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Niños Índigo: ¿realidad o ficción?

Ricardo Babarro

Biólogo

La influencia social de la Nueva Era no es un factor despreciable cuando


se trata de envolver con su edulcorada mitología aspectos vitales de la
sociedad. Recientemente ha surgido un concepto creado por
parasicólogos y aprovechado por escritores de best sellers, conocido
como “niños índigo", una especie de mesianismo esotérico que atribuye
a estos niños la categoría de nueva raza superior, “con un alto potencial
intelectual y una nueva conciencia interna” destinada ni más ni menos
que a salvar el mundo “rompiendo los antiguos esquemas sociales que
atan a la humanidad para lograr mediante su transformación abolir la
infelicidad en la Tierra”.

Contra toda sensatez, esta idea está despertando entusiasmo en ciertos


círculos de la sicopedagogía. Grupos cada vez mayores de educadores y
sicólogos infantiles se han plegado a este tipo de ideas, sin sentarse a
analizar si se trata de un fenómeno científicamente comprobable, de una
nueva creencia dentro del mundo de lo paranormal y espiritual, o si
simplemente es un negocio más, basado en la necesidad de creer que
somos especiales y en la explotación del orgullo de los padres para con
sus hijos.

ORIGEN DE LA IDEA

El termino “índigo” fue inventado en 1982 por Nancy Ann Tappe, una
parasicóloga que desarrolló un sistema para clasificar la personalidad de
las personas de acuerdo a al color de su “aura”. Según ella, las auras
han estado saliendo y entrando de la Tierra a través de la historia, pero
las de color índigo comenzaron a aparecer en los años 1980 y su
número aumenta rápidamente.

Pero no fue sino hasta 1999 cuando apareció un libro titulado “Los Niños
Índigo”, cuyos autores, Lee Carroll y Jean Tober, popularizaron la idea
de una nueva generación espiritual de características especiales,
destinada a mejorar el mundo. Este libro se originó sobre la base de
relatos de “extraños” comportamientos por parte de niños, reportados
por maestros y sicólogos que asistieron a sus seminarios. Así,
describieron presuntos atributos sicológicos “poco usuales” y patrones
de comportamiento “no documentados con anterioridad”. El libro no es
más que una colección de ensayos y entrevistas a “expertos” en la
materia, principalmente personas dedicadas la “sanación espiritual”,
“canalizadores” (modernos mediums espiritistas), “terapia de ángeles” y
“terapias alternativas”.

Según los autores, los patrones de conducta distintivos de los niños


índigo son:

• Llegan al mundo sintiéndose reyes, y a menudo se comportan como


tales.

• Tienen la sensación de merecer estar donde están, y se sorprenden


cuando los demás no la comparten.

• No tienen problemas de valoración personal, a menudo le dicen a sus


padres quiénes son.

• Les cuesta aceptar la autoridad que no ofrece explicación ni


alternativa.
• Se niegan a hacer ciertas cosas, como por ejemplo esperar en una fila.

• Se sienten frustrados con los sistemas ritualistas que no requieren un


pensamiento creativo.

• A menudo encuentran formas mejores de hacer las cosas, tanto en la


casa como en la escuela.

• Parecen ser antisociales, a menos que se encuentren con personas


como ellos.

• No reaccionan ante la disciplina de la culpa.

• No son tímidos para manifestar sus necesidades.

Es fácil darse cuenta de que todas estas características son demasiado


ambiguas y comunes en niños pequeños como para definir un patrón
especial, y muchas de ellas, como se verá más adelante, describen
parcialmente el comportamiento de niños con Síndrome de Déficit de
Atención e Hiperactividad (SDAH). Sin embargo, algunas conductas
atribuidas a estos niños, que incluyen comportamiento antisocial,
problemas de autoridad, egoísmo, etc., describirían fácilmente a un
delincuente en potencia. Entre otras características atribuidas a los niños
"índigo" se cuentan una inteligencia y creatividad superiores, sistemas
inmunológicos “mejorados”, y hasta atributos paranormales.

Todo esto señala perfectamente las peligrosas implicaciones del


concepto de los niños índigo. La idea de predestinación, de vana
superioridad, de libertad absoluta y falta de respeto por la sociedad,
serían las consecuencias más dañinas si este enfoque llega a penetrar la
sicología educativa actual. Si bien el autoritarismo excesivo es contrario
a una educación adecuada, el otro extremo es tanto o más peligroso,
redundando en la alienación y frustración casi segura de grandes
números de estos niños, adolescentes y adultos, al descubrir que en
realidad son tan ordinarios como cualquiera de nosotros.

Sin duda, la afirmación más extraordinaria es que esta nueva “raza


superior” está provista de un sistema inmunológico mucho mejor
dotado, que impide que enfermen en lo absoluto. Si en efecto estos
niños son una “nueva raza biológica” además de espiritual, tal sería una
excelente prueba de su existencia y origen especial.

La única mención hallada de un caso particular (aunque sin referencia


bibliográfica específica) es acerca de las presuntas pruebas realizadas en
una fecha que no se especifica en la Universidad de California-Los
Ángeles (UCLA), donde supuestamente se expusieron células de niños
índigo (tampoco se especifica qué tipo de células: piel, sangre, etc.) a
virus del SIDA y células cancerígenas (no se especifica de qué tipo), “las
cuales no afectaron en modo alguno las células de los infantes.”

Ante tan trascendental descubrimiento en la historia de la medicina


mundial, buscamos en la página web de la referida universidad, pero no
se pudo encontrar referencia alguna relativa a este pretendido
experimento, o siquiera alguna reseña sobre los niños índigo. Tampoco
se encontró ninguna referencia de tan extraordinarios resultados
consultando las páginas web de la Biblioteca Nacional de Medicina de los
EE.UU. (U.S. National Library of Medicine) y los Institutos Nacionales de
Salud (National Institutes of Health), las cuales contienen referencias y
resúmenes de investigaciones publicadas en 4.600 revistas biomédicas
en el ámbito mundial. Un descubrimiento de esta importancia no hubiera
pasado desapercibido para la comunidad médica mundial y sin duda los
investigadores serían merecedores del Premio Nóbel, por lo que se
puede deducir sin mayores dudas que se trata de una afirmación falsa.
Dentro de las características sicológicas se atribuye a los niños índigo un
desarrollo mental acelerado que les permite adquirir habilidades
motrices antes de la edad respectiva, y por lo mismo su inteligencia es
muy superior a la promedio. Adicionalmente se les atribuyen facultades
extrasensoriales como clarividencia, telepatía, etc.

Cualquier escepticismo sobre estas afirmaciones se despejaría si se


realizaran pruebas estadísticas, comparando tests de inteligencia entre
niños “índigo” y comunes, partiendo del supuesto de que tengan similar
alimentación, cuidado paterno y educación. Habría que realizar ensayos
doble ciego* en los que se encomendaría a uno o varios “iluminados”
que puedan “ver las auras” para que se elija, según su criterio, un
número suficiente de niños índigo. De igual manera se seleccionaría un
grupo similar de niños “no índigo”. A estos dos grupos se les aplicarían
tests de inteligencia y se analizarían los resultados. En ninguna fuente
de información sobre niños “índigo” se menciona la realización de este
tipo de sencillas pruebas; solo se hacen simples afirmaciones
sustentadas en la nada.

Con relación a las aptitudes parasicológicas, numerosos estudios


científicos controlados acerca de telepatía, telequinesis, etc. han
demostrado repetidamente que no se trata de fenómenos reales sino de
creencias, o en la mayoría de los casos, simples fraudes.

