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Problemas de Literatura Latinoamericana

Teórico N° 3

Secretaría de Publicaciones
Materia: Problemas de Literatura Latinoamericana
Cátedra: David Viñas
Teórico: N° 3 - 24/08/07
Tema: José Martí – dictado por Marcela Croce

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Hola, buenas tardes.


En el CEFyL tienen digitalizado el libro de Frantz Fanon, Los condenados de la
tierra, del cual pretendo que lean, como mínimo, el prólogo escrito por Sartre y el capítulo
I, que es “La Violencia”. También tienen La ciudad letrada de Ángel Rama. Dejé algunos
artículos de Martí, sobre todo los textos de corte programático, como el de la fundación del
Partido Revolucionario Cubano y algunas cartas que hacen a la parte más política. Mi idea
es ver todo eso y, eventualmente, algunos de los Versos Sencillos. Si hacemos a tiempo, me
gustaría ver también algo de Modernismo y algunas cosas de Darío. La próxima clase
comenzaremos con Ariel, que es un texto muy espiritualista y con una retórica muy
alambicada, pero que ha tenido un gran impacto en América Latina.
El punto de partida son las reuniones en la Primera Conferencia Panamericana. Pero
también quiero ver algunos artículos vinculados con países americanos. Hay uno sobre
Argentina y uno sobre costumbres bonaerenses. En estos textos se pueden ver algunos
tópicos de Martí que van reapareciendo en su poesía y que van a ser retomados por algunas
de las críticas más interesantes que ha tenido Martí. Ahí podríamos mencionar los libro de
Julio Ramos, Desencuentros de la Modernidad en América Latina y Paradojas de la Letra.
En ambos hay trabajos sobre Martí que son considerables.
Uno tiene de Martí la imagen de poeta santificado y consagrado. Es muy difícil
hacer una crítica de los textos de Martí, porque su figura parece imposible de juzgar fuera

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de su muerte en combate y su patriotismo. Además, por añadidura, fue canonizado por la


Revolución Cubana.
Todo lo que haga a la Modernidad, para Martí, es una fuente de tensión. Cuando él
se va a Nueva York, en 1880, está fascinado con Estados Unidos. Incluso, va a considerar
en términos menos esquemáticos esa tendencia al materialismo que vamos a ver expuesta
en Ariel. Rodó considera que el mundo latino es lo aéreo y el mundo sajón hace a lo
material. Ese tema también aparece en toda la poesía modernista y, en particular, en las
poesías de Rubén Darío sobre Estados Unidos. En una de ellas señala que América sajona
va a dominar a los que aún rezan a Jesucristo y hablan en español.
Esos serían los elementos de atraso de América Latina, con respecto a la América
sajona, mucho más próspera y desarrollada. Esto tiene que ver con un componente de orden
religioso que ha desarrollado un sociólogo alemán llamado Max Weber, en un libro titulado
La ética protestante y el espíritu del Capitalismo. Allí Weber sostiene que los países
protestantes son más avanzados, que tienden a la industrialización y a la acumulación de
dinero. De hecho, una de las señales de que Dios ha elegido a los hombres para ser salvados
es su capacidad de hacer dinero. Después veremos que hay muchos conflictos en función
de esto, porque ejemplo en el Puritanismo norteamericano, donde esto ha llevado a la
locura de perseguir a quienes no respondan a estos dictados.
La tensión en Martí está dada por la presencia de lo moderno frente a esta cosa más
primitiva que tiene que ver con lo natural. La civilización son todos los adelantos técnicos y
la cultura todo lo que hace al área espiritual. En Argentina, Martí encuentra una
modernización incruenta. El presidente en los años ’80 es Roca, que ha sido algo cruel, al
menos con los indios. Hay una justificación del modo en que se ha corrido a los indios.
Esto tiene que ver con que Martí no conoce a fondo lo que ha sido la Conquista del
Desierto. Muchas veces hay una confusión en la información que él maneja sobre ciertos
temas y eso lo hace llegar a juicios equivocados. Uno clarísimo es este sobre la Argentina:
el general Mitre es una suerte de prócer egregio y el general Roca es un pacificador.
Incluso, hay una poetización de esta forma extraña del mestizaje que es la
inmigración. Hay una poetización de lo que en ciertos géneros argentinos va a ser la
mostración de un fracaso brutal, como puede ser el Grotesco criollo. Martí ve una suerte de
armonía de razas con los inmigrantes que llegan a América. El Grotesco va a ver todo el

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fracaso inmigratorio. Si uno lee Stéfano de Discépolo lo que verá es el fracaso inmigratorio.
El inmigrante viene a la Argentina a enriquecerse para volver con dinero a su país de
origen. Como los puestos codiciados no abundan y no se le reservan a los inmigrantes,
cuando llega deberá trabajar en los campos o en la ciudad en tareas subalternas. En la
ciudad podían ser obreros portuarios o ferroviarios que, por añadidura, vienen con un alto
componente de sindicalización, lo cual genera una expansión de movimientos gremiales,
sobre todo del movimiento anarquista.
Stéfano, que es músico, piensa que va a escribir una gran obra y se va a convertir en
un director de orquesta. Pero termina tocando el trombón en una orquesta de mala muerte,
de la cual lo echan porque hace “la cabra” (tiembla cuando toca). Está lleno de hijos, de los
cuales uno se le ha muerto y otro se ha vuelto loco. Además se trajo a sus padres para que
vean cómo triunfaba y sus padres ven que vive en la miseria y el hacinamiento. Su mujer,
que es una criolla, todo el tiempo le está reprochando esta vida y Stéfano termina muriendo
en escena porque ya no aguanta más.
Martí veía con optimismo lo que en los géneros criollos aparece en su vertiente
pesimista. Por momento, hay una suerte de optimismo ingenuo en Martí, la confianza en
una armonía inexistente. Sólo hacia la década de 1890, cuando él entiende que Cuba en su
lucha independentista debe sacarse den encima no sólo a España sino también a Estados
Unidos, él va a perder este optimismo ingenuo. Su mirada idílica del principio aparece muy
claramente en su poesía. Los Versos sencillos son una mirada idílica, una suerte de mirada
evangélica del mundo. La visión política de Martí, más que un Socialismo, es un
Humanismo.
Esta modernización que él ve en Argentina y en Estados Unidos, la vamos a ver
reiterada en el prólogo que hace al poema “Niágara” de Pérez Bonalde. Ahí descubre que el
modo de trabajar con la poesía en la Modernidad ya no pasa por las grandes obras épicas ni
por el aislamiento del poeta con respecto a la sociedad. Hay que hacer poemas más breves,
con un lenguaje que todos comprendan y se haga cargo de es modernización. Una de las
señales de ese paso de una literatura puramente decorativa, como era la Modernista, hacia
una literatura más preocupada por lo social es justamente el cambio de simbología que
alude a la cuestión del oro. El oro que, en la literatura modernista, es un objeto para

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orfebrería, en el caso de “Niágara”, va a tener un valor de cambio. El oro pasa a ser un


patrón universal de respaldo monetario. Ha perdido ese carácter puramente decorativo.
De hecho, Martí confía en una poesía americana y en una nacionalidad
supraamericana. El piensa en una “familia americana” frente a los peligros que acarrea este
coloso americano. En Ariel, uno puede ver, del lado de Ariel, una familia protectora y, del
lado de Calibán, una amenaza concreta y cruel. En Martí esta idea aparece medianamente
atenuada. Esa familia protectora es una suerte de supranacionalidad que no siempre está
seguro de que funcione. Además empieza a pensar que son los intelectuales los que van a
tener que sostener a esa familia supraamericana. El intelectual patriota no tiene que
recortarse sobre su propia escena nacional, sino que tiene que pensar en términos
americanos.
En una revista infantil que él escribe, titulada La edad de oro, hace biografías de los
próceres americanos para uso de los niños. Entre esos próceres aparecen San Martín,
Bolívar e Hidalgo. Pero también aparece el padre Bartolomé de las Casas, que tiene una
entrevista famosa con Carlos V, donde pide que no se explote más a los indios porque, para
esos trabajos, se puede traer negros. Esa entrevista ocurre en 1515, el mismo año en que
Maquiavelo escribe El Príncipe, que sienta las bases de lo que es la política moderna. Es la
defensa de una tiranía y la convicción de que la política y la moral van por caminos
separados.
De hecho, la familia protectora de Ariel y la amenaza de Calibán pueden invertirse.
Como ejemplo podríamos pensar en la familia mafiosa y en la complacencia con el
dominador. Eso se va a ir repitiendo, sobre todo a medida que estos países intentan
independizarse. Ya veremos qué pasa en Nicaragua, con toda la lucha de Sandino en contra
de la intervención de los marines norteamericanos y, posteriormente, la Revolución
Sandinista y la llegada al poder de Daniel Ortega. Lo que sucede es que después él cambia
de opinión. Es algo que también veremos en la figura de Cardoso, en Brasil, que plantea la
teoría de la dependencia en los ’60 y lo que hará en su presidencia a fines de los ’90. Es
gente que ha hecho su autocrítica.
Un ejemplo más próximo lo tenemos en la figura de Mario Vargas Llosa que, en los
’60, estaba fascinado con la Revolución Cubana y ahora escribe, en un diario español, todas
las diatribas racistas que se le pueden ocurrir. Vargas Llosa está espantado frente al avance

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de los africanos en España. Parece que Vargas Llosa nunca ha entendido que España y
Portugal son parte de África (culturalmente y casi geográficamente). Yo recuerdo a un
profesor del colegio que decía que Europa comienza en los Pirineos. Yo tengo para mí que
el papel de España en la Unión Europea solo se justifica en función del papel mercenario
que cumple en América Latina, por el dominio lingüístico y por la proximidad cultural, que
le ha permitido alzarse con las empresas telefónicas, con las empresas de aguas, con los
bancos, etc.
Algo ya vimos de las Crónicas de la Primera Conferencia Panamericana y de la
figura de Blane, el Secretario de Estado norteamericano que va a dirigir esta Conferencia.
Ya vimos la Doctrina Monroe, el Panamericanismo, el Big Stick, el Destino Manifiesto, la
Diplomacia del Dólar, la Buena Vecindad, la Alianza para el Progreso y el ALCA. Les leo
la definición que da Luis Alberto Sánchez, en los años ’30, del Panamericanismo:
“América española representa el colonialismo de ayer y el falangismo actual [el
Falangismo es el sistema de gobierno instalado por el general Miguel Primo de Rivera, que
va a ser la base ideológica del Franquismo o del Nacionalismo de Derecha en España] de
tipo latifundista y oligárquico; América Latina es un colonialismo afrancesado con ínfulas
universales, aristárquico, de elite, antidemocrático; Panamérica es una victoria de la
burocracia en conexión con los Estados Unidos, término casi exclusivamente de
funcionarios; e Indoamérica, es una expresión no muy exacta representativa de un
movimiento reivindicativo de los explotados contra sus explotadores”.
Lo de “Indoamérica” le molesta a Sánchez, porque él está preocupado por el
Indigenismo. Además, como militante del APRA, Sánchez está enfrentado a Mariátegui,
que es quien ha reivindicado con mayor énfasis la figura del indio y el que ha pensado en la
posibilidad de aplicar el Marxismo al Perú, a partir del mito unificador del primitivo
comunismo incaico. La reivindicación del indio es la posibilidad de instaurar el Marxismo
en Perú. Enfrentado con eso, Sánchez va a criticar el indigenismo.
Con Gramsci hemos vista la diferencia entre Literatura Popular y Literatura
Populista. La primera corre por circuitos populares y la segunda tiene un componente
popular, pero el resto de sus elementos no corresponde al circuito popular sino al burgués.
Quiero decir que una cosa es lo popular y otra cosa es la explotación de ciertos elementos
populares por parte de una clase que no es la popular. En el caso del indigenismo, habría

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que distinguir entre la Literatura Indígena y la Literatura Indigenista. La primera es


literatura producida por indígenas, en su lengua y para ser leída por ellos; la segunda es una
literatura escrita en español con algunos componentes indígenas, que está hecha para ser
consumida fuera de esos países. La literatura indigenista peruana se lee en Europa
básicamente. Piensen en Ciro Alegría, piensen en la novelística de Arguedas o piensen en la
novelística de Scorza. Es novela indigenista que no fue escrita para los indígenas sino para
ser leída fuera del circuito indígena. Quería que vean cómo los conceptos de Gramsci, de
Popular y Populista, se producen en el caso de Indígena e Indigenista. El sufijo “ista”
implica un menosprecio o una suerte de modificación respecto de un vocabulario original.

Alumno: ¿Existe la literatura indígena?

Profesora: Sí existe, lo que sucede es que no sale del circuito indígena. Es algo que no
llega nunca al circuito masivo (como sucede con la literatura popular). Mantener su carácter
popular, al mismo tiempo, la convierte en una suerte de objeto de museo. Yo no estoy
condenando la literatura indigenista; el indigenista es como un embajador entre culturas. Su
función es dar a conocer elementos indígenas fuera de su contexto propio.
Lo mismo podemos decir en función del Boom Latinoamericano, que son novelas
sobre América Latina que estaban escritas a fin de agradar cierta recaída teórica europea.
Los que consagran al Boom Latinoamericano son los europeos. Vargas Llosa no se hace
famoso porque lo leen en toda América sino porque lo consagran las lecturas europeas. Hoy
repite ese modelo aliado con algunos españoles que también son nefastos, como el caso de
Goytisolo. Digo “nefastos” ideológicamente, más allá de lo que puedan ser sus
producciones literarias. Piensen en una persona como Carlos Fuentes que, ya en los ’50,
tenía agentes literarios en Estados Unidos.
Hay casos más extravagantes, porque Vargas Llosa y Fuentes después de todo son
buenos escritores. Pero piensen en la chilena Isabel Allende, que tiene un éxito infernal y
tiene como representante literaria a la misma matrona que representa a los otros, llamada
Carmen (…). El Boom fue producido básicamente desde España. El momento de éxito de
la novela latinoamericana fue cuando las editoriales españolas se interesaron por ellas.
Incluso, el discurso de García Márquez recibiendo el Premio Nóbel, refrenda esa actitud.

