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Unidad 01: La ideología sionista

Charlas sobre la Realización Sionista


El curso analizará, desde una perspectiva histórica, los distintos significados que adquirió el concepto de Realización
(Hagshamá), las características de las distintas expresiones del ideal sionista (a través de la aliot) y su evolución hasta el día de
hoy, y concluirá con un análisis del concepto contemporáneo de Hagshamá.
A MODO DE PRESENTACION - ¿POR QUE ESTA SERIE DE PLATICAS?
Los problemas y las cuestiones del presente ejercen una influencia definitiva sobre los temas que
preocupan al historiador, al politólogo, al investigador social.
La historia del sionismo realizador no "goza" de la atención que se merece. Pareciera que las
tensiones políticas entre Israel y sus vecinos dirigen la atención sobre la política sionista y mundial
relacionada con el Medio Oriente, las guerras de Israel centran la mirada en el conflicto del Medio
Oriente y sus ramificaciones; los conflictos intercomunitarios en Israel hacen enfocar la
investigación en sus raíces, y en las características particulares de cada comunidad.; el aumento
de la influencia de grupos religiosos sionistas y ultraortodoxos, dieran como fruto el intento de
revisar el papel jugado por los grupos en la historia de Israel desde los comienzos de la
inmigración sionista hasta nuestros días.
La historia de la realización sionista es en gran medida la historia de un esfuerzo colectivo del
Pueblo Judío . en esta época de énfasis en el individualismo y el logro particular, ello contribuiría a
la escasa atención que despierta el tema. O quizás por el mero hecho que a más de cien años de
su iniciación, la obra sionista ya ha sido consumada. Sus logros son cientos, sus fracasos son
temas olvidados, el resultado se toma como sobreentendido. Entonces, ¿para qué preocuparnos
de ello?
Nosotros consideramos que la obra colectiva de la realización sionista merece ser estudiada y
recordada antes que nada porque fue iniciada por pocos en nombre de muchos. Ellos fueron los
iniciadores de una revolución, personal y colectiva. Revolución que se destaca por su unicidad en
varios aspectos: En el Sionismo confluyeron las ideas y las experiencias de muchos pueblos y
estados de la era moderna, pero en condiciones mucho más difíciles. El Sionismo fue un
movimiento de liberación nacional desconectado de su tierra. Fue un movimiento inmigratorio sin
los amplios espacios que la Argentina y los Estados Unidos conocieron. El movimiento sionista
aspiró a crear una sociedad distinta, mejor y más justa, como lo quisieron otros movimientos
revolucionarios, con la diferencia de que el sionismo tuvo que crear todo desde el comienzo. Por
ello también tuvo que pasar por una revolución personal: la creación de un nuevo individuo judío,
conectado con la tierra y con el futuro. Por ello, la revolución sionista también implica una
negación total del pasado diaspórico y una idealización del pasado israelita, cuando el pueblo
existía en profundo arraigo con su tierra.
La obra constructivista sionista se caracteriza también por su éxito, o al menos, como lo señaló
Martin Buber, por ser un intento que no fracasó.
Nota: Dado que el tema de estas charlas es el nexo entre los judíos y la Tierra de Israel, vamos a
utilizar como algo obvio el concepto "Eretz Israel" (Tierra de Israel).

LOS FUNDAMENTOS IDEOLOGICOS DEL SIONISMO REALIZADOR ("MAGSHIM")


El sionismo es entre otras cosas, un movimiento de renacimiento nacional cultural, cuyo propósito
es rescatar al Pueblo Judío de la asimilación. Es también un movimiento político, que luchó por el
derecho de autodeterminación de los judíos, y es un movimiento de reconstrucción nacional, de
Hagshamá personal y colectiva cuya meta principal es crear para el Pueblo Judío las bases de
una sociedad normal. Este último es el tema de enfoque de estas charlas.
El marco temporal de las mismas es el período que va desde el tercio final del Siglo XIX hasta
nuestros días.
El Sionismo es un fenómeno sin parangón en la historia de los movimientos nacionales. Para
poder liberar a su patria, tuvo la necesidad de crearla. Y por ello fue ante todo, un movimiento de
retorno a la patria. El retorno fue ara el Sionismo la condición primordial para la liberación
nacional. Y para ello tuvo que construir también la base económica de su existencia.
Para poder realizar las reformas sociales a las que aspiraban también otros movimientos
nacionales, el Sionismo tuvo que llevar a cabo una revolución anterior: convertir a la sociedad
judía en una sociedad en trabajo, en una sociedad productiva, que posee la capacidad de
autoabastecerse.
La existencia de una sociedad productiva fue una condición sine qua non de la existencia
nacional; una sociedad dotada de la capacidad de subsistir sin depender de otra, o sea, la
construcción social fue un prerequisito de la construcción nacional.
Los primeros pasos concretos del Sionismo fueron dados por el movimiento "Jivat Tzion" en
Rusia, surgido de las ideas nacionales judías desarrolladas a mediados del siglo XIX y de los
pogroms antisemitas de fin de siglo (aunque los pogroms de 1881 condujeron más que nada a la
emigración masiva - que duró hasta 1914 - especialmente a los Estados Unidos, y a otros países
como Argentina, Canadá, etc.).
Hacia Eretz Israel fue empujado un grupo pequeño. Mejor dicho, atraído por otra idea que la de
solucionar los problemas inmediatos que aguzaban a los judíos: persecuciones, pobreza y
desigualdad económica y social.
Las ideas esenciales de Jivat Tzion pueden ser resumidas del siguiente modo:
1. El retorno paulatino a la Tierra de Israel: El movimiento Jivat Tzion creía que el Sionismo
sería un proceso continuo y prolongado de retorno. El proceso en sí es lo importante y está
dirigido al retorno a la patria ancestral del Pueblo Judío. Sin la patria histórica el Sionismo no
tiene ningún significado.
2. Existe una unidad nacional en el seno del Pueblo Judío: En una época en que el factor
religioso estaba en decadencia, en que el pueblo judío carecía de una base territorial, de un
lenguaje común y de un marco político común, la unidad del pueblo se manifestó a través del
proceso de renacimiento nacional y de un movimiento nacional que apuntaba a la patria
histórica. El renacimiento nacional comprendía también el renacimiento del idioma y la cultura
hebreos.
3. El principio del trabajo hebreo: Jivat Tzion elevó al grado de principio fundamental la
productivización, a través del trabajo de la tierra como condición previa a lar renovación
nacional y a la mejoría del individuo. Estos son los principios en los que se basa la idea de la
Hagshamá, aún si el concepto no fue recordado con ese nombre.
El concepto de productivización fue desarrollado por el Iluminista Judío de fines del siglo XVIII
y principios del XIX. Jivat Tzion lo "nacionalizó" y lo convirtió en el principio del trabajo hebreo
en Eretz Israel.
4. Los principios anteriores confluyen en el principio del activismo nacional. Jivat Tzion
pretendió romper con las normas de la pasividad judía - la de esperar la llegada del Mesías, o
de vivir pasivamente bajo la sombra de un régimen extraño - y crear una nueva norma activa:
la de la aliá (retorno, ascenso) a la Tierra de Israel y la creación de una sociedad productiva.
Con la aparición de Jivat Tzion, podemos notar algunas controversias importantes, tanto ideológicas
como prácticas.
La primera sería la definición de una meta nacional concreta: asentamientos en Eretz Israel (sin
fijar su ritmo y sus dimensiones). Jivat Tzion fijó el destino nacional y geográfico del Sionismo.
La segunda contribución fue definir el vínculo absoluto entre el movimiento nacional judío y la
patria ancestral del pueblo judío. Cuando con la aparición del sionismo político de Hertzl y la
creación de la Organización Sionista Mundial, el movimiento de Jivat Tzion se diluyó en sus filas,
pero siguió siendo el factor determinante que mantuvo viva esa idea. Jivat Tzion hizo que la idea
más imaginaria se convirtiera en la única viable.
Los éxitos de Jivat Tzion son más tangibles en el plano ideológico que en el práctico. Como
movimiento, sus logros fueron escasos, y a ellos volveremos cuando tratemos el tema de la
Primera Aliá. Pero no hay dudas que sus logros ideológicos, o mejor dicho las semillas ideológicas
que sembró, arraigaron profundamente.
Jivat Tzion fracasó en sus intentos de crear un movimiento masivo de colonización, y fracasó en
su intento de reclutar multitudes de colonos y pioneros y de sentar las bases económicas del
movimiento (el Barón Edmond Rotschild contribuyó solamente a las colonias de la Primera Aliá
una cifra 15 veces mayor que la reunida por todo el movimiento Jivat Tzion entre 1881 y 1900).
Jivat Tzion tampoco logró desarrollar un liderazgo carismático y con empuje, que pudiera arrastrar
a las multitudes, especialmente a los jóvenes. En lo organizativo se destacan especialmente sus
defectos: nunca logró crear una organización amplia y efectiva, que vaya más allá del ámbito
geográfico de Europa Oriental.
Su éxito se mide más que nada por la capacidad de arraigar en sus continuadores los principios
ideológicos que la guiaron desde su aparición.
Los pioneros de la Segunda y Tercer Aliá son sin duda los continuadores de su ideario, a pesar de
que se vieron a si mismos como quienes se revelaban contra lo que proponía Jivat Tzion: el
ideario que propugnaba el regreso a la Tierra de Israel, para reconstruir por medio del
trabajo, la sociedad nacional y judía.
Los pocos que siguieron esta idea sentaron las bases para los muchos que llegaron en décadas
posteriores y crearon las bases de una sociedad judía distinta, así como también las bases de una
sociedad política nueva, el Estado de Israel.

ALGUNAS OBSERVACIONES ACERCA DEL CONCEPTO DE HAGSHAMA


En hebreo, el término Hagshamá significa literalmente realización, concretización.
En la ideología sionista, el concepto de Hagshamá está íntimamente ligado con la realización del
objetivo principal de todo sionista: la Aliá [lit.: elevación] o inmigración a Eretz Israel. En el acto de
aliá se concreta (o realiza) el ideal sionista.
Aliá y Hagshamá se convierten en este sentido en sinónimos, o por lo menos términos que se
complementan.
En la Primera Aliá (1882-1904) la Hagshamá a través de la Aliá se combinó con el ideal del trabajo
de la tierra. Hagshamá es entonces Aliá ve itiashvut [inmigración y colonización].
La contribución de los pioneros de la Primera Aliá al concepto de Hagshamá se centra en la
elección de la colonización agrícola y el trabajo de la tierra como el vehículo de la Hagshamá
personal y del pueblo todo. Pioneros (jalutzim) son aquellos que van adelante, marcando el
camino a seguir.
Es importante destacar el enorme contenido de idealismo que guió a toda esta generación.
Idealismo que quizás en nuestra época parece anticuado e irrelevante, pero que fue sin duda el
motor que movió a la acción, a pesar de las enormes dificultades con las que tuvieron que
medirse: la inexperiencia del país y su gente, la falta de inseguridad y las condiciones físicas y
económicas primitivas. No hay duda que estaban guiados por un sentido histórico y sus acciones
inauguraron una nueva época histórica.
Durante la época de la Segunda y Tercer Aliá, en las primeras décadas del siglo, el concepto de
Hagshamá se centró en la creación de una sociedad justa y normal, cimentada en el ideario
socialista.
En realidad, el concepto de Hagshamá se desarrolló en torno a la idea del Kibutz y la colonización
cooperativa. Más aún: los pioneros de la Segunda, y especialmente los de la Tercer Aliá, son los
que desarrollaron el concepto de Hagshamá y nosotros lo utilizamos de una forma amplia, y en
cierta medida anacrónica, al extenderlo a toda la obra de realización sionista.

