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ROCIANA DEL CONDADO

8 MARZO 2.008
XXIV PREGÓN DE LA SEMANA SANTA
DE ROCIANA DEL CONDADO

“Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero


una palabra tuya bastará para sanarme....”

Quisiera ser en esta noche,


El mejor de los saeteros,
Para con mi saeta cantar
A mi pueblo rocianero,
Lo que significó la Pasión,
Y la Muerte en el Madero,
De este Dios hecho Hombre,
El único Dios Verdadero.

Quisiera ser en esta noche,


El mejor de los costaleros,
Y llevarte sobre mis hombros
Por las calles de este pueblo.
En cada levantá una plegaria,
Y encada pará, un rezo,
Y poder compartir contigo
El mayor de los desprecios,
De cuando fuiste Cautivo
De cuando te llevaron preso.

Quisiera. Quisiera ser esta noche,


El mejor de los Nazarenos,
Y alumbrar el dolor de tu rostro,
Por las calles de este pueblo,
Acompañándote en tu dolor,
Como el mejor de los cireneos,
Y cargar hacia el Calvario,
O el Gólgota, según los Hebreos,
Con el peso de tu Cruz,
Con el peso de tu madero.
Quisiera ser en esta noche,
El redoble de los tambores,
Y pregonar a los cuatro vientos,
La Pasión del Dios hecho Hombre,
Del Dios único y Divino,
Del Dios tantas veces olvidado,
Que dio su vida en la Cruz,
Para redimirnos de los pecados.

Quisiera. Quisiera ser en esta noche,


Tantas cosas, pero no puedo;
Porque no soy tambor,
Ni tan poco costalero,
Ni tan siquiera nazareno soy,
Ni mucho menos saetero.
Por eso… quiero ser esta noche,
Un humilde pregonero,
Que relate tu Pasión y Muerte,
Con mis rimas y con mis versos,
Que es lo único que sé hacer,
O al menos eso intento;
Y para eso yo te pido esta noche,
Que me ayudes desde el Cielo,
Para que no me tiemble la voz,
Dame fuerza en mis adentros,
Y así poder contar tu Pasión…
A este pueblo ROCIANERO.

Reverendo Párroco.
Ilustrísimas Autoridades.
Distinguidas Juntas de Gobierno de las Hermandades de
Penitencia.
Representantes de las distintas Hermandades que hoy nos
acompañáis.
Amigas, amigos, hermanos todos en el amor de Jesucristo y de
su Divina Madre,
Quisiera antes de comenzar mi humilde pregón,
agradecer a las Hermandades de la Semana Santa Rocianera,
mi designación como pregonero de esta noche, lo cual ha
hecho posible el que hoy, me haya sentido con orgullo, más
cofrade que nunca, al tener la oportunidad de hacer de
testigo literario de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, de
tener la oportunidad de con mis versos, presenciar impasible
el prendimiento y cautiverio del hijo de Dios hecho hombre, de
recorrer la calles de Rociana, cargado con el peso de la Cruz
con la ayuda de mi poesía, o de poder consolar a esa Madre
destrozada por el dolor de ver sufrir al que llevó en sus
entrañas.

Y todo ello ante vosotros, mis buenos amigos, en


definitiva ante los cofrades de este pueblo de Rociana, de mi
pueblo, motivo éste de doble satisfacción para el que hoy
quiere ser pregonero de vuestra Semana Santa.

Y como no agradecer a mi presentador, por el calor de


sus palabras hacia mi persona, que me servirán de aliento en
esta noche cofradiera, y que espero humildemente merecer.
Amigo, Eugenio, gracias.

Cuando recibí la invitación, para realizar este pregón,


aunque ya lo hiciera en el año 1.991; sin duda alguna no me
pude negar, porque pregonar a la Pasión, Muerte y
Resurrección de Jesucristo, no solo es un orgullo para cualquier
cristiano, sino que también es una forma de airear los
sentimientos cristianos que todos llevamos en nuestros
adentros.

Para pregonar la Semana Santa. Para pregonar la Vida,


Pasión y Muerte de Jesús, no hay mejor pregón que los
Evangelios, ya que fueron los cuatro Evangelistas, los, nunca
mejor dicho, primeros pregoneros, que incluso arriesgando y
entregando su vida por ello, pregonaron por todo el mundo la
vida y obra del Maestro, la vida y obra de Jesús de Nazaret.

