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Ricardo Babarro
Biólogo
ORIGEN DE LA IDEA
El termino “índigo” fue inventado en 1982 por Nancy Ann Tappe, una
parasicóloga que desarrolló un sistema para clasificar la personalidad de
las personas de acuerdo a al color de su “aura”. Según ella, las auras
han estado saliendo y entrando de la Tierra a través de la historia, pero
las de color índigo comenzaron a aparecer en los años 1980 y su
número aumenta rápidamente.
Pero no fue sino hasta 1999 cuando apareció un libro titulado “Los Niños
Índigo”, cuyos autores, Lee Carroll y Jean Tober, popularizaron la idea
de una nueva generación espiritual de características especiales,
destinada a mejorar el mundo. Este libro se originó sobre la base de
relatos de “extraños” comportamientos por parte de niños, reportados
por maestros y sicólogos que asistieron a sus seminarios. Así,
describieron presuntos atributos sicológicos “poco usuales” y patrones
de comportamiento “no documentados con anterioridad”. El libro no es
más que una colección de ensayos y entrevistas a “expertos” en la
materia, principalmente personas dedicadas la “sanación espiritual”,
“canalizadores” (modernos mediums espiritistas), “terapia de ángeles” y
“terapias alternativas”.
Hay peligros reales al tratar niños que sufren SDAH con ideas
metafísicas y no con medicina moderna. Los infantes con este síndrome,
si no son atendidos adecuadamente, con frecuencia experimentan
disminuciones en su coeficiente intelectual y rendimiento académico,
resultando en una alta probabilidad del uso de drogas cuando llegan a
adolescentes y adultos.
Enseñarle a los niños que son capaces y especiales puede ser positivo
para su autoestima, siempre y cuando no se les inculque que son
superiores a nadie. Sin embargo, muchos niños desarrollan problemas
por causa de las expectativas irreales de sus padres, que los presionan y
los frustran. El caso de los “niños índigo” sería lapidario.
Tampoco hay que olvidar todas las implicaciones económicas de esta y
otras creencias de la Nueva Era, que incluye seminarios, talleres de
autoayuda, libros, revistas y páginas web que promocionan la idea para
captar padres y educadores. Incluso existen “escuelas” con programas
de educación “especial” para niños índigo (bastante costosas por cierto),
basadas en esta creencia. Para colmo, en Venezuela, en mayo de 2003,
la Universidad de Los Andes –a través de su Facultad de Humanidades y
Educación– avaló un taller al respecto dictado por gurús de la Nueva
Era, dándole “respetabilidad” al tema pero restándosela a la universidad.
Si esta es la tendencia de los educadores modernos, estamos en graves
problemas.
REFERENCIAS
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EL PADECIMIENTO
LOS SÍNTOMAS
LA ATENCIÓN ADECUADA
Por su parte el Dr. Juan Carlos Pérez Castro, Vicepresidente del Proyecto TDAH
comenta: “Para la Fundación Federico Hoth, la labor de sensibilización sobre el
TDAH es primordial, por eso presentamos hoy nuestra campaña Todos los
niños, un buen diagnóstico, el mejor tratamiento, dirigido a padres de familia,
maestros y doctores, con el fin crear conciencia sobre el derecho que tienen
todos los niños con TDAH a ser diagnosticados oportunamente y a recibir el
mejor tratamiento. Para esto las instituciones públicas de salud juegan un
papel clave para brindar la atención adecuada, con el conocimiento adecuado
del tema, así como del suministro y la inclusión en el cuadro básico de todos
los medicamentos para tratar el TDAH”.
DATOS SOBRESALIENTES
EL DIAGNÓSTICO
EL ESPECIALISTA
EL CHAT
Mi hija presenta síntomas del TDAH, ansiedad, frustración, tristeza y
aislamiento. Por la poca ética de la maestra que abusó
psicológicamente de ella, la tuve que sacar de la escuela. Ahora la
tengo en casa buscando una nueva opción y me es difícil.
