Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
[Primera parte]
Juan Coderch
Desde el punto de vista psicodinámico, y a fin de no dar una excesiva complicación a este capítulo, no
estableceré diferencias entre la paranoia y la esquizofrenia paranoide. Debe tenerse en cuenta, sin embargo,
que en la paranoia el delirio permanece contenido dentro de unos límites gracias a la mayor fuerza y
capacidad defensiva del yo, sin invadir todo el sistema de relaciones del individuo con el mundo externo y con
los otros, y sin que la regresión instintiva y el conflicto entre las diversas instancias psíquicas conduzca al grado
de disgregación de la personalidad que se observa en la esquizofrenia
La regresión de la catexia
La libido que investía la representación del mundo externo y de los objetos es retirada masivamente de
estas representaciones, a consecuencia de lo cual el mundo y los objetos dejan de parecer reales, vivos, o
simplemente dejan de existir. Esta libido, al abandonar los objetos, regresa al estado previo de narcisismo
infantil, reinvistiendo el self y las representaciones mentales del propio cuerpo. Este proceso de decatexis
además de producir la ruptura con la realidad da lugar a síntomas que, en esencia, se refieren a una alteración
de los sentimientos del enfermo en relación a la percepción del mundo externo y de la gente que en él se
encuentra.
Entre los fenómenos provocados por la regresión, encontramos algunos de particular importancia:
Al retirarse la libido de los objetos y del mundo externo, los enfermos esquizofrénicos experimentan la
sensación de que todo está cambiando. El mundo y las personas pierden la vida y el interés que antes tenían,
quedando como vacíos y carentes de sentido. La catástrofe que los enfermos creen que se avecina consiste en
esta desaparición y pérdida de los objetos que, a consecuencia de la retracción de los vínculos libidinosos que
mantenían unido al sujeto con ellos, es como si hubieran dejado de existir. A esto se debe el que, con mucha
frecuencia. el esquizofrénico crea que ha fallecido alguno de sus familiares, Podemos decir que para él ha
fallecido verdaderamente, puesto que ha dejado de existir como objeto libidinosamente investido.
Precisamente lo que, desde este punto de vista, diferencia las psicosis de las neurosis es que en estas últimas
la libido continúa invistiendo las representaciones mentales de los objetos, mientras en la esquizofrenia la
1
libido se ha retirado de ellas.
b) Alteraciones de la psicomotilidad
La regresión da lugar a la supresión de las inhibiciones psicomotrices reapareciendo entonces los tipos
arcaicos de motilidad que se manifiestan en forma de los síntomas denominados catatónicos. El retroceso
masivo de la libido objetal, unido a la tendencia a establecer un remanente de relación de tipo oral, pone en
marcha patrones primitivos de conducta como la ecolalia, la ecopraxia, la obediencia automática, etc…, que
reproducen el impulso a la identificación imitativa del bebé.
c) Hebefrenia.
Es el resultado de la más grave y profunda retracción de la libido. En este tipo de esquizofrenia parece
que no se presenta, o lo hace de una forma muy incompleta, la fase de recatexis o restitución a la que luego
me referiré. Es decir, el yo se abandona pasivamente a la pérdida de las relaciones de objeto. De aquí la
intensa desintegración y el empobrecimiento de la personalidad propios de esta forma de esquizofrenia.
d) El pensamiento paleológico
Me detendré aquí algo más, ya que este tipo de pensamiento —llamado también «arcaico»,
«primitivo», «prelógico», «autístico», «proceso primario del pensamiento», etc. es, en gran medida, el
principal responsable de la forma particular con que piensa y actúan los esquizofrénicos. También podríamos
decir, con otras palabras, que es el responsable de que un conflicto intrapsíquico adopte la forma que
clínicamente catalogamos como esquizofrénica.
El pensamiento paleológico es consecuencia de la regresión del yo que acompaña a la regresión de la
Iibido, debido a la cual se restablece el funcionamiento psíquico según el proceso primario, que es el propio de
las primeras etapas infantiles. El proceso primario es un funcionamiento inmaduro de la psique,
ontogenéticamente previo al llamado proceso secundario que da lugar al pensamiento lógico racional. Las
características principales del proceso primario son: a) tendencia a la gratificación inmediata de las pulsiones
(descarga de catexia); b) facilidad para que la energía que catectiza una idea o representación mental de un
objeto se desplace a otra idea o representación mental; c) tendencia a la condensación de las catexias de
varias representaciones mentales en una.
El pensamiento paleológico en la esquizofrenia ha sido especialmente estudiado por S. Arieti. Para
explicar este tipo de pensamiento. S. Arieti parte del que denomina principio de Von Domarus (del nombre del
primer investigador que se ocupó de esta cuestión), el cual postula que, mientras las personas consideradas
normales aceptan la identidad únicamente sobre la base de idénticos sujetos, el esquizofrénico puede aceptar
la identidad sobre la base de idénticos predicados. Así, por ejemplo, si a un hombre mentalmente sano le
decimos que los presidentes de los EE.UU. son norteamericanos y que D.Eisenhower fue presidente de los
EEUU., deducirá de esta información que D. Eisenhower era norteamericano, conclusión correcta a causa de
que el sujeto de la premisa mayor (la de que los presidentes de los EE.UU. son norteamericanos) contiene el
de la premisa menor (D. Eisenhower) En cambio, un esquizofrénico es capaz de pensar: «Los presidentes de
los EE.UU. son hombres, yo soy un hombre, luego yo soy presidente de los EE.UU.» Como es natural, ha de
existir alguna motivación para que se presente y sea exteriorizado este pensamiento; por ejemplo, podemos
2
suponer que, de alguna forma, el enfermo necesita identificarse con un ideal de poder y prestigio
representado por el presidente de los EE.UU., rechazando así sus sentimientos de fracaso e insatisfacción.
