Carolina Condominio

Carolina haba nacido con una singular habilidad, reemplazar su corazn; no era un reemplazo fsico, sino, uno espiritual. Desde pequea haba sido enamoradiza, al cumplir los tres aos un da haba llegado a casa gritando eufrica: Estoy enamorada!, estoy enamorada!; pero su amor no duro mucho tiempo, al da siguiente regreso de clase llorosa y sucia, entre sollozos exclamando: El no me quiere!, no me quiere!. As haba comenzado su incontable numero de romances, un da llegaba amando a uno, al otro da ste le rompa el corazn, tres das despus volva con la misma noticia; tena ciclos, en primavera, se enamoraba cada dos das; en verano, cada fin de semana; en otoo, le duraban un da, y en invierno, dejaba de pensar en el amor y se dedicaba a acicalarse. Nunca se comprendi el motivo de tanto romance en su existencia, la nia, que ahora era toda una jovencita, haba aprovechado su singular habilidad, pues segn ella deca: tengo un condominio, muchos cuartos, en ellos un corazn, cuando este se rompe, quemo el cuarto y uno nuevo aparece; su lgica era algo diferente a la de una nia normal, pero ella viva de esa manera sus amoros. Con treinta aos, Carolina no tena pareja estable, oscilaba entre los amores por correspondencia, internet, de una sola noche, hasta los amores que le duraban aos; cada uno de ellos la haba hecho llorar un da y al otro volver enamorarse, su condominio segua acumulndose de ms y ms cenizas. Carolina preocupada por no lograr un amor nico e irrepetible, acudi a terapia, no le detectaron trauma alguno, ni depresin, pero an as, carolina pasaba todos los viernes al consultorio: Vengo a mi consulta deca la mujer a la secretaria, sta que ya la conoca de haca tiempo le negaba el acceso, pero Carolina lograba de una forma u otra colarse al consultorio. No fue hasta mediados de noviembre que se dio cuenta que uno de sus condominios aun solitarios comenzaba a moverse, el terapeuta era completamente su tipo: Usted es mi tipo, salga conmigo; y as haba logrado el nuevo corazn, que como todos los dems, tiempo despus qued reducido a cenizas; pero esa vez todo fue diferente, haba utilizado el ltimo cuarto sin aprovecharlo, el fuego de la ultima habitacin invadi el condominio completo. Carolina se qued sin corazn. FIN