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Equidad y Sostenibilidad: Criterios para una política

universitaria en materia de nuevas tecnologías


y educación virtual

Deny Pirela de Odón


denispirela@cantv.net
Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez
Venezuela

Resumen
Las nuevas tecnologías de información y comunicación están influyendo en el surgimiento
de nuevos roles de la universidad y en la formulación de políticas y estrategias
institucionales que dan una respuesta a una necesidad de orientación, en el campo de la
educación virtual. Se analizan cambios del entorno vinculados a las NTICs, para extraer
criterios asociados con la formulación de políticas del sector universitario en materia de
nuevas tecnologías y educación virtual. Algunos resultados como consecuencia de
investigaciones son, la nueva Ley de Telecomunicaciones, la Fundación Bolivariana de
Informática y Telemática, el Informe sobre las Tecnologías de la Información y la
Comunicación al Servicio del Desarrollo. Se proponen ideas sobre la equidad y la
sostenibilidad de acciones, en la universidad venezolana.
Palabras Clave: Política universitaria, tecnologías de información y
comunicación, educación virtual

Abstract
The new technologies of information and communication are influencing in the sprouting of
new rolls of the university and in the formulation of policies and institutional strategies that
give an answer to a direction necessity, in the field of the virtual education. Changes on
surroundings of NTICs are analyzed, to extract criteria associated with the formulation of
policies of the university sector in the matter of new technologies and virtual education.
Some results from investigations are, the new Law of Telecommunications, the Foundation
Bolivariana de Informatica and Telematica, the Report on the Technologies of the
Information and the Communication to the Service of the Development. Ideas set out on
fairness and sustainability of actions, in the Venezuelan university.
Keywords: University policy, technologies of information and communication, virtual
education
Introducción

Los orígenes conceptuales de la llamada sociedad del conocimiento se remontan a


muchos años atrás, no es sino hasta los años noventa del siglo XX cuando se
popularizan como consecuencia de la coexistencia de una serie de factores, tales
como la liberación de las telecomunicaciones alrededor del mundo, la difusión del
cambio tecnológico propiciado por la unión entre la informática y la telemática o el
logro de estándares a escala global que, conjuntamente, han impulsado una
aceleración de las transformaciones económicas y sociales asociadas a las nuevas
tecnologías de información y comunicación (Jordana y Sancho, 2002).

Estas transformaciones en el entorno, han promovido la participación de gobiernos


regionales para el desarrollo de dinámicas con iniciativas públicas que, en ciertos
casos, han configurado grandes programas de actividades coordinadas que les han
dado más impulso político y más presencia social, mientras que en otros, han
generado acciones aisladas.

En uno u otro caso, se ha hecho necesario formular políticas y planes estratégicos


para el desarrollo de actividades vinculadas a la incorporación y difusión del uso de
las nuevas tecnologías en la sociedad y sus instituciones, lo que Gascó y Equiza
(2002), denominan políticas integrales para la transición a la sociedad del
conocimiento.

En esta sociedad, son numerosos y variados los aspectos que se articulan entre sí,
haciendo imprescindible en las instituciones universitarias, la creación de políticas
que favorezcan el aprovechamiento de las tecnologías con fines educativos.

En este contexto general se enmarca el presente documento que tiene como propósito,
analizar los cambios del entorno vinculados a las NTICs, desde una aproximación
del discurso actual expresado a través de materiales especializados impresos y
electrónicos, propuestas políticas y contenidos expuestos en eventos regionales e
internacionales, para extraer criterios asociados con la formulación de políticas del
sector universitario en materia de nuevas tecnologías y formación virtual y proponer
finalmente, algunas ideas para la discusión del perfil de las nuevas prioridades que
comienza a tomar forma en la universidad venezolana.

El ámbito del conocimiento en la revolución educacional

En la sociedad del conocimiento, el conocimiento representa la fuente principal de


producción, riqueza y poder (García, 1996), y “los trabajadores simbólicos”, término
acuñado por Reich (Silvio, 2000), son los que tratan con información para producir
información, o trabajan con datos para transformarlos en nueva información o en
conocimiento. Los nuevos modelos y conceptos generados, presentan la estructura de
una representación digital que está impregnando el funcionamiento de todas las
instituciones.

