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PSICOANÁLISIS Y
PSICOTERAPIA
Para Freud "la psicoterapia analítica es la más poderosa, la de más amplio alcance
y la que consigue una mayor transformación del enfermo" así como que es "la
única que instruye sobre la génesis y la conexión de los fenómenos patológicos".
Destaca la eficacia terapéutica y la aportación de un saber.
Precisa que en la terapia analítica hay un interés por la génesis de los síntomas
patológicos y permite conocer el funcionamiento de las fuerzas psíquicas, por
ejemplo, "la resistencia con la que se aferran los enfermos a su enfermedad y se
rebelan contra la curación". Con la técnica analítica no se trata de añadir nada
(significaciones por la vía de la sugestión) sino más bien de extraer, de quitar algo.
Con este pequeño esbozo podemos apreciar lo que Lacan afirma en el Seminario
VII, de que Freud percibió la dimensión propia en la que se despliega la acción
humana en el descubrimiento de los hechos de la neurosis. Percibió la dimensión
ética en la que se sitúa dicha acción y "muestra de ello es el primer plano que en
ella ocupa el conflicto que es masivamente de orden moral" dice Lacan. En el
Seminario I afirma que el campo de la investigación de Freud es la verdad del
sujeto y que de lo que se trata es de la realización de esa verdad como dimensión
propia.
Así pues en la psicoterapia se actúa sobre los efectos que el malestar produce en el
sujeto. En el psicoanálisis se interviene sobre la causa.
Ahora bien, hay una responsabilidad por parte del psicoanalista y es la de hacer
saber al público qué es un psicoanalista, que se puede esperar de él y cuales son
sus modos de operar.
La garantía de que alguien es analista, es decir, que ha subjetivado su ser más allá
de las identificaciones como efecto de un análisis, es otorgada, a partir de la
enseñanza de Lacan, por la Escuela a través del dispositivo del pase.
Del analista lo que cabe esperar es que ponga en claro el deseo del sujeto y que
permita las condiciones para que este se despeje a partir de su propio discurso, así
como que ayude a descifrar lo que se repite en su existencia y a desanudar el goce
apresado en el síntoma.
Por otro lado también es responsabilidad del analista modular los efectos
analíticos a las capacidades del sujeto a soportarlas, es decir por razones
terapéuticas.
Para acabar me remito de nuevo a Freud y a su lección 34 donde dice que "en el
psicoanálisis están contenidos suficientes elementos revolucionarios como para
garantizar que quien ha sido educado por él no se colocará jamás, a lo largo de la
vida, de parte de la reacción y de la represión", dado que la experiencia misma del
análisis constituye una denuncia contra el totalitarismo.