INCIDENCIA DE LOS TEMPERAMENTOS EN LA
COMISION DE DETERMINADOS DELITOS
Conferencia promunciada por ta
Prof. Elvira Bernales de Bolloqui e1 9 de setiembre de 1999
en la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Ain
acto organizade por ef Centro Interdisciplinaria
de Investigaciones Forenses:Me honra el hecho, muy auspicioso para mi, de haber sido
invitada nuevamente por el prestigioso Académico Secretario
Doctor Mariano N. Casiex, para disertar sobre una ponencia que,
en su investigacién y préctica, esté intimamente ligada a la Gra-
fologia, disciplina cientifica que he abrazado con verdadero amor,
desde hace muchos afios, Muchas gracias, doctor Castex, por su
confianza, y espero poder satisfacer sus expectativas y las de este
distinguido piiblico.
El tema de mi exposicién "Incidencia de los temperamentos
en Ja comisién de determinados delitos’ responde a una inquie-
tud nacida de numerosas lectutas y andlisis acerca de la influen~
cia que los distintos temperamentos ejercen y determinan sobre
las manifestaciones de la personalidad y el caracter. Y en este pun
to creo necesario establecer con precisién, a qué se considera ca-
téeter y qué es el temperamento. Segiin Boven, un cardcter es el
producto de un hombre y su: medio. Waller opina que el carscter
se define por tres coordinadas: el determinismo de las situacio-
nes y las cosas; ef determinismo del temperamento bio-psicol6gi-
co y el determinismo del tiempo. De acuerdo con Ziegler el ca
ricler es una simple suma de elementos aistados. Simmel afirma
que el cardcter es una idea abstracta, un concepto extraido de la
suma de hechos elementales de la vida humana. Morton Prince
define Ia personalidad como el conjunto de todas las disposicio-
nes, impulsos, tendencias, apetitos e instintos bioldgicos ¢ inna-
tos del individuo, as como las disposiciones y tendencias adqui-
ridas por la experiencia. Poyer lo considera como el bloque de la
individualidad psicolégica, incluyendo tanto la memoria y el jui-
cio come la voluntad, ¥ que se define como el conjunto de varia-
ciones psicolégicas de cada individuo. Las disidencias entre es-
tas opiniones, segiin Léone Bourdel provienen del hecho que los
nombrados no han tenicio en cuenta Ia diferencia entre cardcter,
aptitudes y temperamento ~y la manera como cada uno se arti-
cula con Jos otros. En esa correlacién, las aptitudes son instru-
163mentos, més @ menos aguzades, més 0 menos finos, mas o me~
nos sélidos, pero que todos los hombres tienen a su disposicién
y pueden utilizar 6 no. El carécter, independiente de las aptitu-
des, es el motor constituide por ef conjanto de las tendencias,
sentimientos, apetencias, gustos, intereses, voliciones, que se sir~
ven justamente de estos instrumentos para lograr sus fines. Y
aptitud y cardcter estén a su vez animados y condicionados por
el temperamento, el cual representaria el fuego que alimenta sin
cesar el motor, de acuerdo con su ritmo propio, su intensidad y
a naturaleza de su modo de adaptacidn o de interaccidn con el
medio. Ahora bien iqué es entonces el temperamento? Para
Lalande es el conjunto fisiolégico individual de un ser. Para Remy
Coliu, el conjunto de disposiciones naturales que repercuten so-
bre la manera de sentir, y, si no se controlan, sobre la de actuar.
Retomando los conceptos de Léone Bourdel, se define ef tempe-
ramento como la predisposiciéin profunda y esencial que deter-
mina el modo de adaptacién de un ser a la vida. Es el elemento
més {ntimo, mas organico de toda nuestra personalidad. Es nues-
tra unidad y de él proceden nuestra sensibilidad receptora, nues-
tro comportamiento fistolégico y psicolégico, nuestra energia crea-
dora y nuestra evolucién bioldgica y mental, expresada en sus mas
diversas manifestaciones. El temperamento dirige el destino del
ser desde su concepeién y se revela en 1a manera como el indivi-
duo se comporta respecto a los diferentes medios en que inte-
racttia, No es simplemente una suma de rasgos caracteroldgicas,
una conjuncién de cualidades y defectos, sino un poder de
condicionamiento, que favorece, por su propia naturaleza, el de-
sarrollo de tal o cual tendencia o aptitud, 0, a su vez, dificulta el
desenvolvimiento de otros. Este poder de condicionamiento apa~
rece como un Factor General en la toialidad compleja que deno-
minamos carécter y es lo més fuerte que poseemos, porque orde-
na nuestra vida fisiolégica y psicosociolégica. La educacién, el
medio, pueden transformar, afinar, desarrollar las aptitudes y
ciertas tendencias, pero no modifican la naturaleza profunda del
temperamento.