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Los beneficios de esta sociedad, particularmente en Latinoamérica, dependen del
nivel de sus infraestructuras de comunicación e información y de la capacidad de
desarrollo ofrecida por sus sistemas regulatorios y económicos. El nivel de las
infraestructuras de telecomunicación es muy diverso, distante de los países
industrializados y con significativas desigualdades estructurales entre áreas urbanas y
rurales (Unión Europea, 1996).

El Programa de las Naciones Unidas (2001), estima que el uso de la Internet aumente
en más del 30% anual; sin embargo, algunos analistas consideran que sólo el 12% de
las personas estará conectado para el año 2005, por el bajo ingreso de los hogares. El
desconocimiento del manejo de Internet y de los artefactos cognitivos, físicos y
tecnológicos de las TICs crea condiciones desventajosas, así como a quienes no
poseen la conectividad, limitando visiones integrales del conocimiento y
oportunidades de información convenientes. No obstante, se cree que la brecha digital
no será eterna, ésta se reducirá en la medida que se amplíen las adaptaciones
tecnológicas y las innovaciones institucionales.

En relación con la educación, Brunner (2001), señala que vivimos una nueva
revolución educacional debido a las transformaciones drásticas y rápidas del contexto
y de los propios fines de la educación. Al respecto, plantea tres aspectos:

1. El conocimiento deja de ser lento, escaso y estable: Desde distintos lugares


del mundo los hombres producen conocimientos y los difunden rápidamente
con la ayuda de Internet. El conocimiento se duplica cada 5 años, situación
que es creíble cuando se observa por ejemplo, que la Universidad de Harvard
duró 275 años para producir su primer millón de volúmenes; mientras que la
producción del último millón duró 5 años. Otro aspecto refiere a la
especialización de las disciplinas; sí las comparamos con lo que se hacía 30
años atrás, observamos que cada vez se han hecho más específicas, al igual
que sus investigaciones. Todo este movimiento en la esfera del conocimiento
propicia una verdadera transformación del contexto en el que se desenvuelve
la educación en general, por lo que es necesario reestructurar las técnicas y los
supuestos que vinculan la educación a los viejos preceptos del siglo pasado.
2. El establecimiento escolar ha dejado de ser el canal único mediante el
cual las nuevas generaciones entran en contacto con el conocimiento y la
información: Los medios de comunicación y las redes electrónicas se han
transformado en grandes colaboradores, competidores o enemigos del
educador, según sea la forma como se les utilice o dejen de utilizarse. Ayer era
la falta de información e inconveniencia para encontrarla, hoy es la
abundancia y la dificultad de develar, en muchos casos, su veracidad.
3. La escuela ya no puede actuar más como si las competencias que forma,
los aprendizajes a que da lugar y el tipo de inteligencia que supone en los
alumnos, pudieran limitarse a expectativas formadas en la época de la
Revolución Industrial: Las nuevas tecnologías de información y
comunicación (NTICs) y la apertura hacia la economía global basada en el
conocimiento, obligan a desarrollar otros saberes y competencias para el
abordaje de la nueva sociedad, llamada por algunos, sociedad de la

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información, del conocimiento o de redes. Se requiere el desarrollo de las
múltiples inteligencias del individuo para resolver situaciones ambiguas y
cambiantes e inventiva para la reconversión de métodos y estrategias de
enseñanza y aprendizajes. Asimismo, se requiere voluntad de la ciudadanía y
en particular de las sociedades en vías de desarrollo para la creación y
activación de políticas educativas, de cara a los retos que imponen los
cambiantes conceptos sobre adquisición del conocimiento, trabajo, empleo,
tiempo libre, entre otros.

