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REUMATISMOS DE PARTES BLANDAS

En esta clase vamos a tratar aquellas enfermedades reumatológicas que afectan a


partes blandas; es decir, a bolsas, tendones o ligamentos articulares. Aunque existen
muchas patologías que pueden asentar en las estructuras periarticulares, hablaremos solo
de las más importantes de cada miembro.

1. MIEMBRO SUPERIOR

1.1. HOMBRO DOLOROSO


Se designa a la patología que asienta en el manguito de los rotadores (lo más
frecuente) o en el tendón largo del bíceps. Se denomina manguito de los rotadores (ver
figura 1) a la estructura formada por los tendones de inserción en el troquíter de los
músculos supraespinoso (1), infraespinoso (2), redondo menor (3) y subescapular (4), que
se disponen rodeando la cabeza humeral como una cofia. Esta zona es propensa a las
lesiones debido a dos hechos:
1. El manguito está situado bajo la articulación
acromioclavicular; por tanto, una situación de artrosis o
subluxación de dicha articulación condiciona
pinzamiento del manguito, sobre todo en los
movimientos de abducción.
2. El manguito es una estructura escasamente
vascularizada.
El pinzamiento repetido a lo largo de los años
será causa de patología, que será más grave y más
frecuente con la edad y determinadas situaciones que
requieran elevada movilidad del hombro (tenistas, etc.)

1.1.1. Tendinitis del manguito de los rotadores


Es la causa más frecuente de dolor e impotencia funcional en el hombro. Produce
dolor localizado en la cara externa del hombro con ciertos movimientos, (especialmente la
abducción y la rotación interna), dificultad para vestirse y dificultad para dormir, debida al
dolor nocturno y a la dificultad de encontrar una postura cómoda de los hombros. A la
exploración el dolor aumenta con la abducción activa contra resistencia, siendo
característica la existencia de un arco doloroso.
El arco doloroso es una manifestación clínica que nos permite diferenciar la
patología articular del hombro de la patología de partes blandas, ya que mientras que en la
patología articular existe limitación de la movilidad activa y pasiva, en la patología de partes
blandas sólo existe limitación de la movilidad activa, y únicamente en ciertos grados de
movimiento. Así, un paciente con tendinitis que está elevando el brazo sólo sentirá dolor
entre los 60 y los 110º de abducción (pues es en ese rango donde ocurre el pinzamiento del
manguito), y el dolor remitirá el resto de la trayectoria; a ese rango de movimiento en el que
el paciente siente dolor se le denomina arco doloroso.
El tratamiento consiste en reposo e inmovilización en los primeros días, para
comenzar con ejercicios de movilización cuando se toleren. Los antiinflamatorios (AINE)
suelen ser beneficiosos, pero el tratamiento de elección es la infiltración local con esteroides
de vida media larga; aunque pueden administrarse de una a tres inyecciones, lo habitual es
que las molestias remitan con una o dos.

1.1.2. Desgarro del manguito de los rotadores


Se produce por traumatismos repetidos o tendinitis crónica que favorecen la
degeneración del manguito de los rotadores. El desgarro puede ser completo o parcial (este
último más difícil de diagnosticar). El dolor del hombro, la debilidad en abducción y la
pérdida de movilidad es variable. El diagnóstico se confirma por ecografía (la exploración
más usada por su bajo coste y alto rendimiento), resonancia magnética nuclear o
artrografía.
Un signo característico de la rotura del manguito de los rotadores (la más frecuente,
la del supraespinoso) es el signo de la rueda pinchada. Habitualmente en la ecografía
(figura 2) se puede distinguir la cabeza humeral (H), el tendón del supraespinoso (SE), y el
músculo deltoides (D); estas estructuras se dice que asemejan la rueda de un coche (la
llanta sería la cabeza humeral y el neumático el tendón del SE). Pues bien, en la rotura
completa del tendón del supraespinoso (Figura 3) se produce un adelgazamiento del mismo
(que asemeja un neumático pinchado), junto con pérdida de su continuidad por el desgarro
(que sería el “pinchazo”, y aparece marcado en la figura 3 como 1).