Ya el pensamiento helénico, a través de Demécrito, enuncié
su principio: "E] cardcter de un hombre hace su destino’ - Hips-
crates y mds tarde Galeno, mediante la teoria de las cuatro cons-
fituciones humorales del hombre: La sangre, la bilis, la Tinfa y los
36nervios, sentaron los cuatro grupos temperamentales: Sanguineo,
Bilioso, Linfatico y Nervioso. Clasifieacién que mantiene su vigen-
cia, ha Hegado a nuestra época y ha servido de base a las nuevas
caracterologias de Heymans, Wiersma y Le Senne, que seran la
base substancial de nuestro tema,
El Sanguineo: entusiasta, imaginativo, cordial, amable, pero
con arrebatos, especial para relaciones piiblicas y contacto huma-
no en general. Tiende a vivir lo concreto y el momento actual.
Competitive, inteligente, pero poco profundo, olvida facilmente
sus promesas.
El Bilioso: trabajador incansable, hombre de accién, arrastra,
decide, emprende. Orgulloso, de inteligencia razonadora y prac~
fica, es un jefe nato.
El Linfatico: calmoso, lento, pasivo y en ocasiones perezoso.
Buen administrador, sdlido, resistente. Poco emotivo, perseveran-
te y con una gran memoria,
El Nervioso: inquieto, agitado, emotivo, sensible, gran crea-
dor intelectual, impresionable, irritable, pesimista, Con una vida
intelectual muy activa. Es un gean innavador e inestable en su
cardcter y aficiones. La descripcién os breve y sucinta, ya que no
es el objeto de esta exposicion un detalle de cada temperamento.
Pero deseo trazar para ustedes, de manera répida, algunas de las
mnuiltiples tendencias y clasificaciones que con respecto a los tem-
peramentos han csbozado diferentes autores. La escuela
morfolégica francesa con Sigaud y Mac Aulliffe tiene en cuenta la
influencia de las condiciones de vida y regi6n.
Los tipos humanos derivan nataralmente de la accién del
medio y muy a menudo de las condiciones externas del cosmos
sobre ellos mismos, més las modificaciones adquiridas que se
transmiten de acuerdo a la teoria de Lamarck, por herencia. Asi
clasifican los respiratorios, muy frecuentemente entre los
némades; los digestivas, en cierta clase social y en algunas regio~
nes privilegiadas del globo desde el punto de vista de las condi-
ciones alimenticias. Los musculares, entre los trahajadores del
campo. Y los cerebrales, entre los trabajadores del pensamiento.
Pero la escuela constitucionalista italiana de Viola, conside-
ra dos sistemas en la constitueién humana: La vida vegetativa y
la vida de relacién. La primera, el conjunto de las visceras y ia
tema nervioso y la musculatura voluntaria, Intro-
segunda el sduce una escala de medidas y distingue los siguientes tipos:
brevilineo,tobusto, fuerte, resistente -con predominio de lo afec-
tivo en el cardcter-. Longilineo: de miembros, talla y cuello lar~
g08 y delgados y predominio del aspecto intelectual sobre lo afec-
tivo. Siguiendo en parte los métodos de Viola, Pende define to-
dos los aspectos de Ia personalidad en lo que llama la Piramide
Biotipolégica. Mediante la cual establece la parte morfolégica, la
fisiolégica, la inteligencia y el cardcter.
La resultante son cuatro tipos.
El longilineo asténico: de delgadez relativa, buen desarrollo
del esqueleto y los meisculos, con rapidez de reacciones, tanto
motrices como mentales, con energia, fuerza y habilidad. El
longilineo hipocasténico: esqueleto fragil, cuerpo esbelto, apto
para trabajos que requieren habilidad y rapidez, pero no fuerza
ni resistencia. El brevilfneo asténico: altura media o pequena,
miembros cortos, buena masa muscular, de reacciones lentas y es-
tables, con dominio emocional, voluntad, cardcter expansivo y
euférico. El brevilineo hipoasténico: con redondez. y flojedad en
sus formas corporales. Tienden a la depresién, son Ientos, con
poca voluntad, algo melancélicos, pero precisos y pacientes. Vea-
mos ahora los tipos psicosexuales de Freud. Este nos propone una
caracterologia en la que distingue los tipos erético, obsesivo, nar-
cisista, erético narcisista, narcisista obsesivo y erético obsesivo.
