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Análisis de los 70 años de la creación

de Israel

Por Guido Luppino | 21/05/2018 | Palestina y Oriente Próximo

El Estado de Israel, un recorrido histórico hasta su formación El 15 de mayo de 1948 terminaba el mandato británico sobre tierras

palestinas, lo que daba lugar a la formación de un nuevo Estado en parte de esas tierras: Israel. Sionismo Para comprender cómo se

llegó a lograr la formación del Estado de Israel, es […]

El Estado de Israel, un recorrido histórico hasta su formación

El 15 de mayo de 1948 terminaba el mandato británico sobre tierras palestinas, lo que daba lugar a la formación de un nuevo Estado

en parte de esas tierras: Israel.

Sionismo

Para comprender cómo se llegó a lograr la formación del Estado de Israel, es necesario partir de la creación del movimiento político

que dio vida a aquella idea, el sionismo.

A fines del siglo XIX, ya existía una comunidad judía con la idea de ocupar la región de Palestina por considerarla como su tierra

prometida. Es así que en 1895 Theodor Herlz se convirtió en el líder y creador de un movimiento político, el sionismo, que iría detrás

de la idea de obtener un propio Estado. Este movimiento estaba atravesado por dos dimensiones ideológicas fundamentales: por un

lado, la místico-religiosa donde el judaísmo es parte del movimiento y, por el otro, un pensamiento nacionalista que se enfocaba en la

persecución de un Estado propio para el pueblo judío.

En 1897 tuvo lugar el primer Congreso Sionista en Basilea, Suiza, en el que se acordó fomentar la compra de tierras en Palestina,

donde se fueron formando los ya conocidos kibutz. Es así como se fue consolidando una comunidad judía en la región.

Primera Guerra Mundial


En el transcurso de la I Guerra Mundial, las potencias de occidente comenzaron a visualizar una futura derrota del Imperio turco-

otomano, y empezaron a negociar lo que sería la repartija de esas tierras. De esta manera, en mayo de 1916 se firmaron los Acuerdos

de Sykes-Picot entre Francia y Gran Bretaña, donde se establecieron las zonas de influencias de las potencias en caso de caer derrotado

el imperio. En Sykes-Picot se acordó que los territorios palestinos quedarían bajo la órbita de Gran Bretaña.

Un año después, el ministro de Relaciones Exteriores británico, Arthur James Balfour, dio a conocer un comunicado que se hizo

famosos con el nombre de «Declaración Balfour». La misma buscaba apoyo de la población local contra el imperio turco-otomano.

Por eso mismo, se le prometía al pueblo judío una nación propia en tierra palestina, mientras por otro lado se comprometía con los

palestinos en otorgarles su independencia. Es importante marcar que en ese momento la población judía en Palestina era inferior al

10%, pese a eso Gran Bretaña se comprometió con la causa sionista.

La Declaración Balfour denota la responsabilidad histórica británica en las consecuencias catastróficas del colonialismo sionista sobre

la tierra palestina.

En 1917, en pleno combate, se obtiene el territorio de Palestina despojando al imperio turco-otomano de los mismos, y comienza el

Mandato Británico. El Mandato político se oficializó en 1922, aunque desde 1917 ya se ejercía, considerando la promesa hecha de

comprometerse con la creación de un Estado judío.

Primeros enfrentamientos

En el mes de agosto de 1929 se vivieron enfrentamientos entre árabes y judíos por los accesos al «Muro de los lamentos». Las fuerzas

británicas acudieron con represión, recordemos que Palestina se encontraba bajo mandato político, dejando un centenar de fallecidos

por bando.

En 1936 comenzó un levantamiento popular por parte de los árabes dirigido contra la población judía y las fuerzas británicas. El

mismo reivindicaba 3 pedidos fundamentales:

– Cese de la inmigración judía a la tierra palestina

– Independencia de Palestina

– Prohibición de los judíos para adquirir tierras en Palestina


El levantamiento se extendió a la declaración de una huelga general, dando más lugar a enfrentamientos contra las autoridades

mandatarias. Ya para ese entonces la población judía representaba un 17% del total en Palestina, aproximadamente, la cual alcanzaba

la cifra de 1 millón de pobladores.

