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¿ES EL EVANGELIO DE LA GRACIA EL

NUEVO EVANGELIO DE PABLO?---


¡La Verdad que Muchos Predicadores han
Olvidado por causa de la Tradición!

“…PARA DAR TESTIMONIO DEL EVANGELIO DE LA GRACIA DE DIOS”


(Hechos 20:24)

Por Mario A Olcese Sanguineti

¿Cuántos Evangelios Hay en la Biblia?

Hay muchas personas que creen que el evangelio de Pablo es el


evangelio de la gracia de Dios (Hechos 20:24), mientras que el evangelio
de Jesucristo es el evangelio del reino de Dios (Marcos 1:1,14,15).
También se dice que Pablo predicaba su propio evangelio de la gracia a
los gentiles (Romanos 2:16), mientras que Cristo predicó el suyo propio
para los Judíos llamado “el Reino de Dios” (Marcos 1:1, Lucas 4:43).
Pero, ¿es posible que existan dos o más evangelios en la Biblia?¿Predicó
Pablo un evangelio diferente para los gentiles que nada tenía que ver
con el Reino de Dios?

En primer lugar, el propio apóstol Pablo admitió que sólo había un solo
evangelio en la Biblia. Sus palabras son las siguientes:

“Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os


llamó por la **gracias** de Cristo, para seguir un evangelio
diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os
perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo, para seguir
un evangelio diferente. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo,
os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado
sea anatema.” (Gálatas 1:6-9).

Tome nota el lector que Pablo afirma que no hay otro evangelio que el
evangelio de Cristo. El no está diciendo por ningún lado que existe un
evangelio para los Judíos y otro para los gentiles. El es claro al decir
que sólo hay un evangelio---¡el evangelio de Cristo! De modo que
podemos concluir que el evangelio de Pablo era exactamente el mismo
evangelio que había predicado Cristo a los Judíos antes que él. En los
versos 11 y 12 Pablo añadirá: “Mas os hago saber, hermanos, que el
evangelio predicado por **mi,** no es según hombre; pues yo no lo
recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de
Jesucristo.” De modo que fue el propio Jesucristo glorificado quien le
enseñó a Pablo el verdadero y único evangelio bíblico.

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El Singular Evangelio de Jesucristo

“Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea


predicando el evangelio del reino de Dios” (Marcos 1:14). En Lucas
4:43 Jesús revela lo siguiente: “Pero él les dijo: Es necesario que
también a otras ciudades anuncie el evangelio del Reino de Dios
porque para esto he sido enviado”.

En estos dos pasajes, aunque hay otros más, se dice que el evangelio de
Cristo es el Reino de Dios***---¡el evangelio del reino de Dios! De modo
que acá tenemos un evangelio que consiste en el Reino de Dios.
Trágicamente algunos falsos maestros sostienen que el Reino de Dios
no es el evangelio, sino que el evangelio procede del Reino de Dios. Es
decir, el evangelio es del Reino o familia de Dios**---¡la iglesia! Ellos
dicen que cuando la Biblia menciona “el evangelio del reino de Dios”
esto significa que el evangelio procede de la iglesia o reino de Dios”.
Ellos no creen que éste consiste en el Reino de Dios. Esta tesis, sin
embargo, tiene un problema, y ese problema es que cuando Jesús
comenzó predicando el evangelio del reino de Dios, ¡la iglesia aún no
había sido fundada! ¿Cómo podría proceder el evangelio de una iglesia
aún inexistente?

Ahora bien, si seguimos la lógica de estos maestros, tendríamos que


concluir también que cuando la Biblia nos habla del “evangelio de la
paz” (Efesios 6:15), del “evangelio de vuestra salvación” (Efesios
1:13), y del evangelio de la gracia este evangelio único procede de la
paz, de la salvación y la gracia. Pero, ¿puede el evangelio proceder de la
paz, de la salvación y de la gracia?¿No sería más sensato concluir que el
evangelio consiste en la paz, en la salvación y en la gracia? Aplique este
mismo principio al evangelio del reino de Dios y verá que el evangelio
consiste en el reino de Dios y no que procede del reino de Dios.

¿Qué era el evangelio de la Gracia de Pablo?