En el tipo erdtico, toda su energfa o libido, se dirige al amor.
Su aspiracién dominante es amar y ser amado. Teme perder el
amor de los demés y se sitvia asi en situacidn de dependencia fren-
te a ellos. Prevalece en 61 el predominio de las necesidades ins-
tintivas. El tipo obsesivo se caracteriza por el predominio de su
Super Yo. No lo afecta el temor de perder el amor de los demas
sino el temor de su propia conciencia, y entre su Yo y un Super
Yo exigente existe una continua tensién. B! tipo narcisista no esta
sometido.a los demas y su preocupacién principal es su propia
conservaci6n. Tiene recursos agresivos, le gusta imponerse, diri-
git a los demés. Bl tipo erdtico narcisista retine los caracteres det
erdtico y del narcisista y los interactiia. FI narcisista obsesivo es
activo y pretende querer plegar a los dems a sus propias disci-
plinas. El tipo erético obsesivo depende a la vez de los demas y
de su Super Yo y de las personas a las que lo ligan afectos actua-
166les y la fidelidad en la memoria hacia los padres que han contri-
buido a Ja formacién de su Super Yo.
Pasando a la caracterologia de J. Boutonier, que estudia las
relaciones voluntarias y diferentes tipos de voluntad, desfilan ante
nosotros: Los dependientes, ligados siempre a su infancia, su edu-
cacién, su familia, Los sometidas, que no se emancipan jamas de
Ja familia, viven y piensan tal como lo hacfan sus padres, como
en una imposicién interior que impide que se manifieste y reali-
ce su verdadera voluntad. Los rebeldes, se rebelan contra las ideas
de sus padres, y se les oponen siempre, pero sufren tan estrecha-
mente su influencia como los que les obedecen. El rebelde ver-
bal: son los que se rebelan de palabra pero se someten a los he-
chos, Afirman de viva voz. sus convieciones, pero no las aplican
a su conducta, Es el tipica protestén, El forzado de querer: muy
comitin entre artistas, escritores, que llevan a cabo su obra s6lo
obligados por las circunstancias sin que la libertad estimule la ac-
cién, sino que la detiene. Se encuentran también en hombres de
negocios que solamente obligados por necesidades de dinero,
ponen en marcha su inteligencia practica. Los idealistas: buscan
‘un ideal inaccesible que les sirve de pretexto para alejar toda po-
sibilidad de accién. Fl légico: aqut la raz6n proporciona al inhi-
bido las razones para no actuar. Pesa el pro y el contra, los ries-
05, los inconvenientes y a fuerza de ldgica no se decide por nada.
El pesimista: para él todo es vano, imitil 0 peligroso y sus temo-
res lo llevan a evitar actividades simples, como ir en bicicleta, ma-
ejar un auto, viajar por mar o aire, toc terminaré mal. Ven s6lo
el aspecto negativo de las cosas. El prisionero voluntario: neces
tan obstéculos que Je impidan obrar o triunfar en ciertos casos ¥
se las arreglan pata erigitlos ellos mismos, poniendo barreras ma-
teriales, morales o sentimentales como un sistema de defensa. Tal
el caso del novio que zafa cada vez que esté a punto de casarse 0
que solamente aman cuando el objeto de su amor es imposible.
El irénico: puede mostrarse capaz de realizar lo que desea, pero
a condicién de dar a los demés y a sf mismo, la impresién que no
lo desea verdaderamente. El enemigo del tiempo: jamds tiene en
cuenta al tiempo. No se apresura, y aunque se lamente del paso
del tiempo lo deja pasar sin preocuparse realmente, siempre esta
en retraso, parece no tener tiempo para nada y no regula sus obli-
gaciones. Hasta aqutf los dependientes.
167‘Veamos, segtin Boutonier, los desequilibrados: El apasiona-
do del querer, se muestra como el hombre que no vacila jamés.