Figura 2. Imagen ecográfica normal del hombro. Figura 3. Imagen ecográfica de una rotura
tendinosa total en el tendón del SE.
Los desgarros pequeños completos y los desgarros incompletos del manguito de los
rotadores se tratan con rehabilitación y AINE. Las infiltraciones locales pueden ser
beneficiosas para el alivio del dolor; en general, las infiltraciones nunca se realizarán en la
zona del tendón, sino cercanas al mismo. La vía más usada para las infiltraciones de
corticoides es la posterior, por ser la menos dolorosa y la más eficaz. En los desgarros
grandes (>3cm) o en pacientes jóvenes esta indicada la reparación quirúrgica.

1.1.3. Capsulitis adhesiva (hombro congelado)


Se produce por inflamación dolorosa de la cápsula articular, que finalmente se
fibrosa. Al fibrosarse pierde elasticidad, se retrae, pierde volumen y se adhiere al hueso,
limitando el movimiento articular. Puede asociarse a diabetes, artritis crónicas,
complicaciones de procesos tendinosos o inmovilización prolongada, aunque con frecuencia
es idiopática. Se caracteriza por dolor del hombro y limitación global de la movilidad activa y
pasiva. A esta patología la llaman la enfermedad de los tres médicos, ya que habitualmente
para su diagnóstico se requieren entre 12 y 24 meses, y para cuando el último médico la
diagnostica suele haber curado de forma espontánea; la confirmación del diagnóstico se
realiza mediante artrografía. El tratamiento incluye infiltraciones locales, terapia física y
ejercicios de movilización progresiva.

1.2. BURSITIS OLECRANEANA


Está causada por inflamación de la bursa olecraneana, situada en la parte posterior
del codo (Figura 4). Con frecuencia existe el antecedente de traumatismos, artritis crónica
(sobre todo por gota y artritis reumatoide) o de hemodiálisis. Se aprecia tumefacción de la
bolsa, más manifiesta con el brazo en extensión completa (Figura 5), acompañada de dolor
variable que no suele limitar la movilidad. El aspirado del líquido y la protección contra
traumatismos son suficientes para la curación. Puede realizarse infiltración local con
esteroides, habiendo descartado previamente la posibilidad de infección mediante cultivo
del líquido aspirado; si se confirma la infección, se tratará mediante tratamiento antibiótico y
drenaje.

Figura 4. Bursa olecraneana Figura 5. Bursitis olecraneana


1.3. EPICONDILITIS
La epicondilitis lateral o codo de tenista es una entidad frecuente en aquellas
personas que utilizan mucho sus brazos, fundamentalmente las amas de casa. Se produce
por movimientos continuos de prono-supinación del codo, que determinan la inflamación y
degeneración del tendón del extensor común y sobre todo del extensor radial corto del
carpo. Es característico el dolor espontáneo o a la palpación sobre el epicóndilo o
ligeramente anterior a él. Puede producirse dolor al dar la mano, levantar una maleta o con
actividades similares. Las compresas de hielo en la fase aguda y los AINE son efectivos. A
menudo una infiltración peritendinosa produce un alivio sintomático rápido. Otras medidas
aconsejables son el uso de una férula y advertir al paciente que evite esfuerzos intensos
con la musculatura del antebrazo.
La epicondilitis medial, epitrocleítis o codo de golfista, se produce por lesión del
flexor radial del carpo. Es menos frecuente e incapacitante que la epicondilitis lateral, y el
tratamiento es el mismo.