En Hechos 20:24 el apóstol Pablo dice que él fue comisionado “…Para


dar testimonio del Evangelio de la gracia de Dios”. ¿Pero puede el
evangelio de la gracia pasar por alto el reino de Dios? No lo creo.
Observe que en el siguiente versículo, el 25, Pablo no ignora el reino de
Dios cuando dice: “y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos
vosotros, entre quienes he pasado predicando el REINO DE DIOS,
verá más mi rostro. Y en El verso 27 agrega: “Porque no he
**rehuído** de anunciaros todo el consejo de Dios.”. Pues bien, si
juntamos los versos 24, 25, y 27 veremos que el evangelio de la gracia
de Pablo incluía el Reino y todo el consejo de Dios. Esto es
indiscutible. Pablo jamás enseñó que el evangelio de la gracia consistía
exclusivamente en el principio de que somos salvos por fe sin las obras
de la ley. Aunque es verdad que Pablo habló de que somos salvos por la
fe y no por las obras (Romanos 3:28), él tuvo en mente muchas cosas
más por la frase “el evangelio de la gracia”, como ya quedó demostrado

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en parte arriba, y que incluía obviamente el Reino de Dios. Más
adelante seguiremos mostrando que el evangelio de la gracia incluye
otras cosas importantes.

La gracia venidera con la Reaparición o Revelación de Jesús

Muchos estudiantes de la Biblia no se han puesto a reflexionar que


Pablo mencionó una gracia futura y aún venidera en 1 Pedro 1:13. Este
crucial versículo nos dice lo siguiente, y por favor presten mucha
atención a sus palabras: “Por tanto, ceñid vuestros lomos de vuestro
entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en LA GRACIA
QUE SE OS TRAERÁ CUANDO JESUCRISTO SEA MANIFESTADO”.
¡Qué interesante es esto! Hay una gracia que se nos traerá, un don o
dádiva que nos traerá Jesucristo en su segunda venida. Recordemos
que Pablo predicó el evangelio de la gracia. Ahora tenemos una gracia
que vendrá con Cristo en su segunda venida. En los versos 4,5,9
podemos descubrir lo que es esa gracia que se nos traerá el señor y que
está reservada por ahora en los cielos: “para una herencia
incorruptible, incontaminada e inmarcesible, RESERVADA EN LOS
CIELOS para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios
mediante la fe, para alcanzar LA SALVACION que está preparada
para ser manifestada en el tiempo postrero…obteniendo el fin de
vuestra fe, que es vuestra SALVACION” (versos 4,5,9). Esa gracia no
es otra cosa que la salvación que nos traerá Jesucristo al darnos
herencia de algo. He aquí la prueba:

En Mateo 25:31,34 leemos que Jesús, al volver, les dará a los suyos
herencia en el reino, herencia que significará la salvación de los
hombres. Dicen estos versículos, así: “Cuando el Hijo del Hombre
venga en su gloria, y todos los santos ángeles, entonces se
sentará en su trono de gloria…entonces el rey dirá a los de su
derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el Reino preparado
para vosotros desde la fundación del mundo”. Este es otro aspecto
de la gracia que pocos entienden: ¡nuestra salvación dentro del reino de
Cristo que se manifestará en su revelación gloriosa! He aquí la segunda
prueba:

La Petición por la Salvación de un Joven Rico a Jesús:

En la entrevista de un joven rico con Jesús descubrimos que la


salvación postrera (=la gracia venidera) está estrechamente ligada con la
herencia del Reino de Dios que Cristo traerá en la parusía. Dice Mateo
19:16-25: “Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué haré
para tener la vida eterna? El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno?
Ninguno hay bueno sino uno; Dios. Mas si quieres entrar en la
vida, guarda los mandamientos…el joven le dijo: Todo esto lo he
guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si
quieres ser perfecto anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres,
y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme. Oyendo el joven esta

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palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Entonces
Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente
entrará un rico en el Reino de los cielos. Otra vez os digo, que es
más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un
rico en el Reino de Dios. Sus discípulos, oyendo esto, se
asombraron en gran manera, diciendo: ¿Quién, pues, podrá ser
salvo?”.

Ahora observe el lector 3 frases resaltantes en este singular diálogo del


rico con Jesús: ‘Vida eterna’, ‘Reino de Dios’, y ‘ser salvo’. Entonces
podemos concluir que la salvación no es otra cosa que entrar en el reino
de Dios con vida eterna (S=R+V).

Regresando a Pedro, él claramente afirma que hay una gracia


venidera que traerá Jesucristo en su revelación, y esa gracia tiene que
ver con la salvación venidera que se completará en nosotros (ver 1
Pedro 1:4,5,9,13). Así que hay una gracia o salvación completa para
nosotros cuando Cristo vuelva y lo traiga. El traerá su reino, y se los
dará como herencia a su iglesia para que sea completada su salvación.
Recuerde que la salvación es tener vida eterna en el Reino como ya lo
demostramos arriba. Así que el evangelio de la gracia es el evangelio
de nuestra salvación en el reino de Dios con vida eterna. Por tanto
podemos decir que el evangelio del Reino (Mateo 24:14) tiene que ver
con el evangelio de la gracia venidera (Hechos 20:24) e igual el evangelio
de nuestra salvación (Efesios 1:13) y también con el evangelio de la
gloria de Cristo (2 Cor. 4:4), pues la gloria y el Reino vienen juntos y
muy unidos ( 1 Tes. 2:12).