Las fuerzas británicas se abstuvieron de intervenir militarmente, por eso mismo en los años siguientes se reanudaron los

levantamientos pero sin lograr el objetivo buscado. Finalmente, para 1939 se fue apagando el movimiento insurrecto aunque dejando

una gran muestra de formación de identidad en el pueblo palestino.

Plan de Partición

Luego de la II Guerra Mundial, comenzó a tomar mayor fuerza la idea de un Estado propio para el pueblo judío. El 29 de Noviembre

de 1947, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) presentó su «Plan de Partición» para dividir las tierras palestinas en dos

Estados: Israel y Palestina.

Con este plan se estaba dando legitimidad a la formación de un Estado judío. La división evidenció la alianza de las grandes potencias

con el sionismo desde un principio, ya que otorgaba el 56% de las tierras para lo que sería Israel. Vale destacar, que tanto los Estados

Unidos como la Unión Soviética, nuevas potencias mundiales luego de la II Guerra Mundial, votaron a favor del plan.

En este plan se acordó que Jerusalén quedaría bajo conducción internacional, de la mano de la ONU, y que el mismo entraría en

vigencia el 15 de Mayo de 1948, fecha en que los mandatos británicos caducarían.

El acuerdo de la ONU no consideró el porcentaje de la población ya que los palestinos representaban un 67% del total. Desconociendo

este hecho, el plan repartía más de la mitad de la tierra a la población judía que sólo era el 33%. Este hecho fue la principal

justificación en que se apoyaron los organismos árabes para rechazar la propuesta de la ONU.

Creación del Estado de Israel

La iniciativa de la ONU legitimó la idea de un Estado judío, y con ese aval internacional el sionismo se preparó para comenzar su

verdadero plan: poblar toda lo que era Palestina y librarla de árabes. Una vez aprobado el Plan de Partición, el sionismo emprendió su

avance sobre la población palestina llevando a cabo una verdadera limpieza étnica (Nakba como la llaman los árabes, significando

catástrofe). De esta manera, se idearon planes para expulsar, desterrar y masacrar a la población palestina de su lugar de origen.
Así fue que el 14 de Mayo 1948, un día antes de que el mandato británico concluya, David Ben-Gurión declaró en Tel- Aviv la

formación del Estado de Israel, convirtiéndose en el Primer Ministro del nuevo Estado.

Los conflictos armados del Estado de Israel y su expansión colonial

La creación del Estado de Israel en 1948 le otorgó al mismo más de la mitad de la tierra palestina para el nuevo Estado, pero la

colonización continuó teniendo cerca del 90% de los territorios actualmente.

Nuevo Estado

En Plan de Partición de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) tuvo lugar en noviembre de 1947, aconsejando la división de

Palestina para la formación de dos Estados distintos, Palestina e Israel. De esta manera, era otorgada 56% de la tierra para lo que sería

Israel.

El sionismo, movimiento político que lideró la creación de Israel, vio legitimados sus reclamos y dio lugar al comienzo de una

colonización que se extiende hasta el día de hoy.

Los mandatos británicos sobre Palestina terminaban el 15 de Mayo de 1948, según el Plan de Partición, y un día antes Ben-Gurión

declaró la «independencia» del Estado de Israel.

Primera Guerra árabe-israelí

Una vez reconocida la futura creación del Estado de Israel, el sionismo comenzó con un plan sistemático de limpieza étnica [1], en

términos del autor Illan Pappé, sobre las tierras que le correspondían según la ONU.

El 14 de mayo de 1948 se declaró Israel como Estado, dando lugar al comienzo del primer conflicto bélico entre Israel y países árabes.

