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Explorando límites al control punitivo.

Menos derecho penal y más uso de


soluciones alternas a los conflictos.
Dr. Gerardo González Ascencio1

Introducción

El aumento de la criminalidad en nuestro país es un fenómeno que se ha agudizado


profundamente desde los comienzos del nuevo milenio. Independientemente de que
la población que ocupa el territorio nacional haya pasado por otros momentos en los
que también se registraron altos índices delictivos, cabe destacar que hay ciertas
entidades federativas en las que las conductas criminales consideradas como graves
han encendido el foco rojo sobre sus graves impactos, siendo uno de esos casos, lo
acontecido en la Ciudad de México durante ese lapso.

De manera ordinaria, los ciudadanos nos encontramos con noticias que nos dan a
conocer hechos cada vez más violentos, fenómenos antes inusuales que se han
extendido a todos los rincones del país, y lo más preocupante de todo, es que la
población comienza a acostumbrarse y a vivir con las situaciones violentas como si
se tratase de algo natural, asociado al acontecer de la vida diaria en la Ciudad de
México.

Este artículo intenta acercar al lector al estudio y análisis del desarrollo de los medios
alternos para la solución de conflictos penales en nuestro país, como una forma de
fijarle, también, límites al Ius Puniendi. Se trata de un tema fundamental, ya que
partimos, para nuestro análisis, de una reflexión sobre las distorsiones en la
impartición de justicia debidas a la existencia de un sistema de justicia penal basado
en una concepción de justicia inquisitiva,2 que ve a los delitos como acciones contra

1 El autor es profesor-investigador de tiempo completo adscrito al Departamento de Derecho


en la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco y Doctor en Derecho por la UNAM.
2
Caracterizado por un procedimiento escrito, fuertemente burocratizado y por el abuso de la
pena privativa de la libertad durante el procedimiento penal. En él, la Institución del Ministerio
1
el Estado, quien responde construyendo cárceles más grandes y elevando la
punibilidad de los delitos, generando de esta forma un modelo que más que una
reparación o solución para conflicto causado, garantiza el control social y la
reproducción de la conformidad,3 al aumentar su control punitivo y al inhibir el
desarrollo de las acciones autogestoras en manos de la sociedad y el directamente
afectado.

La justicia alternativa busca un nuevo derrotero, de carácter más autónomo y


participativo, pero sobre todo centrado en su carácter humanista. El objetivo es usar
menos al derecho penal, poniéndole límites en su derecho a castigar y, en
contraparte, desarrollando las capacidades autogestoras de la sociedad civil, por
medio de una justicia más abierta a nuevas soluciones al conflicto típicamente penal
y donde el ofensor y la víctima se reúnan para conocer la dinámica del conflicto, y
donde la solución adquiera un carácter cultural constructivo; es decir, donde ambos
lleguen a un arreglo, otorgándose el perdón, para que ambos, tanto víctima como
ofensor, tengan una salida alterna a la tradicional.4

Público monopoliza tanto la acción penal, como la función de investigación (aunque


teóricamente su labor se ve auxiliada por la policía de investigación), razón por la cual, la
confesión alcanza casi siempre un valor probatorio pleno. Frecuentemente ocurre también
que el acusado tiene que demostrar su inocencia ante un órgano jurisdiccional (juez) que
habitualmente delega sus funciones en sus subordinados.
3
Entiendo por control social los recursos de que dispone una sociedad determinada para
asegurarse de la conformidad de los comportamientos de sus miembros a un conjunto de
reglas y principios establecidos, así como las formas organizadas con que la sociedad
responde a sus transgresiones. Puede verse Cohen, Stanley, Visiones de control social; Edit.
PPU, Barcelona, España, 1988, p. 15, y Bustos Ramírez, Juan y Hormazábal Malarée,
Hernán, Lecciones de Derecho Penal (volumen I), Edit. Trotta, Madrid, España, 1997, p. 15.
4
Cuando me encontraba en la redacción final de este artículo, oportunamente apareció una
nota periodística con declaraciones de Rafael Mateos Poumián, titular del órgano encargado
de implementar los mecanismos alternativos de solución de controversias del nuevo sistema
de justicia penal en la Procuraduría General de la República (PGR), en donde afirmaba que:
“Hoy día, tres de cada 10 carpetas se están resolviendo por (ese tipo de mecanismos). La
expectativa es más grande, pero dependerá de varios factores, como la capacidad de
respuesta del órgano, de la cultura hacia dentro de la institución para que el Ministerio
Público derive qué casos pueden tener una salida alternativa, pero también la difusión que
se tenga para que la gente no sólo confíe, sino que lo solicite”. Cfr. Jiménez, Néstor, Hay que
2
Se trata, en consecuencia, de la correcta aplicación de los diversos métodos que
constituyen el universo de la justicia alternativa; por medio de los cuales es posible
formalizar mecanismos para la prevención y el control del delito que ya han probado
ser más eficientes en otras culturas jurídicas que aquellos usados por el sistema
inquisitorial practicado en nuestro país, y en el cual, al acusado le corresponde la
carga de la prueba sobre su inocencia. El uso alterno de soluciones no penales para
el arreglo de los conflictos, además, redundará, por diversas razones, sobre todo de
carácter humanístico, en una reducción a mediano y largo plazo del uso de las
instituciones penitenciarias, que es también uno de los objetivos que se buscan con
la aplicación de estos métodos.5

Este tipo de enfoque se basa en una justicia que pretende restaurar los intereses
entre las partes, como lo son: la reparación del daño y tratamientos encaminados a la
reconstrucción de las relaciones personales, dando lugar a medidas aplicables
dependiendo de la trascendencia del delito cometido; en otras palabras, se trata de
que los ofensores asuman las consecuencias que su conducta delictiva originó, en
proporción a los requerimientos de cada caso en particular.6

En lugar de un internamiento en prisión, el responsable del acto punido se encontrará


cara a cara con la víctima que sufrió su agravio, o con las personas que hayan

borrar la idea de que todo delito debe castigarse con cárcel, Diario “La Jornada”, 26 de
febrero del 2018, p. 19.
5
Sobre todo, a partir de la consideración ampliamente sustentada de que la cárcel, aquí y
ahora, no reinserta, no previene y no corrige al penitenciado.
6
La justicia restaurativa consiste en el establecimiento de un sistema por medio del cual las
partes que se han visto involucradas en un conflicto penal deciden, de manera conjunta,
cómo resolver de forma inmediata (frecuentemente con la participación de una autoridad)
sobre las consecuencias provocadas y originadas por el delito; el sistema que conocemos y
usamos, se llama “justicia retributiva” y consiste, básicamente, en castigar al responsable del
acto punido, privándolo frecuentemente de su libertad, para imponerle una pena equivalente
al daño causado (es decir, retributiva), en función de la estimación subjetiva sobre el bien
jurídico tutelado por el legislador. En este tipo de juicios, los actores principales son el
Estado y el acusado pues la víctima, su familia o la comunidad, frecuentemente ocupan
lugares secundarios.

3
sufrido el daño por la conducta; podrá pedir y obtener el perdón en una sesión
asistida por un mediador o conciliador para llegar al mejor arreglo posible, sin
menoscabar las necesidades e intereses, ni tampoco los derechos humanos, de
ninguna de las partes.

La justicia retributiva ha sido definida y es considerada como un nuevo movimiento


en el campo de la victimología y criminología, como un nuevo sendero que conducirá
a la solución de diversas anomalías que el derecho penal retributivo no ha podido
resolver con eficacia, y que jamás hará. La retribución fue un postulado de la escuela
clásica de derecho penal, y cuyos resultados obtenidos a través del tiempo, han
demostrado y confirmado que esta idea produce más resultados negativos que los
problemas que debe resolver.7

Algunos pensadores, a través de la historia de las civilizaciones, se percataron de la


condición biológica y social beligerante del hombre, debido a esto surgieron distintas
formas para procurar su posible estancia en este mundo, cada una de estas formas
debió atender a las necesidades imperantes de cada tiempo y lugar, sin embargo,
también imaginaron formas de convivencia pacífica en sociedad, que algún día se
desarrollarían para lograr un paso más en la evolución de la humanidad.

Los grandes pensadores -desde Justiniano hasta Jesucristo, desde Tomás de


Aquino hasta Gandhi, pasando por Montesquieu y Rousseau, hasta llegar a
Mandela- han propuesto ideas revolucionarias que han sentado las bases para la
vida en sociedad como se conoce hoy, así mismo, han ofrecido explicaciones al

7
Nos referimos por ejemplo a los efectos que causa la privación de la libertad sobre las
personas concretas como consecuencia de la acción punitiva y entendida como
“criminalización secundaria”; también a la escasa reparación compensatoria para las
víctimas de un delito, cuya acción ha sido expropiada por la representación social del
Ministerio Público.