CONSECUENCIAS PARA LA EDUCACIÓN

Para entender la actual popularidad de esta idea, es necesario analizar


por qué se asegura que los niños que sufren de SDAH son en realidad
“niños índigo”. La natural resistencia de los padres a reconocer que sus
hijos puedan tener problemas neurológicos explica que algunos
prefieran creer en explicaciones alternativas, sin ningún tipo de
evidencia científica que las apoye, pero que les ofrezcan las respuestas
que quieren escuchar: que sus hijos no tienen problemas sino que son
seres especiales, procedentes de otros planos espirituales,
incomprendidos por la medicina moderna.

Además, en Estados Unidos existe actualmente una corriente de opinión


contra el uso del Ritalin (medicamento utilizado desde 1950 en casos
graves de hiperactividad), acicateada por promotores de terapias
alternativas y defensores de la Nueva Era, quienes sostienen que los
tratamientos “naturales” son más efectivos que las drogas creadas y
probadas científicamente. Parece que esta histeria que rodea el uso del
Ritalin se ha incrementado por la cobertura sensacionalista de algunos
medios de comunicación, y eso ha hecho posible que un libro tan
intrascendente como Los Niños Índigo sea tomado en serio.
Simplemente escribieron lo que muchos padres y maestros querían oír y
creer, lo adornaron con auras azules y genios salvadores del mundo, y lo
publicaron en el momento correcto.

Hay peligros reales al tratar niños que sufren SDAH con ideas
metafísicas y no con medicina moderna. Los infantes con este síndrome,
si no son atendidos adecuadamente, con frecuencia experimentan
disminuciones en su coeficiente intelectual y rendimiento académico,
resultando en una alta probabilidad del uso de drogas cuando llegan a
adolescentes y adultos.

Enseñarle a los niños que son capaces y especiales puede ser positivo
para su autoestima, siempre y cuando no se les inculque que son
superiores a nadie. Sin embargo, muchos niños desarrollan problemas
por causa de las expectativas irreales de sus padres, que los presionan y
los frustran. El caso de los “niños índigo” sería lapidario.
Tampoco hay que olvidar todas las implicaciones económicas de esta y
otras creencias de la Nueva Era, que incluye seminarios, talleres de
autoayuda, libros, revistas y páginas web que promocionan la idea para
captar padres y educadores. Incluso existen “escuelas” con programas
de educación “especial” para niños índigo (bastante costosas por cierto),
basadas en esta creencia. Para colmo, en Venezuela, en mayo de 2003,
la Universidad de Los Andes –a través de su Facultad de Humanidades y
Educación– avaló un taller al respecto dictado por gurús de la Nueva
Era, dándole “respetabilidad” al tema pero restándosela a la universidad.
Si esta es la tendencia de los educadores modernos, estamos en graves
problemas.

REFERENCIAS

• Biblioteca Nacional de Medicina e Institutos Nacionales de Salud de


EE.UU. http://www.nlm.nih.gov

• Carrol, L & Tobber, J. (2001) Los Niños Índigo. Barcelona, España.


Ediciones Obelisco.

• El Club de los Niños Índigo.


http://www.geocities.com/elclubdelosninosindigo/

• Índigo Kinder en español. Nuevos Niños, Nuevos Hombres. Los Niños


Índigos. http://www.indigokinder.de/die_indigo_kinder_espanol.htm

• Kryon (mensajero celeste). http://www.kryon.com/

• Psicopedagogía. Hiperactividad infantil.


http://www.psicopedagogia.com/marcos.html?hiperactividad.htm
Déficit de atención e hiperactividad

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por: Redacción Esmas.com


Fuente: Agencias

Un problema de salud frecuente en México en el que el


niño presenta violencia, delincuencia o depresión

EL PADECIMIENTO

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es uno de los


problemas de salud mental que con más frecuencia se presentan en México.
Alrededor del 6% de los niños y jóvenes de 6 a 16 años padece TDAH, es decir,
un millón 600 mil niños, de los cuáles sólo el 8% está diagnosticado y tratado.
Las personas con TDAH que no han sido atendidas propiamente, sufren
impactos negativos a lo largo de su vida, entre ellos accidentes, violencia
intrafamiliar, resentimiento social, mayores posibilidades de caer en la
delincuencia, deserción escolar, preparación deficiente, fracaso laboral,
embarazos no deseados o depresión.

LOS SÍNTOMAS

El TDAH es un síndrome neurobiológico que se caracteriza principalmente por


falta de atención y concentración, impulsividad e hiperactividad, síntomas que
afectan el desarrollo y la calidad de vida de las personas que lo padecen,
particularmente si este trastorno no es detectado y manejado a tiempo. La
Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que uno de cada tres niños que
solicitan atención lo hace por TDAH. En el Hospital Psiquiátrico Infantil de
México la primera causa de atención en la consulta externa es el TDAH.

Sin embargo, el sistema de salud nacional es insuficiente para atender


debidamente a todos estos niños. La OMS recomienda un paidopsiquiatra por
cada 10 mil niños y en México tenemos sólo uno por cada 142 mil niños.
Además, sólo 150 neurólogos están especializados en neuropediatría y 200 en
paidopsiquiatría. Por si fuera poco, el 41% de los psiquiatras y psicólogos se
concentra en el D.F. Peor aún, cada año sólo egresan 10 neuropediatras y 5
paidopsiquiatras. Por todo esto, surge el Proyectodah de la Fundación Cultural
Federico Hoth, A.C., que tiene como propósito ofrecer una solución continua de
desarrollo a las familias con un miembro que padece Trastorno por Déficit de
Atención e Hiperactividad.

LA ATENCIÓN ADECUADA

La Maestra María Elena Frade Rubio, Presidenta de la Fundación Federico Hoth,


comenta: “En mi experiencia como madre de un niño con TDAH, puedo decirles
que el diagnóstico oportuno es fundamental para que la calidad de vida de
quien lo padece y de sus familiares no se vea reducida. Un niño con TDAH, con
un buen diagnóstico y un adecuado tratamiento, puede tener una vida plena y
funcional en todos los ámbitos”.

Por su parte el Dr. Juan Carlos Pérez Castro, Vicepresidente del Proyecto TDAH
comenta: “Para la Fundación Federico Hoth, la labor de sensibilización sobre el
TDAH es primordial, por eso presentamos hoy nuestra campaña Todos los
niños, un buen diagnóstico, el mejor tratamiento, dirigido a padres de familia,
maestros y doctores, con el fin crear conciencia sobre el derecho que tienen
todos los niños con TDAH a ser diagnosticados oportunamente y a recibir el
mejor tratamiento. Para esto las instituciones públicas de salud juegan un
papel clave para brindar la atención adecuada, con el conocimiento adecuado
del tema, así como del suministro y la inclusión en el cuadro básico de todos
los medicamentos para tratar el TDAH”.

DATOS SOBRESALIENTES

El 50% de los niños no diagnosticados reprueban por lo menos un año


escolar.
El tratamiento adecuado del TDAH reduce el riesgo de desarrollar
problemas de uso y abuso de substancias en la adolescencia.
El TDAH sin tratamiento aumenta el riesgo de accidentes de tránsito en
adultos jóvenes.
Los casos más severos se presentan a menor edad, hacia los siete años o
antes y suelen presentarse con más síntomas de hiperactividad e impulsividad.
Los casos menos severos habitualmente se presentan o se identifican
más tarde y suelen presentarse con más síntomas de inatención.
En varones se presentan más casos de TDAH de tipo hiperactivo-
impulsivo. Por cada niña afectada, hay 4 niños con el mismo padecimiento.
En mujeres se presentan más casos de TDAH de tipo de inatención.
Los padres de niños con TDAH experimentan altos niveles de estrés,
preocupación, ansiedad, frustración, enojo, sentimientos de culpa, aislamiento
social, depresión, conflicto familiar, desvanecimientos maritales, aumento en el
consumo de alcohol y drogas, y problemas crecientes en el empleo.
Los hijos de padres con TDAH tienen 50% más probabilidades de
presentarlo.

