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Autor: desconocido
Uno de los pasajes que utilizan con más frecuencia los “pastores del diezmo”,
buscando intimidar y de ese modo aprovecharse de la ingenuidad de la gente es,
(malaquías: 3:8) “…vosotros me habéis robado…” dicen los falsos maestros,
pretendiendo hacer creer que citan a Dios, mientras ellos son los que
realmente le están robando a las personas y a Dios con esta mentira.
¿Cuántas de las personas que leen este artículo han sido engañadas con este
pasaje? Recuerdo haber escuchado este versículo en una clase de estas iglesias
seudo evangelistas, y haberme decidido a dar el diez por ciento de mi salario,
porque no quería escuchar a Dios llamándome ladrón. Pero en verdad, lo que
Dios dice en este pasaje, no es para los cristianos. Él jamás diría que le he
robado, porque soy su hijo por la fe que es en Cristo, y todo lo que es suyo me
pertenece. Pero vamos a analizar este pasaje, y usted podrá comprobar lo que
Dios realmente dice en él
El libro de Malaquías fue escrito unos 400 años antes de Cristo, y está dirigido a
la Nación de Israel:
En el versículo seis del capítulo tres (Mal: 3:6) que es donde comienza nuestro
análisis, sigue dirigiéndose a los israelitas:
“Porque yo Jehová no cambio; por esto, hijos de Jacob, no habéis sido
consumidos”
El hecho de que este dirigido a la Nación de Israel y no a la iglesia, debería ser
suficiente para que el cristiano lo analice cuidadosamente. Y eso es lo que
trataremos de hacer con la ayuda de Dios.
“Desde los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y no las
guardasteis .Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros, a dicho Jehová de los
ejércitos. Más dijisteis: ¿En qué hemos de volvernos?” (Mal: 3:7)
Permítame aclarar, por si no lo está viendo claro, que Dios está reclamándole
estas cosas a la Nación de Israel, no a la iglesia. No podría referirse a la iglesia
porque 400 años antes de Cristo, esta aun no existía.
Los israelitas estaban bajo la ley, la cual obliga al hombre a hacer algo para
recibir algo a cambio.
La iglesia no está bajo la ley mosaica, es decir que en ella, esto de “hacer algo
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para recibir algo,” no funciona.
La iglesia está bajo la gracia (Ro:6:14) y todo lo que recibe es por gracia a través
de Cristo: “Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. (Jn:1:16)
Dios dice que ellos le roban porque el diezmo le pertenece a él (levítico: 27:30;
32) y los israelitas no lo están entregando como él dice, sino que se lo están
quedando para ellos.
Ahora bien; si usted y yo fuésemos israelitas y estuviésemos viviendo en el
año 400 A C, este pasaje estaría hablándonos a nosotros, inexcusablemente.
Pero la verdad es que no soy de la Nación de Israel; por lo tanto, no tengo
porqué llevar a la casa de Dios el diezmo de: mi aceite, mi grano, mis animales,
etc.
Y en el caso que usted sí sea israelita, le doy una noticia: No estamos en el
400AC, por lo tanto, no está obligado a diezmar su trigo, su aceite, su vino, etc.
(no habla de dinero la ley, solo de alimentos: “…haya alimento en mi casa…”)
En el versículo nueve Dios les recuerda que su desobediencia los deja bajo
maldición:
“Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición.
Pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas
escritas en el libro de la ley, para hacerlas” (Gal:3:10)
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maldición” La nación no estaba diezmando ni ofrendando y por ley habían
quedado bajo maldición. En (Dt:28) se puede informar acerca de las bendiciones
y maldiciones que traían el cumplimiento o incumplimiento de la ley. Pero
siguiendo con nuestro estudio, cabe preguntarse: Si Dios en este pasaje de la
Escritura se está dirigiendo a la nación de Israel
Siguiendo con el versículo diez de Malaquías, vemos que Dios promete dar
“bendición hasta que sobreabunde” a la nación de Israel, si primeramente
cumplen con la ley.
“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora
en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no abriré las ventanas de los cielos, y
derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”
En el 400AC los israelitas estaban, como dijimos, bajo la ley, debían cumplir los
mandamientos de Dios si querían que él los bendijera; por lo tanto, reta a la
nación a cumplir la ley y probar su fidelidad. Eso es perfectamente lógico antes
de la crucifixión, pero absolutamente absurdo bajo la gracia. Este pasaje no tiene
valor para el cristiano, el cristiano no puede probar a Dios; Dios no va a
bendecirlo porque el cristiano cumpla la ley, simplemente porque la ley no fue
dada para el cristiano.
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“… ¿Cómo no nos dará con él también todas las cosas?” (Ro:8:32)
Tal vez usted, como yo en mi ignorancia, haya probado a Dios, y habrá podido
comprobar que Dios no abrió las ventanas de los cielos en su vida, pues no ha
prosperado mucho materialmente ¿verdad?
Si Dios no cumplió con esa parte del trato ¿No será que ese trato no fue hecho
para usted? Le aseguro que de todas las personas que conozco que están
relacionadas con diezmar, a los únicos que les va bien con esto de las
bendiciones materiales, es a los pastores que lo recogen.
Ahora, si usted cree que las bendiciones que Dios promete enviar a los
diezmadores son espirituales; le recuerdo que no necesita diezmar u ofrendar
para que Dios se las otorgue; porque si usted está en Cristo ya ha sido
bendecido “…con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo.”
(Ef:1:3)
Conclusión: lo que se reclama en las iglesias como diezmo del salario o de los
ingresos brutos de las personas es mentira, no tiene base bíblica.
Diez Razones por las el pasaje de Mal. 3:6-12 no se puede aplicar hoy a los
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3- Porque fue escrito para la nación de Israel (vs9) a quien se le había dado la
ley, y los cristianos no somos judíos, No somos ni judíos, ni gentiles; somos la
iglesia de Dios.
8- Porque “probar a Dios” (vs 10) no siendo judío, no estando bajo la ley, y
teniendo todo lo que pertenece a Dios a través de Cristo (Ro 8:17; 1Co:3:21-23)
es lisa y llanamente una estupidez. El cristiano no necesita “probar a Dios”,
porque el cristiano es una criatura espiritual (2Co5:16-17), que anda por fe
(2Co5:7), que no se afana por el mañana porque ha rendido su vida al Señor y
confía en él. (los judíos a quienes se dirigía el profeta no confiaban en el Señor,
por eso el Señor los provoca a que lo “prueben”)
9- Porque si este pasaje tuviese validez para los cristianos, el Señor Jesucristo
hubiese sido inmensamente rico en la tierra; sin embargo no tenía “dónde
reposar su cabeza”. Tampoco tuvo validez para el apóstol Pablo.
10- Porque el diezmo y las ofrendas, (como toda la ley en si) no son un fin en si
mismos, sino el medio por el cual Dios busca que el hombre cumpla con Sus
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propósitos. Si el diezmo fuera un fin en si mismo también lo serian el día de
reposo y los sacrificios, y debiéramos entonces, guardar el sábado y seguir
sacrificando animales, lo cual es absurdo pues “el fin de la ley es Cristo…”
(Ro10:4)