Por eso, para, humildemente, trasladaros esos hechos y


relatos, que cambiaron la trayectoria de este mundo, me voy a
basar y voy a utilizar pasajes de los Evangelios,
entremezclándolos con nuestra Semana Santa, que intenta
año tras año rememorar aquellos momentos de la Vida de
Jesús, que aunque cumpliendo el guión que ya estaba escrito
en las Sagradas Escrituras, fueron y son los momentos
históricos mas importante de toda la humanidad.

Lo primero, para relatar la pasión y muerte de Jesús,


debemos saber donde comenzar, porque según se deduce de
los Evangelios, todo comienza, al menos, cuando la Virgen
María es anunciada de la buena nueva por el Arcángel San
Gabriel, ya que su sacrificio por la salvación del mundo estaba
predestinado, estaba escrito.

Pero en esta noche, nos vamos a centrar en los últimos


momentos de su vida, que es cuando se dirige a Jerusalén
para dar cumplimiento a lo ordenado por el Padre, y que viene
a coincidir con el inicio de la Semana Santa Rocianera, con ese
día de júbilo y gloria del calendario cristiano, como es el
Domingo de Ramos.

Domingo de Ramos, que la mente de este pregonero, le


trae recuerdos de su infancia, cuando desde muy temprano,
mi madre me lavaba y vestía con cariño, haciéndome estrenar
alguna prenda, ya que se solía decir : “Hoy es Domingo de
Ramos, el que no estrene, no tiene manos”.

Del mismo modo, recuerdo cuando mi abuela, siempre


me encargaba el que le llevara una ramita de olivo bendecida,
para colocarlo en la cabecera de su metálica cama, para así
ahuyentar a los “malos judíos”, o cuando yo siempre soñaba
con el poder coger una blanca palma, que aunque no tuviese
mi casa balcón para colgarla, veía como mis amigos al tener
hermanos mayores, si la conseguía, para júbilo y regocijo de
ellos.

Ahora, nos acercamos a ese Domingo de Ramos,


Domingo de júbilo y alegría, donde nuestro pueblo de Rociana,
al igual que hiciera Jerusalén, se engalana y acompaña a Jesús
en su recorrido por las calles del pueblo, portando ramos y
palmas alegremente, por la entrada en procesión.

Es la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalen, la única


procesión instituida por el propio Jesús, ya que Él fue quien,
según nos relata San Mateo (21,1): <<...envió a dos de sus
discípulos, diciéndoles: “Id a la aldea de frente a
vosotros y enseguida encontrareis una borriquilla
atada y con ella un pollino; desatadlos y traédmelos. Y
si alguien os dijere algo, diréis: El Señor lo necesita y al
punto os lo devolverá>>, y continúa diciéndonos que:
<<Pusieron sobre éste los mantos y Jesús montó
encima. Muchos de la multitud tendían sus mantos en
el camino, otros cortaban ramas de los árboles y las
extendían por el camino...>>.

Ya se acerca a Jerusalén,
ciudad santa y bendita,
el que llaman Jesús de Nazaret
a lomos de una borriquita.

¡ Que tropel de gentío ¡,


¡ Cuanto alborozo y alegría!,
despierta en los corazones
de aquella gente sencilla.

¡ Hosanna el Hijo de David ¡


todos a coro le gritan,
mientras ramos y palmas
con mucha euforia agitan,
que es el Hijo de Dios,
el que la ciudad visita.

Cubrid el suelo con mantos,


allá por donde camina,
que es animal sagrado,
aquella noble pollina,
que ya le llevó a Belén
cuando la Virgen estaba en cinta;
y le dio calor con su aliento
en aquellas noches frías,
siempre estuvo junto a El
hasta salvarle la vida,
cuando el tirano de Herodes
emprendió la Virgen la Huida;
y es ese mismo animal
el que vemos en nuestros días,
cuando sale el Domingo de Ramos
el Señor de la Borriquita,
recorriendo las calles de Rociana
acompañado de chiquillería,
que son los jóvenes cofrades,
que son la mejor semilla,
para que en el mañana
hagan grande las cofradías,
y sea nuestra Semana Santa
LA MEJOR DE ANDALUCÍA.

Pero..., que poco dura la alegría y el reconocimiento.

Que pronto la condición humana, cambia la amistad por


la confrontación, la verdad por el engaño, que pronto la
envidia, le gana terreno a la bondad en los corazones; y al
igual que pasa en nuestros días, en que los amigos, se vuelven
enemigos “en menos que canta un gallo”; de la misma forma
todos aquellos que le seguían y le saludaba con euforia y
cariño, fueron los primeros que pedían su muerte y crucifixión.