Qué lamentable que haya sido sacada de la escuela y llegado a ese grado. Se
agrega otro elemento que empeora los síntomas de tristeza y frustración al
perder un entorno escolar donde ella se veía identificada, además de perder
algunos amiguitos con quienes estaba vinculada. Requiere de una intervención
inmediata enfocada a resolver este problema de inadaptación al perder la
escuela y presentar este cuadro, además de la continuidad que debe dar al
tratamiento del TDAH.
Soy una mamá que trabaja todo el día, dejo a mis tres hijos en
guardería y por la tarde los cuidan sus abuelos, para posteriormente
llevarlos a casa, donde juegan, cenan y platicamos, y se van a dormir.
¿Qué pasa si mi hijo no pone atención cuando le hablo?
En ese contexto, con sus tres hijos que pasan la mayor parte del tiempo, por
su condición especial de estar trabajando durante el día y ser cuidados por sus
abuelos, seguramente están en la etapa preescolar o de menor edad y tienen
la necesidad de desarrollar el vínculo que les transmite confianza y respaldo de
una figura significativa como lo es la mamá. Lo que entiendo es que la poca
atención de sus hijos cuando les habla es una reacción de protesta por una
dificultad para desarrollar ese vínculo y no tanto la posibilidad de desarrollar el
TDAH.
La primera paciente que me remitió fue una adolescente de 14 años, quien había tomado el
carro de sus padres sin su permiso y sin tener licencia se dirigió a un centro comercial de
aquellos que abren las 24 horas. La chica había repetido un año escolar debido a su bajo
desempeño académico. Además, sus profesores y compañeros de clase la habían apartado
debido a su acelerado desarrollo físico y a su peculiar estilo de hacer chanzas
permanentemente. La chica no dejaba a sus padres ganar en una discusión y ellos estaban a
punto de volverse locos.
En las pruebas de C.l. (Cociente Intelectual), la niña sacó 129 puntos de habilidades
verbales y 112 en habilidades visuales - espaciales (69 y por debajo es deficiente y 70-79 es
el límite de deficiente, 80-89 es promedio bajo y 90-109 es el promedio normal; 110-119 es
promedio alto y 120-129 es superior y 130 en adelante es muy superior).
La niña sacó un puntaje superior en habilidades verbales para un rango de conocimiento
basado en el aprendizaje escolar y los resultados promedio que obtuvo estuvieron basados
en su edad y su grado escolar.
En otras palabras, la niña no mostraba áreas de deficiencia, por el contrario, su promedio
era superior a otros niños de su misma edad, en habilidades cognoscitivas basadas en el
conocimiento escolar. Sin embargo, ella había perdido un año escolar. ¿Qué había pasado
aquí? Esta jovencita estaba siendo tratado con Retalina y Cylert, sin ningún éxito (estas
drogas son las más recetadas en casos de desórdenes de la atención). Sus padres decían que
ella siempre había “sido así” y que todo lo que se le había recetado no “funcionaba”. Sin
embargo, cuando hablé con ella, era evidente que estaba actuando como un adulto
inteligente, su cara y sus ojos así lo revelaban. Ella parecía, para expresarlo en forma más
familiar, UN ALMA VIEJA Y SABIA. El problema era que nadie más que ella podía
reconocerlo.
Amanda, su nueva sicóloga consejera y yo, a través de muchas pruebas y entrevistas
clínicas, pudimos verlo claramente. Así, la joven, gracias a una adecuada intervención de
sus padres, se encuentra ahora en un colegio especia! de aprendizaje individual, lo que no
fue fácil. Sus padres tuvieron que solicitar una beca para esta costosa pero muy efectiva
institución. La niña logró entrar y le está yendo excepcionalmente bien. Sus padres,
comprendieron cuán especial era ella. Lo tomaron en serio y ahora tratan a su hija como
alguien muy especial, como la niña índigo que es.
El segundo niño que me remitieron era un chico afro-americano de 9 años quien había sido
adoptado tres años antes por una pareja afro-americana. Ambos padres informaron que su
hijo era “hiperactivo” porque nunca se quedaba sentado, se movía continuamente y
recientemente sus profesores les habían reportado un comportamiento indisciplinado en la
escuela, como contestar a la loca, molestar a sus compañeros, pararse en el asiento sin
permiso, etc., etc.
