Sei sulla pagina 1di 1

UNA DECISIÓN PERSONAL DE SEGUIR A CRISTO

Habrá notado en estos estudios bíblicos que el hecho de ser cristiano significa haber
establecido una relación íntima con Cristo. Esta relación se construye sobre el amor de Dios
hacia los pecadores, tal como ha sido expresado en la persona de Jesús. Los que han
establecido esta relación se han considerado pecadores sin esperanza de salvarse; se han
arrepentido del pecado y han entregado sus vidas a Jesús, reconociéndolo como el único
Salvador del pecado y el Señor de sus vidas.

Así, pues, la salvación del pecado es el resultado de una decisión personal. El Espíritu
Santo convence a cada persona de que es pecadora y señala a Jesús como la única
esperanza para ser salva. Entonces el que llega a entender lo que significa ser pecador y
quien lo puede cambiar, tiene que decidir por si mismo si desea aceptar a Cristo y ser salvo
o si le va a rechazar. No es suficiente saber sólo acerca de Jesús. Sólo los que confían en Él
tienen la vida eterna. El Nuevo Testamento dice: “El que cree en el Hijo de Dios tiene el
testimonio en sí mismo; en que no cree en Dios le ha hecho mentiroso, porque no ha creido
en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. Y éste es el testimonio: que Dios nos
ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no
tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Estas cosas os he escrito a vosotros para que sepáis
que tenéis vida eterna.” (1 Juan 5:10-13)

Puede ser que usted haya aceptado a Jesús como su Salvador en el transcurso de estos
estudios. O quizás esté pensando seriamente en hacerlo ahora mismo. Si usted está
convencido de que es pecador, de que Jesús vino a este mundo a salvar a los pecadores,
incluido usted, y desea ahora mismo afirmar su fe en él, puede hacerlo usando la siguiente
oración como suya.

“Padre Celestial, te doy gracias por tu Palabra y por el privilegio que me has dado de
estudiarla. Gracias por todo lo que estás enseñando. Gracias por tu amor hacia los
pecadores incluyéndome a mí. Gracias por haber mandado a Jesús a este mundo para
salvarme. He vivido hasta ahora según mi propia voluntad, pensando poco en ti. Pero me
has enseñado que Cristo vino a este mundo a sufrir el castigo de la muerte en mi lugar y
que me ofreces el perdón del pecado y la vida eterna en él. Hoy me arrepiento de mi pecado
y me entrego a ti. Acepto a Jesús como mi Salvador y Señor de mi nueva vida. Te pido esto
en el nombre de Cristo Jesús, tu Hijo y el único Mediador entre tú y los hombres. Amén.”

Yo acepté a Jesús como mi Salvador del pecado y el Señor de mi nueva vida.

______________________ ______________________
fecha firma

Potrebbero piacerti anche