Y así uno de sus doce discípulos, un tal Judas Iscariote, le


traicionó y vendió por treinta míseras monedas de plata, como
nos relata San Mateos : << El traidor les había dado esta
señal: “Al que yo bese, ese es, prendedlo”, y al
instante se acercó a Jesús y dijo: “¡Salve maestro¡” y lo
besó. Jesús le dijo: “Amigo, ¡a lo que vienes!.

Entonces adelantándose, echaron mano a Jesús y lo


prendieron. Uno de los que estaban con Jesús, sacó la
espada, hirió al siervo del pontífice y le cortó una oreja.
Pero Jesús le dijo: “Vuelve tu espada a su lugar,
que todos los que maneja espada, a espada
morirán.”...>>.

¡Que lección más bonita nos da Jesús!, ¡Que ejemplo más


hermoso!, de ver como, a pesar de que le traicionan, lo
apresan, lo maltratan, lo insultan, Él, en vez de defenderse,
responde con bondad infinita y no solo perdonó en el monte de
Getsemaní, si no que hoy en día, ese Jesús Cautivo y Preso,
nos sigue perdonando, y a pesar de tener sus manos atadas, y
estar coronado de espinas, como nuestro Cautivo, a quien si le
rogamos perdón, El nos perdonará nuestros pecados y cargará
con el peso del sufrimiento que tengamos, aliviándonos
milagrosamente de muchos de nuestros males.

Por eso....,

Cada primer viernes de Marzo,


tres deseos puedes hacer,
al Señor Cautivo y preso,
que uno, te ha de conceder.

Pídelo con fe y devoción,


cuéntale tu dolor y tu mal,
que aun con sus manos atadas
Él, uno te otorgará,
que son muchos los que le piden,
Y a todos tiene que dar.

Señor Cautivo, de mis fervores,


El que me salvaste la vida,
cuando ante ti me llevaron enfermo,
mi madre y su prima,
e implorando tu buen amor,
y con palabras sencillas
te pidieron mi curación
a tus pies, puestas de rodilla.

Por eso, quisiera mi amado Señor,


ser en esta noche golondrina,
y revolotear sobre tu cabeza
para quitarte las espinas,
y poder así pagarte,
el haberme salvado la vida,
cuando oíste a las dos mujeres
a mi madre y a su prima,
como oías a tu Madre,
cuando Ella te pedía.

En esta noche yo también


mis peticiones hacerte quiero,
que sanes ahora a mis padres,
que son mayores y están enfermos,
yo, te lo pido de corazón,
como ellos te lo pidieron.

También te pido me bendigas,


para hacer de pregonero,
y poder transmitir tu vida
con mi prosa y con mis versos.
a estas buenas gentes,
que son gente de mi pueblo.

Y aun me queda un deseo,


también espero que sea otorgado,
es, que a las familias no les falte
el sentimiento cristiano,
y trasmitan a sus hijos
lo que Tu nos has enseñado,
para hacer mejor este pueblo
de ROCIANA DEL CONDADO.

En el prendimiento de Jesús, contrasta la violencia de un


pueblo, con la entrega voluntaria y serena del Hijo de Dios,
que predijo y así se cumplió: “Antes de que cante el gallo,
me habrás negado tres veces”. Ejemplo de cobardía, que
los cristianos practicamos a diario, cuando no defendemos la
verdad de Cristo, ante tantos ataques miserables, que hoy en
día, está sufriendo la cristiandad.

Y tras el castigo psíquico, que produce el abandono, la


negación y la traición; llega el castigo físico, donde Jesús, con
sus manos atadas, es flagelado, ofreciendo su espalda
desnuda e indefensa a los golpes del látigo.

El látigo, que era el instrumento de tortura usado en


aquella época, de tamaño corto, llamado flagellum, estaba
formado por varias tiras de cuero entrelazada, en las cuales se
les ataba en sus extremos, pequeñas bolas de hueso de
carnero, las cuales cuando se azotaba con fuerzas y
repetidamente la espalda de las victimas, causaban desgarros
de la piel y del tejido subcutáneo, llegando a cortar hasta los
músculos, y producían tiras sangrientas de carne desgarrada,
produciendo un tremendo dolor.