Sus padres estaban preocupados de que ese comportamiento pudiera ser el comienzo de un
desequilibrio físico debido a la drogadicción de su padre biológico.
También se preguntaban si el comportamiento del niño pudiera ser el resultado de la
inestabilidad hogareña que había tenido que enfrentar el niño en sus primeros años, cuando
había entrado y salido de orfelinatos y escuelas durante casi toda su vida. Los profesores les
recomendaron tratarlo con las medicinas para la hiperactividad, pero los padres quisieron
primero saber a ciencia cierta qué era lo que estaba sucediendo, antes de someter al niño a
tan drástico tratamiento.
No obstante, los resultados de la prueba de C.l. (cociente intelectual) de este pequeño joven,
mostraron niveles altos (116 y 110) en sus habilidades verbales y de desarrollo, estos
resultados no llegaban a los rangos de clasificación de los dotados, sin embargo, en dos
sub-pruebas sobre conocimiento de las normas sociales y habilidades cognoscitivas
abstractas, el niño sacó un puntaje considerado de niveles superiores.
La evaluación de su desempeño escolar básico mostraba un rango bastante alto en todas las
materias, lo que sugería que realmente era un chico exitoso. Supuse entonces que los
resultados de su desempeño escolar eran una medida más acertada de sus habilidades
presentes, mucho más que los resultados de su CI. Esto sucede a veces con niños
verdaderamente dotados que han vivido en ambientes caóticos y llenos de carencias como
era el caso de este jovencito. Es muy probable que las dos sub-pruebas del C.I. fueran más
representativas de sus habilidades y potencial actuales.
Nuevamente se marcaba a un niño con el sello de “desórdenes de la atención” (ADHD)
cuando en realidad y en este preciso caso, el puntaje, de desempeño estaba por encima del
promedio. Y de nuevo el problema real era que nadie en la escuela lo había notado. Era
obvio que el niño interactuaba a un nivel de adulto muy inteligente, y su cara y sus ojos así
lo proyectaban. Él parecía “un alma vieja y sabia”.
Sin embargo, ¿Qué se podría hacer con el exceso de energía que el niño poseía?. Sus padres
le estaban proveyendo de una estructura familiar, con normas y expectativas (que el mismo
niño estaba contribuyendo a crear). Le permitían al niño eliminar esa energía física
(expresándose físicamente, repitiendo cosas en voz alta, dando volteretas y saltando sobre
un sólo pie mientras memorizaba, contando historias, etc). Los padres acordaron transmitir
estos consejos a los profesores y pasamos algún tiempo tratando de pensar la forma de
decírselo, para que no fueran a pensar que se les estaba diciendo cómo tenían que enseñar.
El tercer y último caso que me remitieron fue un chico afro-americano de 8 años que lucía
mucho más niño para su edad. El niño vivía con su madre biológica, su padrastro y un
hermanito de 18 meses. El niño fue llevado a consulta por su madre, después de que había
sido llevado a casa dos veces por la policía, después de escapar del colegio y queriendo
llegar por su cuenta donde su madre. También le había dicho a la mamá que quería morir y
que pronto se suicidaría, y cuando se le preguntaba qué planeaba hacer, él solo atinaba a
mover su cabeza mirando al suelo fijamente.
Este pequeño hombre, junto con su hermanito, realmente me conmovieron. De alguna
manera sentía que mis dos experiencias anteriores, con Niños Índigo dotados, me habían
preparado para atender a estos dos niños ahora sentados en mi consultorio.
El niño de 8 años calmadamente me miró a los ojos diciéndome que la vida no valía la pena
vivirla si su madre no podía demostrarle cuánto lo amaba. El chico me dijo que era una
lástima que él tuviera que estar aquí. Su pequeño hermano tenía la misma expresión de
adulto en su rostro y en sus ojos y aunque era relativamente precoz en su lenguaje, el sólo
ladeó su cabeza mirándome fijamente, podría jurar sobre una estantería llena de Biblias,
que este niño me estaba diciendo a través de su actitud que no fuera a revelar sus secretos.