Unidad 02: Eretz Israel en vísperas de la Primera Aliá


El curso analizará, desde una perspectiva histórica, los distintos significados que adquirió el concepto de Realización
(Hagshamá), las características de las distintas expresiones del ideal sionista (a través de la aliot) y su evolución hasta el día de
hoy, y concluirá con un análisis del concepto contemporáneo de Hagshamá.
¿Cuál era la realidad social y económica en Eretz Israel antes del arribo de la Primera Aliá? Este
es el tema de la presente ponencia. El marco temporal es mediados del sigo XIX. Para poder
comprender la realidad de esas décadas tenemos que remitirnos a épocas anteriores.
Eretz Israel era desde 1516 parte del Impero Otomano. Durante la mayor parte del dominio turco,
el país fue una zona relegada y de menor importancia dentro del imperio.
El Imperio Otomano, a principios del siglo XIX a más tardar, se encontraba en un proceso de
continuo de decadencia y desmembramiento. No es el tema de estas notas explicar los factores
que condujeron a esta situación, pero basta señalar que la situación interna del Imperio Otomano
tuvo una gran influencia en el desarrollo y el status de la comunidad judía en Eretz Israel, y de las
posibilidades que se abrieron a esta comunidad a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX. Por
ello es importante describir someramente los eventos más destacados de la historia del país en
esas décadas.
A mediados del siglo XIX comenzó un proceso de transición al que podemos denominar
modernización, iniciado por la influencia europea. Para ser más exactos, la realidad de Eretz Israel
no cambió fundamentalmente respecto de los siglos anteriores, pero se comenzaron a vislumbrar
signos de cambio que transformaron paulatinamente el entorno del país.
Desde el punto de vista administrativo, el país no configuraba una unidad integra, sino que estaba
dividido en dos provincias y una región administrativa: la parte norte pertenecía a los "Vilayet" de
Sidón y de Damasco, y el sur al "Sandjak" de Jerusalem.
Es interesante destacar esto porque el concepto de Eretz Israel, o Palestina para los árabes, como
una unidad indivisible, no existió prácticamente hasta la llegada del Mandato Británico, después de
la Primer Guerra Mundial.
Por 1850 los habitantes de Eretz Israel sumaban unos 375.000 personas (la mayoría de ellos
árabes pertenecientes al Islam sunita) y entre ellos 36.000 cristianos y 11.000 judíos. La mayoría
de la población estaba comprendida por agricultores que utilizaban métodos ancestrales de
cultivo. Un 80% habitaba pequeñas aldeas y un 20% se concentraba en pocas ciudades:
Jerusalem, Hebrón, Yafo, Safed, Tiberíades, Nablus, etc.
La población agrícola producía básicamente para consumo propio y vendía en las ciudades lo que
no utilizaba para su manutención. El sistema de propiedad de la tierra puede ser caracterizado
como un sistema cuasi-feudal, y estaba dominado por amplios latifundios. En 1858 y como
consecuencia de amplias reformas administrativas, legales y fiscales introducidas en el Imperio
Otomano, conocidas como la época del Tanzimat - los agricultores fueron obligados a registrar sus
tierras. Muchos de estos se negaron a hacerlo por miedo a tener que pagar impuestos elevados al
haber un registro ordenado de las propiedades, y prefirieron entregar el derecho de registro - y por
lo tanto de propiedad - a las grandes familias del país, convirtiéndose en arrendatarios de las
tierras. La consecuencia de estas acciones fue la formación de amplios latifundios en manos de
pocas familias, muchas de las cuales no vivían en el país sino en Damasco o Beirut. Desde el
punto de vista de la colonización judía posterior, este dato es de suma importancia, dado que por
ellos los colonos judíos y las organizaciones encargadas de adquirir tierras pudieron hacerlo de
manos de los latifundistas y no de los agricultores en forma individual.
Como decíamos anteriormente, se trataba de una sociedad tradicional en la que aparecieron
signos de cambio en el siglo XIX.
Podemos fijar una fecha exacta para señalar la aparición de los cambios: la invasión napoleónica
en 1799. Como consecuencia de esta invasión el país entró en el círculo de la influencia europea
occidental y junto con el Imperio Otomano todo debió enfrentarse al mismo. Desde entonces
aumentó en intensidad y espectro la interferencia europea en los asuntos del Imperio en general y
de Eretz Israel en particular.
Esta interferencia se sintió profundamente en 1831, con la invasión de Mohamed Alí, Gobernador
de Egipto. Durante 8 años estuvo el país bajo el gobierno directo de Egipto. Estos años
significaron un cambio profundo en la situación interna del país. El gobierno instituido por
Mohamed Alí y su hijo Ibrahim era centralizado y eficiente, y trajo consecuencias importantes, a
pesar de su corta duración, en dos aspectos fundamentales. Por una parte aumentó en sumo
grado la seguridad interna. Hasta entonces el país había sufrido por décadas de los ataques de
tribus beduinas que aterrorizaban a la población y la obligaron a concentrarse en la zona
montañosa (este dato es importante para nuestro tema, ya que las colonias judías fueron
establecidas en las llanuras de la costa y el valle de Yzreel, relativamente despoblados). La otra
consecuencia de la conquista egipcia fue la renovación del interés del gobierno central del Imperio
Otomano en lo concerniente a Eretz Israel. Al retirarse Mohamed Alí respondiendo a las presiones
ejercidas por gran Bretaña, Francia y Rusia, aumentó la presencia europea en el país. Las
potencias europeas establecieron consulados que representaban sus intereses. Los consulados
gozaban de status extraterritorial y de los acuerdos de capitulaciones firmados por el gobierno
imperial y las potencias europeas. Según estos acuerdos los ciudadanos europeos se
encontraban bajo la jurisdicción de los cónsules de cada país y la ley otomana no tenía vigencia
sobre ellos. Estos dos últimos aspectos que recordamos son muy importantes para la
comprensión de nuestro tema. El establecimiento de un número relativamente grande de judíos (y
también de europeos, especialmente alemanes) en Eretz Israel se debió a la seguridad que
implementó Mohamed Alí y al status del que gozaron los cónsules europeos. Bajo su tutelaje y
defensa se establecieron la mayoría de los judíos que comprendía lo que posteriormente se dio
por llamar el "Yishuv Yashán" ["La Comunidad Antigua"] en Eretz Israel.
Es hacia este grupo que vamos a enfocar a continuación nuestra atención.
El fortalecimiento del gobierno central, la mayoría de las vías de comunicación, especialmente la
marítima, el desarrollo de ramos económicos nuevos, como el de los cítricos, y el del turismo,
especialmente de peregrinos europeos, renovaron el interés general en Eretz Israel, hasta tal
punto que se habla de un "redescubrimiento" de Tierra Santa en el siglo XIX centenares de estos
"turistas" también escribieron investigaciones, estudios y memorias sobre el país. Hasta 1878 se
escribieron más de 2000 volúmenes sobre Eretz Israel, su clima, geografía, arqueología, fauna y
flora (entre el siglo XIII y el XIX sabemos de 3500 libros). El valor científico de la mayoría es
dudoso, pero de todos modos atestiguan del enorme interés que despertaba el país.
Paralelamente al interés científico y religioso, y agrandados por la seguridad pública y política, se
destacó un fenómeno nuevo: la inmigración de grupos de creyentes cristianos como la Iglesia del
Mesías de Estados Unidos, y de luteranos alemanes, los Templarios, que comenzaron a
establecerse en Eretz Israel a partir de 1867- los Templarios erigieron varias colonias agrícolas en
Haifa, Jerusalem, Sarona (cerca de Yafo), etc. en esas colonias introdujeron métodos modernos
de cultivo.
Los factores que contribuyeron a la formación de una población europea relativamente numerosa
en Eretz Israel son los mismos que influyeron en el aumento de la población judía especialmente a
partir de la cuarta y quinta décadas del siglo XIX.
Los judíos que habitaban en Eretz Israel antes de la llegada de las "aliot" (olas migratorias"
sionistas que comenzaron en 1882, recibieron de estas el apodo "Yishuv Yashán", o sea, la
"comunidad vieja o antigua".
El concepto puede ser comprendido en su significado histórico, o sea, una comunidad cuya
existencia es anterior a las que la sucedieron en el tiempo. Pero este concepto es también una
evaluación y tiene en realidad una acepción peyorativa.
El Yishuv Yashán es "viejo" porque vive de acuerdo a una escala de valores tradicional que ya no
tiene vigencia y que contrasta con las tendencias nacionales modernas y positivas del "Yishuv
Jadash", la "nueva comunidad". La "comunidad nueva" es tal porque renueva, introduce un nuevo
espíritu, un nuevo y correcto estilo de vida y de pensar, mejor que el de aquellos que han quedado
petrificados en el pasado y sus formas de vida diaspóricas.
Esta es la forma en que los miembros de las "aliot" sionistas vieron y consideraron a los judíos que
encontraron en Eretz Israel al momento de su llegada.
Como destacábamos anteriormente, hacia 1850/5 había en el país cerca de 11.000 judíos. 5.700
vivían en Jerusalem, y comprendía un 30% de la población de la ciudad. El Safed (Tzfat) vivían
2.100, en Tiberíades 1.500, y en Hebrón y Yafo 400 respectivamente. En 1881, al filo de la llegada
de la "Primer Aliá" el número de judíos aumentó a 25.000, de ellos 15.000 en Jerusalem. Los
judíos se dividían en dos comunidades principales: los sefaradim y los ashkenazim.
Los sefaradim eran en su mayoría descendientes de los judíos que se establecieron en el Imperio
Otomano después de la expulsión de España en 1492. A ellos se sumaban los descendientes de
los judíos que nunca abandonaron el país; judíos llegados de los Balcanes y Turquía asiática, y
del norte de África durante el siglo XIX. Estos últimos se desvincularon más tarde de los sefaradim
y erigieron sus instituciones propias.
Entre los sefaradim habían estudiosos de la ley ("Talmidei Jajamim"), artesanos y comerciantes.
La comunidad sefaradí gozaba de un status legal superior al de la ashkenazí. Los sefaradíes
tenían status de "milet", comunidad religiosa autónoma y a su frente estaba el rabino principal, el
"Jamam Rashi".
Los ashkenazim, en su mayoría venidos de Europa oriental, la mayoría de ellos desde los años 20
y 40 del siglo XIX, se caracterizaban por sus profundas divisiones. Había entre ellos dos corrientes
principales, los "prushim" y los "jasidim". Estaban organizados según ciudades o países de origen,
en Kolelim (sing. Kolel).
Entre el 80% y 90% de los ashkenazim y un porcentaje importante de los sefaradim encontraba su
sustento de un sistema de donaciones llamado "jaluká" ["reparto"]. El dinero era recolectado en las
comunidades de origen de cada "kolel" por enviados especiales, y repartido entre los miembros
por el rabino principal del mismo. Esto les daba un poder e influencia enormes entre los miembros
de la comunidad.
Las relaciones entre los ashkenazim y sefaradim eran por lo común tensas. Habían grandes
diferencias lingüísticas. Los primeros hablaban idish, los últimos ladino y árabe. También las
diferencias culturales, de costumbres y modos de vida eran significativas.
En las últimas décadas del siglo XIX comenzaron a vislumbrarse cambios importantes. El
crecimiento demográfico de los ashkenazim y la disminución de las donaciones llegadas del
extranjero, junto a críticas voceadas por miembros importantes de la comunidad y la obra de
organizaciones filantrópicas y educativas llevaron a algunos individuos a impulsar cambios en la
forma de vida del "Yishuv Yashán".
En 1854 la familia Rotschild erigió un hospital en Jerusalem (Misgav Ladaj). En 1860 la Alianza
Israelita Universal comenzó a operar en Eretz Israel, fundando colegios en Jerusalem y la escuela
agrícola Mikvé Israel en 1870. El propósito era entrenar jóvenes en el trabajo agrícola. La Alianza
Israelita tenía la intención de promover la productivización en el seno de los judíos para facilitar su
integración en la sociedad.
Paralelamente se fundaron barrios nuevos fuera de las murallas de Jerusalem. El promotor de
esta obra fue el filántropo Moisés Montefiori en 1860, y lo siguieron miembros de la comunidad
norafricana y de la ashkenazí en Jerusalem. Tendencias a la productivización empezaron también
a notarse en el seno del Yishuv Yashán en forma destacada. Aumentó el porcentaje de los
ocupados en artesanías y se nota la intención de ocuparse en la agricultura: en 1878 un grupo de
judíos de Jerusalem funda una colonia agrícola al noreste de Yafo y la llama Petaj Tikva [Portal de
la Esperanza]. El proyecto fracasó y fue retomado algunos años más tarde por miembros de la
Primera Aliá, pero marcó un hito importante en el proceso de productivización surgido en el seno
del Yishuv Yashán. En vistas de estos cambios, es importante preguntar si había en ellos un
antecedente del movimiento nacional. No hay duda que hay en ellos, en la crítica que los impulsó
y en el camino tomado, semejanzas con lo que el movimiento sionista propuso casi en la misma
época, pocos años después. Con todo, lejos de ser el inicio de un movimiento nacional, son
intentos de solucionar los problemas económicos con los que se enfrentaba el Yishuv Yashán. Los
miembros de la comunidad tradicionalista de Jerusalem no se veían a si mismos como pioneros
que marcan el camino a seguir por el pueblo todo. Para ello sería necesario que se forme el
movimiento Jivat Tzion y que de su seno salgan los pioneros de la Primer Aliá.