Y a pesar de la flagelación tan atroz, tan cruel y


despiadada; a pesar del intenso dolor de la frente, traspasada
por la corona de espinas, que le fue brutalmente colocada
sobre su cabeza, perforando el cuero cabelludo, la frente , las
sienes y parte de las mejillas,; a pesar de todo ello, Jesús
nuestro Señor Cautivo, no pierde la serenidad de su rostro,
aunque de la frente, dolorosamente traspasada, brotaban hilos
de sangre, que al correr por sus mejillas le desfiguraba la cara.

Y es, esa Imagen, creada magistralmente, por las manos


rocianeras, de nuestro imaginero Elías Rodríguez, la que refleja
a la perfección, el abatimiento, la soledad, y el abandono, que
debió sentir el Hijo de Dios, cuando escuchaba a la
muchedumbre, mientras le juzgaban, la terribles palabras de :
¡ Crucifícale ¡, ¡Crucifícale ¡.

¡Benditas sean tus manos!,


que de Rociana hubo de ser,
Benditos sean tus sentimientos
porque supiste poner,
realidad en el sufrimiento,
como refleja su tez.
Y todos podemos admirar,
los Miércoles al anochecer,
cuando del templo sale atado,
para las calles recorrer,
ese rostro cuando oía:
¡Crucifícale! , ¡Crucifícale!.

Por eso dime tu buen amigo,


por eso, dime tu imaginero,
que sentiste cuando hiciste
al Cautivo de nuestro pueblo;
Que aunque es difícil esculpir
y obtener una imagen de un madero,
mas difícil es dotarla,
de vida y de sentimientos,
como tu has sabido hacer
con tus manos y con tus dedos,
que imitando a Dios Padre,
al principio de los tiempos,
cuando de un trozo de barro
hizo al hombre, cual imaginero.

Por eso quiero homenajearte,


por el Cristo que nos ha hecho,
y quiero decirlo muy alto
pa que se entere el mundo entero:
“que quien te hizo es de Rociana
y es Elías Rodríguez “el del Sanjuanero”

Lentamente, como su agonía, se aproxima el Viernes


Santo, cuando el sol se izaba hacia lo alto, cuando a Jesús le
cargaron sobre su espalda el patíbulum o travesaño horizontal
de la Cruz.

Extenuado por la terrible noche de cautiverio, las


bofetadas, la flagelación, con los ojos enrojecidos de llanto
contenido, desfigurado por la sangre y el sudor, su hermoso
rostro se iba deformando.

En su espalda, se le pegaban las vestiduras en las llagas


producidas por los terribles latigazos, lo cual aumentaba su
martirio. Las piernas sentían el cansancio y la fatiga, y se
doblaban bajo el peso de la Cruz.
El dolor de las espinas le vencía, humillando su rostro; su
respiración era agitada, y así avanzaba con una marcha
autómata, como consecuencia de la rigidez muscular.

El corazón, aceleraba sus movimientos, la sangre apenas


depuraba el oxigeno necesario, que junto a la fatiga y a la
sofocación, le obligaba a inspirar mas cantidad de aire para
poder oxigenar mejor la sangre. Pero al entrar más aire en los
pulmones, la laringe se iba cerrando, el pecho se ensanchaba
y el vientre se contraía para ayudar la respiración, pudiéndole
producir a su organismo ya debilitado, incluso la muerte.

Jesús, sudoroso y fatigado, bajo el peso de la Cruz, cae al


suelo una y otra vez, hasta tres veces, mientras continúa
caminando hacia el Gólgota, por calles angostas y retorcidas,
debiendo salvar una pronunciada pendiente en la cercanía del
monte Calvario, y es cuando se siente sin fuerzas, por las
torturas recibidas, y en su mirada preñada de dolor, comienza
a vislumbrarse la sombra de la muerte.

..... ..... ..... .....

En nuestro pueblo, también queremos rememorar ese


largo caminar, de Jesús, camino hacia la crucifixión, a lo largo
de la calle Amargura, de nuestra calle Amargura; por donde
transcurre las imágenes de Nuestro Padre Jesús Nazareno y
Maria Santísima de los Dolores, con sus mejores atributos, con
una belleza sin igual, ya que gracias a un puñado de buenos y
anónimos cristianos, hacen posible revivir aquellos momentos
de la vida de Cristo.