¡Vaya!
De acuerdo con su madre, el niño mayor con frecuencia cuidaba de su hermanito sin que
nadie se lo pidiera y parecía saber qué hacer sin que nadie antes le hubiera enseñado. Sin
embargo, aparte de esta amable actitud, el niño era “el terror”. Decía su madre que desde el
preescolar el niño era físicamente “hiperactivo” siempre respondiendo de mala manera y
siempre queriendo hacer las cosas a su manera. También era manipulador, como si supiera
cómo las personas querían que las percibieran y entonces, él seguía su juego. Dos años
antes, la madre lo había llevado a un terapeuta pero no continuó cuando vio algo de mejoría
en el niño. Ahora, nada parecía hacer que el niño se comportara y ella definitivamente
quería iniciar el tratamiento con Retalina.
La madre informó que el niño mayor creía que nadie lo amaba, aunque ella lo amaba
profundamente. Ella confesó que cuidar a su hijo pequeño le tomaba todo su tiempo y que
su esposo no colaboraba mucho con el cuidado del niño. Además de esto, se habían mudado
de casa y escuela por lo menos una vez al año en los últimos 4 años, por razones del trabajo
de su esposo. La madre no permanecía en casa ya que por necesidades económicas ella
tenía que trabajar. Ella quería que su esposo tomara parte activa en la crianza de los dos
niños, sobre todo porque el niño mayor echaba de menos a su verdadero padre, quien
durante los últimos años había estado entrando y saliendo de la cárcel sin tener ningún
contacto con el niño.
Este pequeño de 8 años obtuvo un resultado de niño dotado de 130 en la evaluación de su
C.I. en todas las pruebas de habilidad, y sólo sacó un puntaje promedio en las pruebas de
escolaridad en el área de escritura (las otras pruebas estuvieron por encima de los resultados
superiores). Su aprendizaje escolar había sido muy problemático en los últimos años, sus
profesores y su madre notaban que el niño no prestaba ninguna atención ni en la escuela ni
en la casa y por supuesto él no era ciertamente el estudiante/hijo ideal. No obstante, los
resultados de las pruebas de C.l. mostraban resultados que sólo aparecían una vez entre
10,000 niños de su misma edad.
La primera vez que entrevisté al niño, pude sentir lo que tanto sus profesores como sus
padres sentían cuando tenían que relacionarse con él. El niño entró al consultorio y
comenzó a abrir todos los cajones, cogiendo y examinando todo lo que veía a pesar de mis
repetidas solicitudes de que se sentara. Conteniéndome, me dirigí a él calmadamente y
tratándolo como un adulto le dije que me sentía muy herida de tener a alguien en mi
consultorio tomando mis cosas sin mi permiso. Le dije que me sentía como si yo no Ie
gustara y como si él no me respetara. Le pregunté si a él le había ocurrido que alguien
tomara sus cosas sin su permiso y me relató dos situaciones, una vez en la escuela y otra
vez en su casa. Entonces el niño se disculpó, yo acepté su disculpa y nos estrechamos la
mano como buenos amigos.
A partir de ese momento y durante mi interacción con él, nunca más volvió a comportarse
en forma inapropiada. Siempre estuvo atento, amable, y trabajó duro durante las pruebas.
La palabra clave con este joven caballero fue respeto. No obstante, nadie parecía reconocer
quien era él realmente.
Al momento de escribir estas líneas, (la terapeuta y yo), estamos tratando de encontrar la
manera más adecuada de presentar los resultados de las pruebas a sus padres, pues no
queremos que ellos se sientan culpables por los problemas del niño y sabemos la gran
presión por la que está pasando su madre. Pero son sus padres quienes deben cambiar su
medio ambiente para poder ayudarlo a sobrellevar las limitaciones diarias y sus
expectativas.