Unidad 03: La Primera Aliá


El curso analizará, desde una perspectiva histórica, los distintos significados que adquirió el concepto de Realización
(Hagshamá), las características de las distintas expresiones del ideal sionista (a través de la aliot) y su evolución hasta el día de
hoy, y concluirá con un análisis del concepto contemporáneo de Hagshamá.
El concepto "Aliá": En hebreo Aliá significa "ascenso". Desde siempre en la historia judía,
emigración o peregrinaje a la Tierra de Israel fueron considerados un acto de ascensión, tanto
físico como espiritual. El que realiza el acto de "Aliá" es un "Olé".
Cada una de las peregrinaciones anuales al Templo de Jerusalem durante las festividades de
Pésaj (Pascua), Shavuot (Pentecostés) y Sucot (Tabernáculos) se llamaban "Aliá la-Reguel" (y de
allí el apodo de estas festividades como "Regalim")
El concepto de Primer Aliá se refiere a la primera Aliá sionista organizada. En ese sentido el
movimiento nacional judío "expropió" el concepto y le dio una acepción nueva. Aquí el concepto de
Aliá se conecta con el concepto de Hagshamá (realización). La Aliá a Eretz Israel es la realización
o concretización del ideal sionista: el establecimiento en Eretz Israel. La Aliá se convierte entonces
en el acto esencial de la realización sionista, desde un punto de vista ideológico y práctico.
La Primer Aliá abrió una nueva etapa en la historia judía moderna. Sus participantes nunca lo
supieron y posiblemente no pudieron imaginarlo.
Entre 1882 y 1904, la "época" de la Primera Aliá, el Yishuv judío de Eretz Israel experimentó un
cambio fundamental. Hasta entonces había en el país unos 26.000 judíos, casi todos
concentrados en las cuatro "ciudades santas": Jerusalem, Tiberíades, Hebrón y Safed (Tzfat). Por
1904 había en Eretz Israel 55.000 judíos, de los cuales unos 6.000 habitaban 25 colonias
agrícolas fundadas durante los 12 años de la Primera Aliá. Pétaj Tikva, Rhison le-Tzion, Rosh
Pina, Guedera, Rehovot, Nes Tziona y sus semejantes crearon las bases de la colonización
posterior.
Paradójicamente, y en contraste con su importancia en la historia de la realización sionista, la
Primera Aliá no gozó del lugar que se merece en la historiografía del Yishuv judío en Eretz Israel,
y recién en los últimos años se han realizado investigaciones históricas y redactado monografías
sobre el tema.
Desde el punto de vista de la ciencia histórica es casi imposible establecer una diferencia entre lo
que posteriormente se dio por llamar la "Primera Aliá" y las olas inmigratorias judías a Eretz Israel
que la precedieron. La Primera Aliá es un eslabón más en la cadena de "Aliot" que la precedieron
desde el siglo 18. Incluso la utilización del término "Primera Aliá" sufrió modificaciones. Los "olim"
llegados en los años 1882-1884 fueron llamados a principios del siglo XX "Primera Aliá" y aquellos
llegados durante 1890'91 fueron apodados por algún tiempo "Segunda Aliá" (Término que
posteriormente se utilizó para caracterizar a los olim llegados entre 1904-1914, y que serán tema
de nuestra próxima ponencia).
Sin embargo la Primera Aliá merece del título de "primera" por algunas de sus cualidades
especiales y su pionerismo. La Primera Aliá no renovó la presencia judía en Eretz Israel. ello
comenzó como lo comentamos anteriormente a fines del siglo XVIII y durante la primer mitad del
siglo XIX.
Como señalamos en las ponencias anteriores, la idea nacional judía se comenzó a desarrollar en
los años 60 y 70 del siglo XIX (podemos trazar sus orígenes a años anteriores aún, pero bastan
esas fechas para nuestra discusión). Ideas en torno al retorno a Sión y la fundación de colonias
agrícolas fueron expresadas e incluso realizadas en esas décadas.
Ya hemos mencionado la fundación de la escuela agrícola Mikvé Israel por la Alianza Israelita
Universal. A ello podemos agregar el intento anterior, que fracasó, de la I. Luria y los rabinos
Kalisher y Gutmacher de fundar colonias por medio de una sociedad que erigieron ("La Compañía
de Colonización de E. Israel); el Fondo Mazkeret Moshé fundado en 1878 y la iniciativa de Eleazar
Rokeaj de Rumania.
La Primera Aliá puso un énfasis primordial en la fundación de colonias agrícolas en el
asentamiento en la tierra y en el trabajo productivo como vehículo de realización. Pero la
contribución fundamental de los hombres de la Primera Aliá radicó en el hecho de que se veían
como los fundadores del núcleo de un futuro estado judío.
Otro aspecto en que notamos la contribución especial de la Primera Aliá, es la fundación de
colonias agrícolas nuevas, cosa que no ocurría desde tiempos inmemorables.
Los pioneros de la Primera Aliá se veían así mismos como los creadores de un nuevo tipo de
individuo judío: alguien imbuido de una visión nacional hebrea, y que ve en el trabajo personal de
la tierra la base del futuro del pueblo en su patria.
La Primera Aliá comenzó en 1882. El catalizador fueron los pogroms en Rusia de 1881 ("Las
tormentas del Neguev"). Estos pogroms fueron el punto de partida de una gran ola inmigratoria
judía que duró hasta 1914 y que abarcó a más de un millón y medio de personas. La gran mayoría
de estos inmigrantes se dirigió a los Estados Unidos, mientras que un porcentaje menor llegó a la
Argentina, Canadá, Europa Occidental, etc. Solo una pequeña minoría, unos 35.000 o 40.000
llegaron al rincón del Imperio Otomano que era en esos años Eretz Israel. No todos lograron
arraigarse en el país. Las condiciones eran demasiado adversas para ello, y muchos
abandonaron.
Como ya lo hemos notado, la mayoría de los olim llegaron en dos olas: en 1882 y en 1890-91,
como consecuencia de nuevas medida antijudías del gobierno ruso, especialmente la expulsión de
Moscú. La época no era muy propicia para la Aliá. El gobierno otomano guardaba graves
aprensiones respecto de las intenciones de las potencias occidentales. El congreso de Berlín de
1878 y la conquista de Egipto por los británicos en 1882 despertaron graves temores, y todo
inmigrante europeo era mal visto por las autoridades. Estas impusieron severas limitaciones a la
inmigración, y hubo necesidad de recurrir a subterfugios para evadirlas, incluso con el soborno. La
mayoría de los olim llegaron de Rusia y de Rumania. La mayoría lo hizo en el marco familiar, y la
edad promedio era relativamente alta: alrededor de los 40 años. Otra característica: la mayoría de
los olim eran religiosos o tradicionalistas, y carentes de educación general formal. No poseían
fortuna, y en su mayoría eran parte de la pequeña burguesía judía tradicional de Europa oriental.
Entre los olim se destaca un pequeño grupo de jóvenes estudiantes idealistas que se organizó en
un movimiento titulado "Bilu" (acrónimos del versículo "Beit Iaakov Lejú ve-Neljá"). Estos jóvenes
se consideraban a si mismos pioneros que marcan el camino al pueblo entero, y pretendían crear
un tipo de asentamiento que sirviera de modelo a las multitudes que vendrían atrás de ellos. El
grupo Bilu se apoyaba en los fundamentos del nacionalismo moderno laico. Su visión era
desarrollar el país sobre bases cooperativas y de realización personal; o sea llevar a cabo una
revolución nacional y social.
En gran medida la Primera Aliá fue identificada con los "Biluim" (ese era su apodo) pero en
realidad el grupo era pequeño, de unas pocas decenas, y la única colonia que fundaron fue
Guedera. Bilu no caracteriza a la Primera Aliá, sino esa pequeña burguesía religiosa que antes
mencionamos.
La Aliá fue fruto de la iniciativa espontánea de grupos locales en Rusia y Rumania. Carecía de un
centro coordinador y de un liderazgo centralizador (vea lo que comentábamos acerca del
movimiento Jibat Tzion en la primer conferencia).
Las tierras eran compradas por alguien que organizaba el grupo de olim, llegaba primero a Eretz
Israel y hacía los arreglos necesarios para su llegada.
Otra característica de los olim era su completa ignorancia en todo lo relacionado con la agricultura,
y una buena dosis de inocencia. Pétaj Tikva fue fundada cerca del Río Yarkón con la idea de
aprovechar el pescado para la manutención. Pero en el Yarkón habías más mosquitos que peces
y mas malaria que sustento.
El terreno en Zijron Yaakov, situada en una bella colina, era rocoso y poco apropiado para la
agricultura y hubo que invertir enormes cantidades de energía y capitales para acondicionarlo. Los
ejemplos en este aspecto abundan.
Ya en 1882, Charles Netter, el fundador de la escuela agrícola Mikve Israel, advirtió sobre los
peligros de construir castillos en el aire: sobre la baja calidad de la tierra, el clima, la inexperiencia
de los olim, la falta de capital suficiente y el hecho de carecer del aguante de los "falajim" árabes,
su frugalidad y su capacidad de adaptación a las difíciles condiciones imperantes. Netter también
advirtió acerca de las dificultades que podrían surgir con los vecinos árabes. Sus advertencias
fueron desoídas en el medio del entusiasmo general que prevaleció en la primera época de la
llegada de los olim.
Las primeras colonias fundadas fueron Rishon Le-Tzion (al sur de Yaffo), donde bajo el liderazgo
de Zalman David Levontin 16 familias se establecieron en el lugar. Rosh Pina, en la galilea, cerca
de Safed, fue la segunda y la primera fundada por una de las asociaciones de Jovevei Tzion de
Rumania. Zijron Yaakov (cerca de Haifa) fue también fundada por Jovevei Tzion de Rumania.
Yesod ha Maalé fue establecida en agosto de 1883 al lado del lago Hula al norte del país. Pétaj
Tikva, que había sido fundada en 1878 por miembros del Yishuv antiguo, fue repoblada entre 1882
y 1883.
En 1884 fueron fundadas Ekron (más tarde cambió su nombre a Mazkeret Batia) y Guedera.
Los olim trataron de desarrollar cultivos extensivos, especialmente trigo. La falta de experiencia,
los errores cometidos, la compra de equipos innecesarios, la siembra tardía, el robo de semillas
por parte de obreros árabes, llevaron rápidamente a las colonias al fracaso. Las advertencias de
Netter se hicieron realidad. Se hizo urgente la necesidad de pedir ayuda a pesar de que el
propósito declarado de los pioneros era vivir del trabajo personal y sin ayuda, como lo destacó el
estatuto de Rishon le-Tzion en 1882.
También fracasaron los intentos de formar marcos cooperativos, debido a las diferencias
económicas entre los colonos. Los pudiente entre ellos se negaron a colaborar con los pobres. El
problema principal lo constituía aparentemente la carencia de capital.
Casi nadie calculó cuanto dinero era necesario para mejorar la tierra y para mantenerse hasta que
el trabajo diera frutos, y por ello llegaron rápidamente a la bancarrota. La ayuda enviada por las
sociedades de Jibat Tzion fue escasa desde el principio y nula después de poco tiempo.
Se hizo necesario recurrir a quien pudiera socorrer a las colonias. Es aquí donde aparece en
nuestra reseña la figura del Barón Edmond de Rothschild. Con su obra e intervención se hace
palpable el contraste entre la visión y la realidad de la Primera Aliá. Entre la visión de una
colonización que sería punta de lanza de una realización nacional y la realidad cotidiana de
inexperiencia, clima inhóspito y falta de capital.
El barón Rothschild, de la rama francesa de la famosa familia de banqueros, era un filántropo,
pero de un tipo fuera de lo común: podría ser definido como un filántropo con una idea nacional. El
Barón vio en el intento de crear una colonización judía en Eretz Israel una vía posible de seguir
para solucionar el problema de las multitudes judías en Europa Oriental. El modelo de las colonias
era importante para el futuro, y por ello decidió invertir en ellas importantes sumas de dinero.
Para tener una idea: durante aproximadamente 20 años el Barón Rothschild invirtió de su fortuna
personal 1.600.000 libras esterlinas (una cifra enorme para la época). Durante el mismo período el
movimiento Jibat Tzion logró reunir para ayudar a las colonias la suma de 80.000 libras.
El sistema de apoyo que impuso el Barón Rothschild en las colonias tiene sus aspectos positivos y
negativos. El sistema fue uno de tutelaje, en el que los colonos se convirtieron en asalariados del
Barón y sus funcionarios. Los administradores del Barón, llegados de Francia y poseedores por lo
común de una actitud de condescendiente superioridad hacia los colonos, impusieron nuevos
métodos de cultivo y administración. Introdujeron el cultivo de frutales, especialmente la vid, en las
colonias y cimentaron la industria vitivinícola de exportación al fundar dos grandes bodegas en
Rishon le-Tzion y Zijron Yaakov. Trataron de diversificar la base económica de las colonias, al
introducir el cultivo de plantas para perfumes, la cría de gusanos de seda y la fundación de una
fábrica de botellas de vidrio.
Estos últimos intentos fracasaron eventualmente, pero son símbolos de la versatilidad y seriedad
con que el barón y sus empleados pusieron manos a la obra.
Con toda esta acción los administradores del Barón le dieron a la obra de colonización una base
económica estable. Sin embargo el sistema de tutelaje que impusieron convirtió a los colonos en
un grupo dependiente, carente de toda capacidad de decisión. Los olim se convirtieron en
asalariados del Barón, que recibían pago por cuotas de trabajo y producción decididas de
antemano y no por la cantidad y calidad del producto agrícola, y sin relación con los precios del
mercado. La actitud de superioridad de los administradores y el sistema de subsidio creó muchos
resquemores y tensiones entre estos y los colonos. No faltaron las "rebeliones" y las peticiones al
Barón. Este era un filántropo pero también un individuo duro, que exigía obediencia total. Toda
queja o apelación era mal vista y considerada un acto de malagradecimiento.
Los administradores también introdujeron influencias francesas en las colonias. Muchos viajaron a
estudiar y perfeccionarse en Francia y no todos regresaron. El espíritu de realización personal y
nacional de pionerismo se diluyó en las lecciones de piano y francés que se convirtieron en
símbolo de "bon ton" en las colonias.
Con el pasar del tiempo, las energías y el interés del Barón disminuyeron. Se hizo claro que el
sistema de tutelaje no respondía más a la situación y era necesario un cambio. El Barón decidió
en 1908 trasladar la administración de las colonias a manos de la Jewish Colonisation Association,
por entonces de notoria experiencia en la colonización agrícola judía en la Argentina. Contribuyó a
esa decisión una crisis económica relacionada con el cultivo de la vid y la crisis en sus relaciones
con los colonos.
Con la aparición de la JCA (o PJCA, por Palestine Jewish Colinisation Association) se inicia una
nueva etapa en la historia de la Primera Aliá.
El sistema del PJCA era diferente al del Barón Rothschild. Para PJCA los colonos era judíos
ocupados en un trabajo productivo y no una vanguardia nacional. Para ello era necesario asegurar
su porvenir por medio de una economía rentable. El principio: romper la dependencia con la
filantropía y los fondos de ayuda públicos.
Los colonos recibieron préstamos que debían ser devueltos y la producción empezó a ser pagada
por su valor real. El subsidio al precio de la producción fue abolido. La administración de las
colonias y los campos fue devuelta gradualmente a los campesinos, que recuperaron su
autonomía e iniciativa. Hubo necesidad también de solucionar el problema de obreros
desocupados en las colonias, carentes de tierras y de medios para adquirirlas. Por iniciativa de la
PJCA se fundaron tres colonias en la Baja Galilea para estos obreros: Yavneel, Seyera (Ilania) y
Kfar Tabor. Estas colonias jugaron un papel importante en la absorción de obreros durante la
Segunda Aliá.
En las colonias se introdujeron cultivos nuevos, especialmente los cítricos. La mano dura de
PJCA, que por un lado causó el abandono de las colonias, y aún del país, por parte de aquellos
colonos que no supieron adaptarse a la nueva realidad, contribuyó enormemente al fortalecimiento
de las mismas y a su posterior prosperidad.
Una evaluación preliminar de la obra de la Primera Aliá la hemos hecho al comienzo. A ello
debemos agregar otros aspectos importantes a nuestro juicio. En las colonias y en las ciudades
comenzó a desarrollarse la educación y la cultura hebreas. El uso del idioma hebreo comenzó a
ser cotidiano. A ello está ligado el nombre de Eliezer Ben Yehuda. Se desarrollo la prensa hebrea
(los periódicos Hatzvi, Haor, Hashkafá, etc.). Asimismo se hicieron los primeros intentos de
organizar instituciones políticas para la comunidad judía de Eretz Israel, intento que no prosperó.

¿Cuál fue el legado de la Primera Aliá?


La Primera Aliá sentó las bases de una sociedad judía moderna en Eretz Israel, tanto en la ciudad
como en el capo. Creó las bases de la educación hebrea moderna y el uso del idioma hebreo
como idioma nacional.
Creó la primer red de colonias agrícolas basadas en el trabajo personal, y fundamentadas en el
trabajo como ideal social.
La Primera Aliá legó a las aliot posteriores también problemas que no supo resolver, o que no
estuvo en condiciones de resolver. Uno de ellos era el problema de los obreros no judíos en las
colonias. Esto trajo como consecuencia la lucha por la conquista del trabajo, una de las banderas
enarboladas por los jóvenes de la Segunda y la Tercera Aliá.
Los problemas del abandono del país y de la la tierra, herencia del tutelaje baronial, no fueron
resueltos. Habían colonias que necesitaban con urgencia gente nueva. Las diferencias sociales
dentro y entre las colonias también eran agudas. Se hacía necesario el influjo de sangre nueva e
ideas nuevas, de un nuevo camino. A principios de siglo la obra de la Primera Aliá estaba agotada.
Hacía falta una nueva fuerza social que empujara adelanta la obra nacional de la Realización
Sionista.

Unidad 04: La Segunda Aliá


El curso analizará, desde una perspectiva histórica, los distintos significados que adquirió el concepto de Realización
(Hagshamá), las características de las distintas expresiones del ideal sionista (a través de la aliot) y su evolución hasta el día de
hoy, y concluirá con un análisis del concepto contemporáneo de Hagshamá.