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Allí habla del Realismo Mágico y dice que lo que pasa en sus novelas ocurre efectivamente
en América: convierte a América en un lugar exótico. Esa es la idea que tiene el viajero
romántico sobre América. Chateaubriand tiene esa mirada sobre América. Es la mirada del
otro como un exótico, esa es la mirada que los americanos han querido dar y, por eso, tuvo
tanto éxito ese tipo de novela.
Piensen que el Boom Latinoamericano no fue un fenómeno de la poesía o del
ensayo, sino de la novela, que es el género que mejor se vende. Eso demuestra el sostén
mercantil de toda esta operación. Acá tampoco estoy desmereciendo a la novelística de
Boom que, probablemente, sea lo mejor que se haya escrito durante el siglo XX en
América, más allá de que haya sido un movida mercantil. No todo lo que pasa por los
medios masivos es malo. Pero tampoco debemos pensar que todo lo que pasa por los
medios masivos es popular.
Acá hay cierta crítica que se han empeñado en demostrar que todo lo masivo es
popular y que todo lo popular es masivo. El folletín es un género masivo, pero no es un
género popular, porque ha sido escrito por un escritor profesional y producido por grandes
productoras. La televisión, por ejemplo, tiene muy pocos componentes populares, porque es
un gran negocio. Hay componentes muy fuertes de orden empresarial que niegan la
posibilidad de que esto sea popular. Puede estar hecho parea cierto gusto popular, pero no
lo es toda su organización. Piensen lo que es el fútbol con sus grandes negocios. El fútbol
tuvo su momento popular, luego se masificó y perdió el componente popular.
En la Conferencia Panamericana hay algunos personajes que a Martí le llaman la
atención. Uno es Matías Romero, de México, que le parece una suerte de vendido. Es
alguien que ha ido, como embajador, a celebrar el modo en que su país ha sido apropiado
por Estados Unidos. Recuerden que México ha perdido Texas, California, Nuevo México,
Arizona, etc.). En esa Guerra de 1848, han surgido algunos héroes como Ulises Grant que
luego será presidente de los Estados Unidos durante dos períodos consecutivos. Esta guerra
ha dado lugar a que los representantes del Sur tuvieran un peso considerable dentro de la
Confederación.
Los representantes argentinos fueron Manuel Quintana, a quien martí ve como un
anciano venerable, y el otro fue Roque Sáenz Peña. Éste, si bien durante la Conferencia
Panamericana tuvo una actitud de denuncia y antiimperialista, siendo presidente, instaló un

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sistema absolutamente conservador. El único elemento que se sale de ese sistema es la


concesión del voto universal y secreto en 1912 (la Ley Sáenz Peña). Pero en su mandato a
los empleados de la Casa de Gobierno, los hacía vestir como en el siglo XVIII, con zapato
de hebilla y medias blancas.
Ya dijimos que a los representantes los llevan en un tren, que es una suerte de
epítome de las riquezas nacionales. A Martí eso le parece espantoso, porque le parece que
están mostrando una fachada que no tiene nada que ver con los Estados Unidos reales. Es
una fachada en contradicción con ese contrafrente en el que están fusilando a los
anarquistas. Hay toda una nota sobre los Mártires de Chicago, que cuenta la historia de
estos cinco anarquistas que han sido ejecutados en la Plaza Haymarket. Nunca se supo si
esos anarquistas han sido culpables, pero les echan la culpa y reciben un castigo ejemplar.
Eso se reitera en 1927, cuando mandan a la silla eléctrica a Sacco y Vanzetti, dos
anarquistas italianos a los que acusa de haber matado a dos policías. Pero antes de
mandarlos a la silla eléctrica los han torturado durante siete años con simulacros de
fusilamiento.
Dentro de la simbología, además del tren, debemos rescatar la bandera
panamericana. “Al fondo del campo azul [en heráldica el “campo” es el fondo de un
escudo], la Cruz de Mayo, delante cubriendo con las dos alas tendidas el norte y el sur del
continente el Águila [el águila calva es el símbolo norteamericano] y el continente tiene
alrededor un anillo de bodas”. Parece la etiqueta de Fernet Branca. Esa es la simbología de
la unificación panamericana.
Luego veremos que esta águila no era tan bondadosa como dice Rubén Darío. Al
cabo de la Conferencia Panamericana de 1906, Darío hace una “Salutación al águila”,
donde dice: “Bien vengas, mágica águila de alas enormes y fuertes / a extender sobre el
sur tu gran sombra continental, / a traer en tus garras, anilladas de rojos brillantes, / una
palma de gloria del color de la inmensa esperanza / y en tu pico la oliva de una vasta y
fecunda paz”. Está hablando de otra águila evidentemente. Pero esto sigue: “Bien vengas,
mágica águila que amara tanto Walt Whitman, / [el poeta que en 1848 convidaba a los
norteamericanos a ir a hacer la guerra a México], quién te hubiera cantado en esta olímpica
jira, / Águila que has llevado tu noble y magnífico símbolo / desde el trono de Júpiter hasta
el gran continente del Norte”. El águila ha bajado del Olimpo. Y agrega: “Ciertamente has

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estado en las rudas conquistas del orbe, / ciertamente has tenido que llevar los antiguos
rayos [y aún no habían pasado Corea, ni Vietnam]. / Si tus alas abiertas la visión de la paz
perpetúan, / en tu pico y tus uñas está la necesaria guerra”. Sigue hablando así y luego
introduce el correlato sureño: “Águila, existe el cóndor, es tu hermano en las grandes
alturas. / Los Andes le conocen y saben que, cual tú, mira al sol. / ‘May this Union have no
end…’ dice el poeta / puedan ambos juntarse en plenitud, concordia y fuerza” y luego:
“Águila que conoces a Jove y a Zaratustra / y que tienes en los Estados Unidos tu asiento, /
que sea tu venida fecunda para estas naciones, / que el pabellón admiran constelado de
Barras y Estrellas”.
Esto es una bajada de calzones, para decirlo rápidamente. Rubén Darío está
totalmente fascinado con Estados Unidos. El águila, la bandera norteamericana, todo es
maravilloso. “Por algo eres la antigua mensajera jupiterina, / por algo has presenciado
cataclismos y luchas de razas, / por algo estás presente en los sueños del Apocalipsis, / por
eso eres el ave que han buscado los fuertes imperios. // Salud, Águila. Extensa virtud a tus
inmensos revuelos. / Mina de los azures, salud, gloria, victoria y encanto, / que la Latina
América reciba tu mágica influencia / y que renazca nuevo Olimpo lleno de dioses y de
héroes”.
Esto fue escrito en 1906 y es un buen poema para recordarle a los que dicen que
Rubén Darío es antiimperialista. En esta nueva Conferencia Panamericana, Darío está
pidiendo que Estados Unidos domine a todo el continente. Martí ya verá que el águila
despliega sus alas con demasiada rapidez sobre el resto del continente. Incluso, algunos
políticos norteamericanos no vacilan en comentar por dónde se va a extender el águila. Ya
plantean el proyecto expansionista a partir de esta idea de Panamericanismo.
Para colmo, la mayoría de los delegados latinoamericanos desconoce el inglés, de
modo que no entienden lo que se está hablando y lo que están firmando al cabo de la
conferencia. Eso lo denunciará Martí. El Panamericanismo plantea la superioridad de quien
domina la lengua inglesa.
El otro caso emblemático es el del costarricense Jiménez, que prefiere ver a su
patria anexada a los Estados Unidos, que convertida en un Estado de Centroamérica. Costa
Rica es un antecedente de lo que va a ser Puerto Rico. A partir del Panamericanismo y de la

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advertencia que hace Martí es el destino manifiesto de toda América Latina. América va a
tener que ser como un Estado Libre Asociado del imperio norteamericano.
El paseo en tren va por lugares prestigiosos y muestra algunas figuras de la riqueza
norteamericana. Uno de ellos se llama Carnegie que, para colmo, es consuegro de Blane.
Mientras tanto, Sáenz Peña va a denunciar la alianza aduanera. La Conferencia es una
estrategia permanente de ocultación por parte de Estados Unidos. Todo el tiempo plantean
una política general pero muestran otra, tanto desde los diarios como desde la Casa Blanca.
Lo que plantean no tiene que ver con sus objetivos reales. El Panamericanismo es engañoso
y va a terminar en tratados secretos. Eso es lo que trataba de evitar el conjunto
panamericano y que el presidente Wilson, cuando forma la Liga de las Naciones, va a
considerar dentro de sus famosos catorce puntos. Uno de esos tratados secretos le permite a
Alemania rearmarse después de la Primera Guerra Mundial, cuando tenía prohibido
rearmarse.
Martí dice: “ni mayordomo de raza ajena ni mayordomo de nuestra raza. No es
cuestión de raza sino de independencia o servidumbre. Ni pueblos fuertes rubios, para su
beneficio y moral, sobre los pueblos meritorios y capaces de América; ni pueblos fuertes
trigueños para su poder injusto sobre las naciones afligidas de la América del Sur”. La
cuestión de la raza en América siempre ha sido vista más en términos de clase que en el
color de la piel. El indio rico no es indio, es blanco. Sánchez, en Balance y liquidación del
novecientos va a sostener que cada vez que en América se habla de raza, se habla de una
condición económica. El negro es negro cuando es pobre, cuando tiene dinero no se lo
llama “negro”.
Habría que ver las diferencias entre Matías Romero de México y Manuel Quintana
de Argentina. Por un lado tenemos el tono decidido de Quintana, que dice que la forma del
discurso se ajusta a las ideas decidas que tiene; y, por el otro, tenemos el de Matías Romero,
que está lleno de notas copiosas, menudas, etc. Incluso va a decir que muchos de estos
delegados latinoamericanos todavía chorrean de sus labios la leche materna y ya están
firmando cualquier tipo de componenda con Estados Unidos.
Las cartas de Martí son cartas al director del diario La Nación. Esas cartas serán
censuradas reiteradamente cuando trate de plantear un panorama desconocido para los
lectores sudamericanos. Piensen que estamos en 1889, cuando La Nación es un diario que

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tiene unos veinte años de existencia. Allí Martí tiene que informar sobre las características
de estos países. El representante mexicano, obviamente, es el representante del Porfiriato, la
dictadura instaurada por Porfirio Díaz, héroe de la guerra mexicana contra los franceses.
Esto lo ha convertido en un personaje apto para dominar al país. Y, para colmo, tiene
fisonomía indígena y ha tenido algún tipo de vinculación con Benito Juárez, otro indígena
que logrado derrotar a Maximiliano. Además se va a rodear de un gabinete de ministros,
que se llama “los científicos” fuertemente imbuidos en el Positivismo. El Positivismo es
una ideología que considera que las sociedades funcionan como organismos y que el
modelo de las ciencias naturales tiene que servir para la organización social y política. En
su vertiente spenceriana, el Positivismo considera que hay una jerarquía de razas a la
cabeza de las cuales está la raza blanca, destinada a dirigir a todas las otras razas. Las otras
razas, por incapacidad para la supervivencia, van a terminar desapareciendo. A esta
capacidad de supervivencia, por supuesto, los blancos pueden darle una mano haciendo
desaparecer a otros grupos humanos.
Porfirio Díaz tenía un grupo de “Rurales” (una suerte de policía campesina),
formado por indios que estaban de su parte. Eran indios utilizados como policía para
reprimir cualquier alzamiento armado o cualquier tipo de reivindicación, ya sea de corte
agrario o sindical. El final del Porfiriato va a ser Revolución Mexicana. La facción que
encabeza Francisco Madero no pedía la Reforma Agraria, sino simplemente una cosa
constitucionalista: no reelección y organización de una nueva constitución. La facción de
Emiliano Zapata ya pedirá la Reforma Agraria, y la facción de Pancho Villa va a pedir una
reorganización social.
Entre esos científicos, algunos de los ministros van a acudir a la Conferencia
Panamericana. Uno de ellos es Limantour, que es el Ministro de Economía. Dentro de estos
ministros también tendríamos que ver a Francisco Bules, que tiene un libro titulado El
porvenir de la América Hispánica. Y tendríamos que ver a Gabino Barreda, que es uno de
los ideólogos del Positivismo en México. Este Positivismo ha dejado sus huellas en cierta
filosofía mexicana, que es la de Leopoldo Zea. El Espiritualismo trata de mitigar eso, pero
está metido en ese aire de época y no puede sustraerse del todo a la ideología positivista. Es
el mismo Positivismo que, en Argentina, cultivaba José Ingenieros.

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En América, el Positivismo aparece permanentemente como una idea de progreso.


En Brasil, la insignia positivista dice: “Orden y Progreso” y ha quedado grabada en la
bandera. Toda la Primera República Brasileña va a estar impregnada de Positivismo. Lo
mismo que el Roquismo en Argentina. Lo que aparece en México en ese momento, en la
misma época, aparece en casi toda América. Esto es bastante tardío con respecto a su
manifestación europea que, en la Literatura, va a derivar en el Naturalismo. Si en Europa el
naturalismo tenía un componente socialista y progresista, en América va a servir para
condenar a estas razas inferiores, a los inmigrantes y a todos los que la clase dirigente
considera que están un escalón por debajo de ellos. El naturalismo en América se vuelve
absolutamente reaccionario. El traslado de Europa a América ha significado un paso del
Progresismo a la Reacción.
Piensen en algunos melodramas naturalistas, como puede ser el caso de Santa, de
Federico Gamboa, sobre el cual se hizo una película expresionista llamada La mujer del
puerto, de la cual también hay una versión moderna. Es una película de un naturalismo
descarnado, que incluye escenas de incesto y otras cosas horrendas. Piensen en la novela
naturalista en Argentina: Cambaceres, Martell, Argerich, Podestá y toda la serie de
novelistas entre el ’80 y el novecientos, que se vana dedicar a desacreditar, sobre todo, al
inmigrante. En Argentina no se degrada al indígena (que había sido aniquilado
previamente), ni al negro (que ya no existía) sino al inmigrante. En Brasil, el Naturalismo
va a desacreditar al negro, en Perú, en Ecuador y en Bolivia va a desacreditar al indígena.
Incluso, hay un momento, sobre el novecientos, en que el ensayo y la novela
latinoamericanos, impregnados de Positivismo van a llegar a una medicalización de los
pueblos americanos. El venezolano César Zumeta escribe un libro llamado El continente
enfermo, el boliviano Alcides Arguedas escribe un libro titulado Pueblo enfermo, el
argentino Carlos Octavio Bunge escribe Nuestra América. Allí Bunge señala la inferioridad
del mestizo y dice que el presidente chileno Recabarren se ha suicidado por la incapacidad
de los mestizos que lo apoyaban de mantenerlo en el poder. No se suicidó por la presión de
los ingleses sobre los yacimientos de metales, sino por culpa de los mestizos. En todos los
países se empieza a medicalizar el discurso para tratar de dar un estatus científico al
desprecio de los indígenas, los negros o los inmigrantes.