Educación Virtual y las NTICs en el ámbito venezolano

Los términos “virtual” y “virtualización” se han popularizado en el ámbito


educativo. Aparece el e-learning o educación virtual, como un nuevo modo de
aprendizaje, complementario al aula y que en muchas ocasiones sustituye la
educación presencial.

En tal sentido, la literatura presenta cierta discrepancia en relación al significado de


lo virtual, palabra procedente del latín medieval virtualis derivada de virtus que
significa fuerza, potencia. Para los efectos de este documento, se asume la definición
propuesta por Levy (1999), filosofo estudioso de la virtualidad, quien considera que
lo virtual es aquello que existe en potencia pero no en acto, es lo que tiende a
actualizarse aunque no se concretiza de un modo efectivo o formal. Lo virtual no se
opone a lo real porque la virtualidad es una forma de realidad; se opone a lo actual,
entendiendo que la actualidad es también una forma de realidad. En síntesis, la
virtualización es la representación electrónica numérica digital de los objetos,
fenómenos y procesos que se encuentran en el mundo real.

Este concepto en el contexto de la educación superior, lo define Silvio (2000), como


la representación digital binaria de los procesos de enseñanza, aprendizaje,
investigación, extensión y gestión, y también de objetos cuyo manejo permite al
usuario, realizar operaciones a través de Internet, tales como: la inscripción e
interacción en cursos electrónicos, la consulta en bibliotecas virtuales.

En tal sentido, el manifiesto mundial sobre Declaraciones y Planes de acción de las


conferencias regionales de educación superior (UNESCO, 1998), incentivó a la
formulación de políticas y planes de acción que conlleven la creación de nuevos
entornos pedagógicos, servicios de educación a distancia, establecimientos y
sistemas virtuales favorecedores de la enseñanza virtual y la formación de recursos
humanos. Igualmente, la Asociación Internacional de Universidades (IAU), ha
propiciado debates sobre la necesidad de generar nuevas teorías y metodologías del
uso pedagógico de las TICs, sus nuevas aplicaciones y herramientas en el nuevo
ambiente que la universidad asume dentro del contexto de la globalización.

En Venezuela, el Ministerio de Ciencia y Tecnología a través del Plan Nacional de


Tecnologías de Información y Comunicación (2001), ha incorporado en sus
lineamientos, políticas y estrategias, un conjunto de elementos que intentan facilitar el
despliegue de una plataforma nacional de tecnologías de información que

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democratizan el acceso a la información y el conocimiento, con el apoyo de diversas
tecnologías y las posibilidades que brinda la Internet.

Esta aspiración de avanzar hacia la sociedad del conocimiento y de la información


demanda capacidad de dirección y gobierno y en consecuencia, voluntad de
entendimiento entre los dirigentes nacionales y la población en general.

Uno de los esfuerzos desde el punto de vista legislativo ha sido la nueva Ley de
Telecomunicaciones que proporciona un marco ajustado a los nuevos tiempos y a la
apertura de las telecomunicaciones; ejemplo de ello se observa en la promulgación
del Decreto N° 825 del 10 de mayo de 2000. Este Decreto, en su Artículo N° 1
declara “el acceso y el uso de Internet como política prioritaria para el desarrollo
cultural, económico, social y político de la República Bolivariana de Venezuela”.
Esta circunstancia propicia la generación de iniciativas que incentivan el espíritu
emprendedor de la población y constituye una fuente permanente de oportunidades
para los distintos sectores del país.

Otra de las iniciativas ha sido la creación de la Fundación Bolivariana de Informática


y Telemática (FUNDABIT), que tiene entre sus funciones ejecutar en toda la
geografía nacional el proyecto “Centros Bolivarianos de Informática y Telemática
(CBIT).” Esta fundación pretende contribuir en la formación integral del individuo a
través del desarrollo de actividades productivas, haciendo énfasis en los procesos de
enseñanza y aprendizaje mediante la incorporación de las tecnologías de la
información y la comunicación.

