estableció las medidas sustitutivas a la prisión: la Remisión
Condicional de la Pena, Reclusión Nocturna y la Libertad Vigilada del Adulto (LVA);
consistente esta última “en un régimen de libertad a prueba, que tiende a un tratamiento
intensivo e individualizado del condenado, bajo la orientación permanente de un profesional
denominado Delegado de Libertad Vigilada”1.
1
Ministerio de Justicia, División de Defensa Social: Ley N° 18.216: “Normas Técnicas para la aplicación
de la Libertad Vigilada de Adultos”, Santiago, Mayo, 1984.
10
El cuerpo legal antes referido contempla los Centros de Reinserción Social (CRS)
como órganos del nivel operativo, siendo los encargados de administrar y ejecutar
estas medidas. Además se establece que profesionales de las áreas de las ciencias
sociales, jurídicas, de educación y salud pueden cumplir las funciones de Delegado de
Libertad Vigilada del Adulto.
El fin de las Medidas Alternativas es la reinserción social de aquellas personas que se
encuentran cumpliendo una pena. La reinserción social se conceptualiza como un
proceso complejo, intencionado y dinámico de interacción principalmente dialógica
entre el Delegado de Libertad Vigilada y la persona penalizada, que supone un cambio
de estado de vulnerabilidad legal a uno de mayor integración social y que se desarrolla
dentro del marco legal.
En la actualidad, la población beneficiaria de la Libertad Vigilada del Adulto es de 3.569
personas, alcanzando al 5,72% del total de la población atendida por Gendarmería
de Chile2.
La medida de la Libertad Vigilada ha experimentado un crecimiento sostenido en el
tiempo, en cuanto a su tamaño y complejidad. Así, en el período comprendido entre
los años 1987 y 1998, prácticamente se ha sextuplicado en cuanto a su cobertura,
siendo la medida que dentro del conjunto de penas alternativas ha experimentado el
crecimiento más acelerado.
Durante estos años se han observado algunos cambios importantes en cuanto a las
características y composición sociocriminológica de las personas condenadas en esta
medida. Así por ejemplo, se ha constatado un aumento en la comisión de Delitos contra la
Propiedad, especialmente en los Robos y Hurtos. Por otro lado, los niveles de reincidencia
legal se han incrementado en la población afecta a esta medida.
En la actualidad la tasa de reincidencia legal de la medida de la Libertad Vigilada (16,1%)
ha mostrado un incremento de 4,7 puntos porcentuales en comparación al valor promedio
observado para el periodo 1990-1992, cuyo monto alcanzaba al 11,4%3. Si bien este
indicador es bajo en comparación a las tasas observadas en el sistema de penas privativas de
libertad, llama la atención que dentro de la reincidencia por delitos de robo, haya aumentado
la ocurrencia de robos con violencia, así como los delitos por lesiones.
La mayoría de las personas que reinciden legalmente en la medida de la Libertad Vigilada
son hombres jóvenes. Por otro lado, una cantidad importante de los reincidentes comete
delitos similares a la causa que originó la primera condena.
2
Gendarmería de Chile: Estadísticas de Población Penitenciaria, Junio, 2001.
3
Gendarmería de Chile: Unidad de Investigaciones Criminológicas (UNICRIM): “Estudio sobre tasas de
reincidencia egresados de unidades penales”, Informe Final, Santiago, Junio, 1999.
11
II. GÉNESIS
El Modelo de Intervención Diferenciada de la LVA, en adelante MID, se remonta
al segundo semestre del año 1998, momento en el cual profesionales de los CRS
e integrantes del Departamento de Tratamiento en el Medio Libre comenzaron a
efectuar un análisis de las propuestas enviadas por todos los Centros del país, con la
finalidad de establecer estrategias de intervención diferenciadas de acuerdo a un perfil
psicosociocriminológico de los usuarios, clasificándolos por tipos de delitos.
Establecido ese perfil, se consideró necesario que el usuario para ser intervenido debía
desarrollar algunas habilidades básicas que le permitieran incorporarse posteriormente con
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menor dificultad a una intervención diferenciada (nivel de apresto). Con este propósito se
procedió a distinguir las características más recurrentes y comunes a todos los usuarios,
detectando que aquellas características que se repetían eran todas de origen psicológico,
debiendo por lo tanto efectuar su abordaje desde esta perspectiva.
Por otra parte, durante el año 1999, se elaboró un Instrumento de Diagnóstico que tuvo
por finalidad tener una visión de tres aspectos fundamentales para el tratamiento de la
población de la LVA (Social, Criminológico y Psicológico), logrando con la información
recabada llegar a un Programa de Intervención para cada uno de los usuarios de la Medida
con metas planificadas a corto, mediano y largo plazo.
Una vez diseñado este Instrumento, se probó su confiabilidad y validez en una muestra
con usuarios de cinco CRS del país. Como resultado de lo anterior, se detectaron
afirmaciones que no medían lo que se esperaba medir y se agregaron en lo social
temas que no se habían considerado, efectuándose las modificaciones necesarias para
su aplicación final.
En términos generales el MID se compone de los siguientes elementos:
1. Fundamentos teóricos generales.
2. Descripción operativa.
3. Perfil empírico de los usuarios y estrategias de intervención diferenciadas.
4. Módulos de intervención del nivel de apresto.
5. Módulos de intervención diferenciada por delito.
6. Instrumento de diagnóstico.
El MID contempla siete módulos de intervención, 4 a nivel de apresto y 3 a nivel de
intervención diferenciada: Motivación y Persistencia, Receptividad a la Autoridad,
Comunicación, Autopercepción, Resolución de Conflictos, Desarrollo de Vínculos
y Juicio Moral. Estos módulos fueron desarrollados en base a los aportes de los
diferentes CRS del país.
4
En este documento concordamos con la definición planteada por Marcelo Didier quien señala que “Un
modelo de intervención constituye una representación esquemática y analítica de la realidad que busca
representar para un observador, las relaciones entre un problema y sus variables, de manera de generar
conocimientos que permitan el diseño y aplicación de soluciones, sobre la base de ciertos supuestos y
definiciones que orientan la acción”. De acuerdo a esta definición entenderemos que la formulación del
MID se relaciona con las siguientes expectativas: a) Contar con un instrumento de trabajo que permita a
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Por un lado, se han incorporado distintas teorías criminológicas que buscan explicar la
realidad del delincuente, así como la heterogeneidad del delito y los procesos de desviación
social que se interrelacionan a nivel del individuo y la sociedad. Por otro lado, se han
considerado algunos conceptos y técnicas derivadas del constructivismo social, la
terapia estratégica y la teoría general de sistemas, por considerar que estas teorías
aportan herramientas y metodologías para el tratamiento del usuario y son favorecedoras
de un proceso de cambio conductal.
La terapia estratégica es una técnica de intervención psicológica que tiene sus orígenes
en el trabajo desarrollado en el Centro de Terapia Breve de Palo Alto (Mental Research
Institute), Estados Unidos, produciéndose en las ultimas tres décadas un creciente interés
por conocer y aplicar sus postulados y técnicas, por ser este un enfoque más breve,
dinámico y directivo que los enfoques tradicionales.
Esta técnica considera que el cambio en la conducta de una persona surge de la ruptura
de las pautas de pensamiento y acción, vale decir de la interrupción de las secuencias
que se repiten. Por tanto la intervención centra su atención en modificar el marco
cognitivo del paciente que confiere un significado a las soluciones intentadas por él,
tratando de bloquearlas o invertirlas.
La metodología de intervención se fundamenta en una concepción cibernética de la
comunicación múltiple. Una concepción de esta naturaleza propone que el terapeuta
espeje las comunicaciones múltiples del paciente para provocar una retroalimentación
entre cambios y estabilidad en un sistema perturbado.
La terapia estratégica plantea que los síntomas no reflejan hipotéticos problemas
subyacentes irresueltos, puesto que la intervención no se basa en un modelo de
déficits, sino que la mayoría de los problemas están insertados en hábitos de reacción
y respuesta que suelen ser difíciles de romper, debido a los ciclos de autorrefuerzos
en que quedan atrapados.
Por otro lado, se postula que en la terapia misma puede producirse una situación análoga,
cuando “más del mismo” enfoque utilizado por el terapeuta conduce a “mas del mismo
problema” en el paciente. El terapeuta puede quedar comprometido con un diagnóstico
y un enfoque determinado, sobre todo cuando ha cargado emocionalmente su idea de lo
que la situación “es o debe ser de una cierta manera”.
los Delegados la aplicación de estrategias y metodologías de intervención que mejoren los resultados de
la reinserción social de las personas que cumplen condena en las medidas alternativas a la reclusión b)
Favorecer la construcción de una cierta “mirada” o “epistemología” común entre los operadores, desde la
cual se puedan desarrollar procesos de intervención que favorezcan un cambio en el usuario en el sentido
de la no reincidencia delictual. (Marcelo Didier: “Evaluación y Formulación de Programas Sociales”,
Documento de Trabajo, Pontificia Universidad Católica de Chile, 1986).
14
5
Los planteamientos más clásicos del constructivismo pueden encontrarse en las obras de H.Von Foester:
“Bases Epistemológicas “, en J. Ibañez:,” Nuevos avances de la investigación: La investigación de segundo
orden”, Revista Anthropos, N° 22, Barcelona, 1990; E. Von Glaserfeld: “Despedida de la Objetividad
“; N.Luhmann: “Sociología del Riesgo “: Universidad Iberoamericana, México, 1992. En el contexto
chileno hay que destacar los aportes del antropólogo Marcelo Arnold en “El perspectivismo en la Teoría
Sociológica “, Revista Paraguaya de Sociología, Año 27, N° 78, pp 21-35, 1990; y desde la biología
del conocimiento a Francisco Varela en la obra: “Las Ciencias Cognitivas: Tendencias y perspectivas,
Cartografía de las ideas actuales” Ed. Gedisa, Barcelona, 1990.
15
6
Para comprender la multidimensionalidad del problema de la delincuencia en el MID se han considerado
distintas teorías e investigaciones desarrolladas por la criminología. Estas teorías han sido clasificadas en
tres tipos de categorías: Biológicas, Psicológicas y Sociales. En cada una de ellas se han examinado
los principales exponentes o corrientes de pensamiento relacionados con la teoría; los supuestos
o hipótesis fundamentales; las fortalezas y debilidades de estas teorías; el ámbito de análisis de la
delincuencia y las orientaciones que han influido en el diseño de la política criminal y los programas
de reinserción social.
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instituciones lo han etiquetado como tal, asumiendo el mismo sujeto un status criminal,
que las agencias de control distribuyen selectivamente.
El delito carece de sustrato material u ontológico: una conducta no es delictiva “per se”
(cualidad negativa inherente a ella); el carácter delictivo de una conducta depende de ciertos
procesos sociales de definición, que atribuyen a la misma tal carácter, y de selección, que
etiquetan al autor como delincuente.
El delito no es necesariamente una conducta anormal sino una conducta aprendida
en el marco de su participación en grupos o subculturas (observación o imitación del
comportamiento delictivo de otros).
El individuo se puede convertir en delincuente a causa de un exceso de definiciones
favorables a la delincuencia. También lo hace en razón del contacto que establece
con modelos de vida criminales, o del aislamiento que puede tener con relación a
modelos no criminales.
La conducta delictual puede tener también sus fundamentos a partir del funcionamiento
biológico-orgánico del individuo, el mundo anímico o por crisis del individuo, en procesos
psíquicos patológicos, el débil razonamiento moral, o en vivencias subconscientes que
tienen su origen en un pasado del individuo.
La conducta delictual es controlada por una serie de estímulos; dicha conducta se
refuerza cuando el individuo obtiene gratificaciones positivas o evita castigos, o se
debilita mediante estímulos negativos o la perdida de gratificaciones que la comisión
de este conlleva.
Todo individuo es infractor en potencia, la delincuencia puede surgir por el debilitamiento
de los lazos que le unen a la sociedad; cuando el individuo carece del necesario arraigo
o interés social necesario, carece también de los controles sociales disuasivos para
no cometer delito.
La sociedad produce una serie de estímulos y presiones para que los individuos infrinjan la
norma penal, pero dichos impulsos pueden ser contrarrestados por ciertos mecanismos de
contención (externos o internos) al individuo que lo protegen positivamente. La delincuencia
puede producirse cuando fallan estos mecanismos, por debilidad o inexistencia.
La delincuencia puede producirse por falta de normas internalizadas, o de los controles
internos del individuo. La decisión de cometer un delito puede estar influida por las
consecuencias que el autor anticipa, vale decir por las expectativas que se derivan de
su ejecución o no ejecución.
La delincuencia puede ser creada por el control social. Las instancias o agencias
de control social (policía, judicatura) generan o producen el carácter delictivo de un
comportamiento al etiquetarlo.
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1. Ingreso:
Contempla la entrevista inicial del delegado, encuadre general de la relación con el usuario
y conocimiento de las características de la medida (deberes y derechos) de acuerdo a las
normas técnicas vigentes en la medida.
2. Diagnóstico:
Contempla la aplicación del nuevo instrumento de diagnostico, visitas domiciliarias,
entrevistas, elementos del informe presentencial, análisis de los factores predisponentes al
delito, elaboracion de un programa de intervención.
El objetivo es conocer las características de entrada del usuario al sistema tanto en el
plano psicológico, criminológico y social para determinar los aspectos que son necesarios
de intervenir al usuario y determinar que tipo de intervención es la que se debe realizar
(individual o grupal). Esta etapa arroja como resultado la elaboración de un programa
de trabajo inicial con el usuario.