Además, es interesante lo que Pedro dice en 1 Pedro 5:12: “…os he


escrito brevemente, amonestándoos, y testificando que ÉSTA ES
LA VERDADERA GRACIA DE DIOS, EN LA CUAL ESTÁIS”. ¿Cuál
podría ser esa verdadera gracia a la que se refería Pedro, y en la cual
estaban sus hermanos en la fe? La única forma de descubrirlo es
leyendo toda su primera epístola, y podremos descubrir lo siguiente:

1.- Eran ya renacidos para una esperanza viva para una herencia
incorruptible, reservada en los cielos para nosotros. (1 Pedro 1:3,4).
¡Esto se relaciona con el reino! (compare la palabra ‘herencia’ de 1 Pedro
1:3,4 con ‘heredad’ de Mateo 25:31,34, y ‘herederos’ de Santiago 2:5).
¡Todas tienen que ver con el Reino!.

2.- Que estaban guardados para alcanzar salvación en el día postrero (1


Pedro 1:5). ¡Esta salvación está asociada con el Reino también! (Mateo
19:16-25)

3.-Que fueron rescatados de nuestra vana manera de vivir que


heredaron de sus padres por la sangre de Cristo en la cruz (1 Pedro
1:18,19).

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4.- Recibieron la purificación de sus almas por la obediencia a la
verdad, mediante el Espíritu (1 Pedro 1:22). Sabemos que **de** los
puros de corazón verán a Dios una vez que baje la nueva Jerusalén en
el reinado milenario.

5.- Fueron renacidos por la Palabra que vive y permanece en el creyente


(1 Pedro 1:23). Este renacimiento está relacionado con el Reino de Dios,
ya que el que no “nace de nuevo” por el agua (La Palabra) no podrá ver
ni entrar en el reino (Juan 3:3,5).

6.- Eran un linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo


adquirido por Dios (1 Pedro 1:9). Esto también está asociado con el
Reino de Dios del milenio, ya que seremos reyes del Reino milenario de
Cristo.

7.- Eran herederos de bendición (1 Pedro 3:9).

8.- Andaban en buena conducta (1 Pedro 3:16). Esto también está


asociado con el Reino de Dios ya que los de mala conducta no lo
heredarán (Gálatas 5:19-21).

9.- Andaban en amor, hospitalarios, sobrios, y fieles orantes (1 Pedro


4:7-9).

10.- Estaban gozosos de los padecimientos por Cristo (1 Pedro 4:13).


Este padecimiento está asociado con el reino futuro, pues si padecemos
por Cristo, reinaremos con él ( 2 Timoteo 2:12).

11.- Participaban de la gloria que será revelada en la parusía (1 Pedro


5:1), entonces recibirían la corona incorruptible de gloria ( 1 Pedro
5:4,10). Esto se relaciona con el reino futuro, ya que al venir Cristo, nos
dará nuestras coronas de reyes.

Podemos ver que estar en la gracia es estar expedito para heredar el


Reino de Cristo. Es participar hoy de la gloria del reino que será
revelada en el futuro en su real dimensión.

Definitivamente no hay salvación completa sin el reino de Cristo. Esta


salvación en el Reino de Cristo es el otro aspecto de la gracia que vendrá
con Cristo en su segunda venida, para completar la salvación de los
creyentes que permanecen fieles a él.

Entonces es evidente que el reino de Cristo tiene mucho que ver con el
evangelio de la gracia de Pablo. De manera que todos aquellos que no
quieren ver esta verdad prístina de la Biblia han sido engañados por
Satanás. La gracia tiene un aspecto futuro o venidero, y sabemos que la
herencia del reino es todavía venidera o futura, una herencia que se
completará con la venida del Rey de gloria para arrebatar a los suyos e
introducirlos en su reinado milenario (Mateo 25:31,34).

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La Iglesia primitiva predicaba un nuevo rey y reino:

Una de las doctrinas bíblicas más importantes de la Iglesia apostólica


fue la proclama de que Cristo es el futuro Rey mesiánico. Sabemos que
El evangelismo de Pablo incluía la venida del Rey y de su Reino glorioso
(1 Tes. 2:12; Hechos 238:23,30,31). También leemos en Hechos 17, lo
siguiente de la predicación de los primeros cristianos: 6 “Pero como no
los encontraron, arrastraron a Jasón y a algunos otros hermanos
ante las autoridades de la ciudad, gritando: "¡Estos que han
trastornado el mundo entero han venido también acá, 7 y Jasón
los ha recibido en su casa! Todos ellos actúan en contra de los
decretos del emperador, afirmando que hay otro rey, uno que se
llama Jesús." Como podemos notar, la predicación de los primeros
cristianos definitivamente incluía el anuncio de que había otro rey que
gobernaría en Jerusalén, y de allí a todo el mundo.