La Segunda Aliá: pioneros socialistas "reinventan" una sociedad nueva


Ellos dijeron: "No es suficiente hablar de Sión y de la Tierra de los
Patriarcas, porque hay que quitar piedras y cavar una cisterna y arar y
sembrar. Hay que trabajar".
Natan Alterman,
"La gente de la segunda aliá"
En 1904 comenzaron a llegar a Eretz Israel "olim" de otro tipo. Un tipo nuevo, que trajo consigo un
sueño, una leyenda, grandes proyectos, utopías sociales. Así comenzó la "Segunda Aliá". Los
años: 1904-1914; la Primer Guerra Mundial puso fin al proyecto.
Antes de describir a los olim, su ideología y sus logros, haremos hincapié en las causas que los
empujaron a la Aliá a Eretz Israel. Recordemos que a principios de siglo todavía estaba en su
apogeo la emigración a los Estados Unidos y Canadá, a la Argentina y a Europa Occidental.
En 1904 falleció prematuramente Herzl, el fundador del Sionismo Político, dejando a la
Organización Sionista huérfana de liderazgo y al borde del cisma en torno a la proposición de
Uganda, aquella extraña oferta británica de encauzar la emigración judía hacia el territorio colonial
en Africa Oriental (motivada entre otras cosas por el deseo de liberarse de una inmigración judía
que provocaba rechazo en gran parte del público inglés). Muchos de los olim de 1904-5 llegaron
con el propósito de manifestar su oposición al "Ugandismo" con hechos concretos: el
establecimiento en Eretz Israel, como única alternativa nacional.
Los "pogroms" desatados en Rusia en 1903, en Kishiniev y en Homel especialmente, crearon una
sensación de "shock" y de urgencia, especialmente entre los jóvenes que vieron destrozadas sus
esperanzas de una posible integración en una Rusia liberada de la opresión zarista y democrática.
No solo la violencia y la crueldad manifestada por los pogromistas causó la convulsión, sino la
pasividad demostrada por la mayoría del público judío que provocó una profunda sensación de
humillación. No es casualidad que entre los olim encontremos a muchos de los jóvenes
organizados en grupos locales de autodefensa, que fueron los únicos prácticamente que se
enfrentaron a los pogromistas y que fueron perseguidos por ello por la policía zarista.
En 1905 estalló en Rusia una revolución de corte democrático y liberal, con tonos emancipatorios
para los judíos. La revolución fracasó, envuelta en las malas intenciones y artimañas del régimen
al que no se atrevió a abolir.
El fracaso de la revolución y las agresiones cometidas contra los judíos y la desilusión ante el
incumplimiento de las metas mínimas, como igualdad de derechos y apertura de la zona de
Residencia Judía, llevaron a muchos jóvenes a emprender el camino a Eretz Israel.
Numéricamente, la Segunda Aliá es semejante a la Primera: alrededor de 33.000 olim. La mayoría
de los olim se parecía al tipo de los que precedieron en la Primera Aliá y durante los años del
Yishuv Antiguo. Las tendencias de modernización y tradicionalismo se siguieron manifestando.
Muchos de los olim sencillamente se agregaron a las comunidades religiosas ultraortodoxas,
algunos se sumaron a las colonias agrícolas de la Primera Aliá y la mayoría engrosaron el número
de habitantes judíos de clase media de Jerusalem, Haifa y Yaffo. Entre los llegados a la ciudad de
Yaffo se encontraban los fundadores de la primera ciudad hebrea de la Era Moderna: Tel Aviv. Sin
embargo los que otorgaron a la Segunda Aliá sus características especiales, y con los cuales la
época está inequívocamente identificada, fueron los integrantes de un grupo no muy numeroso -
quizás 2.000 o 3.000 - de jóvenes revolucionarios e idealistas. Ellos son la "Segunda Aliá" por
excelencia y a ellos dedicaremos gran parte de esta ponencia. Es en ellos en que se expresa con
más fuerza y convicción el concepto de "Hagshamá" y donde adquiere su connotación personal,
social y nacional al unísono.
Antes de detenernos en este grupos especial, vale la pena referirnos a la obra de continuidad y
afianzamiento que se manifestó en los años de la Segunda Aliá. Ya señalamos el establecimiento
de la primer ciudad hebrea, Tel Aviv, que comenzó con la fundación del barrio Nevé Tzedek por la
sociedad "Ajuzat Bait". En las ciudades se desarrolla con más ímpetu el comercio, las artesanías e
incluso el sector bancario. Aumenta el número de obreros, asalariados, muchos de ellos de entre
los miembros del Yishuv Antiguo.
La agricultura judía continuó afianzándose, como ya lo destacamos anteriormente, gracias a la
obra de la PJCA. Al traslado de la responsabilidad de la administración de los predios y las
colonias a manos de los agricultores - como en el caso de la creación de la Cooperativa de
Viticultores en Rishon le-Tzion y Zijron Yaakov - ayudó definitivamente a su arraigo y prosperidad.
La introducción de ramos agrícolas nuevos, como el de los cítricos, fue otro paso en usa dirección.
Otro paso importante en la realización del concepto nacional se dio en el campo educativo-
cultural. Se desarrolló y afianzó una red escolar hebrea moderna, diferenciada de la tradicional
que se llevaba a cabo en el "Jéder" y el "Talmud Torá ". un papel destacado en este terreno lo
tuvieron las sociedades "Alianza Israelita Universal" fundada por judíos franceses y "Ezra", iniciada
por judíos alemanes.
Hacia 1908 la educación en idioma hebreo se había impuesto en las colonias. En las ciudades la
situación era más compleja y el hebreo debía competir con el alemán y el francés. El intento de
arraigar la educación hebrea se convirtió entonces en una meta de realización nacional en la que
los maestros y profesores hebreos fijaron un rol dirigente. La implantación del idioma hebreo y la
educación hebrea se convirtieron en meta primordial de una elite cultural de maestros que
definieron y ejecutaron esa meta.
En 1914 estalló la "guerra de idiomas" relacionada con el idioma de enseñanza en el Instituto
Superior Tecnológico de Haifa (el futuro "Tejnión"). Este había sido fundado por la Sociedad Ezra,
que colaboró enormemente en el desarrollo de la educación en Eretz Israel, y fundó colegios en
los que la enseñanza era impartida en hebreo y alemán. Pero cuando en 1913 la sociedad "Ezra"
decidió que la enseñanza de la ciencias y las materias tecnológicas serían impartidas en alemán,
estalló una rebelión de maestros, liderada por el Sindicato de Maestros fundado en 1903
("Histadrut ha-Morim", el primer gremio establecido en Eretz Israel).
La decisión de enseñar en alemán tenía su lógica pedagógica y práctica, pero estaba en abierta
contradicción con las aspiraciones nacionales de los miembros del Yishuv Jadash. Su lucha se vio
coronada por el éxito. El resultado realizador de esta se hace evidente, y es un hito más en la
zaga realizadora del sionismo. El resultado concreto fue la erección de una red educativa hebreo
independiente, dirigida por un consejo de educación público. O sea, que las tendencias de
Hagshamá que comenzaron en los años de la Primera Aliá se siguieron manifestando durante la
época de la segunda. Pero, como ya lo señalamos anteriormente, lo que es destacable en la
Segunda Aliá no son las tendencias de continuidad sino las de cambio, lideradas por el grupo de
jóvenes idealistas y revolucionarios que le otorgaron el nombre. Esas tendencias trajeron fuerzas
nuevas, distintas de aquellas que la precedieron.

¿Quiénes son los exponentes de esa nueva fuerza, ese nuevo ideario, que llegaron a
Eretz Israel desde 1904 en adelante?
La mayoría pertenecían a familias de clase media, de la Zona de Residencia Judía en el Imperio
Ruso. Carecían de profesión y ocupación concretos y de educación formal. La mayoría eran muy
jóvenes, entre 18 y 25 años y solteros. Creían en las ideas de boga por aquellos años en el
Imperio Ruso entre jóvenes intelectuales de su edad y status: la revolución socialista.
No eran muchos, algunos miles, y en las colonias judías nunca fueron más de mil. La proporción
de "iordim" (emigrantes que abandonaban Israel) en este grupo era mayor que en cualquier otro. A
pesar de ello, y quizás gracias a ello, sentaron las bases del movimiento obrero judío en Eretz
Israel, de la colonización cooperativa, de los partidos obreros y de las organizaciones de ayuda
mutua y de seguridad social relacionados con ellos. Más aún, de su seno surgió la capa dirigente
que lideró al Yishuv judío de Eretz Israel en los años de la lucha por la creación del Estado de
Israel.
El movimiento que crearon no se parece a otros en el mundo, porque no surgió de la tradición
obrera y del seno de la clase obrera, de un desarrollo social "natural", sino que fue el fruto de la
elección y el libre albedrío. En gran medida podemos decir que fue creado de una realidad social
inexistente, que hubo necesidad de "inventar".
La elección comenzó en el momento que prefirieron emigrar a Eretz Israel y no a los Estados
Unidos; cuando decidieron quedarse en el país contra viento y marea, a pesar de que las
tendencias de abandono en el seno de su propio grupo eran más fuertes que las de permanecer.
Por último, eligieron ser parte del movimiento obrero. Formaban un grupo ideológico que otorgaba
a las ideas un sentido práctico. Sus ideas era una síntesis de socialismo, idealismo y sionismo.
No estaban hechos de un solo molde y formaron grupos y partidos que compitieron entre sí. En
1905 fue fundado el partido "Hapoel ha-Tzair", de ideas cooperativistas y realizadores, pero no
socialista. En 1906 fue fundado el partido "Poalei Tzion" que trato de fusionar marxismo y
sionismo, y había un grupo apartidario, al que jocosamente llamaban el "partido apartidario". Pero
tenían también mucho en común, y el común denominador más importante era el concepto de
"Hagshamá". Para ellos el deber de la realización es personal y significa una decisión personal. La
unía también la idea de una misión común como movimiento y como clase. A pesar de su escaso
número, y de los fracasos personales incontables, este pequeño grupo estaba convencido que el
sionismo no tiene fundamentos sin obreros; sin movimiento obrero y sin clase obrera. Y el
movimiento obrero es el que tiene que ser el pionero, el guía, el mentor del movimiento nacional.
En su ideal ellos veían una sociedad nacional guiada por los principios del trabajo y la justicia
social.
Lo interesante es que estos utopistas eran también hombres y mujeres de acción. Por ello fueron
protagonistas, participantes y por último dirigentes de la obra de realización nacional.
La realización de la misión nacional estaba íntimamente ligada a la realización nacional. De ello
surgió el pionerismo de la Segunda Aliá, que tuvo su continuación en las aliot siguientes y en los
movimientos juveniles de Israel y la Diáspora.
Los pioneros de la Segunda Aliá enarbolaron dos banderas principales. La "conquista del trabajo"
(Kibush ha-Avodá) y la "conquista de la seguridad" (Kibush ha-Shmirá).
La "conquista del trabajo" se refiere a la conquista del trabajo hebreo en las colonias judías. Según
su concepción de mundo era inadmisible que la obra de construcción nacional - y así era
interpretado el trabajo en las colonias -esté en manos de constructores extraños, en este caso los
obreros agrícolas árabes, baratos, accesibles durante las temporadas de siembra y cosecha, y
acostumbrados al clima duro y las jornadas largas.
En la ideología de la Segunda Aliá, una sociedad nacional debe ser construida por los miembros
de la nación. Paradójicamente, y en cierta forma, estaban en favor de la explotación de judíos por
judíos y no de árabes por judíos.
Sin embargo la distancia entre las aspiraciones a la realización era muy grande. Al exigir empleo
en las colonias se toparon con la realidad de las colonias. El choque fue entre generaciones y
entre ideas. Entre jóvenes socialistas y agricultores aburguesados. Entre secularistas y
tradicionalistas. Los colonos no entendieron a ese grupo de jóvenes de ambos sexos,
especialmente a las muchachas, que vinieron a hacer revoluciones y a vivir en comunas, y
trataron de alejar a sus hijos de su influencia "nefasta". Casi que no hubo vínculos matrimoniales
entre los miembros de los dos grupos. Pero hubo también factores objetivos. Los colonos debían
demostrar a PJCA responsabilidad y rentabilidad. Un obrero árabe era un 40% más barato que un
obrero judío, y era más ducho en el trabajo. Tampoco tenía ideas rebeldes y no venía a hacer
revoluciones.
Los jóvenes de la Segunda Aliá veían a los colonos con el desdeño con que se mira a los
aburguesados que se olvidaron de las metas nacionales.
Este es el punto en que la lucha de los más jóvenes fracasó. Los obreros judíos no lograron
romper la barrera del extrañamiento cultural y el interés económico. Aquí es donde apareció la
figura de Arthur Rupin para salvar su obra y encauzarla a nuevos rumbos.
Desde 1908 Rupin estaba al frente de la Oficina de Eretz Israel de la Organización Sionista. Por
esa época, ante el fracaso del Sionismo Político de Herzl, la Organización Sionista comenzó a
apoyar al Sionismo Práctico (o sea, el que promovía la colonización y la aliá por sobre la actividad
diplomática). Rupin apoyó la erección de nuevos barrios como Neve Tzedek, que se convirtió en
Tel Aviv; promovió la adquisición de tierras y la ayuda a los jóvenes de la Segunda Aliá. El fracaso
del intento de la conquista del trabajo empujó la búsqueda de nuevas soluciones. De aquí surgió la
idea de la colonización cooperativa. La idea no era simple para los jóvenes de la Segunda Aliá. Si
iban a establecerse en colonias propias, ¿cómo iban a llevar a cabo la lucha de clases?
Rupin fundó cerca del lago de Tiberíades una "granja nacional" (Kineret) en la que los obreros
recibirían entrenamiento como agricultores previo a su propio establecimiento. Conflictos con el
director de la granja los empujaron a exigir de Rupin poner a su disposición una parcela la cual
cultivarían en base a principios comunitarios socialistas. Rupin accedió al pedido y este fue el
primer paso para la creación de la "Kvutzá" (grupo).
La primer Kvutzá se organizó en Degania, cerca de Kineret, en 1910. Degania surgió entonces
como una solución a las necesidades de los obreros y al deseo de Rupin de otorgarles una mayor
independencia, y también como una expresión de las ideas utopistas y socialistas de los obreros
de la Segunda Aliá; guiados por las ideas de Yosef Busel, el líder de la Kvutzá en Degania.
La realización personal y nacional comenzó a tomar forma concreta.
El otro aspecto en el cual la Segunda Aliá fue pionera fue en el tema de la seguridad (Kibush ha-
Shmirá). De la misma forma que promovieron el trabajo y su conquista, partieron de la premisa
que la seguridad debe estar en manos del pueblo y no de extraños. La fundación de la sociedad
"Hashomer" (El Guardia) fue la consecuencia de esta concepción. La lucha por la conquista del
trabajo y la seguridad le dio al sector obrero un rol decisivo en la lucha por la realización nacional
judía. Los logros concretos durante la segunda aliá fueron relativamente pequeños pero los
antecedentes creados en el campo de la colonización, la seguridad, la organización política y la
pléyade de líderes que surgió - Ben Gurión, Ben Tzvi, Sprinzak, Ber Katzenelson, Taben Kin y
otros - le dan a la Segunda Aliá un lugar especial en la historia de la Hagshamá sionista.