No admite que puede equivocarse y no vuelve nunca sobre sus
pasos. Audaz, de decisiones répidas, acttia de una manera més
atrevida que coherente y sus éxitos se asemejan a los de un juga-
dor. No sabe esperar y es imprudente. El quimérico: toda su acti-
vidad tiene por objeto un fin inaccesible y le basta, como modo
de realizacién, tenerlo presente en su espiritu. Su voluntad no
incide sobre su realidad. E! inconstante: incapaz de perseverar en
lo que emprende no puede soportar ni cl esfuerzo, ni el triunfo,
ni el fracaso. Cambia constantemente de objetivo, lo atrae mas to
desconocido que lo que conoce y nunca Hega a un fin por falta
de perseverancia, y por tiltimo, en esta lista, tenemos al incorrup-
tible: se destacan por la firmeza inquebrantable de sus decisio-
nes. Son esclavos de su voluntad porque no asan cambiar la orien-
tacion de su conducta sin sentirse inconscientemente culpables 0
amenazados. Son rfgidos en sus decisiones que tratan de impo-
ner como juicios inapelables ¢ infalibles. Mencionaré, sin ahon-
dar en ella, la caracterologia basada en la morfologia somética,
de Kretsmer, que con relacién a su fisiologfa, establece cuatro ti-
pos, que aplicados a conductas delineuentes son’
El tipo esquizotimico: extravagante, falto de légiea, con blo-
queos impulsos agresivos psicdticos; se siente como un héroe
cuando delingue,
El tipo cictotimico: que pasa de la exeitacin a la depresin
y que se orienta hacia los fraudes y las estafas.
El tipo atlético: especialisia en atracos a mano armada y ase-
sinatos
El tipo displasico: imprevisible, porque depende de influen-
cias, de emociones, de circunstancias y que se caracteriza por su
inmadurez y debilidad. Concluyendo esta enumeracién con los
rasgos temperamentales sefialados por Sheldon, basados en el
desarrollo de los tejidos embrionarios y que clasifica como
Visceroténico: amor a la alimentacién, amabilidad, gusto por el
confor fisico, reacciones lentas. Somatotsnico: firmeza en la acti-
tud y el movimiento, gusto por los riesgos, coraje fisico, gusto por
el dominio y apetito de poder; y el Cerebroténico: con actividad
mental interna, contro! de las emociones, gusto por la privacién,
10, ¥ soltura social inhibida. Volviendo a Hipderates y sus
168cuatro temperamentos, sus caracteristicas basicas nos servirén
para seftalar su conexién con los temperamentos que establece la
Caracterologia de Heymans (1892-1968), Wiersma y Le Senne
(1953) en el libro que éste publicé con el nombre de Tratade de
Caracterologia. Consideraria incompleta esta exposicin si no
mencionara la original concepcién de Léone Bourdel (su libro se
publicé en Troquel en Buenas Aires, el ato 1964, en el que esta-
blece los temperamentos de acuerdo a los grupos sanguineos).
Los denomina temperamentos psicobiolégicos y distingue el gru-
Po sanguineo O como temperamento melddico, el del grupo san-
guineo A como temperamento arménico, el del geupo sanguineo
B, como temperamento ritmico y el de geupo sanguineo AB, como
temperamento complejo.
El melédico, por su adaptacisn extrema ¢ incondicional; el
arménico, por una adaptabilidad selectiva con predominio afec-
tivo; el ritmico, por su adaptabilidad racional, regular y metédi-
cay el complejo, por su adaptabilidad inestable, que fluctiia cons-
tantemente entre el plano alectivo y racional y viceversa aunque
se adhiera directamente al medio exterior. Me hubiera resultado
grato poder extenderme sobre las caracteristicas de este original
enfoque temperamental, pero el tiempo es tirano.