3. Intervención apresto:
Contempla la incorporación de los usuarios a módulos de intervención para la formación
de habilidades básicas que permitan iniciar un proceso de reinserción social y adaptarse a
los requerimientos de la medida. Estos módulos se imparten por los Delegados en forma
individual o grupal, dependiendo de las características y posibilidades de asistencia del
usuario para, posteriormente, en forma paralela y de acuerdo a la gravedad de la situación,
realizar la intervención terapéutica individual en aquellos aspectos detectados en el
diagnóstico, sean estos de tipo asistencial, criminológico o psicológico.
4. Intervención diferenciada:
Contempla la incorporación de los usuarios a módulos individuales o grupales en tres
áreas de intervención (Juicio Moral, Desarrollo de Vínculos y Resolución de Conflictos),
dependiendo de las necesidades de intervención detectadas en el diagnóstico. En estos
módulos participan aquellos usuarios que presentan rasgos deficitarios en estas áreas,
independientes del tipo de delito, así como para posteriormente realizar una intervención
de acuerdo al tipo de delito.
La intervención de esta población, pasa por lo tanto por una primera etapa (nivel de
apresto), incorporándose a módulos de intervención (individual o grupal) que el Instrumento
de Diagnóstico detecta como necesidad de intervención. Una vez finalizada esta etapa, los
usuarios se incorporan a un nivel de intervención diferenciada de acuerdo a características
que los predisponen a la comisión de un delito, sean estas dificultades en la Resolución de
Conflictos, el Desarrollo de vínculos o déficit en el desarrollo del Juicio Moral.
En forma paralela el Delegado interviene otros aspectos detectados por el Instrumento de
Diagnóstico y que no se trabajan en los Módulos tanto de Apresto como de Intervención
Diferenciada: Los aspectos considerados en las distintas áreas de intervención son
las siguientes:
• Área Social: familia, vivienda, trabajo, tiempo libre mediante la derivación a programas
de apoyo comunitario o institucionales
• Área Criminológica: antecedentes como menor, escolares, familiares, factores
predisponentes, estigmatización social, autoestigmatización, asociación con pares
criminógenos.
• Área Psicológica: características de personalidad tanto positivas como negativas que
requieren refuerzo o tratamiento terapéutico.
Nivel de Apresto
Apoyar a los usuarios en el aprendizaje de habilidades y conocimientos que le permitan
estar en condiciones de enfrentar un tratamiento especializado y en este ámbito obtener
logros positivos para su reinserción. Las áreas de intervención (Módulos) consideradas
en este nivel son:
• Motivación y Persistencia:
Mejorar la capacidad del individuo para proyectarse a futuro y planificar en concordancia
con su realidad manteniendo una determinada conducta en el tiempo.
– Que el usuario identifique aquellos aspectos que le interesa realizar en su vida.
– Desarrollar la capacidad del usuario de discriminar entre proyectos que efectivamente
pueda concretar y los que se encuentran fuera del alcance de sus posibilidades.
– Facilitar la identificación de aquellos elementos necesarios de poner en práctica
para el logro de su(s) proyecto(s).
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• Receptividad a la Autoridad:
Ampliar la cognición del usuario en relación con los diferentes ámbitos de poder,
tanto individual como social a fin de distinguir y adecuar su comportamiento a
las distintas situaciones.
– Propiciar la comprensión en el usuario de la normativa de la ley 18.216 como un
elemento facilitador de su reinserción social.
– Facilitar en el usuario la identificación de reacciones ante situaciones cotidianas en
el ámbito familiar, laboral y grupos de referencia.
– Desarrollar en el usuario, la capacidad de discernir su comportamiento en los niveles
de poder de los distintos ámbitos de funcionamiento.
• Comunicación:
Potenciar las habilidades comunicacionales del usuario a fin de transmitir los contenidos
racionales y emocionales de su subjetividad en el transcurso de la interacción social que
establece con otras personas y grupos significativos.
– Que el usuario logre identificar los diversos tipos de comunicación y los elementos
básicos que la componen.
– Que el usuario identifique aspectos actitudinales que facilitan la comunicación.
– Que aprenda a reconocer y expresar sus sentimientos en diversas situaciones.
• Autopercepción:
Mejorar la imagen que de sí mismo proyecta el individuo como resultado de la
interacción que establece con el medio.
• Desarrollo de vínculos:
Fortalecer en el usuario la capacidad para establecer relaciones positivas y estables
con otras personas que le permitan sentirse aceptado, apoyado y comprometido
afectivamente.
Cuadro N° 1
Esquema Metodológico Estrategias Diferenciadas Medida Libertad Vigilada del Adulto
Tipo Características
de delitos Perfil de de entrada a la Estrategias intervención
Dinámica por delito
(Descripción: los usuarios medida por
delictiva
Elementos por delito delito (Alto,
Jurídicos) Medio, Bajo) Área Interv. Niver Interv.
Cuadro N° 2
Proceso de Intervención Terapéutico con el Usuario
Factores condicionales
Características individuales sociales y culturales del individuo. Permanencia involuntaria en la medida.
Existencia de patrones conductuales disfuncionales de resolución de conflictos
en la interacción con distintos sistemas.
Existencia de ciertos marcos cognitivos que orientan las conductas. Expectativa
del usuario.
Relación
Conducta sintomática
de control
que revela un funcionamiento Sistema Negociación
Comisión Ingreso dentro
Delito defectuoso en la capacidad delegado de expectativas,
del delito. a la medida. del marco
del individuo para resolver usuario. delegado/usuario.
de la ley
conflictos.
18.216
Expectativa
Factores precipitantes del delegado.
Cambios en las relaciones que establece con los sistemas en que participan
la familia, comunidad, etc.
Sucesos o eventos externos inprevistos. Cumplimiento de las condiciones impuestas
Cambios en el ciclo vital del individuo. en la ley favorecen la reinserción social.
Otros.
Cuadro N° 3
Etapas del Modelo de Intervención Diferenciada
Intervención
en módulos
individuales
o grupales.
Autopercepción
Motivación
y persistencia
Conocimiento de las características
de entrada del individuo mediante
la aplicación del nuevo instrumento
de diagnóstico.
Bibliografía
Ministerio de Justicia, División de Defensa Social: Ley N° 18.216: “Normas Técnicas para la
aplicación de la Libertad Vigilada de Adultos”, Santiago, Mayo, 1984.
Gendarmería de Chile: Unidad de Investigaciones Criminológicas (UNICRIM): “Estudio sobre tasas
de reincidencia egresados de unidades penales”, Informe Final, Santiago, Junio, 1999.
Marcelo Didier: “Evaluación y Formulación de Programas Sociales”, Documento de Trabajo,
Pontificia Universidad Católica de Chile, 1986.
Antonio García Pablos de Molina: “Manual de Criminología: Introducción y Teorías de la
criminalidad”. Madrid, Edit. Espasa-Calpe, 1992.
Marcelo Arnold: “Problemas Epistemológicos: Constructivismo Sistémico y la Sociología
Contemporánea”, Universidad la República, Escuela Sociología, Sociología Virtual
N° 1, Junio, 1999.
29
Resumen
En este artículo se pretende hacer un análisis comprensivo de las denominadas Penas
Comunitarias, comenzando con una breve reseña histórica de su desarrollo e incluyendo el tema
de su efectividad y la distinta aplicación que se hace de ellas a través del mundo. Finalmente, se
intenta profundizar en el tema de la prevención criminal. La idea desarrollada en este artículo
es que, no obstante, lo bien pensada e implementada que esté una medida sancionadora,
ésta va a tener muy pocas posibilidades de ser exitosa si la comunidad donde se aplica
no es capaz de examinarse y entender los problemas que subyacen en sus estructuras y
políticas sociales.
Por estas razones usaremos el término “Penas Comunitarias”, ya que esta denominación
permite diferenciarlas de la pena de reclusión y porque establece claramente que son penas
que no solamente deben ser cumplidas en la comunidad, sino que, también deben contar
con el apoyo de la comunidad para su implementación, desarrollo y éxito.
Para ser aceptadas y validadas, estas penas deben demostrar su valor como entidades
independientes, puesto que es extremadamente difícil que la opinión pública, e incluso los
miembros del sistema procesal penal, las consideren con el mismo valor punitivo que el
presidio. Como señala el mismo Pointing:
“Parte del problema para establecer penas alternativas a la prisión consiste en que
requieren de argumentos racionales ya que no pueden apoyarse en el discurso moral y
emocional que sustenta a la prisión” (Pointing, 1986, pg. 3).
del infractor, en casos de ofensas menores. Esto significaba que el infractor podía salir a
la comunidad dando adecuada garantía de su buen comportamiento. En Inglaterra, este
mismo procedimiento fue aceptado desde 1861 para delitos menores, y en el año 1879
para algunos tipos de crímenes (Worrall, 1997).
La Libertad Vigilada se originó alrededor de 1820 en Inglaterra y hacia 1840 en
Massachusetts. En sus comienzos, la supervision era realizada por la propia familia
del infactor y por la policía. Al poco tiempo esta tarea fue asumida por voluntarios de
organizaciones de caridad (Bondeson, 1994). En el año 1878 fue contratado en Boston,
el primer oficial de Libertad Vigilada profesional, coincidiendo con la promulgación de
la primera ley de Libertad Vigilada. No obstante la existencia de esta ley, los oficiales de
Libertad Vigilada aún no tenían ninguna capacitación especial para este trabajo.
Ya hacia los inicios del siglo XX, ciertos pensadores sociales comienzan a percibir el crimen
como una enfermedad social, para la cual debía existir una cura a través de prácticas
específicas de normalización, clasificación, categorización y discriminación entre los
distintos tipos criminales. Se comenzó entonces a desarrollar toda un esfera punitiva
enfocada al control social que focaliza la atención en el bienestar material, social y
psicológico del infractor (Worrall, 1997).
Durante la Primera Guerra Mundial fueron introducidos los Estudios de Casos, y en
1917 fue publicado el famoso libro de Mary Richmond, “Diagnóstico Social”. Esta obra
tuvo notable influencia en el entrenamiento de los nuevos oficiales de Libertad Vigilada.
Se enfatizaba la importancia de la investigación en profundidad del entorno social y la
personalidad del infractor, con el fin de que el tratamiento fuera eficaz y se realizara en el
ambiente social natural del infractor (Bondeson, 1994).
Luego del término de la Primera Guerra Mundial, el enfásis fue puesto en la Psiquiatría,
y las teorías sicoanalíticas cobraron mucha importancia. El interés fue entonces puesto
en la individualidad del infractor y en sus dinámicas emocionales. Esta nueva manera de
entender el crimen y el comportamiento criminal permitió el desarrollo de una serie de
nuevas sanciones que podían ser aplicadas en la comunidad. En el Reino Unido en el
año 1948, se creó la Pena de Remisión Condicional y se permitió a las Cortes el
hacer obligatoria la asistencia a Centros de Atención al Infractor. En el año 1969 se
introdujo la figura de la Advertencia Policial, y en el año 1972 se creó la pena del
Servicio Comunitario. Finalmente, en 1988, la Compensación fue establecida como
pena independiente.
La década de los 60 fue la era del Modelo del Tratamiento, el cual defendía la idea de que
a través del tratamiento del infractor se podía lograr un cambio importante y así prevenir
su reincidencia. Fueron tiempos de gran optimismo, donde se creía firmemente en que
el crimen podía ser derrotado a través de trabajadores sociales y de salud dedicados y
comprometidos. Las sanciones penales eran vistas no sólo como medios punitivos, sino
que, como un medio para lograr la rehabilitación del individuo a través del tratamiento
y el cuidado adecuados.
32
Sin embargo, hacia comienzos de la década de los setenta, una serie de estudios
realizados concluyeron que este proceso de rehabilitación no estaba ocurriendo
(Martinson, 1974).
Así, el concepto de tratamiento comenzó a ser severamente criticado, tanto desde un
punto de vista moral como empírico, ya que que se estimaba que no había suficiente
fundamento científico para su aplicación, y debido a la naturaleza intrusiva de las terapias
utilizadas (Kittrie, 1971). Como resultado, el énfasis volvió a ser puesto en el concepto de
castigo, el cual debía ser apropiado a la falta cometida y servir como medio de prevenir
la comisión de nuevos delitos.
El foco volvió a cambiar durante la década de los ochenta ya que ciertos investigadores se
comenzaron a preocupar por la salud física y mental de los ofensores, y postulaban que
si bien los criminales debían ser castigados, debía evitarse la encarcelación innecesaria.
Esta vertiente contó con la ventaja de permitir cierta economía de fondos, objetivo que
nunca es mal recibido, incluso por aquellas comunidades o políticos que no tienen mayores
afinidades con los conceptos humanitarios (Raynor, 1997).
También durante esta década fueron introducidas las llamadas “sanciones intermedias”,
las cuales comprenden a la Libertad Vigilada Intensiva, el Arresto Domiciliario y los
Campamentos Militares o “Boot Camps”. Estas son sanciones que si bien son cumplidas
en la comunidad, contienen un fuerte elemento de control y supervisión y fueron creadas
como forma de llenar un vacío entre lo que era considerado un castigo demasiado leve,
como la libertad vigilada normal, y las penas extremas, como la reclusión. De esta
forma se intentó responder a las inquietudes que tenían los jueces, miembros del sistema
penal y la comunidad en general, quienes necesitaban contar con lo que consideraban
un castigo real, sin que necesariamente esto consistiera en la vuelta al sistema de las
ya hacinadas cárceles.
La era del pesimismo ha comenzado a ser criticada y desafiada por un número de estudios
e investigaciones que han concluído que es posible obtener buenos resultados, en términos
de bajar las tasas de reincidencia, cuando las penas comunitarias son implementadas
correctamente (Gendreau y Ross, 1987; Cullen y Gendreau, 1989). Estos estudios señalan
que aquellos programas destinados a influenciar actitudes y comportamientos han probado
tener bastante éxito, y ofrecen una posibilidad real para ayudar a reducir la actividad
criminal de ciertos individuos. Como lo señala Raynor, “...bien pudiera ser que los
años noventa constituyan la era del nuevo rehabilitacionismo, la cual aún está inserta
en el paradigma del no-tratamiento, pero sí buscando un impacto más efectivo en el
comportamiento del delincuente” (Raynor, 1997, pg.22).