Este es el caso de los que no se ven, porque acuden fuera


de horario, este es el caso de esas personas, que hoy nos
acompañan y en el silencio de la noche, hacen posible el que
veamos el Altar adornado, el que los pasos salgan o que brillen
los varales. Y ellos, como duendecillos, como Ángeles en la
tierra, sin escatimar esfuerzos, entrega su anónimo sudor
desinteresadamente, para que los demás nos sintamos mas
cerca de la Pasión y Muerte de Jesucristo, al contemplar la
belleza y dulzura que nos enseñan las imágenes.
Ellos son, los miembros de la Junta de Gobierno de las
distintas Hermandades y algunos que otros cireneos, que les
ayudan a soportar la dulce, pero pesada carga, de hacer
posible, que nuestra Semana Santa cada vez brille mas por su
belleza y seriedad.

Y gracias a ellos, nos aproximamos a otro de los días mas


grande de nuestra Semana Grande, nos aproximamos al triste
y enlutado Viernes Santo. Un viernes Santo, que año tras año,
nuestra Hermandad Sacramental, se esfuerza que sea un
Viernes de superación cristiana....

Viernes Santo de Pasión,


Viernes triste y doloroso,
Viernes esperado y lloroso,
Viernes de Pasos y amor.

Viernes Santo Rocianero,


noche fría y silenciosa,
donde se agolpa todo un pueblo
para ver de forma ansiosa,
la salida desde el Templo
de las Imágenes Dolorosas.

Salida llena de emoción,


donde el bullicio se hace silencio,
donde la curiosidad, admiración,
de ver entre humos de incienso
y al compás del tambor,
avanzar hacia la puerta
a Cristo Redentor.

Mecen a nuestro Padre Jesús,


al que llaman Nazareno,
cargado de su pesada Cruz,
unos jóvenes costaleros,
que hacen de las trabajaderas
duros y fuertes maderos,
para imitar en esta noche
a Simón de Cirineo.
Mientras,....
la noche se va cargando,
de devociones y sentimientos,
se entremezclan los olores
de los claveles del ornamento,
con la fragancia del azahar
de los árboles placederos,
y el silencio se hace murmullo
a lo largo del sendero,
por el que Jesús sigue su marcha
cargado con su madero;
mientras se oye una danza
de pasos cortos y rastreros
que vienen meciendo las varas
del palio de terciopelo,
de la Virgen de los Dolores,
la Madre y Reina del Cielo,
la Virgen y Madre de todos,
¡Orgullo de los Rocianeros!.

Y camino del Calvario.........

<<cuando lo conducían, echaron mano de un cierto


Simón de Cirine, que venia del campo, y le cargaron la
cruz para que la llevara detrás de Jesús.>> Nos relata
San Lucas (23,26-29), <<Le seguía una gran multitud del
pueblo y de mujeres, que se golpeaban el pecho y se
lamentaban por El. Jesús se volvió a ellas y les dijo:
“Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien
por vosotras y por vuestros hijos, porque vienen días
en los que se dirá: Dichosas las estériles y las entrañas
que no engendraron y los pechos que no
amamantaron”>>.

Y mientras ese día, está llegando; en nuestro pueblo la


procesión sigue por la calle Amargura, bonito nombre que
encierra en su etimología, la esencia de la Pasión de Jesucristo,
y así....

La noche va avanzando,
y al filo de la madrugada,
se escucha un duro golpe
anunciando una descansada,

y queda el paso inmóvil,


más no la Virgen Amada,
que observa como llora
una mujer desconsolada.
“¿Por qué estás tan triste,
mujer.... tan apenada,
si tu no eres Magdalena,
no eres judía, ni samaritana?
¿Qué es lo que imploras
con tantas ansias, con tantas ganas?”

¡Ay! Virgen de los Dolores,


Madre de Jesús El Nazareno,
escucha Tu mis plegarias
y atiende mis deseos.
Tu que sabes lo que duele
cuando a un Hijo crucifican,
salva, ¡Por Dios! al mío
que con drogas martirizan;
unos judas traidores,
que por una monedas trafican,
con la vida de los jóvenes
que se drogan y que se pinchan.

¡Ay!...que pena Virgen de los Dolores.


¡Ay!...que pena Madre mía,
si a tu Hijo lo mataron
y resucitó al tercer día,
el mío aunque vive,
muerto lo tengo en vida.
Y por eso te pido Madre
que implores al Nazareno,
para que protejas a los jóvenes
de este calvario terreno,
y a las madres como yo,
mándanos el consuelo,
para seguir soportando
este, nuestro duro madero.

Y mientras tanto, el cortejo sigue su marcha, para


encaminarse al Gólgota.