EL DIAGNÓSTICO

Este padecimiento sólo puede diagnosticarse si se reúnen 4 elementos:

1. Por lo menos seis síntomas de inatención y/o seis síntomas de


hiperactividad/impulsividad.
2. Algunos de estos síntomas aparecen antes de los siete años de edad.
3. Tienen una duración de por lo menos seis meses.
4. Afectan significativamente el funcionamiento en por lo menos dos ámbitos
en la vida del sujeto, por ejemplo la escuela y la casa.

EL ESPECIALISTA

El Dr. Félix Hilario Higuera Romero es Médico Cirujano con especialidad en


Psiquiatría y Maestría en Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia, certificado
por el Consejo Mexicano de Psiquiatría y Psiquiatría Infantil y de la
Adolescencia, por la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma
de México. Su práctica como profesional es extensa, realizó su residencia de
Psiquiatría en hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social como:
Hospital Psiquiátrico San Fernando, Hospital de Especialidades CMN s. XXI y
Hospital de Pediatría CMN s. XXI.

Fue adscrito al departamento de Salud Mental del Hospital de Pediatría del


CMN s. XXI en el periodo de septiembre de 1996 a julio del 2001 y adscrito a
la Clínica de Adolescentes del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la
Fuente Muñiz, de agosto del 2001 a septiembre del 2002. También ha sido
asistente de dirección en el Hospital Psiquiátrico Infantil Dr. Juan N. Navarro de
septiembre de 1999 a septiembre del 2002 y fue Subdirector de Servicios
Ambulatorios en el Hospital Psiquiátrico Infantil Juan N. Navarro de octubre del
2002 a septiembre del 2003.

Actualmente es el Director del Hospital Psiquiátrico Infantil Dr. Juan N.


Navarro.También tiene experiencia en la docencia y en la investigación.

EL CHAT
Mi hija presenta síntomas del TDAH, ansiedad, frustración, tristeza y
aislamiento. Por la poca ética de la maestra que abusó
psicológicamente de ella, la tuve que sacar de la escuela. Ahora la
tengo en casa buscando una nueva opción y me es difícil.
Qué lamentable que haya sido sacada de la escuela y llegado a ese grado. Se
agrega otro elemento que empeora los síntomas de tristeza y frustración al
perder un entorno escolar donde ella se veía identificada, además de perder
algunos amiguitos con quienes estaba vinculada. Requiere de una intervención
inmediata enfocada a resolver este problema de inadaptación al perder la
escuela y presentar este cuadro, además de la continuidad que debe dar al
tratamiento del TDAH.

¿Cuáles son los parámetros para considerar la visita a un especialista?


Cuando un niño o niña tiene este problema de déficit de atención e
hiperactividad, el grado de severidad está fuera de control, ya pasó de leve a
moderado. En un rango leve, las medidas de control en casa y escuela pueden
ser exitosas, en ese caso no se requiere a un especialista, sino la orientación
psicológica sobre el control del comportamiento del niño para incrementar su
atención o memoria.

Soy una mamá que trabaja todo el día, dejo a mis tres hijos en
guardería y por la tarde los cuidan sus abuelos, para posteriormente
llevarlos a casa, donde juegan, cenan y platicamos, y se van a dormir.
¿Qué pasa si mi hijo no pone atención cuando le hablo?
En ese contexto, con sus tres hijos que pasan la mayor parte del tiempo, por
su condición especial de estar trabajando durante el día y ser cuidados por sus
abuelos, seguramente están en la etapa preescolar o de menor edad y tienen
la necesidad de desarrollar el vínculo que les transmite confianza y respaldo de
una figura significativa como lo es la mamá. Lo que entiendo es que la poca
atención de sus hijos cuando les habla es una reacción de protesta por una
dificultad para desarrollar ese vínculo y no tanto la posibilidad de desarrollar el
TDAH.

Tengo un hijo de cuatro años, es muy inquieto , pero lo que veo en él


es que estando conmigo y su papaá está muy bien, tranquilo y
obediente. Pero cuando llegan visitas a la casa se pone como loco,
pesado y a veces hasta medio grosero.
Es probable que tu hijo de cuatro años tenga inicios de este problema, sin
embargo si es selectiva la impulsividad ante determinadas situaciones, se trata
probablemente de una reacción característica de los niños, propia de su
desarrollo cuando buscan ser el centro de atención como parte de su
estructuración, de su modo de ser. Cuando está tranquilo, obediente y se
mantiene así por más de una hora, prácticamente no hay deficiencia de
atención por hiperactividad, sino que se trata de una conducta normal.

¿Los niños índigo padecen TDAH?


Los niños índigo son una forma especial de categorizar a los niños que tienen
inteligencia superior a la normal. No necesariamente tienen TDAH sino que al
tener una inteligencia superior son más proclives al rechazo o maltrato, pues
como los demás no pueden ir a su propio ritmo, el niño genera aburrimiento o
frustración; esto es lo que conozco de los niños índigo. Los niños con
inteligencia normal o brillante pueden tener TDAH, que se manifiesta en la
inquietud, la dificultad para seguir instrucciones, contestan anticipadamente
cualquier pregunta, son desordenados, pierden cosas con facilidad, se someten
a riesgos por conductas impulsivas. Son cuadros que presentan estos niños, al
igual que cualquier otro con inteligencia normal.

Durante el último año he realizado pruebas sociológicas en el centro de atención mental de


mi comunidad con tres niños, quienes claramente son Niños índigo. Los tres me fueron
remitidos por un psicólogo infantil, confundido por los informes de sus padres y profesores
sobre la conducta y problemas de atención de los niños; mientras que en su consultorio los
niños no mostraban estos síntomas. Los adultos afirmaban que estaban “fuera de control”,
bien fuera en la casa, en la escuela o en las dos.
Si bien la sicóloga trataba a sus pequeños clientes con amor y respeto, se rehusó tomar en
cuenta estos informes y prefirió solicitar una prueba formal.

La primera paciente que me remitió fue una adolescente de 14 años, quien había tomado el
carro de sus padres sin su permiso y sin tener licencia se dirigió a un centro comercial de
aquellos que abren las 24 horas. La chica había repetido un año escolar debido a su bajo
desempeño académico. Además, sus profesores y compañeros de clase la habían apartado
debido a su acelerado desarrollo físico y a su peculiar estilo de hacer chanzas
permanentemente. La chica no dejaba a sus padres ganar en una discusión y ellos estaban a
punto de volverse locos.
En las pruebas de C.l. (Cociente Intelectual), la niña sacó 129 puntos de habilidades
verbales y 112 en habilidades visuales - espaciales (69 y por debajo es deficiente y 70-79 es
el límite de deficiente, 80-89 es promedio bajo y 90-109 es el promedio normal; 110-119 es
promedio alto y 120-129 es superior y 130 en adelante es muy superior).
La niña sacó un puntaje superior en habilidades verbales para un rango de conocimiento
basado en el aprendizaje escolar y los resultados promedio que obtuvo estuvieron basados
en su edad y su grado escolar.
En otras palabras, la niña no mostraba áreas de deficiencia, por el contrario, su promedio
era superior a otros niños de su misma edad, en habilidades cognoscitivas basadas en el
conocimiento escolar. Sin embargo, ella había perdido un año escolar. ¿Qué había pasado
aquí? Esta jovencita estaba siendo tratado con Retalina y Cylert, sin ningún éxito (estas
drogas son las más recetadas en casos de desórdenes de la atención). Sus padres decían que
ella siempre había “sido así” y que todo lo que se le había recetado no “funcionaba”. Sin
embargo, cuando hablé con ella, era evidente que estaba actuando como un adulto
inteligente, su cara y sus ojos así lo revelaban. Ella parecía, para expresarlo en forma más
familiar, UN ALMA VIEJA Y SABIA. El problema era que nadie más que ella podía
reconocerlo.
Amanda, su nueva sicóloga consejera y yo, a través de muchas pruebas y entrevistas
clínicas, pudimos verlo claramente. Así, la joven, gracias a una adecuada intervención de
sus padres, se encuentra ahora en un colegio especia! de aprendizaje individual, lo que no
fue fácil. Sus padres tuvieron que solicitar una beca para esta costosa pero muy efectiva
institución. La niña logró entrar y le está yendo excepcionalmente bien. Sus padres,
comprendieron cuán especial era ella. Lo tomaron en serio y ahora tratan a su hija como
alguien muy especial, como la niña índigo que es.