4
fenómeno de la justicia, han descrito también los intereses a los que obedece eso
que se supondría sería “darle a cada uno lo que le corresponde”.8

Sin embargo, como se ha mostrado en la mayoría de los procesos penales de


nuestro país, la justicia es sólo para aquellos que pueden pagarla, para aquellos que
están dispuestos a todo con tal de tener la razón, con tal de vencer, en lugar de
compensar y acordar sobre las consecuencias de la lesión jurídica provocada.

Creemos fervientemente que lo correcto es que todo individuo tenga un desarrollo en


armonía con lo que lo rodea, por ello desde un inicio mencionamos el gran avance
que se dio al incorporar los mecanismos alternos de solución de conflictos dentro del
nuevo panorama de justicia penal adversarial, haciendo hincapié en que el
encarcelamiento de las personas, abusando frecuentemente de la pena privativa de
la libertad, de ninguna manera aporta beneficios a la comunidad, en cambio produce
un sufrimiento que a la vez culmina en un gran resentimiento hacia la sociedad.

De alguna forma, lo expresado en este artículo, está basado en los argumentos de


un célebre criminólogo noruego de renombre mundial, Nils Christie.9 Cuyas ideas
propuestas a través de la observación y explicación de su entorno, tal como hicieron
esos grandes juristas de la historia, llevan a todo un nuevo paradigma del sistema de
justicia penal.

Las explicaciones de Nils Christie sobre la aplicación de métodos retributivos de


justicia en la actualidad convergen con disciplinas como la sociología y economía,
que en tiempos modernos tienen un peso en la toma de decisiones de gran impacto
mundial; hemos tomado algunas de sus ideas para explicar el por qué de nuestro

8
En términos clásicos de eso se trata la acción de decir la justicia (jurisdicción), de distribuir
los costos y los beneficios de la acción humana, de “dar lo justo”.
9
Nació en 1928 y falleció en el 2015, además de criminólogo y catedrático de la Universidad
de Oslo desde 1966, incursionó en la sociología, desde donde combatió el paradigma
prohibicionista sobre las drogas y criticó los efectos negativos de la prisión.

5
sistema de justicia penal actual, y también para proponer lo que consideramos una
válvula de escape funcional para el conflicto que genera la prisionalizacíon de la
delincuencia en la Ciudad de México.

1.1 Reforma constitucional del año 2008 al artículo 17

En junio del 2008, como parte de una estrategia propuesta por el Gobierno Federal
encaminada a devolver la confianza del pueblo en las instituciones públicas
encargadas de la administración de justicia, finalmente se logró concretizar una
reforma constitucional que se había esbozado desde tiempo atrás y que encontró sus
bases tanto en los trabajos de algunos académicos interesados en proporcionar
alternativas para el funcionamiento de la justicia,10 como en la corriente de servidores
públicos -tanto de la administración pública, como de la procuración de justicia- con
aires de cambio y sensibles a las múltiples peticiones que a lo largo del tiempo han
clamado por una reforma substancial y profunda a nuestro sistema de penal,
atormentado por la corrupción, la impunidad y la desigualdad de clase, raza y
género.

Dicha reforma, proyectada como un cambio de paradigma, fue también pensada


como una plataforma para sentar las bases legales adecuadas para que la sociedad
pudiera reclamar su derecho de acceso a una administración de justicia más eficaz y
para iniciar una nueva época, alejada de los trámites burocráticos y en la que los
principales protagonistas del conflicto penal lo fueran también de su solución.

El párrafo que antecede puede materializarse si se comprende el espíritu del


legislador, plasmado en el párrafo IV del artículo 17 de la Constitución, en donde se
establece lo siguiente: Las leyes preverán mecanismos alternativos de solución de
controversias. En la materia penal regularán su aplicación, asegurarán la reparación

10
En este caso se habla de la implementación del nuevo sistema procesal penal acusatorio
adversarial, estrategia de seguridad nacional y prevención del delito.
6
del daño y establecerán los casos en los que se requerirá supervisión judicial,11 ya
que mediante la creación de los mecanismos alternos empleados para la solución de
conflictos propuestos por la Ley de Justicia Alternativa o de otras leyes, los
problemas antijurídicos a los que los ciudadanos están expuestos a sufrir en su
cotidianidad, podrían tener un mejor arreglo si se apegan a este tipo de leyes, en
lugar de recurrir a la administración tradicional de justicia penal.

De esta forma, se estaría reintegrando a cada uno de los individuos participantes del
conflicto, a la vida, no sólo jurídica, sino social y política de este país, pues de lo que
se trata, es de lograr el desarrollo de una conciencia cívica sobre las decisiones y
acciones que cada uno de ellos realizan; acciones que repercutirán en su entorno y
por lo tanto en ellos mismos, al ser parte del entorno en el que se desenvuelven
cotidianamente y para esto es importante que se tenga la seguridad de que el
gobierno y sus instituciones lo representan y se preocupan por su bienestar.

1.2 Instancias de justicia alternativa en el Distrito Federal

En una urbe tan grande como la Ciudad de México, sin que aún haya transcurrido
mucho tiempo, se ha logrado consolidar una nueva costumbre jurídica,
presentándola a la ciudadanía bajo el nombre de mecanismos alternativos de
solución de conflictos, los cuales han servido para alcanzar acuerdos de una manera
más simple ante conflictos que no requieren de autoridades judiciales.

A lo largo de los años, el acceso a la justicia ha tenido diversas interpretaciones; una


de ellas ha sido entendida como el derecho que tienen todas las personas a la
jurisdicción, y que, según esta concepción, se materializa cuando un ciudadano
solicita la asistencia y apoyo de algún tribunal para que le administre justicia; sin
embargo esa interpretación es parcialmente correcta, pues cuando este ciudadano

11
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. 2014, 171ª ed., Editorial Porrúa.

7
solicita el apoyo de dicha autoridad, no siempre se le concede su solicitud, ya sea
por motivos de corrupción; por los costos monetarios que representa llevar a cabo un
proceso frente a dicho órgano jurídico; o simplemente porque existe una excesiva
carga de trabajo en las Agencias del Ministerio Público y en los Tribunales.

Ante tal situación, el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal y el Consejo de
la Judicatura del Distrito Federal, tomaron medidas para solucionar los problemas
antes planteados, y desde el año 2001 han programado y realizado diversas
acciones para lograr un objetivo en común que culminó con la creación del Centro de
Justicia Alternativa del Distrito Federal (CJADF) en el año 2003.12 Esta determinación
es descrita por la Dr. María Guadalupe Márquez Algara en la siguiente cita:

El 1° de septiembre del año 2003, el CJADF inició sus operaciones como


órgano del Consejo de la Judicatura del Distrito Federal para administrar y
desarrollar los métodos alternos de solución de conflictos en el Tribunal.
Dicho Centro sólo realizaba funciones en materia familiar en ese año. No
obstante, en el año 2006, el Centro expandió sus servicios de mediación a
las materias civil y comercial, fue un avance en la aplicación de estos
medios por lo que se buscó seguir expandiendo sus ámbitos de aplicación.
En el año 2007 el Centro de Justicia Alternativa también comenzó a brindar
la mediación en materia penal, y en el año 2008 extendió sus servicios en
materia de justicia para adolescentes…13

El Centro de Justicia Alternativa de la Ciudad de México, como se ha mencionado,


buscó extender sus alcances de aplicación en diferentes vías para la solución de
conflictos, tanto fue así, que el 4 de mayo de 2004 fue publicado el acuerdo
A/004/04, del Tribunal Superior de Justicia, en la Gaceta Oficial del Distrito Federal
por el Procurador General de Justicia del DF, mediante el cual se introdujeron los
lineamientos que formalizan el levantamiento de actas especiales en las agencias del
Ministerio Público, reconociendo su procedencia en averiguaciones previas cuando

12
Ahora se denomina Centro de Justicia Alternativa del Tribunal Superior de Justicia de la
Ciudad de México (CJATSJCDMX).
13
Márquez Algara, María Guadalupe. Mediación Penal en México, Editorial Porrúa, México,
2013, p. 42.
8
se trate de delitos que se persigan por querella, y así promover el uso de estos
nuevos métodos para la solución de controversias legales.

El acuerdo que se menciona establece que el gobierno de la Ciudad de México tiene


que realizar diversas acciones, entre ellas: fortalecer los sistemas conciliadores para
que exista una debida orientación de las partes para la obtención satisfactoria de sus
intereses; reducir los tiempos; evitar litigios y molestias innecesarias (que es
precisamente lo que la mayoría de los ciudadanos involucrados en conflictos legales
buscan).

El inicio de operaciones del CJATSJCDMX se anticipó a la Reforma Penal del 2008 y


en especial a lo redactado en el párrafo IV del artículo 17 de la Constitución, el cual
establece que las leyes deberán contemplar mecanismos alternativos de solución de
controversias, ya que desde el 2003, el CJADF ya otorgaba la posibilidad de llegar a
soluciones de controversias sin necesidad de acudir ante autoridades
jurisdiccionales, funcionando como un mecanismo complementario de la impartición
de justicia tradicional.

También significa que es en el Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal


donde se unen la justicia tradicional y la alternativa y de esta forma ambas
comparten la misma orientación y el mismo sentido, enfocado a lograr un sistema de
justicia más eficiente, pero con aplicaciones metodológicas diferentes.