Las caídas, que según la crónica, fueron hasta tres, se


suceden una tras otra, ante la mirada impotente, ante la
angustia contenida, de una Madre; que ni tan siquiera le dejan
acercarse a su hijo, para intentar consolarle en los últimos
metros de tan horrenda subida al monte Calvario.

Os imagináis mujeres, cuanto no debe ser el Dolor, que


debe sentir una Madre, ante tan incruento espectáculo de ver
padecer a su Hijo inocente, por culpa de la ceguera de un
pueblo, que le traicionan, que le insultan, que le linchan, que
lo coronan espinas, que le escupen y que le llevan a la muerte
mas sangrienta de crucificarle vivo; y tan solo ha cometido el
“delito” de traernos la salvación eterna.
Pensad en ello, madres de Rociana, y será entonces
cuando comprenderemos el por qué, la talla de nuestra Virgen
de los Dolores, lleva ese puñal clavado en el corazón; que no
es de acero como aparenta, si no de indignación, de
impotencia, de resignación y sobre todo de dolor. Como su
nombre indica: DOLOR DE MADRE....MADRE DE LOS DOLORES.
Dolor que se va derramando, por las calles de nuestro
pueblo, en la procesión del Viernes Santo, cuando....

Las filas de penitentes


con sus capuchas a la cabeza,
van marchando lentamente
formando largas hileras.
Mientras los fieles contemplan
al doblar de una esquina,
como Jesús dobla la cara
para ver que se le avecina,
su Madre con una daga clavada
que tras El, llora y camina.
“Madre tu no me llores
porque me veas maltratado,
que por orden de mi Padre
tengo que ser crucificado,
para limpiar a este pueblo
de sus múltiples pecados”.
“Hijo yo no lloro, porque se
para que te he engendrado,
si no lloro por no entender
el que no hayan escarmentado;
y siguen dándome sufrimientos
cuando pecan a diario,
como si quisieran volver
a crucificarte en el Calvario;
cayendo en nuevas tentaciones
crean un nuevo itinerario
para hacerte recorrer
con tu pesada cruz cargado,
las calles de este cristiano pueblo
de ROCIANA DEL CONDADO.

Todo lo dicho hasta ahora, no habría sido posible, sin la


participación activa, de los que, llegada la Semana Santa,
ponen en movimiento nuestros pasos procesionales, para
realce de sus titulares y dar vida en su caminar por las calles
de nuestro pueblo, a las bellas imágenes de la Entrada Triunfal
de Jesús en Jerusalén, del Señor Cautivo, de Nuestro Padre
Jesús Nazareno o de Maria Santísima de los Dolores.

Sin duda alguna, me dirijo hacia vosotros....


COSTALEROS.

Que en esas noches de ensayo, me habéis recordado


aquellos tiempos de mi infancia, cuando se acercaba Mayo,
entrada la primavera, los niños de mi calle, al igual que os de
otras muchas, utilizando un cajón de madera, unos clavos
enderezados y algunos palos de escoba, hacíamos nuestros
pasos, engalanábamos y adornábamos con papel de
chocolate, con geranios, con cadenetas pegadas con harina y
pétalos de rosas, y así sacábamos orgullosos nuestras cruces
de mayo, portándolas a hombros.
Ahora, esos niños de ayer, los habéis convertido en
jóvenes de hoy y hombres del mañana.

Y para ello, habéis tenido que trabajar duramente, habéis


tenido que ensayar noche tras noche, mientras Rociana
dormía.

Y a pesar de que todos vosotros, habéis tenido que


atender vuestro trabajo o vuestros estudios durante el día, no
os han faltado nunca las fuerzas para cargar los pasos en las
largas noches de ensayo, al son de las marchas procesionales
que emanaban del radio-casette.

Vosotros, que por vuestro tesón, conocéis donde se


estrecha la calle, donde está el umbral o donde se encuentra
el socavón.

Vosotros, que hacéis de vuestra obediencia, el mas firme


de los votos, para atender con disciplina la orden del capataz,
que como vosotros también se entrega, en la dura tarea de
hacer nuestra Semana Santa.

Y no solo para poder estar mas cerca que nadie de la


Virgen o de Jesús, tenéis que sortear los envites del amigo que
os quiere apartar de tan ejemplarizadora empresa, si no que
muchos de vosotros, habéis tenido que disimular el dolor que
produce las trabajaderas, ante vuestras madres, para que ella,
anteponiendo ese cariño maternal, no os quite las ganas de
ser costalero.