1.4. TENOSINOVITIS DE DE QUERVAIN


Es una tenosinovitis de las estructuras tendinosas cercanas a la tabaquera
anatómica. Se produce por inflamación y estrechamiento de la vaina que rodea al tendón
del abductor largo y el extensor corto del pulgar, como resultado de esfuerzos repetitivos
que impliquen la pinza del dedo pulgar a la vez que se mueve la muñeca. Los síntomas son
dolor y ocasionalmente tumefacción sobre la estiloides radial. La prueba del Finkelstein
suele ser positiva; consiste en la aparición de dolor cuando se dobla el pulgar sobre la
palma y los dedos se flexionan sobre el pulgar al mismo tiempo que el examinador desvía
pasivamente la muñeca hacia el lado cubital. El tratamiento consiste en AINE, inyección
local de esteroides (con precaución, por todas las estructuras anatómicas localizadas en la
tabaquera) o uso de férulas.

Figura 6. Localización anatómica de la Figura 7. Maniobra de Finkelstein (la flecha


tenosinovitis de De Quervain indica en qué dirección moviliza la muñeca el
examinador)
1.5. SÍNDROME DEL TÚNEL DEL CARPO
Es la causa más frecuente de
parestesias en las manos. Se produce por
compresión del nervio mediano a su paso por el
túnel del carpo. Entre las enfermedades que
pueden favorecer esta compresión, se
encuentran todas aquellas que favorecen la
inflamación de los tendones que rodean al
nervio: artritis crónicas (gota, artritis
reumatoide), traumatismos, embarazo,
obesidad mórbida, endocrinopatías
(acromegalia, hipotiroidismo), infecciones
(sépticas, tuberculosis, micóticas...) o tumores.
Es frecuente la sensación de quemazón y parestesias en la mano, especialmente en el
territorio del mediano (dedos índice y medio, parte radial del anular y ocasionalmente el
pulgar); a veces el dolor puede irradiar hasta el codo. Las molestias suelen agravarse por la
noche y mejoran agitando vigorosamente la mano. Puede existir un signo de Tinel
(sensación de calambre a la percusión sobre la cara anterior o volar del carpo) o de Phalen
positivos (agravamiento del dolor y parestesias con la flexión forzada de la muñeca). En los
casos crónicos puede aparecer de forma gradual debilidad y atrofia de los músculos de la
eminencia tenar. La confirmación del diagnóstico puede obtenerse demostrando tiempos de
latencia distal prolongados en el estudio electromiográfico.
En los casos leves la colocación de una férula de reposo nocturno en la muñeca
alivia los síntomas. Las infiltraciones locales son útiles, aunque el beneficio puede ser
temporal. Cuando el tratamiento conservador fracasa, está indicada la descompresión
quirúrgica del túnel mediante la sección del ligamento transverso carpiano y la extirpación
del tejido que comprime el nervio mediano.

1.6. GANGLIÓN

Es una tumefacción quística de una articulación o una vaina tendinosa, que aparece
con frecuencia en el dorso de la muñeca. Pueden desarrollarse tras traumatismos,
extensión prolongada de la muñeca o en el curso de una artritis crónica. El tratamiento
(cuando son sintomáticos) consiste en la aspiración del líquido con o sin inyección de
esteroides. En los casos refractarios se realiza la extirpación quirúrgica.
2. MIEMBRO INFERIOR

2.1. BURSITIS TROCANTÉREA


Se produce por inflamación de la bolsa
trocantérea, que se asocia con frecuencia a artrosis de la
columna lumbar o de la cadera, dismetría de las piernas
o escoliosis. Se caracteriza por dolor de predominio
nocturno sobre el área trocantérea y cara lateral del
muslo, que se intensifica al caminar (por lo que tienden a
cojear), al acostarse sobre la cadera afectada o con
ciertos movimientos; la movilidad pasiva está
conservada. Este dolor no debe confundirse con una
coxitis o coxartrosis; a veces el dolor es pseudorradicular, siendo preciso diferenciarlo de
una lumbociática.
A la exploración se encuentra un punto doloroso a la palpación profunda de la región
trocantérea o en cara lateral del muslo, que se hace más intenso con la rotación externa y la
abducción contra resistencia. El tratamiento consiste en inyecciones locales con esteroides.
Los AINE, la pérdida de peso y los ejercicios de estiramiento del músculo glúteo mediano
contribuyen al tratamiento global.