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En toda la serie de textos sobre la Conferencia panamericana lo que vemos es que se


filtra permanentemente el patriotismo supranacional de Martí. El tiene la convicción de que
si Estados Unidos se empieza a extender sobre el continente la independencia de Cuba va a
ser imposible y, por el contrario, si Estados Unidos toma la isla de Cuba, va a ser imposible
la independencia de América. Si tiene a Cuba, Estados Unidos tiene a la perla del Caribe.
Ese tema de la perla reaparece en los Versos sencillos. Veremos cómo esta ideología está
impregnando una poesía que suele leerse como inmanente.
Dice Martí: “Se abre el diario vespertino de los republicanos de Nueva York y se
lee: ‘Los huéspedes de la conferencia, que vienen a seguir nuestra guía, (…) la alianza que
hemos solicitado y que vienen a ajustar nuestros huéspedes’ ”. Quiero subrayar las palabras
“nuestra guía”, “la alianza” y “ajustar” que, en este contexto, del siglo XXI, podríamos leer
como representaciones respectivas del ALCA y del FMI (por el lado de ajustar). Vean cómo
se expande toda esa metaforía a lo largo de la dominación norteamericana, de sus
organismos de crédito y de sus proyectos comerciales continentales.
Dice Martí: “Los diarios neoyorkinos no hacen más que glosar la Doctrina Monroe.
El Tribune dice: ‘Ha llegado la hora de hacer sentir nuestra influencia en América, el
aplauso de los delegados al discurso de Blane fue una oración’. El Star dice: ‘El Congreso
americano de Blane’ y el Sun dice ‘Están vendidos a los ingleses estos americanos que se
le oponen a Blane’”. A los latinoamericanos no se les puede reconocer ningún atributo de
independencia: si no responden al imperialismo norteamericano es porque se han vendido a
otro imperialismo.
Sigue: “Pero antes de empezar la gira quedó el Congreso ceremoniosamente
abierto en Washington. Ya ha habido esgrima, intriga, calumnia, y todo firme, insinuante,
abierto, con aire de fiereza contenida. Los negros van y vienen, diez para cada huésped,
cepillo en mano”. Ahí tenemos representado todo el esclavismo. Yo recuerdo el viaje de
Eduarda Mansilla a Estados Unidos. Ella viene como heredera de la cosa rozista, viaja a
Estados Unidos y le dice a un negro que le abra la puerta de un coche para subir. Cuando el
negro se niega, ella dice: “En este país, los negros creen que algún día pueden llegar a ser
presidentes”. Vemos a ese negro insubordinado en el norte, frente a estos negros que
obedecen a todo desde la perspectiva sureña.

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Y todos los delegados al Congreso Panamericano aceptan esos diez negros, que
representan una situación esclavista. Están convalidando la esclavitud con su sola
presencia. Esa civilización norteamericana en el Tren Palacio también tiene una referencia
en la impresión de Groussac cuando visita Estados Unidos: todo es enorme.
Quiero entrar en algunas crónicas que tienen que ver con las escenas
norteamericanas. Una de ellas es la del general Grant. Martín tiene una visión de los héroes
que está adherida a cierto componente de orden orográfico. Los héroes son montañas y así
como América está unida por los Andes estos grandes hombres de la política americana van
a quedar fijados como montañas. Grant es una montaña. Los Estados Unidos han tenido una
concepción bastante similar en el Monte Rushmore, donde está talladas, cuatro cabezas
notables: Washington, Lincoln, Jefferson y T. Roosevelt. Son las cimas de la política
norteamericana.
La figura de Lincoln ha sido recuperada por todo el independentismo
latinoamericano. Lincoln es el que ha liberado a los esclavos, el que ha terminado con la
Guerra de Secesión y es el mártir de esa guerra (porque es asesinado en un teatro). Lincoln
es una figura heroica. La figura de Washington está relacionada con la formación de la
nación. Bolívar siempre recupera la figura de Washington, más por su patriotismo que por
sus componentes éticos. Entiende que éticamente es cuestionable, pero también sabe que ha
formado una nación y eso es indiscutible. Lincoln ha formado una nueva nación,
devolviendo la unidad a esta división Norte-Sur.
Dice: “Montañas en vida, regimientos, firmeza, todo eso se encuentra en Grant y va
con él macerando, aplastando, arremolinando, tundiendo”. Los estados esclavistas del sur
van a favorecer la expansión de la revolución hacia México. Después veremos que la
Revolución Mexicana tiene que ver, no sólo con el fin de la esclavitud en Estados Unidos y
el paso de esos esclavos a México, si no también con el hecho de que empiezan a perseguir
a los anarquistas en Estados Unidos y éstos también se pasan a México. Estos anarquistas
se pasan a México y producen huelgas masivas en propiedades norteamericanas en ese país.
Pero además van a producir una ideología revolucionaria, libertaria.
Esa Revolución Mexicana, en su aspecto de anarquistas, es básicamente una
revolución de intelectuales. Se manifiesta a través de periódicos y revistas, pasando por una
formación ideológica, y no propone ninguno de los elementos que aparecerán en el caso de

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

Villa o de Zapata. Es una revolución hecha por intelectuales. En ese punto hay que
recuperar la figura de Martí como el intelectual que instala esta idea. Es el intelectual
conciente de su función de independentista y revolucionario.
Ramos propone a Martí como el primer intelectual profesional. Escribe Crónicas,
que es un modo de ganarse la vida. Escribe porque le pagan y vive de eso. Ha borrado la
idea de ser mantenido por algunos mecenas poderosos y ricachones que caracterizaba al
Modernismo. Además, en vez de responder a una idea de secularización Martí repone una
idea evangélica del intelectual. Es el que lleva la buena noticia, es el que predica. Es u
profesional de la escritura y es un predicador. Ahí vemos el componente oratorio de alguien
que logra convencer a través de su discurso.
Un intelectual italiano, llamado Humberto Eco, ha planteado una distinción entre
intelectuales “apocalípticos” e “integrados”. Apocalípticos son los que llevan la crítica al
extremo, Integrados son los que van a ser absorbidos por el sistema. Martí es un
apocalíptico. Tal vez su prosa no nos parezca apocalíptica, pero hace denuncias que para su
época son una barbaridad. Además tiene una idea fija de patriotismo que no se logra mover
con nada. Va a mantener una gran coherencia a lo largo de toda su trayectoria. Nunca se va
a integrar a ningún sistema. Los integrados podrían ser Vargas Llosa, Carlos Fuentes, etc.
Hoy un intelectual apocalíptico podría ser Chomsky que, si bien está dentro del
sistema norteamericano (sino nadie lo escucharía), hace una denuncia bastante convincente,
hace un análisis de la situación mundial con bastante lucidez y se pone en contra de ese
sistema en el que está inmerso. Por supuesto, su participación se da únicamente en el plano
de lo discursivo, no es José Martí o Rodolfo Walsh, que toman las armas. Pero en la
actualidad no hay muchos intelectuales que sean apocalípticos.

Alumno: ¿Edward Sahid podría ser un apocalíptico?

Profesora: Sí, pero con más tironeos. El hace una clara reivindicación de todo el mundo
árabe, con la cual no estoy en desacuerdo. También hace una crítica al imperialismo
orientada, sobre todo, al imperialismo inglés y francés. Cultura e imperialismo es un
alegato en contra del imperialismo francés y británico. Hay algo sobre el norteamericano,
pero en menor medida. Porque si me dedico a fines del XIX y principios del XX no es tan

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

claro el imperialismo norteamericano. El ahí introduce una nota de la creación de los Boy
Scout, que son pequeñas comunidades imperialistas. Ahí habría que ver quién es Cecil
Rhode, sobre cuyo apellido se ha fundado un país de África que se llama Rhodesia. La
capital de Liberia se llama Monrovia, como si la Doctrina Monroe hubiera llegado hasta
ahí. Hay un palacio en Río de Janeiro que se llama Palacio de Monroe. Y cuando
Vasconcelos va a Río de Janeiro dice que es el edificio más feo de la ciudad; uno no sabe si
lo juzga arquitectónicamente o está opinando sobre la designación de esta construcción.
Junto al texto de Gramsci, al de Fanon y al de Sartre habría que ver esta categoría de
apocalípticos e integrados que maneja Humberto Eco.
Si bien Grant, por un lado, seduce a Martí, por otro lado éste encuentra la
contradicción de los tratos bochornosos que ha realizado en el Senado para tratar de
anexarse Santo Domingo, cosa que no ha logrado. La crónica más interesante es la que se
titula “Fiestas de la Estatua de la Libertad”, que está fechada en octubre de 1886, en Nueva
York. Empieza trazando una dialéctica entre América Latina y Estados Unidos, donde
aquella fueran los insectos y éste el águila. Dice: “Toda la ciudad está llena de águilas”.
Aquí la figura que aparece como una montaña es la de Ferdinand de Lesseps, que es quien
ha construido el Canal de Suez para conectar el Mediterráneo con el mundo árabe. Si bien
en un principio era una zona de tránsito para toda la humanidad (aunque muy útil para el
imperialismo francés e inglés), en la década de 1950 el presidente de egipcio lo nacionaliza
y le quita esa concesión al imperialismo internacional.
Ese modelo del Canal de Suez es el que se trata de reproducir en América mediante
el Canal de Panamá. Lo llaman a Lesseps para hacer la construcción del canal, siempre
entendiendo que la apertura de un canal interoceánico significa un avance para la
humanidad. Luego veremos que Estados Unidos pone unas cláusulas un poco abusivas
sobre ese canal, como por ejemplo quedarse durante noventa y nueve años con el peaje del
canal y quedarse, a perpetuidad, las ocho millas de ambas costas.
Lesseps va a intervenir como representante del gobierno francés, es una suerte de
héroe francés, como en 1889 lo será Gustave Eiffel. Es el personaje que introduce
elementos de civilización, moderniza al mundo y cambia radicalmente las relaciones entre
los países. Es una figura del capitalismo que introduce progresos necesarios para la
humanidad. “Francia nos regala la Estatua de la Libertad para que la dejemos acabar en

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

paz el Canal de Panamá” dice Martí. Esa cultura Mamut que Groussac despreciaba a Martí
lo tiene fascinado. “No se vive sin sacar luz en familiaridad con lo enorme; engrandece la
simple capacidad de admirar lo grande”.
Inmediatamente viene una interpretación de la Estatua que implica una semiótica de
lo grandioso. Dice: “Jamás sin dolor profundo produjo el hombre obras verdaderamente
bellas. Por eso va la estatua adelantando, como para pisar la tierra prometida”. La “Tierra
Prometida” es un tema que se reedita en una gran cantidad de ficciones. “por eso tiene
inclinada la cabeza y un tinte de viudez en el semblante; por eso, como quien manda y
guía, tiene su brazo fieramente al cielo”. La estatua viene como una reunión de deidades:
“De Moisés vienen las tablas de la ley, de la Minerva el brazo levantado, del Apolo la
llama de la antorcha, de la Esfinge el misterio de la faz, del Cristianismo la diadema
aérea”. Es un congregado de dioses de diferente procedencia.
La representación de la Estatua de la Libertad, con un pie adelantado y una llama
que ilumina el futuro, está señalando que ese es el país que va a conducir al futuro. Además
tiene la cabeza como corona con una estrella.

Alumno: ¿El se va a retrotraer en esto cuando vea el peligro de la expansión de


Norteamérica?

