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Complicaciones del embarazo

En general, los embarazos se desarrollan sin problemas y la mayoría


de las complicaciones pueden ser tratadas. Las complicaciones
incluyen abortos, embarazo ectópico, anemia, incompatibilidad de
Rh, problemas con la placenta, vómitos, preeclampsia y eclampsia y
erupciones cutáneas, así como parto pretérmino y rotura de
membranas. Después de un aborto, la mayoría de las mujeres
consigue tener embarazos sin complicaciones.

Aborto y feto muerto

Un aborto (espontáneo) es la pérdida de un feto por causas


naturales antes de las 20 semanas de embarazo. En cambio, se
denomina feto muerto a la pérdida del mismo por causas naturales
después de las 20 semanas de embarazo.
El término aborto hace referencia tanto a un aborto espontáneo
como a una interrupción médica del embarazo (aborto provocado).
Un bebé que respira espontáneamente o que presenta latidos
cardíacos después del parto es un recién nacido vivo, sea cual sea
el momento del embarazo. Si fallece poco después, su muerte recibe
el nombre de muerte del recién nacido (neonatal).
Alrededor del 20 al 30 por ciento de las mujeres embarazadas
presenta alguna hemorragia o contracciones al menos una vez
durante las primeras 20 semanas de embarazo. Cerca de la mitad de
estos episodios acaba en un aborto espontáneo.
Alrededor del 85 por ciento de los abortos espontáneos tiene lugar
durante las primeras 12 semanas de embarazo y, en general, son
debidos a anomalías en el feto. El 15 por ciento restante de abortos
se produce durante las semanas 13 a 20; alrededor de dos tercios se
deben a problemas de la madre y un tercio a causas desconocidas.
Muchos estudios han demostrado que los trastornos emocionales en la madre no tienen relación
con los abortos espontáneos.

Síntomas y diagnóstico

Antes de un aborto, la mujer habitualmente sufre pérdidas de sangre poco cuantiosas o tiene una
hemorragia más evidente junto a secreción vaginal. El útero se contrae y la mujer siente un dolor
similar a los calambres. Si el aborto continúa, la hemorragia, la secreción y los dolores aumentan.
Al final, parte o la totalidad del contenido del útero puede ser expulsado.
En las primeras fases de un aborto, la ecografía puede determinar si el feto sigue con vida.
Después de la pérdida del feto, esta prueba y otras pueden utilizarse para determinar si la
expulsión del contenido del útero ha sido completa.

Tratamiento

Cuando todo el contenido del útero ha sido expulsado (aborto


completo) no se necesita iniciar ningún tratamiento. Por el contrario,
cuando sólo se expulsa una parte (aborto incompleto), debe
realizarse una dilatación y succión para vaciar el útero.
Si el feto muere pero continúa en el útero (aborto fallido), deben
extraerse el feto y la placenta, por lo general, mediante dilatación y
succión. Un fármaco, como la oxitocina, que hace que el útero se
contraiga y expulse su contenido, puede administrarse para tratar los
abortos fallidos tardíos.
Si se produce una hemorragia y contracciones dolorosas durante las
primeras 20 semanas de embarazo (amenaza de aborto), se
aconseja reposo en cama, porque suele mejorar los síntomas. En la
medida de lo posible, la mujer no debería trabajar ni permanecer de
pie en casa. Debería evitarse el coito, a pesar de que no se ha
demostrado una clara relación con los abortos espontáneos. No se administran hormonas porque
casi siempre son ineficaces y pueden causar defectos congénitos, sobre todo del corazón o de los
órganos reproductores. Por ejemplo, la exposición en esta etapa del desarrollo de un feto
femenino al dietilestilbestrol (DES), una hormona sintética, se asocia a cáncer vaginal.
La amenaza de aborto puede deberse a que el cuello uterino se dilate prematuramente debido a
la debilidad del tejido fibroso. En ocasiones, la apertura cervical se cierra quirúrgicamente
(cerclaje) con una sutura que se retira justo antes del parto.
Un aborto séptico es una infección muy grave. El contenido del útero debe eliminarse de
inmediato y es necesario tratar la infección con dosis altas de antibióticos.

Embarazo ectópico

Un embarazo ectópico (fuera de lugar) es aquel en que el feto se desarrolla fuera del útero, ya
sea en la trompa de Falopio, en el canal cervical o en la cavidad pélvica o abdominal.
Normalmente, el ovario
libera un óvulo que es Localizaciones del embarazo ectópico
absorbido hacia la
apertura de una de las
trompas de Falopio,
donde es impulsado por
diminutos cilios similares
a pelos hasta que varios
días después llega al
útero. Normalmente, la
fecundación del óvulo se
efectúa en la trompa de
Falopio, pero la
implantación tiene lugar
en el útero. Sin
embargo, si la trompa se
obstruye (por ejemplo,
debido a una infección
previa), el óvulo puede
desplazarse lentamente
o incluso quedar
atascado. El óvulo fecundado quizá nunca llegue al útero y, en consecuencia, se produce un
embarazo ectópico.
Uno de cada 100 o 200 embarazos es ectópico. Por motivos no desmasiado claros, cada vez
resultan más frecuentes. Son factores de riesgo una enfermedad en la trompa de Falopio, un
embarazo ectópico previo, la exposición fetal al dietilestilbestrol o una ligadura de trompas fallida
(un procedimiento de esterilización en el que se corta u obstruye la trompa de Falopio). Los
embarazos ectópicos son menos frecuentes entre las mujeres de raza blanca. En los raros casos
en que una mujer queda embarazada con un dispositivo intrauterino (DIU) colocado, el riesgo de
tener un embarazo ectópico es elevado.
Por lo general, los embarazos ectópicos se desarrollan en una de las de las trompas de Falopio
(embarazo tubárico). Son inhabituales los embarazos en el canal cervical, en el ovario o en la
cavidad abdominal o pélvica. Un embarazo ectópico constituye un riesgo para la vida y debe ser
extirpado lo antes posible. Según algunas estadísticas, 1 de cada 826 mujeres con embarazos
ectópicos muere por complicaciones.

Síntomas

Los síntomas de un embarazo ectópico son pequeñas pérdidas de sangre por la vagina y dolores
abdominales como los calambres, todo ello asociado habitualmente a un retraso de la
menstruación. Estos síntomas se deben a que una vez se produce la muerte del feto, el
revestimiento uterino se expulsa como en un período menstrual normal.
Si el feto muere en una fase precoz, no se producen lesiones en la trompa de Falopio. Si sigue
creciendo, no obstante, pueden desgarrarse las paredes de la trompa y producirse una
hemorragia. Si ésta es gradual, causa dolor y a veces una sensación de presión en la parte
inferior del abdomen debido a la acumulación de sangre. Si la hemorragia es rápida, pude
provocar una reducción grave de la presión arterial e incluso un shock. Típicamente, alrededor de
las 6 u 8 semanas, se siente un dolor agudo e intenso en la parte inferior del abdomen, seguido
de un desvanecimiento. Estos síntomas habitualmente indican que la trompa se ha roto y, en
consecuencia, que se ha producido una hemorragia masiva dentro del abdomen.
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