Ante esta diversidad conceptual acerca de los temperamen-
tos, no es facil desentrafiar los hilos que se conjugan para engen-
drar la personalidad, si antes no se dispone de un conocimiento
de los elementos constitutivos del cardcter, en el que pesa de
manera decisiva el temperamento. Este conocimiento es el que
ofrece la Caracterologia de Heymans (belga), Wiersma y Le Senne
(Heymans fue Premio Nobel en 1938 por un trabajo sobre respi-
raciGn). El aislamiento de los factores constitutivos del carécter
¢s Ja mejor aportaci6n de la Escuela Caracteraldgica de Groninga,
representada en los Pafses Bajos por Heymans y Wiersma y en
Francia por René Le Senne, Gaston Berger, André Le Gall y sus
Giscipuios, Basados en la hipstesis neurofisiolégica de Otto Gross
(2902) quien afirma que todo fenémeno psiquico desencadena una
actividad de las células nerviosas que contintia después de haber-
se terminado aquel fendmeno, Heymans y Wiersma, basandose
en la interaccién de la emotividad, la actividad y primariedad-
secundariedad, establecieron ocho tipos caracterolégicos, que es-
tudia Le Senne en su libro ya mencionado, los que denominaron
169apatico, nervioso, amorfo, sentimental, sangutneo, flematico, co-
lérico y apasionado. Aislando tres propiedades constitutivas fun-
damentales de la personalidad: 1) la emotividad: se define como
el estado de conmocién psicosomédtica que suften ciertos indivi-
duos bajo la influencia de sucesos, que, objetivamente pueden o
no, tener una importancia mayor o menor. Cuando medimos la
emotividad de un individuo consideréndola entre 0 y 10, vemos
que los sujetos emotivos se sitéan por encima de 5; y los no
emotivos no aleanzan ni rebasan esa cifra. Dicha intensidad es la
que sirve de base para clasificar a los individuos en emotivos (E)
y no emotivos (nB). Las principales manifestaciones de la emoti-
Vidad, son: la movilidad del humor, la impulsividad, la
demostratividad, la intolerancia o el fervor religioso, la falta de
veracidad. Corresponde en cambio a la no emotividad (nE) la
frialdad, la estabilidad del humor, el control de sf mismo y la
veracidad. La segunda propiedad constitutiva de la personalidad
es la actividad. Implica una doble nocién. Nace de la necesidad
gratuita de actuar, como algo congénito; y de la necesidad de cli-
minar todo obstéculo que trate de oponerse a la direccién elegi-
da por el sujeto. La t6nica de la actividad consiste en el hecho de
estar siempre en acciGn, siempre ocupado, no omitir nunca el
cumplimiento de los deberes que le impone Ja funcién que des
empefia, cumplir con el trabajo, no dejarse abatir por los obsté-
culos, ser independiente, alegre, optimista, observador y habil ma-
nualmente,
Sefialemos la actividad con la letra (A). Los no activos (nA)
se distinguen por rasgos totalmente opuestos a los seitalados. La
identificamos con (nA). La tercer propiedad constitutiva de la
personalidad es la resonancia. Corresponde a un proceso cerebral
que surge en cuanto se desarrolla una funcién primaria, o sea el
trabajo que la célula cerebral efecttia cuando realiza un proceso
psfquico cualquiera. Esto lleva un gasto de potencial. Para que la
célula cerebral vuelva a su estado inicial, es necesario un tiempo
de reconstitucién. En ciertos sujetos este tiempo de reconstitucién
es muy breve, el fendmeno casi no deja huellas. Es lo que lama-
‘mos resonancia primaria (P). En otros, en cambio, el proceso es
més largo y recibe el nombre de resonancia secundaria (S). A los
primarios corresponde la rapidez y velocidad de las reacciones y
a Jos secundatios, fa lentitud y la prolongacidn de las excitacio-
170nes nerviosas. |.0s primarios son sujetos brillantes pero superfi-
ciales. Los secundarios son hombres serios pero de personalidad
mds rigida. Esta nocién de resonancia es muy importante y es
la base de la tipologia descripta por Jung, cuando distingue dos
clases de individuos: Los exiravertidos que se caracterizan por
la importancia concedida al objeto. La persona de este tipo diti:
ge su mirada para el mundo y por el mundo. El introvertido se
caracteriza pot la importancia que el sujeto otorga a su propia
persona y a su mundo interior, Incorpora también Jung sus fun-
ciones:
Pensamiento: Puncién racional que es todo lo que se relacio-
na con la parte intelectual, con la actividad de la mente. Sensa~
cién: Funcién itracional consciente de todo lo que impresiona
nuestros sentidos, tradicionales 0 no, vivido de una manera prac-
tica y concreta. Sentimiento: Funcidn racional por la cual el Yo
da una estimacién o valor determinado a cualquier objeto o per-
sona que percibe y es un juicio de valor en el que interviene la
raz6n (feo-lindo) ¢ intuicién: Funcién irracional que es todo aque-
lo percibido por via inconsciente y sirve para captar de manera
instintiva el sentido oculto de las cosas y de las personas. La
primariedad y Ja secundariedad asf como todos los aspectos men-
cionados, se pueden explorar y dictaminar a través de tests y so-
bre todo de estudios grafoldgicos. Con la primariedad, el sujeto
se caracteriza por su movilidad, impulsividad, busqueda de nue-
vos amigos y de impresiones inéditas, la necesidad de cambios,
el deseo de resultados inmediatos, las contradicciones, el espfti-
tu superficial, el ansia de goces materiales, !a ironia, el desorden
sexual, la falta de puntualidad y de veracidad. En la secun-
dariedad, se destaca el hecho de estar largo tiempo bajo los efec-
tos de una impresién, el no poder consolarse, el tener rencores
persistentes, la constancia en los afectos, estar ligado a viejos re-
cuerdos y a las opiniones adquiridas, ser fiel a los habitos, actuar
con vistas a un futuro prolongado, el ser puntual, objetivo y en
general vivir de acuerdo a los principios adquiridos. Arribamos
asi a la conjuncidn determinante de los ocho temperamentos de
Heymans, Wiersma y Le Senne que han dado origen a esta expo-
sicién y que pueden sintetizarse de esta manera:
1m‘Temperamento Fundamentos Funciones de Grupos hipacraticos
Jung, por Periot
Colérico BAP. Sentimiento extra, Sang, Nerv. Bilioso
Apasionsdo EAS. Sentimiento introv. Bil, Nery. Sang,
Sentimental En. AS. Intuicidn introy Newv. Bil Linfat,
Nervioso EAP. Intuicién extrov. Nerv. Sang, Bilioso
Sanguinco AD EAP. Pensamiento extrav, Sang, lint. Bilioso
Flematico RO EAS. Pensamiento introv. Bilios. linf. Nerv.