Por otra parte, el Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD),
presentó el Informe sobre Desarrollo Humano en Venezuela (2002), titulado “Las
Tecnologías de la Información y la Comunicación al Servicio del Desarrollo”, donde
señala que para enero 2002, el número de personas que se encontraban utilizando
Internet era de 1.200.000, mientras que 1.700.000 señalaron haberla usado en el
pasado. Con respecto al patrón de uso de los servicios de Internet, el correo
electrónico y la búsqueda de información, son las principales razones locales que
mueven al venezolano a usar la Red. En atención a las formas de acceso a Internet,
mayoritariamente lo hace a través de servicios privados. Los llamados infocentros son
escasamente utilizados, por lo general, se registra un mayor acceso a Internet desde
los lugares de trabajo o de estudio. Para el año 2000 se reportó un total de 112
centros de navegación de telecomunicaciones entre centros de comunicación
(CANTV), centros de conexión (TELCEL), infocentros (MCT), ciber-cafés
(empresas privadas y otros). Pero lo que realmente llama la atención, es el
incremento de 775 centros de navegación de telecomunicaciones, equivalente a
59,2% de crecimiento que se reporta un año después.

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Si bien el país tiene una trayectoria recorrida en esta materia, también es cierto que
es insuficiente la plataforma existente para impulsar la conexión en todos los sectores
de la sociedad y que a la vez se manifieste en beneficios sociales y económicos
generalizados.

En cuanto a los talentos humanos en TICs, Venezuela está entre los cinco primeros
países del mundo en producción de software de computación, base de las TICs;
según los últimos maratones de programación realizados en Orlando y Holanda. Sin
embargo, el personal que se ha formado hasta ahora es escaso para enfrentar los retos
planteados por la economía digital, el gobierno electrónico y la incorporación de las
TICs en los ámbitos de salud, educación y ambiente, sí lo vemos ante el contexto de
la globalización.

Otros aspectos que se suman son: la fuga de talentos, la carencia de procesos


automatizados, la baja calidad de los servicios al ciudadano, especialmente, en salud,
educación y ambiente. No obstante, se excluye el sector productivo, específicamente
los medios de comunicación impresos y la industria, en el ámbito de las
telecomunicaciones, que sí han sabido aprovechar los beneficios de las NTICs,
incorporando rápidamente sus servicios en línea.

En materia de servicios educativos on line, existen iniciativas locales concretas


concebidas para funcionar a través de Internet que permiten a los profesionales y
docentes obtener titulaciones de postgrado. Todavía no existen en Venezuela los
títulos virtuales, pero no por ello, este tipo de estudios a distancia deja de ser virtual.
Algunas universidades nacionales han estado trabajando en proyectos de
virtualización de la educación con miras a optimizar el proceso de enseñanza y
aprendizaje y delegar en el alumno, la total responsabilidad de adquirir su
conocimiento. Ejemplo de ello lo tenemos en la Universidad Nacional Experimental
Simón Rodríguez (http:www.unesr.edu.ve/), con núcleos en varios estados del país.
Esta universidad tiene una extensión virtual a través de la cual se desarrollaron tres
postgrados: dos en el área de la Tecnología Educativa y Administración de la
Tecnología, en convenio con el Instituto Tecnológico de Monterrey, y un tercero en
Diseño Tecnológico educativo que ha impulsado la propia institución. Otra, es la
Universidad Nacional Abierta (http://www.una.edu.ve), que ha desarrollado
recientemente su propia herramienta de enseñanza aprendizaje en línea (una WEB).
La Universidad Católica Andrés Bello (http://www.ucab.edu.ve), también se destaca
a través de la Unidad Académica del Centro para la Aplicación de la Informática
(CAI), que ha iniciado un proyecto para incorporar las tecnologías de la información
al servicio de la educación a distancia (Universia, 2000).

En general, casi todas las universidades del territorio nacional, sin importar su grado
de desarrollo, se han pronunciado en iniciativas para conformar sus plataformas
tecnológicas y educar sus propios docentes a fin de poder visualizar las
oportunidades que ofrece el medio virtual.