Los Niños índigo siempre son considerados como hiperactivos, problemáticos, que no les
gusta escuchar, porque los sistemas tradicionales, como las órdenes directas, no funcionan
con ellos.
Trabajar con Niños Índigo es como trabajar con nosotros mismos. Las lecciones que ellos
enseñan son obvias; yo he sido una sicóloga “oficial” interactuando con estos niños y me he
complacido en poder usar la fuerza de mi “experiencia” para propender por los cambios
adecuados. Sin embargo, necesitamos más gente como Amanda, quien reconoce que las
cosas no son como parecen con estos niños. Me siento privilegiada de haber ayudado a
Amanda con estos tres niños y siento gran respeto por estos niños poderosos.
Cuando se habla de un Niño índigo, con frecuencia se pregunta ¿qué es? Como si de un
objeto se tratara. Los objetos se clasifican, las personas, no. Siendo contrario a las
clasificaciones, mejor es poder reconocerlos, pues no hay un niño que podamos tomar
como modelo. Ser indigo se define mas por una cuestión de actitudes que por una
cuestión de características (físicas). Cuando se me pregunta que es un Niño Indigo
respondo.... Para que tengáis una imagen de un niño Índigo (este tipo podría es el mas
característico): un ser independiente, con una forma de pensar autónoma, tanto como
lo es él. No se deja influenciar fácilmente, cuestionando todo lo que pasa a su
alrededor, no se adapta a los ritmos establecidos sobre todo cuando se rompen sus
ritmos biológicos naturales. Es muy sensible y se identifica fácilmente con los
sentimientos de los demás (empatia). Puede ser muy extrovertido, aunque si no
encuentra comprensión a su alrededor será muy introvertido y solo se relacionará bien
con personas de su mismas características.
Es un niño que...
Ø .... es un adulto en un cuerpo chiquito.
Ø .... no tiene unos rasgos físicos diferentes, puede ser rubio, moreno, alto, bajo, gordo,
delgado..... aunque sus ojos suelen tener una viveza especial.
Ø .... es el destructor o respondón de la clase
Ø .... es un espejo perfecto para los defectos de los adultos. Si tienes un Índigo en casa
o en el colegio, éste reflejará todas las cosas que tienes que trabajar
Ø .... es el hijo o alumno que cuestiona todo lo que haces si ve que no es justo
Ø .... es el que lucha por una injusticia
Ø .... aprende solo lo básico de lo que no es primordial para él y lo aprende todo, sin
esfuerzo alguno, si le interesa.
Ø .... puede ser superdotado o puede no serlo
Ø .... puede tener Trastorno de Deficiencia de Atención con Hiperactividad o puede no
tenerlo
Ø .... puede tener habilidades paranormales o puede no tenerlas
Ø ..... se relaciona con muchos tipos diferentes de personas para aprender de ellos.
Ø .... su energía hace que los cambios sean mas rápidos, provocando rupturas de
patrones antiguos o no validos por donde quiera que vaya. Ø .... es un rompedor de
sistemas, tanto educativos como sociales y culturales que están obsoletos
Ø .... es el detonante del cambio, hace todo lo necesario para que esta sociedad
cambie radicalmente
indigo
El término Niño Índigo, es un nombre creado para calificar a los niños que
están naciendo en todo el planeta, en los últimos años y que muestran una
serie de cualidades psicológicas, emocionales e intelectuales, no conocidas
antes.
Estos niños fueron bautizados con el nombre índigo, debido al supuesto
color índigo que presenta su aura o campo electromagnético, por una
espiritualista y consejera norteamericana llamada Nancy Ann Tappe.
Se viene observando que las mayoría de los chicos de hoy en día son
extremadamente inteligentes y además utilizan el hemisferio derecho en
forma más amplia que el hombre común por lo que muestran habilidades
artísticas, muchos de ellos tienen grandes habilidades musicales. Vienen
dotados de un profundo e incondicional Amor, cualidad rara en este universo
y responden eficazmente, si son honrados, respetados y tratados con Amor.