El segundo niño que me remitieron era un chico afro-americano de 9 años quien había sido
adoptado tres años antes por una pareja afro-americana. Ambos padres informaron que su
hijo era “hiperactivo” porque nunca se quedaba sentado, se movía continuamente y
recientemente sus profesores les habían reportado un comportamiento indisciplinado en la
escuela, como contestar a la loca, molestar a sus compañeros, pararse en el asiento sin
permiso, etc., etc.
Sus padres estaban preocupados de que ese comportamiento pudiera ser el comienzo de un
desequilibrio físico debido a la drogadicción de su padre biológico.
También se preguntaban si el comportamiento del niño pudiera ser el resultado de la
inestabilidad hogareña que había tenido que enfrentar el niño en sus primeros años, cuando
había entrado y salido de orfelinatos y escuelas durante casi toda su vida. Los profesores les
recomendaron tratarlo con las medicinas para la hiperactividad, pero los padres quisieron
primero saber a ciencia cierta qué era lo que estaba sucediendo, antes de someter al niño a
tan drástico tratamiento.
No obstante, los resultados de la prueba de C.l. (cociente intelectual) de este pequeño joven,
mostraron niveles altos (116 y 110) en sus habilidades verbales y de desarrollo, estos
resultados no llegaban a los rangos de clasificación de los dotados, sin embargo, en dos
sub-pruebas sobre conocimiento de las normas sociales y habilidades cognoscitivas
abstractas, el niño sacó un puntaje considerado de niveles superiores.
La evaluación de su desempeño escolar básico mostraba un rango bastante alto en todas las
materias, lo que sugería que realmente era un chico exitoso. Supuse entonces que los
resultados de su desempeño escolar eran una medida más acertada de sus habilidades
presentes, mucho más que los resultados de su CI. Esto sucede a veces con niños
verdaderamente dotados que han vivido en ambientes caóticos y llenos de carencias como
era el caso de este jovencito. Es muy probable que las dos sub-pruebas del C.I. fueran más
representativas de sus habilidades y potencial actuales.
Nuevamente se marcaba a un niño con el sello de “desórdenes de la atención” (ADHD)
cuando en realidad y en este preciso caso, el puntaje, de desempeño estaba por encima del
promedio. Y de nuevo el problema real era que nadie en la escuela lo había notado. Era
obvio que el niño interactuaba a un nivel de adulto muy inteligente, y su cara y sus ojos así
lo proyectaban. Él parecía “un alma vieja y sabia”.
Sin embargo, ¿Qué se podría hacer con el exceso de energía que el niño poseía?. Sus padres
le estaban proveyendo de una estructura familiar, con normas y expectativas (que el mismo
niño estaba contribuyendo a crear). Le permitían al niño eliminar esa energía física
(expresándose físicamente, repitiendo cosas en voz alta, dando volteretas y saltando sobre
un sólo pie mientras memorizaba, contando historias, etc). Los padres acordaron transmitir
estos consejos a los profesores y pasamos algún tiempo tratando de pensar la forma de
decírselo, para que no fueran a pensar que se les estaba diciendo cómo tenían que enseñar.

El tercer y último caso que me remitieron fue un chico afro-americano de 8 años que lucía
mucho más niño para su edad. El niño vivía con su madre biológica, su padrastro y un
hermanito de 18 meses. El niño fue llevado a consulta por su madre, después de que había
sido llevado a casa dos veces por la policía, después de escapar del colegio y queriendo
llegar por su cuenta donde su madre. También le había dicho a la mamá que quería morir y
que pronto se suicidaría, y cuando se le preguntaba qué planeaba hacer, él solo atinaba a
mover su cabeza mirando al suelo fijamente.
Este pequeño hombre, junto con su hermanito, realmente me conmovieron. De alguna
manera sentía que mis dos experiencias anteriores, con Niños Índigo dotados, me habían
preparado para atender a estos dos niños ahora sentados en mi consultorio.
El niño de 8 años calmadamente me miró a los ojos diciéndome que la vida no valía la pena
vivirla si su madre no podía demostrarle cuánto lo amaba. El chico me dijo que era una
lástima que él tuviera que estar aquí. Su pequeño hermano tenía la misma expresión de
adulto en su rostro y en sus ojos y aunque era relativamente precoz en su lenguaje, el sólo
ladeó su cabeza mirándome fijamente, podría jurar sobre una estantería llena de Biblias,
que este niño me estaba diciendo a través de su actitud que no fuera a revelar sus secretos.
¡Vaya!
De acuerdo con su madre, el niño mayor con frecuencia cuidaba de su hermanito sin que
nadie se lo pidiera y parecía saber qué hacer sin que nadie antes le hubiera enseñado. Sin
embargo, aparte de esta amable actitud, el niño era “el terror”. Decía su madre que desde el
preescolar el niño era físicamente “hiperactivo” siempre respondiendo de mala manera y
siempre queriendo hacer las cosas a su manera. También era manipulador, como si supiera
cómo las personas querían que las percibieran y entonces, él seguía su juego. Dos años
antes, la madre lo había llevado a un terapeuta pero no continuó cuando vio algo de mejoría
en el niño. Ahora, nada parecía hacer que el niño se comportara y ella definitivamente
quería iniciar el tratamiento con Retalina.
La madre informó que el niño mayor creía que nadie lo amaba, aunque ella lo amaba
profundamente. Ella confesó que cuidar a su hijo pequeño le tomaba todo su tiempo y que
su esposo no colaboraba mucho con el cuidado del niño. Además de esto, se habían mudado
de casa y escuela por lo menos una vez al año en los últimos 4 años, por razones del trabajo
de su esposo. La madre no permanecía en casa ya que por necesidades económicas ella
tenía que trabajar. Ella quería que su esposo tomara parte activa en la crianza de los dos
niños, sobre todo porque el niño mayor echaba de menos a su verdadero padre, quien
durante los últimos años había estado entrando y saliendo de la cárcel sin tener ningún
contacto con el niño.
Este pequeño de 8 años obtuvo un resultado de niño dotado de 130 en la evaluación de su
C.I. en todas las pruebas de habilidad, y sólo sacó un puntaje promedio en las pruebas de
escolaridad en el área de escritura (las otras pruebas estuvieron por encima de los resultados
superiores). Su aprendizaje escolar había sido muy problemático en los últimos años, sus
profesores y su madre notaban que el niño no prestaba ninguna atención ni en la escuela ni
en la casa y por supuesto él no era ciertamente el estudiante/hijo ideal. No obstante, los
resultados de las pruebas de C.l. mostraban resultados que sólo aparecían una vez entre
10,000 niños de su misma edad.
La primera vez que entrevisté al niño, pude sentir lo que tanto sus profesores como sus
padres sentían cuando tenían que relacionarse con él. El niño entró al consultorio y
comenzó a abrir todos los cajones, cogiendo y examinando todo lo que veía a pesar de mis
repetidas solicitudes de que se sentara. Conteniéndome, me dirigí a él calmadamente y
tratándolo como un adulto le dije que me sentía muy herida de tener a alguien en mi
consultorio tomando mis cosas sin mi permiso. Le dije que me sentía como si yo no Ie
gustara y como si él no me respetara. Le pregunté si a él le había ocurrido que alguien
tomara sus cosas sin su permiso y me relató dos situaciones, una vez en la escuela y otra
vez en su casa. Entonces el niño se disculpó, yo acepté su disculpa y nos estrechamos la
mano como buenos amigos.
A partir de ese momento y durante mi interacción con él, nunca más volvió a comportarse
en forma inapropiada. Siempre estuvo atento, amable, y trabajó duro durante las pruebas.
La palabra clave con este joven caballero fue respeto. No obstante, nadie parecía reconocer
quien era él realmente.
Al momento de escribir estas líneas, (la terapeuta y yo), estamos tratando de encontrar la
manera más adecuada de presentar los resultados de las pruebas a sus padres, pues no
queremos que ellos se sientan culpables por los problemas del niño y sabemos la gran
presión por la que está pasando su madre. Pero son sus padres quienes deben cambiar su
medio ambiente para poder ayudarlo a sobrellevar las limitaciones diarias y sus
expectativas.