La Entrada en la Gracia:

Pablo nos dice que tenemos entrada en la gracia de Dios para una
esperanza de la gloria venidera de Dios y su reino. Sus palabras son
éstas: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios
por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también
tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes
y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios” (Romanos
5:1,2). Note que tenemos entrada en la gracia, así como tenemos
entrada en el Reino de Cristo (Colosenses 1:13), **él** cual se
consumará cuando éste se establezca en la tierra. Jesús le dijo a
Nicodemo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de
agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios”. Hoy, los
cristianos ya tienen entrada a esa gracia o reposo en Cristo (Hebreos
4:3), el cual se completará en su reino milenario (Heb. 4:9).
¡Procuremos, pues entrar en aquel reposo o gracia que vendrá con
Cristo y su Reino! (Hebreos 4:11).

Coherederos de la Gracia de vida:

Las Escrituras nos dicen que la gracia es una herencia, y que los
creyentes son los herederos de ella. Dice 1 Pedro 3:7: “Vosotros,
maridos, igualmente vivid con ellas sabiamente, dando honor a la
mujer como vaso más frágil, y como a COHEREDERAS de la gracia
de la vida…” (1 Pedro 3:7).Pero igualmente las Escrituras nos dicen
que somos coherederos del Reino de Cristo, de modo que esa
herencia de la gracia de vida tiene que ver con la herencia del Reino, el
cual nuestro Señor establecerá en la tierra en su parusía o venida en
gloria. Recuerde que entrar en el reino es entrar a la vida eterna, como
ya vimos en el diálogo del joven rico con Jesús en Mateo 19:16-25.

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También Dice santiago 2:5 “Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha
elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe
y herederos del Reino que ha prometido a los que le aman?”.

El Evangelio de las inescrutables Riquezas de Cristo:

El apóstol Pablo define la gracia en Efesios 3 como las inescrutables


riquezas de Cristo. El dice que fue encomendado para administrar la
gracia a los gentiles (Efesios 3:1,2). A esta gracia Pablo la llama “el
misterio” que estaba escondido y que ahora es revelado a los santos
(versos 3-5). ¿En qué consiste esta gracia misteriosa que estuvo
escondida por generaciones? En los versos 5-8 Pablo nos lo revelará:
“Que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y
copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del
evangelio del cual yo fui hecho ministro por el don de la gracia de
Dios que me ha sido dada…me fue dada esta gracia de anunciar
entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de
Cristo”.

Note ahora que Pablo dice que la gracia llegó a los gentiles para que
sean copartícipes de la promesa. ¿Qué promesa? Pues si leemos el
capítulo anterior (2), el apóstol Pablo dice: “Por tanto, acordaos de
que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne…en
aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la CIUDADANIA DE
ISRAEL y AJENOS A LOS PACTOS DE LA PROMESA, sin esperanza
y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que
en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la
sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos
hizo uno, derribando la pared intermedia de separación…para
crear en si mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la
paz…vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que
estabais lejos, y a los que estaban cerca…Así que ya no sois
extranjeros y advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y
miembros de la familia de Dios” (Efesios 2:11-19). ¡Ajá!...¡Este es el
evangelio de la gracia de las inescrutables riquezas de Cristo! Que ahora
nosotros, los gentiles, somos participantes de la promesa de los pactos
de Dios con Israel, y miembros de la familia de Dios. Los gentiles ahora,
por la gracia, pueden ser **coparticipes** y coherederos de la promesa
de los pactos hechos a los padres, que incluyen la herencia del mundo
venidero (pacto Abrahámico, Romanos 4:13) y del Reino de Cristo (pacto
Davídico, Santiago 2:5; Mateo 25:31,34).

El misterio que estaba escondido y que fue revelado por Pablo


significaba que los gentiles, como los judíos creyentes en Cristo, son un
solo cuerpo y herederos de Dios, y beneficiarios por igual de los pactos
que él hizo con los padres. Ahora los gentiles tienen a Abraham como
padre por la fe (Gálatas 3:7-9) y como sus descendientes legales tienen
el privilegio y el derecho de ser herederos del mundo venidero de

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justicia y de cogobernar con Cristo en su reino en el milenio de justicia.
Este es el verdadero evangelio de la gracia de Pablo.

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