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MEDICINA TRADICIONAL CHINA Y PROGRAMACION

NEUROLINGÜISTICA: UN ENFOQUE INTEGRADO

Dra. Maria del Carmen Barba, MV, CVA

La Programación Neurolingüistica fue creada por Richard Bandler y John

Grinder a mediados de los años 70. Estos profesionales de la Universidad de California

en Santa Cruz se dieron cuenta del éxito terapéutico de tres innovadores terapeutas de la

época: Milton Erickson (hipnosis clínica), Virginia Satir (sistemas de familia), y Fritz

Perls (terapia Gestáltica). Bandler y Grinder estudiaron cómo ellos lograban tal éxito,

También buscaron los patrones mentales que ayudaron a otras personas a ser exitosas en

otras áreas como ventas, deportes, comunicaciones, etc., y a personas que se habían

recuperado de traumas y fobias. Ellos denominaron “Programación Neuro-Lingüistica”

al grupo de técnicas destinadas a reprogramar nuestros mapas mentales limitantes y a

superarnos.

Entre esas técnicas hay algunas muy útiles para mejorar la comunicación y

acercamiento con los animales. Entre ellas el ‘Rapport’ que se refiere a conectarnos con

el interlocutor en el mismo canal sensorial. Con las personas podemos determinar si se

están comunicando en visual, auditivo o kinestésico, y con esta información además de

usar un lenguaje corporal similar al del otro, podemos llegar a establecer una

comunicación más efectiva y positiva. Esta técnica nos ayuda a mejorar la

comunicación con el dueño de la mascota, así por ejemplo si la persona nos está

diciendo que ‘ha visto que desde hace un par de días su perro estado vomitando

amarillento” nos indica que el canal sensorial mediante el que se está comunicando es

el visual, por lo tanto sería de gran ayuda el expresarnos visualmente: ‘¿de que color

era antes?, ¿ha habido cambio en la forma?, etc. Pero si la persona nos dice ‘desde hace

un par de días su perro se ha sentido raro, como si le doliera al defecar’, se está


comunicando e kinestésicamente. Así para establecer un mejor rapport debieramos

comenzar hablando en el mismo canal: ¿cómo es su perro normalmente? ¿De que forma

expresa su malestar? ¿Se ha puesto irritable, deprimido, apático, o quizás está

demandando más atención? Otra forma de hacer Rapport que es muy útil con el dueño

es repetir las mismas palabras que esta diciendo, incluso espejar sus movimientos.

Con los animales no es fácil determinar bajo que canal sensorial se están

comunicando, pero si podemos recurrir a la Teoría de los Cinco Elementos de la

Medicina Tradicional China para determinar a que esfera emocional pertenecen. Así

nuestro leguaje corporal, tono de voz y manera de acercarse sería diferente si nos

enfrentamos a un paciente tipo madera que a un paciente tipo agua, fuego, metal o

tierra.

Junto al Rapport podemos usar las una técnica llamada ‘Anclaje’, que asociamos

un refuerzo positivo a nuestra presencia. Las Anclas son estímulos, emociones o

sensaciones que evocan situaciones del pasado, ya sean positivas o negativas. Un

ejemplo claro es cuando uno escucha una melodía y recuerda momentos gratos de su

niñez, o el olor que le trae el recuerdo de la abuelita, por ejemplo.

En los animales, las anclas actúan como un refuerzo positivo o negativo. El

clásico anclaje negativo es el delantal blanco que el paciente asocia con una situación

incómoda donde se le examina, toca, toma temperatura, etc. Otro ejemplo es del perro

que durante un paseo es atacado por otro perro de una raza x, y que de allí en adelante al

encontrarse con un ejemplar similar trae a su mente un mal recuerdo.

Entre los anclajes positivos para nuestros pacientes podemos tener juegos,

comida, clickers, cariño, etc. Para nuestra práctica el tener presente la constitución del

paciente y su sensibilidad a lenguajes corporales distintos, nos permite sacar provecho

de esto, pudiendo lograr un grado importante de complicidad terapéutica.


Ahora, como es frecuente de encontrar dueños y mascotas tan similares

emocionalmente, el aplicar estás técnicas también mejora la aceptación y confiabilidad

del dueño a nuestro accionar terapéutico.

Por ejemplo, si tenemos enfrente aun paciente tipo Agua, muy tímido, nuestro

tono de voz será bajo y pausado, nuestros movimientos suaves, nuestra posición sentada

y quieta. Primero hablaremos mucho con el dueño antes de examinarlo, aprovechando

de obtener la anamnesis. Cuando el paciente esté más relajado es conveniente

acercarnos y tocarlo suavemente. Aquí el ancla es acariciar suavemente.

En cambio con un paciente tipo Fuego podemos pedir algún juguete o pelota

para interactuar con él, nuestro tono de voz será más alto y alegre, lo podemos examinar

durante el juego. Vamos a estar de pie, moviéndonos como el paciente. El ancla es el

juego, la alegría.

Un paciente tipo Tierra se entregará mejor a nosotros si le ofrecemos comida, le

rascamos tras las orejas o el abdomen, lo masajeamos harto, y hablamos alegremente

con el dueño. Aquí el Ancla es la comida y el masaje.

El tipo Madera acepta mejor nuestro liderazgo si entramos son la cabeza en alto,

mirando hacia su cola, evitando el contacto visual, con un tono de voz más áspero y

parejo, dejamos que él nos olfatee y casi no le prestamos atención. Cuando vemos que

se relaja le acariciamos la cabeza y esperamos a que él nos pida más caricias. Hasta que

llega el momento en que él expone su abdomen como signo de sumisión y solicita ser

acariciado. También podemos darle alimento una vez que ellos obedecen alguna orden

como sit, down o mano.

El tipo Metal se relaciona mejor con uno si siente que uno respeta su espacio,

cuando uno se acerca y se aleja examinándolo de a poco. El Ancla es el respeto.

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