Por ello, porque vosotros, conocéis ese amor y ese cariño


que vuestra madre os profesa, lo aplicáis a la Madre de todos,
meciéndola sobre vuestros cuellos, con la misma ternura que
vuestras madres os mecían cuando erais pequeños.

Atrás, habéis dejado horas de sueño por las calles de


Rociana, cuando formando un racimo de veintitantos
corazones, ensayabais las levantá, era entonces cuando
enseñabais a ser buen cristiano, a los que, aunque por
curiosidad, se acercaba a vosotros, y veían en ustedes a
auténticos cirineos de alpargatas blancas, que obedientes a la
voz del capataz, y en el mas absoluto silencio, conseguíais dar
vida a la Pasión de Jesús, provocando emociones bajo las
canastillas y haciendo de vuestro sudor, penitencia por todos
nosotros.

Para ello, un buen puñado de jóvenes rocianeros, habéis


preferido dejar las muchas tentaciones que para la juventud
existen hoy en día, y habéis cambiado el lenguaje de la barra
de los bares o de los botellones, por el lenguaje firme y seguro
del capataz, que este año sonará con mucha mas fuerza y con
mucho mas cariño en los corazones de todos nosotros, porque
a ese capataz que hoy desde el cielo se asoma, para oír este
pregón, le tenemos que ofrecer la mejor de las levantá, para
subir hasta donde él está, las imágenes de su Semana Santa, y
que sea él, el que a golpes de llamador haga andar nuestros
pasos por las calles de Rociana..... ¡Va por ti Manolo!:

( tres golpes...)
Tres golpes rompen el silencio.
Tres llamadas de atención.
El capataz nombra: Secretario,
con una fuerte y seca voz.
¿Qué quiere?, contesta éste
que espera la instrucción
de todos por igual... ¡Valientes!
y todos a un mismo son,
oyen, ¡Al cielo con Ella!
¡A éste! (golpe)
y hasta el cielo se subió,
a la Virgen de los Dolores
Madre de nuestro Redentor.

Y tras la levantá....
desde dentro gritan: Adelante,
y después un fuerte...¡Ya!,
que es la orden que indica
el momento de marchar;
unas veces a paso nana,
otras veces de picar.
Hasta que llegan a una esquina,
donde hay que maniobrar,
y de nuevo se escucha fuerte
la voz del Capataz,
que indica a los costaleros:
Izquierda adelante, derecha atrás.
Y vamos que se nos va el Nazareno
tuyos son chiquillo,
vamos hacia delante...¡Ya!
y el paso sigue su marcha
con una gracia sin igual,
que los costaleros de Rociana,
están hartos de ensayar,
y tan solo piden a cambio,
que le acompañemos en su caminar
para que de su ejemplo aprendamos
a querernos de verdad.

Y antes de entrar en el templo,


donde todo el pueblo espera,
el regreso de sus imágenes
de la procesión callejera,
hay que parar a la Virgen,
mientras van llegando las velas,
para hacer, la mejor de las levantas,
en el porche de la Iglesia,
que va dedicada al Capataz,
al que los costaleros recuerdan,
mientras se escucha una fuerte voz
que dice “AL CIELO CON ELLA”,
y preguntaran todos: ¿quién es el que manda?,
que resuena en las estrellas.
Soy yo, ¿no me conocéis?
el que por vosotros vela,
el que tantas noches os ha guiado
por las calles rocianeras,
soy, vuestro amigo y capataz
¡ MANOLO TRIGUERAS ¡.

La pasión de Cristo continua, aunque no así, nuestra


Semana Santa Procesional; pero que esperamos que muy
pronto podamos disfrutar contemplando otras estaciones de
penitencia y gloria.
Y continuando con la Pasión y al llegar al Gólgota, Jesús
fue despojado de sus vestiduras, lo tendieron en el suelo, le
extendieron sus brazos sobre el travesaño horizontal de la
Cruz. Luego, le colocaron unos clavos, a nivel de las muñecas
y con unos golpes secos y expertos, la punta del clavo se abrió
paso entre los tendones, huesos y vasos sanguíneos.

Probablemente, el clavo, rozaría el nervio mediano, uno


de los mas sensibles del cuerpo, provocando un dolor
insoportable.

Llegaba entonces la parte mas difícil de la crucifixión, que


es elevar el travesaño horizontal, con la victima clavada en él,
ayudándose con cuerdas y encajarlo en la hendidura del palo
vertical de la Cruz, previamente clavado en el suelo.
¿Os imagináis el sufrimiento tan atroz que le debió
ocasionar la intensa sacudida, en el momento de la elevación?
¿Os lo imagináis?.