RESUMIENDO, HAY DOS MANERAS DE IDENTIFICAR LOS NIÑOS ÍNDIGO:

1. Si el niño índigo ha sido identificado como “niño problema”, es importante hacer la


prueba de C.l. (cociente iniclectual)
- aunque los resultados de las pruebas en todos los Niños índigo no necesariamente
muestran resultados de niños “dotados”, la mayoría de ellos exhiben por lo menos un área
de su C.l. con un promedio superior.
- El desempeño escolar básico frecuentemente está dentro del promedio.

2. Si un niño es diagnosticado con el síndrome de desórdenes de la atención (ADHD),


existe una alta probabilidad de que se trate de un niño Índigo.
Busca los comportamientos desorganizados que los otros confunden con desórdenes de la
atención (DHD).

Los Niños índigo siempre son considerados como hiperactivos, problemáticos, que no les
gusta escuchar, porque los sistemas tradicionales, como las órdenes directas, no funcionan
con ellos.

Trabajar con Niños Índigo es como trabajar con nosotros mismos. Las lecciones que ellos
enseñan son obvias; yo he sido una sicóloga “oficial” interactuando con estos niños y me he
complacido en poder usar la fuerza de mi “experiencia” para propender por los cambios
adecuados. Sin embargo, necesitamos más gente como Amanda, quien reconoce que las
cosas no son como parecen con estos niños. Me siento privilegiada de haber ayudado a
Amanda con estos tres niños y siento gran respeto por estos niños poderosos.

Comentarios de los profesores y los autores:


La mayoría de las personas que conocemos que están trabajando con niños, lo están
haciendo en las trincheras. Ellos son maestros con décadas de experiencia trabajando con
niños, y nos cuentan lo asombroso que es ver día a día los cambios que se están
produciendo.
A los padres, nosotros queremos decirles que sí hay esperanza. Muchos de los profesores
que están a cargo de sus hijos, están conscientes de los cambios. La pared que usted tiene
que ayudar a romper en el sistema educativo es el sistema mismo, no necesariamente la
gente que está dentro de él. Estos profesionales no pueden decirle a usted directamente esto,
pero cuando usted sale de sus oficinas, la frustración puede verse en sus rostros.
Ellos saben lo que usted les está diciendo pero no tienen un modelo sobre el cual poder
trabajar y no pueden hacer nada al respecto.
En el Capitulo 2, le daremos más información acerca de lo que usted, desde su casa, puede
hacer por la educación. Pero ahora, queremos presentarle a Debra Hegerle, una profesora
asistente de California. Ella es una de aquellos que están trabajando en la trinchera.
Escuchen las sabias palabras de esta profesora. Ella no estudia los Índigo, ella vive con
ellos diariamente. Como muchos de ustedes, ella también tiene un Índigo en casa.

¿Qué es un Niño Indigo?

por José manuel Piedrafita Moreno

Cuando se habla de un Niño índigo, con frecuencia se pregunta ¿qué es? Como si de un
objeto se tratara. Los objetos se clasifican, las personas, no. Siendo contrario a las
clasificaciones, mejor es poder reconocerlos, pues no hay un niño que podamos tomar
como modelo. Ser indigo se define mas por una cuestión de actitudes que por una
cuestión de características (físicas). Cuando se me pregunta que es un Niño Indigo
respondo.... Para que tengáis una imagen de un niño Índigo (este tipo podría es el mas
característico): un ser independiente, con una forma de pensar autónoma, tanto como
lo es él. No se deja influenciar fácilmente, cuestionando todo lo que pasa a su
alrededor, no se adapta a los ritmos establecidos sobre todo cuando se rompen sus
ritmos biológicos naturales. Es muy sensible y se identifica fácilmente con los
sentimientos de los demás (empatia). Puede ser muy extrovertido, aunque si no
encuentra comprensión a su alrededor será muy introvertido y solo se relacionará bien
con personas de su mismas características.

Es un niño que...
Ø .... es un adulto en un cuerpo chiquito.
Ø .... no tiene unos rasgos físicos diferentes, puede ser rubio, moreno, alto, bajo, gordo,
delgado..... aunque sus ojos suelen tener una viveza especial.
Ø .... es el destructor o respondón de la clase
Ø .... es un espejo perfecto para los defectos de los adultos. Si tienes un Índigo en casa
o en el colegio, éste reflejará todas las cosas que tienes que trabajar
Ø .... es el hijo o alumno que cuestiona todo lo que haces si ve que no es justo
Ø .... es el que lucha por una injusticia
Ø .... aprende solo lo básico de lo que no es primordial para él y lo aprende todo, sin
esfuerzo alguno, si le interesa.
Ø .... puede ser superdotado o puede no serlo
Ø .... puede tener Trastorno de Deficiencia de Atención con Hiperactividad o puede no
tenerlo
Ø .... puede tener habilidades paranormales o puede no tenerlas
Ø ..... se relaciona con muchos tipos diferentes de personas para aprender de ellos.
Ø .... su energía hace que los cambios sean mas rápidos, provocando rupturas de
patrones antiguos o no validos por donde quiera que vaya. Ø .... es un rompedor de
sistemas, tanto educativos como sociales y culturales que están obsoletos
Ø .... es el detonante del cambio, hace todo lo necesario para que esta sociedad
cambie radicalmente