2.2. QUISTE POPLITEO O DE BAKER

BOLSA
SEMIMEMBRANOSA

BOLSA
GEMELAR

En condiciones normales no existe acúmulo importante de líquido en la bursa


gemelar; sin embargo, en un 5-10% de los individuos existe una comunicación entre esta
bolsa, la bolsa semimembranosa y la cápsula articular. Esta comunicación determina que
procesos inflamatorios que afecten a la cara anterior de la rodilla produzcan acúmulo de
líquido en la cara anterior, que de ahí pasará por la comunicación a la bursa gemelar;
además, por un mecanismo valvular el líquido se irá a cumulando en esa bolsa sin poder
regresar al espacio articular, dando lugar al quiste de Baker. Esta patología puede por tanto
ser la complicación de cualquier enfermedad de la rodilla que produzca derrame sinovial
(artritis reumatoide, artrosis, desgarro interno de la rodilla...).
En fases iniciales, se aprecian molestias leves y tumefacción del hueco poplíteo, con
dificultad para realizar la flexo-extensión completa de la rodilla. Cuando el quiste alcanza
mayor tamaño puede disecarse y romperse, por lo que el líquido sinovial se extiende por los
planos musculares y los irrita (irritación química), produciendo un cuadro similar a la flebitis
(pseudoflebitis), con tumefacción difusa de la pantorrilla, dolor, y a veces eritema,
hematoma y edema del tobillo. La ecografía y en casos especiales la artrografía, TAC o
resonancia magnética (RMN), pueden ser necesarios para confirmar el diagnóstico. Si es
necesario, también se realizará una venografía para excluir la posibilidad de tromboflebitis
concomitante.
El tratamiento consiste en infiltración articular de la rodilla (siempre que no exista la
posibilidad de una artritis séptica). A veces es necesario la reparación quirúrgica de la lesión
articular subyacente (gonartrosis, desgarro de ligamentos...) para evitar la recurrencia del
quiste.

2.3. BURSITIS ANSERINA

Se produce por inflamación de la bolsa situada en la


pata de ganso, formada por la conjunción de los tendones
de inserción del sartorio, semimembranoso y semitendinoso.
Es más frecuente en mujeres con exceso de peso, y que
suelen tener gonartrosis (la bursitis anserina suele preceder
al desarrollo de gonartrosis radiográfica). Produce dolor en
la cara medial de la rodilla a unos 4-5 cm. por debajo de la
interlínea articular, que empeora al subir escaleras. El tratamiento consiste en reposo,
estiramiento del adductor y el cuádriceps e infiltración local con esteroides.
Otros reumatismos localizados en miembros inferiores son:

2.4. TENDINITIS AQUíLEA

2.5. BURSITIS CALCÁNEA Y FASCIITIS PLANTAR

2.6. SÍNDROME DEL TÚNEL DEL TARSO

2.7. NEUROMA DE MORTON


FIBROMIALGIA

Es un trastorno de la modulación del dolor de etiología desconocida que se


caracteriza por dolor musculoesquelético difuso y crónico, rigidez matutina, sueño no
reparador y fatiga. Con frecuencia se asocia a otros síntomas como: ansiedad y trastornos
emocionales, cefalea crónica, sensación subjetiva de hinchazón o parestesias, colon
irritable o fatiga crónica generalizada; los síntomas empeoran con el estrés o el aumento de
actividad física. Los exámenes analíticos y radiográficos son rigurosamente normales, y la
única alteración encontrada a la exploración es la existencia de dolor a la palpación en
diversos puntos de inserción tendinosa.

1. EPIDEMIOLOGIA
Es un cuadro muy frecuente, ya que afecta a más del 1% de la población mayor de
18 años. Se estima que un 5% de los pacientes revisados en una consulta de medicina
general reúnen criterios de fibromialgia y aumenta a un 15% de los revisados en una
consulta de reumatología, por lo que sería el tercer diagnóstico más frecuente tras la
artrosis y la artritis reumatoide. Afecta sobre todo a mujeres en edades media de la vida,
aunque un 25% de los pacientes refiere el comienzo de sus síntomas en la infancia.

