Sei sulla pagina 1di 4

Equilibrio acidobásico

El grado de acidez es una propiedad química importante de la sangre


y de otros líquidos orgánicos. La acidez se expresa en la escala pH,
en la que 7,0 es el valor neutro, por encima es básico (alcalino) y por
debajo es ácido. Un ácido fuerte tiene un pH muy bajo (cercano al
1,0), mientras que una base fuerte tiene un pH muy elevado (cercano
al 14,0). La sangre es por lo normal ligeramente alcalina, con un pH
que varía entre 7,35 y 7,45.
El equilibrio acidobásico de la sangre es controlado con precisión
porque incluso una pequeña desviación de la escala normal puede
afectar gravemente a muchos órganos.
El organismo utiliza tres mecanismos para controlar el equilibrio
acidobásico de la sangre. En primer lugar, el exceso de ácido es
excretado por los riñones, principalmente en forma de amoníaco. Los
riñones poseen una cierta capacidad para alterar la cantidad de
ácido o de base que es excretado, pero esto por lo general demora
varios días.
En segundo lugar, el cuerpo usa soluciones tampón en la sangre para
amortiguar las alteraciones bruscas de la acidez. Un tampón actúa
químicamente para minimizar las alteraciones en el pH de una solución.
El tampón más importante de la sangre utiliza bicarbonato, un compuesto básico que está en
equilibrio con el anhídrido carbónico, un compuesto ácido. Cuanto más ácido penetra en la
sangre, más bicarbonato y menos anhídrido carbónico se producen; cuanta más base penetra en
la sangre, más anhídrido carbónico y menos bicarbonato se producen. En ambos casos, el efecto
sobre el pH es minimizado.
El tercer mecanismo para controlar el pH de la sangre implica la excreción del anhídrido
carbónico. El anhídrido carbónico es un subproducto importante del metabolismo del oxígeno y,
por lo tanto, es producido constantemente por las células. La sangre transporta el anhídrido
carbónico a los pulmones, donde es exhalado. Los centros del control respiratorio en el cerebro,
regulan el volumen de anhídrido carbónico que se exhala mediante el control de la velocidad y la
profundidad de la respiración. Cuando la respiración aumenta, el valor del anhídrido carbónico de
la sangre disminuye y ésta se vuelve más básica. Cuando la respiración disminuye, el valor del
anhídrido carbónico aumenta y la sangre se vuelve más ácida. Mediante la modificación de la
velocidad y de la profundidad de la respiración, los centros de control respiratorios y los
pulmones son capaces de regular el pH de la sangre minuto a minuto.
Una anomalía en uno o más de estos mecanismos de control del pH puede provocar una de las
dos principales alteraciones en el equilibrio acidobásico: acidosis o alcalosis. La acidosis es un
cuadro en el que la sangre tiene demasiado ácido (o muy poca base) dando como resultado con
frecuencia una disminución del pH de la sangre. La alcalosis es una situación en la que la sangre
posee demasiada base (o muy poco ácido), resultando algunas veces en un incremento del pH de
la sangre. La acidosis y la alcalosis no son enfermedades, sino más bien el resultado de una
amplia variedad de trastornos. La presencia de acidosis o alcalosis suministra un indicio
importante de la existencia de un grave problema metabólico.
La acidosis y la alcalosis pueden ser metabólicas o respiratorias según cuál sea su causa
principal. La acidosis y la alcalosis metabólicas son causadas por un desequilibrio en la
producción y la excreción renal de los ácidos o de las bases. La acidosis y la alcalosis
respiratorias son causadas principalmente por trastornos pulmonares o de la respiración.

Acidosis metabólica

La acidosis metabólica es una acidez excesiva de la sangre caracterizada por una concentración
anormalmente baja de bicarbonato en la sangre.
Cuando un aumento del ácido supera el sistema de amortiguación del pH del cuerpo, la sangre
puede acidificarse. Cuando el pH de la sangre disminuye, la respiración se hace más profunda y
más rápida, porque el cuerpo intenta liberar la sangre del exceso de ácido disminuyendo el
volumen del anhídrido carbónico.
Finalmente, también los riñones tratan de compensarlo mediante la excreción de una mayor
cantidad de ácido en la orina. Sin embargo, ambos mecanismos pueden ser sobrepasados si el
cuerpo continúa produciendo demasiado ácido, lo que conduce a una acidosis grave y finalmente
al coma.
Causas

Las causas de la acidosis metabólica se pueden agrupar en tres categorías principales.