indigo
El término Niño Índigo, es un nombre creado para calificar a los niños que
están naciendo en todo el planeta, en los últimos años y que muestran una
serie de cualidades psicológicas, emocionales e intelectuales, no conocidas
antes.
Estos niños fueron bautizados con el nombre índigo, debido al supuesto
color índigo que presenta su aura o campo electromagnético, por una
espiritualista y consejera norteamericana llamada Nancy Ann Tappe.
Se viene observando que las mayoría de los chicos de hoy en día son
extremadamente inteligentes y además utilizan el hemisferio derecho en
forma más amplia que el hombre común por lo que muestran habilidades
artísticas, muchos de ellos tienen grandes habilidades musicales. Vienen
dotados de un profundo e incondicional Amor, cualidad rara en este universo
y responden eficazmente, si son honrados, respetados y tratados con Amor.
El mejor amigo de un Niño Índigo es otro Niño Índigo y ellos se reconocen
entre sí, de inmediato. A la mayoría les encanta manejar las computadoras y
sorprende la rapidez con que aprenden a utilizarlas por si solos y hasta
resuelven, si se les permite, los pequeños inconvenientes con que
tropezamos los adultos en manejar estos artefactos. Los conocimientos de
estos pequeñuelos son sorprendentes y muchos podrán parecernos
descabellados, porque no encajan en nuestro sistema de creencias.
Ellos tienen una gran energía de vida por lo que son incansables, algunos
rechazan comer carne y duermen muy pocas horas , así que comparando
su ritmo vital con el del promedio de la raza humana, ellos resultan
hiperactivos y la Ciencia médica está diciendo que actualmente hay un
incremento del de DDH o Desorden de Hiperactividad. En opinión de
muchos estamos ante un nuevo paradigma de lo que ha de ser el hombre
del siglo XXI. Desde este punto de vista cabría preguntarse: ¿Cuál ha de
ser su influencia en la Sociedad y porque niños, aparentemente diferentes,
están llegando ahora? La espiritualista Jan Tober, coautora del libro de Lee
Carrol, “ The Indigo Children” afirma que los Niños Índigo que vienen en
este preciso momento de cambios y transformaciones físicas que está
experimentando el Planeta Tierra y la Raza Humana.

Conductas mas frecuentes de los niños indigo


Actualmente muchos padres confrontan el problema de no saber que hacer
con sus pequeños niños, los llamados Niños de Gracia o Niños Índigo, ya
que su conducta, sus actitudes, su precoz madurez, sus respuestas, sus
puntos de vista, sus argumentos, sus maneras de encarar sus propios
problema, sus diálogos, les dejan confundidos y sin saber que hacer.

Se dan cuenta que la vieja manera, las que ellos aprendieron, las que
usaron sus padres para con ellos, para controlarlos, educarlos o hacerse
obedecer no les funciona. No encuentran como disciplinarlos.
La mayoría de los niños de hoy, en opinión de sus progenitores y maestros,
parecen estar alterados la mayor parte del tiempo. Son impositivos, no
“escuchan”, no acatan órdenes, quieren siempre hacer los que les viene en
gana, encaran a sus padres, los refutan, los desafían, no se dejan amilanar,
se aburren de sus juguetes.
Algunos no tienen interés en ir a la escuela, no soportan estar encerrados ni
los espacios pequeños, son caprichosos, nada parece adecuarles, forman
berrinches a la primera de cambio. Sus llantos son ensordecedores y sin
una causa aparente o justificada para
quienes alternan con ellos, parecen llevar siempre la contraria y cuando se
encuentran
muy cansados o hambrientos llega un momento en que no saben lo que
quieren.
Por otra parte siempre están haciendo cosas, son incansables e incapaces
de mantenerse en una actividad por mucho tiempo, otras veces parecen
absortos en sus pensamientos, como abstraídos del mundo que les rodea,
porque éste les resulta hostil y amenazante. Por ésta razón se les califica de
distraídos, pero poseen tan alta concentración, cuando el asunto es de su
interés, que se tornan "sordos".
Estos chicos no se permiten ser adoctrinados, no aceptan los viejos
esquemas mucho menos si no hay congruencia entre el decir y el hacer y
como son tan observadores no se permiten sutilezas cuando de andar con
la verdad se trata. Y entre tanto los adultos insistimos en imponer nuestros
obsoletos criterios y paradigmas en una sociedad cada vez mas ausente de
valores. ¿ Conoces a un niño con muchas de las características descritas ?
Probablemente se trate de un Niño Índigo.

El advenimiento al planeta de los llamados Niños Índigo o Niños de Gracia,


esa serie de seres superespeciales que se distinguen muy marcadamente
de generaciones de niños anteriores, están llevando a las madres a
preguntarse:

¿Es mi hijo realmente un Niño Índigo?


En cuanto las madres conocen acerca de las características que se le
adjudican a los Niños Indigo y hacen una evaluación mediante comparar las
aptitudes y actitudes de sus niños y la que se describen como propias de los
niños índigo, les surge la duda de sí realmente su hijo lo es. Ellas desean
profundamente que alguien se los corrobore, ellas quieren saber, quieren
estar seguras de que su niño es índigo.

Si consideras que tu hijo es Indigo entonces...

¿Porque dudarlo?
No necesitas de una bola mágica, lo que necesitas es dejarte guiar por tu
Real Ser. Cualquier apreciación es meramente subjetiva, pero puede ser tan
real como real es la señal que te indique tu corazón. Lo que tu creas, lo que
tu concibas tiene mas validez que lo que otros te digan.
En el reino humano solo caben dos especies bien diferenciadas y
corresponden al sexo femenino y masculino y entre las mismas si se
manifiestan notables diferencias. No existe ninguna otra clasificación como
tal. Por tanto los Niños Índigo no constituyen una especie dentro de la Raza
Humana. En el caso de la mayoría de los niños de hoy, que están marcando
una diferencia en sus aptitudes que supera a niños de generaciones
anteriores y que asumen actitudes también diferentes, de lo que en si
estamos hablando es acerca de la evolución del Ser humano, pero resulta
extremadamente difícil medir la cuantía de dichas diferencias, para marcar
una línea divisoria entre un Niño Indigo y otro que no lo sea.
No es como la dicotomía entre estar o no estar embarazada, que no admite
términos medios y que hoy en día es fácil de comprobar, desde el comienzo
del embarazo, cuando todavía no hay manifestaciones visibles.
Se afirma que la evolución de la raza esta determinada porque la cadena
del ADN va completándose paulatinamente y que los nuevos niños la han
consumado, pero hasta donde yo se, no existe prueba científica alguna al
alcance del publico.

¿Cómo reconocerlos?
Muchas veces cuando conoces a una persona hay un “ no se que” que te
dice: Esa persona es buena o esa persona no te merece confianza. A través
de ese “no se que” obtienes una respuesta acertada y es la única forma que
conozco para determinar si un niño es Índigo.
Desde el corazón, desde tu real sabiduría, intuición, verdad, como quieras
llamarlo. No es desde la razón. Tu lo sientes, tu lo palpas. Total los Niños
Indigo están por todas partes. Míralos a sus ojos, cuanto amor, cuanta
sabiduría. Lo que requieres es sensibilizar tu corazón, pues se trata de un
asunto de percepción, no de lógica. Tu Sabes y simplemente Sabes. Siente
lo que se siente estar en presencia de los niños de ahora que llegan a tu
vida.

¿Así que porque no confiar en tu intuición?

“No puedes confundir la cara y los ojos de un Índigo, tienen una mirada muy
profunda, muy sabia y la de un alma antigua. Sus ojos son la ventana de
sus sentimientos y de su alma. Ellos no se pueden esconder como otros.
Cuando los lastimas se sentirán muy en desacuerdo contigo y quizás hasta
cuestionarán el haberte escogido, pero cuando los amas y reconoces
quienes son se abrirán a ti como ningún otro”.
-Doreen Virtue.