Una vez retirada las tropas británicas de Palestina, se conformó una alianza árabe con el fin de recuperar las tierras para los palestinos.

De esta manera, la Liga árabe, fundada en 1945 con el objetivo de defenderse entre los países árabes, le declaró la guerra al nuevo

Estado.
La liga estaba formada por nueve países: Siria, Egipto, Irak, Líbano, el Reino de Transjordania, Argelia, Arabia Saudita, Jordania y

Yemen. De igual manera, no todos los ejércitos participaron de lleno en la contienda, siendo las tropas principales las sirias, egipcias,

iraquíes, libanesas y las de Transjordania.

El conflicto se extendió hasta julio de 1949, contando con dos armisticios en el transcurso. El ejército sionista tuvo la oportunidad de

mostrar su fuerza militar, quedando como el vencedor indiscutido de la guerra que ellos llaman «de Independencia», pero para los

palestinos significó el comienzo de la Nakba (catástrofe).

Luego de más de un año de combates, Israel anexionó aún más territorios que los que la ONU le había otorgado con el Plan de

Partición. De esta manera, en 1949 Israel ya se había apropiado de 80% del territorio palestino, ante la inacción de las grandes

potencias mundiales. Por otro lado, la limpieza étnica continúo su marcha durante el conflicto, dejando un total de 750 mil palestinos

expulsados.

Canal de Suez

En 1956, el Presidente egipcio, Gamal Abdel Nasser, decidió nacionalizar el Canal de Suez que hasta ese momento permanecía bajo

control británico y francés. Esta medida política provocó una respuesta militar por parte de Gran Bretaña y Francia. Israel se involucró

de lleno en la disputa como aliado de las potencias occidentales y ocupó territorio egipcio, más precisamente la Península del Sinaí. De

igual manera, una vez finalizada la guerra Israel se vio obligado a abandonar la península.

Este conflicto demostró, una vez más, el poderío militar sionista y sus alianzas con las grandes potencias occidentales.

Guerra de los seis días

En 1967, entre el 5 y el 10 de junio, se llevó a cabo un nuevo conflicto conocido como la «Guerra de los seis días». El enfrentamiento

estalló cuando las fuerzas egipcias de desplegaron en la frontera israelí y bloquearon los estrechos de Tirán. Israel prontamente se puso

a la defensiva y lanzó un ataque sorpresa contra Egipto. Como respuesta, se formó prontamente una coalición árabe entre Egipto, Siria,

Irak y Jordania.

Nuevamente el sionismo demostró su potencia militar y en sólo seis días logró vencer a una alianza formada por cuatro países. De esta

manera, Israel ocupó gran parte de la Franja de Gaza y Cisjordania, territorios palestinos. También tomó el control completo de

Jerusalén que se encontraba bajo gobierno internacional, según el acuerdo de Partición de 1947.
Por otro lado, Israel se expandió territorialmente ocupando la Península del Sinaí en Egipto y los Altos de Golán en Siria.

Guerra del Yom Kipur

Para 1973, una alianza entre Egipto y Siria se propuso recuperar los territorios perdidos en la contienda militar de 1967. Esta resultó

otra oportunidad para que Israel demuestre su fortaleza militar, saliendo ganador de otro conflicto bélico en menos de 20 días de

enfrentamientos.

En 1978, finalmente, Egipto e Israel firmaron la paz y fue devuelto el control sobre la Península del Sinaí. En 1981, los territorios

sirios obtenidos en la Guerra de los seis días, fueron divididos y hasta el día de la fecha Israel tiene el control de una porción de los

mismos.

Actualidad

Si bien estos fueron los conflictos más significativos, la colonización paulatina continuó de distintas maneras. En 1977 llegó al poder

el bloque ultraderechista llamado Likud, donde sus gobernantes mantuvieron una escalada en la dinámica colonizadora sobre tierras

palestinas.