Sin embargo, muchos autores sostienen que realmente no es posible lograr grandes
cambios en la personalidad o en las circunstacias sociales del ofensor. Incluso dudan de que
ésto sea realmente una buena idea, ya que este objetivo es considerado como altamente
intrusivo y atentatorio contra la individualidad del infractor. “En vez, el foco es mucho más
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A. Penas auto-regulatorias
Son aquellas en que la intervención del sistema jurídico-penal se reduce al mínimo.
Generalmente se aplican para ofensas menores o en primerizos, con el objeto de evitar
cualquier institucionalización innecesaria. Las penas auto-regulatorias más comunes
son las siguientes:
i. Amonestación
No es considerada legalmente una pena ya que no es aplicada por el poder judicial,
sino que, por la policía o inspectores municipales. Se utiliza en infracciones muy
menores y una vez que el infractor ha admitido su culpa se le advierte acerca de su
comportamiento, y de que en una próxima oportunidad puede ser citado ante el
tribunal. En algunos casos la advertencia conlleva algún tipo de reparación menor.
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hogar, y los lugares a los que le es prohibido ir son, por lo general, aquellos ligados con
sus actividades criminales. El cumplimiento de estas órdenes deben ser monitoreadas
por el oficial de Libertad Vigilada. En la mayoría de los países esto se cumple a
través de llamadas telefónicas aleatorias y a través de visitas sorpresas al lugar de
confinamiento. En algunos países, como los Estados Unidos y partes del Reino Unido,
ya existe el llamado monitoreo electrónico, el cual se realiza a través de artefactos
que el condenado debe llevar en todo momento, generalmente en el tobillo o muñeca.
Aparte de esta vigilancia, esta pena usualmente conlleva otros dos componentes: el
contacto frecuente del ofensor con su Delegado de Libertad Vigilada y el análisis de
orina para determinar el uso de drogas.
Esta medida en particular es generalmente usada en conjunto con otras penas, como
la Libertad Vigilada o el Servicio Comunitario.
iv. Asistencia Obligatoria a Centros
Algunos sistemas penales contienen como pena, la obligación de asistir a Centros
Comunitarios o de Rehabilitación para aquellos condenados que además de su
comportamiento criminal padecen de alguna adicción. No siempre la medida tiende
directamente a la superación de la adicción, sino que, a veces está más enfocada
a ayudarlos a adquirir cierta capacitación laboral o mejorar sus relaciones sociales
(Worrall, 1997). Estas órdenes son generalmente combinadas con otras medidas, como
la Libertad Vigilada o el Monitoreo.
v. Campamentos Militares (Boot Camps)
Los campamentos militares pueden definirse como centros de tratamiento que
contienen un condicionamiento físico de alta exigencia, tiempo mínimo para recreación,
códigos de vestuario e higiene personal extremadamente estrictos, y testeo vocacional
tendiente a aumentar la estima individual y el sentido de responsabilidad (Barlow,
1993). Estos campamentos se caracterizan por una disciplina y un régimen militar,
combinado en algunos casos con terapias personales o grupales. Las condenas a estos
campamentos son más bien de corta duración, usualmente no más de 6 meses. Fueron
primeramente desarrollados en Estados Unidos, y están enfocados hacia delincuentes
juveniles, primerizos y no violentos, los cuales han recibido, alternativamente, una
sentencia custodial de entre 1 a 2 años. Son mayoritariamente masculinos, pero
se ha ido incorporando cada vez más, a condenadas mujeres. La mayoría de los
internos tiene algún problema con drogas y la participación en estos campamentos
es básicamente voluntaria. Si no desean asistir, deben cumplir la pena custodial
que se les asigne.
Estos campamentos han sido gravemente criticados porque se dice que a los internos se
les inculca una mentalidad combativa y agresiva y están sujetos a una estricta
jerarquía, principios que no son conducentes a la rehabilitación y a un comportamiento
social deseable (Junger-Tas, 1994). De hecho, numerosos cientistas sociales han
demostrado que el comportamiento violento o agresivo se aprende e imita fácilmente
(Bandura, 1973).
38
4. PROGRAMAS DE MEDIACIÓN
Los programas de mediación, también conocidos como Programas de Reconciliación
entre Ofensor y Víctima, promueven el contacto entre la víctima y el ofensor, y son
usualmente combinados con algún tipo de compensación. Fueron creados inicialmente en
Ontario, Canadá, en 1974 y ahora existen en muchas legislaciones. La idea central de
estos programas es distanciar el elemento justicia del elemento castigo, reconociendo que el
castigo no es siempre la única respuesta al crimen (Mc Guire, 1995).
Los objetivos principales de la mediación son reconocer los intereses de la víctima en forma
efectiva, a través de la reparación del daño causado, promover una real reconciliación,
e intentar que el ofensor reconozca explícitamente lo que ha hecho. El contacto entre
la víctima y el victimario no se restringe al contacto personal, puede ser realizado a
través de otras formas, como cartas, teléfono, o sistemas audiovisuales. Algunos de
estos programas se desarrollan directamente frente a la Corte, mientras que otros se
desarrollan más privadamente.
En el primer caso, si la mediación es exitosa, el caso es usualmente cerrado y se
dicta una dispensa condicional. Obviamente, mientras más fortalecido se encuentre
el aparato judicial, mayor es la percepción de que la mediación es una opción penal
real para la comunidad.
Previamente a la implementación de una mediación, deben cumplirse una serie de
requisitos, tales como: la existencia de una víctima identificable y que el infractor esté
dispuesto a participar y a reconocer su culpa. Debe, además, ser suficientemente seguro
tanto para la víctima como para el ofensor. La mediación debe desarrollarse siempre
frente a un mediador debidamente capacitado, quien debe mantenerse en todo momento
imparcial. Algunas mediaciones no terminan en acuerdo, y el mediador no puede
obligar a las partes a ponerse de acuerdo en algo que no quieren. No obstante,
cualquier otro punto de acuerdo debe ser puesto por escrito y las partes deben firmar
y recibir una copia.
La mediación no sólo beneficia a la víctima, sino que, muchas veces también al infractor.
Las víctimas son capaces de adquirir información sobre el desarrollo de su caso, tienen la
oportunidad de expresar sus sentimientos y, si es apropiado, pueden negociar algún tipo
de reparación. A su vez, los infractores pueden comprender y aceptar el impacto real de su
comportamiento, en términos del sufrimiento y daño que causaron, y pueden hacer algo
para repararlo, tal como pedir perdón o compensando a la víctima. También les ayuda en la
reintegración a la comunidad local, puesto que los miembros de la comunidad sienten que el
daño causado ha sido de algún modo reparado (Wynne y Brown, 1998).
39
La efectividad de estos programas ha sido estudiada por autores como Wynne y Brown.
En un primer estudio participaron 90 infractores en mediaciones cara a cara, entre los
años 1985 y 1987. De los participantes, 87% eran reincidentes, y de éstos, un 25%
tenía 5 o más condenas anteriores. Luego de transcurridos dos años desde la mediación,
el 68% no había reincidido. Es menester reconocer que, si bien estas cifras demuestran
un excelente índice de éxito, es importante tener presente que los participantes de este
programa estaban altamente motivados, debido a los criterios de selección utilizados
(Wynne y Brown, 1998, p.24).
En un siguiente estudio en 1992, participaron 69 ofensores en mediaciones cara a
cara. De ellos, el 68% era reincidente y el 30 % eran multi-reincidentes. Luego de
2 años, el 58% no había reincidido. Otros estudios también han demostrado la baja
en los índices de reincidencia, de hasta un 20% comparado con otras penas (Wynne
y Brown, 1998, p.25).
A pesar de lo impresionante que aparecen estas cifras, es importante tener presente que
la mediación es todavía utilizada en casos de ofensas muy menores. Sin embargo, existe
un índice muy importante de éxito, cual es la percepción de la víctima, de la comunidad y
del mismo victimario, de que la justicia está siendo satisfecha.
Algunos estudios también han comparado el caso de sujetos con alto compromiso delictual
frente a individuos primerizos o de muy bajo compromiso delictual, lo cual ha hecho
muy difícil determinar qué tipo de castigo y tratamiento es el más adecuado. Para poder
establecer alguna conclusión se necesitan estudios en que existan grupos comparables,
ojalá con selección aleatoria de los sujetos.
Otro problema para establecer la efectividad de las sanciones comunitarias, es la falta de
precisión en la medición de los índices de reincidencia. En la mayoría de los estudios, la
reincidencia se equipara a la re-convicción, índice que es siempre mucho menor que la
reincidencia propiamente tal (Mair, 1997). A ésto se suma el hecho de que los índices
de re-convicción tampoco son precisos, ya que aquellos que tienen condenas anteriores
tienden a sufrir una suerte de discriminación mediante una mayor frecuencia de arrestos
por sospecha e interrogaciones policiales (Mair, 1997).
Dado los problemas señalados, es muy importante intentar encontrar vías alternativas
para medir la efectividad de las penas comunitarias. Una posibilidad es medir los cambios
en la frecuencia y gravedad de los delitos cometidos. Algunos estudios han demostrado
que, pese a que a los índices de reincidencia no bajan mayormente, éstos dos factores
si contienen variaciones positivas importantes si se miden luego de la aplicación de una
pena comunitaria (Mc Ivor, 1992).
La efectividad también puede ser medida en términos de una mayor inclusión social y el
acceso a mayores y mejores recursos sociales (Raynor, 1997, en Mair, 1997).
Un programa también puede ser percibido como efectivo si su aplicación y ejecución es
aproblemática, y la ejecución de la sentencia le proporciona satisfacción a la Corte, a la
víctima y a la comunidad en general (Junger-Tas, 1994).
construir y mantener las prisiones, puedan ser utilizados para otras necesidades sociales,
tales como educación, apoyo a las familias y mejores oportunidades de empleo.
de la orden son gente mayor o individuos con algún tipo de limitación física o mental,
los que no son capaces de hacer el trabajo o tarea por sí solos. La mayoría de los
beneficiarios determinó que el trabajo realizado fue de alta calidad, que estuvo bien
supervisado, y más importante aún, que fue beneficioso y útil para ellos.
El objetivo de evitar la prisión no es verdaderamente relevante para esta pena, ya que
menos de la mitad de los condenados a una orden de servicio comunitario hubiesen
sido enviados a prisión; en general, sólo los individuos de muy bajo compromiso
delictual son sentenciados a esta pena.
En relación a los índices de reincidencia, el estudio concluyó que luego de transcurrido
un año, el 40% de la muestra había sido condenada, y luego de 4 años, el 68% había
sido condenado. Sin embargo, la autora señala que sí hubo un cambio en los nuevos
delitos, ya que éstos tendieron a ser de una naturaleza menos violenta, y hubo una
menor proporción de delitos que involucraban falta de probidad o faltas al orden
público (Mc. Ivor, 1992, pg. 159).
La autora termina señalando que la mayoría de los beneficios de la pena de Servicio
Comunitario se pierden cuando ésta es otorgada como parte de una pena combinada.
A su juicio, ésta debiera ser una pena independiente.
serios de falta de recursos para programas con un valor social mayor, como son los
programas de entrenamiento laboral, educación y apoyo familiar, que eran considerados los
programas más exitosos para la prevención criminal. Lamentablemente, la inversión hecha
en infraestructura de prisiones ha sido de tal envergadura, que esta política aparece como
muy difícil de revertir (Donnison, 1998, en Jones Finer y Nellis, 1998).
El problema con los sistemas demasiado punitivos, es que provocan un círculo vicioso
en donde el miedo y la rabia de la comunidad ante el aumento del crimen, hacen que se
implementen políticas cada vez más punitivas e ineficaces (Raynor, 1996, en Mair, 1996).
Quizás la respuesta se encuentre en adoptar políticas comunicacionales más efectivas, que
permitan que la opinión pública conozca cómo políticas penales más constructivas pueden
ser opciones reales a las preocupaciones de víctimas y víctimas potenciales.
B. El caso de Japón
Japón constituye un caso muy interesante en relación al tema del crimen. Es una
sociedad que ha logrado mantener tasas de criminalidad altamente estables durante
los últimos 50 años, en contraposición a todo el resto del mundo desarrollado. No
obstante, es menester clarificar que en años recientes el crimen juvenil ha experimentado
un aumento moderado.
Se ha intentado descubrir qué factores han contribuído a esta estabilidad (Katoh, 1991,
en Heiland et al., 1991; Haferkamp, 1991, en Heiland et al., 1991). Una posible razón
es que Japón tiene un sistema muy efectivo de control informal. La organización social
de la vida diaria, como la familia, el barrio y el lugar de trabajo constituyen un sistema
extremadamente poderoso de control social. Otra razón esgrimida, ha sido el hecho que su
sistema de justicia criminal, si bien no es precisamente duro, sí es altamente efectivo y los
ciudadanos se muestran deseosos de cooperar con él. Japón tiene tasas bastante bajas de
encarcelamiento, pero usualmente la pena aplicada es severa y degradante.
Debe, además, tomarse en cuenta que hasta el momento en Japón el problema del
desempleo ha sido casi inexistente, por lo que las generaciones jóvenes han llevado una
vida comparativamente fácil y existen estándares de educación buenos para todos. Todos
estos factores contribuyen para que existan fuertes sentimientos de apoyo e integración
hacia la sociedad por parte de sus miembros.
Existe una estructura social homogénea, la policía funciona en forma efectiva como medio
de control social y existe una política muy severa de control de armas.