En las líneas de este artículo se mostrará a la justicia alternativa como se ha


constituido esencialmente; una justicia que no busca generar sufrimiento en ninguna
de las partes involucradas, asimismo se busca que los ofensores reconozcan los
daños que han hecho, ya sean directos o indirectos, y sin caer en la parcialidad, se
busca que el Estado y las partes tengan una concepción de que lo que están
viviendo debe considerarse primordialmente como un conflicto humano que requiere,
como ya se ha mencionado, ser superado no solamente mediante el empleo de la

9
pena privativa de la libertad sino por una sanción constructiva negociada por medio
de la intervención de una autoridad arbitral.

1.3 Explorando límites al control punitivo tradicional

Durante mucho tiempo y a lo largo de casi 500 años, desde que los españoles
llegaron a este continente, las sociedades que lo habitaban conocieron una nueva
forma de vida, con toda una serie de cambios, que fueron desde los biológicos (con
la mezcla de las razas) hasta los ideológicos (por la mezcla de culturas), atravesando
por supuesto por cambios en la estructura de la sociedad misma, cambios en la
forma de administración política, cambios en la economía y, sobre todo, cambios
culturales y sociales.

Estos últimos son de relevancia, ya que el derecho está intrínsecamente ligado a las
sociedades, pues se necesitan el uno y el otro para existir, creando una relación casi
simbiótica en la que uno es alimentado por el otro y viceversa.

Es, así pues, que al irse desarrollando el conjunto de instituciones que darían vida
posteriormente a lo que hoy en día conocemos como México, a la par se fueron
desarrollando ciertos vicios que culminaron con un sistema de administración de
justicia lento y burocratizado, ineficiente en los objetivos que persigue, y pobre en
cuanto a la satisfacción de los anhelos de justicia; lo anterior contribuye a deteriorar
la imagen de las instituciones encargadas de impartir justicia y refuerza la percepción
ciudadana sobre su incapacidad.

Los anteriores problemas estructurales pueden ser estudiados desde diversos


ángulos o, mejor dicho, pueden ser explicados por diversas razones multifactoriales.
Una de ellas, se relaciona con el poco apoyo que se le ha dado al sistema judicial,
sobre todo al relacionado con el sistema de justicia penal. Muchas veces el rezago
se traduce tanto en la falta de infraestructura material como en la escasez de
recursos humanos.
10
1.3.1 Crisis del sistema penitenciario

El sistema penitenciario mexicano atraviesa por una crisis que se ha desarrollado


desde su fundación, a fines en el siglo XIX,14 sin embargo, en los últimos años se
han acumulado grandes evidencias sobre la falta de capacidad y gestión del sistema
para contribuir de manera efectiva a la reinserción social de los sentenciados o a la
disminución de la incidencia delictiva.

Esta crisis se originó, como se muestra más adelante, por múltiples factores, entre
los que destacan el propio crecimiento de la delincuencia, la mayor severidad de los
castigos, y las características propias debidas al proceso penal, con el uso excesivo
de la prisión preventiva y las escasas alternativas al uso de la prisión. Lo anterior fue
ya destacado por los principales estudiosos del tema; Michel Foucault mencionó, por
ejemplo, que:

La prisión fabrica también delincuentes al imponer a los detenidos


coacciones violentas; está destinada a aplicar las leyes y a enseñar a
respetarlas; ahora bien, todo su funcionamiento se desarrolla sobre el
modo de abuso de poder. Arbitrariedad de la administración: "El
sentimiento de la injusticia que un preso experimenta es una de las causas
que más pueden hacer indomable su carácter. Cuando se ve así expuesto
a sufrimientos que la ley no ha ordenado ni aun previsto, cae en un estado
habitual de cólera contra todo lo que lo rodea; no ve sino verdugos en
todos los agentes de la autoridad; no cree ya haber sido culpable: acusa a
la propia justicia.15

Tal percepción originó en las instituciones de gobierno, una respuesta con dos
vertientes: la primera, en el ámbito legislativo donde se fue moldeando para
proporcionar opciones que atenuaran el uso de la prisión como forma privilegiada de
castigo y; de manera más ambiciosa, a partir de que en 2008, cuando entró en vigor

14
No fue sino hasta septiembre del año de 1900 que la Ciudad de México pudo contar con
su penitenciaría: Lecumberri. Las cárceles previas habían tenido su origen en otro tipo de
instituciones y, por lo tanto, en otro tipo de arquitecturas, principalmente de origen militar o
religioso.
15
En: Foucault, Michel. Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión, Editorial Siglo veintiuno,
trigésimo cuarta edición en español, Buenos Aires, Argentina, 2005, p. 271.
11
una importante reforma constitucional que estableció un nuevo paradigma
adversarial que incorporó la figura de los juicios orales, propiciando un giro
importante en el sistema penal antiguo e introduciendo nuevas formas para la
solución de conflictos a través de los mecanismos de justicia denominados
alternativos.

La segunda vertiente, pretende crear un sistema penal en donde los casos no


necesariamente se tengan que resolver por la vía de un burocrático, largo y
desgastante juicio, sino que para desahogarlos se tomen en cuenta nuevos recursos
como la conciliación y la mediación y, en los casos trascendentes o de mayor
importancia, exista la supervisión de una autoridad especializada en el delito de que
se trate.

Este último elemento, introducido a partir de los cambios del 2008, ha originado una
inversión de recursos económicos sin precedentes realizada en los últimos años, a
efecto de rescatar y abrir nuevos espacios y centros de reclusión, que se
contraponen a la solución pacífica de conflictos por medios alternos.

Para entender a cabalidad el nuevo panorama, analicemos en primer lugar los


factores más relevantes que explican la crisis del sistema penitenciario.

Ya desde fines de la década de los años ochenta, en diversos lugares del territorio
nacional, pero en especial en el Distrito Federal, comenzó un fenómeno que se
caracterizó por el gran crecimiento y diversificación de las actividades delictivas,
generándose, de una forma casi instantánea y aparejada a esta situación, un
aumento de la intervención punitiva, traducido en el endurecimiento de la aplicación
del derecho penal, en la aparición de nuevos tipos penales, pero sobre todo, en el
aumento de la punibilidad de muchos de los delitos asociados a este fenómeno.

12
Como hemos señalado, en la mayoría de los códigos penales de las entidades de la
república, además de una punibilidad absurda para los propósitos de la reinserción, 16
lo cual impide cumplir con los propósitos constitucionales establecidos para los fines
de la pena,17 tal aumento estuvo asociado a otro fenómeno: una cantidad creciente
de los mismos fueron catalogados como delitos graves, lo cual originó una gran
aplicación de la prisión preventiva, sin dar opción para otras formas de solución de
conflictos. Lo anterior trajo aparejado un gran problema dentro del sistema de justicia
penitenciaria: la falta de espacios de reclusión y, por esta razón, la saturación de los
penales que no cuentan con el espacio suficiente para albergar a un número cada
vez mayor de internos.18

16
Además del aumento de las punibilidades por parte del legislador (Por ejemplo, el delito de
secuestro puede ser castigado con penas que van de los 40 a los 60 años de prisión),
cuando exista concurrencia de delitos, en las sentencias se permite también la acumulación
de las penas (recientemente, por ejemplo “el coqueto” fue sentenciado a 240 años de prisión
por su participación en seis feminicidios, además, previamente había obtenido una sentencia
de 61 años por violación y tentativa de homicidio, o sea, en total, 301 años. Cfr.
https://www.animalpolitico.com/2012/12/dan-a-el-coqueto-240-anos-de-carcel-su-condena-
asciende-a-301-anos-de-prision/, (consultada el 2 de marzo del 2018).
17
Establecidos en el Artículo 18, en el que se menciona que: “Sólo por delito que merezca
pena privativa de libertad habrá lugar a prisión preventiva. El sitio de ésta será distinto del
que se destinare para la extinción de las penas y estarán completamente separados.
El sistema penitenciario se organizará sobre la base del respeto a los derechos humanos,
del trabajo, la capacitación para el mismo, la educación, la salud y el deporte como medios
para lograr la reinserción del sentenciado a la sociedad y procurar que no vuelva a delinquir,
observando los beneficios que para él prevé la ley. Las mujeres compurgarán sus penas en
lugares separados de los destinados a los hombres para tal efecto.”
(Reformado mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el 10 de junio
de 2011). Cfr. https://www.juridicas.unam.mx/legislacion/ordenamiento/constitucion-politica-
de-los-estados-unidos-mexicanos#10553. (consultada el 2 de marzo del 2018).
18
En las cárceles de la Ciudad de México alrededor de 6 mil internos esperan una condena
por el delito de robo simple por un monto menor de mil pesos, revela un informe elaborado
por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESOP) de la Cámara de
Diputados a nivel Federal. https://www.animalpolitico.com/2011/05/en-df-6-mil-reos-esperan-
condena-por-robar-mil-pesos-o-menos/, (consultada el 8 de enero del 2018).
Otros 12 mil internos, de los 40 mil 200 que habitan los centros penitenciarios, esperan ser
sentenciados por el mismo delito, sólo que ellos robaron cantidades que van de los mil a los
6 mil pesos, mientras que mil 200 más, están acusados por robar cantidades u
objetos mayores a los 75 mil. Además, según cifras de la Subsecretaría del Sistema
Penitenciario del Gobierno del Distrito Federal (GDF), los 10 centros de reclusión en la
Ciudad de México presentan una sobrepoblación del 70%, siendo los reclusorios Norte y
13
La sobrepoblación en las cárceles genera las condiciones ideales para la corrupción,
y en algunos casos, fomenta el surgimiento de mafias que a corto plazo logran
apoderarse de los escasos recursos y servicios mediante el comercio de drogas,
prostitución y extorsión, generando un autogobierno dentro de los centros de
reclusión que invade y administra así todos los espacios disponibles.