En primer lugar, la cantidad de ácido en el organismo puede aumentar por la ingestión de un
ácido o de una sustancia que al metabolizarse se transforma en ácido. La mayor parte de las
sustancias que causan acidosis al ser ingeridas se consideran venenosas. Los ejemplos incluyen
el alcohol de madera (metanol) y los anticongelantes (etilenglicol). Sin embargo, incluso una
sobredosis de aspirina (ácido acetilsalicílico) puede provocar acidosis metabólica.
En segundo lugar, el cuerpo puede producir cantidades crecientes de ácido a través del
metabolismo. El organismo puede producir un exceso de ácido como consecuencia de varias
enfermedades; una de las más significativas es la diabetes mellitus tipo I. Cuando la diabetes
está mal controlada, el cuerpo descompone los lípidos y produce ácidos denominados cetonas;
también produce un exceso de ácido en los estadios avanzados del shock, formando ácido láctico
a través del metabolismo del azúcar.
En tercer lugar, la acidosis metabólica puede ser la consecuencia de la incapacidad de los
riñones para excretar suficiente cantidad de ácido. Aun la producción de cantidades normales de
ácido puede producir una acidosis cuando los riñones no funcionan normalmente. Este tipo de
disfunción del riñón se denomina acidosis tubulorrenal y puede producirse en las personas con
insuficiencia renal o que tienen alteraciones que afectan la capacidad de los riñones para
excretar ácido.

Síntomas y diagnóstico

Un individuo con acidosis metabólica leve puede no presentar síntomas, aunque por lo general,
tiene náuseas, vómitos y cansancio. La respiración se vuelve más profunda o ligeramente más
rápida, pero incluso esto puede pasar inadvertido en muchos casos.
Cuando la acidosis se agrava, el paciente comienza a sentirse extremadamente débil y
somnoliento y puede sentirse además confuso y cada vez con más náuseas. Si la acidosis sigue
agravándose, la presión arterial puede bajar bruscamente, conduciendo al shock, al coma y a la
muerte.
El diagnóstico de acidosis requiere por lo general la determinación del pH sanguíneo en una
muestra de sangre arterial, tomada habitualmente de la arteria radial en el antebrazo. Se usa la
sangre arterial porque la sangre venosa no proporciona una medición precisa del pH.
Para saber algo más sobre la causa de la acidosis, los médicos miden también las
concentraciones de anhídrido carbónico y de bicarbonato en sangre. Se pueden llevar a cabo
análisis adicionales de sangre para determinar la causa. Por ejemplo, las altas concentraciones
de azúcar en la sangre y la presencia de cetonas en la orina indican generalmente una diabetes
no controlada. La presencia de una sustancia tóxica en la sangre sugiere que la acidosis
metabólica es causada por intoxicación o sobredosis. Algunas veces se examina al microscopio la
orina y se mide su pH.

Tratamiento

El tratamiento de la acidosis metabólica depende principalmente de la causa. Siempre que es


posible, se trata la causa de base. Por ejemplo, se puede controlar la diabetes con insulina o
tratar la intoxicación mediante la eliminación de la sustancia tóxica de la sangre. Algunas veces
es necesario recurrir a la diálisis para tratar casos graves de sobredosis e intoxicación.
La acidosis metabólica puede también ser tratada directamente. Si la acidosis es leve, es posible
que sea suficiente suministrar líquidos por vía endovenosa y tratar el trastorno de base. Cuando
la acidosis es grave, se puede administrar bicarbonato por vía endovenosa; sin embargo, el
bicarbonato proporciona solamente alivio temporal y también puede causar problemas.

Alcalosis metabólica

La alcalosis metabólica es una situación en la que la sangre es alcalina debido a una


concentración demasiado elevada de bicarbonato.
La alcalosis metabólica se produce cuando el cuerpo pierde demasiado ácido. Por ejemplo, una
considerable cantidad de ácido del estómago se pierde durante los períodos de vómitos repetidos
o cuando se aspira el ácido del estómago con una sonda nasogástrica (como se hace a veces en
los hospitales, particularmente tras una cirugía abdominal). En casos raros, la alcalosis
metabólica se desarrolla cuando se han ingerido demasiadas sustancias alcalinas, como el
bicarbonato de sodio. Además, la alcalosis metabólica se puede desarrollar cuando la excesiva
pérdida de sodio o de potasio afecta la capacidad renal para controlar el equilibrio acidobásico de
la sangre.

Síntomas y diagnóstico

La alcalosis metabólica puede causar irritabilidad, sacudidas y contracturas musculares o bien no


causar ningún síntoma. Si la alcalosis metabólica es grave, se pueden producir contracciones
prolongadas y espasmos de los músculos (tetania).
Una muestra de sangre proveniente de una arteria muestra por lo general que la sangre es
alcalina. Una muestra de sangre proveniente de una vena contiene elevados valores de
bicarbonato.

