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NUEVO TESTAMENTO Traduccién directa det ORIGINAL GRIEGO por Monsefior Doctor JUAN STRAUBINGER CON TODAS SUS NOTAS COMPLETAS SEGUN LA FIEL VERSION ORIGINAL SANTOS EVANGELIOS HECHOS DE LOS APOSTOLES CARTAS DE SAN PABLO, DEL APOSTOL SANTIAGO, DE SAN PEDRO, DE SAN JUAN Y DE SAN JUDAS EL APOCALIPSIS ADVERTENCIAS: Entre las numerosas referencias a otros libres de Ja Sagrada Escritura, v. g. los Salmos, etc., el lector hallard citas ‘de ciertos pasajes "y. nota”, Estas notas,son las que el autor ha pure en su edicién completa de la Sagrada iblia. Los versiculos y niameros puestos entre cor- chetes [] se refieren a textos que no se en- cuentran en los mejores manuscritos griegos. La rigurosa fidelidad al original griego obli- fi, Donen. en contadas ocasiones, alguna pa- labra entre paréntesis y cn bastardilla, para adaptar la versién a 1a sintaxis castellana, Estd de mas decir que los titulos y epigrafes no forman, Pe, ‘del texto sagrado, sino que sélo han sido puestos para marcar la division logica y facilitar la lectura. INTRODUCCIG 1 La munificencia del Padre celestial que, 2 no dudarlo, bendice muy particularmente la difusiin de su Palabra, que es el objeto del apostolado biblico, incrementa, en forma sor- prendente, el, deseo que le expresamos de servir ese divino propésito de que Ja Escritura revelada sea “el libro por excelencia de la espiriualidad cristiana’, ‘Fetminada con el tomo 5? nuestra edicién completa de la Biblia Vulgata, “explicada para Ja vida", seguin la feliz. expresin de la Editorial Guadalupe, presenta hoy Desclée, de Brou- wer, en la forma cuidadosa que todos conocemos, esta primera edicién del Nuevo Tpstamento, au hemos traducido del origina! griego.con Ja mayor fidelidad posible y, que, anticipada en parte con ediciones del Evangelio (Pia Sociedad de San Pablo, Peuser), de los Hechos y de Jas Epistolas paulinas (Apostolado Livirgico del Uruguay, Barreiro y Ramos), aparece ahora con notas y comentarios mds extensos, merced a la amplitud mayor de su formato. Ellos contienen, como acertadamente acaba’ de, expresarlo un ilustrado profesor en la “Revista Eclesidstica del Arzobispado de La Plata”, por una parte ‘las explicaciones de los Santos Padres y comentarios de los diversos lugares, atendiendo més al adelantamiento espiritual de los lectores que a las discusiones cientificas, sin que por ello st dejen de anotar, cuando se presenta la ocasion, las divergencias de los autores", y por otra parte “gran numero de referencias a otros lugares de las Escritaras, segin la sabia_y harto, olvidada regla exegética de comentar fa Sagrada Fscritura a la luz ‘de 1a Sagrada Escritura” La Iglesia Catélica reconoce dos fuentes de doctrina revelada: la Biblia y la Tradicién. All presentar aqui en parte una de esas fuentes, hemos procurado, en efecto, que el comen- tario no sélo ponga cada pasaje en relacién con la Biblia misma —mostrando que ella cs un mundo de armonia sobrenatural entre sus més diversas partes—, sino también brinde al Jector, junto a la cosecha de autorizados estudiosos modernos, el contenido de esa tradicién en entos pontificios, sentencias y opiniones tomadas de Ja Patristica e ilustraciones de la Liturgia, que muestran la aplicacién y trascendencia que en ella han tenido y tienen muchos textos de Ja Revelacién. EI grande y casi diria insospechado interés que esto despierta en las almas, esté explicado en las palabras con que el Cardenal Arzobispo de Viena prologa una edicién de los Salmos semejante a ésta en sus propésitos, sefialando “en los circulos del laicado, y aun entre los jévenes, un deseo de conocer Ja fe'en su fuente y de vivir de la fuerza de esta fuente por el contacto directo con ella”, Por eso, afade, "se ha creado un interés vital por la Sagrada Escritura, ante todo por el Nuevo Testamento, pero también por el Antiguo, y el movi- miento biblico catdlico se ha hecho como un rio incontenible”. Es que, como ha dicho Pio XII, Dios no es una verdad que haya de encerrarse en el templo, sino la verdad que debe iluminaros y servirnos de guia en todas las circunstancias de la vide, No, ciertamente para ponerio al servicio de lo material y terreno, come si Cristo fuese un pensador a la manera de los otros, venido para ocuparse de cosas temporales © dar normas de prosperidad mundana, sino, precisamente al revés, para no perder de vista lo sobrenatura} en medio de “este siglo malo” (Gél., 1, 4); lo cual no le impide por cierto al Padre dat por afladidura cuantas prosperidades nos’ convengan, sea en el orden. individual © en el colectivo, a los que antes cue eso busquen vida eterna. 0 ‘Un escritor francés refiere en forma impresionante la lucha que en su infancia conmovia su espiritu cada vez que veia el libro titulado Santa Biblia y recordaba las prevenciones que se le habjan hecho acerca de Ia lectura de ese libro, ora por dificil e impenetrable, ora por peligroso 0 heterodoxo. "Yo recuerdo, dice, ese drama espiritual contradictorio de quien, al ver una cosa santa, siente que debe buscaria, y por otra parte abriga un temor indefinido y, misterioso de alg espirita escondido alli... Era para mi como si,ese libro hubiera sido escrito a un tiempo por el diablo y por Dios. Y aunque esa impresion. infantil —que ¥eo es general en casos como el mio— se producia en Ja subconciencia, ha sido tan intensa mi desolante duda, que sélo en la madurez de mi vida un largo contacto con la Palabra de Dios ha podido destruir este monstruoso escdndalo que produce el sembrat en la nifez el miedo de nuestro Padre celestial y de su Palabra vivificante.’ La meditacién, sin palabras de Dids que le den sustancia sobrenatural, se convierte en simple reflexin —autocritica en que el juez es tan falible como el reo— cuando no termina u

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