Aunado a lo anterior existen grandes dificultades para la clasificación y separación de


los internos, pues no hay una clara distinción en función del tipo de delitos cometidos
o del estatus legal en que se encuentran los reclusos (procesados o sentenciados) y
en especial, no hay una correcta clasificación de acuerdo a su perfil criminológico,
generando que los internos se asocien para seguir cometiendo delitos, e incluso que
aquellos que han sido internados para su supuesta reinserción social, adquieran
nuevos conocimientos y técnicas para cometer delitos que antes no habían cometido.

En alguna medida, el funcionamiento actual del sistema penal ha propiciado que los
penales estén saturados con personas que no han sido declaradas culpables,
inculpadas por delitos de baja peligrosidad o insolventes para cubrir la fianza
requerida y, por lo tanto, sobre los que pudiesen recaer sentencias menores, e
incluso solucionar su situación mediante un acuerdo formalizado a través del
CJATSJCDMX. Lo antes mencionado puede observarse en el cuadro 1.

CUADRO 1. NÚMERO DE PRESOS POR MILLÓN DE HABITANTES EN DIFERENTES


PAÍSES INCLUIDO MÉXICO Y EL PORCENTAJE QUE SE ENCUENTRA EN PRISIÓN
PREVENTIVA.

Número de presos Presos por millón de


% en prisión preventiva
habitante

Países que más encarcelan


Estados Unidos 2,239,715 71.6 21.5

Oriente, los que mayor cantidad de internos tienen. Cfr. www.aldf.gob.mx/archivo-


940eb707abb688b2cfd269b71e75cc76.pdf, (consultada el 11 de diciembre del 2017).
14
Rusia 706,200 49.3 15.2
Brasil 549.577 27.6 37.6
México 239,941 20.7 40.3

Encarceladores intermedios
España 68,685 14.8 16

Inglaterra 83,909 14.9 13.6

Países que encarcelan poco


Noruega 3,575 7.1 26.1
Suecia 6,669 7 22.8
Dinamarca 3,829 6.8 33.1
Finlandia 3,214 6 18.1
Fuente: Christie, Nils. El umbral del dolor. Revista Letras Libres. No. 171, p 11.

Si se habla de las propuestas del Estado mexicano para mejorar la crisis en la que se
encuentra el sistema penitenciario, podemos mencionar que desde hace varios años
se han realizado diversos esfuerzos para atenuar el uso de la prisión.

Como parte de las reformas en esa materia, desde 1983 se introdujo en el Código
Penal Federal mexicano un pequeño catálogo por medio del cual se consideraron
algunas penas sustitutivas de la cárcel,19 tales como el tratamiento en libertad,
semilibertad y trabajo en favor de la comunidad, cuyo alcance establece el artículo 27
de ese Código:

Artículo 27.- El tratamiento en libertad de imputables consiste en la


aplicación de las medidas laborales, educativas y curativas, en su caso,
autorizadas por la ley y conducentes a la readaptación social del

19
Según el Doctor Sergio García Ramírez, “Se alentaron avances en la condena condicional
y en la libertad preparatoria, por una parte; impulsaron la adopción de la remisión parcial de
la prisión y la preliberación, por la otra; y llevaron a incorporar en la ley penal sustantiva
medidas como la semilibertad, que apareció en el Código Penal para la Federación y el
Distrito Federal en 1983, conjuntamente con el tratamiento en libertad y el trabajo en favor
de la comunidad.” Véase: García Ramírez, Sergio, Desarrollo de los sustitutivos de la
prisión, en: Cuadernos para la reforma de la justicia. Las penas sustitutivas de la prisión,
UNAM, México, 1995, p. 42.
15
sentenciado, bajo la orientación y cuidado de la autoridad ejecutora. Su
duración no podrá exceder de la correspondiente a la pena de prisión
sustituida.
La semilibertad implica alternación de períodos de privación de la libertad y
de tratamiento en libertad.
Se aplicará, según las circunstancias del caso, del siguiente modo:
externación durante la semana de trabajo o educativa, con reclusión de fin
de semana, salida de fin de semana, con reclusión durante el resto de
ésta; o salida diurna, con reclusión nocturna. La duración de la semilibertad
no podrá exceder de la correspondiente a la pena de prisión sustituida.
El trabajo en favor de la comunidad consiste en la prestación de servicios
no remunerados, en instituciones públicas educativas o de asistencia
social o en instituciones privadas asistenciales. Este trabajo se llevará a
cabo en jornadas dentro de períodos distintos al horario de las labores que
representen la fuente de ingreso para la subsistencia del sujeto y de su
familia, sin que pueda exceder de la jornada extraordinaria que determine
la ley laboral y bajo la orientación y vigilancia de la autoridad ejecutora.
El trabajo en favor de la comunidad puede ser pena autónoma o sustitutivo
de la prisión o de la multa.
Cada día de prisión será sustituido por una jornada de trabajo en favor de
la comunidad.
La extensión de la jornada de trabajo será fijada por el juez tomando en
cuenta las circunstancias del caso.
Por ningún concepto se desarrollará este trabajo en forma que resulte
degradante o humillante para el condenado.20

En adición, en 2008 se concretó una ambiciosa reforma constitucional. Con ella se


estableció un plazo de ocho años para transitar desde el sistema penal inquisitorio,
hacia uno de carácter adversarial,21 comenzando de esta forma la transición a un
sistema de juicios orales.

Como hemos dejado ya establecido, el sistema inquisitorial está dirigido a la


identificación y castigo de los probables responsables durante la prisión preventiva,
así como también penitenciaba a los culpables, así determinados por la autoridad,
una vez dictada una sentencia.

20
Código Penal Federal. Compilación Penal Federal y del DF. 2013, 46ª ed., Editorial Raúl
Juárez Carro Editorial, SA de CV.
21
Es oportuno recordar que los sistemas de derecho procesal penal son frecuentemente
categorizados en referencia a la familia a la cual pertenecen, es decir; la familia del sistema
acusatorio o la familia del sistema inquisitivo. Mientras el sistema acusatorio es asociado
con los Estados pertenecientes a la tradición jurídica del Common Law, el sistema inquisitivo
es relacionado con los Estados que siguen los parámetros del Civil Law.
http://biblio.juridicas. unam.mx/libros/7/3121/5.pdf., (consultada el 15 de octubre 2017).
16
Dicho sistema funciona otorgándole demasiada importancia a la declaración de la
víctima, el indiciado y la integración de expedientes escritos. En cambio, en el nuevo
sistema adversarial, se cuenta con diferentes formas de actuación más garantistas, y
a diferencia de su antecesor, permite la implementación más accesible de métodos
alternos de solución de conflictos hacia las partes involucradas en un acto criminal,
procurando de esta forma la búsqueda de la verdad jurídica, la protección de la
víctima y la reparación del daño que ha sufrido, y el menor castigo posible a los
culpables, pues el objetivo de los métodos alternos de solución de controversias es
una solución pacífica al conflicto y en la que se propicie la integración a la sociedad
del individuo que cometió el delito.

1.3.2 La cárcel no es la respuesta.

Venganza, rencor, miedo, resentimiento, frustración, angustia, desesperación,


incertidumbre, dolor, tristeza, y toda una gama de sentimientos y emociones
negativas22 son aquellas por las que atraviesan los individuos quienes por algún
motivo se han visto inmersos en un conflicto legal, ya sea civil, mercantil, laboral o
penal, siendo éste último aquel cuyas implicaciones repercuten directamente en el
entorno de las personas, pues en México, como en la mayor parte del mundo, la
manera en que se ha estructurado el derecho penal ha sido con base en el miedo,
precisamente a través de infligir dolor a quienes han cruzado la línea que demarca el
estado de derecho, o en palabras más simples, a quienes violaron alguna norma
penal establecida en las leyes.

