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1-15
Introducción
Una de las características principales de la adoración
cristiana es el uso de lenguaje simbólico, artístico y
religioso. Todas las tradiciones cristianas usan imágenes
verbales y visuales para hablar de la fe. Esta cualidad de
nuestra fe es muy común, tanto que por lo regular no le
prestamos atención a las dimensiones poéticas del lenguaje
que usamos cuando pensamos sobre nuestra fe y cuando
adoramos a Dios.
La metáfora de la familia
Pensemos, a manera de ejemplo, en las muchas
metáforas que usa la Iglesia cristiana para describirse a sí
misma. Una de las metáforas más comunes es la imagen de
la familia. De acuerdo a esta imagen poética, por medio de
la fe las personas creyentes llegan a ser hermanas, unidas
por el amor del Padre celestial.
La Biblia usa la imagen de la familia para definir y
caracterizar las relaciones entre las personas de fe. El
Nuevo Testamento se refiere a la Iglesia una y otra vez
como “la familia de Dios”. Esto explica por qué, hasta el
día de hoy, los creyentes se llaman “hermanos y hermanas”
los unos a los otros.
Una imagen peligrosa
El problema es que esta imagen no es tan inocente
como parece. Debo recordarles que, aunque muchas
congregaciones todavía usan esta imagen para describirse a
sí misma, la Iglesia primitiva rechazó la imagen de la
familia y el modelo de organización social que dicha
imagen sugería. La familia grecorromana era demasiado
jerárquica y patriarcal para proveer un modelo adecuado
para organizar la vida y el trabajo de la Iglesia. En lugar de
la imagen de la familia, la Iglesia primitiva prefirió la
metáfora del cuerpo de Cristo como su principio
organizador.
La pregunta que se impone es: ¿Por qué? ¿Por qué la
Iglesia rechazó la hermosa metáfora de la familia? ¿Por qué
prefirió compararse a sí misma con un cuerpo, sabiendo que
la cultura y la filosofía grecorromana creía que el cuerpo
humano era algo malo, que era la tumba del alma?
Bueno, yo no tengo la respuesta definitiva. Quizás
algún experto pueda contestar esa pregunta con certeza. Yo
no tengo certeza, lo que tengo es una corazonada, una idea,
una intuición. Yo creo que la Iglesia se separó de la imagen
de la familia simplemente porque era muy peligrosa;
porque atentaba contra la vida comunitaria.
El peligro de la metáfora
El hecho es que las relaciones familiares son difíciles.
Aunque la palabra “familia” para algunos evoca recuerdos
hermosos, para otros trae a la memoria recuerdos
desastrosos.
Sí, las familias pueden nutrir, proteger y bendecir.
Pero las familias también pueden amenazar,
agredir y destruir.
De hecho, algunos de esos recuerdos que amamos
tanto, evocan un tiempo donde las mujeres estaban
condenadas a limitar su vida a servir a los demás. Evocan
un tiempo donde las mujeres luchaban por determinar su
propio futuro en un mundo dominado por los hombres.
Un ejemplo bíblico
Conclusión