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En cada hombre hay una mujer y dentro de cada mujer hay un hombre, que
están allí para des-
cubrirlos. Esta afirmación se da en varios planos (físico o biológico, mental o
psicológico y es-
piritual).Desde el punto de vista biológico los varones y mujeres poseemos
glándulas que se-
gregan hormanos, el exceso o la falta de secreción de algunas hormonas
producen en ambos sexos cambios que pueden ser con respecto al bello en el
cuerpo,el tono de la voz, el tamaño de las mamas, etc.
En psicología, Jung ha denominado a estas imagenes interiores de varón-mujer
o transexuales
inconcientes "animus"y "anima". La primera masculina significa viento, aliento o
espíritu,
la segunda femenina sigifica alma.Alrededor de estos símbolos se moviliza el
mundo de la re-
lación entre hombre y mujer.
El anima encarna toda la experiencia colectiva que el hombre tiene de la mujer,
la representa-
ción del anima es igual para todos los hombres, pero además de lo colectivo
también se da lo
particular.Para algunos la imagen interior de la mujer puede ser que sea negra
de ojos verdes
y labios sensuales, para otros rubia de ojos claros y rasgos inocentes.
La imagen que cada uno posee va a depender de la experiencia que cada
hombre haya tenido
con las mujeres en especial con su madre.Como todas las figuras arquetípicas
tienen dos caras
o dos aspectos bien diferenciados.
Una mujer puede despertar en un hombre su aspecto creativo e inspirador o su
faceta más oscura y cruel. Cuando el hombre toma conciencia de estas
energías dentro suyo, lo ayudarán a darse cuenta que imagen ha incorporado
la cual es proyectada a su pareja o a otras mujeres.
El animus es la imagen arquetípica del hombre que existe dentro de toda mujer,
es el guerrero, el intelectual, el estadista, el constructor en el plano material
como en el mental.También va a depender de la relación con el padre y el
colectivo que incorpora de las experiencias que haya tenido con los hombres a
lo largo de su vida.
El anima conduce al hombre por los laberintos oscuros de los sentimientos y
enredos emocio-
nales que a veces lo desestabilizan y lo hace sentir como un pez fuera del
agua. La mujer se ve
seducida por el animus a la independencia y a su propia realización.
Como desarrollamos las relaciones con los hombres y mujeres en nuestro
camino, nos sirve de
espejo para ver como se encuentran nuestras relaciones más profundas que
son el anima-ani-
mus.El aprendizaje consiste en equilibrar estos maestros interiores que nos
sirven de guías para
conducirnos por este viaje llamado vida.
Para poder evolucionar el primer paso es reconocer los aspectos femeninos-
masculinos en la psiquis, tratando de distinguirlos a través de nuestros
actos.En segundo lugar tratar de superar
los aspectos negativos masculinos-femeninos, recuerden que dijimos al
comienzo que como todo arquetipo tiene dos aspectos uno positivo y otro
negativo. Al producirse la alquimia de
los elementos negativos en positivos se logrará el equilibrio entre ambas
polaridades de este modo nos permitirá según dicen la ciencias esotéricas
crear un ser andrógino interno condición sin equa non para la fusión con el
alma gemela.
Júpiter examinó con los dioses el partido que había que tomar, el asunto no se
presentaba sin dificultades, los dioses no querían aniquilar a los hombres como
antes a los gigantes fulminádolos, porque entonces el culto y los sacrificios que
los hombres le ofrecían habrían desaparecido; pero por otra parte, no podían
tolerar semejante insolencia.En fin, después de largas reflexiones, Júpiter se
expresó en los términos que siguen:"Creo haber encontrado dijo, un medio de
conservar a los hombres y de tenerlos muy sujetos, éste medio consiste en
disminuir sus fuerzas, los separare en dos y así serán más debiles y tendremos
además otra ventaja que será la de aumentar el número de los que nos sirven.
Caminarán derechos, sostenidos sólo por dos piernas y si después de este
castigo conservan su audacia impía y no quieren estarse quietos, los separare
de nuevo y se verán obligados andar sólo con un pie, como los que danzan
sobre el odre en las fiestas de Baco". Después de esta declaración, el dios
efectuó la separación que había dicho, y lo hizo de la misma manera que se
cortan los huevos, dividién-
dolos en partes iguales. Mandó luego a Apolo que curase las heridas y que
colocase el rostro y la mitad del cuello del lado en que había hecho la
separación, para que a la vista de éstos castigos, fuesen más modestos.Hecha
esta división cada mitad buscaba encontrarse con la que le correspondía y
cuando ambas se encontraban, se abrazaban y se juntaban con todo ardor, con
el deseo de recobrar su antigua unidad, en este abrazo perecían de hambre e
inanición, no queriendo hacer nada uno sin otro.Cuando una de estás dos
mitades perecía, la que subsistía buscaba otra, a la cual se unía de nuevo al
azar, sin mirar si era una mitad de ser femenino completo (llamado hoy mujer) o
era una mitad de hombre, y así la raza se iba extinguiendo.
Zeus apiadado, concebió otro recurso, puso por delante los órganos de la
generación que esta-
ba detrás (hasta entonces se concebía, en efecto y se esparcía la semilla, no
uno en otro, sino en tierra como las cigarras), haciendo así la concepción por la
unión del macho y la hembra. Entonces si la unión se producía entre el hombre
y la mujer, nacería los hijos; pero si el macho se unía al macho, la sociedad los
separaba pronto.de ahí proviene naturalmente el amor que tenemos unos por
otros, nos devuelve a nuestra naturaleza primitiva, hace todo lo posible para
reunir las dos mitades y por devolvernos a nuestra antigua perfección.Cada
uno de nosotros no es pués, más que una mitad de hombre; esas mitades se
buscan siempre.Los hombres que provienen de aquella separación de seres
compuestos llamados andróginos, amam a las mujeres, y la mayoría de los
adúlteros pertenecen a esta clase a los que pertenecen también las mujeres
que aman a los hombres y violan las leyes del himeneo. Pero las mujeres que
proceden de la separación de las mujeres primitivas no prestan gran atención a
los hombres y se muestran más inclinadas a las mujeres; a esta especie
pertenecen las tribadas.
Del mismo modo, los hombres que provienen de la separación de los hombres
primitivos, buscan el sexo masculino.Cuando a alguno de ellos le ocurre
encontrarse con su mitad, la simpatía, la amistad, el amor se apodera de
ambos de una manera tan maravillosa que no quieren separarse de ningún
modo, ni aún por un minuto.La causa es que nuestra naturaleza primitiva era
una y que formabamos un todo completo. Se da el nombre de amor al deseo y
a la persecución de éste antiguo estado"
El padre Mamerto Menapache tiene varios libros escritos y uno de ellos Ël
Amor es cosa seria"
tiene una introducción basada en las reflexiones de Platón.