Y qué mejor manera de hacerlo que poniendo a la vista de la sociedad la elevación


de muros de concreto con un aspecto equiparable a un fuerte medieval, custodiado
por personas a quienes no les importa otra cosa que no sea el dinero y su bienestar
22
De acuerdo con el psicólogo Nico Frijda, “Son emociones desagradables que se
experimentan cuando se bloquea una meta, se produce una amenaza o sucede una
pérdida; requieren la movilización de importantes recursos cognitivos y comportamentales
para la creación y elaboración de planes que resuelvan o alivien la situación.” Cfr.
http://www.psicologia-online.com/pir/clasificacion-de-las-emociones-y-caracteristicas.html,
(consultada el 25 de octubre 2017).
17
personal, dónde el mensaje que se transmita sea claro: a quienes osen cruzar dicha
línea, infringiendo la norma de conducta establecida, les esperan experiencias tan
crueles, traumáticas y dolorosas, que no desearán volver a cometer los mismos
actos que los condujeron a ese lugar. En contraste con esto, Nils Christie nos
presenta el enfoque humanista de lo que sucede con el sistema carcelario en los
países nórdicos:

asegura que una de las razones por la que países como Noruega, Suecia,
Dinamarca y Finlandia han logrado tener índices muy bajos de reclusión,
es porque la prisión es parte de un sistema de bienestar general, lo cual
evita que dentro de los muros de las prisiones se administre sufrimiento.
Así, estos países hacen de sus prisiones instrumentos racionales en la
lucha contra el crimen y no el resultado de acuerdos político-culturales
derivados de las condiciones sociales.23

De manera que, en nuestro caso, da la casualidad de que nuestro sistema de


justicia, con la cárcel y la pena privativa de la libertad como base, no ha arrojado los
resultados esperados, pues la función intimidatoria de punibilidades tan elevadas no
está en correspondencia con el abatimiento de los índices de delitos registrados en
los últimos años. Los fines declarados del castigo: la prevención general y especial y
la corrección del penitenciado, no guardan correspondencia alguna con los fines
declarados del castigo: la prevención y la corrección; el abuso en el uso de la pena
privativa de la libertad, el exceso legislativo en la punibilidad de los delitos y la
punición exagerada al momento de individualizar las sentencias se encuentran, más
bien, relacionados con la proyección del máximo dolor que transmite la existencia de
las cárceles y el sistema penitenciario.

Es así que se vuelve imperativo buscar formas alternativas para la solución de


controversias dentro de las mismas sociedades; medidas que permitan a los
involucrados en conflictos legales de índole penal, reparar el daño causado; no sólo

23
Christie, Nils, El umbral del dolor, en: Revista Letras Libres, No. 171, México, 2013. p. 13.

18
a quien ha sufrido el hecho delictivo, sino también permitir que aquél perpetrador de
dicho acto pueda reivindicarse ante la persona contra quien cometió el delito y al
mismo tiempo reivindicarse ante la sociedad que, de manera tradicional, lo castigaría
por su conducta infractora, permitiendo que Estado secuestre el conflicto a las partes
y debilite, sobre todo en el caso de la víctima, la acción autogestiva, reivindicadora y
reparadora de la lesión causada.

Desde la óptica victimal, es de vital importancia subrayar que el objetivo principal del
proceso penal, para aquellas personas que han sido objeto de algún ilícito, es
precisamente que les sea reparado el daño que causó la conducta punible. De
manera que, recurriendo a algunos de los postulados de la justicia reparadora, nos
estaríamos aproximando a una impartición de justicia más cercana y directa a los
intereses de las partes, ya que el motivo de la litis se encontraría más cercano de
regresar al estado en el cual se encontraban las cosas hasta antes de cometerse el
hecho delictivo.

Por otra parte, también se deben recalcar las graves consecuencias de continuar con
una administración de justicia “tradicional”, en la que la sola idea del dolor infringido a
través de la cárcel deba ser suficiente para evitar que se cometan ilícitos, pues, como
ya se ha visto plenamente a lo largo de los años, de continuar así la impartición de
justicia, solamente se estaría acrecentando el problema de una pronta y eficaz
administración de justicia por parte del Estado, ya que las cárceles seguirán
llenándose de personas que quizás no merezcan estar allí.

Queda claro que en México las cárceles son lugares en donde, dada la mala
administración penitenciaria, los problemas de corrupción e impunidad y el abuso del
castigo panal, los procesados y sentenciados frecuentemente se encuentran
reunidos en espacios comunes, además, los presos de baja peligrosidad se mezclan
con presos más peligrosos, viéndose los primeros en la necesidad de sobrevivir a
costa de servir a organizaciones criminales que actúan desde el interior de los

19
reclusorios, bajo un autogobierno, ó muchas veces protegidos y hasta patrocinados
por las mismas autoridades administrativas del sistema penitenciario.

En un superficial análisis del concepto etimológico de derecho penal, se percibe que


existe un prefijo clave dentro de tal concepto que es; pena, y que ya por la misma
connotación de ésta, inmediatamente alude al dolor; dolor que deberá ser sufrido por
alguna de las partes del evento criminal, no se sabe cual de ellas, si quien infringió la
norma, ó quien sufrió el hecho delictivo, sufrimiento que según ciertos conceptos
servirá para restituir las “cosas” al estado en el cual se encontraban antes de
cometerse dicha violación a la norma.

1.3.3 Menos derecho penal

Se cree que el Estado en todo tiempo vela por los intereses de los ciudadanos, que
siempre está buscando el bien común de los individuos que lo conforman, pero es
claro que esto no es del todo cierto y es preciso mencionar que las medidas de
protección que realiza no siempre son las más eficaces.

Es el caso de nuestro país, donde el sistema judicial y penitenciario se encuentra en


decadencia, los caminos y las decisiones que se han tomado, lejos de mejorar la
situación, soló la han estancado, y peor aún, la dirigen hacia lugares sin salida. Los
métodos alternos de solución de conflictos penales representan ventajas que ayudan
al sistema judicial actual, evitando el uso innecesario de trámites y personas ajenas
al proceso, en todos los casos, a diferencia de lo que se acostumbra hacer con
regularidad, este tipo de justicia busca generar entre las partes una conciencia en
donde ellas solas pueden intervenir, dar sus puntos de vista y plantear las soluciones
a sus problemas.

En este nuevo paradigma se establece la base que posibilita una serie de vías
diferentes o alternas como modelo de respuesta ante el delito; también, la justicia
adversarial permite un nuevo movimiento en el campo de la victimología y de la
20
criminología, tal y como ya ha sido experimentado por los sistemas de justicia penal
a esfera internacional (principalmente en Europa).

El sistema penal tradicional, basado en el procedimiento inquisitorial, busca un


castigo con relación al ilícito cometido, de esta forma, entre peor sea el delito o el
daño causado, mayor será la sanción, esta idea tan violenta está totalmente apartada
de una aplicación funcional de la justicia penal, ya que al implementar una pena de
prisión tal cual establece la norma, sin tomar en consideración los derechos humanos
y los antecedentes económicos y sociales,24 solo se le está infligiendo un daño
mayor, adicional al ocasionado por la privación de la libertad.

Lo anterior parte de que en los países con una distribución de la riqueza tan extrema
e inequitativa, como ocurre en el nuestro, la distancia social entre las personas de
mayores ingresos y las de percepciones más bajas, en lugar de acortarse, aumenta
considerablemente: La concentración de la riqueza en un porcentaje muy reducido
de la población, además de la brecha entre los “ricos” y los “pobres”, se traduce,
entre otras cosas, en que una persona que no tuvo las mismas oportunidades
económicas, sociales y educativas que las de un estrato social más alto, siempre
será estigmatizado, y habitualmente sus prácticas y comportamientos aparezcan
como riesgosos y delincuenciales.

Con respecto al anterior postulado, Nils Christie menciona que: “La distancia social
tiene particular importancia. La distancia aumenta la tendencia a interpretar ciertos
actos como delitos y a ver a la gente simplemente como delincuentes…”.25 Véase
grafica 1 donde se puede apreciar la distancia social que se vive en México.

24
De acuerdo con el Chileno Javier Castro Jofré, profesor de Derecho Procesal en la
Universidad de Atacama, “En el sistema antiguo rige el principio inquisitorio, ello significa
esencialmente, que la intervención del órgano juzgador se produce desde el inicio del
procedimiento, asumiendo por sí mismo y para sí la totalidad de la actividad procedimental.”
Cfr. Castro Jofré, Javier, Los principios fundamentales del sistema acusatorio, en: Revista
de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Vol 26, N° 1, Chile, 2005.
25
Christie, Nils. La industria del control del delito, Editorial Editores del Puerto, 2ª Edición,
Buenos Aires, Argentina, 1993, p. 30.
21
GRÁFICA 1. MUESTRA LOS ÍNDICES DE POBREZA EN MÉXICO DEBIDO A LA MALA
DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA, QUE EN CONSECUENCIA GENERA UNA DISTANCIA
SOCIAL ENTRE LA POBLACIÓN.

Fuente: La desigualdad social. http://desigualdadmexicana.blogspot.Mx/2010_05_01_ archive.html.,


(consultada el 2 de enero del 2018).