Profesora: Claro, pero estamos en 1886. La Conferencia Panamericana es el primer


llamado de atención. A partir de la década del ’90 Estados Unidos se convierte directamente
en el gran peligro. Martí se ve venir la posibilidad de que haya una guerra entre España y
Estados Unidos, como producto de la cual Cuba pase a manos norteamericanas. Es el
momento en que Martí empieza a tener noción de que la independencia de Cuba es
imposible, menos por España que por Estados Unidos.
Pero, todavía en 1886, Estados Unidos era un modelo a imitar. En la clase media
latinoamericana y, sobre todo en la porteña, es abrumadora la tendencia a imitar a Estados
Unidos como modelo de civilización. Les encanta el cine norteamericano, el Mc Donnald,
la Coca Cola, etc. Estamos dominados por el capitalismo.
En 1886, dice Martí: “Alsacia, Alsacia dice toda ella. Y a pedir la Alsacia para
Francia ha venido esa virgen dolorosa más que a alumbrar la libertad del mundo. Ved a

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

los diputados. Todos ellos han sido escogidos entre los que pelearon con mayor bravura en
la guerra en que perdió Francia a la Alsacia”. Alsacia es una de las provincias francesas
limítrofes con Alemania. El resultado de la Guerra Franco-Prusiana, en 1871, fue la pérdida
de Alsacia. En ese momento se empieza a gestar la idea de que hay un oficial francés que
les ha pasado a los prusianos información confidencial que ha arruinado a Francia. Ese
oficial francés se llama Alfred Dreyfuss. Ahí surge el famoso Caso Dreyfuss que va a ser la
iniciación de la categoría de lo que conocemos como intelectual. El primer intelectual que
sale a defender a Dreyfuss es Emile Zolá, que escribe “Yo acuso”, donde dice Dreyfuss es
inocente y que lo están culpando por interés. Así como Zolá, que era un socialista
moderado sale a defender a Dreyfuss, Rosa Luxemburgo dice que es culpable. Lo que
sucede es que Dreyfuss es un hombre de gran fortuna personal y, si es rico, es culpable. El
jefe de la bancada de diputados socialistas francesa, Jean Jaures, también dice que Dreyfuss
es culpable. Esto se va a revertir cuando Dreyfuss pase una estadía en el infierno: seis años
en la Isla del Diablo, en el Caribe francés.
La Isla del Diablo sirve para los presos políticos franceses a los que meten en
mazmorras subterráneas con cincuenta grados de calor y cien por cien de humedad.
Después se dan cuenta que se han equivocado y le devuelven el grado militar. Hubo en
América cárceles muy activas, sobre todo en función de encerrar y reprimir a los
anarquistas. Si vamos de Norte a Sur: San Juan de Ulúa en México, la Isla del Diablo en el
Caribe francés, El Frontón en Perú (sobre el Pacífico), Fernando de Noroña en Brasil, la
Isla de los Estados y el Penal de Ushuaia en Argentina. Son todas cárceles para
independentistas, anarquistas y cualquiera que demuestre una reacción frente al sistema
dominante. Iban presos políticos (como Dreyfuss o los anarquistas), iban presos seriales
como el Petiso Orejudo. En Ushuaia se encontraban el Petiso Orejudo, Radowitzky (un
anarquista que tiró una bomba contra el coche del jefe de policía, Ramón Falcón) y Ricardo
Rojas, a quien han encarcelado por ponerse en contra del Golpe de Estado del ’30 y
afiliarse al Partido Radical.
En realidad, la crónica de Martí sobre los anarquistas de Chicago adelanta estos
modelos de sanción sobre los anarquistas en toda América Latina. Roberto Arlt escribió un
aguafuerte sobre el fusilamiento de Severino Di Giovanni en la Penitenciaría Nacional, que
se llama “He visto morir”.

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

Alumno: Termina diciendo: “Pienso que a la entrada de la Penitenciaría debería ponerse


un cartel que rezara: -‘Está prohibido reírse’. -‘Está prohibido concurrir con zapatos de
baile’.”

Profesora: Claro, porque el que va a controlar el fusilamiento parece Ingenieros: un


médico de la prisión, que va vestido como un dandy. Es un elemento que representa la
vuelta de la oligarquía al poder.

Alumno: Otro de los que presenció el fusilamiento de Di Giovanni fue González Tuñón.

Profesora: Sí, creo que era Enrique González Tuñón que era representante del diario El
Mundo. Lo que vamos viendo acá es el desarrollo en Martí de la crónica periodística, una
forma moderna y profesional de abordar la literatura. Esa forma de ejercer la crónica está
impregnada por los diarios norteamericanos, sobre todo por los emporios de Hearts y
Pullitzer. Ellos han establecido un sistema particular de información, mediante el cual, todo
el tiempo manipulan a la opinión pública. Así como Hearts azuzará para que invadan
México y luego Veracruz, se manipula a la opinión pública sobre los Mártires de Chicago.
Entonces, Martí termina diciendo que hizo falta liquidar a estos anarquistas, no tanto por lo
que hayan hecho (que no estaban seguros) sino para que todas las mañanas la familia típica
norteamericana pueda desayunar en paz.
Hoy el estilo de vida del norteamericano medio está respaldado en las guerras que
Estados Unidos lleva a cabo en otros países del mundo. El modo de darle publicidad a estas
guerras (Corea, Vietnam, Irak) que antes estaba en el periodismo, hoy se ha trasladado a las
artes visuales. Las artes visuales son más fáciles de comprender, circulan más rápido y,
además, la gente ya no lee el diario.
Dice Martí: “La prensa entera, desde San Francisco a Nueva York, falseando el
proceso, presenta a los siete condenados como bestias dañinas, pone todas las mañanas
sobre la mesa de almorzar a los policías dañados por la bomba”. Parecen los canales de
televisión de acá. Un diario decía: “¿Quién nos defenderá mañana cuando se alce el

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

monstruo obrero si la policía ve que el perdón de sus enemigos los anima a reincidir en el
crimen. Qué ingratitud para con la policía no matar a esos hombres”.
Cada vez que Martí está dentro de Estados Unidos, siente que está en “las entrañas
del monstruo”. El modo de conocer y combatir a este país es meterse ahí adentro. No hay
otro modo de combatirlo. Lo mismo sucede con el caso de Chomsky que mencionábamos
recién.
De la Conferencia Monetaria, reunida el 7 de abril de 1890, dice Martí: “A todo
convite entre pueblos hay que buscarle las razones ocultas. Los pueblos menores que están
aún en los vuelcos de la gestación no pueden unirse sin peligro a los que buscan un
remedio al exceso de productos de una población compacta y agresiva y un desagüe a sus
turbas inquietas en la unión con los pueblos menores”. Lo que dice es que Estados Unidos
nos va a invadir con todos sus productos, mientras nosotros no les vamos a poder dar nada a
cambio. Sin conocer las teorías marxistas, Martí tiene conciencia de los términos
internacionales de intercambio y la división internacional del trabajo.
El ALCA sigue la misma idea de la Conferencia Monetaria: meter todos los
productos que la industria produce y que, eventualmente, produce en lugares donde hay
trabajo esclavo (Malasia, Taiwán, etc.). Son industrias norteamericanas instaladas en países
donde el trabajo esclavo reduce muchísimo los costos y donde, además, la presión
impositiva es menor que en Estados Unidos. Con esos productos inundan todos los países
que dependen de la órbita comercial norteamericana.
“Dos cóndores o dos corderos se unen sin tanto peligro como un cóndor y un
cordero”. Eso es lo que ve Martí. Esta simbología del escudo panamericano ahora se ha
convertido en un cóndor que se está comiendo a un cordero. Ha pasado medio año y Martí
ya ve que el peligro es mucho mayor. La proximidad con estos políticos norteamericanos y
la lectura permanente de diarios americanos le han avivado el alerta. “Los países que no
tienen métodos comunes, aun cuando tuvieran idénticos fines, no pueden unirse para
realizar su fin común con los mismos métodos”. No tenemos nada en común con ellos; sólo
pueden querer aliarse para explotarnos.

[Pregunta Inaudible]

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

Profesora: Martí va a decir: “El pueblo que compra manda, el pueblo que vende sirve”. No
es sólo en relación con los Estados Unidos, sino también con lo que fue en Argentina el
Pacto Roca - Runciman firmado en 1933 por el vicepresidente de la Nación, Julio
Argentino Roca hijo y por el Encargado de Comercio británico. Después de la Conferencia
de Otawa, donde Gran Bretaña establece que sólo le va a comprara a sus colonias (Canadá,
Nueva Zelanda y Australia), Argentina pide ser reconocida como colonia británica, para
poder venderle a Gran Bretaña carne de primera calidad a precio de segunda.

Alumno: Además había exclusividad, porque Argentina sólo le podía vender a Gran
Bretaña.

Profesora: Sí, es lo que se llama “el país más favorecido”. Lo que sucede es que Inglaterra
era la principal compradora, entonces había que venderle al precio que ella desee. La
denuncia de ese pacto aparece por dos lados: uno es través del Nacionalismo de Derecha,
cuando los hermanos Irazusta publican un libro titulado La Argentina y el imperialismo
británico (1934). Es nacionalismo de derecha denunciando el imperialismo. La otra
denuncia es en 1935, en el Senado de la Nación, cuando el líder del Partido Demócrata
progresista Lisandro de la Torre hace la denuncia oficial. Por eso la avenida principal de
Mataderos, que es donde se encuentra la zona de los frigoríficos, se llama Lisandro de la
Torre. Y la sanción por eso no es matar a Lisandro, sino matar a Bordabehere, que es un
tipo joven que puede seguir con esa prédica. Muere asesinado en pleno Senado por un
policía de la provincia de Buenos Aires, que había sido exonerado por apremios ilegales,
coimas, etc.
Dice Martí, pensando en Estados Unidos: “El caso geográfico de vivir juntos en
América no obliga sino en la mente de algún candidato o algún bachiller a unión política”.
Cuando Martí piensa en una supranacionalidad latinoamericana, ahí pensará que la
geografía como un factor de unidad. En Luis Alberto Sánchez, la geografía también es un
factor de unidad. Estamos juntos en el mismo continente, fuimos colonizados por imperios
europeos que venían a extraer materias primas, las poblaciones primitivas fueron liquidadas
por esos imperios y la independencia de todos se produce más o menos al mismo tiempo.
Entonces, tenemos que unirnos para pronunciarnos en contra de este imperio.

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

Acá Martí lo que hace es unir a América Latina para oponerse a Estados Unidos.
Martí lo que va a manejar la idea de América Hispánica o Hispanoamérica, porque la idea
de América Latina, sobre fines del siglo XIX, era vista como una señal de afrancesamiento.
Bilbao, el chileno, y Groussac apoyan la idea de América Latina. Lo que vamos a ir viendo
es que el galicismo mental es tan colonial como la colonia española o las pretensiones
norteamericanas. En Rodó ya no existe ese problema, porque él está fascinado con las
fuentes francesas. Los autores que cita permanentemente son la derecha francesa. Uno de
ellos era Ernest Renan, que planteaba un proyecto de nación, sosteniendo que la nación es
un plebiscito cotidiano. Había otro francés que sostenía que la nación eran la tierra y los
muertos, y que eso define una identidad. La identidad está dada por la tierra lo cuan, en la
Alemania de los años ’20, está dado por el Nazismo. Una editorial de derecha argentina,
llamada Huemul, le ha puesto ese nombre porque este animal parece que tiene un fuerte
sentido territorial. Ustedes pueden verificar qué libros venden y la calidad de su personal.
Finalmente tenemos el tema de “Madre América” para ver en correlación con uno
de los ensayos más leídos de Martí, que es “Nuestra América”. Piensen en la oposición
entre la América en que nació Juárez y los pasajeros del Mayflower. Es la oposición entre la
América Latina dominada por España y la llegada de los puritanos a lo que va a ser Estados
Unidos. Es el norte intolerante que persigue, quema brujas y hace ese tipo de cosas. Dice
Martí: “Alguno trae en su barco una negrada que vender o un fanático que quema a las
brujas o un gobernador que no quiere oír hablar de escuelas. Lo que los barcos traen es
gente de universidad y de letras”. El primer intelectual del Río de la Plata, Manuel José de
Lavardén se dedicaba a ese triste comercio, y tiene una “Oda al Paraná”, donde exalta la
navegabilidad de un río que le permite llevar esta mercancía humana. Lavardén era negrero.
Cuando, en Haití a fines del XVIII, el tráfico de negros se hace muy intenso, uno de
los intelectuales más brillantes de su momento compraba y vendía esclavos. Se daba a
conocer con el nombre de Voltaire. Era un Humanista, un ilustrado, un iluminista, pero se
dedicaba al comercio de esclavos, porque redituaba mucho.
Veamos ahora intelectuales intolerantes y fanáticos del lado norteamericano. “Del
arado nació la América del Norte y la Española del perro de presa”. Muchos indígenas
eran echados a jaurías de perros hambrientos, cuando trataban de huir de la encomienda.
“Todo ese veneno de la conquista española lo hemos trocado en sabia. Nunca de tal

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

oposición y desdicha nació un pueblo más precoz, más generoso, más firme. Sentina fuimos
y crisol comenzamos a ser. Lo que no hemos hecho es porque no hemos tenido tiempo para
hacerlo. Ha triunfado el puñado de apóstoles”. Frente a los intelectuales fanáticos e
intolerantes están los apóstoles latinos. Es el enfrentamiento entre los que predican el odio
y la intolerancia, frente a los que predican la bondad universal y el humanismo. El
Socialismo de Martí es un Socialismo Humanista. Es lo más avanzado que puede ser para el
pensamiento cubano del siglo XIX. En el siglo XX veremos la diferencia entre una guerra
económica, que es la que llevan a cabo las potencias entre sí y una guerra de liberación, que
es la que llevan adelante los países que buscan desprenderse de un imperio colonial.