2. ETIOPATOGENIA
Aún no se ha establecido su etiología aunque probablemente es multifactorial.
a) ALTERACIÓN DEL SUEÑO. La mitad de pacientes con síntomas y signos de
fibromialgia presentan alteraciones EEG durante el sueño profundo. En condiciones
normales la 4ª fase del sueño o no REM se caracteriza en el EEG por ondas delta (1 ó 2
ciclos/sg), mientras que en los pacientes con fibromialgia junto al trazado de ondas delta se
superponen ondas alfa (10-12 ciclos/sg); por tanto, no alcanzan niveles profundos de sueño.
En estudios realizados en individuos normales se ha visto que la privación del sueño
profundo da lugar a los dos o tres días a la aparición de dolores osteomusculares difusos,
por lo que parece ser que influye, ya sea de modo directo o indirecto, en la patogenia de
esta enfermedad. Sin embargo, la alteración EEG no es un criterio diagnóstico.
b) PATOLOGÍA MUSCULAR Y TENDINOSA. Pese a lo atractivo de esta hipótesis,
diversos estudios no han podido demostrar la existencia de inflamación o de hipoxia
muscular en las biopsias musculares de los pacientes con fibromialgia. Los trazados EMG y
la determinación de enzimas musculares también son normales en estos enfermos.
Además, la frecuencia y tipo de alteraciones músculo-tendinosas en estos pacientes son
similares a las de la población normal; aunque la frecuencia de atrofia muscular es mayor,
se debe al desuso por el dolor que implica la movilización.
c) NEUROTRANSMISORES Y EJE HIPOTÁLAMO HIPOFISARIO. Se han
observado en algunos estudios niveles bajos de triptófano (precursor de la serotonina) y
disminución de los metabolitos de la serotonina en líquido cefalorraquídeo de pacientes con
fibromialgia. También están disminuidas las endorfinas, y existen alteraciones de la
sustancia P, implicada en la transmisión del dolor. Estas alteraciones en los mecanismos de
transmisión del dolor determinarían que estímulos normales, como el tacto, fueran
interpretados como un estímulo doloroso; aunque esta hipótesis aún no ha sido confirmada,
se ha comprobado mediante estudios cerebrales funcionales que en personas con
fibromialgia se activan zonas cerebrales diferentes a las de un individuo normal ante un
mismo estímulo.
d) ALTERACIONES PSIQUIÁTRICAS. Un tercio de pacientes con fibromialgia
presentan trastornos psiquiátricos, especialmente depresión reactiva y ansiedad, aunque en
el resto no se observa ninguna alteración psíquica. Sin embargo, la depresión y las otras
alteraciones psiquiátricas podrían ser secundarias a la propia enfermedad. Se ha visto que
la frecuencia de abusos o malos tratos en la infancia es mayor que en la población general,
pero este hecho no explica la aparición de fibromialgia. Curiosamente, los pacientes con
fibromialgia solían llevar una vida muy activa antes de la aparición de su enfermedad. Es
probable que el estrés psíquico en pacientes con una personalidad premórbida favorezca el
desarrollo de fibromialgia.
e) ALTERACION DEL SISTEMA NERVIOSO AUTONOMO. Es una hipótesis que
esta teniendo cada vez mayor aceptación. Los pacientes con FM tendrían una
disregulación, con hipoactividad del sistema nervioso vegetativo en la fase de vigilia e
hiperactividad en la fase nocturna, al contrario de los que sucede en las personas normales
(en las cuales el sistema nervioso vegetativo comienza a activarse de madrugada para
preparar al cuerpo para un nuevo día). Como consecuencia de este hecho, estos individuos
no estarían preparados para enfrentarse a las actividades cotidianas por la mañana, y
explicaría también sus alteraciones del sueño.
Parece ser que la fibromialgia podría ser el resultado de una alteración psiquiátrica,