Unidad 05: La Tercera Aliá


El curso analizará, desde una perspectiva histórica, los distintos significados que adquirió el concepto de Realización
(Hagshamá), las características de las distintas expresiones del ideal sionista (a través de la aliot) y su evolución hasta el día de
hoy, y concluirá con un análisis del concepto contemporáneo de Hagshamá.
El concepto de Hagshamá cristaliza
"Una aliá masiva, desordenada y sin preparación previa, será una catástrofe para los inmigrantes
y para nuestra patria que renace". Esta cita es de un memorandum oficial del comité de Creación
Sionista de agosto de 1919, que exigió detener la ola de olim y les demandaba espera hasta que
las condiciones se hicieran apropiadas, o sea, la primera ola de olim que llegó a Eretz Israel al
finalizar la Primera Guerra Mundial lo hizo en gran medida en contra de la posición oficial de las
instituciones sionistas.

La Primera Guerra Mundial separa claramente entre dos épocas importantes de la obra de
realización sionista en Eretz Israel.

Hacia el fin de la Guerra, Gran Bretaña hizo pública la Declaración Balfour, que otorgó
reconocimiento a las aspiraciones sionistas. El status del movimiento sionista cambió radicalmente
en el ámbito internacional, y también en el seno del Pueblo Judío.

La declaración no le otorgó a los judíos el derecho sobre Eretz Israel, pero si el derecho a
construir en ella un hogar nacional. La Liga de las Naciones ratificó la Declaración Balfour al
otorgar a Gran Bretaña el Mandato sobre Palestina, y de esa forma le dio reconocimiento
internacional. La conquista de Eretz Israel por parte de Gran Bretaña cambió dramáticamente la
posición del sionismo y también del movimiento nacional árabe, un reconocimiento que les era
negado a ambos durante el dominio del Imperio Otomano. La Organización Sionista Mundial
recibió reconocimiento oficial como representante de las aspiraciones nacionales del Pueblo
Judío.

Durante la Tercera Aliá, que comienza en 1919 y finaliza en 1923, notamos signos de continuidad
y de cambio, como ocurrió en las anteriores. Pero los cambios son muchos más notorios. Durante
el período de la Tercera Aliá llegaron unos 36000 "olim", número escaso y más bien frustrante,
tomando en cuenta las posibilidades que se abrieron, la situación de los judíos en el mundo, y el
entusiasmo que despertó la Declaración Balfour. Las posibilidades eran inmensas, y el mismo Max
Nordau, el último colaborador de Theodor Hertzl, presentó un plan para la Aliá inmediata de
600000 judíos, que fue rechazado por el liderazgo sionista. Los temores y las aprensiones, y la
situación objetiva en Eretz Israel fueron obstáculos demasiado grandes. Pero de los 36000 olim
llegados, un 40 por ciento eran jóvenes de un corte muy especial, que constituyeron la columna
vertebral de la Aliá, y que ejecutaron de modos diversos y creativos el concepto de Hagshamá.

Uno de los cambios importantes que trajo la Tercera Aliá es que empujó definitivamente a la
Organización Sionista a jugar un rol de liderazgo en la tarea de "Hagshamá". La O.S.M asumió así
el liderazgo del Pueblo Judío en el ámbito político, cultural y económico.

Otro cambio importante se dio en el campo de la creación de instituciones del Yshub judío de
Eretz Israel, en el marco del Mandato británico. Instituciones elegidas en procesos democráticos
que abarcaron a la mayoría de los integrantes del Yshub judío.

El último aspecto, y es el que nos ocupará especialmente, es el del movimiento obrero y sus
instituciones. O sea, el marco social y político creado en torno, y a veces en conflicto, con la
Histadrut, la Organización de Trabajadores Hebreos en Eretz Israel.

La Histadrut, creada en 1920, como cuerpo representativo de los obreros judíos de todas las
profesiones, era una organización comprehensiva. Sus miembros no eran solo obreros agrícolas
como en la Segunda Aliá, sino también trabajadores urbanos, intelectuales y todo aquel que
trabajaba sin explotar el trabajo del prójimo. Pero no era solo un sindicato o gremio, sino que
adjudicó tareas en el orden nacional: en el asentamiento agrícola, en la defensa y la seguridad, en
la cultura, en la promoción de la Aliá y en la creación de fuentes de trabajo. La Histadrut pretendió
ser la vanguardia en la creación de una sociedad nueva.

Aquí tenemos que recordar que en el mismo seno de la Organización Sionista se desarrolló una
polémica acerca del papel que debe jugar la misma en la tarea de reconstrucción nacional. En
esta polémica triunfó la línea liderada por Jaim Weizmann, el presidente de la Organización, que le
otorgaba un papel centralizador y prioritario en la obra de construcción. Dado que los fondos a
disposición eran relativamente escasos, se hizo necesario crear un orden de prioridades. La
mayoría de los fondos fueron destinados a la colonización agrícola.

Los candidatos naturales a la obra de colonización eran los jóvenes obrero llegados al país en la
tercera Aliá. De esa forma la mayoría de las colonias erigidas y de los montos invertidos, lo fueron
en el marco de la colonización cooperativa, promovida por el movimiento obrero.

Esos jóvenes de la Tercera Aliá fueron los que, con su entusiasmo y dedicación, impusieron a los
veteranos de la Segunda Aliá la unión del movimiento obrero en el marco de la Histadrut. Ésta fue
fundada por 4433 jóvenes que participaron en la convención de fundación en Haifa en 1920. Hasta
entonces el movimiento obrero estaba compuesto por los partidos que competían por cada uno de
los obreros en el país: Ajdut Havodá (la fusión entre poalei zion y los apartidarios) y Hapoal
Hatzair. La rivalidad entre los partidos y sus líderes fue mitigada por la insistencia de la gente de la
Tercera Aliá de cooperar y crear una institución que reúna a todas las fuerzas del movimiento. La
Histadrut fue fundada con la intención de convertirla en el vehículo de Hagshamá por excelencia.
Aquí el aporte de los líderes de la Segunda Aliá fue definitivo. Ellos se veían si mismos y al
movimiento obrero como portadores de un rol nacional fundamental: ser los encargados de
ejecutar la obra de reconstrucción nacional, ser los pioneros de la Hagshamá sionista. De esa
forma la Histadrut se convirtió en una institución con tres círculos concéntricos: una unión de
partidos políticos, una unión de gremial y una institución de Hagshamá, que se adjudicó el papel
de crear una sociedad nacional nueva, construida sobre bases socialistas.

La Histadrut trató de erigir una sociedad autárquica en la que el obrero no tenga ninguna
necesidad de recurrir al mundo exterior. Por ello debía ocuparse de todos los terrenos: trabajo,
cultura, educación, colonización, Aliá, difusión del idioma hebreo y también seguridad y defensa.
La utopía de crear una comuna general de todos los obreros en Eretz Israel fue representada en el
Gdud Haavodá, (el "batallón de trabajo"), a nombre de Yosef Trumpeldor, al que nos referiremos
más adelante.

Las utopías sociales no se concretaron en su totalidad, pero tuvieron en sus partes expresiones
importantísimas por su significado nacional. La Histadrut inició colonizaciones agrícolas, construyó
barrios obreros en las ciudades, organizaciones cooperativas de producción y distribución,
servicios sociales como los fondos de seguro médico y asistencial, y su propia res educativa, la
corriente de educación obrera. Todas esas instituciones se convirtieron en vehículo de Hagshamá
social y nacional. Y junto a todo ello creó la organización de defensa nacional, la "Haganá". La
perla de la corona de la "sociedad de trabajadores", que se creó ("Jevrat ovdim") fue sin duda la
colonización cooperativa. Allí se concretó el esfuerzo, y fue también el símbolo y el mito del
movimiento obrero.
La colonización, el vehículo de Hagshamá, se hizo en dos formas: el kibutz, cuyo prototipo fue Ein
Harod y el moshav, representado por Nahalal. El primero fue el símbolo de la colonización
colectivista. El segundo, la cooperativa que combinaba elementos privados.
En el movimiento cooperativo actuaron tres tendencias: la primera y la más radical estaba
representada por el Gdud Haavodá (El Batallón de Trabajo), que pretendió crear una comuna
general de los obreros en Eretz Israel. La idea fue rechazada por la Histadrut, ya que la idea
representaba una alternativa al modelo que estaba desarrollando la segunda.
La segunda tendencia estaba representada por el "kibutz", (la "kvutzá" grande), o sea, una unidad
económico-social colectiva de grandes dimensiones. La idea del kibutz presuponía que éste debía
ser autárquico, en lo económico, social y cultural. Se trata de una comuna grande, independiente
de las presiones del mercado libre.
La idea del kibutz abierto significa que éste se abre el mundo exterior, interviene en sus problemas
y aporta soluciones. Esta apertura y participación, así como su compromiso total con los
problemas y aspiraciones de la nación, convirtieron el kibutz (especialmente al movimiento
kibutziano Hakibutz Hameujad) en un protagonista de primera fila en las luchas por la creación del
Estado de Israel, en todos los terrenos: el liderazgo político, militar, educativo y social. Hablamos
de una elite comprometida que llevó a cabo en forma intensiva el concepto de Hagshamá.
El otro modelo colectivista está representado por la kvutzá, pequeña e íntima, basada en la
selección, destinada a armonizar entre el individuo y el grupo. Esto provocó un alejamiento de las
luchas políticas. La intención de la kvutzá era redimir al individuo en una sociedad en decadencia.
Junto a estos dos estilos se desarrolló un tercero, el de los kibutzim de "Hashomer Hatzair" ("La
Joven Guardia") que era una especie de síntesis de la pasión revolucionaria del Gdud Haavodá, el
participacionismo político del Kibutz Hameujad y el esteticismo elitista de la kvutzá íntima. Los
miembros de Hashomer Hatzair, surgida en Galitzia (Polonia) eran hijos de la burguesía judía
acomodada, y trajeron a Eretz Israel las ideas de avanzada del mundo cultural asimilacionista en
el que se criaron. Éste era un grupo de jóvenes que buscaban la Hagshamá personal en el trabajo
de la tierra, y que veían en la Hagshamá nacional un vehículo de redención personal.

La tercer tendencia en la colonización está representada por el moshav, que trató de combinar la
iniciativa privada con tendencias de cooperativismo.
Hacia 1925 el movimiento cooperativo y comunitario sumaba 26 kibutzim y kvutzot, 17 grupos en
preparación para sumarse a la colonización y 7 kibutzim urbanos (en total 2684 miembros). A ellos
se suman 5 moshavim. La idea de Hagshamá personal y nacional comenzaba a adquirir formas y
espíritus.