Finalmente, es conveniente hacer notar que en Japón el concepto de la libertad individual es
bastante restringido. De las 4 religiones predominantes; Budismo, Shintoísmo, Taoísmo y
Confucionismo, ninguna enfatiza la idea del individuo como es percibida en el Cristianismo
(Haferkamp, 1991, en Heiland et al., 1991). Por ésto, se espera que cada ciudadano
sea un miembro responsable de la comunidad. Cada uno es responsable de sus acciones
individuales frente al resto, y si alguien hace algo incorrecto, la vergüenza no recae sólo
44
en el individuo, sino que, en su familia, sus colegas e incluso en sus vecinos. Sin embargo,
también es considerado de gran importancia el reintegrar al individuo a la comunidad,
luego que éste ha sido castigado.
8. CONCLUSIONES
Las Penas Comunitarias han sido desarrolladas en los últimos 50 años. Durante toda su
existencia, los cientistas sociales y quienes desarrollan las políticas sociales, han cuestionado
su validez y han intentado hacer los cambios necesarios para mejorarlas. La última década
ha sido testigo del nacimiento de las penas intermedias, cuyo objetivo es combinar los
conceptos de cuidado y control, a fin de lograr mayor éxito en los objetivos de las penas
en la comunidad. Numerosas investigaciones han indicado que se necesita un balance
adecuado, ya que demasiado control y poco tratamiento producen bajos niveles de éxito
en la rehabilitación y resocialización de los individuos.
49
necesidad de mostrar sólo el peor lado del crimen, y el foco se centra en aquellas historias
de horror y en los fracasos, más que en los numerosos programas exitosos de rehabilitación
que existen. El poder de la prensa es inmenso, y en muchos países el temor al crimen ha
sobrepasado al crimen mismo (Williams and Dickinson, 1993). Una política exitosa de
penas comunitarias debe reconocer el uso de la prensa como herramienta, a través de
la presentación de estadísticas reales e intentando realzar aquellos resultados positivos
que raramente son mostrados a la opinión pública. Una vez que se alcance este objetivo,
los individuos van a estar más abiertos a la implementación de estas penas y a participar
activamente en programas de prevención criminal. El éxito de estas penas muchas veces
depende del acceso que se tiene al apoyo de la estructura social, a empleadores que
estén dispuestos a ofrecer trabajos relevantes y a ciudadanos que están dispuestos a
reincorporar a los delincuentes a la sociedad.
E. Fortalecimiento de la familia
Los programas más exitosos han sido aquellos que han incorporado a la familia. Desde el
mismo inicio de la vida, la familia es clave para prevenir el comportamiento criminal. Es
por ello que se deben hacer mayores esfuerzos para fortalecer a esta institución. Se deben
establecer programas para promover embarazos sanos, para que exista una red eficiente de
cuidados pre-escolares, programas de educación para padres, cuidadores y para los niños.
Los adultos deben ser educados para transformarse en padres o cuidadores adecuados, que
sean capaces de supervisar y disciplinar a sus niños en forma apropiada.
51
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Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios
N° 3 - Noviembre 2001 - Santiago de Chile
57 - 67
Resumen
El presente artículo aborda el tema de la Resolución de Conflictos en el marco de la aplicación
de la Reforma Procesal Penal, proponiendo una intervención específica en los Acuerdos
Reparatorios a través de la incorporación de la Mediación, acotada exclusivamente a delitos
cuyo bien jurídico afectado sea patrimonial, como en el caso del hurto y, excepcionalmente,
contra la integridad personal como el delito de lesiones.
Si bien la Mediación no se encuentra formalmente establecida en el Código Procesal Penal,
se estima que podría ser un aporte significativo en la atención de las personas involucradas
en ciertos ilícitos (tanto en su calidad de víctima como de victimario), y contribuiría a
materializar de manera más eficiente y humana la acción de la justicia, al incluir la participación
directa de las partes.
INTRODUCCIÓN
En la medida que el hombre evoluciona, y contrario a lo que pudiera creerse respecto a su
mejor y mayor capacidad de comprensión frente a diversas circunstancias o hechos, los
conflictos están permanentemente presentes; ello porque existen diferentes percepciones
y visiones de los mismos, las que se fundan en las personales y especiales vivencias
de cada uno de los involucrados. Para superar los conflictos ha sido necesario buscar
mecanismos efectivos de resolución, adecuándolos a los intereses comprometidos, como
por ejemplo, la negociación y el arbitraje.
Surge en este contexto la Mediación, como un procedimiento o técnica no adversarial
de resolución de conflictos, la que requiere de un profesional con condiciones no sólo
intelectuales o de conocimientos específicos, sino que, con características personales
asociadas –principalmente– a la capacidad de promover relaciones humanas positivas.
58
LA MEDIACIÓN
Los conflictos, es decir las dificultades que se generan frente a un hecho que involucra a
más de una persona, o a personas en relación con sus organizaciones o entre éstas, han
existido desde siempre. Estos pueden tener resultados mejores o peores según las formas
que se utilicen para enfrentarlos y resolverlos, las que pueden tener un carácter formal o
informal, estar o no apoyadas por resoluciones judiciales que les otorguen validez, etc.
Dependiendo del objetivo y el contexto en que cada una de estas formas de resolución
se desarrolle, destacan entre ellas: los arbitrajes, las conciliaciones, las negociaciones
y finalmente la Mediación.
La Mediación nace como una Institución encaminada a la resolución alternativa de
conflictos, extendiéndose rápidamente su utilización en razón de los buenos resultados
obtenidos con su aplicación, tanto en Estados Unidos, como en Europa y posteriormente
en América Latina (principalmente en Argentina y luego en Chile). Su aplicación se da en
ámbitos muy diversos, tales como el judicial, laboral, educacional, familiar, etc. En Chile, se
encuentra en proceso de discusión el Proyecto de Ley que crea los Tribunales de Familia,
lo cual permitirá aplicar este procedimiento en una variada gama de conflictos familiares,
tanto en lo referido a los derechos de los padres como de los hijos, así como en los que
tienen su origen en el cumplimiento de obligaciones pecuniarias, o en aquellos relativos a
responsabilidades derivadas de vínculos familiares.
No obstante, en Chile existen experiencias de Mediación en Centros Especializados, al
alero del Ministerio de Justicia, las que han permitido validar este procedimiento como un
efectivo medio para enfrentar y resolver conflictos en las áreas de la familia, la educación,
y otras. En todo caso, estamos ciertos que existen algunos ámbitos en los que la Mediación
no podrá llevarse a cabo, como son aquellos casos en que el valor de los bienes jurídicos
61
1
La Gran Reforma de la Justicia, Ministerio Sec. Gral. de Gobierno, 1997 (Cuadernillo).
62
2
Se señala que el delito de hurto corresponde al 10,7% de los delitos por los cuales se cumple condena en
Gendarmería de Chile el año 1999. Compendio Estadístico, Gendarmería de Chile, 1999.
63
técnicas de comunicación por parte del Mediador, dado que ésta determinará el contexto
y grado de comprensión que ambas partes tendrán del proceso y, por ende, incidirá en su
participación en la generación y definición del Acuerdo Reparatorio.
LA PROPUESTA
Como procedimiento y metodología a utilizar en la Mediación que se propone incorporar
en los Acuerdos Reparatorios, está lo siguiente:
A. Procedimiento
En el nuevo Código de Procedimiento Penal, el Ministerio Público tiene como objetivo
fundamental la persecución penal pública en todos aquellos casos en que tenga
conocimiento de un hecho punible, a excepción de aquellos en que los antecedentes
que lo sustentan no permitan conducir una investigación con perspectivas de éxito. La
formulación de la imputación de determinados hechos –ante el imputado y el Juez de
Garantía– por parte del Fiscal, da inicio a la etapa de Instrucción en donde se podrán
formular cargos respecto del ilícito en cuestión; es aquí donde puede plantearse el Acuerdo
Reparatorio como una salida alternativa al proceso, lo que de llegar a buen término se
constituirá en la razón para extinguir la acción penal. Aquí las partes –imputado y víctima–,
representadas por el Ministerio Público y la Defensoría, respectivamente, y conforme a los
requisitos de procedencia de los delitos, establecen o acuerdan una forma de reparación
del daño causado. Se estima en este momento la primera posibilidad de derivación a
un tercero neutral, denominado Mediador, para que intervenga de manera externa y sin
intereses personales en relación a los resultados del conflicto. Este profesional puede estar
o no situado físicamente en el mismo Tribunal y trabajará a lo menos en dupla, a fin de
permitir la retroalimentación, supervisión, y/o inhabilitación de uno de ellos si la situación
lo amerita. Las partes, habiendo asumido este acuerdo reparatorio como una salida al
proceso en que están involucradas, serán informadas acerca de este procedimiento
y de las posibilidades de resolución del conflicto de manera directa y personal, el
que tendrá la misma validez que lo acordado por los representantes ante el Juez de
Garantía. El Acuerdo será acreditado mediante un escrito que se anexará al Registro
correspondiente al proceso.
Posteriormente, y una vez finalizada la Mediación, ambas partes se presentarán a una
audiencia con el Juez de Garantía quien aprobará el acuerdo al que han llegado, el que será
corroborado mediante un documento. El Juez verificará que éste ha sido contraído libre y
voluntariamente, constatando el pleno conocimiento de sus derechos y las consecuencias
del Acuerdo por parte de los firmantes.
Para efectuar la Mediación, se contará con una oficina especialmente destinada a estos
efectos, la que será amplia y confortable y dispondrá de, a lo menos, tres sillones,
distribuídos para facilitar el contacto más cercano y la buena comunicación. Se sugiere
64
contar con una pizarra acrílica visible para todos los participantes, en donde se puedan
registrar datos numéricos importantes a considerar en el proceso, a fin de tener total
claridad acerca de lo demandado y de las posibilidades de respuesta a ello.
B. Metodología
Este proceso se llevará a cabo idealmente en tres sesiones comunes, es decir, con la
participación de ambas partes. Si surgieran algunas dificultades que impidan el avance de
la Mediación, se agregará una sesión individual con una o ambas partes. Así también, si
existiera una gran diferencia de intereses entre las partes, de tal forma que dificultara el
establecimiento de alternativas de solución en la primera sesión, se propone realizar una
nueva sesión antes de evaluar y consensuar los términos iniciales del Acuerdo. Aquí se
ha optado por un menor número de sesiones que en otros tipos de Mediación (como las
relacionadas con Separaciones Conyugales, Tuición de Menores, etc.), dado que en esta
Mediación se configura esencialmente la reparación de un daño eminentemente material,
y no existen procesos de vida de las partes o de los hijos involucrados en ello. Además,
se presume que ambas partes estarán predispuestas a resolver la situación en el más
breve plazo, tanto por intereses personales de la víctima, como por la connotación
negativa que revisten los trámites derivados de un conflicto con la justicia, lo que afecta
especialmente al imputado.
• La primera sesión de mediación estará destinada a trabajar con ambas partes y
tendrá una duración máxima de una hora y media a dos horas.
Las partes se presentan ante el Mediador con un conocimiento previo acerca
del proceso que vivirán, por lo tanto, en la primera sesión sólo se reforzarán las
características de neutralidad, confidencialidad y voluntariedad de éste, y se señalará
que la sesión puede ser suspendida en el momento que alguno de ellos lo decida; y
en este caso deberán asumir su responsabilidad frente al proceso regular establecido
en el Código Procesal Penal. También se informará que lo tratado en las sesiones
de Mediación no se utilizará en un posterior proceso si ello implicara un desmedro
o empeoramiento de la situación judicial del imputado. Las partes deberán tener en
claro que los resultados logrados dependerán de su propio interés y compromiso
en el proceso de resolución. Todo lo anterior busca generar un clima de confianza
y seguridad que facilite la comunicación y motive la participación, a fin de hacer
más expedito el proceso.
Luego, se establecerán los hechos que abrieron la posibilidad del Acuerdo Reparatorio
y, en definitiva, el motivo por el cual llegaron a la Mediación. El sentido de ésto, no
es mirar hacia atrás y cuestionar actuaciones o recriminar conductas, sino que, se
trata de conocer el motivo o cuestión de interés para la Mediación, centrando allí el
accionar del profesional. Se comienza con la participación del demandante o afectado,
y posteriormente, la del imputado; si fuera necesario, se permitirá la expresión de
emociones y sentimientos en caso de sentirse alguna de las partes muy afectada
por la situación. Se debe generar un clima de empatía entre ambas partes, que le
65
permita a cada uno ponerse en la posición del otro y sentir lo que esa experiencia le
haría demandar de éste, en su caso.
De la forma descrita se facilitará el proceso de Mediación, dado que habrá un mayor
interés en la resolución del conflicto que los ha vinculado. Habiéndose establecido
un consenso respecto del daño causado y la necesidad de efectuar la reparación,
se abordarán a continuación las condiciones económicas o materiales del infractor
o imputado; luego, sobre esa base y dimensionando efectivamente la realidad, el
querellante o víctima podrá expresar sus demandas.
Como se dijo anteriormente, si se percibiera resistencia de alguna de las partes para
concretar el Acuerdo, se propondrá la posibilidad de realizar una sesión individual con
la(s) parte(s) reticente(s), dejando en claro que esta sesión tendrá por único objetivo
destacar la importancia de su participación en este proceso para llegar a concretar un
Acuerdo que satisfaga a ambas partes. Asimismo, si se percibiera que alguno de los
participantes se encuentra presionado por algún tipo de engaño, violencia o cualquier
forma de intimidación, será conveniente investigar dicha situación en una sesión
individual con el afectado; se debe aclarar en esta sesión que su contenido no será
ventilado en la sesión común, salvo si la intimidación fuera de tal magnitud que pudiera
dar lugar a otro proceso judicial. En este caso, habrá que informar que esa situación
constituye un impedimento para avanzar en el proceso de Mediación.