junto con anomalías del sueño y alteraciones en la transmisión del dolor debidas a la
alteración de estructuras superiores (fundamentalmente de neurotransmisores).
Las dos teorías patogénicas más importantes son las de alteración del SNA y las de
anomalías en la neurotransmisión del dolor.
3. CLINICA
El síntoma más importante es un dolor musculoesquelético crónico, que inicialmente
puede estar localizado en cuello, hombros u otros puntos para hacerse más difuso en los
meses siguientes. La mayoría de los pacientes tiene dificultades para localizar con precisión
el foco del dolor, y es posible que digan que "les duele por todas partes". La descripción de
este dolor también es muy variable y los enfermos lo pueden referir como "ardor",
"punzante", "tirantez", y a veces como una sensación de parestesia que puede conducir a
procedimientos de neurodiagnóstico innecesarios, incluida la EMG.
Los pacientes tienden a tener dificultades para diferenciar su dolor muscular del
dolor de origen articular, y a menudo describen "sensación de tumefacción de las
articulaciones", que tras un cuidadoso estudio resulta que se produce en los tejidos blandos.
La rigidez matutina de la fibromialgia puede similar a la de la artritis reumatoide. A menudo
notan debilidad con la mínima actividad o ejercicio físico.
El cansancio y los trastornos del sueño son muy frecuentes. El cansancio persiste
durante todo el día, aunque es más importante por la tarde o a primera hora de la noche.
Aunque con frecuencia pueden dormirse con facilidad, experimentan un trastorno del sueño;
los enfermos se despiertan con frecuencia, las pesadillas son frecuentes y por la mañana
suelen encontrarse más cansados que se acostaron. Otras manifestaciones frecuentes son
colon irritable, palpitaciones, cefalea, sensación de disnea y mareos.
La exploración es normal, sin objetivarse artritis ni limitación articular; sin embargo
existe dolor, a veces muy intenso a la palpación o movilización de distintos puntos de
inserción tendinosa. Apoyándose en esta observación y ante la ausencia de otros datos
objetivables en la exploración física o los exámenes analíticos, el Colegio Americano de
Reumatología (ACR) estableció en 1990 los criterios diagnósticos para la fibromialgia,
basados en la existencia de: 1) historia de dolor generalizado de más de 3 meses de
duración y 2) la existencia de dolor a la palpación en 11 o más de los 18 puntos dolorosos
seleccionados en el cuerpo.
Se ha visto que la gravedad de la fibromialgia no es proporcional al número de
puntos afectados.
CRITERIOS ACR 1990
1. HISTORIA DE DOLOR GENERALIZADO. Definición: Se considera generalizado cuando
esté presente el dolor en los cuatro cuadrantes del cuerpo (lado izquierdo, derecho, por
debajo y por encima de la cintura). Debe además existir dolor esquelético axial (columna
cervical, dorsal, lumbar o en tórax).
2. DOLOR A LA PALPACION DIGITAL EN 11 O MÁS DE LOS 18 PUNTOS SENSIBLES
(TENDER POINT). Existen 9 pares bilaterales de puntos sensibles:
1) Occipucio: en la inserción del músculo suboccipital.
2) Cervical inferior: anterior, entre C5 y C7
3) Trapecio: en el punto medio del borde superior
4) Supraespinoso: en su origen, encima de la espina de la escápula, cerca del borde
medial
5) Segunda costilla: en la 2ª unión condrocostal, inmediatamente lateral a la unión
6) Epicóndilo: Dos centímetros distal a los epicóndilos
7) Glúteo: en el cuadrante superoexterno de la nalga, en el pliegue anterior del
músculo glúteo mayor
8) Trocánter mayor: por detrás de la prominencia trocantérea
9) Rodilla: en el paquete adiposo medial y proximal a la línea articular (encima de la
pata de ganso)