Tratamiento

Generalmente el tratamiento de la alcalosis metabólica consiste en reposición de agua y


electrólitos (sodio y potasio) mientras se trata la causa de base. En algunas ocasiones, cuando la
alcalosis metabólica es muy grave, se suministra ácido diluido en forma de cloruro de amonio por
vía endovenosa.

Acidosis respiratoria

La acidosis respiratoria es la excesiva acidez de la sangre causada por una acumulación de


anhídrido carbónico en la sangre como resultado de un escaso funcionamiento pulmonar o de una
respiración lenta.
La velocidad y la profundidad de la respiración controlan la cantidad de anhídrido carbónico en la
sangre. Normalmente, cuando éste se acumula, el pH de la sangre desciende y la sangre se
vuelve ácida. Los valores elevados de anhídrido carbónico en sangre estimulan las zonas del
cerebro que regulan la respiración, que a su vez inducen una respiración más rápida y más
profunda.

Causas

La acidosis respiratoria se produce cuando los pulmones no expulsan el anhídrido carbónico de


un modo apropiado. Esto puede suceder en las enfermedades que afectan gravemente los
pulmones, tales como el enfisema, la bronquitis crónica, la neumonía grave, el edema pulmonar y
el asma.
La acidosis respiratoria se puede también producir cuando las enfermedades de los nervios o de
los músculos del tórax dificultan el mecanismo de la respiración. Además, una persona puede
desarrollar acidosis respiratoria si está demasiado sedada por narcóticos e hipnóticos que
enlentecen la respiración.

Síntomas y diagnóstico

Los primeros síntomas pueden ser dolor de cabeza o somnolencia. Cuando la acidosis
respiratoria se agrava, la somnolencia puede evolucionar a estupor y coma, que pueden
producirse inmediatamente si la respiración se interrumpe o es gravemente alterada, o en horas
si la respiración es alterada gradualmente. Los riñones tratan de compensar la acidosis
reteniendo bicarbonato, pero este proceso puede requerir muchas horas o días.
En general, el diagnóstico de acidosis respiratoria se establece claramente cuando se analizan
los valores del pH sanguíneo y del anhídrido carbónico en las muestras de sangre arterial.

Tratamiento

El tratamiento de la acidosis respiratoria intenta mejorar el funcionamiento de los pulmones. Los


fármacos que mejoran la respiración pueden ayudar a aliviar a los pacientes con enfermedades
pulmonares como el asma y el enfisema.
Las personas que por cualquier razón tienen un funcionamiento pulmonar gravemente alterado
pueden necesitar respiración artificial mediante ventilación mecánica.
Alcalosis respiratoria

La alcalosis respiratoria es una situación en la que la sangre es alcalina debido a que la


respiración rápida o profunda da como resultado una baja concentración de anhídrido carbónico
en la sangre.
Una respiración rápida y profunda, también denominada hiperventilación, provoca una eliminación
excesiva de anhídrido carbónico de la sangre. La causa más frecuente de hiperventilación, y por
tanto de alcalosis respiratoria, es la ansiedad. Las otras causas de alcalosis respiratoria son el
dolor, la cirrosis hepática, bajos valores de oxígeno en la sangre, fiebre y sobredosis de aspirina.

Síntomas y diagnóstico

La alcalosis respiratoria puede producir ansiedad y una sensación de hormigueo alrededor de los
labios y la cara. Si la alcalosis respiratoria se agrava, puede causar espasmos musculares y la
persona puede sentirse separada de la realidad.
Generalmente se puede llegar al diagnóstico de alcalosis respiratoria con la simple observación
de la persona y dialogando con ella.
Cuando el diagnóstico no es obvio, se puede medir el valor del anhídrido carbónico en una
muestra de sangre arterial. Con frecuencia el pH de la sangre está también elevado.

Tratamiento

Habitualmente el único tratamiento necesario es reducir la velocidad de la respiración. Cuando la


alcalosis respiratoria es causada por la ansiedad, el esfuerzo consciente de retardar la
respiración puede hacer que la situación desaparezca.
Si la respiración rápida es causada por algún tipo de dolor, generalmente el alivio del mismo es
suficiente para que el ritmo respiratorio se regularice.
Respirar dentro de una bolsa de papel (no de plástico) puede ayudar a aumentar el contenido de
anhídrido carbónico de la sangre, ya que se aspira nuevamente el anhídrido carbónico tras
haberlo expulsado.
Cuando los valores de anhídrido carbónico aumentan, los síntomas de hiperventilación mejoran,
reduciendo de ese modo la ansiedad e interrumpiéndose el ataque.

Copyright ©2005 Merck Sharp & Dohme de España, S.A.


Madrid, España. Todos los derechos reservados

Potrebbero piacerti anche