Si tomamos en cuenta las consideraciones arriba señaladas, podemos deducir que el


principal eje del funcionamiento del sistema penal tradicional se basa en lo siguiente:
el daño que el delincuente causa a la sociedad debe ser sancionado de forma
retributiva y útil, en esta acción, el Estado asume el interés de las partes, a una la
representa y a otra la vence.

La sanción, en este escenario, es visualizada por la sociedad como una expresión de


la intervención que realiza el Estado en aras de preservar el orden social, de esta
forma, quien comete un delito, debe sufrir las consecuencias de su conducta; el
delincuente sabe que si tiene la mala fortuna de ser capturado y sometido a proceso,
el Estado le hará pagar por su comportamiento reprochable, más aún en el remoto

22
caso de que obtenga una sentencia condenatoria, y sobre todo, durante el tiempo de
su cumplimiento.

1.4 Explorando soluciones alternas a los conflictos penales

¿Qué motiva nuestras acciones? Es una pregunta que debe tener respuesta para
seguir con nuestra línea de argumentación. Aquello que motiva nuestras acciones es
la voluntad, que se traducirá en conductas que, a su vez, pueden ser buenas o
malas, dependiendo de la óptica con que se las mire o, mejor dicho; desde el ojo de
quien las mire: “Los actos no son por sí mismos, se convierten en. Lo mismo ocurre
con el delito. El delito no existe; se crea. Primero están los actos. Después sigue un
largo proceso en el que se les da significado a esos actos...”26

Mientras que para el Estado la toma de alguna decisión puede parecer la mejor, tal
vez sólo esté valorando las consecuencias de esa decisión en torno a sus propios
intereses y objetivos, por lo que, para los gobernados, dicha decisión podría
representar una severa afectación a sus intereses.

Es aquí donde aparece en escena la racionalidad, que debe tenerse siempre en


cuenta cuando se trata de tomar decisiones que afectarán la vida de terceros. Las
decisiones que toma el Estado al definir políticas públicas deben estar impregnadas
no sólo de su voluntad, sino que también, deben tener un estudio racionalizado del
impacto que tendrán dichas decisiones en la vida de millones de personas.

Al tenor de los cambios sociales, políticos y económicos por los que atraviesa no sólo
la Ciudad de México, sino el resto del país, el gobierno debe proponer, fomentar,
desarrollar, y sobre todo mantener nuevos mecanismos de justicia; dispositivos que
ayuden a las personas a convivir cada vez mejor y, en el caso de la justicia penal, en
los que las partes que se vieron involucradas sean las protagonistas de las
soluciones a sus propios conflictos. A nivel social, lo anterior puede traducirse en un
26
Christie, Nils. La industria del …, op. cit. p. 30.
23
proceso reparador para la víctima y la sociedad, sobre todo cuando se piensa en
soluciones autogestivas que apunten al crecimiento de la civilidad y al fortalecimiento
de la sociedad, mismas que permitan ir reduciendo, poco a poco, el excesivo uso del
derecho penal. A final de cuentas, ¿Qué es un gobierno sin gobernados?

Como ya es sabido, nuestro sistema procesal tradicional, en casi cualquiera de sus


modalidades, se basa en la documentación de los acontecimientos que se estiman
jurídicamente trascendentes y necesarios. Esto que es tan aparentemente sencillo,
tiene su dificultad cuando se piensa en cómo se práctica la justicia de barandilla; en la
frialdad del expediente y en el creciente cúmulo de trabajo en los tribunales. Lo
anterior, tratándose de la justicia penal, imposibilita la buena disposición hacia un
conocimiento detallado de las partes involucradas, factor determinante, no sólo para
resolver y hacer justicia (entendida como “darle a cada uno lo suyo”), sino también
debido al grado de atención e involucramiento que el juzgador debe dar a un asunto y
a la velocidad procesal que ha de imprimirle a los mismos para la justicia pronta y
expedita.

Así las cosas, es necesario que nos preguntemos: ¿La forma escrita y burocratizada
en nuestro sistema judicial ha sido un factor determinante en la mala impartición de lo
que en nuestros tiempos se considera justicia? La respuesta a esta interrogante
apunta a que la forma de derecho escrito y la excesiva carga de trabajo, así como su
acumulación, no necesariamente constituyen los únicos factores y, por lo tanto,
tampoco se consideran los más determinantes; simplemente esto revela que hemos
arribado al punto de saturación y que debemos replantear la manera de resolver
nuestros conflictos penales.

Para lograrlo, debemos considerar diferentes alternativas para resolver las


controversias que hoy solamente podemos hacer que su solución transite por la vía
penal; luego entonces, pueden emprenderse medidas que fomenten la conciencia en
la ciudadanía y que de esta forma lleguen a la conclusión de que hay formas más
convenientes para solucionar los conflictos en los que se ven involucrados; de forma
24
pacífica, menos desgastantes, tanto física, como psicológicamente, y así, poco a
poco, ir transitando hacia un modelo de justicia más pronta y expedita dentro de un
nuevo sistema de oralidad empleando los medios alternos que serían una fuente de
ayuda a la justicia ordinaria.

Lo que se busca con la justicia alternativa es el convencimiento cooperativo, pacífico,


psicológico y materialmente satisfactorio para las partes, evitando el desgaste propio
de un litigio cuyo fin no es pronosticable, de igual manera, busca formar cimientos
ideales y sólidos para que cuando una persona que ha solucionado algún litigio por
medios alternos, en un futuro, si vuelve a estar involucrada, tenga un conocimiento
previo para agilizar la solución de su problema.

Asimismo, se espera lograr que la persona, con ese conocimiento previo, lo transmita
a otros individuos que en determinado momento tengan la mala fortuna de verse
inmiscuidos en algún litigio, y de esta manera, transmitir entre la población la posible
solución no penal a sus conflictos. Un uso limitado del derecho penal puede
traducirse, además, en formas menos desgastantes y más expeditas y económicas
para las artes involucradas, sobre todo si se contemplan de manera principal los
mecanismos alternos de justicia como la mediación y la conciliación.

Los medios alternativos serán aplicables sólo cuando se trate de derechos que
afecten a determinada persona en su esfera jurídica, esto es, por exclusión, aquellos
derechos que no afecten al orden público, derechos de terceros o aquellos que
contravengan disposiciones expresas.

Debemos entonces entender que los métodos que forman a la justicia alternativa son
procedimientos voluntarios, en los que se facilita la comunicación entre las partes
involucradas en un delito, siempre tendientes a la búsqueda de soluciones surgidas
de ellas mismas, guiándolas con el objetivo de generar un bien común o general entre
la población. De esta manera, la ley señala los principios que deben imperar en los
medios de justicia alternativa:
25
Artículo 8: Son principios rectores…
a) Voluntariedad: La participación de los particulares dentro de la
mediación deberá ser por propia decisión, libre y auténtica.
b) Confidencialidad: La información generada por las partes durante la
mediación no podrá ser divulgada.
c) Flexibilidad: La mediación carecerá de toda forma rígida, ya que parte
de la voluntad de los mediados.
d) Neutralidad: Los mediadores que conduzcan la mediación deberán
mantener a ésta exenta de juicios, opiniones y prejuicios propios respecto
de los mediados, que puedan influir en la toma de decisiones.
e) Imparcialidad: Los mediadores que conduzcan la mediación deberán
mantener a ésta libre de favoritismos, inclinaciones o preferencias
personales, que impliquen la concesión de ventajas a alguno de los
mediados.
f) Equidad: Los mediadores propiciarán condiciones de equilibrio entre los
mediados, para obtener acuerdos recíprocamente satisfactorios.
g) Legalidad: La mediación tendrá como límites la voluntad de las partes, la
ley, la moral y las buenas costumbres.
h) Economía: El procedimiento deberá implicar el mínimo de gastos,
tiempo y desgaste personal.27

Finalmente, la utilización de medios alternativos no pretende sustituir la actividad


jurisdiccional, que es inherente al poder judicial, ni tampoco debe contemplarse, por
sí sola, como la solución a los problemas de la administración de justicia penal, pues
como se ha mencionado con anterioridad, este tipo de justicia tendrá excepciones. Al
respecto, consideremos la opinión de Nils Christie:

No niego que algunas personas reciben balas en sus cuerpos debido a las
armas disparadas por otras personas. Tampoco niego que hay gente que
muere debido a los automóviles de otra gente; que es tomado dinero de los
bolsillos ajenos o de sus cuentas bancarias sin su consentimiento. Ni
tampoco niego que tenga fuertes objeciones morales contra la mayoría de
estos actos, que trate de detenerlos o prevenirlos. Ni niego que pueda ser
útil ver alguno de estos actos como delitos.28

Sin embargo, la promoción de los medios alternos busca generar conciencia social
para que la ciudadanía sepa que existen otras opciones, las conozca y las aplique en
un intento de bienestar común, esto es, fomentar armonía social, sin pretender

27
Ley de Justicia Alternativa del Distrito Federal. 2013, 6ª ed., Editorial ISEF.
28
Christie, Nils. Una sensata cantidad de delito, Editorial Editores del Puerto, Buenos Aires,
Argentina, 2004, p. 29.
26
menospreciar o criticar el sistema judicial tradicional. El objetivo central del nuevo
modelo adversarial, así como su implementación y desarrollo, debe partir de
reconocer que se trata del ofrecimiento de un mayor número de alternativas dirigidas
a la sociedad para que en ellas encuentre solución a sus problemas.

