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Este es un tema importante, ya que cualquier médico puede ser requerido por un
tribunal para realizar un informe pericial.
Se denomina pericia o prueba médico-legal al conjunto de actividades mediante
las que se asesora o informa al juez o tribunal sobre unas cuestiones que requieren
conocimientos específicos. En nuestro caso nos referimos a conocimientos médicos.
Y se define el perito como la persona que posee conocimientos específicos sobre
alguna cuestión ante los que el juez o tribunal requiere asesoramiento en la
ejecución de sentencias y/o en la instrucción del caso.
Cuando el informe va por la vía penal, el juez elige a sus peritos, que tienen que
ser dos (uno por cada parte). Estos dos peritos pueden coincidir (que es lo que se
pretende) o ser dispares, en cuya caso el juez llama a un tercer perito (que
normalmente va a ser un médico-forense).
En el caso de que vayamos como perito de oficio es inexcusable no atender a este
auxilio de la justicia, no podemos negarnos, únicamente en el caso de que
aleguemos que somos incompetentes (lo cual puede creérselo o no el juez).
La Ley dice que un perito puede ser cualquier ciudadano que sepa del tema, no es
necesario que esté titulado. La única excepción es la peritación médica, que debe
realizarla un médico, pero no es necesario ser especialista, con ser licenciado en
medicina sobra. Aún así, se suele buscar un especialista.
En este caso la elección de los peritos se suele hacer por renombre, se nombra a un
profesional que sabemos que domina el tema. Por ejemplo en el caso en que
llamaron a un profesor de la universidad que hizo un trabajo sobre la identificación
de las personas por la voz, y tenía que ir a ejercer de perito de Murcia a Sevilla por
cuatro perras, pero sin poder negarse.
En cuanto a los honorarios, en materia penal no se cobra, pero si sales como perito
de oficio puedes alegar que no tienes medios para estudiar e investigar las pruebas.
Entonces el juez pondrá a disposición todos los medios técnicos necesarios. Por eso
es difícil negarse a ser perito en este caso, ya que te dan lo que necesites.
En la vía penal valoramos como fue la lesión, si hubo intencionalidad o no, quién
fue,…y el acto se calificará de delito o falta. Mientras que por lo civil se intenta
valorar las secuelas (no hay posibilidad de recuperación) y determinar la cantidad
de dinero necesaria para reparar el daño. En cuanto a los daños estéticos,
antiguamente se valoraban únicamente los de la cara, y por cara entendemos la
parte de la cabeza no cubierta por el pelo, lo que provoca que los calvos tengan
más cara. Hoy en día se valoran los daños estéticos en más sitios, y también
influye el color de la piel (en las personas negras se ven más las cicatrices).
En materia civil siempre debe haber un número impar de peritos (1-3-5), porque
sino es muy difícil que se pongan de acuerdo (que siempre haya “empate”). Y si
hay disparidad y no convencen al juez, éste acude al colegio de médicos y nombra
a otro. En el colegio de médicos se sortea un nombre entre los apuntados en la lista
de peritos. Incluso hay algunos médicos que se dedican a la pericia como profesión
(en el caso de la vía penal también se pueden elegir peritos del colegio de médicos,
pero ya he dicho que suele contratarse a un entendido del tema). Cuando los
peritos están de acuerdo se procede a la insaculación, que consiste en sortear uno
al azar, que será el perito que hable.
Otra cosa es que no pueden cobrar honorarios los peritos que sean funcionarios del
estado (como en el caso de los médicos forenses) porque ya reciben un sueldo para
estas situaciones.
1. Titulación.
2. Tener capacidad y pericia o experiencia para aceptar el encargo.
3. No aceptar pruebas cuyas cuestiones son ajenas a la prueba.
4. No ser conjuntamente perito y terapeuta.
5. No firmar informes elaborados por otros.
6. No tener incompatibilidad legal por guardar relación de parentesco, amistad
o enemistad con e sujeto que se debe someter a la prueba pericial.
7. No tener incompatibilidad administrativa, por ejemplo en el caso de
funcionarios, ya que no exime de la responsabilidad administrativa.
8. Obligación de asistencia al juicio.
No es posible negarse a acudir al llamamiento al juez para desempeñar un servicio
pericial. Pero, el perito, puede alegar excusa fundada, alegando que existen razones
para no acudir al llamamiento o para no prestar el informe (artículo 462): por
enfermedad o por no estar físicamente en el momento del juicio.
Así, el juez tiene donde buscar un perito. Por ejemplo, en las Reales Academias de
medicina hay médicos de todas las especialidades. También el juez puede llamar al
Colegio Oficial Médico no para elegir un perito, sino para que el propio Colegio haga
un informe, ya que en él hay gente sobrada como para poder hacerlo.
Alejandro