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La chimenea chispendale

Pasea de un lado para otro como un hamster sin ruedita, dando zancadas de roedor y
esparciendo un terrible olor a mierda por todo el living-room, el olor a la mañana se
hacia persistente, abría las ventanas para que la brisa del río disipara la nube pestilente,
pero curiosamente no pasaba la baranda del balcón.
Así que durante largos cavileos en los cuales el olor cedía en una tregua, El pensó
“Si saco la leña y en el tiraje pongo un potente extractor, puedo sentarme a pensar mis
maldades, en la chimenea, apestando todo el barrio”.

Este olor a mierda lo había acompañado desde muy chico, unos siete u ocho años más o
menos. La primera vez que apareció, fue en el templo, donde se puso a odiar a Sara y a
sus sedosos rizos negros, la miraba con insistente maldad, hasta que empezó a sentir un
tenue olor a mierda, y el pensó:
- al gordo Adri se le escapo un pedo, que por el pernicioso efecto de la gravedad fue a
parar al piso de la sinagoga jajaja se rió en secreto.
Los presentes como suele pasar en estos casos, se miraban los unos a los otros un poco
inquisitivamente, pero el olor no abandonaba la instalación
Finalmente el rabino se cayó y todos huyeron de ese soretillo en aerosol, tan raudamente
como pudieron.
Miguelito, y su familia caminaron hacia el auto, cuando inclino la cabeza para
acomodarse en el asiento trasero, la mamele vio con asombro como tenia el quipa
manchado de caca y se percato que el olor venia de ahí.
Como era una señora decidió dejar el particular en el ámbito domestico, se subió al auto
y bajo la ventanilla, amablemente le sugirió a su hijo que se sacara el quipa, lo enrollo y
lo metió en la guantera antes que lo viera su marido.
Siempre le oculto cosas hasta las más inocuas, porque los secretos la hacían sentirse
poderosa.
En la casa, la mama alcanzo a su hijo que osaba escaparse del interrogatorio, lo
persiguió hasta el dormitorio, detrás de la puerta shap de olor a mierda, golpeó su cara.
- Que olor que te pasa, Miguelito estas descompuesto.
- No mama solo me duele la cabeza.
- Pero donde? Y se le iba acercando con sus garras prensiles de mama
demandante y tirana. Déjame ver.
- Y ahí estaba en el medio de la cabeza un redondelito sin pelo una especie de
tuje chiquito, un ojetito, donde se asomaba un pequeño sorete
La mama atónita sin saber que hacer se rió ante la inesperada deformidad de su hijo.
- Tiene un tujes en la cabeza y no podía parar de reírse.
- Miguelito bajo la mirada con la intención de ocultar sus lagrimas, y movió la
cabeza y su primer soretito se resbalo en picada desde la coronilla.
La mama estallo en una carcajada.

Día a día la situación empeoraba y nadie quería acercarse a Miguelito, solo por miedo
de terminar con un camafeo de mierda o algo peor.
Toda esta nueva dinámica de su vida lo ponía de un humor terrible, y comenzaba con
sus pensamientos lúgubres de estrategias retorcidas y automáticamente los soretes
empezaban a caer copiosamente con ritmo propio, el olor era cada vez más insoportable.
Así que su mama empezó a concebir algunas soluciones. Primero le hizo un gorrito con
una bombacha de goma que había quedado de la abuela, porque la abuela también se
cagaba, pero no resulto los chicos en la escuela se burlaban y era peor, eso activaban los
pensamientos malditos de Miguelito y la gorrita a duras penas le duraba un par de horas.
La mama era perseverante y no se daba por vencida pero cada solución era más ridícula
que la anterior y menos efectiva.

A los 21 años decidió ir a Paris para festejar su mayoría de edad, pero siempre a la
sombra de su problema, que lo había acompañado todos estos años.
Entonces tomo en serio el consejo que su mama le, y consulto con un proctólogo.
El medico era otro judío, regordete, parecía una garrafa, pero para no quedar fuera de
tono con su nueva amante, se había sometido a ejercicios extenuantes, y ahora mas feliz
se había transformado en un elegante matafuego.
Miguelito se sentó en la camilla, y el medico cuidadosamente le saco su gorrita que
ahora era de hule y vio el tupecito azorado.
_ Miguelito, como sabrás, me llamo tu mama y me contó todo, parece una cosa
increíble, por eso me fascino el caso. A raíz de eso hice unas ínter consultas con unos
psiquiatras, ya que no hay ninguna molestia física, es solo un culito adicional que se
activa con tus malos pensamientos y empieza a cagar.
La teoría que tienen después de examinar exhaustivamente las muestras.
- Que muestras Doctor
- Los soretes Miguelito. Esbozaron la teoría siguiente;
Dicen que el ortito es una defensa natural de tu cerebro que no para de crear situaciones
ridículas y desagradables en tu afán de poder controlar a los demás. Por lo tanto no
existe cura alguna.
- Pero no me pueden cerrar el culo.
- No eso seria imposible, en dos horas más o menos, según la velocidad y la
intensidad de tus pensamientos, estallarías.
- Y entonces Doctor que sugiere
- En el ínter consulta llamamos a una costurera y te hicimos una boina francesa
con una bolsa de colostomia, espera te voy a mostrar hermética así que no sale el
olor. Supongo que este inconveniente habrá retrasado tu debut sexual.
- Si un poco, pero miro porno y me meto un dedo en cada culo y se me pasa.
- Ah entonces te pones mas contento “que puto con dos culos” jajajaja,
En medios de sus risotadas, se percató de la mirada odiosa de Miguelito.
- Perdón querido, tienes razón sobre que tienes dos ortos yo te digo puto, perdón
eso fue muy poco profesional. Seguí contándome.
- Yo en realidad quisiera algún medicamento con el cual pudiera controlar mi
segundo culo a voluntad. Aunque sea experimental.