Pero sólo se expresará esta necesidad en una forma «esquizofrénica» si existe una regresión de las funciones
del yo suficiente para la aparición del pensamiento paleológico.
Es fácil, por tanto, darnos cuenta de que, en este tipo de pensamiento el predicado desempeña un
importantísimo papel. Además, el predicado puede referirse no sólo a una cualidad inherente a los seres o
circunstancias que son identificados entre sí, sino también a la contigüidad espacial o temporal. Así, por
ejemplo, dos cosas, personas o fenómenos pueden ser identificados por el hecho de ser percibidos en el
mismo lugar o haberse presentado al mismo tiempo. Esta identificación por coincidencia se basa también en
que el enfermo. en medio de la confusión en que se halla trata de asirse a fragmentos de orden y regularidad,
tendiendo para ello a registrar idénticos segmentos de experiencia y a construir sistemas de regularidad sobre
ellos. Esta capacidad para la identificación que presenta el esquizofrénico nos conduce a considerar otras
características no de su pensamiento que contribuyen a tal fenómeno En el pensamiento normal el orden de
progresión es de la descripción a la inferencia, mientras que en el pensamiento esquizofrénico este orden se
encuentra con frecuencia alterado, de modo que la inferencia está establecida de antemano e influye la
observación. Así, según el principio de Von Domarus a que antes he hecho referencia, la inferencia se realiza
del siguiente modo: idénticos predicados hacen idénticos sujetos. El poder de esta inferencia realizada a priori
es tal que puede producir una distorsión en las facultades perceptivas del enfermo. Por ejemplo, un
esquizofrénico paranoide tiene la idea de que existe una confabulación contra él; al regresar a su casa se cruza
con un individuo que desciende por las escaleras; influido por su idea de la confabulación, piensa que este
individuo viene de su piso, donde habrá cometido algún acto perjudicial para él; entra en su piso y cree oler un
aroma peculiar y extraño, con lo cual se siente totalmente seguro de que sus sospechas eran ciertas y de que
el citado individuo ha introducido en su piso una sustancia venenosa. En la paranoia encontramos también
este tipo de inferencia a priori. Por ejemplo, un paranoico celotípico cree que su mujer le engaña y recibe a
sus amantes cuando él está ausente del domicilio; al regresar, penetra en la alcoba matrimonial y observa una
pequeña arruga en la colcha que cubre la cama, y ya no le cabe duda de que ello es la señal cierta de que en
dicha cama la esposa ha mantenido relaciones sexuales con su amante.
En ocasiones, el pensamiento paleológico es más difícil de interpretar a causa de que el principio de
Von Domarus es aplicado sólo de manera fragmentada; es decir, una parcial identidad entre los sujetos se
basa en una parcial o total identidad entre los predicados. Las distorsiones y condensaciones que aparecen en
las obras de arte –dibujo, pintura, escultura, etc. - — de los esquizofrénicos pueden ser explicadas de acuerdo
con el mismo mecanismo. La obra de arte elabora la identificación de dos o más imágenes y permite la fusión
perceptiva o condensación de diferentes conceptos. Esta característica del arte esquizofrénico es evidente en
las pinturas y dibujos realizados por los enfermos de diferentes épocas y diversas partes del mundo Este hecho
debilita las teorías que consideran las anomalías formales do la esquizofrenia como adquiridas a través de una
particular estructura familiar Parece lógico, en cambio, considerar que el mismo trastorno que impulsa al
enfermo a pensar en un estilo esquizofrénico le obliga a pintar y dibujar en este mismo estilo.
2ª fase hipercatexis
La segunda fase se caracteriza por la presencia de hipocondría e ideas de grandeza El enfermo se halla
anormalmente preocupado por su cuerpo, el funcionamiento de sus órganos y su propia imagen. Estos
síntomas son el resultado de la hipercatexis. Las masivas cantidades de libido que han sido retiradas de la
3
representación mental de objetos y del mundo externo han reinvestido las representaciones mentales del
cuerpo y del self. Este excesivo investimento libidinal de los órganos es lo que da lugar a los síntomas que
giran alrededor de molestias corporales. Podría decirse que se trata de una «intoxicación» por exceso de libido
narcisista. Al mismo tiempo, el investimiento del self por la libido retirada de las representaciones de los
objetos conduce a las ideas de grandeza y delirios megalomaníacos. El enfermo se halla frente a su self en un
estado similar al que se encuentra un individuo enamorado frente al objeto de su amor, hacia quien ha
dirigido la mayor parte de su libido objetal. En ambos casos, pues, la sobreevaluación se origina por la
hipercatexis. La hipercatexis del self conduce a una distorsión del juicio y a ideas delirantes en relación al
propio valor.