4. DIAGNOSTICO DIFERENCIAL
Para el diagnóstico de la enfermedad se requiere una historia clínica y una
exploración cuidadosa, a fin de excluir otros procedimientos reumáticos, neurológicos o
endocrinológicos. La analítica a realizar debe incluir hemograma con VSG, calcio, fosfatasa
alcalina, transaminasas, creatinfosfoquinasa (CPK) y un análisis de orina básico. También
se solicitarán hormonas tiroideas, factor reumatoide o anticuerpos antinucleares si existen
sospechas de enfermedad tiroidea o autoinmune. Es necesario realizar un examen
radiológico básico, debiendo ser en conjunto todas las pruebas solicitadas normales.
El diagnóstico diferencial debe realizarse con cuadros en general sistémicos que
cursan con afectación inflamatoria articular o muscular (artritis reumatoide, polimialgia,
polimiositis, lupus...), neoplasias, enfermedades endocrinas, infecciosas y cuadros
puramente psiquíatricos. La fibromialgia se denomina secundaria cuando se presenta
acompañando a una enfermedad de base, y mejora cuando lo hace ésta. Además, puede
existir una fibromialgia asociada a otros procesos, como la artrosis, sin que la evolución
muestre un curso paralelo.

5. PRONÓSTICO
El curso de la fibromialgia es crónico en la mayoría de pacientes, con
reagudizaciones y remisiones en el tiempo; sin embargo, no evoluciona a una incapacidad
progresiva e irreversible. Pese a la falta de evidencia objetivable de enfermedad, la calidad
de vida percibida por los pacientes es peor que la percibida en otras enfermedades crónicas
más graves como la artritis reumatoide y el EPOC. Las demandas de invalidez son un
problema frecuente, al no presentar una incapacidad funcional de causa objetivable (y el
dolor no se puede objetivar).

6. TRATAMIENTO
No disponemos de un tratamiento absolutamente eficaz de la fibromialgia. El
tratamiento debe ser multidisciplinario, incluyendo:
a) Educación del paciente. Explicación detallada de la naturaleza de la
enfermedad, asegurando al enfermo que sus síntomas no son un pródromo de una
enfermedad más seria, ni le va a conducir a una invalidez grave. Los pacientes deben ser
animados a llevar una vida lo más cercana a la normalidad, aunque haya momentos en que
aumente el dolor o la fatiga.
Un 30% de los pacientes presentan alteraciones psiquiátricas demostrables del tipo
de la depresión, ansiedad y somatización. Es importante reconocer estos desórdenes y
proporcionar la ayuda psicológica y psiquíatrica cuando sea necesaria.
b) Ejercicio físico. Es beneficioso, ya que protege de la atrofia por desuso y mejora
las alteraciones en la transmisión del dolor al aumentar los niveles de endorfinas; sin
embargo, los pacientes suelen tener mala tolerancia para realizarlo, y al principio puede
agravar el dolor y otros síntomas.
c) Tratamiento farmacológico. A diferencia de las enfermedades reumáticas, el
tratamiento con AINE o esteroides es de escasa eficacia en los pacientes con fibromialgia.
Con todo, es recomendable probar varios analgésicos o AINE, hasta encontrar el más útil
para el alivio de las molestias de los pacientes.
Los antidepresivos tricíclicos son los fármacos mejor estudiados en la fibromialgia y
los que han proporcionado un mejor resultado. Mejoran los síntomas en el 30-60% de los
pacientes, ya que a dosis bajas interfieren con la transmisión del dolor; esta mejoría es ya
patente a las dos semanas de tratamiento. Los fármacos serotoninérgicos (clomipramina,
amitriptilina) son más efectivos en la disminución del dolor y la mejoría del sueño, mientras
que los fármacos con un mayor efecto en la recaptación de la noradrenalina (maproptilina,
ciclobenzaprina) parecen ser más eficaces en mejorar la fatiga y la depresión.
Actualmente tiende a administrarse un analgésico (tramadol) junto con un
antidepresivo (sobre todo la amitriptilina).
d) Tratamientos locales. El calor local, masaje profundo, acupuntura, y en
ocasiones las infiltraciones locales pueden ser útiles y producir un alivio sintomático.

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