Unidad 06: La Cuarta Aliá


El curso analizará, desde una perspectiva histórica, los distintos significados que adquirió el concepto de Realización
(Hagshamá), las características de las distintas expresiones del ideal sionista (a través de la aliot) y su evolución hasta el día de
hoy, y concluirá con un análisis del concepto contemporáneo de Hagshamá.
La Burguesía Nacional encuentra caminos nuevos - La Cuarta Aliá (1924-1928)
La Cuarta Aliá comenzó a arribar a Eretz Israel en 1924 y finalizó luego de una aguda crisis
económica y moral en 1929. En realidad los años de la Aliá fueron de mediados de 1924 a
mediados de 1926. Ésta fue la primer aliá masiva y la primera en que la pequeña burguesía judía
de Europa Oriental, especialmente de Polonia, hizo un aporte importante a la obra de construcción
del Hogar Nacional Judío. En 1925 llegaron al país unos 35000 olim{ y en total más de 60000.
Como consecuencia de la ola inmigratoria la población judía aumentó de 100000 a 180000 almas.
1925 fue también el primer año en que Eretz Israel se convirtió en el destino preferido por
emigrantes judíos.
La Cuarta Aliá no fue producto de un plan preconcebido, sino que está caracterizada por la
espontaneidad. Hasta tal punto que a mediados de 1924 la Organización Sionista pidió al gobierno
del Mandato autorizar una cuota pequeña de olim. De acuerdo a las directivas del Libro Blanco de
1922, que fijó limitaciones a la aliá como consecuencia de los tumultos de 1921. Según dicho Libro
Blanco la aliá estaba condicionada a la situación económica del país, en realidad a la capacidad
de absorción de la comunidad judía. Los olim fueron divididos en dos categorías principales:
"capitalistas" (poseedores de un capital mínimo de 500 libras esterlinas) y "obreros". Los primeros
podían emigrar sin trámites especiales y limitaciones. Respecto de los "obreros", cada 6 meses se
fijaba una cuota por los funcionarios del gobierno, después de una serie de consultas y
discusiones con la Organización Sionista.
¿Qué motivó el despertar de ésta aliá? Podemos afirmar que la motivación fue consecuencia de
factores negativos. Uno de ellos fue la presión antisemita y la política anti judía del gobierno
Polaco, relacionada con la política económica del ministro de finanzas Ladislaw Gravski (por ello la
aliá fue apodada "Aliá Gravski"). Las medidas económicas que instituyó comprendían una serie de
discriminaciones contra los judíos y que llevaron a la bancarrota a muchos miembros de la
pequeña burguesía judía de Polonia y los empujaron a abandonar el país.
Las presiones antisemitas no constituyeron de por sí un motivo para elegir la aliá a Eretz Israel. En
esos casos el destino preferido por los emigrantes eran los Estados Unidos. Pero entre 1922 y
1924 este país decretó limitaciones severa a la inmigración (la política de "cuotas" inmigratorias).
Esta decisión fue la expresión del regreso norteamericano a la política de "aislamiento" típico de la
época de postguerra. Contribuyó a ello una opinión pública temerosa de un cambio en la
constitución étnica de la población y del deseo de preocuparse "primero de lo nuestro".
En 1924 se cerraron las puertas de la inmigración a los Estados Unidos, y Eretz Israel se convirtió
en forme natural en destinos "aceptable".. Pero es importante destacar que sin el trabajo previo y
los fundamentos creados por las aliot anteriores, junto a los productos de la Declaración Balfour y
la actividad de gobierno británico hasta entonces, esta opción no hubiera podido ser viable.
La mayoría de los olim se establecieron en las ciudades, especialmente en Tel Aviv. Con ella entró
al país un flujo importante de capital (cerca de 12 millones de libras esterlinas). El dinero fue
invertido especialmente en el ramo de la construcción. Ello trajo un aumento drástico en el precio
de los terrenos, en los salarios y se inició una especulación desconocida hasta entonces en
terrenos y propiedades. Se abrieron también algunos establecimientos industriales (textil, aceites,
cemento, una planta de fosfatos en el Mar Muerto y una usina hidroeléctrica, que representaron el
comienzo de la industria en el país. También hubo inversiones en la agricultura, en particular en
cítricos y se fundaron algunas colonias.
Los años 1924-1925 se caracterizaron por el auge económico, que fue seguido por una aguda
crisis hasta fines de 1927. En los años de auge se produjo un cambio social muy importante: se
hizo presente la burguesía como vehículo de construcción y desarrollo. Dio la impresión que los
"capitalistas" eran los que tomaban las riendas de la realización sionista. Hubo quienes dijeron que
aquí comenzó el papel pionero de la burguesía.
En la Cuarta Aliá hace la aparición el movimiento revisionista, liderado por Zeev Jabotinsky. El
movimiento obrero recibió esta aliá con ambivalencia. Junto a la satisfacción de ver llegar por fin
una inmigración masiva, no vio con buenos ojos sus costumbres y estilos burgueses. La Cuata
Aliá también representaba una alternativa social, que podía reemplazar al movimiento obrero
como foco de la realización sionista. Las tendencias sociales y políticas de los olim despertaban
recelo. La inversión especulativa e improductiva, el agio de terrenos y propiedades eran vistos
como como un intento de transplantar a la Diáspora con todos sus defectos y lacras, en el seno de
Eretz Israel. Esta sospecha era compartida por una parte importante del liderazgo sionista. Jaim
Weizman lo expresó en forma aguda y precisa al declarar en el Congreso Sionista de 1924 que
tiene interés de erigir una "nueva Nalewki" en Eretz Israel. Nalewki era una famosa calle en el
barrio judío de Varsovia, abarrotada de pequeños comercios y tiendas. Para los sionistas, un
símbolo de la desdeñada "galut" (exilio). Para quienes estaban construyendo el país, y llevando a
cabo la Hagshamá Sionista, "Nalewki" era el símbolo del pasado que debe ser rechazado.
Las esperanzas de prosperidad y desarrollo de 1924-25 fueron rápidamente reemplazadas por la
crisis y el desaliento. Las crisis fueron externas. El Zloti polaco fue devaluado en la misma época
en que la libra esterlina aumentó su valor. Los olim recibieron mucho menos libras por su dinero y
esto desató la crisis. Se redujeron las inversiones, muchos no pudieron pagar sus deudas, los
especuladores quebraron, y se produjo un gran desempleo. El desempleo provocó la emigración.
En 1927 llegaron 3000 olim y 5000 abandonaron el país. También quebraron empresas
importantes de la Histadrut, como la de la construcción "Solel Boné". Parecía que toda la obra de
Hagshamá se desmoronaba.
Pero justamente esta crisis de la burguesía nacional reforzó la confianza en sí mismo del
movimiento obrero. Estaba claro que no existía una alternativa real de iniciativa privada en la obra
de construcción nacional. Se impuso, casi definitivamente, la fórmula que combinaba la colección
pública de fondos junto al movimiento obrero como realizador.
En 1928 comenzó la reparación, gracias al arribo de fondos públicos recientemente recolectados.
Para resumir: durante la Cuarta Aliá, en la década de los años 20 se afianzó definitivamente la
obra de realización sionista.
Se crearon las instituciones de autonomía nacional bajo el Mandato, y el Yshub judío de Eretz
Israel tomó las riendas de su destino. Se desarrolló el sector urbano del mismo y se afianzó la
colonización cooperativa.
El movimiento de kibutzim y moshavim se amplió y se organizó en organizaciones territoriales.
En 1927 se fundó el Kibutz Artzí de Hashomer Hatzair y el Kibutz Hameujad, que asumió un rol
fundamental en la obra de Hagshamá, en los terrenos de la colonización, la defensa y el liderazgo.

Unidad 07: La Quinta Aliá


El curso analizará, desde una perspectiva histórica, los distintos significados que adquirió el concepto de Realización
(Hagshamá), las características de las distintas expresiones del ideal sionista (a través de la aliot) y su evolución hasta el día de
hoy, y concluirá con un análisis del concepto contemporáneo de Hagshamá.

Bajo la sombra del Nazismo - La Quinta Aliá


Los años de la Quinta Aliá fueron formativos en una medida sin precedentes hasta entonces. La
población judía creció de 195.000 (según el censo de 1931) a 472.000 en vísperas de la Segunda
Guerra Mundial.
Los años 1933-36 se destacan por el arribo de 170.000 olim. En 1935 solamente llegaron 65.000,
más que en todos los años de la Cuarta Aliá. La faz del Yishuv judío de Eretz Israel cambió en
forma absoluta. Tel Aviv se convirtió en una ciudad de 145.000 habitantes. La actividad económica
y el uso de electricidad, por ejemplo, aumentaron más de tres veces. La importación de capital
también fue sin precedentes.
La Quinta Aliá está identificada con los olim de Alemania, a pesar que estos constituyeron no más
del 20% de los mismos. Si agregamos los llegados de Austria y Checoslovaquia, también de
cultura alemana, llegamos a un 25% del total. El resto vino de Europa Oriental, especialmente de
Polonia.
La contribución de estos olim en el campo de la cultura, la industria, le comercio y la banca, la
medicina, la arquitectura, las pautas de consumo en la ciudad, y la colonización agrícola fue tal
que toda la Quinta Aliá recibió el apodo de "Aliá de los Yekes" (asimismo el apodo que recibieron
los olim alemanes).
Los judíos alemanes fueron el primer grupo importante llegado de un país que era el más
desarrollado de Europa. La mayoría pertenecía a la clase media (a diferencia de los olim de
Europa Oriental, que formaban parte de la pequeña burguesía). Los judíos de Alemania llegaron
de un medio ambiente cultural y nacional con el que estaban permanentemente identificados, a
diferencia de los judíos de Europa Oriental, provistos de una cultura propia, alienada del medio
ambiente, y por lo tanto más propensos a adaptarse con facilidad a las nuevas condiciones. Los
judíos alemanes provenían de una cultura que consideraban propia y a la que añoraban. De aquí
que el Yshuv judío de Eretz Israel comenzó a ser una sociedad más heterogénea en la que
empezaron a manifestarse conflictos sociales de inmigración, como por ejemplo el conflicto entre
"veteranos" y "recién llegados".

Las causas y características de la Quinta Aliá


Podemos afirmar que desde los años 70 del siglo 19 comienza un período de emergencia para el
pueblo judío, El antisemitismo, la política antijudía de gobiernos en Europa Oriental, la Primera
Guerra Mundial y la Revolución bolchevique en Rusia, provocaron, en forma directa o indirecta,
grandes presiones sobre los judíos, y fueron factor importantísimo de cambio. Pero si estos
factores pusieron un signo de pregunta en la continuidad judía, en los años 30 de nuestro siglo
significaron un peligro real a la nueva existencia de los judíos. Con el ascenso del fascismo y
especialmente del nazismo, junto a la intensificación de las tendencias antisemitas en Europa
Oriental, se produjo un cambio fundamental en la situación de los judíos. Ahora bien, en forma
paradójica, esta sensación de emergencia significó una época de florecimiento de la obra de
realización del sionismo.
La presión del nazismo y del fascismo condujeron a la necesidad urgente de emigrar. Esta
necesidad se confrontó con la realidad de puertas cerradas o apenas abiertas en los países de
inmigración clásicos. Desde 1924-5 los Estados Unidos dejaron de ser el país de inmigración por
antonomasia para los judíos, no solo los de Alemania, perseguidos por el régimen Nazi, sino
también para los judíos de Europa Oriental, especialmente de Polonia.
En estas circunstancias, Eretz Israel se convirtió en el destino preferido - aunque sea por
eliminación - de la inmigración judía. En números absolutos, Eretz Israel absorbió más inmigrantes
judíos que los Estados Unidos y en total arribaron a la primera un tercio de los judíos que
emigraron. De no ser por las limitaciones impuestas a la Aliá por las autoridades mandatorias, en
la segunda mitad de los años 30, la mayoría de los inmigrantes judíos hubieran llegado a Eretz
Israel.
Pero también en Eretz Israel los acontecimientos se desarrollaron de tal forma que pusieron en
peligro a toda la obra de realización del Hogar Nacional Judío. Como consecuencia de la
influencia de Italia y Alemania en la región, el surgimiento de países árabes independientes y la
Aliá Judía masiva, estalló en Eretz Israel una rebelión árabe que se prolongó de 1936 a 1939. Fue
esta una rebelión nacional desde el punto de vista de su organización, disciplina y alcance, junto a
manifestaciones de violencia asesina, brutalidad y destrucción.
Esta rebelión tuvo una enorme influencia sobre la obra de realización del movimiento sionista.
Como consecuencia de la rebelión árabe, el gobierno inglés designó una comisión de
investigación, a cargo del Lord Peel que recomendó dividir el país en dos Estado, uno judío y otro
árabe, con un enclave británico en Jerusalem conectado a la costa. De haber sido aceptada, esta
recomendación significaba el fin del Mandato Británico. Pero fue demasiado prematura, si
tomamos en cuenta la situación geopolítica de 1939. La oposición árabe a la idea de partición -
que el gobierno británico estuvo a punto de aceptar - causó su rechazo, porque ante la inminencia
de la guerra, Gran Bretaña necesitaba asegurar la faz en su retaguardia. El factor numérico árabe
fue decisivo en la toma de la decisión. En el seno del Movimiento Sionista la proposición despertó
acalorados debates, que eventualmente se volvieron académicos. Los británicos adoptaron en
1939 un "Libro Blanco" que prometía la finalización del Mandato en un plazo de 10 años, la
creación de un estado con mayoría árabe, y que condicionaba la Aliá a la aprobación árabe. Eso
significaba un camino de regreso respecto de la Declaración Balfour y la Carta del Mandato.
Todos estos retos provocaron un redoble de los esfuerzos de realización a estos esfuerzos nos
referiremos a continuación.
Como señalamos anteriormente la mayoría de los olim se estableció en las ciudades,
especialmente en Tel Aviv, Jerusalem y Haifa. Sin embargo siguió desarrollándose la colonización
agrícola privada, que había comenzado a manifestarse durante la Cuarta Aliá. El ramo de cítricos
cobró un enorme impulso y creció en más de un 50%. Colonias agrícolas como Gan Yavne, Even
Yehuda, Kfar Yoná y Kadima fueron erigidas con capitales privados sin ayuda de las instituciones
nacionales. También aquí los judíos alemanes jugaron un papel interesante al fundar Kfar
Shmariyahu, Ramot Hashavim, Shavei Tzion y Naharia. A pesar de no haberse ocupado jamás de
la agricultura con el mismo espíritu idealista de los pioneros de las aliot anteriores. Justamente la
colonización y la adquisición de tierras por parte de las instituciones nacionales se frenó en forma
notable por la carencia de fondos debida a la crisis económica de los años 30 en Estados Unidos y
Europa. Con todo la obra no se detuvo completamente y fueron fundados una serie de moshavim
y kibutzim que engrosaron las colonias existentes hasta entonces. Se destaca en este aspecto la
colonización de Emek Hefer, cercana a Natania en la zona del Sharon, en la que fueron fundadas
17 colonias.
La rebelión árabe obligó también a cambiar la concepción general de la colonización. Hasta
entonces en todo lugar en que era posible adquirir tierras, se fundaba un kibutz o un moshav. La
posibilidad de la creación de un Estado Judío, seguir las recomendaciones de la Comisión Peel
también trajo un cambio en la concepción. Ahora se necesitaba crear colonias defendibles ante los
ataque árabes y que también comenzaran a conformar los límites de un futuro estado. En este
caso la Hagshamá se convirtió en parte de una estrategia nacional de colonización y defensa.
Para llevar a cabo esta estrategia se fundaron a lo largo de los años 30 y 40 establecimientos que
fueron apodados "torre y empalizada" (Jomá u-Migdal) y que consistían en un perímetro de 35m x
35m rodeado de una empalizada de madera rellena de piedras y una torre de vigilancia y
viviendas para los pioneros. Esta colonia debía ser erigida en un tiempo mínimo para poder
repeler un ataque inmediato y prevenir su evacuación por los británicos. Durante los tres años de
la rebelión árabe fueron erigidas 52 colonias según el modelo de Jomá u-Migdal; desde Dan y
Dafna en el norte, cerca de la frontera con el Líbano, hasta Shaar ha-Neguev y Kfar Menajem en
el sur. El esfuerzo principal fue invertido en tratar de asegurar el límite de norte y noroeste. Para
ello fueron erigidos Ein Guev, Masada y Shaar ha-Golán frente a la costa oriental de lago de
Tiberiades (Kineret) y Hamita, Eilon y Shanei Tzion en el límite con el Líbano. En este esfuerzo
participaron todas las corrientes políticas del movimiento sionista, desde Hashomer ha-Tzair hasta
los movimientos religiosos y revisionistas. Otro terreno, íntimamente ligado al movimiento de
Hagshamá, es el de la inmigración "ilegal". Desde el momento que el gobierno británico impuso
limitaciones a la Aliá, los movimientos realizadores tomaron a su cargo organizar la aliá de todo
judío que quisiera hacerlo. De esta forma surgió el movimiento titulado "Haapalá" e hebreo (o Aliá
Bet, o ilegal) que no siempre contó con el apoyo del liderazgo sionista, por temor a despertar la ira
gubernamental, lo que provocaría la limitación más grande aún de la Aliá "legal". La Haapalá
organizada comenzó en 1934, cuando el movimiento Hejalutz trajo al país 350 olim en el barco
Vilus. Hasta 1938 llegaron pocos olim de esta forma, pero cuando se hizo claro que la política
británica era de limitar en forma drástica la aliá, la Haapalá cobro vigor. Se fundó el "Mosad le-Aliá
Bet" (Institución de Aliá "Ilegal") que trajo 16 barcos con olim hasta el estallido de la Segunda
Guerra Mundial. En total llegaron hasta entonces 20.500 olim con el movimiento de Haapalá.
Como vimos es esta ponencia, las nuevas necesidades y la nueva realidad trajeron como
consecuencia una revisión y renovación del concepto de Hagshamá.