Amorfo no Eno AP. Sensackin extrov Lin. Nerv. Sang,
Apatica no En AS — Sensacién intro Nerv. ling, Bilioso
Brevemente, sus rasgos predominates son:
Colérico: Mévil, alareado, trabaja continuamente. Es socia-
ble, excitable, cordial, improvisa, tiene rapidez de reaccién, es
oportuno y flexible, generoso, cordial.
Apasionado: Importante por su autoridad y personalidad,
emotivo, con una buena actividad, ambicioso, emprendedor, res-
peta la familia, Ja patria, es servicial y honrado,
Sentimental: Reservado, escrupuloso, algo melancélico, in-
dividualista, meditativo, descontento consigo mismo. Vida inte-
rior alimentada por e! pasado.
Nervioso: Humor variable, le gusta atraer la atencién, va des:
de la mentira a la ficcién poética. Le atrae lo magico, lo secreto,
inconstante, cambiante.
Sanguineo: Observadores, con espiritu practico, amables,
espirituales, aman la vida, sensibles, oportunistas, realistas, socia-
bles, competitivos, ingeniosos.
Flematico: Rutinarios, respetuosos de los principios puntua-
les, objetivos, dignos de fe, respeto a las normas y a la ley, algo
impasibles, tenaces, buen civismo y moral.
Amorfo: Poco puntuales, negligentes, propensos a la pere-
za, con aptitudes para la miisica y él teatro, obstinades, indife-
renles, con cardctet apacible.
Apatico: Encerrados en si mismos, sombrfos, taciturnos, con-
servadores, esclavos de sus costumbres, callados, defienden su
intimidad, son indiferentes a la vida social
Dejando de lado, porque no es el objeto de esta exposicién,
las condiciones previas a la actividad delictiva, tales como el
movil, la predisposicién, la ocasidn, las agresiones, el principiode peligrosidad y el modo de la expresién criminal, vamos a con-
siderar los mecanismos desencadenantes en cada temperamento
para actividades delictuosas y trasgresoras,
Mecanismo nervioso: (emotivo, inactive, primario). Segtin
estadistica citada por René Resten, fuente de nuestros datos, el
mecanismo nervioso es el que més frecuentemente se encuentra
en la poblacién penintenciaria. Su emotividad, permeable a las
Influencias del medio, la inactividad, que inhibe el dominio de si
mismo; y la primariedad, que priva al sujeto de la nocién de las
consecuencias remotas de sus hechos, unidos a trastornos menta-
les que segtin Le Senne y Wiersma se encuentran en un 28% de
este temperamento, nos da una correlacién entre el comportamien-
to neurdtico y el antisocial. Es decir, que el nervioso seria una
fuente intrinseca de conductas peligrosas. El mecanismo nervio-
50 favorece la expresiGn de ciertas tendencias: sexualidad, inte-
reses sensoriales, brisqueda de emociones, inestabilidad afec-tiva,
dificultad en la inseseién familiar, social y profesional, brisqueda
de excitantes (tabaco, alcohol) o estupefacientes, desatiento, poca
resistencia a los esfuerzos, cireunstancias todas que contribuyen
a configurar una situacién peligrosa, susceptible a dar lugar a
actividades agresivas antisociales.