Una vez que se haya logrado establecer claramente la posición de demandante y
demandado ante la Reparación, se abre la discusión para definir las diferentes opciones
en cuanto a la forma de cumplir adecuadamente con este compromiso. Éstas se
evaluarán una a una, hasta establecer la más congruente con el compromiso adquirido.
Posteriormente, se establecerá un segundo encuentro en un plazo no mayor a los 15
días, a fin de reconsiderar el Acuerdo previo y evaluar si efectivamente satisface los
intereses de ambas partes y se determinarán las formas y fechas en que la Reparación
se hará efectiva, atendiendo a la realidad de cada cual.
• En una segunda sesión que podrá ser más breve (de una hora a una hora y media),
si hubo consenso en la sesión previa, se intentará concretarlo a través de hechos
puntuales, evaluando allí la cuantía de la Reparación, sus formas y plazos para que se
haga efectiva. Si dicha Reparación consiste en que el imputado entregue parte de su
tiempo en un trabajo de tipo comunitario u otro, también deberán quedar establecidos
los plazos y lugares en que éste se llevará a cabo, así como los medios de verificación de
su cumplimiento y la fecha en que empezará a regir. Todas estas condiciones quedarán
registradas para, posteriormente, elaborar el documento que fijará el Acuerdo.
• En la tercera sesión, se tendrá el Acuerdo Reparatorio documentado. Éste
será revisado por ambas partes, quienes manifestarán su acuerdo o desacuerdo,
introduciéndole modificaciones si fuera necesario. Si hay acuerdo, se certificará la validez
de dicho documento mediante la firma de ambas partes y se dejarán de manifiesto los
efectos jurídicos de su incumplimiento. Dicho Acuerdo será posteriormente presentado
al Juez de Garantía para el procedimiento legal correspondiente, y éste deberá
66
velar por su adecuado cumplimiento. Esta etapa también podrá ser apoyada por un
“Seguimiento” de parte del Mediador, en tanto estos Acuerdos formalizados impliquen
un período significativo de tiempo para hacerse totalmente efectivos.
En esta última sesión, se promoverá el uso de este procedimiento no adversarial para
la resolución de otros conflictos en los que, eventualmente, pudieren involucrarse las
partes; también se dejará abierta la posibilidad de recurrir al Mediador en caso de
ocurrir algún hecho fortuito o involuntario que imposibilite la ejecución parcial o total
del compromiso adquirido, el que deberá contar con la anuencia del Juez de Garantía
para considerar una eventual modificación.
CONCLUSIONES
Investigados y analizados algunos fundamentos teóricos de la Mediación y, esencialmente,
fundados en el ejercicio profesional y la experiencia de trabajo con personas en conflicto
con la justicia, hemos propuesto la implementación de la Mediación en la salida alternativa
de los “Acuerdos Reparatorios”, como una forma de mejorar esta vía de resolución de
conflictos en el ámbito de la justicia penal; llegando a las siguientes conclusiones:
• La implementación de un Programa de Mediación en el ámbito jurídico, es coherente
con la evolución del sistema de justicia desde una perspectiva inquisidora a una más
imparcial, equitativa, humana, conciente e integradora.
• El Acuerdo Reparatorio obtenido a través de un proceso educativo como el de la
Mediación, cumple también con los efectos esperados de la aplicación de justicia, como
son: la sanción y la reparación a la víctima.
• La Mediación permitirá la obtención de resultados concretos mediante un procedimiento
sustentado en ciertos principios, con aplicación de técnicas y una metodología
previamente establecida, lo que otorga objetividad, validez y garantía al proceso.
• La resolución de conflictos con la justicia a través de este procedimiento, permitirá
centrar el interés no sólo en el ilícito demandado a la persona cuestionada (victimario),
sino en sus efectos, lo que –implícitamente– contribuye a modificar la percepción de la
delincuencia y de los infractores. Ello no involucra una justificación del hecho ilícito, pero
sí una visión más humana de un problema social y de seguridad ciudadana, promoviendo
el sentido de responsabilidad colectiva en el fenómeno delictual.
• El Acuerdo Reparatorio establecido a través de un proceso de Mediación considera
la participación directa de los afectados para lograr el consenso frente al resultado,
en lugar de ser obtenido mediante la representación de terceros (abogados y/o
autoridades jurídicas), por lo que valida el compromiso adquirido por la partes en
este proceso, en forma efectiva.
67
Bibliografía
El Nuevo Proceso Penal. Cuadernos de Trabajo. Universidad Diego Portales, Stgo. de Chile,
2000.
La Mediación ¿qué es? Apuntes Escuela Trabajo Social Pontificia U. Católica de Chile.
Comunicación en el proceso de Mediación Apuntes Escuela Trabajo Social Pontificia U.
Católica de Chile.
Cuando hablar da resultados, Perfiles de mediadores. Deborah M. Kolb y asociados. Ed.
Paidós. Argentina, 1996.
La gran Reforma de la Justicia, Cuadernillo Ministerio Secretaria General de Gobierno, 1997.
Mediación y Trabajo Social, De Tommaso Antonio Horacio, Ed. Espacio, Buenos Aires.
Apuntes Varios, Curso Capacitación Gendarmería de Chile, año 1998 y 1999, Escuela Trabajo
Social Pontificia U. Católica de Chile.
Revista de Estudios Criminológicos y Penitenciarios
N° 3 - Noviembre 2001 - Santiago de Chile
69 - 87
Resumen
En el presente artículo se plantea una metodología de trabajo psicosocial de carácter
emprendedor dirigido a profesionales que desean participar en el desarrollo de empoderamiento
de comunidades con una vinculación territorial. Más que buscar el alejamiento y desarraigo de
un medio marginal carenciado, de nuestros usuarios o sujetos de atención, se propone buscar el
mayor arraigo y compromiso de él y los vecinos con el desarrollo del sector.
Dicha metodología se aplicó exitosamente en proyectos comunitarios financiados por el Consejo
Nacional para el Control de Estupefacientes (CONACE) y el Fondo de Solidaridad e Inversión
Social (FOSIS), en la ciudad de Concepción.
I. PRESENTACIÓN
Cuando en un país como el nuestro, por situaciones personales, laborales, políticas,
religiosas, etc., miramos nuestro alrededor y nos encontramos con realidades humanas
en las que se constatan condiciones de vida indignas, que no sólo alejan a muchos del
desarrollo pleno de sus potenciales, sino que, más dramático aún, distorsionan su ser
persona y con ello su ser ciudadano a tal punto que ponen en riesgo su integridad personal,
su descendencia, la convivencia comunitaria y la seguridad mínima que requiere la
ciudadanía... a muchos nos impacta... y a algunos nos mueve a hacer algo.
* Con colaboración de: Lucía Sepúlveda Mena, Tatiana Aguayo Vidal, Cecilia Cabrera Vallejos, José
Viveros Jara
70
II. ANTECEDENTES
Esta metodología tiene su origen en el deseo de un grupo de profesionales por buscar
iniciativas para influir el “entorno” de jóvenes infractores de ley en situación de riesgo
social; situación en la cual los diagnósticos psicosociales y criminológicos apuntan –en
general– a que el grupo de pares y el entorno sociocomunitario son las variables de mayor
peso en la generación de este riesgo, en donde la presencia de pobreza, delincuencia y
drogadicción en el sector en que ellos residen es significativa. En este escenario, como
funcionarios públicos en el rol de Delegados o facilitadores de desarrollo psicosocial, no
nos parece congruente orientar a estos jóvenes hacia el simple alejamiento de sus pares,
estigmatizándolos o descalificando su medio sociocomunitario, toda vez que son personas
dignas de respeto, valoración y colaboración. Además, en la empiria se constata que un
71
número significativo de los jóvenes que deciden dejar sus amistades “negativas”, al poco
tiempo regresan a ellas ya que se les hace muy difícil desvincularse de sus pares.
La búsqueda de congruencia en el ejercicio del rol de servidores públicos, se ha dado no
sólo en términos de dar cumplimiento a la exigencia concreta e inmediata de favorecer
el desarrollo de un determinado usuario(a) puesto a disposición por el tribunal, sino que
también como servidores públicos que en su accionar valoran concientemente el desarrollo
de toda la comunidad. Así, se desarrolla la capacidad de realizar acciones que resguarden
–en lo posible–, que los impactos, metaimpactos, mensajes y metamensajes emitidos
sean siempre “pro-sociales”, de tal forma que trasciendan más allá de aquella parte de la
comunidad que constituye su específico sujeto de atención. En términos concretos, más
que caer en la orientación del tipo: “por las características de tus amigos... lo mejor para
ti es que dejes esas juntas”, “Si no te alejas de tus amigos... es muy probable que vuelvas a
caer en problemas”, etc., la propuesta va por el lado de construir relaciones alternativas
a los vínculos de riesgo social. Esto, con propuestas creativas e innovadoras, que por
sobre todo disminuyan las “vulnerabilidades” y “empoderen” a los pobladores (pobladores,
servidores públicos y otros), y construyan desarrollo comunitario efectivo.
Los pasos dados para encontrar un camino que permitiera concretar estos “sueños” o
requerimientos, se dieron en el marco de un concurso de proyectos CONACE, en que
el Centro de Reinserción Social de Concepción postuló, obteniendo financiamiento
por dos años consecutivos para realizar intervención psicosocial en sectores difíciles
de la provincia de Concepción. Posteriormente, se continuó con apoyo y asesorías
esporádicas al sector.
Los principales logros globales de esa intervención, fueron: la constitución de una
organización funcional (con personalidad jurídica) denominada “Los Jóvenes Construyen
Desarrollo”, la concesión de una radio comunitaria que actualmente administran con un
profundo sentido de desarrollo comunitario, y la ejecución, por parte de la organización, de
un proyecto sobre prevención en consumo de drogas financiado por el CONACE; y otras
numerosas acciones que han ido consolidando la materialización de un sueño.
Es emprendedora
• Concibe una relación de “ser humano-realidad” como una constante construcción de
mundo, siendo su opción ser un protagonista activo en una construcción consciente
del futuro deseado.
• Busca inventar y construir con entusiasmo, esfuerzo, conocimiento y persistencia una
realidad diferente... una realidad deseada.
• Imaginerías.
• De orientación Rogeriana (Reflejo, aceptación, seguir).
• De Programación Neurolingüística (PNL). Que faciliten la construcción de imágenes y
autoimágenes asociadas a los objetivos propuestos.
• De Comunicación Audiovisual, inspirada en la PNL en la selección de imágenes
y música.
• De gestión, planificación estratégica y negociación.
Se sitúa en el futuro
• Inspirados y focalizados en el futuro, se rescatan y administran experiencias del pasado
actuando proactivamente en el presente.
Área de preocupación
En los sectores donde existe presencia significativa de las problemáticas de pobreza,
delincuencia y consumo y tráfico de drogas ilegales, el desarrollo humano presente y
futuro se ve afectado en diversos planos, los más evidentes: la seguridad ciudadana, la
adecuada subsistencia (nutrición y salud), ingresos familiares, estigmatización y riesgo
de desarrollar una drogodependencia, daño psicosocial e incluso una criminalización
de adultos, jóvenes y niños.
La metodología está diseñada para lograr, tanto en el proceso como en su fin, un
mejoramiento integral de la calidad de vida de las personas involucradas; esto, a través
de su participación, esfuerzo, capacitación, empoderamiento y protagonismo en el diseño
y ejecución de una visión de futuro.
Población foco
Pobladores de sectores “difíciles” en riesgo social, en donde una parte significativa de su
población presenta algún grado leve o moderado de deterioro psicosocial. Condición de
origen social, ligada a la permanencia de la persona –durante su crianza– en un entorno
urbano marginal, “carenciado”, que no estimula ni entrega posibilidades efectivas de
desarrollo y que tiene consecuencias adversas, como un escaso desarrollo personal,
educacional, laboral, social y/o económico.
Provisión de recursos
Debe ser compartido por al menos dos instituciones. Los encargados del programa deben
procurar convocar el aporte efectivo de varias instituciones –sean públicas o privadas–,
organizaciones y personas naturales. Dicho aporte puede darse en financiamiento
económico, en horas profesionales (asesoría, ejecución de talleres, etc.), préstamo de
espacios físicos, materiales, implementos, equipamiento, etc.
La intención de convocar una variedad de aportes no obedece sólo a un aspecto cuantitativo
de conseguir más recursos, sino al deseo de estimular la interacción cara a cara entre diversos
actores sociales, facilitando de esta forma la gestación de la necesaria sinergia que permitirá
a mediano y largo plazo desarrollar un verdadero sentido de comunidad.
Objetivos
Objetivos generales
1. Fortalecer los factores protectores personales y sociocomunitarios de los pobladores,
que distancien la posibilidad de caer en conductas y/o condiciones sociales riesgosas
o francamente transgresoras.
2. Facilitar que personas en condiciones de riesgo social o en proceso de reinserción
social, en conjunto con familiares y vecinos, organizados, se constituyan en
protagonistas del desarrollo y ejecución de iniciativas en pro del mejoramiento
de su calidad de vida.
La calidad de vida es entendida como la posibilidad de expresarse como persona
única, ciudadano partícipe y co-constructor de comunidad. Esto involucra, más
allá de cubrir necesidades básicas de vida, el sentirse DIGNO y CAPAZ de usar
las propias capacidades e intereses en su vivir humano en co-construcción con
otros de su comunidad.
Objetivo transversal
Estos objetivos son los que deben buscarse en cada acción y conversación. Al constituir
ésta una metodología de carácter psicosocial contructivista, pone el énfasis en lo que
ocurre entre las personas, más que dentro de las personas.