[Se realiza un breve receso]

Lo que hace Ramos es definir la inscripción moderna de Martí en función de la


resistencia a los géneros tradicionales. Martí no es un letrado, porque no rinde culto a la
autoridad de la letra; es alguien que utiliza la literatura para algo que no tiene que ver con la
inserción académica. Piensen que la idea de comunicación no era una idea que estuviera
contenida en la literatura.
De hecho, podemos decir que la Modernidad es el momento en que la literatura deja
de tener la posibilidad de ser considerada como una de las Bellas Artes. La Literatura no
entra dentro de las Artes. Las Facultes, generalmente, son de Filosofía y Letras o de Artes y
Ciencias de la Educación. Nunca aparece mezclada la idea de las Letras con las Artes.
Cuando Hegel hace una caracterización de las artes establece que las que están más
vinculadas con lo material son las menos artísticas. La menos artística sería la escultura,
porque depende de algo mucho más material y la más artística sería la música. La literatura
estaría a mitad de camino pero, por el hecho de que el lenguaje se utilice también para la
comunicación, lo dejamos fuera de las artes. Este fenómeno es básicamente moderno, como
lo es la idea misma de literatura. De hecho, la palabra “Literatura” aparece a fines del siglo
XVIII y la palabra “Intelectual” a fines del XIX. Estamos trabajando con categorías
medianamente modernas.
En esta resistencia a los géneros tradicionales también hay una resistencia hacia
ejercicios de la política que martí va a desdeñar. Establece entonces la diferencia entre la

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

política y lo político. La política es el arte de los procesos sociales y los político es lo que
hace a la cosa menuda de la política (los debates, las diferencias de opiniones, las diatribas
entre sus personajes, etc.). La política sería algo absolutamente puro y lo político sería la
contaminación y la corrupción.
En Nueva York, donde él funda el Partido Revolucionario Cubano, es donde puede
ejercer la política en el sentido más puro. Empieza entonces a establecer una serie de bases
para ese Partido, que son absolutamente utópicas. Le va a costar mucho llevar esto a la
práctica, sobre todo cuando ingrese a la guerra revolucionaria, en ese trayecto que lo lleva
de Nueva York a Haití y de allí a Cuba.
En las bases del Partido Revolucionario Cubano aparece la idea de vincular a Cuba
con Puerto Rico. Está la relación del personaje con su tierra natal, recuerden lo que vimos
del mito de Anteo, que vuelve a la tierra y se revivifica. También hay una serie de dudas
acerca de lo que puede ocurrir si la lucha revolucionaria triunfa de manera inmediata.
Piensen en el riesgo de una salida brusca y desordenada de la esclavitud. Se preguntan qué
sucedería, tanto a nivel social como industrial como laboral, si todos los esclavos son
liberados de golpe.
El Partido Revolucionario Cubano se propone: “La independencia absoluta de la
isla de Cuba y fomentar y auxiliar la de Puerto Rico. Fundar en Cuba por una guerra de
espíritu y método republicanos una nación capaz de asegurar la dicha durable de sus hijos
y de cumplir en la vida histórica del continente los deberes difíciles que su situación
geográfica les señala”. Es la obligación de Cuba de ser el faro que ilumina a América. No
pensemos que Martí quiere funcionar como “intelectual faro”, porque generalmente los
intelectuales faro que hemos visto tienen un brillo malsano. No ocurre esto con Martí.
“El Partido Revolucionario Cubano no tiene por objeto llevar a Cuba a una
agrupación victoriosa que considere la isla como su presa y dominio, sino preparar con
cuantos medios eficaces le permita la libertad del extranjero la guerra que se ha de hacer
para el decoro y bien de todos los cubanos y entregar a todo el país la patria libre”. No
está ahí lo político, la mezquindad de los intereses personales, la voluntad de llegar a ser
presidente de la isla. Ahí lo que vemos es la política, la posibilidad de independizar esta isla
más allá de los intereses personales.

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

“El Partido Revolucionario Cubano cuidará de no atraerse con hechos o


declaración alguna indiscreta durante su propaganda la malevolencia o suspicacia de los
pueblos con quienes la prudencia o el afecto aconseja o impone el mantenimiento de
relaciones cordiales”. Eventualmente se trata de no provocar a los Estados Unidos.
El Che Guevara, después del éxito de la Revolución Cubana, declara que, salvo la
Reforma Agraria, casi todas las medidas del gobierno revolucionario fueron respuestas a las
agresiones y provocaciones de Estados Unidos. Más que un plan de gobierno a mediano y
largo plazo, lo que había era respuestas inmediatas a las provocaciones de Estados Unidos.
Otro tema importante es el regreso de los emigrados. Para Martí tienen tanta
importancia los emigrados que se han ido de la isla porque no podían desarrollar la
propaganda revolucionaria, como los que tuvieron que quedarse porque no tuvieron otra
alternativa. Esto es importante, porque cada vez que ha habido emigrados por razones
políticas, en distintos países, los que se quedan forman juicios negativos de los que se van,
y los que se van forman juicios negativos de los que se quedan. Recuerdo, como una señal
de intolerancia, las consideraciones que hacía Osvaldo Soriano, cuando emigró huyendo de
la dictadura argentina, respecto de los que se quedaban. El decía que todos los que se
habían quedado eran cómplices; y los que se habían quedado decían que todos los
emigrados eran cobardes.
En Martí no existe esa diferencia. Martí comprende a los que se quedaron porque no
tenían alternativa y entiende a los que trabajaban desde afuera para poder volver a su tierra.
“Unir en un esfuerzo continuo y común la acción de todos los cubanos residentes en el
extranjero”. De la unión política dentro de la isla dice: “Propagar en Cuba el conocimiento
del espíritu y los métodos de la revolución”. Y de los aspectos de la financiación: “Alegar
fondos de acción para la realización de su programa, a la vez que abrir recursos continuos
y numerosos para la guerra y la fundación de la nueva república, indispensable al
equilibrio americano”. La independencia de Cuba se ve como una garantía de la posibilidad
de independizar a América. En Martí se corresponden el deber patriótico, la obligación
moral y la responsabilidad intelectual.
El revolucionario es visto como un santo, frente al funcionario que es visto como un
corrupto. En muchos aspectos, la perspectiva de Martí sobre la revolución y los que no
participan de ella es absolutamente maniquea. No aparece un elemento de superación; en tal

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

caso esa dialéctica la va a proveer la revolución. No propone como Bolívar exterminar a los
que están en contra; pero advierte que en esta etapa los que no están con la revolución no
pueden arreglar nada.
La enunciación de todos es programas es deóntica, siempre es una obligación lo que
hace el revolucionario. Es una enunciación como la que pueden tener los imperativos
categóricos. El que hace este tipo de enunciados es un sujeto ético. Podríamos hablar de la
obligación del revolucionario y del delito de los que no están con la revolución.
También está denuncia del Pacto del Zanjón, que ha termina con la primera
insurrección cubana. Viendo que la dirigencia cubana no está preparada para realizar esta
tarea, Martí va a convocar a un general de origen dominicano, que se llama Máximo
Gómez, con el cual después tendrá un tironeo porque entreve la posibilidad de que se
convierta en un caudillo. Esta figura del caudillo le preocupa porque no llevaría a cabo una
revolución de tipo republicano. El teme al caudillismo, porque es el mal que España ha
instaurado en América. La figura del caudillo viene del califa árabe instalado en España.
Martí siempre se ve a sí mismo como un Jesús inútil, como un personaje que va a
terminar sacrificado por nada. Se dice que Jesús se sacrificó para salvar a la humanidad,
pero cuando vemos lo que es la humanidad pensamos que el sacrificio ha sido un poco
inútil. El propio Martí considera que su sacrificio es un poco inútil, porque no está seguro
de que ese pueblo cubano lo vaya a seguir íntegramente. Por eso cuando él va a visitar a
Gómez o a Maceo lo primero que destaca son las características de estos personajes: son
austeros, dejan todo de lado por servir una revolución, etc. Son gente que ha dejado de lado
lo individual en función de una idea revolucionaria aunque no sea en su propia nación.
Estos personajes se contraponen a los funcionarios burócratas, como aquellos que han
firmado el Pacto del Zanjón.
La idea misma de pacto es una idea bastante peligrosa. En la tradición de la
democracia representativa se supone que cuando uno establece una democracia hace un
contrato social. Allí uno delega su soberanía individual en el Estado Nacional a cambio de
que ese Estado lo represente soberanamente. Un contrato siempre es entre iguales (como
los contratos de alquiler o matrimoniales), en cambio un pacto es una relación con un
superior (uno hace un pacto con el diablo o con una potencia). El Pacto del Zanjón es una
señal de entrega, frente a lo que sería un contrato social.

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

Si bien Martí está situado en la etapa que corresponde al Modernismo, por sus ideas
es un romántico. El lleva el ideal al punto en que el romanticismo alemán presentaba a una
figura como la de Novalis: vivir intensamente y morir joven. Lo mismo decía Jim Morrison
y lo mismo decía Mick Jagger, pero se arrepintió a tiempo. Recuerden a la figura
romántica, virtuosa, unida a la verdad.
La idea de la virtud es tomada en su concepción etimológica; la wirtus romana tiene
que ver con la virilidad. Martí dice literalmente que los pueblos que no se independizan son
pueblos afeminados. La virilidad y la virtud van unidas. Son los hombres que tienen que
llevar esto adelante. El primer momento en que la mujer empieza a tener una importancia
colectiva es la Revolución Mexicana, cuando entran las soldaderas. Hay una foto magnífica
que aparecen estas señoras, con vestidos largos, empuñando fusiles y con todas las riestras
de balas colgadas. Podríamos agregar también la areté griega, que era la capacidad virtuosa
del guerrero. Si leen Paideia verán qué es la areté, qué significaba la virtud en el campo de
batalla. Había una estetización y una santificación de la guerra. Es una guerra santa pero en
el sentido crístico, no como el enfrentamiento masivo sostenido por una religión
organizada. La figura de Martí es romántica, es virtuosa, es varonil y es una figura crística.
Además se apela a la organización, porque si no hay una organización, este ejército
va a terminar masacrado. Martí entiende que tienen que organizarse para no acumular
derrotas. En esa organización no entra su propia figura, que es la de la víctima que se
ofrece. Es la figura que va y se enfrenta a cara descubierta al enemigo. Siempre queda la
duda de qué fue lo que pasó en esa batalla en la que los españoles terminan matando a
Martí. Y, además de matarlo, retienen el cadáver. El cuerpo es devuelto bastante después.
Es tener el cuerpo del enemigo como una señal de la victoria. Acá tenemos el inicio de lo
que en América va a ser la extensa tradición de la guerra de guerrillas, que sigue con
Sandino y llegará a su epicentro en los años ’60, con el Foquismo. En la zona de Bolivia,
Jujuy y Salta estaba el Ejército Guerrillero del Pueblo.
Yo dejé para fotocopiar un artículo titulado “El remedio anexionista”, donde Martí
plantea el fantasma de la anexión como el mayor peligro que puede sufrir la inteligencia de
los insurgentes. También dejé algunas de las cartas que él le dirige a Máximo Gómez y a
Antonio Maceo. Martí hace también algunas biografías norteamericanas: la de Grant, la de
Whitman y la de Emerson. Emerson es un poeta trascendentalista que organiza la

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

desobediencia civil. Una vez lo metieron preso, porque se negó a pagar sus impuestos para
que no usen su dinero en la guerra contra México. En la cárcel le preguntan si no se siente
apenado y dice que no, porque él tenía razón. Emerson decía que un hombre que tiene
razón es una mayoría en sí mismo.
La biografía empieza diciendo: “A caballo por el camino, con el maizal a un lado y
las cañas a otro, apeándose en un recodo para componer con sus manos la cerca”, etc. La
última carta del Che Guevara termina diciendo: “Voy cabalgando con Rocinante”. Vean que
los dos extremos del movimiento revolucionario cubano (Martí y el Che) terminan
juntándose en ese héroe que va a caballo. Recuerden a la figura de Sandino a caballo.
Frente a este héroe casi primitivo, a caballo, está el armamento sofisticado de los
norteamericanos. Son la figura solitaria y romántica del guerrero que se enfrenta solo a
todos estos peligros.
El va a identificar a Bolívar con el Quijote: una figura pequeña y delgada arriba de
un caballo. Luis Alberto Sánchez cuenta que tuvo en sus manos las botas de Bolívar y que
parecían botas de criatura. Bolívar medía un 1,60 m. era una figura diminuta. Sandino era
figura diminuta y Martí también era una figura pequeña. Son hombres pequeños, que
mueren muy jóvenes y que terminan ofreciéndose en sacrificio a la patria. En el caso de
Antonio Maceo, el otro héroe de la independencia cubana, tiene el agregado de ser un
mulato. Es alguien que tiene la inscripción física indudable de que necesita la libertad. Es
alguien que viene de una ascendencia esclava. A propósito, una familia próspera y conocida
de nuestro país, los Rodríguez Saa, vinieron con la conquista de América ejerciendo ese
triste oficio de traficantes de esclavos.
Tenemos que ver la oposición entre Bolívar y Pizarro, entre el libertador y el
conquistador. Uno cabalga el continente para liberar a todos los que sea posible y el que se
instala en Perú, liquida al Inca y se apropia de todas las riquezas. En Bolívar, igual que en
Martí, tenemos la tensión entre la palabra y la acción. Martí vive tironeado por esa idea, por
la culpa que le genera escribir cuando es necesario tomar las armas. En un punto dice que
de ahí en más no puede seguir escribiendo. El último texto de él es el diario de campaña. Ya
no es ni poesía, ni crónicas sino cartas a las familias de los compañeros y el diario de
campaña. Ahí se cierra la escritura de Martí, deja la pluma para entrar directamente en la
acción. Ya no sirve convencer a las multitudes; llegó la hora de tomar las armas. Lo mismo

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

sucede con el Che Guevara: deja la escritura y pasa a la acción. Deja los planteos de cómo
organizar la sociedad revolucionaria y pasa directamente a los hechos.
Cuando Sandino fue fusilado su tumba fue un misterio para todo Nicaragua y con la
tumba del Che Guevara pasó lo mismo. Estas figuras de mártires han sido apropiadas por el
poder como si el cuerpo mismo de los revolucionarios les diera un nuevo poder. Piensen en
todas las figuras poderosas, cuyo cuerpo no ha vuelto a aparecer. Son los desaparecidos
americanos. Martí, Sandino, el Che Guevara y todos los que hemos conocido en nuestro
país. Ahora le voy a ceder el turno a Alejandra que va a exponer algo de la lectura que
Ángel Rama hace de Martí.