Mecanismo sentimental: (emotivo, inactivo, secundario) de
acuerdo a datos estadisticos, el mecanismo sentimental no fomen:
ta la delincuencia. Su secundariedad juega un papel inhibitorio
frente a las pulsiones agresivas. El sentimental se frena al expre-
sar sus emociones por la misma raz6n. La inactividad lo hace ti
mido, indeciso, vulnerable, lo que lo contiene frente a una causa
antisocial o agresiva. Su secundariedad organiza sus emociones
hacia adentro, y un tema pasional, que puede ser el odio, el ren-
cor, la envidia, pueden ocasionar lo que Le Senne designa como
ruptura de Ja taciturnidad”. Ally aparecen las reacciones violen-
tas, agresivas, insélitas, dirigidas hacia las personas; “los clasicos
dramas pasionales” en los que un hombre asesina en instantes a
su familia y luego se suicida. Es como un eclipse de! mecanismo
sentimental para dar paso al nervioso. Los criminales de tipo sen-
timental casi siempre son personas que no resuelven sus contlic-
tos por sit inactividad caracteroldgica y a veces se refugian en el
alcohol, y matan. Pueden cometer delitos de tipo sexual tras un
largo perfodo de abstinencia
1BMecanismo colérico: (emotivo, activo, primario). En Francia,
{a poblaci6n penintenciaria contaba con un 16% de coléricos. El
mecanismo colérico condiciona la iniciativa, la combatividad, la
agresividad, con el riesgo que se dirijan contra otras personas,
‘mediante actos antisociales. Hay necesidad de acci6n, que puede
inclinarse a satisfacer la sexualidad o la codicia u orienta el com-
portamiento hacia los delitos contra la propiedad. Podrfamos con-
cluir que el colérico se inclina més hacia la estala que hacia el robo
por necesidad
Mecanismo apasionado: (emotivo, activo, secundario). Hay
tuna débil incidencia criminolégica en el apasionado, s6lo un 10%.
La més frecuente es la agresiGn contra las personas, que puede
culminar en homicidio. Di Tullio hace notar que siempre que los
instintos se cargan de emotividad provocan tensi6n nerviosa, que
de acuerdo a su intensidad predispone al individuo a reacciones
violentas. El peligro, en el apasionado es que la emocién, por su
secundariedad, se prolonga en el tiempo y ligado a una base de
odio y de celos, més Ia actividad, esta emocién se convierte en
fuente de homicidio. De acuerdo a las observaciones crimi-
nolégicas hay que asignar al mecanismo apasionado, un papel
preponderante en la dindmica de los homiciclios afectives, con via
de salida por odio o celos, por ej. "la vendetta’.
Mecanismo sanguineo: (no emotive, activo, primario). La
incidencia criminégena de este mecanismo es relativamente dé-
Dil. Las estadisticas la sittian en un 15% de delitos sexuales, 10%
de violencia y s6lo un 1% de robos. El mecanismo sanguineo, cuya
sensualidad es esencialmente material, con satisfaccién de sus
apetencias sensoriales, s6lo cuando se asocia a frustracién inte-
lectual y moral, y en un ambiente promiscuo, puede ir acompa-
fiado por hechos de violencia o hechos atentatorios. El mecanis-
mo sanguineo, asociado a una capacidad intelectual de buen ni-
vel con una moralidad débil, puede dar lugar a estafas y es raro
on ladrones culpables de pequefios robos. Pero si se condiciona
para los grandes fraudes, los negocios equivoces y las intrigas po-
Iiticas,
Mecanismo flemético: (no emotivo, activo, secundario). No
hay casos en estadistica que presenten situaciones de delincuen-
cia atribuibles al flematico. Lo caracteriza el método, el respeto a
las tradiciones, la honorabilidad y una emotividad muy baja, que
cyno lo hacen apto para conductas antisociales. Pero si la capaci-
dad moral es deficiente, puede aparecer una conducta criminal
muy peligrosa, ya que el delito se organizara de una manera ver-
daderamente cientifica. El mecanismo flematico, cuando va uni-
do a otras influencias antisociales, a una gran codicia y a una
moralidad débil, ilustra el condicionamiento habitual de los
defalcos de los contadores 0 bangueros.