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Consideraciones sobre una política universitaria en materia virtual

Se le ha atribuido a la globalización, como contexto de trasfondo, ser la causa


inminente de una variedad de efectos en el campo de la educación o de la política
educativa, sin embargo, representar el contexto no siempre se traduce en ser la
causa de algo. Por ejemplo, la descentralización de la educación puede ser la
consecuencia de diversos factores que la produzcan, sin que el proceso globalizador
tenga una incidencia relevante. Brunner (2000), es uno de los que piensa que la
educación poco ha cambiado a nivel de las aulas de clase, incluso en aquellas
sociedades más comprometidas con la economía global y los sistemas de
información.

Al respecto, la universidad podría asumir roles protagónicos y sustentar una política


basada en el acopio, en el procesamiento y manejo de la información dentro de una
comprensión estructural en la cual quienes estén vinculados, los recursos tecnológicos
empleados, los servicios, las proyecciones que presenta y la utilización real de dicha
información, ofrezcan una continuidad en el tiempo y en el espacio con criterios de
“equidad” en el acceso a la información y “sostenibilidad” en las acciones
exitosas.

En relación con la equidad, este término se asocia frecuentemente con el concepto de


“igualdad de oportunidades”. Ambos conceptos podrían ser interpretados como
“igualdad de oferta para todos” que implicaría la necesidad de ofrecer una oferta de
servicio, como por ejemplo, la capacitación para el uso efectivo de las TICs a toda
una población universitaria, independientemente de su condición, su clase y su
capacidad de pago.

El problema de la universidad en este aspecto no sería dónde encontrar la información


sino cómo ofrecer acceso sin exclusiones a ella, además cómo enseñar y aprender a
seleccionarla, procesarla y aplicarla para elaborar conocimientos o nueva
información.

Mokate (1999), afirma que la igualdad de acceso se asocia con ciertos aspectos de la
demanda, es decir, garantizar la igualdad de acceso obliga a reconocer que los
demandantes tienen condiciones diferentes asociadas a su capacidad. Estas deben
tenerse en cuenta para que los interesados puedan responder o reaccionar a la oferta u
oportunidad que se les ofrece. Por consiguiente, estas diferencias conllevarían a
hacer arreglos pertinentes para tratar de igualar las condiciones de los demandantes,
a fin de que puedan aprovechar las oportunidades.

Estos arreglos se refieren, por ejemplo, a la facilitación de herramientas tecnológicas


básicas para el desarrollo de estructuras cognitivas, autodescubrimiento personal,
contacto comunitario, entre otras. Igualar el acceso implica que todo miembro de la
comunidad universitaria realice un esfuerzo relativo, aproximadamente igual, para
poder aprovechar el servicio.

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La igualdad de acceso se vincula de manera directa con la calidad del servicio que se
presta, por lo menos en lo que respecta al uso de recursos o insumos para dicho
servicio. En tal sentido, se busca la uniformidad de las características que identifican
el servicio igualando los estándares para el uso de insumos, como por ejemplo, la
disponibilidad y mantenimiento del sistema de la plataforma tecnológica; la
alimentación de la infraestructura con programas de apoyo que garanticen el éxito de
las operaciones en los diferentes contextos: académico, de investigación, de
administración de servicios y de gestión, número de horas a la semana de atención al
usuario, entre otros.

La igualdad de acceso a la información en el ámbito universitario equivale a una


igualdad frente al servicio de educar para el uso efectivo de las TICs. Mokate (1999),
afirma que la igualdad de insumos en el ofrecimiento de los servicios combinada con
la igualdad de acceso, no puede garantizar igualdad en los resultados del servicio, ya
que siempre dependerá de las condiciones en que se encuentre el usuario cuando
acceda al servicio. Esto quiere decir, que el aprendizaje efectivo en el uso y
aplicación de las TICs dependerá de factores externos al sistema del servicio y de los
factores internos o propios del beneficiario.

En síntesis, la política de formación en este ámbito buscaría equidad de resultados e


incorporaría en sus actividades, acciones remédiales para minimizar las diferencias
entre los usuarios, de manera que pueda tener el efecto o impacto esperado.