Pese a los procesos de paz, Madrid (1991) y Oslo (1993), el accionar por parte del gobierno sionista se conservó igual. La confiscación

de tierras, creación de asentamientos judíos en tierras palestinas, colocación de puestos militares en todas las fronteras, puestos de

control (checkpoints), demolición de casas, bloqueos y la construcción de un muro, son los mecanismos utilizados hasta el día de hoy

para proseguir con la colonización sionista sobre Palestina.

Palestina: ¿un genocidio constante?

Desde que la ONU confirmó la creación del Estado de Israel, la población palestina comenzó a sufrir una colonización mediante

ataques y expulsión forzosa que no detuvo su marcha hasta el día de la fecha.

El Estado de Israel se formó en 1948 pero sus fronteras no son las mismas desde entonces. A partir de que la Organización de las

Naciones Unidas (ONU) anunciará un plan para dividir Palestina y formar dos Estados, comenzó un proceso constante de colonización

sobre esas tierras de la mano del movimiento sionista. Este movimiento político fue el que encabezó la creación de un Estado judío, y
el que continúa gobernando el mismo desde su formación dando lugar a un plan sistemático de ocupación de tierras y ataques contra la

población palestina.

En noviembre de 1947 se anunciaba el Plan de Partición, eso significó el aval internacional para la idea del sionismo de un propio

Estado. Días después del anuncio de la ONU, se daba comienzo al avance sobre la población palestina por parte de las fuerzas

militares sionistas. El sionismo no sólo buscaba (y sigue buscando) la formación del Estado de Israel, sino que quería poblar la tierra

de judíos tanto como borrar de la misma a los árabes. Este fue el objetivo que llevó a comenzar una limpieza étnica sobre esas tierras.

Consecuencias de la limpieza étnica

Las milicias del sionismo avanzaron sobre pueblos y aldeas palestinas con el único objetivo de sacar a la población originaria de su

lugar de residencia. El método más utilizado fue la expulsión forzosa, donde la población no solo tenía que irse de donde vivían sino

que perdían todas sus pertenencias. También hubo lugar para el uso de la fuerza de manera indiscriminada, implementando la tortura,

la matanza y el destierro de la población árabe.

El Plan Dalet fue la muestra más genuina de la limpieza étnica. Se lanzó en marzo de 1948 siendo la expresión más violenta de la

empresa sionista. David Ben-Gurión, líder sionista y figura clave en la declaración del Estado de Israel, se puso a la cabeza de plan que

por su envergadura llevó a la formación exclusiva de fuerzas especiales para su realización. La más destacada fue la agrupación

paramilitar conocida como Haganá que, a la vez, disponía de varias brigadas en su interior. Su mayor «éxito» fue arrasar con la ciudad

de Haifa.

En Abril de ese mismo año tuvo lugar la recordada masacre del pueblo de Dir Yassin, donde las milicias sionistas tomaron el lugar

expulsando y asesinando cientos de palestinos. En respuesta a lo que venía sucediendo, el 11 de Diciembre de ese mismo año la ONU

aprobó la Resolución 194 donde determina que se debe permitir el derecho de retorno a todos los refugiados palestinos o podían

reclamar una recompensa económica. Al día de la fecha la misma no se cumple, pero Israel no sufre sanción alguna sobre esto.

De esta manera se arrasaron pueblos enteros para que queden allanados y ser poblados por la población judía al terminar el mandato

británico sobre Palestina.

Nakba y más colonización

Una vez declarado el Estado de Israel, 14 de Mayo de 1948, una alianza árabe le declaró la guerra a Israel con el fin de defender al

pueblo palestino. De esta manera comenzaba la «guerra de independencia» para los israelíes, y la Nakba (catástrofe) para el pueblo
palestino. La guerra terminaría oficialmente en julio de 1949 dejando un total de 750 mil palestinos expulsados de sus hogares y cerca

de 500 pueblos arrasados por completo y borrados del mapa. En esta ocasión, Israel ocupó aún más tierras, apropiándose del 80% del

territorio total de la antigua Palestina.