- Que interesante, vamos hacer algunos estudios más, pero como curiosidad
medica, si vos no te opones.
- No doctor, pero me pagan por el experimento? Ya que soy tan raro.” Y noto
como el doctor quedo entre atónito y exaltado, no sabía muy bien si era por el
olor o por que la demanda lo tomo desprevenido.
- Si no creo que haya problema, voy a hablar con la publicación médica.
- El doctor se acerco y no pudo disimular una arcada, pero ajusto la boina
improvisada. Bueno ya esta le dijo, si no empiezas a odiar a nadie tiene cuatro
horas de duración, Ahora te sugiero, antes de embarcar te hagas una enema.
- Pero en cual culo doctor
- En el de la cabeza, después te pones la gorra y te tomas dos de estas que te voy a
recetar, así dormido no piensas.
- Ah doctor, pero cuidado cuando sueño también me cago.
- Definitivamente es un caso único.

Desembarco en De Gulle subió a un taxi y viendo Paris sentía una envidia terrible de
los parisinos y su cabeza se hacia pesada con sus pensamientos materializados. Y en ese
momento se le ocurrió la idea, al ver el turbante del chofer hindú.
Ya en el hotel se hizo unas enemas Paris lo perturbaba esa envidia excitaba su culito
auxiliar. Así que desempaco y saco la enema y puso manos a la obra.
Sintió alivio y salio a caminar, pero nuevamente empezó el tormento, así que
saco su celular del bolsillo y llamo taxista hindú, mientras esperaba. En unos pocos
minutos apareció el indio, con su turbante, y los daditos de piel banboleantes en el
espejo. Los daditos con un hindú estaban más desubicados que culo en la mollera.
Trato de distraerse, para aminorar su actividad anal, entonces recordó de alguna
conversación que en la india había olor mierda y curry y también recordó el turbante del
chofer y pensó que era una buena combinación estaría en un habitab natural por así
decirlo.
Olor a mierda y turbante menos cosas que odiar, pero le asalto una pregunta, que iba
hacer todo el día sino podía odiar a nadie, en que ocuparía su tiempo. Miro por la
ventanilla y vio otra vez Paris y sintió las contracciones en su cabeza. Decidió
distraerse y trato de auto-hipnotizarse mirando el bai-ben de los daditos de piel y pensó
- Que hace un hindú en Paris con unos daditos de negro yanqui. Asíl que le
pregunto?
- De donde saco esos daditos? Le pregunto en su francés deficiente
El taxista no entendió y probó con sus ingles con acento confundible.
- What did you say.
Finalmente se entendieron, entonces el hindú giro la cabeza levemente distrayéndose
del tráfico y le contó.
Un día recogió un negro de dos metros con una botita de yeso, en el aeropuerto. El
negro parecía un buen tipo, ocupaba casi todo el taxi, sus rodillas se le calvaban en el
asiento, porque no entraba en el Peugeot.
- Imagínese yo en un taxi en Paris levanto cualquier tipo de persona, veo de todo,
pero este me llamo particularmente la atención.
- Por que
- Era tan descomunalmente grande y parecía tan triste e indefenso que me
conmovió. Así que trate de consolarlo y empezó a contar que había jugado
NBA y no iba a poder jugar mas
- A por la quebradura? Le pregunte.
- Que quebradura?
- Pero no tiene la pierna enyesada?
- Ah no es mentira ahí transporto unos retrovirales experimentales para mi amigo
que tiene el ninja. Por eso estoy triste y porque me echaron del equipo.
- Que paso?
- Tenia un pendejito que me cojia de vez cuando y le daba unos pesos. Pero se
empezo a poner pesado y venia todos los días a la puerta del estadio a reclamar.
- Ah pero lo echaron por puto?
- No realidad me echaron por miserable y no pagarle al pendejo.
- Por miserable se quedo sin nada, eso para nosotros se llama karma.
Y parece que la teoría del Karma lo movilizo y me dejo los daditos de propina. Sr.
Llegamos al aeropuerto.