Buenas Noches. Yo voy a tomar un ensayo de Rama sobre Martí, que se llama “José
Martí en el eje de la modernización poética: Whitman – Lautréamont - Rimbaud” y
apareció en la Revista de Filología hispánica, en 1983. Lo primero que me interesa
recuperar en este ensayo es el concepto de latinoamericanismo, en primer lugar, como una
propuesta de Martí en contra del concepto de Panamericanismo que impulsan los Estados
Unidos. Recuerden la frase de “América para los americanos”, como un proteccionismo
contra Europa.
En este sentido, la importancia de retomar estos planteos del latinoamericanismo en
Martí y en Rama tiene que ver con la posibilidad de hacer una historización de la idea de
latinoamericanismo y ver en qué sentido lo plantea cada uno de los intelectuales que lo
utiliza. Es un ensayo interesante porque vuelve a leer la idea del latinoamericanismo en
Martí, pero en relación con la internacionalización. Lo que plantea Rama es su propia
búsqueda de un intelectual transculturador que no sólo de cuenta de lo regional en América
Latina sino también de la cultura cosmopolita internacional. Entonces lo que hace es
ponerlo en relación con Whitman, Lautréamont y Rimbaud, reverlo en términos de un poeta
maldito al propio Martí.
Esto tiene que ver con el momento de escritura de este ensayo, en el cual la figura
de Martí había sufrido una canonización. Esa figura oficial de Martí como un héroe
nacional, es recuperada por los cubanos exiliados en Estados Unidos, que fundan una radio
llamada Radio Martí. Ellos, en la década del ’80, proponen la figura de Martí como modelo
de cubano exiliado que invade la isla desde Estados Unidos. Además esos exiliados lo

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

reivindican como intelectual liberal. Esto tiene que ver con cierta ambigüedad en los textos
de Martí que ha permitido abordarlo desde instancias ideológicas opuestas.
Lo primero que voy a retomar de la lectura de Rama tiene que ver con el proyecto
de Rama que es contradictorio. Mabel Ortiz Márquez, en su ensayo “Utopía y crítica
cultural, a propósito de Rama y Martí”, habla de Rama como un intelectual con una
ideología moderna. Rama intenta hacer una sociología del intelectual y buscar cierta
comprensión histórica de Martí. Pero también su intento tiene que ver con restablecer la
utopía de una cierta justicia social. Ella habla del proyecto de Rama como un ejemplo del
entramado cultural que caracterizó la ideología moderna, que ella contrapone con la
dispersión del sentido más propio de la postmodernidad.
Esta recuperación que hace Rama de Martí tiene que ver con recuperarlo como un
intelectual comprometido con su tiempo, en contraste con los otros intelectuales que Rama
analiza en La ciudad letrada. Allí habla de la tradición redentorista del letrado americano.
Lo que hace es historizar desde la colonia hasta el 1900 esa tradición iedologizadora, que
tiene que ver con ese uso de la palabra retorizante en los intelectuales. En La ciudad
letrada, Martí aparece como un intelectual que sobresale por la característica de estar
comprometido con su tiempo.
En este ensayo, en cambio, Martí aparece como uno de los pocos intelectuales que
logran la conjunción entre ser latinoamericanos (dar cuenta de las contradicciones que
tienen que ver con el ser intelectual latinoamericano) y, al mismo tiempo, esa realidad del
tercer mundo, que tiene que ver con no poder acceder a los medios de producción cultural
cosmopolitas. Esta contradicción que aparece en Martí es lo que está recuperando Rama. Es
por eso que él lo sitúa ante la esfera cultural internacional.

Marcela Croce: Yo quiero hacer una aclaración, por si alguien no sabe de quién hablamos.
Ángel Rama es un latinoamericanista, el fundador de la Biblioteca Ayacucho, que fue el
empeño más interesante por inventar la existencia de una literatura latinoamericana. Dicho
sea de paso, gran parte de la Biblioteca Ayacucho está digitalizada, de modo que pueden
entrar a la página y bajar libros enteros. (…)
Rama era uruguayo, pero debió vivir en el exilio. Vivió en Estados Unidos y
participó de la Revolución Cubana. Me han dicho que en Casa de las Américas hay un

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

montón de cartas en las que Rama se enfrenta con todos aquellos que utilizaron Casa de las
Américas para hacerse famosos y después desdeñaron esa circunstancia, como por ejemplo,
Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa, etc.
En Cuba le fueron ofrecido algunos cargos oficiales que él rechazó. Uno de eso
cargos (que también le fue ofrecido a Viñas) era coordinar la parte de Literatura de Casa de
las Américas y que, finalmente terminó ocupando Mario Benedetti.
En 1983 Rama, volviendo de España hacia Cuba sufre un accidente aéreo, en el que
muere Rama, Marta Traba (que era su mujer), Manuel Scorza y muere Jorge Ibargüengoitia.
A partir de ahí Arca, que era la editorial fundada por Rama comienza a reeditar libro de
Rama e incluso a editar libros que Rama había dejado inconclusos. La ciudad letrada sale
después de la muerte de Rama.
(…) Rama establece un modelo de análisis, que se conjuga con un texto como éste,
donde hace un análisis de Martí en términos de un poeta maldito, visión que ya compartía
Darío cuando ponía a Martí en Los raros. El único raro latinoamericano es Martí, el otro
americano es Poe; un Poe al cual Rubén Darío ha leído a través de la traducción de
Baudelaire. Siempre hay una triangulación en este modo de acceder a ciertos autores.
Lautréamont, por ejemplo, ha nacido en Uruguay y la palabra “Lautréamont” es un
seudónimo que significa “el otro monte”. Es uno de los llamados poetas malditos de la
tradición francesa. Es ver a Martí en términos de poeta maldito, porque en su poesía
aparece la reafirmación de los elementos ideológicos.

[El ruido ambiente impide reproducir los últimos tres minutos de la exposición de la
profesora Croce, ubicada entre los alumnos]

Alejandra: Retomo. Con respecto a La ciudad letrada quería agregar que en un momento
manifiesta la oposición de ciertos grupos de cubanos exiliados, lo cual es interesante para
ver el momento en que se publica el ensayo “Martí en el eje de la internacionalización”.
Habría que ver cuáles son las circunstancias históricas y con quién está discutiendo Rama.
La dificultad de publicar La ciudad letrada y la elección del género ensayístico me parece
que hablan de la vehiculización de la unión entre lo estético y lo político. En el caso de

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

Rama tiene que ver con la mixtura que consigue en La ciudad letrada entre crítica literaria,
ensayo, monografía académica, etc.
En el ensayo que estamos viendo (y en cierta medida también en La ciudad letrada)
hay todo un fenómeno en la prosa que tiene que ver con la contaminación del objeto del
ensayo. Hay ciertos momentos en que toma parte del propio lenguaje de Martí y se torna
más poético o autobiográfico. Hay momentos, en La ciudad letrada donde presenta al
modelo de intelectual como el periodista norteamericano que va contra las hipocresías del
sistema.
Es interesante al respecto ver el libro Un género culpable. La práctica del ensayo:
entredichos, preferencias e intromisiones, de Eduardo Gruner. Ahí él dice que el ensayista,
no tiene reparos en dejar estampada la propia marca en el ensayo. Esto se ve en Rama
respecto de Martí, porque él lo retoma haciendo una crítica de corte historicista pero, al
mismo tiempo, lo retoma como modelo de intelectual latinoamericano con una cierta
tensión utópica. Lo retoma como visionario de todas las contradicciones que atraviesan la
Modernidad latinoamericana. Esta cualidad de visionario le está dando una tensión utópica
al pensamiento de Rama, que tiene que ver con los que yo decía antes de la Modernidad en
Rama. Hay cierta fe en la posibilidad de conocer la relación de Martí con su contexto
histórico como de ver a Martí como alguien que redime a algunas de las contradicciones
que observa en la sociedad.
Mabel Ortiz Márquez dice que Rama llega a sentir frustrada esa fe en la posibilidad
de redimir las contradicciones de la Modernidad. Eso es parte de la causa del tono escéptico
que se ve en La ciudad letrada. Pareciera que ser intelectual necesariamente tiene que ver
con esta función retorizante que siempre se aparta de la función comunicativa del lenguaje
que todo el tiempo reproduce ideología.
Habría una contradicción entre el intento de ver en su contexto a Martí y el
plantearlo como un visionario. Con respecto a los estudios martianos en ese momento hay
un libro llamado José Martí apóstol, poeta, revolucionario. Una historia de su recepción.
Ese libro plantea la historia de la recepción de Martí y dice que desde un principio los
estudios martianos apelaron más a su figura que a los propios textos. Dice que muchos
estudios, aun dentro de Cuba, en vez de ahondar en sus textos, intentaron presentar su
ideología coherente con su visión política. Los textos son demasiado complejos como para

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

extraer un solo sentido. También se tomaron una gran cantidad de elementos iconográficos
y relatos orales sobre la vida de Martí.

Marcela Croce: Habría que recuperar ahí la presencia del grupo Orígenes, dentro de Cuba,
como lectores de Martí. Es un grupo formado en los años ’50 por José Lezama Lima, Cintio
Vitier y su mujer, que es una de las lectoras más atentas de Martí en términos poéticos. Los
análisis formales más detallados los hacen Cintio Vitier y su mujer. El grupo Orígenes va a
levantar, sobre todo, la poesía de Martí. Piensen que Alejo Carpentier va modificando su
estilo en función de los textos que escribe. Por ejemplo, El siglo de las luces tiene un tono
más iluminista que barroco. A mí me parece que la lectura que hace Orígenes de Martí es
fundamental, sobre todo en los aspectos formales. El estudio formal más detallado de la
poesía de Martí se da en ese momento, en la década del ’50, cuando surge este grupo. (…)
En cierto punto hay intelectuales que van colocándose en función de lo que ocurre
con la Revolución. No digo en caso de Cintio Vitier que es como más orgánico a la
Revolución, sino de los otros. Y hay otros que, empezando en la Revolución, terminan en
una reacción espantosa, como es el caso de Cabrera Infante. Cabrera Infante empieza con
un periódico llamado Lunes de Revolución que, de un día para el otro, empezó a llamarse
Lunes. Y terminó haciendo programas tipo Mirtha Legrand en Inglaterra, donde recibía
intelectuales en su casa. Además terminó firmando sus artículos como “escritor cubano y
ciudadano inglés”, donde no hubo porquería que no dijera, de Cuba y de los cubanos que se
quedaron. Además Cabrera Infante es una de las figuras del Boom. El ha publicado una
novela llamada Tres tristes tigres, donde ironiza sobre el papel que había tenido Cuba como
trastienda norteamericana, con los prostíbulos y las casas de juego de Estados Unidos
instalados en el Caribe. Es un escritor magnífico y muy astuto, pero su enfrentamiento con
la revolución termina liquidándolo, al menos para el orden cubano. En Cabrera Infante no
aparece tanto la reivindicación de Martí que se da, más que nada, en los poetas. Toda la
poesía cubana se inscribe a partir de la cosa martiana. Continuemos con Alejandra.

Alejandra: Hablábamos de la posibilidad de leer en este ensayo la propuesta de intelectual


latinoamericano como trasculturador. Esto aparece en un debate en el que intercede Rama,
que tiene que ver con ver lo latinoamericanista, ya sea en términos de un tradicionalismo o

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

de un nacionalismo, y con una corriente cosmopolita. Dice Rama: “Martí comprende que el
imperialismo de la cultura francesa no puede combatirse encerrándose en las estrechas y
arcaicas fronteras nacionales como reclamaban los rezagados románticos o los
conservadores; y muchos menos prolongando la dependencia de la cultura española, sino
avanzando en el internacionalismo del ahora, mediante una audaz ampliación del
horizonte universal de la cultura”.
Es el planteo de Martí, de no abandonar un imperialismo para ir a otro. Y lo que
hace Rama es recuperar este latinoamericanismo internacional de Martí. Sobre todo se
centra en la cuestión de la confianza en lo latinoamericano como equiparable a la cultura
cosmopolita. El recupera la fe de Martí en lo autóctono. Habría que ver si esto no es
contradictorio con otras figuras de Martí como, por ejemplo, la que hace Ramos. Hay un
capítulo de Martí llamado “Nuestra América, arte del buen gobierno”. Allí se dice que
Martí recupera esta cuestión de lo autóctono latinoamericano, como una forma de crítica a
la modernización. Lo autóctono sería una estrategia de legitimación contra una
modernización que avasalla la cultura latinoamericana. Ángel Rama todo el tiempo está
recuperando la cultura de lo autóctono, en su recuperación de las culturas orales
latinoamericanas.

Marcela Croce: Yo quería mencionar un artículo de Martí sobre “El castellano en


América”, para ver un poco este tema del imperialismo lingüístico español y pasado al
francés. Allí Martí se enfrenta con la jerga periodística que, si bien es su modo de
comunicarse, también entiende que es un modo de corromper el lenguaje. Opone la
elegancia francesa a cierta chabacanería española y, con un gran humor, él mismo se
propone como una autoridad lingüística. Empieza contando una anécdota de un
independentista haitiano que se quería sacar de encima a un soldado que quería que lo
asciendan: “-¿Sabes latín, por supuesto? - Le preguntó de repente. Jamás había sabido el
bravo aquel latín. –Pues cómo gran y grandísimo bribón te atreves a querer ser oficial de
mi ejército sin saber latín”. Y sigue: “Y de cierto directo de diario cuentan en España que
cada vez que le llegaba un aspirante con deseo de escribir en su periódico, le mostraba
una pizarra llena de eso que llaman ‘frases de estampilla y adverbios en mente’: por mejor
decir, digámoslo así, todos absolutamente todos y correa del mismo arnés. Si usted sabe

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

escribir sin una sola de estas muletas lo tomo para mi diario”. Yo recomendaría ver las
frases epigonales del periodismo contemporáneo: “hoy por hoy”, “en tanto y en cuanto”,
“injustamente olvidado” y la peor de todas, “Tensa calma”.
Dice: “Algo así pasa con muchos periódicos en nuestros países, llenos de noble
juventud y excelente intención, pero donde se habla una jerga corriente y desluce con
modismos bárbaros o acepciones inauditas un párrafo bello o una idea feliz. Bueno está
que vayamos dando a la lengua, acá en América, la distinción, elegancia y profundidad,
que hemos encontrado en Francia, con la claridad, lo más original y saliente de la lengua
literaria, que en España apenas se ve, aún en aquellos que saben más del idioma español
como Pereda (…)”.
Después vienen citas de diarios: “Porque decir, por ejemplo, como leemos en un
diario: ‘Ayer tuvo verificativo’, ‘Intimidaron los dos amigos’, ‘Carrera jugó un gran rol’,
‘La tropa está bien muñida’ es (…) pero castellano no es. Se ha de hablar el castellano sin
pujos ni remilgos, ni ‘puesto que’ por ‘aunque’ ni baturradas de antaño para decir nuestras
ideas y cosas de hoy”.
Acá está la idea de que el imperialismo español en la lengua también resulta una
deformación de lo que debe ser América. Habría que ponerlo a la par con el rechazo que
hace Gutiérrez del diploma de la Real Academia Española diciendo que él no va a escribir
como escriben en España. De ninguna manera América tiene que copiar el tipo de escritura
española. Y el Romanticismo americano no viene de España sino de Francia. Echeverría
traía una traducción roussoniana, no trajo a Larra, ni a Espronceda, ni a Bécquer. La lengua
española no sirve para expresar a los países americanos. Continuemos con la exposición de
Alejandra.

