MANAGEMENT | Claves para la correcta comunicación interna
La función de los mandos
intermedios Las fusiones entre las empresas no suelen lograr la correcta armonización de ambas estructuras organizativas. El management intermedio es quien debe pivotear entre la alta dirigencia y los niveles operativos inferiores.
POR CARLOS ALMA, PRESIDENTE DE CACSA S.A. CONSULTORA DE NEGOCIOS
La actualidad de los grandes grupos empresarios revela las agudas
dificultades para integrar sistemas, culturas, hábitos y un lenguaje de comunicación interna que haga rápidamente redituables los cambios provocados por fusiones o adquisiciones. Una de las claves centrales para conectar las grandes líneas de la política de la empresa con los niveles operativos a los que les corresponde la ejecución parcializada pero complementaria de las distintas fases de un negocio es la capacidad del management intermedio. El proceso de compras y absorciones por parte de las empresas plantea un escenario que, a modo de Torre de Babel, reúne a personas con distinta formación, niveles de capacitación y profesionalidad poco compatibles, y con una marcada dificultad para la comunicación que no suele coincidir con la necesidad de homogeneizar la interpretación del nuevo lenguaje. Este estado de cosas provoca una situación ambivalente en la comunicación hacia dentro y hacia fuera de la organización, con una marcada dicotomía entre la generalmente consistente comunicación con el mercado y la problemática de la integración interna. Cuando este tema no es correctamente resuelto, se registran dificultades que erosionan la condición del negocio y debilitan la capacidad de la empresa para competir con solidez encubriendo los reales motivos que originan el problema.
El valor de la comunicación interna.
En un buen sistema de comunicación interna, el flujograma no debe ser obstáculo para un coordinado proceso de interacción entre los distintos sectores de la estructura. En esta labor de reeducación de los distintos niveles de la organización es muy importante la acción de los niveles gerenciales intermedios, porque son ellos quienes pueden y deben cumplir la función de vínculo activo entre la cúpula de la empresa y los integrantes de la línea. La decisión de expansión horizontal representa así la necesidad de un mejor carácter operativo de la empresa que deberá fundamentarse en el óptimo nivel de eficiencia de su estructura interna, vía una mayor y constante profesionalización que simultáneamente flexibilice Comunicación Interna en Chile
su condición y se adapte rápidamente a las situaciones cambiantes
del mercado. Esto debe hacerse manteniendo siempre los principios conceptuales para alcanzar los objetivos pautados. Así mismo, la aplicación de un código común, tanto vertical como horizontal, es una condición inapelable para que todos los participantes contribuyan al logro de un mismo fin, minimizando los costos que suelen pagarse por la falta de previsión. Por esto es que si bien resulta siempre gravitante la visión del CEO, su trabajo no es suficiente sin la labor de un gerenciamiento intermedio que interprete correctamente los mensajes y aplique con criterio las políticas ejecutivas derivadas del plan general. Una organización se define a sí misma cuando sus partes forman integralmente un conjunto que armónicamente actúa de manera estructurada y se retroalimenta a partir de sus bases conceptuales y de una comunicación eficiente. En este sentido es que la existencia de este lenguaje propio es un tema no menor, porque de él dependerán:
- El ágil desplazamiento horizontal y vertical de la comunicación.
- El correcto timing. - La mejor llegada al mercado. - La delimitación de funciones y responsabilidades. - La armonía de las relaciones internas.
Armonizar las evoluciones. Uno de los mayores problemas
evidenciados por el crecimiento expansivo de los grandes grupos corporativos es que la velocidad de su desplazamiento en el mercado no es acompañada por el desarrollo eficiente de sus estructuras internas, lo que se expresa en la permanente búsqueda de mejoramiento del nivel de los ejecutivos con responsabilidad sobre quienes deben acoplarse simétricamente en la estructura. Si bien el peso visible recae sobre estos agentes, la responsabilidad central debe buscarse en la dirección de la compañía, pues allí es donde se definen y aprueban las políticas y la disposición de los recursos para ejecutarlas y es también donde se decide quiénes serán los seleccionados para ejecutar las etapas del plan. Este escenario genera un clima de expectativas y ansiedad que debe ser canalizado para convertirse en factor de éxito apoyándose en la noción clara de la capacidad competitiva que debe acompañar a todo emprendimiento que, en un mercado abierto como el planteado por la macroeconomía global, permite que solamente una organización debidamente nivelada avance con solidez y cumpla su misión de generar beneficios. Para que la obtención de estos logros se convierta en la base del proyecto y se traduzca en resultados positivos, la labor consistente de un capacitado equipo de mandos medios representa el vehículo conductor adecuado. Si bien deberá nutrirse con los conceptos y procedimientos emanados de la empresa madre, tendrá que asumirse como parte activa de la operación e identificarse profesionalmente con sus responsabilidades operativas, manejando el área a su cargo Comunicación Interna en Chile
como una unidad de negocios cuyo objetivo sea la optimización.
En conclusión, la capacitación constante del personal consolidará a la empresa como protagonista en el mercado de su actividad con el consecuente logro de mejores rendimientos económicos.