A lo largo de la historia, el hombre ha interpretado todo lo que sucede en su entorno


y lo ha adecuado al momento preciso de su existencia. Así como un hombre sólo
interpreta las cosas que le pasan “día con día”, también la sociedad en la que está
inmerso interpreta todas las acciones que en cierto modo le afectan en su conjunto
con el paso del tiempo; es aquí donde surge la idea de que los delitos, por sí
mismos, no tienen un valor intrínseco, y sólo se les da un significado a las acciones
de otros individuos que la colectividad, ya sea por diferentes razones económicas,
morales y éticas, cree que está mal o simplemente desconoce por qué sucedieron,
debido a esto es que podemos decir que, dependiendo del momento histórico, de la
geografía y, muchas veces, también del nivel cultural en la que se cometen cierto tipo
de conductas, estas tendrán diferentes interpretaciones. Al respecto, Nils Christie
menciona lo siguiente:

En las sociedades en las que la tendencia a percibir los actos como delitos
es limitada, y en las que el ojo de Dios, los vínculos entre los vecinos y las
restricciones situacionales frenan la mayor parte del potencial de esos
actos, la ley puede ser vista como la receptora del remanente. La ley
recibe la totalidad de lo poco que se escapó de la primera línea de control
y que llama la atención de las autoridades. En esta situación no hay lugar
ni necesidad de discutir la selección de casos. Los jueces tienen que tomar
lo que llega hasta ellos.29

Con esta nueva percepción de algunos actos que pueden ser considerados como
delitos por las sociedades, se crea una oferta ilimitada de “materia prima” para la
industria del control del delito.30 En la que en primer lugar -o mejor dicho, el primer

29
Christie, Nils. La industria del …, op. cit., p. 31.
30
En una explicación de concepto de: Industria del control del delito podemos decir que son
todas aquellas actividades empresariales encaminadas a ofrecer tanto servicios como
productos de seguridad en el mundo. Desde los más pequeños y baratos, hasta los más
costosos y elaborados.
27
actor- no es el delincuente mismo, sino el Estado, que ha generado las condiciones
necesarias para la existencia de ese delincuente, alimentando la distancia social
entre los mismos gobernados, generando actores entre la población que se
transforman en los engranes que harán funcionar la gran maquinaria de la
prevención, comisión y persecución de conductas ilícitas. En segundo lugar, pero no
por eso menos importante, se encuentran los grandes capitales (grandes empresas,
industrias, el sector financiero) dedicados a obtener ganancias al ofrecer “n” cantidad
de productos y servicios de seguridad como nos lo hace ver el criminólogo Nils
Christie a continuación:

Ya es obvio, así que voy a ser breve: cárcel quiere decir dinero. Mucho
dinero. En los edificios, en los equipamientos y en la administración. Esto
es así, se trate de una cárcel privada o estatal. En los sistemas
occidentales siempre intervienen empresas privadas, de una manera u
otra. El dinero de las empresas privadas está presente en todo el
sistema…31

Las empresas de capital privado en México ubicadas en la industria de la


reprivatización de la cárcel, no tienen un enfoque orientado a la prevención o a la
disminución de los actos ilícitos, más bien tienen una gran presencia en la
construcción de nuevos centros penitenciarios, son empresas dedicadas a la
construcción y a las concesiones, Cobran por la construcción del establecimiento
penitenciario; viven hasta por 20 años de los servicios asociados al manejo de
concesiones (alimenticias, de higiene, de salud, de seguridad, de capacitación de
internos y personal, etc.,); cobran por la construcción; se financian muchas veces
con instrumentos fiscales respaldados por los gobiernos (con base en altas tasas de
rendimientos) y; finalmente, cobran por el número de “internos” que logran arraigar
en la institución carcelaria. También, de acuerdo con lo observado en otras latitudes,
es posible prever mayor endurecimiento de las leyes penales y un aumento de la
oferta de espacios para la reclusión, pues como es sabido, para que exista una
inversión del sector privado, debe asegurarse la recuperación de su inversión y la
extracción de las ganancias correspondientes.

31
Christie, Nils. La industria del …, op. cit., pp. 106-107.
28
Conclusiones

Al finalizar este artículo, hemos intentado dar a conocer las ventajas que ofrecen los
medios de justicia alternativa para la solución de conflictos penales sobre aquellas
que proporciona el proceso tradicional de administración de justicia en la Ciudad de
México. La preocupación no es únicamente de los intelectuales y académicos,
afortunadamente también ha sido recogida e impulsada por las propias autoridades
responsables de impulsar el nuevo sistema:

En particular nos ha interesado el proceso penal actual en México, sobre


todo en el Distrito Federal, pues aquí es donde aún sigue vigente el
sistema inquisitorio, a diferencia de algunas otras entidades federativas en
las cuales ha comenzado a practicarse desde hace ya casi seis años el
sistema acusatorio, con toda una infraestructura que sostiene de forma
efectiva los anhelos de progreso social en el país.32

Un punto clave para entender cómo funciona este nuevo sistema procesal penal
acusatorio, y cuáles son las ventajas que representa en comparación con el sistema
inquisitorio, es la participación activa del juzgador durante el proceso penal, pues
ahora tiene la oportunidad de escuchar el relato de los hechos ocurridos
directamente de la voz de ambas partes, provocando así un acercamiento con la
persona que se está juzgando, y cuya resolución afectará a toda la sociedad en la
cual se desarrolla ese individuo. Ese acercamiento con el acusado permitirá la
posibilidad de que el juzgador comprenda que está tomando una decisión sobre la
vida de un ser humano y no sólo de un expediente que involucra a actores sin rostro
y singularidad.

En cuanto al aspecto procesal (formal), como se ha estado observando, será más


difícil caer en la corrupción, pues ahora se tiene que hacer efectivo el principio de
publicidad, con ello, se propicia mayor transparencia durante las diversas etapas del
juicio, pues ahora no sólo se tiene al acusado frente al juzgador, sino a cualquier
persona que decida estar en la audiencia, entonces, eso permite que incluso los

32
http://www.setec.gob.mx/work/models/SETEC/docs/DGPCD/Revista01.pdf., (consultada el
3 de enero del 2014).
29
medios de comunicación puedan estar presentes durante el desarrollo del
procedimiento y documentar así ante los ojos de otras autoridades y de la ciudadanía
en general lo que ha ocurrido en el caso en particular; además, por supuesto, de la
posibilidad de contar con las grabaciones de todas y cada una de las audiencias que
se lleven a cabo. Como sabemos, las personas suelen encontrar formas de evadir
los aspectos legales de algún procedimiento formal, sin embargo, como ya
mencionamos, ahora esto será más difícil de llevar a buen éxito.

Otro de los puntos clave ha sido entender y explicar qué función tienen las cárceles
no sólo en México, sino alrededor del mundo, pues son un pilar del sistema procesal
penal actual en la mayoría de los países. Según los estudios del Profesor Nils
Christie,33 la existencia y propósito de las cárceles obedece mayoritariamente a fines
económicos, y no a los fines declarados por los gobiernos del mundo, que son: la
prevención general y la reinserción social, pues el resultado, para el penitenciado, es
el de ser percibido como un “mal” que debe ser señalado, distinguido, marcado,
aislado, controlado y, en el último caso, erradicado con el mayor rigor posible y con
nulas posibilidades de reinsertarse en su sociedad.

A lo largo del presente artículo pudimos confirmar que las observaciones y


explicaciones del Dr. Nils Christie son acertadas, al menos para la Ciudad de México,
pues el sistema penitenciario y las cárceles son lugares donde los penitenciados
adquieren nuevas habilidades para cometer delitos, en lugar de modificar aquellas
conductas que los llevaron ahí. Además de esto, las pocas personas que logran
sobrevivir al encierro en prisión por la sentencia de algún delito cometido, y que una
vez en libertad tratan de llevar una vida acorde con los estándares morales y éticos
que la sociedad exige, en su externamiento son discriminadas por las empresas y
por la misma sociedad, lo cual trae como consecuencia que vuelvan a delinquir, pues

33
Profesor de Criminología de la Universidad de Oslo, presidente del Consejo Escandinavo
de Investigación de la Criminología, es un destacado sociólogo y criminólogo abolicionista,
cuenta con diversas publicaciones sobre la función del derecho penal.
http://blogcriminal.com/?p=56., (consultada el 3 de noviembre del 2017).