78
Estrategias de apoyo
1. Acción educativa intencionada
En la metodología se considera la entrega de contenidos educativos específicos,
elegidos estratégicamente con el fin de potenciar significativamente el proceso de
empoderamiento y construcción de comunidad. Éstos se dividen en dos: los propuestos
por el equipo de profesionales y los propuestos por los participantes.
a. Talleres psico-educativos propuestos por el Centro de Reinserción Social. En base
a la experiencia, se ha concluido que instalar o potenciar los tres aspectos que se
mencionan a continuación, asegura una disposición cognitiva y ánimo muy favorables
para iniciar el proceso de desarrollo de un colectivo.
80
Se invita por grupos a los pobladores a conocer la iniciativa, ya sea en reuniones sobre
el tema, o solicitando espacio en reuniones propias de las diversas organizaciones de
la comunidad. Con un mensaje propositivo y optimista se deben exponer, a grandes
rasgos, los objetivos del proyecto y su metodología, acompañado de afiches, volantes y
videoclip de otras experiencias similares.
El paso siguiente, es realizar actividades de presentación y conocimiento entre los
interesados, conociendo a su vez los sueños respecto a sí mismos, sus familias y
comunidad.
5. Ejecución
La ejecución propiamente tal del programa, consiste en llevar a cabo las actividades y
debe ceñirse básicamente a las estrategias principales y de apoyo de la intervención,
ya señaladas anteriormente.
6. Evaluación
Se sugiere evaluar el cumplimiento de actividades y compromisos sobre la base del
cronograma diseñado, y de manera cualitativa ir evaluando los procesos y actividades
realizados, desde el prisma de los profesionales y participantes. Dichos procesos de
evaluación deben contar con instrumentos previamente diseñados.
Bibliografía
Bateson, Gregory. Pasos hacia una Ecología de la Mente. Edit. Planeta Carlos Lohle. 1992.
Baker, Joe. Videos: Visión de Futuro. Paradigmas.
Berkowitz, Leonard. Agresión. Causas, Consecuencias y Control. Desclée De Brouwer, S.A.,
1996.
CIDE. Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación. Fascículos de Educación Popular,
publicados en 1989. Santiago de Chile.
87
Resumen
El presente estudio exploratorio tuvo como objetivo registrar los casos de abuso deshonesto
intrafamiliar que se detectaron en la población de niños atendidos por el Centro Comunitario
Los Lagos, durante el año 1999, con el fin de generar acciones eficientes para detener este
fenómeno, apoyándose en la red social. La metodología utilizada fue la aplicación de pruebas
proyectivas gráficas y verbales, las que debían ser fáciles de conceptuar, puesto que los niños
atendidos son deprivados socioculturalmente y con pocos recursos emocionales y cognitivos.
Se revisan seis casos documentados de menores que sufrieron este tipo de abuso. Se descubren
elementos proyectivos potentes que grafican la angustiante situación del infante; debido a
lo ilustrativo de las imágenes y textos, la información resulta de gran utilidad para generar
propuestas concretas de parte de las instituciones.
INTRODUCCIÓN
La familia ha sido concebida como el pilar de la sociedad durante la era moderna. Sin
duda, este espacio marca el futuro de cada uno de los descendientes del núcleo. Por
un lado, la familia posibilita a sus miembros crecer y desarrollar sus capacidades, su
potencial y habilidades necesarias para lograr la autonomía; sin embargo, también ha
significado un lugar de sufrimiento, opresión y amenaza para algunos niños víctimas
de violencia y abusos sexuales.
El presente trabajo pretende dar cuenta de esta realidad, mediante el uso de pruebas
proyectivas (HTP y Test de Roberto) que rescatan el propio relato de sus protagonistas.
De este modo, en este estudio se pretende destacar el impacto que puede llegar a obtener
esta metodología, utilizada en el marco de la acción judicial relacionada con la prevención
del maltrato infantil. Asimismo, esta investigación pretende colaborar en el desarrollo de
experiencias interdisciplinarias de trabajo que, eventualmente, podrían significar un aporte
al conocimiento criminológico de este fenómeno, así como una revisión teórica y práctica
a los instrumentos de evaluación psicológica utilizados.
A continuación se expone el marco teórico utilizado: Concepto de Maltrato Infantil y
bibliografía utilizada para la aplicación e interpretación de las pruebas “HTP” y “Test de
Roberto”. Luego se revisan los Informes Psicológicos elaborados para cada uno de los
casos en estudio, terminando con el comentario sobre las acciones concretas que se han
logrado desarrollar a partir del presente documento.
ANTECEDENTES TEÓRICOS
Concepto de maltrato infantil
El factor común que subyace en todas las formas de maltrato es el abuso de poder o
autoridad. El abuso ocurre cuando una persona más fuerte o poderosa –padres adultos–
aprovecha la ventaja que tiene sobre otra menos fuerte o poderosa –el niño–. El grado
de abuso puede variar desde humillarlo con frecuencia hasta negarle el alimento; desde
zamarrearlo hasta la violación.
En razón de que ninguna definición parcial del maltrato abarca la compleja realidad del
maltrato infantil, es conveniente efectuar una clasificación para poder tipificarlo:
Abuso sexual
De todas las formas de abuso, tal vez la más difícil de aceptar y reconocer es el abuso
sexual hacia los niños. Sólo recientemente, las investigaciones realizadas muestran que
una de cada cuatro niñas y uno de cada ocho niños serán sexualmente abusados antes
de llegar a los 8 años. En más del 90% de los casos el abusador será varón, y en más del
80% de los casos será una persona conocida por el niño.
El abuso sexual según su origen puede dividirse en:
a. Extrafamiliar:
Por lo común es perpetrado por alguien que el niño conoce, por ejemplo, un vecino,
un profesor, un profesional, etc.
b. Intrafamiliar:
Ocurre cuando el abusador es parte de la familia, por ejemplo el padre, padrastro,
hermano, tío, abuelo u otro familiar. En las familias multiparentales, la separación de
los cónyuges, el divorcio y el nuevo matrimonio se realizan –a veces– a costa de un
relajamiento de los lazos de filiación. Quien ocupa el lugar de padre no es el padre, o
quien ocupa el lugar de madre no es la madre; los lazos padres-hijos ya no tienen un
fundamento de legitimidad natural, y siempre pueden ser objeto de cuestionamientos.
El nuevo padre o la nueva madre, con el acuerdo de su pareja, deben negociar
su lugar en relación con los niños del otro. En ciertos casos, esta negociación no
puede realizarse por el rechazo o las dificultades de unos y otros. El sentimiento de
responsabilidad del adulto con respecto al niño puede entonces volverse difuso, al
igual que ciertas fronteras intergeneracionales: los abusos sexuales cometidos por el
92
• La edad promedio en que los niños son abusados sexualmente se ubica alrededor
de los 11 años, pero muchas veces, inclusive niños de menos de tres años han
sido objeto de abuso.
Este tipo de violencia constituye un profundo y grave atentado a la integridad física
y/o psicológica de las víctimas, y los podemos comparar con una tentativa de asesinato
moral de los niños.
Para intentar encontrar una explicación de los abusos sexuales en el sistema familiar,
es necesario conocer el contexto familiar en donde puede producirse el abuso, así
como a sus protagonistas:
Estos individuos se integran difícilmente en una familia, pero cuando lo hacen, los
niños están destinados a servirles como objeto de placer. Puede tratarse, además, de
individuos pertenecientes a la familia o adoptados por ésta, a quienes se les confían los
niños como consecuencia de la atracción que ejercen sobre ellos.
b. Posición agresiva y violenta
La actitud de este tipo de abusador tiende a la expansión, la conquista y el desprecio
por el entorno social. Muestra su voluntad de colonizar, controlar, someter a los
otros, reivindicando la arbitrariedad, el despotismo y la tiranía. La violencia verbal,
física y psicológica aparece en forma de injurias y humillaciones, de desdén con
respecto a los débiles. Estos abusadores hacen alarde de sus fuerzas y su virilidad
de un modo caricaturesco.
La psicopatología de estos individuos los perfila con una estructura psicopática
egocéntrica, incapaces de establecer un intercambio equitativo. La relación se basa
en una búsqueda de placer, sin ninguna preocupación con respecto a la experiencia
de objeto vivida por el niño víctima. Las motivaciones que los guían giran en torno
de la venganza, de la afirmación dominadora o del sadismo basado en el placer de
aterrorizar y torturar al otro.
Perfil de la madre
En el terreno social, muchas de estas mujeres aparecen como madres extenuadas, agotadas
y muy ocupadas por un trabajo exterior, a menos que las ocupe su interior y se encuentren
deprimidas o frágiles. Algunas reaccionan con firmeza tan pronto conocen o sospechan
el abuso sexual. Sin embargo, la mayoría permanece en una actitud ambivalente, como
si la revelación en sí, no cambiara gran cosa o no bastara para romper el vínculo que
las une a sus compañeros o maridos.
La inmadurez afectiva se manifiesta en forma de complicidad impotente, o de la ausencia
de vínculo maternal con el niño abusado a través de la búsqueda incesante de pareja,
atrayendo ocasionalmente a hombres al hogar o partiendo en aventuras extraconyugales
que implican peligro para los niños.
Las madres que forman parte de los sistemas familiares con interacciones incestuosas, se
caracterizan por estar ausentes, disminuir sus percepciones, escudarse en el auto-justificación
y darle prioridad a la cohesión familiar “normal”.
1
Reynaldo Perrone, Martine Nannini. Violencia y abusos sexuales en la familia. Un abordaje sistémico y
comunicacional. Editorial Paidos, Buenos Aires, 1998. Página 117.
97
2
Emanuel F. Hammer, Capítulo 8, 1956.
98
5. Detalles
El empleo de detalles excesivos es característico de los obsesivo-compulsivos. Niños
que sienten que el mundo que les rodea es incierto, imprevisible y/o peligroso, se
defienden contra el caos interno o externo creando un mundo muy estructurado y
ordenado con rigidez. Al contrario, los dibujos que se caracterizan por escasez de
detalles o por la incapacidad de completar el dibujo, tienden a darse en niños que
sufren una depresión marcada.
6. Simetría
Los dibujos con fallas en la simetría revelan una inadecuación de los sentimientos
de seguridad en la vida emocional. Cuando la simetría bilateral está acentuada hasta
producir un efecto de rigidez, el control emocional es de tipo obsesivo-compulsivo
(similar al factor de rigidez del extremo cuidado en los detalles), y puede expresarse
como represión e intelectualización exagerada.
7. Emplazamiento
Los niños que centran los dibujos en el medio de la hoja, manifiestan una conducta más
emotiva, autodirigida y centrada en ellos mismos. Además, aquellos que prefieran el lado
derecho de la hoja para emplazar sus dibujos, tenderán hacia el polo de la introversión,
mientras que quienes prefieren el lado izquierdo, tenderán a la extroversión.
Cuanto más arriba del punto medio de la página se encuentre emplazado el dibujo,
es más probable que la persona busque sus satisfacciones en sus fantasías más
que en la realidad. Al contrario, cuanto más abajo del punto medio de la hoja
se encuentre el dibujo, hay más probabilidades que la persona se sienta insegura
e inadaptable.
Específicamente, aquellos niños que usan el borde inferior de la hoja como base
del dibujo, expresan una alta dependencia de los demás y la necesidad de apoyo
permanente de figuras adultas significativas para funcionar.
8. Movimiento
El movimiento en los dibujos de niños suele presentarse como personas caminando
o corriendo, perros saltando o árboles meciéndose. Sólo ocasionalmente aparece
en los dibujos proyectivos, siendo asociado a niños que poseen mayor desarrollo
intelectual.
9. Síntesis defectuosa
La síntesis defectuosa es característica de personas que sufren trastornos emocionales
graves. La producción desordenada que se estampa en la hoja de dibujo, el uso del
sombreado y el tizne son expresiones de una atmósfera que encierra un profundo
descontento. La presencia de escritura en el dibujo podría expresar el esfuerzo por
compensar una sensación de ruptura de la capacidad de comunicación básica.
102
ESTUDIO DE CASOS
En este apartado se exponen los análisis psicológicos de los niños(as) víctimas de abuso
deshonesto, y se adjuntan las pruebas proyectivas utilizadas para cada caso. Cada Informe
fue confeccionado en base a la entrevista clínica y los resultados de la aplicación del “Test
HTP” y/o del “Test de Roberto y María”.
Informe Psicológico 1
Este caso corresponde a un niño varón de 13 años, que cursa 4° básico en una
escuela de la ciudad de Los Lagos. Se aplicó la prueba HTP de dibujo proyectivo,
la que resultó bastante ilustrativa de la situación de abuso pesquisada (ver en anexo
dibujo árbol Caso 1).
103
A nivel intelectual, el menor evaluado muestra un nivel bajo el promedio, las funciones
cognitivas, en general, se encuentran alteradas, lo que se expresa en una perturbación de
su pensamiento tanto abstracto como concreto. Presentaría un Retardo Mental Moderado
e interpretación alterada de la realidad.
En el ámbito emocional, se presenta un nivel patológico de angustia, predominando la
temática de destrucción e ideación relacionada con la muerte. Se observa, además, un
gran esfuerzo inconciente por mantener la cohesión del yo, el que pareciera estar a
punto del quiebre pre-psicótico. Respecto de las figuras parentales, se observa una
percepción amenazante de los adultos, especialmente de quienes cohabitan con él. En
la observación del dibujo proyectivo se descubren indicadores que podrían relacionarse
con abuso sexual.
Además, su autoimagen aparece muy deteriorada, con sentimientos confusos de sí mismo
y presencia de ambigüedad sexual.
Como conclusión, se indica que es muy importante investigar legalmente respecto
de la eventual presencia de abuso sexual y/o violación. Esta situación, ya muy fuerte
por sí misma, en un menor con una débil estructura de personalidad, habría detonado
un quiebre pre-psicótico.