Unidad 08: La Independencia


El curso analizará, desde una perspectiva histórica, los distintos significados que adquirió el concepto de Realización
(Hagshamá), las características de las distintas expresiones del ideal sionista (a través de la aliot) y su evolución hasta el día de
hoy, y concluirá con un análisis del concepto contemporáneo de Hagshamá.

Realización y colonización durante los años de lucha por la independencia


En los años de la lucha por la independencia de Israel, época de emergencia y enrolamiento, el
esfuerzo nacional colectivo determinó el destino del pueblo judío. La colonización realizadora
coronó ese esfuerzo.
Durante los años 30 se llevaron a cabo distintos proyectos colonizadores. Hubo colonias de olim
alemanes, que como ya lo señalamos, no se remitieron exclusivamente a las ciudades. Se trataron
de ejecutar proyectos de colonización que podemos llamar subsidiaria. Así lo fue el intento de
establecer 1000 familias de obreros agrícolas en las colonias veteranas. No se logró alcanzar ese
número, pero de todos modos se la tituló "La colonización de los mil". El esfuerzo principal fue
invertido en la colonización de "torre y empalizada". Esta se caracterizó por el rol estratégico que
jugó, y estaba destinada a garantizar los límites de un estado judío de creación inminente, por lo
menos de acuerdo a las recomendaciones de la Comisión Peel de 1937. Al ser rechazada la idea,
en 1939, se encomendó a este tipo de colonización el papel de salvaguarda de las zonas en las
que era evidente la ausencia de población judía. La colonización jugó desde entonces un rol
político por antonomasia.
Como lo señalamos en la ponencia anterior, durante los años 39 la colonización se concentró en
la zona norte del país. Asimismo se erigieron algunos establecimientos con el propósito de
asegurar vías de comunicación, como Maalé ha-Jamishá en el camino a Jerusalem.
En la erección de establecimientos nuevos participaron todos los componentes del Yshuv judío de
Eretz Israel: olim de Alemania, Bulgaria, Polonia, Estados Unidos, movimientos juveniles pioneros
del país y del exterior. Todas las corrientes políticas estuvieron representadas. La colonización se
convirtió definitivamente en el símbolo y la consecución de la idea de Hagshamá.
Al estallar la Segunda Guerra Mundial continuaron las mismas tendencias de desarrollo de la
economía del país y en la colonización. A diferencia de la situación durante la Primer Guerra
Mundial, en que se paralizó el desarrollo del país y se contrajo la población judía, durante la
Segunda Guerra la última aumentó en algún grado y se benefició de un gran desarrollo
económico.
Este desarrollo estuvo conectado con la presencia militar británica masiva, a causa de la guerra.
Las necesidades del ejército británico impulsaron el desarrollo de la industria y de la agricultura.
Entre 1937 y 1943 se duplicó el número de empresas industriales y el producto se multiplicó por
cinco.
El nivel de vida del Yshuv judío aumentó. Una de las paradojas trágicas de la historia judía fue que
mientras millones de judíos eran perseguidos y asesinados en Europa, los judíos de Eretz Israel
gozaban de una prosperidad sin precedentes.
Durante los años 1940'47 continuó la obra de Hagshamá en un ritmo similar al de años anteriores.
Se fundaron 84 nuevas colonias, la mayoría de ellas en la zona sur del país, que gozó de
preferencias. De nuevo según las necesidades y planes estratégicos del movimiento sionista.
Entre 1930 y 1947 fueron erigidos los fundamentos demográficos del Hogar Nacional Judío. En
1930 había en Eretz Israel 180.000 judíos, en 1939, 450.000; y en 1948, 650.000.
Este fundamento cuantitativo fue erigido sobre el fundamento cualitativo creado durante las
Segunda y Tercera Aliot. Aquí no hubo innovaciones, sino un desarrollo intrusivo y amplio de lo
ideado y realizado en años anteriores, que fueron los formativos.
Se destaca aquí el peso específico de la iniciativa pública en la obra de Hagshamá nacional. En
este aspecto siguió jugando un papel único el movimiento obrero. La formula empleada: iniciativa
pública, financiada con fondos nacionales y realizada por el movimiento obrero.
Esto permitió el afianzamiento y la victoria de los años 30 y 40 que acabó con años de conflicto y
de lucha con las autoridades británicas, y especialmente con el movimiento nacional palestino.
Fueron necesarias las energías nacionales organizadas para que fuera posible medirse con la
situación de emergencia de los años 40. Toda la experiencia acumulada desde los años de la
segunda Aliá, pasando por las primeras colonias colectivas, por la Histadrut, por los cuerpos de
auto-defensa, por los movimientos realizadores de la Tercera Aliá, y demás, fueron reclutados
para enfrentarse con la nueva situación y para salir adelante.
Y para la reflexión: la fuerza fundamental en el proyecto de Hagshamá fue el movimiento obrero,
con sus ideas de una sociedad nueva, basadas en ideas colectivistas, cooperativistas y
socialistas. En este aspecto el éxito del movimiento obrero fue relativo, más bien escaso.
Su éxito más importante fue en el aspecto nacional. Al ponerse al servicio y al frente de las metas
nacionales, con los instrumentos de la Hagshamá, el movimiento obrero se convirtió en el ente
realizador y movilizador del esfuerzo nacional judío en Eretz Israel. La gente y los dirigentes que
puso al servicio de ese esfuerzo y sus metas fueron los que llevaron a cabo la obra de realización
nacional.

Unidad 09: La Epoca Aluvional


El curso analizará, desde una perspectiva histórica, los distintos significados que adquirió el concepto de Realización
(Hagshamá), las características de las distintas expresiones del ideal sionista (a través de la aliot) y su evolución hasta el día de
hoy, y concluirá con un análisis del concepto contemporáneo de Hagshamá.

La época aluvional: La Hagshamá en los primeros años del Estado de Israel


Durante la época de la Segunda y la Tercera Aliá se definió el concepto de Hagshamá y se trató
de darle forma. En su realización participaron todos los sectores del Pueblo Judío, así como en la
lucha por la creación del Estado de Israel. El movimiento obrero, los movimientos clandestinos,
nuevos inmigrantes, la diáspora judía, los habitantes de las ciudades, etc. tomaron parte en esa
lucha.
Hasta la creación del Estado de Israel la Hagshamá fue instrumento de la estrategia sionista. Con
la formación del estado, este se convirtió en el marco y el instrumento de la Hagshamá. Con ello
se concretó la meta de poseer la soberanía sobre la obra de construcción nacional. Durante los
años del Mandato Británico se llevó a cabo una discusión constante en torno a las dimensiones de
la Aliá, sobre las posibilidades de adquisición de tierras, importación de capitales, etc. desde la
declaración de la independencia, todos estos temas pasaron al control del Estado.
Asimismo, el estado comenzó a tener a su disposición fondos con los cuales el Yishuv Judío de
Eretz Israel y la Organización Sionista no contaban anteriormente, hasta 1948 los fondos
disponibles eran fruto de la importación de capitales privados. Desde 1948 la mayoría de estos
fondos fueron nacionales, ya fuera donados por judíos de la Diáspora, o indemnizaciones pagadas
por Alemania desde fin de los años 50, o en forma de asistencia otorgada por el gobierno de los
Estados Unidos.
Entre los años 1948 y 1953 llegó a Israel un flujo de Aliá sin precedentes. Por ello hemos titulado
esta ponencia como la "época aluvional". El estado sionista pudo así concretar su ambición de ser
refugio de judíos perseguidos por la opresión o la pobreza.
En 1948 llegaron a Israel 100.00 olim; en 1949, 250.000. Hasta 1951, 700.000. En tres años,
entonces, se duplicó la población del país. Gran parte de esta Aliá estaba formada por refugiados
de los campos de concentración nazis, y de judíos que huyeron de los países árabes.
La mayoría de estos olim fue absorbida en las ciudades. Antes que nada, en las ciudades
existentes, en las que desde los primeros días de la inmigración sionista existió una población
judía importante: Tel Aviv, Jerusalem, Haifa, etc. otros fueron a ciudades evacuadas por la
población árabe: Lod, Ramla, Acco, etc.
El otro tipo fueron las "ciudades en desarrollo". Estas se convirtieron en el instrumento de
colonización nacional, después del establecimiento del Estado de Israel. Por ello fue importante
desarrollar fuentes de trabajo, que no podían ser únicamente agrícolas.
La gran ola de Aliá se interrumpió en 1953, y se reanudó en 1955 con la llegada de 70.000 olim.
Aquí termina la primera etapa de la época aluvional (Esta se reanudará a principios de los años 70
y de los años 90). Termina también el gran reto de la absorción masiva de olim, con sus luces y
sombras, cuyos ecos se sienten hasta hoy en día en la realidad política y social de Israel.
Durante los primeros años del Estado se siguió desarrollando en forma masiva la colonización
agrícola. En cuatro años fueron erigidas más de 300 poblaciones agrícolas, la mayoría de ellas
moshavim (más de 200).
Antes de 1948 la colonización agrícola estuvo dirigida por los kibutzim. Los moshavim nuevos
fueron poblados en su mayoría por olim de Asia y del Africa.
Al revisar la obra de Hagshamá llevada a cabo por el Movimiento Sionista y el Estado de Israel,
llegamos fácilmente a la conclusión que es una empresa prácticamente sin parangón en la era
moderna.
También las dimensiones de la absorción de inmigrantes, ya sea en términos absolutos o
relativos, es sin precedentes, tomando en cuenta también el breve lapso de tiempo empleado.
Esta obra de Hagshamá, como lo señalamos anteriormente, no estuvo exento de problemas y dejó
tras de sí también una secuela de frustraciones y resquemores, con las cuales se mide hoy en día
el Estado de Israel. esperamos sea este el tema de un próxima plática.
Unidad 10: La Epoca Aluvional (II)
El curso analizará, desde una perspectiva histórica, los distintos significados que adquirió el concepto de Realización
(Hagshamá), las características de las distintas expresiones del ideal sionista (a través de la aliot) y su evolución hasta el día de
hoy, y concluirá con un análisis del concepto contemporáneo de Hagshamá.

La época aluvional (II): La aparición de la brecha comunitaria


En nuestras ponencias anteriores centramos nuestra discusión en el desarrollo y la aplicación del
concepto de "Hagshamá".
Al referirnos a los años de la Aliá masiva, a los que apodamos con el adjetivo "aluvional",
mencionamos la aparición de problema inherentes – quizás deberíamos decir típicos – a la misma.

En Israel nos referimos a la aparición de conflictos de índole social, cultural, económica y religiosa
que fueron consecuencia del encuentro entre tipos de culturas y organización comunitaria
diferentes, característicos de las distintas diásporas judías. Estos problemas tienen también
relación con los diferentes estadios de desarrollo de los países de origen de los "olim". En 1948, la
mayoría absoluta de los judíos que habitaban el recién nacido Estado de Israel eran de origen
europeo-ashkenazí- en 1967, más de la mitad de los habitantes judíos eran de origen oriental-
sefaradí. ¿Qué motivó la venida de esas olas inmigratorias del Norte de Africa y del Medio
Oriente?
El Sionismo, como otros movimientos nacionales, fue producto de procesos de modernización que
se desarrollaron en Europa. Ante el desafío del antisemitismo y los nacionalismos locales, los
judíos optaron por la emigración (especialmente a los EEUU) o al Sionismo. Las apariencias
indicaban que esos procesos no fueron típicos de las comunidades judías orientales, y entonces
se trató de explicar la Aliá masiva de estas comunidades con motivaciones de otro tipo. Para
algunos el mero hecho de la creación de Israel despertó en ellos el deseo de liberarse de la
"opresión de la diáspora", y creó la posibilidad de realizar sueños mesiánicos-religiosos
ancestrales. Para otros fue producto de un complot orquestado por los dirigentes sionistas par
aumentar la población del país contra la voluntad y los intereses de los olim.
Las apariencias de los olim orientales, sus costumbres, y los conflictos despertados por su llegada
podrían corroborar cualquiera de estas explicaciones. Pero una mirada más detenida al trasfondo
que motivó las olas inmigratorias de los judíos de países islámicos no permitirá apreciar que el
factor principal es idéntico al que motivó las aliot europeas: los procesos de modernización que
afectaron a los países de origen.
Los procesos de modernización dieron origen a los movimientos nacionales en los países
islámicos, y los estados nacionales que surgieron bajo su liderazgo pusieron a las minorías étnicas
y religiosas en una situación difícil. En los países islámicos la lucha de liberación fue llevada a
cabo contra potencias colonialistas y la mayoría de las minorías en el Medio Oriente y el Norte de
Africa fueron identificadas como aliadas de los colonialistas. En este ambiente se desarrolló la
conciencia nacional judía y el sionismo. Su conflicto con el nacionalismo palestino condujo a que
los judíos fueran vistos como enemigos de la nacionalidad árabe.
Israel por su parte – interesada en aumentar su población – tenía un interés claro en fomentar la
Aliá de los países islámicos. De esta forma, las minorías judías de estos países se vieron en la
necesidad o el deseo de emigrar, especialmente durante el primer decenio de la existencia de
Israel. Parte de ellos emigró a países desarrollados de Europa y América, y el resto se dirigió a
Israel. La mayoría de los judíos de Argelia y de Egipto, cerca de la mitad de los judíos de Túnez y
un tercio de los de Marruecos se dirigieron a Francia, Canadá y otros países, o sea, no todos
prefirieron Israel.
¿Cuáles fueron los factores que demarcaron las pautas de emigración? Aquí juegan
consideraciones personales, familiares y fuerzas externas que influyen sobre el emigrante en
potencia. De todos modos, queda pendiente todavía la pregunta: ¿Cómo es que tantos de los
judíos orientales prefirieron dirigirse a Israel? ¿Libre albedrío, cumplimiento de sueños atávicos, o
manipulación sionista?
Los procesos de modernización que desató el colonialismo moderno, causaron olas de
inmigraciones internas, especialmente de los sectores rurales a las ciudades (urbanización).
Aquellos que vieron sus fuentes de existencias diezmadas por la modernización, buscaron
alternativas en la ciudad. Estos procesos comenzaron a principios de siglo, e incluyeron a la Eretz
Israel mandatoria, a la que llegaron judíos del Yemen, de Siria, Líbano y de Kurdistán.