30
no encuentran fácilmente un medio de sustento, y muy probablemente vuelven a ser
ingresados en algún centro de “readaptación social”, lo cual crea un círculo vicioso
que afecta directamente a ese individuo en particular, y en consecuencia a la
sociedad de la cual es parte. En conclusión, la cárcel no corrige ni previene, sirve
para cualquier otro propósito no explícito, que evidentemente no es aquel establecido
por el legislador en el artículo 18 constitucional y que declarativamente se asocia con
la reinserción del penitenciado.34

Los argumentos que nos proporciona Nils Christie en sus obras La industria del
control del delito y Una sensata cantidad de delito, sin lugar a duda apuntan a
evidenciar que detrás de todo el sistema occidental de justicia penal moderna, se
esconde un propósito de carácter principalmente político-económico: abastecer a la
industria del control del delito con su “materia prima de trabajo”, la cual se nutre del
delito y del penitenciado. Ambos vinculados con la producción de consensos que se
relacionan con la reproducción de la conformidad; es decir, para asegurar la
continuidad del sistema de justicia.

La forma de lograrlo tiene que ver, y en mucho, con decisiones políticas y


económicas y no necesariamente con determinaciones de índole estrictamente
penal; piénsese, por ejemplo, en decisiones asociadas con la cantidad de presos
capturados (criminalización secundaria); en determinaciones sobre la punibilidad de
las figuras típicas; o en disposiciones vinculadas con delitos que tienen su origen en
los códigos morales o en paradigmas prohibicionistas (como en el caso de los
drogas); pero también piénsese en la decisión de penalizar muchos de los conflictos
cuya salida puede encontrar en las soluciones alternas una vía menos problemática
que la que se desprende de la ofrecida por la punición.

34
De los propósitos no explícitos asociados a la reproducción de la cárcel como modelo útil
para el control social destacamos algunos: refuerza la moral del futuro, sirve para fomentar la
cohesión social y para consolidar el principio de autoridad.
31
De alguna manera, el nuevo paradigma de justicia penal adversarial permite
recuperar parcelas para la sociedad y los particulares que hoy le son propias y
exclusivas a esta industria del control del delito; si no logramos su consolidación
podrá seguir funcionando, y no sólo eso, sino generando aflicción para los
penitenciados y ganancias multimillonarias para sus dueños.35 ¿Cómo lo sabemos?
porque como dice Nils Christie; esta es una industria privilegiada, pues el “recurso
natural” que le da origen, es ilimitado.

Como hemos ya visto, se trata de comenzar con los delitos de baja cuantía, que
paradójicamente son los que constituyen el mayor volumen y los que aportan la
mayor cantidad de sujetos penitenciados en nuestro país (y no los delitos de gran
ofensa para la sociedad, en los que se cometen fraudes multimillonarios o
afectaciones graves a la ecología), lo cual tiene relación directa con las explicaciones
de Nils Christie, pues en comparación con el índice de los delitos considerados de
baja cuantía, las transgresiones de los poderosos son numéricamente mucho
menores y, por lo tanto, no proporcionan una ganancia significativa para la Industria
del control del delito.

Entender este aspecto, es fundamental para lograr comprender las razones por las
cuales la implementación de los métodos de justicia alternativa en los sistemas
penales y procesales penales del sistema jurídico constituye una tarea complicada,
pues compite directamente con los intereses económicos de aquellos que toman
muchas de las decisiones que afectan nuestras vidas.

La función que desempeñan los medios de comunicación en esta serie de


acontecimientos es primordial, pues ayudan a confirmar la necesidad casi vital de
cumplir con los requisitos de éxito, según los parámetros de una sociedad donde la
35
En México existen unas 10 mil empresas dedicadas a la industria de la seguridad, de ellas
80% no están reguladas por las corporaciones policiacas que corresponden, explica Alberto
Rivera, presidente de la Asociación Mexicana de Seguridad Privada, Información, Rastreo e
Inteligencia Aplicada (Amsiria). http://archivo.eluniversal.com.mx/nacion-
mexico/2014/periodismo-de-investigacion-sin-control-empresas-de-seguridad-993642.html,
(consultada el 6 de diciembre del 2017).
32
calidad de sus integrantes está determinada por la cantidad de sus pertenencias, así
como por su aspecto físico o los títulos que pueda tener en su haber, así lo menciona
Nils Christie:

Ningún dictador dice que el dinero y el consumo son los objetivos de la


vida. Pero esto es dicho. No por los grandes espectáculos, los grandes
desfiles o la música militar. Nuestro tiempo es el tiempo de la gente
hermosa, la exposición de cómo ellos viven, de cómo llegaron a ser lo que
son. ¡Qué vergüenza no tener éxito! En la venta de este mensaje, el
mercado actual es tal vez considerablemente más eficiente que el aparato
de propaganda perteneciente a las viejas dictaduras totalitarias.36

Esto nos lleva de nuevo a un tema de vital importancia para entender por qué el país
atraviesa por una crisis no sólo económica, sino que, como resultado de ese
desajuste económico, ha venido un desequilibrio social y cultural, al punto de
extinguir el Estado de Bienestar. Si el Estado mexicano tuviera una política
construida para priorizar el bienestar público, muchas de las personas que ahora
cumplen una pena en algún centro de reclusión podrían haber tenido más recursos
para evitar las conductas que los llevaron a ese lugar; pero no ha ocurrido así, y
parece que no va a ocurrir en un futuro inmediato pues lo acontecido apunta, más
bien, a que se ha desdibujado su carácter social a pasos acelerados y se ha perdido
gran parte de su identidad con las causas de las mayorías y de los gobernados.

Finalmente, si todos aprendemos a dialogar, si aprendemos a comunicarnos sin


avasallar a otros seres humanos, si aprendemos a no producir rencor sino que
producimos sinergia o simbiosis con los demás, seremos actores activos en la
construcción de la paz y de la concordia; y por último, la finalidad de la justicia
alternativa es aproximarnos a la armonización de la vida con la cultura y, en
consecuencia, sentar las bases que encontramos en la Declaración Universal de los
Derechos Humanos, la Declaración de los Derechos del Niño, y otras Declaraciones
o principios consagrados de Instituciones que señalan que los seres humanos
tenemos derecho a crecer en un ambiente de amor, felicidad y comprensión, y que el

36
Christie, Nils. Una sensata …, op. cit., p. 43.
33
desarrollo humano del que tanto se habla solo es concebible si desarrollamos
armónicamente nuestras habilidades empáticas.

34
Bibliografía

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(volumen I), Edit. Trotta, Madrid, España, 1997.

Christie, Nils. La industria del control del delito, Editorial Editores del Puerto, 2ª
Edición, Buenos Aires, Argentina, 1993.

Christie, Nils. Una sensata cantidad de delito. Editorial Editores DEL PUERTO,
Buenos Aires, Argentina, 2004.

Cohen, Stanley, Visiones de control social; Edit. PPU, Barcelona, España, 1988.

Foucault, Michel. Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión. Editorial Siglo veintiuno,


trigésimo cuarta edición en español, Buenos Aires, Argentina, 2005.

García Ramírez, Sergio, Desarrollo de los sustitutivos de la prisión, en: Cuadernos


para la reforma de la justicia. Las penas sustitutivas de la prisión, UNAM, México,
1995.

Márquez Algara, María Guadalupe. Mediación Penal en México. Editorial Porrúa,


México, 2013.Neuman, Elías. La mediación penal y la justicia restaurativa. Editorial
Porrúa, México, 2005.

Hemerografía

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de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Vol 26, N° 1, Chile,
2005.

Christie, Nils. El umbral del dolor, en: Revista Letras Libres. No. 171, correspondiente
al mes de marzo del 2013.

35
Jiménez, Néstor, Hay que borrar la idea de que todo delito debe castigarse con
cárcel, Diario “La Jornada”, 26 de febrero del 2018.

Consulta Legal

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. 2014, 171ª ed., Editorial
Porrúa.

Código Penal Federal. Compilación Penal Federal y del DF. 2013, 46ª ed., Editorial
Raúl Juárez Carro, S.A. de C.V.

Ley de Justicia Alternativa del Distrito Federal. 2013, 6ª ed., Editorial ISEF.

Cibergrafía

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http://biblio.juridicas. unam.mx/libros/7/3121/5.pdf, consultado el 15 de octubre 2017.

http://blogcriminal.com/?p=56., consultado el 3 de noviembre del 2017.

http://archivo.eluniversal.com.mx/nacion-mexico/2014/periodismo-de-investigacion-
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2017.
http://www.psicologia-online.com/pir/clasificacion-de-las-emociones-y-
caracteristicas.html, consultada el 25 de octubre del 2017.

http://www.setec.gob.mx/work/models/SETEC/docs/DGPCD/Revista01.pdf.,
consultado el 3 de enero del 2014.

https://www.animalpolitico.com/2011/05/en-df-6-mil-reos-esperan-condena-por-robar-
mil-pesos-o-menos/, consultado el 8 de enero del 2018.

https://www.animalpolitico.com/2012/12/dan-a-el-coqueto-240-anos-de-carcel-su-
condena-asciende-a-301-anos-de-prision/

36
http://desigualdad-mexicana.blogspot.mx/2010_05_01_archive.html., consultado el 2
de enero del 2018.

https://www.juridicas.unam.mx/legislacion/ordenamiento/constitucion-politica-de-los-
estados-unidos-mexicanos#10553.

37

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