Por todo esto, es que el 15 de mayo se conmemora el día de la Nakba para los palestinos, que les recuerda esta catástrofe sufrida en

manos del sionismo.

La Nakba se sitúa históricamente en el período de 1948-1949, pero ¿se puede afirmar que este modus-operandi por parte del sionismo

concluyó? Es imposible afirmar que estos hechos hayan terminado por aquella época, ya que 70 años después de la creación del Estado

de Israel se perpetúan. La empresa sionista sigue su marcha colonizadora con la misma complicidad de las grandes potencias

mundiales y la pasividad por parte de la ONU.

Con otros conflictos armados en donde intervino el Estado de Israel (1956-1967-1973) se ha ocupado más tierra sin ser devuelta,

principalmente en la Franja de Gaza y Cisjordania.

Actualidad

Actualmente los mecanismos de colonización no son sólo militares. Israel tiene en su interior ciudadanos árabes que no cuentan con la

misma cantidad de derechos que los ciudadanos judíos. Podemos decir que son «ciudadanos de segunda» para el Estado de Israel.

Las regiones administradas gubernamentalmente por Palestina, Franja de Gaza y Cisjordania, cuentan con la presencia constante de

fuerzas militares sionistas. La Franja de Gaza se encuentra rodeada perimetralmente por Israel, quien controla el suministro de

servicios básicos como el agua, gas, combustible, electricidad, entre otros. La salida al mar Mediterráneo también se halla intervenida

por fuerzas Israelíes. No olvidemos de la presencia de muros electrificados en las fronteras entre Gaza e Israel.

En Cisjordania, en el año 2002 tuvo lugar la construcción del muro del separatista conocido como el «muro del apartheid». Cisjordania

es una región donde hay localidades bajo conducción israelí, otras gobernadas por Palestina y otras con conducción compartida. Este

muro se encarga de separar dichas zonas pero con la particularidad de haber sido construido 80% del mismo sobre tierras palestinas,

rodeando pueblos y convirtiéndolos en pequeños guetos.

El asedio hacia el pueblo palestino no cesa, los bombardeos se suceden a cada rato ocasionando muerte de civiles, presos político (por

ejemplo, el emblemático caso de Ahed Tamimi que con 16 años se convirtió en símbolo de la resistencia palestina), leyes que violan
los derechos humanos internacionales como es la encarcelación de niños y niñas por arrojar piedras como defensa, tortura y la continua

expulsión forzosa son algunos de los mecanismos que son moneda corriente en la vida del pueblo palestino.

Los distintos gobiernos israelíes continúan construyendo asentamientos judíos en las zonas de Cisjordania donde Palestina tiene

conducción. De esta manera, se avanza con lo que se llama judaización del territorio.

Palestina se encuentra en una situación crítica por todo lo expuesto, gubernamentalmente no tiene las fuerzas para contrarrestar el

avance sionista, mientras que las potencias extranjeras son cómplices con el silencio o simplemente aliados estratégicos como lo es

Estados Unidos.

El sociólogo argentino Daniel Feierstein [2] afirma que el genocidio moderno se contempla como una práctica social específica que

tiende a la destrucción y a la reorganización de las relaciones sociales. Esta práctica no se limita al aniquilamiento de un «otro

negativo», en términos del autor, sino que intenta reorganizar las relaciones sociales. Basándonos en esta definición, podemos asegurar

que el sionismo encuentra como un «otro negativo» a los palestinos, y el proceso de reorganización que intentan llevar a cabo se basa

en la colonización de toda Palestina pero sin la presencia de árabes.

Notas

[1] Pappé, I. (2008). La limpieza étnica. Barcelona: Ed. Crítica.

[2] Feierstein, D. (2007). El genocidio como práctica social. Entre el nazismo y la experiencia argentina. Buenos Aires: Fondo de

Cultura Económica.

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