Alejandra: Yo quería volver sobre la recuperación que hace Rama en ese ensayo de Martí
como poeta maldito, comparable a los poetas franceses. Es interesante como él lo utiliza
como un posicionamiento respecto a la imagen de Martí, al uso en ese momento: “A
quienes cultivan la imagen estereotipada y sacralizada de Martí podrá repugnar la
aproximación con un poeta maldito, así se trate del fundador del arte moderno”. Por un
lado está diciendo que no pretende restar nada de la eticidad de Martí, que sigue siendo un
modelo de intelectual en muchos sentidos; por otro lado, la comparación con estos

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

intelectuales franceses hace que Martí aparezca como crítico de la Modernidad. Estos
intelectuales que leemos en toda la carrera como los primeros críticos de la Modernidad
(Baudelaire, Rimbaud, etc.) es equiparada con la figura de Martí. Se siente un monstruo
porque encarna en sí mismo esas contradicciones.

Marcela Croce: Lo que no podemos decir es que Baudelaire y Rimbaud sean figuras
éticas. Porque Baudelaire terminó aceptando el premio de la Academia y Rimbaud se
dedicaba al tráfico de esclavos y de armas.

Alejandra: Eso tiene relación con lo que dice Julio Ramos, en el sentido de que en
Latinoamérica no habría una diferenciación tan clara de las esferas. En la esfera europea
Rimbaud puede ser un modelo de literato sin necesariamente ser un modelo ético civil; en
cambio, en Martí esa cuestión aparece sin fragmentar. Es, al mismo tiempo, un intelectual
reivindicado por su estética y por su cualidad ética. Eso tiene que ver con esta cuestión de
la unión de las esferas en Latinoamérica. Ramos desarrolla esto como una modernización
desigual en América Latina que, en realidad, estaría dando una no racionalización completa
de los distintos géneros discursivos.
Esto haría que el autor no llegue a tener la legitimidad institucional suficiente como
para que su discurso fuera absolutamente homogéneo. Esto le da cierta heterogeneidad
formal y funcional al propio discurso. En este sentido se habla de la falta de equilibrio entre
las exigencias del sujeto estético y los imperativos ético-políticos que relativizan su
autonomía. Esto tiene que ver con el fin de Martí, que es lo que desarrollaba Marcela. Pero
también tiene que ver con la situación de Rama, que también es una situación bastante
contradictoria, por sus exilios reiterados y sus dificultades para publicar.
Otra cosa interesante es ver cómo desmitifica el lugar del intelectual en José Martí
respecto a la cultura cosmopolita porque Rama lo pone como un hombre obnubilado por la
cultura cosmopolita. Lo presenta como un hispano llegado a Nueva York, falto de
educación estética y de información sobre la cultura internacional. En ese sentido Martí
aparece como un epítome de una cultura latinoamericana curiosa, en proceso de formación
intelectual. Pero también aparece como un intelectual latinoamericano en busca de fuentes

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

culturales de las cuales asirse, para erigirse al nivel de otros intelectuales cosmopolitas.
Rama critica la mediocre fuente krausista con que José Martí se había educado en España.

Marcela Croce: El krausismo es la ideología de los liberales españoles que acá tuvo
seguidores como Hipólito Yrigoyen. Es un pensamiento filosófico, sobre todo en el plano
educativo, que como pensamiento independentista es bastante insuficiente. Esto lo dice
bien el propio Ramos: Martí es un liberal, porque ser liberal en el siglo XIX es lo más
avanzado que se podía ser, sobre todo si uno no tiene conocimientos del Socialismo. Si uno
lee a Echeverría y lee El dogma socialista verá que no tiene nada de socialista. Es un
liberal, lo que hoy podría ser una social-democracia, pero no un socialista en el sentido
marxista. Eso es lo más avanzado que puede ser Martí. El no está haciendo una revolución
socialista, sino una revolución independentista.
En ese punto la Revolución Cubana va a tratar de montarse sobre Martí para
demostrar la continuidad del proceso. Cuando Fidel Castro es juzgado por la toma del
Cuartel de Moncada, en 1953, en un libro llamado La historia me absolverá, cuando le
preguntan quién es el autor ideológico de este ataque, él dice José Martí. En realidad, Martí
jamás hubiera premeditado semejante cosa. Pero en Martí ya aparecen algunos elementos
de la guerra de guerrillas y demás. En definitiva, lo que hace la Revolución Cubana es
montarse sobre el modelo independentista.
Recuerden que la Revolución tuvo etapas. Recién en 1962 la Revolución se declara
marxista leninista; y es ahí donde Estados Unidos corta con la revolución. Si no lee la
crónica del diario La Nación (insospechado de socialista desde todo punto de vista) sobre la
revolución cubana, verá que está muy pegada a la sociología norteamericana del momento,
según la cual todo iba a venir de los jóvenes. En ese momento, este grupo de jóvenes,
integrado por Fidel y Raúl Castro, por el Che Guevara y por Camilo Cienfuegos hacen una
revolución, toman el poder y sacan a un tirano que ya era inaguantable. Batista era
funcional a Estados Unidos, pero Estados Unidos siempre considera que el que viene le va
a ser útil. Lo que sucede es que Fidel Castro no se convención nunca de serle útil a Estados
Unidos. A esto hay que sumarle el drama de los cubanos que se exilian en Estados Unidos y
comienzan a hacerle la vida imposible a todos los que están de acuerdo con la revolución.

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

Si pueden lean la novela de Edmundo Desnoes, Memorias del subdesarrollo sobre


la cual se hizo una película. Allí aparece la idea de los cubanos que terminan exiliándose
porque no encuentran en Cuba productos de primera necesidad como, por ejemplo, aceite
para el auto. Entonces se van a Miami y la isla misma termina aliviada de que estos sujetos
se vayan, pero comprometida porque cada vez son menos los que trabajan en las
actividades que propone la isla. En la película aparece una mesa redonda donde están todos
los intelectuales del momento. Está el haitiano René Depestre, Gianni Totti, el propio
Desnoes y Viñas que entiende que la perspectiva antiimperialista debe plantearse en
función de la Guerra de Vietnam. El protagonista de la película reflexiona sobre esa mesa
como un conjunto de intelectuales que tienen buenas intenciones y, eventualmente, buenos
programas, pero no hacen nada. Es como que traen muchas ideas pero no pueden llevar
ninguna a la práctica.
En el caso de Martí, todo el tiempo está la exaltación de la acción. Está la tensión de
que, por ser un escritor no puede pasar a la acción y, a la vez, ese no poder pasar a la acción
lo disminuye como sujeto escritor. A ese sujeto ético, que es Martí, ya no le alcanza con
armar las bases del Partido Revolucionario Cubano: tiene que tomar él mismo las armas.
Son los personajes que tienen que pasar directamente a la acción. Pero en el caso de estos
intelectuales que van a opinar a esa mesa redonda no está esa posibilidad. En nuestro
contexto no está esa posibilidad de tomar las armas y pasar a la acción.
Se dio algo bastante interesante durante las Asambleas Barriales del 2001. El
mecanismo de las asambleas era salomónico: tres minutos para cada uno. Pero hay que
gente que en tres minutos ni había empezado a calentar y cuando la cortaban decía: Pero yo
soy un intelectual, que vengo a iluminarlos. Generalmente la cosa termina con violencia. Ir
a una asamblea barrial a decir “Yo soy un intelectual y tengo la razón”, además de ser
soberbio, es un riesgo corporal intenso.

Alejandra: En el libro de (…) se cuenta de una intelectual cubana que viaja a la Unión
Soviética y pronuncia una tesis sobre Martí como precursor del Realismo Socialista. Todo
es posible. Otro aspecto de la mirada crítica de Rama sobre Martí aparece en un pasaje que
dice: “En una instancia superior, esa misma ampliación del panorama internacional de la
cultura dejaría de aplicarse a los más diversos sistemas buscando una solución sincrética

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

para trasladarse al examen de los mecanismos psicológicos utilizados en los


razonamientos que servían de base a esos sistemas”. Rama le está criticando una utopía
sincrética, una superación utópica de conjugar lo interno latinoamericano con lo
internacional, diciendo que habría que particularizar cada cultura y diferenciar cada caso.
Es interesante cómo está humanizando a Martí, como un intelectual latinoamericano
que está todo el tiempo en contradicción con ese presupuesto de falencia del intelectual
latinoamericano e intentando acceder a la supuesta alta cultura. En este ensayo cita todo el
tiempo fuentes bastante heterodoxas de Martí. No cita, como en el caso del ensayo
“Indagación de la ideología en la poesía” donde cita la poesía, o en otros ensayos donde
cita las crónicas. En este caso cita los diarios de Martí, cartas y textos oblicuos para entrar a
la ideología de Martí. El pretende mostrar en qué fuentes abreva Martí como intelectual.
No aparece esa imagen que quiere construir Martí de sí mismo como un hombre
natural latinoamericano, cuya fuente es la tierra latinoamericana. Esta cuestión está
desmitificada en este ensayo. No se trata de un héroe que obtiene su genialidad abrevando
en la fuerza telúrica latinoamericana, sino que investiga al fundador de la Modernidad
hispanoamericana como lo que es para Rama el intelectual transculturador. Sería como el
primer trasculturador, el primero que hace esta síntesis entre las fuentes más autóctonas de
la cultura latinoamericana y la cultura cosmopolita. Rama deconstruye esta imagen, pero no
deja de ser contradictorio porque le sigue reconociendo esta capacidad visionaria. En el
ensayo da la sensación de que Rama lo presenta como un profeta. En ese sentido reproduce
la idealización romántica de la ideología del propio Martí.
Esto está en contraposición con la búsqueda de Rama de una historización de Martí.
Hay una cita que dice: “Quienes tenían capacidad visionaria manejaban una poesía del
conocimiento global y eran capaces de percibir la macroestructura de la realidad”. La
poesía aparece como la forma privilegiada de aprehender esa segunda instancia de la
realidad no ideologizada. Se ahorra los detalles y las articulaciones lógicas del discurso,
porque la poesía (al no respetar la articulación lógica del discurso) revela una cierta verdad.
Esto era básicamente lo que quería recuperar de este ensayo de Rama. Muchas Gracias.

Marcela Croce: Vamos a ver ahora un poco de la poesía de Martí, como para recuperar las
cuestiones ideológicas que aquí se presentan. Si no parece que siempre tomamos los textos

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Problemas de Literatura Latinoamericana
Teórico N° 3

que más fácilmente permiten leer la ideología. Veamos entonces qué sucede con ciertos
elementos de la poesía.
En el prólogo de Ismaelillo, donde hace una suerte de profesión de fe casi socialista.
Dice: “Hijo, espantado de todo, me refugio en ti. Tengo fe en el mejoramiento humano, en
la vida futura, en la utilidad de la virtud y en ti”. Eso es el socialismo en términos
generales: confiar en que el hombre puede cambiar. Esa es la perspectiva de un socialista.
En los Versos sencillos aparece este contexto que comentaba Alejandra. En realidad,
el texto de Rama termina siendo contradictorio porque, al mismo tiempo que trata de
recuperar las condiciones históricas en que Martí escribe, lo presenta como un iluminado o
como una figura absolutamente romántica. En el punto en que uno lo lee como una figura
romántica, perdemos la conexión con la realidad. Si son iluminados o individualidades
aisladas, no son producto de las circunstancias ni pueden inscribirse en esas condiciones
históricas.
El contexto y la simbología de los Versos sencillos son los del Panamericanismo.
Este texto él lo publica después de la Conferencia Panamericana. En un momento dice: “El
temor de que el águila temible que reunió a los pueblos en Washington en la Primera
Conferencia, arrancara a Cuba de su legítima ubicación en la patria hispanoamericana.
El plan insensato de que pudiéramos los cubanos, con mano parricida, ayudar a apartar a
Cuba para bien único de un nuevo amo disimulado de la patria que la reclama y en ella se
completa”. Es el temor de que algún cubano anexe Cuba a los Estados Unidos y la arranque
de la cosa latinoamericana. Esto está fechado en Nueva York en 1891.
El médico le recomienda una cura en el monte, él se toma una suerte de vacaciones,
escribe estos Versos sencillos, que se llaman así porque: “No pide rima ni soporta repujo la
idea tumultuosa”. Ya casi no puede seguir escribiendo versos. Escribe “versos sencillos”
porque eso es lo único que se ajusta al modo en que quiere poner la idea en una forma
literaria. “Y porque amo la sencillez y creo en la necesidad de poner el sentimiento en
formas llanas y sinceras”.
El primero tiene que ver con este mito de Anteo y la vuelta a la tierra: “Yo soy un
hombre sincero / de donde crece la Palma”. Inmediatamente tenemos el tema del
cosmopolitismo: “Yo vengo de todas partes, / Y hacia todas partes voy: / Arte soy entre las
artes, / En los montes, monte soy”. Y luego viene el humanismo: “Yo sé los nombres

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extraños / De las yerbas y las flores, / Y de mortales engaños, / Y de sublimes dolores”.