Mecanismo amorfo: (no emotive, no activo, primatio). De
acuerdo a datos estadisticos, esie mecanismo condiciona el 20%
de violencia, el 11,5% de los robos y el 10% de los delitos contra
la honestidad. Incide la preminencia de la primariedad, que si-
jeta al sujeto al presente, sin prever las consecuencias remotas de
su accién. La falta de emotividad anula el papel de la afectividad
frente a las pulsiones antisociales. El amorfo necesita satisfacer sus,
necesidades elementales, hambre, sed, sexo sin capacidad de re-
sistencia frente a esas tendencias. Asi nacen su glotonerfa, el al-
coholismo y las desviaciones sexuales. Los amorfos presentan un
maximo de indisciplina sexual y de egofsmo. Le Senne sefiala que
entre las prostitutas hay un gran niimero de amorfas. Aparece
debilidad intelectual, frialdad emotiva, falta de pudor, egoismo
imperioso, frigidez sexual unida a perversion, gran variabilidad,
impulsividad y lujuria, acompaitados de pereza e imprevision. Ast
surge la conducta antisocial sin dificultad. Las bandas de ladro-
nes, los gangsters, tienen entre sus componentes un gran ntime-
10 de amorfos, ya que la inmadurez psicolégica ce este mecanis-
mo caracterolégico, favorece la insercién de un individuo en una
colectividad criminal y con sumisién a an jefe
Mecanismo apético: (no emotivo, inactivo, secundario). Este
mecanismo presenta cl indice maximo de delitos contra la hones-
tidad (35%) y el 27,5% de los robos. El apatico tropieza con gran-
des dificultades para resolver sus problemas vitales. Sus actos
delietivos, con excepcién de los sexuales, no suelen ser graves, Son
los reincidentes, qute acumulan pequefos robos y pequciias con-
denas, hasta que finalmente son confinados. Cuando el apatico va
asociado a una capacidad moral e intelectual débil, cae en la de-
lineuencia y en el aleoholismo, Hlegando a un desquiciamiento
progresivo y a veces total de su persona. En cuanto a los delitos
sexuales, Ja timidez del apatico le dificulta su aproximacién a la
mujer; y como su sexualidad no ha superado los estados infanti-
175les y no puede aproximarse a los adultos, se atreve con los nitios.
En el apatico, la falta de emotividad priva al acto sexual de afec-
tividad, reduciéndoto a la satisfaccién de una necesidad fisica. Es
bastante frecuente que el apatico realice sus agresiones bajo los
efectos del alcohol.
in general, cs notable la indiferencia emocional que carac-
teriza a la mayorfa de los delincuentes después de cometer sus
crimenes, Se trate de particidios, fratricidios, crfmenes pasionales,
familiares, etc. asombra la frialdad y la indiferencia de los crim:
nales, que en los momentos posteriores al crimen, parecen ser aje-
nos a él como si no sintieran remordimiento ni pena. Tal vez por
que a través det acto criminal se ha descargado la tensién psfqui-
ca que Jo Hlev6 a delinguir o atentar contra fa vida humana, como
si toda la fuerza energética excedente antes de la acci6n criminal,
que se moviliz6 a través de la biisqueda de la satisfaccién del
movil, se hubiera extinguido.
Desde el campo de la exploracisn caracterolégica tan impor-
tante en la dinamica criminal, las cifras estadisticas del Dr. René
Resten, Miembro de la Sociedad Internacional de Criminologia y
Profesor del Instituto de Ciencias Criminolégicas de la Universi-
dad de Poitiers, Francia, efectuadas sobre 61 delincuentes y que
segtin su autor son coincidentes con otras encuestas, artojan los
siguientes resultados:
‘Temperamentos Delitos
Robos Agresiones_— Homicidios Varios
% % % %
Neviaso 385 Ey 30 6
Sentimental oO 0 D 0
Colérico 2 30 10 18
Pasional 0 0 ° 0
Sanguines 4 10 15 18
Flemético 0 a 0 0
Amorio 105 0 10 18
Apatico 25 10 35 9
Y que la poblacién penintenciaria estudiada se distributa asfNerviosos 315,
Sentimeniales 0
Colgricos 6
Pasionales 2
Sanguiness 12
Flemiticos. 0
Amorios 6
Apaticos 2.5
Las cifras son elocuentes en cuanto a la incidencia de los tem-
peramentos en la comisién de determinados delitos. Seria de in-
terés que se realizara un trabajo estadistico caracterolégico sobre
Ja poblacién carcelaria argentina y efectuar un estudio compara~
tivo con el presentado en Francia,
Muthas gracias por vuestra atencién y por haber comparti-
do conmigo vuestro valioso tiempo.
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