La hiperactividad en los niños indigo


Los Niños Indigo cuentan con una energía vital muy superior a niños de
anteriores generaciones y esto causa mucha confusión en padres y
educadores.
Esta situación marca una diferencia en el sistema de educación que obliga a
un cambio de actitud para interactuar con ellos de mejor manera. ¿ Qué es
el Síndrome de Hiperactividad? “La hiperactividad es un trastorno de la
conducta en niños, descrito por primera vez en 1902 por George Still y
Alfred Tredgold.
Se trata de niños que desarrollan una intensa actividad motora, que se
mueven continuamente, sin que toda esta actividad tenga un propósito. Van
de un lado para otro, pudiendo comenzar alguna tarea, pero que abandonan
rápidamente para comenzar otra, que a su vez, vuelven a dejar inacabada.
Esta hiperactividad aumenta cuando están en presencia de otras personas,
especialmente con las que no mantienen relaciones frecuentes. Por el
contrario, disminuye la actividad cuando están solos. Según Still, estos
niños son especialmente problemáticos, poseen un espíritu destructivo, son
insensibles a los castigos, inquietos y nerviosos. También son niños difíciles
de educar, ya que pocas veces pueden mantener durante mucho tiempo la
atención puesta en algo, con lo que suelen tener problemas de rendimiento
escolar a pesar de tener un cociente intelectual normal. Son muy impulsivos
y desobedientes, no suelen hacer lo que sus padres o maestros les indican,
o incluso hacen lo contrario de lo que se les dice.
Son muy tercos y obstinados, a la vez que tienen un umbral muy bajo de
tolerancia a las frustraciones, con lo que insisten mucho hasta lograr lo que
desean”. Un niño con características, como las anteriormente mencionadas,
requiere de una evaluación exhaustiva por parte de un Médico Psiquiatra o
Neurólogo para lograr un diagnostico acertado, excluir otras patologías y
determinar las verdaderas causas.
Existe una variedad de situaciones de estrés que se presentan que pueden
ser causa de mala concentración, perturbaciones de conducta o dificultad
escolar, así que no cualquier niño con "problemas" en la escuela o en el
hogar, padece de Síndrome de Hiperactividad con déficit de atención”.
Actualmente existe mucha confusión al respecto y se infiere que todos los
niños con estas cualidades son Niños Indigo y viceversa, que todos los
Niños Indigo presentan estas conductas, no siendo esto totalmente cierto.
Ellos alternan fácilmente de un actividad tranquila a otra que requiera uso
de su energía física Una de las razones por la que muchos niños se alteran
y se estresan, es por la falta de comprensión de sus padres que los tratan a
la usanza antigua, de la misma forma como ellos fueron tratados,
adoctrinándolos, descalificándolos, comparándolos, no escuchándolos, con
rigor, con dureza, con castigos y agresiones, con amenazas, con
indiferencia, que emplean para hacerse obedecer, no percatándose del
inmenso daño que están ocasionándole a estas criaturas. Este método no
funciona para los Niños Índigo, lejos de mejorar, solo logra empeorar el
problema, siendo que los pequeños se sienten incomprendidos,
maltratados, injustamente tratados y entonces duplican su intención y fuerza
para salirse con la suya.
En la medida que crecen su poder de decisión se fortalece, se tornan mas
renuentes, jamás permitirán ser sometidos a aceptar los esquemas de la
vieja energía, especialmente en las áreas de hogar, educación y salud.
No hay nada que el suficiente amor no pueda sanar. Los niños necesitan de
un espacio propio para desarrollar toda su potencialidad y sentir que son
escuchados y aprobados por sus padres y maestros y ese espacio se llama
Amor. En este sentido no puedo menos que recomendarte Avatar. Avatar es
una herramienta que estoy utilizando en mi vida, la cual siento que te puede
apoyar a entender a tus hijos de una mejor manera.

Niños indigo y la realidad latinoamericana


En este caso podemos optar entre dos alternativas, una, que estos niños
serán atraídos a nacer, únicamente, donde las condiciones les sean mas
propicias para su desarrollo, de acuerdo a sus extraordinarios atributos. En
este caso el porcentaje de nacimiento de Nuevos Niño, en los países en
desarrollo sería muy escaso. La otra posibilidad es que se distribuyan
equitativamente en todos los países del mundo. En este caso a América
Latina, incluyendo a Venezuela, le corresponde una parte proporcional y en
consecuencia, ellos también están naciendo en hogares de escasos
recursos, que son más numerosos en los países en desarrollo. Apenas
estamos en el proceso de información y difusión del fenómeno índigo y no
contamos con estadísticas para inferir si están naciendo Niños Índigo en las
regiones mas empobrecidas de Venezuela, Latinoamérica y en general en
los países en desarrollo. Una de las realidades latinoamericanas más
dramáticas es el alto porcentaje de los llamados Niños de la Calle, que
podemos definir como los niños callejeros de cualquier lugar del mundo.
“Venezuela destaca por su corrupción” es el titulo de un articulo publicado el
29 de agosto en el diario El Universal de Caracas y agrega que a pesar de
las promesas de los responsables políticos, la corrupción continúa
gangrenando al país, según el Índice de Percepción 2002 (IPC) publicado
en Berlín por la organización Transparency International (TI), reseñado por
AFP. Hogares sin la presencia del padre, una madre con muchos hijos, en
su mayoría de padres diferentes, desvalorizada, mísera, por el suelo,
agredida y maltratada por el compañero de turno y sin esperanzas, llena de
rabia hacia el que la violó, engañó y abandonó. La madre sale a trabajar
para sus hijos y también para su hombre que no toma responsabilidad por si
mismo, mucho menos para la familia, todos a la buena de Dios y del
paternalismo de un mandatario de turno. Creyentes de la brujería, del
hechizo, buscando responsables afuera, creyendo en el brujo que atraerá
hacia si al compañero que la abandonó y le eliminará los efectos nefastos
de la envidia, a la cual atribuye su mala suerte, envidia que según su
creencia, le impide el progreso y bienestar económico a lo cual cree tener
derecho, pero sin esfuerzo, sin intención, sin búsqueda, sin procurarla.
Esperando que el gobernante de turno le cubra todas sus necesidades.

Demostrada esta realidad, nos preguntamos si están nuestros países


camino a un Desarrollo Humano, entendiéndose como tal el proceso de
ampliación de las opciones de la gente, aumentando las funciones y
capacidades humanas y también a un Desarrollo Social que se describe
como el crecimiento o cambio que de como resultado una mayor esperanza
de vida, niveles de educación más elevados, mejor vivienda, tasas de
nacimiento más bajas y niveles reducidos de mortalidad de menores. Según
el informe PNUD-2000 (Proyecto de las Naciones Unidas para el Desarrollo)
en países como Venezuela el desarrollo infantil representa un verdadero
reto para la sociedad, pues los altos índices de desnutrición, embarazo
precoz, desempleo y pobreza, favorecen la aparición de distorsiones en el
proceso evolutivo de los niños. En Demografía se llama Movilidad Social al
movimiento o cambio de las personas o de los grupos, de una clase social a
otra o dentro de las clases sociales.