Nada de lo humano le es ajeno; es la constitución de un sujeto poético cosmopolita,
humanista y absolutamente apegado a su tierra. Allí van a apareciendo todos los tópicos de
la poesía de Martí. Dice: “Rápida, como un reflejo, / Dos veces vi el alma, dos:”. Uno de
sus versos dice: “Dos patria tengo yo, Cuba y la noche”. Siempre está el tema de la
dualidad que no termina de dialectizarse: la letra y la acción. En uno de los textos que
desencadena la Modernidad, que es el Fausto de Goethe, la primera confesión de Fausto es:
“Dos almas conviven en mi pecho”. Esa es la marca de la Modernidad: el enfrentamiento
entre dos elementos que no logran dialectizarse. Cuando se pueda dialectizar se pasa a otra
etapa.
También vemos la poesía política: “Oculto en mi pecho bravo / La pena que me lo
hiere: / El hijo de un pueblo esclavo / Vive por él, calla y muere”. Es bien cubano. Después
vemos ciertos elementos, que también tienen que ver con esta lectura que hacía Rama de la
cosa baudeleriana. Baudelaire plantea una correspondencia que va a derivar en una armonía
universal. Veamos cómo aparece esa correspondencia en Martí: “Todo es hermoso y
constante, / Todo es música y razón, / Y todo, como el diamante, / Antes que luz es carbón”.
Este es un tema típico. Toda la riqueza que el Modernismo ha exacerbado (el
diamante, los metales preciosos, la chinería, la japonería, la orfebrería, etc.) acá aparece de
otra forma. Acá todo eso aparece en su máxima naturalidad (el diamante que antes fue
carbón) y el Modernismo lo va a presentar en su máxima superficialidad. Si bien se lo ha
tomado como antecesor del Modernismo, si el Modernismo es eso Martí es un
antimodernista. El se resiste a la rima complicada y al hipérbaton. Y si Darío sobrecargaba
acá vemos todo lo contrario.
Dice: “Yo sé de Egipto y Nigricia, / Y de Persia y Xenophonte; / Y prefiero la
caricia / Del aire fresco del monte”. Piensen lo que haría Darío con estos lugares
extravagantes. Frente a lo natural vemos, en Darío, una gran sobrecarga. Veamos unos
versos de Darío: “¿Piensa acaso en el príncipe / de Golconda o de China / o en el que ha
detenido su carroza argentina / para dar de sus ojos la dulzura de luz, / o en el rey de las
islas de las rosas fragantes, / o en el que es soberano de los claros diamantes / o en el
dueño orgulloso de las perlas de (…)?”. Golconda es una localidad nicaragüense, pero
tiene un nombre que parece oriental. Luego dice: “Oh, quién fuera Ipsipila, que dejó la

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crisálida, / la princesa está triste, la princesa está pálida. / Oh, visión adorada de oro, rosa
y marfil, / quién volara a la tierra donde un príncipe existe / la princesa está pálida, la
princesa está triste. / Más brillante que el alba, más hermosa que abril”.
Esto es señal galicismo mental porque abril en el hemisferio sur es espantoso, es el
otoño. Allá será la primavera en abril, pero acá es en septiembre o en octubre. Darío se ha
impregnado de toda esa ideología francesa y la encaja en el momento que se le ocurre.
Abril para nosotros no significa nada. La poesía de Darío tiene una gran riqueza verbal y
una sonoridad fuera de serie, pero lo que yo quiero mostrarles es en qué cosas se opone a
Martí. Martí, en este punto es el anti-Darío; y los Versos Sencillos son las anti-Prosas
Profanas.
Hay un ensayo de Borges, en su etapa martinfierrista, que se burlaba de “la tribu de
Rubén” y lo metía incluso a Lugones. Borges hace todo un estudio de la palabra clave del
Modernismo, que es la palabra “Azul”, porque el primer libro del Modernismo es Azul de
Rubén Darío. Decía que cuando uno mete la palabra azul, tiene que cazar una novia para
que lleve un tul o hacer un viaje para trasladar un baúl. Acá lo vemos haciendo una rima
esdrújula y con una palabra rebuscada para poner al final de un verso, como “crisálida”.
Después vamos a ver que, en un momento, termina poniendo un “por” al final de un verso.
La rima en “-or” es más fácil, pero es un encabalgamiento brutal.
Lo que quiere hacer Martí es absolutamente lo contrario: hablar de la naturaleza,
volver a la tierra, recuperar la tierra patria y hablar en términos absolutamente naturales:
“Yo soy un gamo aterrado / que vuelve al redil y expira / y de un corazón cansado, / que
muere oscuro y sin ira”. Nuevamente vemos el tema del enemigo al que hay que tenerle
consideración porque uno es un sujeto ético. El que muere oscuro y sin ira es el que cultiva
la rosa blanca. Dice: “Y para el cruel que me arranca, / El corazón conque vivo, / Cardo ni
ortiga cultivo, / Cultivo una rosa blanca”. Es de un Humanismo impresionante, porque al
que viene con un fusil le cultiva una rosa blanca.
Volviendo a lo que señalábamos del diamante y del carbón. Recuerden que el carbón
es la riqueza natural; el diamante es un objeto al que la cultura le ha dado valor. Luis
Alberto Sánchez, en El análisis espectral de América tiene una idea magnífica al respecto.
Dice que así como las culturas primitivas europeas, africanas y asiáticas, manejaban el
hierro y el bronce para construir sus utensillos, las culturas indígenas manejaban el oro y la

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plata. No porque no tuvieran lo otro, sino porque eran naturalmente ostentosas. El problema
es que ese valor de los elementos se lo dieron los europeos.
Para Martí el verso es un arma: “Mi verso al valiente agrada: / Mi verso, breve y
sincero, / Es del vigor del acero / Conque se funde la espada”. Además es un arma virtuosa.
El arma de fuego la maneja cualquiera porque mata a distancia, el arma blanca, en cambio,
se maneja en un cuerpo a cuerpo, lo cual implica una valentía. El arma de fuego es de
mercenario, el arma blanca es del patriota.
Después dice: “Estimo a quien de un revés / Echa por tierra a un tirano: / Lo
estimo, si es un cubano; / Lo estimo, si aragonés”. Es el tema de la guerra a muerte de
Bolívar: si es un español que está con la revolución, bienvenido. Si no está con la
revolución Martí prefiere apartarlo, Bolívar prefería fusilarlo.
También tenemos “La niña de Guatemala”, que es una leyenda, una tradición.
Además el tema de volver a la Confederación Centroamericana y la idea de que el
unitarismo ha arruinado a este continente. Cuando había dos virreinatos era mucho más
unido que cuando se formaron veinte repúblicas. Habría que volver a la tradición de la
unidad continental.
Está también la resistencia a la bandera española. El va a ver una bailarina flamenca
y dice: “Han hecho bien en quitar / El banderón de la acera; / Porque si está la bandera, /
No sé, yo no puedo entrar”. Es la resistencia a ese símbolo. Además siempre la mujer
aparece como una traidora. Aparece Eva y aparece Agar. Agar es la mujer ilegítima de
Abraham, con quien va a tener a Ismael, que es una suerte de profeta del desierto. Frente a
ella está Sara, con quien va a tener a Isaac. Aparece toda la tradición bíblica, con el profeta
Abraham, el hijo ilegítimo, que va a quedar en el desierto y el hijo legítimo al que Dios le
va a pedir que lo sacrifique. Ese es un gran dilema ético, en el que Martí prefiere no
meterse; pero nosotros lo conocemos a través de Kierkegaard, que ha hecho un análisis de
eso. ¿Qué tiene que hacer Abraham cuando Dios le pide que sacrifique a Isaac, que es el
hijo que ha tenido en la vejez con su mujer?
Es el mismo problema con que se encuentra Agamenón, cuando va a Troya y tiene
que sacrificar a Ifigenia. Agamenón va a sacrificar a Ifigenia y Palas Atenea la salva. En
este caso ocurre lo mismo, porque Dios salva a Isaac. Pero Abraham está dispuesto a matar
a su hijo con tal de responder a Dios. Martí no está dispuesto a esto. Hay un límite con

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respecto a este sacrificio. Ese sacrificio que viene del más allá no lo ordena nadie; el único
sacrificio concreto es el que pide la tierra.

Alumno: Ya más acá, en la segunda parte de El Eternauta ocurre lo mismo. Para salvar a
los más jóvenes, a los que representan el futuro, deja que el enemigo avance sobre los
viejos. Esto es de la época más montonera de Oesterheld, donde asume el sacrificio de
algunos para que se salven los que sean capaces de continuar con esa tarea.

Profesora: Es la idea de la muerte, permanentemente al lado. Martí hace una suerte de


culto a la muerte y aparece esa idea latina del memento mori (recuerda la muerte): “Si
escribo, sangre derrama / Mi paje en la escribanía”. Es escribir con sangre. “Mi paje,
hombre de respeto, / Al andar castañetea: / Hiela mi paje, y chispea: / Mi paje es un
esqueleto”. Siempre está acompañado por la idea de la muerte, que es una muerte heroica.
El mismo se plantea una muerte heroica.
Alejandra hablaba de la figura de Martí, de las fotos de Martí, como un intelectual,
con un tipo de mirada determinada, como un visionario. La figura del intelectual acá no
está tan clara. Pero cuantas veces vemos fotos de intelectuales (y no de intelectuales de
respeto como Martí, sino de los pavotes que aparecen en las revistas de acá) que sostienen
la cabeza, porque debe estar llena de ideas y debe pesar muchísimo. He visto a Pacho
O’Donnell sostenerse la cabeza.
En muchos casos esta idea de la imposibilidad de conciliar la palabra con la acción
aparece a través del maniqueísmo. A veces aparece como lo que se llamó la “ruptura de la
isotopía”.

[Pregunta Inaudible]

Profesora: Generalmente hace esas cosas. Hay uno que dice: “En el bote iba remando /
Por el lago seductor / Con el sol que era oro puro / Y en el alma más de un sol. // Y a mis
pies vi de repente, / Ofendido del hedor, / Un pez muerto, un pez hediondo /
En el bote remador”. Tenemos el lago seductor y el pez hediondo. Ese tipo de conjunción
brutal aparece todo el tiempo en esta poesía.

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La mujer siempre es un personaje traidor. Martí habla de la mujer como la gran


obsesión del poeta; la revolución finalmente fue una mujer y, eventualmente, una mujer
traidora. “Eva se prendió al oscuro talle / el diamante embustero, / y echó en el alfiletero, /
el alfiler de oro puro”. Tiene un alfiler de oro puro, que sacó de una veta en la piedra; de
pronto le regalan una fantasía y ella tira el que vale para quedarse con la fantasía. “Te odié
por vil y alevosa: / Te odié con odio de muerte: / Náusea me daba de verte / Tan villana y
tan hermosa”. Después dice: “Mi amor del aire se azora; / Eva es rubia, falsa es Eva: /
Viene una nube, y se lleva / Mi amor que gime y que llora. // Se lleva mi amor que llora / la
nube que se va: / Eva me ha sido traidora: /¡Eva me consolará!”.
Leemos: “Yo quiero salir del mundo / Por la puerta natural: / En un carro de hojas
verdes / A morir me han de llevar. // No me pongan en lo oscuro / A morir como un traidor:
/ ¡Yo soy bueno, y como bueno / Moriré de cara al sol!”. Esto podemos leerlo en paralelo
con el poema gauchesco que dice: “No me entierren en sagrado / donde una cruz me
recuerde, / entiérrenme en campo verde / donde me pise el ganado”. Y también con el de
Vallejo: “Me moriré en París con aguacero / un día del que tengo ya el recuerdo”. Vemos
cómo imaginan su muerte estos personajes; están pensando en su figura después que
mueran. No piensan qué va a quedar de ellos cuando mueran sino, exactamente, el
momento de las muerte: la muerte del patriota. Dice Martí: “Yo quiero, cuando me muera, /
Sin patria, pero sin amo, / Tener en mi losa un ramo /de flores,–¡y una bandera!”. Es la
muerte del patriota.
Volviendo al tema del padre y el hijo: “Por la tumba del cortijo / Donde está el
padre enterrado, / Pasa el hijo, de soldado / Del invasor: pasa el hijo. // El padre, un
bravo en la guerra, / Envuelto en su pabellón / Alzase: y de un bofetón / Lo tiende, muerto,
por tierra”. Es el cadáver del patriota que se levanta de su tumba para matar al hijo, que es
soldado del invasor. Y termina el poema diciendo: “El rayo reluce: zumba / El viento por el
cortijo: / El padre recoge al hijo, / Y se lo lleva a la tumba”.
Esta es la traición del hijo contra el padre y luego viene la de la hermana al
hermano: “La imagen del rey, por ley, / Lleva el papel del Estado: / El niño fue fusilado /
Por los fusiles del rey. // Festejar el santo es ley / Del rey: y en la fiesta santa / ¡La
hermana del niño canta / Ante la imagen del rey!”. Siempre hay un personaje traidor: es el

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elemento que puede echar a perder la revolución. De ahí la necesidad del intelectual de
crear permanentemente la conciencia revolucionaria.
En otro poema leemos: “Rojo, como en el desierto, / Salió el sol al horizonte: / Y
alumbró a un esclavo muerto, / Colgado a un seibo del monte. // Un niño lo vio: tembló /
De pasión por los que gimen: / ¡Y, al pie del muerto, juró / Lavar con su vida el crimen!”.
Es como el anticipo de Martí: ha visto un esclavo muerto y ha tomado conciencia de que
tiene que llevar adelante una revolución para que esto no vuelva a ocurrir.
Luego, hablando de Agar, dice: “¿Qué hiciste, torpe, qué hiciste / De la perla que
tuviste? / La majaste, me la diste: / Yo guardo la perla triste”. Yo trataba de ver el tema de
Cuba como la perla del Caribe. ¿Qué pasa cuando una traidora interviene en medio de este
proceso? ¿Qué pasa con la idea de Cuba identificada con esa perla, como lo más valioso
que tiene todo el Caribe? Finalmente, el cierre de los Versos sencillos dice: “¡Verso, nos
hablan de un Dios / Adonde van los difuntos: / Verso, o nos condenan juntos, / O nos
salvamos los dos!”.
Por hoy vamos a dejar acá. Hasta la próxima.

Versión CEFyL

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