Informe Psicológico 2
Corresponde a una niña de 12 años, que cursa 5° básico. Se aplicó la prueba HTP
de dibujo proyectivo (ver en anexo dibujo casa, Caso 2) y el Test de Roberto y María,
del cual se presenta el testimonio proyectivo que entrega la niña, a continuación
de este informe.
En cuanto a su apariencia, la menor evaluada impresiona como una niña inmadura, con
un lenguaje infantil y un modo de expresión bastante pueril. Se observan además signos
de auto agresión (rasguños auto infligidos en la mano derecha). Menciona ser la “regalona”
del papá, y que se lleva mejor con él que con la madre.
A nivel intelectual, la niña muestra ciertas dificultades de abstracción y de análisis y síntesis.
Llama la atención la presencia de un alto nivel de ansiedad que interrumpe su pensamiento
e interfiere su expresión. Su capacidad intelectual aparece alterada, teniendo un tipo de
pensamiento infantil y con simbología básica.
En cuanto a su vida afectiva, se muestra muy inmadura emocionalmente, aunque con
un ideal del yo de mujer adulta, expresando anhelos inconscientes de formar pareja y
de procrear. En su relación con los demás, se observa una notoria presencia de angustia
paranoídea y angustia de separación. Lo anterior significa que la niña vivencia permanentes
sentimientos de persecución, aunque de sobrevinculación con las figuras significativas.
Frente a los otros, tiende a adoptar una postura evasiva y temerosa, aunque muy
104
Un día María y su papá tuvieron una gran pelea. ¿Por qué? – Porque su papá le
pegaba a su mamá.
Un día María se fue de la casa. ¿Por qué? – Porque su papá la castigaba mucho.
Una vez María quiso correr lejos de la casa. ¿Por qué? – Porque iba un tigre...
¿Para dónde? – Hacia su casa...
¿De dónde venía? – Del bosque...
¿Qué quería el tigre? – Comérsela...
¿La alcanzó el tigre? – No, porque arrancó.
Si María tuviera poderes mágicos y pudiera cambiar a sus padres, ¿cómo los
cambiaría? – La ropa...
¿Y de la manera de ser de ellos? – La vida.
¿Qué parte de la vida? – Les daría otra vida...
¿Qué tipo de vida? – Una vida nueva.
¿A qué tipo de vida nueva te refieres? (se confunde, no logra conceptualizar)
Si María pudiera convertirse en un animal, ¿qué animal crees tú que le gustaría
ser? – Un león...
¿Por qué? – Para comerse a la mamá.
¿Y qué animal crees tú que nunca le gustaría ser? – Una jirafa...
¿Por qué? – Porque tiene el cuello muy largo.
Informe Psicológico 3
Se examina a una niña de 10 años, que cursa 3° básico, mediante el Test HTP de
Dibujo Proyectivo (ver en anexo tres dibujos Caso 3) y el Test de Roberto. Llama la
atención que, en su discurso, la niña no muestra matices afectivos cuando se refiere
a situaciones claramente angustiantes, lo cual se observa en el testimonio proyectivo
a continuación de este Informe.
La menor relata situaciones de abuso de parte de su padre, además de graves problemas
de relación social con sus compañeros en relación con sus experiencias sexuales precoces.
A nivel intelectual, la niña posee capacidad normal, sin embargo, una fuerte carga de
angustia estaría interfiriendo el curso de su pensamiento, centrando sus energías cognitivas
en el control extremo de los impulsos internos.
Afectivamente, la niña evaluada demuestra estar viviendo un episodio muy angustiante que
le genera gran desequilibrio psíquico y que altera todas las áreas de su vida: autoimagen,
vida íntima y relaciones personales.
106
Cuando el papá de María llega tarde en la noche, ¿qué pasa? – El papá se aprovecha
de ella.
María se despierta en medio de la noche. ¿Por qué? – Porque le da miedo.
¿Por qué? – Aparece el león y se la puede comer.
María se fue a su pieza. ¿Por qué? – Porque su mamá le pegó.
María siente que la tratan mal a veces. ¿Por qué? – Porque le pegan.
Hay algo que a María no le gusta de su papá. ¿Qué es? – Que se aprovecha de ella.
Ayer pasó algo malo. ¿Qué fue? – María robó.
María piensa que su papá y su mamá no la quieren. ¿Por qué? – Porque no le dijo
que se aprovechaba de ella.
A veces María no quiere hacer lo que su mamá le dice. ¿Por qué? – Porque piensa
que su mamá no la quiere.
¿Qué pasa entonces? – Su mamá le pega.
María desearía ser grande. ¿Por qué? – Porque así no le pega su mamá.
A veces María se pone nerviosa en la escuela. ¿Por qué? – Porque la descubren
donde robó.
Un día María y su papá tuvieron una gran pelea. ¿Por qué? – Porque su mamá
supo que ella robaba.
Un día María se fue de la casa. ¿Por qué? – Porque su mamá le pegaba mucho.
A veces María se siente muy triste. ¿Por qué? – Porque piensa que tiene que decirle a su
mamá que ella roba y que el papá se aprovecha de ella.
¿Por qué? – Y la mamá va a saber la verdad que roba y que el papá abusa de ella...
¿Cómo se le puede ayudar a María? – Diciéndole a la mamá. Ella no sabe. Su papá
le dice que no le cuente nada.
¿Por qué? – Porque él le saca en cara que la va a acusar que ella roba, por eso la
niña se queda callada...
¿Conoces alguna niña que le pase esto? – No.
María casi siempre quiere estar sola. ¿Por qué? – Porque quiere pensar de sus cosas
que le pasan en su casa.
Una vez quiso correr lejos de la casa. ¿Por qué? – Porque no quería más que su
papá abuse de ella.
Si María pudiera hacer lo que ella quisiera, ¿qué crees tú que haría? – Robaría y se iría
de la casa, para que su papá no abuse de ella.
Si María tuviera poderes mágicos y pudiera cambiar a sus padres, ¿cómo los
cambiaría? – Que sean buenos y que su papá no se aproveche más de ella y que su
mamá no le pegue.
108
Informe Psicológico 4
Se examina a una niña de 7 años 11 meses, que cursa 2° básico, mediante el Test HTP de
Dibujo Proyectivo (ver en anexo dibujos casa y árbol, Caso 4). La niña se muestra bastante
locuaz y de gran capacidad de expresión. Impresiona por su conciencia respecto de su
entorno, dando cuenta espontáneamente de su historia actual y de los hechos relacionados
con el episodio de abuso sexual del cual fue víctima.
Relata que, hasta hace unos meses, vivió con su madre y su padrastro, quien la violó
durante un período cercano a dos años, sin que su madre lo notara. La niña indica que se
sentía responsable por su madre tanto como por sus hermanos, reemplazando virtualmente
el rol de su propia progenitora a nivel de madre y pareja.
La niña muestra una capacidad intelectual normal, aunque muestra sentimientos de gran
desajuste emocional inconciente. Se muestra muy insegura y dependiente, necesitando
gran apoyo de personas importantes para funcionar, sintiendo a su vez que posee escasos
recursos emocionales para lograr ser acogida por los otros.
En cuanto a su imagen de familia, se descubre la presencia de desvalorización personal,
inseguridad y la presencia de inadecuación de los sentimientos asociados a la imagen
genital masculina.
En conclusión, la niña evaluada muestra una situación muy precaria emocionalmente, en
relación con las experiencias traumáticas que tuvo que soportar de manos de la figura
paterna. Es indispensable dar apoyo terapéutico a la niña, además de mantenerla en un
ambiente grato y protegido que le permita un largo período de reparación de su relación
con la madre y de reestructuración interna.
Informe Psicológico 5
Se examina a una niña de 11 años 10 meses mediante el Test HTP de Dibujo Proyectivo
(ver en anexo dibujos Caso 5). La niña evaluada se observa expresiva y comunicativa,
mostrando cierta tendencia a la manipulación del ambiente. La niña es la mayor e
hija única de la relación entre sus progenitores, quienes se separaron hace cerca
de 6 años atrás.
Frente a los temas relacionados con la convivencia en el hogar, es categórica al mencionar
que el causante de las disputas entre su madre y ella es su padrastro. Comenta que está
muy decepcionada de que su madre mantenga la actual relación con su padrastro y
menciona que ella sería muy feliz si sus padres se reconciliaran.
La niña declara que su padrastro se le insinuó, intentando “manosearla”, situación
que ella comunicó a su madre, quien rehusó creer su versión, tratándola de mentirosa
e intrigante. Al abordar este tema, la niña manifiesta un estado de confusión, no
logrando comprender ni enfrentar con su madre el asunto aunque, en privado, asevera
que su versión es cierta.
109
Informe Psicológico 6
Se examina a una niña de 9 años 10 meses, que cursa 4° básico, mediante el Test HTP
de Dibujo Proyectivo (ver en anexo dibujos Caso 6) y el Test de Roberto y María, el que se
exhibe al final de este informe. La menor evaluada establece muy buena relación al primer
contacto, mostrándose afable, expresiva y cooperadora en la entrevista.
Acerca de su historia de vida, la niña examinada describe que ha vivido en diversos lugares
a lo largo de todo Chile, desde Arica a Chaitén, acompañando a su madre, quien viajaría
tanto en busca de trabajo. Menciona que, mientras la madre seguía viajando, ella debía
permanecer en todo tipo de lugares, habitualmente con cuidadores particulares, a quienes
su madre pagaba para que la tuvieran.
La menor evaluada muestra un nivel intelectual normal. En cuanto al área afectiva, posee
una estructura de personalidad alterada por la presencia de altos montos de angustia de
separación, sentimientos de abandono materno e impotencia al percibir que es incapaz de
mantener cerca suyo a su madre, temiendo que la madre pudiera sufrir o desaparecer. Esta
sensación llega a tal punto que interrumpe el curso normal de su pensamiento, significando
un elemento de alto riesgo para la salud mental de la niña.
En su vida más íntima, exhibe la presencia de angustia vinculada con el tema sexual
adjunto a su imagen familiar. Intenta esconder elementos de su pasado referentes a culpas
110
masturbatorias, lo que ella siente como muy negativo de sí misma. Esta representación
permite suponer que la niña podría haber sufrido algún tipo de abuso sexual en
cualquiera de los lugares que conforman parte de su imaginario mental de “familia”,
lo cual tiene retenido en su inconciente, habiendo causado un enorme daño a su
estabilidad mental y afectiva.
Así, a nivel más profundo, en su autoimagen aparece un peligroso deterioro interno,
con sentimientos de destrucción e ideas de muerte, considerando a su propia persona
como nociva e inaceptable, mostrando una patología y culpa muy intensas. Todo lo
anterior hace referencia a un estado depresivo latente, que podría representarse en su
etapa adolescente de modo explosivo.
Como sugerencias finales, es altamente recomendable que la niña sea acogida y
acompañada por una figura materna permanente, que le proporcione seguridad y
estabilidad.
Test de Roberto y María:
María tuvo un sueño una noche. ¿Qué soñó? – Que a la mamá se la había capturado.
¿Quién? – Ladrones, porque no quería entregar lo valioso que tenía.
María trajo ayer la libreta de notas. ¿Qué pasó? – Avisó que habían capturado a la
mamá, por eso llegó atrasada.
¿Qué tiene que ver eso con la libreta de notas? – Me confundí con la libreta y
que llegó tarde.
María llegó llorando a su casa el otro día. ¿Por qué? – No le creyeron los profesores que
habían capturado a la mamá y llamó a la policía pero tampoco le creyeron.
María le tiene mucho miedo a algo. ¿A qué? – A que maten a su mamá.
Ayer pasó algo malo. ¿Qué fue? – Le secuestraron a la mamá de ella.
Un día María se fue de la casa. ¿Por qué? – Iba a buscar a su mamá.
¿Dónde? – En una cueva, la tenían capturada porque no quería pasar los valores.
A veces María se siente muy triste. ¿Por qué? – Porque piensa cosas malas.
Una vez quiso correr lejos de la casa. ¿Por qué? – Porque había visto algo malo
en su pieza...
CONCLUSIONES
La presente exposición pretende aportar en el descubrimiento del fenómeno del abuso
sexual de niños al interior de las familias, obteniendo información útil para ayudar a
comprender a víctimas y victimarios y, a la vez, intentar intervenir más eficientemente
a nivel clínico y judicial.
Luego de revisar los casos, se podría hipotetizar que los instrumentos HTP y Test de
Roberto y María permiten una pesquisa rápida y simple de la vivencia emocional del niño,
otorgando la posibilidad de expresar al niño o niña afectado la experiencia fuertemente
conflictiva, sin ponerlo en una situación amenazante, como suele ser una declaración en
la Policía o en los Tribunales del Crimen.
Se podría señalar que las pruebas proyectivas estudiadas otorgan una mirada global sobre
la eventual presencia de abuso sexual, y/o un escenario familiar riesgoso hacia el futuro
para el niño. Esta información resulta de gran utilidad ya que, debido a lo ilustrativo de
las imágenes y textos, es accesible al entendimiento de cualquier persona aún cuando no
tenga preparación técnica en la materia, causando un potente impacto en el observador
que, para estos efectos, se transforma en el colaborador.
Cabe indicar que, con la legislación vigente, el afectado –en este caso el menor– debe
demostrar la culpabilidad del agresor, de lo contrario éste es liberado por falta de méritos.