Un vistazo al judaísmo marroquí


En Marruecos vivía en 1948 la comunidad judía más grande de los países islámicos: 220.000
almas. Marruecos estaba bajo dominio francés directo desde 1912. Como consecuencia de la
conquista francesa el país comenzó a sufrir la influencia de procesos de modernización. Algunos
sectores de la población judía prosperaron, pero muchos otros sufrieron de pobreza, de pésimas
condiciones de salud y vivienda. De estos sectores pauperizados, y de pequeños grupos sionistas
organizados, provino la presión en favor de la Aliá a Israel.
Inmediatamente después de la creación de Israel aumentó la tensión entre judíos y árabes y en
algunos tumultos fueron asesinados judíos. Esto aumentó más aún los deseos de emigrar a Israel.
Estos olim, provenientes de los sectores más pauperizados del Judaísmo marroquí, fueron los que
provocaron la impresión más negativa a los ojos de las autoridades y los habitantes veteranos del
recién nacido país. Este encuentro conflictivo, entre un grupo masivo de olim norafricanos –
especialmente de Marruecos – y los residentes de origen europeo-ashkenazó fue el comienzo de
un problema social, que en Israel se denomina el "problema comunitario".
La mayoría de los olim estaba compuesta de los sectores de la comunidad judía que pasaron por
procesos muy tenues de modernización, y que no estaban integrados a la cultura francesa colonial
o a la judía moderna, y que también se habían desconectado del modo de vida judío tradicional.
Estos eran vistos por los funcionarios y la población veterana de Israel con un aire de
condescendencia y superioridad, que rememoraba el estilo empleado por los europeos respecto
de los nativos en los países coloniales.
Que la desilusión de los olim, que convencieron humillaciones y discriminación en sus países de
origen, fue doble: la Aliá involucraba, desde un punto de vista ideológico, el fin de las
discriminaciones. En lugar de ello, se vieron discriminados y categorizados como Aliá
"problemática", "negativa", que no contribuye efectivamente al fortalecimiento y desarrollo del país.

Podemos afirmar que el "problema comunitario" fue una consecuencia directa de la tarea más
importante de la Hagshamá sionista, con la que no tuvo que medirse ningún movimiento nacional:
la unidad nacional, de poblaciones de origen europeo por un lado, y de Asia y de Africa por el otro
)que en sus países de origen, se encontraban a ambos lados de la barrera: por un lado la
población europea, minoritaria y dominante, y por el otro, la población "indígena", mayoritaria y
colonizada).
A ello debemos agregar las angustias y conflictos que acarrea una inmigración masiva y no
selectiva.
La economía, las necesidades demográficas y la visión sionista de reencuentro de diásporas
debían crear una armonía imposible.
Estos conflictos se extendieron en los años 50 a las Aliot de Irak, el Yemen, Kurdistán y del resto
de los países norafricanos.
Las autoridades del país, abrumadas por la ola masiva trató de canalizarla y regularla. Se
comenzó a hablar de Aliá "selectiva" y "regulada". Esta política trajo como consecuencia una
disminución relativa del flujo migratorio. Lo que es importante destacar para nuestra discusión es
las contradicciones y conflictos con los que se debieron medir los veteranos y los nuevos olim.
Las autoridades de absorción consideraban que hicieron más de lo humanamente posible para
absorber una masa de olim paupérrima y problemática; y que invirtieron para ello esfuerzo y
capitales que el nuevo país necesitaba para muchas otras empresas. Su propia experiencia como
olim en otras épocas más difíciles volvieron inmunes al sufrimiento de los olim, ya fueran de
Europa o de los países islámicos. Para ellos, la construcción del país exige una gran medida de
sacrificio personal, y por lo tanto no se pueden hacer responsables de todas las angustias del olé.
Los dirigentes del país, miembros de las aliot pioneras y realizadoras (¡Hagshamá!) estaban
imbuidos de un profundo sentimiento de misión y dispuestos a cualquier sacrificio. Los olim
esperaban encontrarse con un lugar que vale la pena vivir, o por lo menos mejor que el país de
origen.
Aparentemente, la dirigencia del país tenía dificultades en medirse con esta nueva realidad y
siguió tratando de realizar el sueño sionista según su propio modelo de Hagshamá.
En los campos de residencia provisional ("maabarot"), en los barrios pobres y en las aldeas de
desarrollo y poblaciones fronterizas a las que fueron enviados los nuevos olim,, en su mayoría
orientales, se vivía con una sensación cada vez mayor de marginalidad.
Con esta realidad se mide Israel desde sus comienzos. En algunos terrenos, especialmente el
político, se han hecho grandes progresos. En otros, como en el de la educación, hay todavía
mucho camino para recorrer.
Muchos de los fenómenos políticos actuales son reflejo del "problema comunitario". No hay dudas
que hay todavía mucho lugar para reconsiderar y reactualizar el concepto de Hagshamá, en el
cual cada individuo y cada comunidad pueden contribuir su versión personal del mismo.

Unidad 11: Hagshamá Hoy - Algunas reflexiones


El curso analizará, desde una perspectiva histórica, los distintos significados que adquirió el concepto de Realización
(Hagshamá), las características de las distintas expresiones del ideal sionista (a través de la aliot) y su evolución hasta el día de
hoy, y concluirá con un análisis del concepto contemporáneo de Hagshamá.
En las ponencias anteriores hemos tratado de presentar la aplicación del concepto de Hagshamá
en la obra de construcción sionista.
Hemos visto que el concepto fue elaborado específicamente por los movimientos jalutzianos de la
Tercera Aliá, Hejalutz y Ha-Shomer ha-Tzair, que jugaron un rol fundamental durante los años de
la lucha por la creación del Estado de Israel.
En esos años Hagshamá estuvo íntimamente ligada a la obra de colonización y cumplió una
función estratégica primordial durante los años en que se configuraron los límites político-
geográficos del Hogar Nacional Judío.
Sin habiéndolo dicho explícitamente, hemos hecho notar que el concepto de Hagshamá entra en
crisis después de la creación del Estado de Israel y comienza a convertirse en un concepto
anacrónico, que no responde a la nueva realidad social, política y económica de Israel
(específicamente a partir de los años 60). Esto responde a varias causas, la primera, y casi obvia,
es el mismo éxito de la empresa sionista.
Durante los primeros años de le existencia de Israel el concepto de Hagshamá estuvo todavía en
vigencia, ya que había que asegurar los límites del país, y asegurar las zonas fronterizas,
desarrollar la infraestructura económica y consolidar la imagen demográfica del mismo. Aquí es
donde la Aliá masiva de los países musulmanes jugó un papel importante, prácticamente contra su
voluntad y expectativas, hecho que constituyó un factor de primera magnitud en su alienación
respecto de las capas dirigentes y los habitantes "veteranos" de Israel, y que dictó en gran medida
sus preferencias políticas hasta nuestros días.
Pero volvamos por un momento a la Hagshamá (y colonización) en el primer decenio de la
existencia de Israel.
Después de la Guerra de Independencia se abrieron enormes posibilidades a los movimientos
colonizadores y de Hagshamá, especialmente a los "creadores" del concepto: el Kibutz ha-Meujad
y Ha-Shomer ha-Tzair. Esas posibilidades fueron creadas por el influjo masivo de olim,
especialmente de los países del Norte de Africa y de Medio Oriente y por la anexión de grandes
cantidades de tierras laborables, que fueron abandonadas por sus propietarios árabes, o tierras
públicas herencia del gobierno del mandato británico.
Justamente cuando se abrieron estas posibilidades, los movimientos realizadores (magshimim) se
vieron relegados a segundo plano y con ellos el "ethos" de la Hagshamá.
Podemos decir que en gran medida los mismos movimientos realizadores fueron responsables de
verse relegados a ese plano secundario.
Un ejemplo: el concepto de Hagshamá y colonización está íntimamente ligado al movimiento
kibutziano. Al finalizar la Guerra de Independencia se decidió crear inmediatamente 1120 colonias
agrícolas nuevas, para afianzar las fronteras del país, y asegurar la retención de los territorios
recientemente adquiridos (especialmente en Neguev, en la Galilea y en el camino a Jerusalem).
En ese momento estaban a disposición de los movimientos jalutzianos cerca de 50 "garinim"
(grupos iniciadores). O sea que había un déficit importante de personal capacitado para la
colonización (desde el punto de vista agrícola y militar). Ben Gurión y Levy Eshkol sugirieron
organizar garinim entre los soldados recientemente desmovilizados y de nuevos olim.
La idea de organizar garinim de olim fue en forma vehemente opuesta por los dos movimientos
kibutzianos, Ha-Kibutz ha-Meujad y Ha-Shomer ha-Tzair, los portaestandartes de la idea de
Hagshamá (por esa época los dos movimientos formaban parte de un partido político común,
Mapam). Los representantes de estos dos movimientos eran la corriente central del "Centro
Agrícola" (Ha-Merkaz ha-Jaklaí) que organizaba los grupos de colonos. En su operación era
imposible incluir olim sin preparación agrícola y militar previa. O sea, era necesario seguir
formando garinim compuestos por hijos de veteranos en el país y a los olim hay que incorporar a
colonias existentes. Aquí es donde la idea de Hagshamá se confrontó con aspiraciones política y
económicas de los movimientos: el deseo de controlar los recursos económicos de la colonización.

El gobierno, en cuyo centro actuaba el Mapai de Ben Gurión, necesitaban una institución que
organice la colonización. Su única posibilidad era el movimiento de los moshavim, controlado por
Mapai, que por su parte no tenía ningún interés en dejar en manos de la rival de Mapam el control
de la colonización las tierras, cuando ambas estaban en conflicto por el sendero político,
económico y social que debía seguir el país. De esta forma, el movimiento kibutziano realizador
comenzó a quedar relegado a segundo plano en la tarea que le destacó durante los años del
mandato británico.
Los otros motivos fueron la pérdida de las masas de jalutzim potenciales en Europa durante el
Holocausto y el carácter social de la Aliá masiva, que no compartía el ethos socialista y realizador
de los movimientos realizadores.
O sea, cuando aparentemente las oportunidades de ser un factor dominante en la realización
sionista se hacían aparentes, lo opuesto ocurrió para los movimientos que pregonaban la idea de
Hagshamá. En los años 60 y 70 esta tendencia se hizo manifiesta más aún.
Un ejemplo de ello es la lucha - perdida por cierto – que llevaron los movimientos juveniles contra
una tendencia de la juventud de preferir el estilo de vida y concepción de mundo que podemos
catalogar de "americanizada".
Justamente en la Diáspora, en donde siguieron actuando por muchos años todavía los
movimientos juveniles sionistas, se conservó de alguna manera la idea de Hagshamá, por lo
menos hasta fines de los años 70 y quizás principios de los 80.
En Israel quien adoptó de alguna manera la idea, aunque con una característica política
manifiesta, es el movimiento "Gush Emunim", que dominó hasta hace poco la campaña de
establecimiento en los territorios ocupados por Israel en la Guerra de los Seis Días en el 67.
El Proceso de Paz en vigencia en estos días nos dará una respuesta si esta muy particular forma
de Hagshamá, que para muchos solo ha complicado las cosas para Israel, tendrá vigencia, o solo
será un capítulo pasajero de su historia.
De todos modos la Hagshamá al estilo "Gush Emunim" no gozó nunca del consenso general y del
prestigio del que gozaron los movimientos jalutzianos en los años previos al establecimiento de
Israel, y sus actividades han sido altamente criticadas por grandes sectores de la sociedad israelí,
aunque también muy apoyadas, especialmente por los gobiernos encabezados por el Likud.
¿Qué queda de la idea de Hagshamá? No hay duda que la idea, relacionada con la predisposición
a sacrificar el bienestar personal en aras del colectivo y las necesidades de la sociedad, ya sean
políticas, económicas o estratégicas, parece anacrónica. En este mundo individualista, en que
cada uno persigue su realización personal a través del logro económico o intelectual, parecería
que la idea de Hagshamá no tiene ninguna relevancia.
Tampoco hay dudas que la colonización agrícola como factor principal de la renovación y
redención social de Israel ha perdido gran parte de su vigencia. El desarrollo económico, la
revolución informática de nuestros días, para mencionar dos factores, son un testimonio elocuente
de ese estado de cosas.
¿Qué quedaría entonces por hacer?
Aunque parezca paradójico, mucho queda por hacerse. Por una parte la tarea de construcción de
Israel como sociedad y marco digno y deseable para todo el pueblo judío, o ha finalizado. Hay
todavía mucho para crear y mejorar.
Además, los problemas con los que se enfrentan los judíos en el mundo, especialmente los de su
identidad personal y colectiva, requieren todavía una definición. También las relaciones entre
Israel y la Diáspora requieren un diálogo creativo constante.
La Hagshamá puede comenzar, como lo hizo hace casi 100 años, preguntando cuáles son las
expectativa personales frente a la comunidad, Israel, el entorno. Qué papel puede uno jugar para
mejorar su propia comunidad y que tipo de diálogo establecer con Israel. Plantear si la Aliá es
relevante hoy en día es parte de ese diálogo.
La Hagshamá en sus orígenes fue una idea y una realización de y por jóvenes. La pregunta es si
los jóvenes de hoy se van a dejar arrastrar por el presente, por la sociedad de consumo, por el
brillo de la civilización actual, o podrán redefinir sus ambiciones personales y colectivas en algo
nuevo, en algo que es posible concretizar en áreas sociales, culturales, espirituales, como lo
hicieron los movimientos realizadores varias generaciones atrás, cuando se midieron con una
realidad cambiante y desafiante, llena de obstáculos y posibilidades. Al joven judío sionista de
principios de siglo lo asediaban dos posibilidades: la asimilación conformista o la ortodoxia
enquistante. El sionismo le permitió rebelarse contra esas dos tendencias y fue el marco de una
rebelión encabezada por jóvenes.
Los mismos retos siguen existiendo hoy en día. Por ello creemos que el camino de la Hagshamá
seguido por jóvenes judíos hace varias generaciones puede que no responda a las necesidades
actuales, pero la idea de Hagshamá, de autorrealización, no ha perdido de ningún modo su
vigencia y relevancia.

© Departamento de Hagshamá - Organización Sionista Mundial


Fuente Original: http://www.wzo.org.il/es/cursos/hagshama.asp

INDEX

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