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(1998)
La vida moderna
Lázaro
Y, después de llover,
Un relámpago va
deshaciendo la oscuridad
con besos, que antes de nacer,
morirán.
Y naufragar
en la isla del tesoro,
si los mercenarios de la soledad
incendiaran con un blues
todo el cono sur.
Si en los escombros de la revolución
creciera el árbol verde del placer,
y las catedrales se cansaran de ser
ruinas del fracaso de Dios.
Cecilia
Delirium tremens
Hijos de la necesidad,
lluvia de semen,
maltrátame por caridad,
delirium tremens.
Telarañas en la ropa,
tigres en el balcón,
alacranes en la boca
miedo en el corazón.
Maldito seas, Satanás,
quítate el antifaz,
en ese espejo no cabemos los dos.
Ojos que aprendan a mirar,
labios que quemen,
hijos de la necesidad
delirium tremens.
Delirium tremens.
Ya me sé todos los cuentos,
rechacé los sacramentos,
renegué del Viejo Bob.
Vagué por cientos de ciudades,
me conocen en los bares,
pero no saben quién soy.
Hay un palacio en el infierno
construido sobre el fuego
donde reina el rey
de los que temen.
Cae rodando un niño
por las escaleras
del delirium tremens.
Un dos tremens,
delirium tremens.
Yo me bajo en Atocha
¿Hasta cuándo?
Un año cualquiera
al norte del sur,
Aytor y Carmela
deciden en una taberna gudari
de San Juan de Luz
que, en vez de guitarras,
dentro del fly case,
la pólvora etarra
imponga su ley.
Estrategias del destino,
luto y nieve en la ruleta del
camino.
Salida de misa,
viernes de pasión
un yonki agoniza
en technicolor.
Península histérica,
borracha de sol
heridas de guerra
que nadie ganó.
Y todo el mundo
sigue hablando, compitiendo,
adulterando,
desmintiendo, puteando.
Y todo el mundo alucinando,
reprimiendo, sospechando,
malviviendo,
conspirando.
Vamos a matar la muerte,
vamos a inventar
una canción
por la gente sin voz
que no quiere olvidar.
Entierros en Cádiz
comando en Madrid,
soñando en Euskadi
con una frontera en Toulouse
y otra en Valladolid.
Sobre un cielo helado
de víscera y nata,
tormenta escarlata
sangre en el tejado
y tripas de cualquiera
junto a la cartera
de un guardia jurado.
Y Maitetxu mía
que murió aquel día
y resucitó
y don Nadie Pérez
pisando un alférez
bajo un camión
buscando un pedazo
que se le perdió.
Y todo el mundo sigue hablando,
compitiendo, adulterando,
desmintiendo, puteando,
y todo el mundo alucinando
confundiendo, sospechando,
malviviendo, conspirando.
Y todo el mundo
sigue andando, padeciendo,
despertando, repitiendo,
imaginando.
Y todo el mundo, blasfemando,
maldiciendo, apostando
a cara ó cruz, improvisando.
Desesperados y hasta cuándo
y hasta cuándo.
Cuatro gotas
de alquitrán en la voz,
siete notas
empapadas de alcohol
campanadas
en el fondo del mar,
carcajadas
que me hicieron llorar...
Con un loro
que blasfema en latín,
le hacen coro
los "sultanes del swing"
y una big band
con un trombón y bombín
de Nueva Orleans
en mi funeral.
Y ese tango
compadrito del sur
y un fandango
de gitano andaluz
y un piano
con dos copas de más,
y unas manos
que lo sepan tocar.
Oraciones
para gente sin fe,
tentaciones
de volver a beber
el veneno
que tus labios me dan,
el obsceno
beso de la verdad.
La balada
de la casada infiel,
demasiadas
cosas por aprender,
el portero
de la Puerta del Sol,
el cartero
de tus cartas de amor,
el primero
en sacarte a bailar
un vals.
El vals
de la tristeza más triste del mundo,
la belleza que dilapidé,
la pereza de los vagabundos,
el rompecabezas que no terminé.
Enemigos íntimos
Prohibido prohibir,
celebramos una fiesta
rompan copas que la orquesta
se ha ensayado todos los hits.
Nos da igual,
no somos más que dos canallas,
que no tiramos la toalla
si nos pasamos de la raya.
Nos echan a trompadas cada noche
los gorilas de algún bar.
Nos da igual
estar colgados de la luna
o enamorándonos de alguna
mademoiselle, excuse moi.
Enemigos íntimos del cálculo y la norma
usureros del peligro y el azar,
vamos a invitarlos a escaparnos
de las sombras
y, si no lo conseguimos, nos da igual.
Prohibido prohibir
celebramos una fiesta
hay barra libre, yerba y la orquesta
que se sabe todos los hits:
"Ne me quitte pas", "Circo beat",
"Y jugar por jugar", "Let it be".
Prohibido prohibir
prohibido prohibir, prohibir
nos da igual
prohibido prohibir
prohibir prohibido.