En el caso de los menores víctimas de abuso sexual por parte de alguno de los integrantes
de su propio núcleo familiar, esta situación se torna paradójica, ya que la denuncia de
la agresión sexual se transforma en un elemento destructor de la aparente armonía
112
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113
ANEXO
Resumen
Esta investigación constituye un aporte a la comprensión de la construcción del “discurso
jurídico-judicial” en nuestros tribunales, en el contexto de procesos que involucran a sujetos
mapuches. Esto nos permite entender mejor la forma en que se producen estos discursos en
nuestros tribunales y cómo surgen determinadas descripciones factuales y representaciones
sociales como estrategias comunicativas. Consideremos que entre los años 1996 y 2000 se han
presentado en Chile seis requerimientos invocando la Ley de Seguridad del Estado, y cinco de
ellos involucran a indígenas en el contexto de los “conflictos territoriales mapuches” que se han
manifestado en diferentes zonas de la VIII y IX regiones de Chile.
*
Este trabajo es el resultado final del Proyecto de Investigación N° IN-18/00, financiado por la Dirección
de Investigación de la Universidad de La Frontera (Temuco-Chile); y constituye además la Tesis de
Magíster en Ciencias de la Comunicación del autor.
118
1
Palabras de Soledad Alvear en la Universidad Diego Portales, 1997.
119
2
La referencia a estos autores corresponde a los resultados del Proyecto de Investigación (N° IN-18/00),
de la Universidad de La Frontera.
120
Ahora bien, con el propósito de centrar nuestra atención en lo que será el análisis posterior,
resulta interesante señalar que durante los últimos 5 años (1996-2000), en el contexto
de los conflictos territoriales que se han manifestado en diferentes zonas de la VIII y IX
regiones, se han presentado seis requerimientos invocando la Ley de Seguridad del Estado
y cinco de ellos involucran a indígenas.
Lo anterior, sin duda, contribuye con las representaciones negativas que los mapuches
tienen del sistema judicial chileno. Por ejemplo, los mapuches que han sido detenidos o
que han participado de algún proceso judicial plantean que “el winka (chileno) ha inventado
las leyes para quitarles sus tierras”; que tienen serias dificultades para entender y hacerse
entender por un juez, debido a problemas de diferencias idiomáticas y a prejuicios; que
“éste [el juez] favorece al winka, por ser de su raza”; que “los abogados [los] estafan
fundamentalmente porque ellos no saben leer y no conocen las leyes chilenas”; que
“los abogados defienden al winka porque ofrece más dinero”, etc. (Cooper, 1988;
Araya, Del Valle y Ortiz, 2001).
3
“Lo jurídico” constituye un conjunto textual unitario construido en base a cierta teoría del derecho e
invocando ciertas leyes para su legitimación, y caracterizado por sus particularidades estructurales,
productivas, de circulación y de consumo. En tanto, “lo judicial” es un producto jurídico que circula
efectivamente en los tribunales (y se caracteriza por su pragmaticidad).
121
Construcción de hechos.
Identidad del hablante Elaboración de la factualidad Independencia hablante / Descripcción
• Posicionamiento. • Discurso empirista.
• Acreditación. • Consenso y corroboración.
• Conveniencia e interés. • Detalle y narración.
Información
4
Elementos que se apoyan en los “hechos” y la “objetivación discursiva”, para legitimar ciertas
prácticas y discursos.
5
Recursos utilizados en la construcción discursiva de los procesos judiciales, especialmente las factualidades.
Cumplen un rol en la comunicación o, de otra manera, se realizan en la comunicación.
6
Construcción discursiva de los elementos jurídicos y judiciales presentes en el proceso judicial.
7
Elementos socio-cognitivos que intervienen en el proceso de construcción discursiva que llevan a
cabo los actores del proceso.
122
ESTRATEGIA METODOLÓGICA
El estudio se realiza a través de un tipo de análisis discursivo-textual (Potter y Wetherell,
1987), en el sentido que el análisis posee una perspectiva social9 y se centra en relatos
y textos como prácticas sociales10.
La confiabilidad del estudio está definida fundamentalmente por la condición de
replicabilidad de la investigación: la garantía de obtención de los mismos resultados al
reproducir el proceso de análisis (las mismas categorías sobre el mismo corpus). Para ello,
se propone un proceso de objetivación de las categorías utilizadas en el análisis. Por
su parte, la validez del instrumento utilizado está dada por el uso previo que se dio a la
plantilla de análisis, la cual ya fue aplicada a un corpus de similares características (Marcos,
C. y Ojeda, P., 2000)11, lo cual significa que es operativa y permitió obtener resultados
confiables; y, además, fueron corregidos los errores que se presentaron, específicamente
los vinculados con los procedimientos de aplicación.
8
El documento íntegro se encuentra archivado en dos carpetas, en el Departamento Jurídico de la
Intendencia de la IX Región-Chile.
9
“Discourse analysis is not just a method, but is a whole perspective on social life its research (Potter,
J., en Richardson, J.,1996).
10
“Discourse analysis focuses on talk and texts as social practices, and on the resources that are drawn on
to enable those practices (Potter, J. en Richardson, J. (Ed.) (1996).
11
Corresponde a una Tesis de Pre-Grado, dirigida por el autor de esta investigación.
123
El corpus inicial para el análisis lo consituyen las 1183 páginas del proceso judicial
completo (que denominamos complejo textual), distribuidas en 873 documentos diferentes
(que denominamos sub-complejos textuales independientes). Luego de un análisis global de
este material, para entender sus relaciones, se establecieron tipologías textuales, basadas
en la lógica del proceso (como se observa más adelante en el esquema del proceso). Así se
distinguió cuatro tipologías textuales: PARTE REQUIRENTE - PARTE QUERELLANTE -
DEFENSA DE LOS INCULPADOS Y LA PARTE CONCLUYENTE (LOS TRIBUNALES).
De esta forma, se utilizarán como válidos sólo criterios de pertinencia interna del material
(la forma en que naturalmente se relacionan entre sí en el proceso). Así, se excluirá (a)
aquellos datos anexos al material relevante, como fotografías, planos, documentación
personal de los sujetos involucrados (certificados de nacimientos u otros) y (b) aquellos
documentos que son presentados en forma independiente en el proceso, pero que son
utilizados en las cuatro tipologías textuales, como informes médicos, partes policiales,
informes de las empresas, cartas de apoyo a los mapuches, declaraciones, comparecencias,
careos, etc.. Lo anterior se sustenta en que para la investigación es de mayor significatividad
cómo es citado el material y con qué objetivos.
CONSTRUCCIÓN DE HECHOS.
ELABORACIÓN DE LA FACTUALIDAD
Conveniencia e interés
Identidad del hablante
Posicionamiento, neutralidad
y alineamiento
Acreditación de categorías
Independencia hablante / descripción Discurso empirista
Consenso y corroboración
Detalle y narración
Descripción hacia la acción Manipulación ontológica
Maximización / minimización
Normalización/anormalización
REPRESENTACIONES SOCIALES Actitud
Información
Jerarquización
Códigos
124
Declaraciones
testigos
Comparecencias,
M careos M
e Querellante. Defensa de los inculpados. e
d Empresa Bosques Arauco. Abogado de la defensa d
i Empresa contratista i
a de transporte a
c Informes c Cartas
i policiales i de apoyo
ó ó
n n
P P
r Informes r
e médicos e
n n
s s
a a
Corte Suprema
Corte de Apelaciones
Juzgados
125
Conveniencia e interés (1) Los intereses se trasladan desde un ámbito particular (propietarios de los predios y mapuches
que los reclaman) a un ámbito mayor, constituido por los intereses de la sociedad.
Posicionamiento, neutralidad y alineamiento (1) Atribución de hechos graves, por la parte requirente y querellante.
(2) Desplazamiento del discurso de los hechos (como delitos) al discurso histórico, por la
defensa de los inculpados.
Acreditación de categorías (1) Temprana identificación de los responsables como mapuches en el requerimiento del Intendente
(basado sólo en la información de los partes policiales y de la empresa forestal).
(2) Construcción delictiva que se hizo a partir y con las informaciones de los medios de
comunicación, que hablaban de “infiltración terrorista”.
(3) Calificación de los inculpados como “transgresores de ‘nuestro’ sistema jurídico-judicial”.
(4) La defensa de los inculpados (particularmente en el caso del abogado mapuche José Lincoqueo)
utiliza como principal blanco de sus ataques al Estado (“usurpaciones masivas de predios
indígenas realizadas por el Estado de Chile y de sus ‘particulares’ “).
Utilización del discurso empirista (1) Los partes policiales son muy utilizados por la parte requirente, querellante y los tribunales.
(2) La defensa de los inculpados se centra en la historia, otro referente de factualidad.
Mecanismos de consenso y corroboración (1) Las declaraciones (de testigos, afectados e inculpados) son representativos de esta estrategia.
Nótese que, no obstante, la condición de declaración no es eximente de su carácter de
producción discursiva, con intereses y estrategias.
Uso de detalles en la narración (1) Los hechos relatados en el parte policial, con el cual se inicia el proceso, son los mismos que
se mantienen en el transcurso de dicho proceso, sólo cambian los comunicadores; primero es
la parte requirente, luego la parte querellante y, finalmente, el aparato judicial. Así, los hechos
corresponden a la categoría de lo irrefutable, de verdad jurídico-judicial.
Manipulación ontológica (1) La figura victimización / victimarización da cuenta de la forma en que se construye la relación
afectados / inculpados, en el plano emocional del discurso.
Maximización y minimización (1) Desplazamiento del plano de lo jurídico-judicial a un plano que apela más a la emocionalidad:
(*) “que en horas previas a dicho incendio de camiones, no estaba dedicado a obras de
destrucción de bienes ajenos, sino al cuidado y atención de su pareja...” (defensa
de los procesados)
(*) “a quien lo había llevado días antes un trecho del camino en el camión y le ofreció ropa
para sus hijos, pues le había dicho que tenía siete hijos...” (querellante).
Normalización y anormalización del discurso (1) El relato producido por determinado actor, o sus acciones, guarda directa relación con su
rol en el proceso. Este contexto de rol en el proceso normaliza sus discursos. Por ejemplo,
el aparato judicial “debe sancionar en base a los hechos” y para ello utiliza también los
antecedentes previos de los inculpados.
Actitudes en el discurso (1) Crítica a los hechos, en la parte requirente, querellante y tribunales
(2) Crítica a la historia de Chile y la constitución del Estado, en el caso de la defensa de
los inculpados.
Informaciones utilizadas en el discurso (1) Utilización de los hechos (parte policial) por la parte requirente, querellante y los tribunales.
(2) Desplazamiento de los hechos del proceso hacia hechos históricos, por la defensa de
los inculpados
Jerarquización de las informaciones utilizadas (1) La insistencia en el uso de los hechos según los partes policiales en todo el proceso,
es un indicador.
127
CONSIDERACIONES FINALES
El orden público, surge como una noción de importancia en el proceso, no sólo por su
carácter jurídico-judicial, sino por su carácter estratégico; toda vez que traslada los intereses
desde un ámbito particular (propietarios de los predios y mapuches que los reclaman) a un
ámbito social mayor, que compromete los intereses de la sociedad. Dicho desplazamiento,
como es obvio, no es casual y da cuenta de la manera cómo una de las partes entiende
el accionar de la otra. Independientemente de la gravedad o no de los hechos y de la
culpabilidad o no de determinados sujetos, la noción de orden público (y su contraparte
jurídico-judicial, la Ley de Seguridad del Estado) constituye un modo particular no sólo de
entender la interacción de los sujetos, sino la interpretación de su accionar en la cultura
jurídico-judicial. Lo anterior reivindica la pregunta sobre “¿cuál es el proceso a través del
cual la pretensión de algunos sujetos se ve respaldada por la ley y la institucionalidad
del Estado y otras quedan excluidas?” (Martínez, 2000).
El Estado como articulador de estrategias y mecanismos de control social. Esta
unidad político-social llamada Estado funciona como eje articulador de ciertas acciones.
Para el requirente es el Estado –y la Intendencia como su prolongación administrativa
regional– el responsable de velar por el orden público. Y para el abogado mapuche José
Lincoqueo, es el Estado el centro de sus ataques. Es el Estado el usurpador y principal sujeto
de las acusaciones. La condición del Estado es, entonces, fundamental.
El estatus de los partes policiales como un tipo de relato legitimado socialmente
e integrado a la rutina productiva de los tribunales. La relevancia que adquieren
128
los partes policiales en la producción de estos discursos nos exige centrar también nuestra
atención en ellos. Su incorporación en la rutina productiva de los tribunales y del
proceso en general, permite entender la fuerte presencia de ciertos relatos factuales
en el proceso, ciertos hechos que configuran la realidad. Por ejemplo, lo ocurrido el 1°
de diciembre de 1997 como una construcción casi mítica en el proceso, indesmentible
e indiscutible hasta la sentencia.
La condición mítica del relato histórico. La historia como relato autónomo en
el proceso adquiere una connotación estratégica, en la medida que constituye “cierta”
construcción histórica, pero es presentada como LA historia. Este relato permite elaborar
una serie de argumentos jurídico-judiciales en el proceso.
La relación víctima/victimario como apelación a un discurso de la emocionalidad.
El desplazamiento de las nociones de querellados y procesados hacia las figuras de víctimas
y victimarios permite, de modo estratégico, apelar a una emocionalidad que el relato
jurídico-judicial no permite. Es en estas figuras donde surgen expresiones como “que en
horas previas a dicho incendio de camiones, no estaba dedicado a obras de destrucción
de bienes ajenos, sino al cuidado y atención de su pareja...” (enunciada por la defensa
de los inculpados); “a quien lo había llevado días antes un trecho del camino en el
camión y le ofreció ropa para sus hijos, pues le había dicho que tenía siete hijos...”
(enunciada por la parte querellante).
El estatus del otro en el discurso jurídico-judicial. En su discurso, la parte querellante
se refiere a la relación de los mapuches con la sociedad global, en el sentido de que los
mapuches son “transgresores del sistema jurídico-judicial chileno”. Esta es una estrategia
comunicativa, que permite un alineamiento frente al tema.
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