María Eugenia Waicekawsky, investigadora brasileña dice que es necesario


conocer la Movilidad Social para comprender el funcionamiento de una
sociedad y agrega que este fenómeno está enmarcado dentro de la
estratificación, término que hace referencia a las desigualdades existentes
entre los hombres, que han sido creadas a nivel social, político, económico
y cultural. ¿Continuarán los Nuevos Niños con el mismo grado ocupacional,
costumbres, sistemas de valores de sus figuras parentales, que se
corresponde con el estrato social donde ellos nazcan? ¿Con que velocidad,
en cuanto tiempo y de que factores depende que comience una movilidad
social ascendente, es decir un movimiento o cambio de las personas o de
los grupos de una clase social a otra superior? Y en el caso que nos ocupa
me pregunto: ¿Cuántos niños de la calle lograrán trascender la escala socio
económica y cultural de nuestros países y en que tiempo? Este movimiento
pareciera una posibilidad remota dentro de una sociedad que está en
proceso de deterioro.
Se trata de que la gente viva una vida larga y saludable, tenga
conocimientos y acceso a recursos necesarios para un nivel de vida
decente. Incluye la participación, la seguridad, la garantía de los derechos
humanos necesarias para ser creativos y productivo y para gozar de respeto
por si mismo, potenciación y una sensación de pertenecer a una
comunidad. Es el desarrollo de la gente, para la gente y por la gente.”
PNUD-IDH 2000, P 17. Esa es la sociedad que anhelamos y este sería el
ambiente mas adecuado para todos los niños, sean o no sean Nuevos
Niños. Como quiera que los Niños de la Calle están en proporción directa al
deterioro social y económico de una sociedad, el cual está en aumento en la
población latinoamericana, nos tropezamos con una paradoja, por un lado,
los Niños de la Calle que son cada vez más numerosos y por otra parte el
creciente porcentaje de nacimiento de Nuevos Niños.

Niños indigo,actores del nuevo milenio.


Esta nueva raza que comenzó a nacer hace algunos años y aunque
parezca extraño, ya existen millones de ellos, de distintas edades y razas.
Nacen sabiendo o intuyendo que ellos son puentes entre la tercera y la
cuarta dimensión, y el verdadero cambio lo activan inicialmente en la familia
para luego influir en su entorno. Pueden nacer en cualquier clase socio-
económica ya que la importancia radica en que poseen un nuevo estado de
conciencia.
Estos niños llegan al planeta con la misión de aumentar la vibración, con
muchos humanos vibrando de un modo más alto que el actual, el planeta
podrá evolucionar hacia una nueva dimensión y en una vibración propia. La
decisión de ampliación de conciencia es una opción individual y como
resultado se logra obtener una ampliación de conciencia colectiva. Existe la
teoría que en la Pirámide del rey Netcherjet-Dyoser, la pirámide más antigua
del mundo, ubicada en Saqqara, la antigua necrópolis de la Menfis real,
existían once cámaras y cada una poseía una vibración distinta, la que era
superada por la cámara que la precedía, hasta llegar a la última, la número
11, en que se cumplía el proceso evolutivo y se obtenía la amplitud de
conciencia necesaria para vibrar en sintonía cósmica, pasando a ser parte
de un solo todo, del Universo infinito, logrando comprender el verdadero
significado de Dios y la Creación.

Si esta teoría fuera cierta y se pudiera comprobar, los Niños Índigo nacen
con este proceso evolutivo ya efectuado e impreso en su genética. Vienen
tiempos maravillosos para la Humanidad pero, no sin un costo. El mundo no
está preparado para los cambios, especialmente aquellas familias que,
como núcleo de las sociedades, han forjado su felicidad en lo material
dejando de lado sentimientos de cariños puros sin intereses creados. Esta
situación hará que no todo sea hermoso, lamentablemente serán necesarios
muchos sucesos desde esta fecha hasta el año 2012, que implicarán
desventuras y congoja. El Hombre no quiso entender, hizo oídos sordos a
su conciencia y no permitió que todo fluyera en forma natural. Ahora tendrá
que enfrentar, como un mecanismo de cambio por presión, todo lo que se
avecina. Quienes lo superen… estarán preparados para disfrutar una nueva
era, un nuevo paso evolutivo de la conciencia individual y colectiva hacia
otros estados y otra dimensión.

Hoy en día es muy normal escuchar a padres y a madres hablando sobre el


famoso trastorno por déficit atencional. En las últimas décadas este diagnóstico se
ha incrementado de una manera muy significativa, con el grave riesgo de que
muchas veces se ve el trastorno por todo lado, aún y cuando este no exista.
Es preocupante como en algunos casos se cae en el estereotipo de conductas y
todo se asocia con el síndrome. Todos los niños y las niñas pueden en momentos
salirse de control y corretear alrededor moviéndose constantemente, hacer ruidos,
mostrarse impacientes, botar cosas a su alrededor… en fin, comportarse como lo
que son: niños y niñas.
Se ha comprobado que la hiperactividad infantil es un trastorno de conducta de
origen neurológico. Curiosamente, algunos investigadores apuntan que es más
frecuente en niños que en niñas. Según el Hospital Nacional de Niños en Costa
Rica el TDAH es la alteración psiquiátrica más frecuente en niños, con una
prevalencia de hasta 4-12% de los niños en edad preescolar. Tres veces más
niños que niñas son diagnósticados con TDAH. Dentro de los síntomas más
frecuentes citan:
1. Frecuentemente no le presta suficiente atención a los detalles o comete errores
de descuido en la tarea escolar, el trabajo u otras actividades.
2. Frecuentemente tiene dificultad para mantener la atención en tareas o
actividades de juego.
3. Frecuentemente no parece escuchar cuando se le habla.
4. Frecuentemente no sigue instrucciones y deja tareas sin terminar.
5. Frecuentemente tiene dificultad para organizar tareas y actividades.
6. Frecuentemente evita, le disgusta o se muestra reticente a comprometerse en
tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido.
7. Frecuentemente pierde cosas necesarias para tareas o las actividades.
8. Frecuentemente se distrae con estímulos externos.
9. Frecuentemente se le olvidan las actividades diarias.
Los menores con el trastorno por déficit atencional con hiperactividad pueden
tener más problemas de comportamiento, pues la intensidad y la frecuencia de la
conducta afecta sus desempeños sociales, académicos y demás.
Estos niños tienen una especial dificultad para controlar su conducta en presencia
de otros. Se les dificulta también llevarse con sus hermanos, compañeros, amigos.
Por su fuerza e ímpetu a veces se ven muy frecuentemente en riesgos físicos.
Los rasgos más comunes que presentan los niños con hiperactividad son:
En la atención es común la falta de atención a los detalles cercanos, la distracción
más vulnerable es a los estímulos del contexto ambiental. Hay dificultad para
seguir directrices y para organizarse. En ocasiones parece que no escuchan
cuando se les habla.
Son impulsivos porque con frecuencia actúan en forma inmediata sin pensar en
las consecuencias. Hablan de forma excesiva y tienen dificultad para esperar su
turno. Necesitan estar en movimiento constante (principalmente manos y pies).
En la conducta hay comportamientos imprevisibles, inmaduros e inapropiados
para su edad. Generalmente, podrían ser más “traviesos”, podrían presentar
episodios de agresividad tanto verbal como físico y recurrir más eventualmente a
la necesidad de mentir.
En el aprendizaje pueden haber dificultades perceptivas: no diferencian bien entre
letras y líneas y tienen poca capacidad para estructurar la información. Algunos
tienen dificultad en la adquisición y manejo de la lectura, escritura y cálculo.
Eventualmente tienen dificultades en la motora gruesa: escritura, dibujo y también
cometen grandes errores de ortografía. En matemática olvidan algunos
procedimientos: pedir prestado y llevar. Omiten palabras, sílabas e incluso
renglones y tienen dificultad para memorizar y para generalizar la información
adquirida.
En lo emocional se presentan cambios bruscos de humor. Tienen un pobre
concepto de sí mismo y no aceptan perder, por lo que no asumen sus propios
fracasos. Podrían presentarse síntomas depresivos por su dificultad de adaptarse
a las demandas del entorno. En muchas ocasiones experimentan sensaciones de
inseguridad, fracaso e insatisfacción. A veces es difícil percibir en los niños una
autoestima o autoconcepto bajo debido a que frecuentemente mienten para
ganarse la aprobación de todos los que les rodean
Les estaré contando en la próxima entrega cómo ven la vida estos pequeños y
que pasa con la familia.

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