Sin duda, deberían ser verdugos expertos, ya que de no


ser así, era probable que el crucificado se desgarrara de sus
clavos, y así entre varios soldados lo alzaron, hasta ponerlo
sobre un saliente de madera colocado entre las piernas ,
sirviendo de asiento para los muslos de la victima, y evitar que
el peso del cuerpo colgado, provocara una muerte inmediata
por asfixia.

Los pies, también se acostumbraba a clavarlos al madero,


para lo cual se usaban largos clavos de entre 13 y 18
centímetros de longitud con cabeza cuadrada, que se abría
paso entre los huesos del pié a golpes de martillazos.

El mayor efecto producido por la crucifixión, era la


dificultad para la respiración normal, sobre todo la espiración,
al mismo tiempo, de que se producía un estancamiento de
sangre en las piernas, y una falta de riego sanguíneo en el
corazón y el cerebro. Pero a pesar de ello, a pesar del inmenso
dolor, Él pudo hablar y perdonar y dijo: “Padre perdónalos,
porque no saben lo que hacen”.

La deshidratación, la fiebre, la sed y las convulsiones,


junto con el continuo ascenso y descenso sobre la Cruz, que
hacía que las heridas de los latigazos se abrieran por el roce
de la espalda con el madero, le producían una terrible agonía,
que le conduciría finalmente a la muerte.

Y así, pasaron tres interminables horas, en el Calvario,


hasta cerca de la hora nona, cuando Jesús gritó con gran voz:

“Eloí, Eloí, lamá Sabactaní”

“Dios mío, Dios mío ... ¿Por qué me has abandonado?

El sol se apagó, la tierra tembló. Y Jesús, con voz fuerte,


dijo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.
Dicho esto, inclinó dulcemente la cabeza y expiró.
¡Ay olivos milenarios, que fuisteis
en Getsemaní testigos.....!
¿Dónde están los que cortaron ramos
que se agitaban el domingo?
¿Donde están los que aclamaban
al Nazareno bienvenido;
y los que allí prometieran
defenderle de sus enemigos?

¿Dónde están aquellos? cuando


ante su pueblo es mostrado,
ese pueblo que el domingo
recibiera con palmas y ramos.
con palmas de alegría
y ramas de olivo centenario,
al que decían: Nazareno,
"Rey de Reyes" proclamado.....;
¡Ay! pueblo que en sólo unos días
de Cristo se había olvidado!.
y piden a voces “Crucifícale”
cuando le juzgaba Pilatos,
sentenciándole a la Cruz
allá en el Monte del Calvario.
Donde tres cruces habían erigido
en el Gólgota para su tormento,
cuando a la hora nona,
Cristo diera su último aliento.
Y para anunciar su muerte,
Tres truenos son los que revientan.
Tres relámpagos que ciegan
cual trallazos de tormenta.
un seísmo sacude fuerte
las entrañas de la tierra,
con temblores que estremecen
y el aire de azufre llenan..........,
hasta convertir el fuego
en ceniza que no quema.

Y el sol ocultó su luz,


y lució un brillo negro,
en señal de la vergüenza,
que le hizo pasar el pueblo,
y rendir homenaje a aquel
que en la Cruz había muerto,
y así mostraba su tristeza,
así su llanto, y su duelo.
Y envuelto en sudarios,
le bajan los suyos del madero,
para llevarlo al sepulcro,
donde estuvo "enterrado" El Maestro,
custodiaban le unos guardias,
en el Santo Sepulcro pétreo,
mientras que los tres maderos
permanecían en el monte quietos,
se producía el misterio
de solo estar tres días muerto.
Mientras....
El ruido se acalló en el campo.....,
reinaba un sobrecogedor silencio
que envolvía las besanas,
los caminos y los cerros,
y hasta las amapolas
se incorporan también al duelo,
y su corazón de flor roja
lo tiñen de luto negro,
para hacer juego el color
con la pena que lleva dentro.

Solo son tres días los que tarda


la Vida en volver de nuevo.
Así lo anuncian trompetas
desde lo alto del cielo,
y le acompaña tambores,
con ruido de gran estruendo,
que anuncia que ha resucitado
Jesús de Nazaret ... El Maestro,
¡ Aleluya, Rociana… aleluya ¡
¡Cristo vive, ya no está muerto!.

Nada mas y muchas gracias.

Rociana del Condado, 8 de Marzo de 2.008.

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