En nueva Delhi era todo un caos nadie se percato de su turbante trucho ni de la hilacha
de goma de la bolsita de colostomia, hacia tanto calor que a pesar de los esfuerzos del
doctor en la confeccion el olor se escapaba igual, la buena noticia era que a nadie le
importaba.
Sigue caminando y ve como unas mujeres hindúes juntaban bosta de vaca y le llamo la
atención, y pensó.
- Nadie sabe mas de mierda que estos tal vez le hayan encontrado una utilidad,
Con asombro ve como llevan la mierda de vaca a un gran fogón y la empiezan a quemar
como si fuera leña, ah el olor a quien podría importarle.
Pensó que podría vender su mierda también, pero nadie tiene un mango, y amargamente
decidió que ese era el precio de mercado por sus pensamientos.
- Y si son unos pensamientos de mierda y se rió.

Volvió a pensar en la mierda de vaca y empezó a organizar en su cabeza el negocio,


recordó al tío Samuel con su pala mecánica en Moisés Ville pensando en la factibilidad
de incorporarlo al negocio en gran escala así como sorete en pala.

El paseaba por nueva Delhi aunque no le gustaba del contexto de pobreza exótica, del
cual el no podía disfrutar, era un tipo tan unidimensional y monotematico,y el meollo no
era el hoyo de su culo accesorio sino ese gran resentimiento de ser el nada en todos
lados, y pensándolo bien ese ojete complemento de alguna manera, lo diferenció, claro
que era un ojete con cabeza, pero mejor que nada.

Camino con su turbante trucho donde se asomaba tímidamente un pedacito de la bolsa


de colostomia, pero ahí estaba libre quien se iba a fijar en eso.
Estaba tan lejos de todo que no había nada para odiar ni envidiar, con quien se iba a
medir a nadie le interesaba ni por una mínima curiosidad zoológica. Así que decidió
regresar, con las manos vacías y su tujecito lleno

Decidió olvidarse de todo y poner manos a la obra en la refacción de la chimenea que


iba a obrar como un dispenser de sus vapores nauseabundos.
Hizo unas llamadas, consiguió unos albañiles y el mismo dirijo el proyecto no era
necesario que nadie se enterara.
Arranco un pedazo y calculo tenia que entrar su sillón chispendale aunque discordante
con el resto de su decoración, se sentía cómodo le daba una sensación de poder
refinado, pero en realidad el sillón amenazante con las patas abiertas que terminaban en
garras características del estilo llenas de dorado parecía una puta barroca y también
amenazante con sus garras agresivas, pero eso le gusto, ya que el con su bombachita de
goma por sombrero, solo despertó burlas y una huidiza compasión.
Tomo las medidas, probó y entro justo como quería, volvió a sacarlo y les dijo que
pusieran el extractor para reforzar el tiraje-
Camino por la amplia sala dando zancadas, con su patas de ñandú geriátrico. La sala de
la tía Rebeca, pensó.
Los albañiles trabajaron con total presteza y dedicación, en un santi amen terminaron el
tiraje de la chimenea, y pusieron el extractor solo faltaba acomodar el sillón y probar.

- Mire don la chimenea ya esta lista quiere venir a probar?

- Si, por favor traiga el sillón y colóquelo ahí debajo del extractor.

Así lo hicieron y lo colocaron en el lugar señalado donde el extractor podía succionar


todo ese vaho asiático y esparciéndolo por el barrio arruinando asados, y contaminando
cualquier tipo de actividad social y placentera de los vecinos, pensó riéndose con sus
dientes gastados de castor desdichado, que su culito inquieto haría su trabajo
convirtiendo a Alberdi en un pozo ciego.

Se sentó en su trono y empezó a pensar en toda la gente que lo ignoraba en las mujeres
con las que podía ni soñar, y la facilidad que tenían otros de salir con la mina que
quisieran y entrar a algún lugar que todos se percataran de su presencia, y se vio el
sentado a un lado con su  patética bombacha en la cabeza mirando un espectáculo del
cual no podía participar.

Entonces se saco la bombacha  y arrojo su patético sombrero muy lejos del hogar y
prendió el extractor a su máxima potencia la bolsita estaba cargada así que cayo una
cascada de soretes así como bucles de Shirley temple afro.

De la chimenea empezó emanar un vapor con olores nauseabundos y todos los


dispuestos a comer su asado dominguero tuvieron arcadas

El ruido del extractor tapaba su risa de hiena enferma e imaginando  las mesas con
platitos de madera y ensaladas y parrillas humeantes exitadoras de apetito ahora
bendecidas con los humos de su poderosa chimenea.

Le gusto tanto que puso el extractor a su máxima potencia, y de pronto sintió un tirón.

La fuerza de la turbina y el vació de la larga chimenea conspiraron y Miguelito fue


chupado por el extractor. Murió contento, culo para arriba sin percatarse por que le
decían judío de mierda.

Gabriela Messina Rodríguez

15-06-17

Inspirado en Miguel Rosental personaje nefasto y vecino

Dedicado A Fontanarrosa vecino ilustre y querido en todo Alberdi.


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