Con respecto a la sosteniblidad de acciones, es considerada, en el ámbito de los


organismos de financiamiento multilaterales, como la capacidad de mantener un
adecuado flujo de recursos materiales, humanos y financieros que garantizan la
continuidad de los efectos esperados.

El uso y la aplicación efectiva de las TICs en el sector universitario, podría vincularse a


estrategias globales o nacionales de desarrollo e incorporar algunos elementos de los
que propone Mokate (1999), como son: a) el grado de sostenibilidad, que se mide por
el porcentaje de los bienes y servicios iniciados en la acción emprendida, aun después
del agotamiento de los recursos; b) la continuación de la acción en los diferentes
ámbitos y c) la generación de iniciativas sucesivas, como consecuencia de la capacidad
institucional generada por el programa o proyecto.

Desde esta visión de sostenibilidad se analizan los impactos del entorno sobre el
programa en sus variadas dimensiones y se visualiza el entorno intra y extra
universitario como fuente de riesgos. La sostenibilidad surge como consecuencia de
un equilibrio entre la capacidad de reaccionar y la asimilación de lo que el entorno
genera.

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Es importante destacar que en la sostenibilidad, la vulnerabilidad de alguna iniciativa
no siempre está condicionada por una razón financiera, se pueden generar causas por la
interacción entre el entorno y la iniciativa que se realiza. Es decir, la sostenibilidad no
depende solamente del impacto del entorno sobre la iniciativa, sino también de los
impactos de la iniciativa sobre el entorno.

Sugerencias para la formulación de políticas universitarias: las TICs y la


educación virtual

A manera de cierre, y tratando de considerar los criterios de equidad en el acceso a la


información y de sostenibilidad de las acciones, se dan algunas ideas que no pretenden,
en absoluto, agotar las múltiples perspectivas desde las cuales pueden plantearse
políticas y estrategias para el uso provechoso de las TICs y la educación virtual.

 La autogestión de recursos financieros para la creación, desarrollo y


mantenimiento de la infraestructura de una plataforma tecnológica, aulas
virtuales y la contratación de talentos especializados. Una alternativa podría ser
la que propone Muñoz (1996), de hacer producción pedagógica patrocinada por
firmas comerciales.
 El establecimiento de un marco normativo: políticas, reglamentos, estándares en
TICs de manera concertada con los distintos actores involucrados.
 La ampliación de la cobertura del sistema informático en todas las dependencias
y a toda la población universitaria, de manera que los usuarios tengan mayores
opciones y puedan definir sus trayectorias formativas individuales
 Propiciar y divulgar las oportunidades de acceso al sistema en los estudiantes de
hogares más pobres y con necesidades especiales o discapacidades, para lo cual
el sistema deberá establecer patrones de organización.
 La multiplicación y diversificación de contactos entre instituciones educativas
u otras (generación de redes), con las cuales se pueda hacer trabajos
cooperativos para la producción e intercambios de ideas y materiales,
facilitando el aprendizaje colaborativo, interactivo y distribuido.
 La realización de seminarios periódicos con temas de interés desde los más
elementales como las herramientas básicas de un programa hasta temas más
complejos, como la aplicación de un simulador en el estudio de alguna
disciplina. Asimismo, estos cursos podrán tener una duración de horas
variables y ofrecerse a costos módicos accesibles a los interesados, y en casos
excepcionales, de forma gratuita. De esta manera, se estaría propiciando, en
forma directa, la igualdad de acceso a la información y comunicación en el
ámbito universitario.
 Dar a conocer herramientas como editores HTML o VRML, que permitan al
alumno construir y entender fenómenos complejos, por ejemplo software para
modelación tridimensional, diseños arquitectónicos..., así como también
fenómenos para su análisis y manipulación, a través de instrumentos de
visualización como mapas, presentación gráfica de grandes cantidades de datos
y manipulación de modelos a través de los simuladores.

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