El mejor amigo de un Niño Índigo es otro Niño Índigo y ellos se reconocen
entre sí, de inmediato. A la mayoría les encanta manejar las computadoras y
sorprende la rapidez con que aprenden a utilizarlas por si solos y hasta
resuelven, si se les permite, los pequeños inconvenientes con que
tropezamos los adultos en manejar estos artefactos. Los conocimientos de
estos pequeñuelos son sorprendentes y muchos podrán parecernos
descabellados, porque no encajan en nuestro sistema de creencias.
Ellos tienen una gran energía de vida por lo que son incansables, algunos
rechazan comer carne y duermen muy pocas horas , así que comparando
su ritmo vital con el del promedio de la raza humana, ellos resultan
hiperactivos y la Ciencia médica está diciendo que actualmente hay un
incremento del de DDH o Desorden de Hiperactividad. En opinión de
muchos estamos ante un nuevo paradigma de lo que ha de ser el hombre
del siglo XXI. Desde este punto de vista cabría preguntarse: ¿Cuál ha de
ser su influencia en la Sociedad y porque niños, aparentemente diferentes,
están llegando ahora? La espiritualista Jan Tober, coautora del libro de Lee
Carrol, “ The Indigo Children” afirma que los Niños Índigo que vienen en
este preciso momento de cambios y transformaciones físicas que está
experimentando el Planeta Tierra y la Raza Humana.
Se dan cuenta que la vieja manera, las que ellos aprendieron, las que
usaron sus padres para con ellos, para controlarlos, educarlos o hacerse
obedecer no les funciona. No encuentran como disciplinarlos.
La mayoría de los niños de hoy, en opinión de sus progenitores y maestros,
parecen estar alterados la mayor parte del tiempo. Son impositivos, no
“escuchan”, no acatan órdenes, quieren siempre hacer los que les viene en
gana, encaran a sus padres, los refutan, los desafían, no se dejan amilanar,
se aburren de sus juguetes.
Algunos no tienen interés en ir a la escuela, no soportan estar encerrados ni
los espacios pequeños, son caprichosos, nada parece adecuarles, forman
berrinches a la primera de cambio. Sus llantos son ensordecedores y sin
una causa aparente o justificada para
quienes alternan con ellos, parecen llevar siempre la contraria y cuando se
encuentran
muy cansados o hambrientos llega un momento en que no saben lo que
quieren.
Por otra parte siempre están haciendo cosas, son incansables e incapaces
de mantenerse en una actividad por mucho tiempo, otras veces parecen
absortos en sus pensamientos, como abstraídos del mundo que les rodea,
porque éste les resulta hostil y amenazante. Por ésta razón se les califica de
distraídos, pero poseen tan alta concentración, cuando el asunto es de su
interés, que se tornan "sordos".
Estos chicos no se permiten ser adoctrinados, no aceptan los viejos
esquemas mucho menos si no hay congruencia entre el decir y el hacer y
como son tan observadores no se permiten sutilezas cuando de andar con
la verdad se trata. Y entre tanto los adultos insistimos en imponer nuestros
obsoletos criterios y paradigmas en una sociedad cada vez mas ausente de
valores. ¿ Conoces a un niño con muchas de las características descritas ?
Probablemente se trate de un Niño Índigo.
¿Porque dudarlo?
No necesitas de una bola mágica, lo que necesitas es dejarte guiar por tu
Real Ser. Cualquier apreciación es meramente subjetiva, pero puede ser tan
real como real es la señal que te indique tu corazón. Lo que tu creas, lo que
tu concibas tiene mas validez que lo que otros te digan.
En el reino humano solo caben dos especies bien diferenciadas y
corresponden al sexo femenino y masculino y entre las mismas si se
manifiestan notables diferencias. No existe ninguna otra clasificación como
tal. Por tanto los Niños Índigo no constituyen una especie dentro de la Raza
Humana. En el caso de la mayoría de los niños de hoy, que están marcando
una diferencia en sus aptitudes que supera a niños de generaciones
anteriores y que asumen actitudes también diferentes, de lo que en si
estamos hablando es acerca de la evolución del Ser humano, pero resulta
extremadamente difícil medir la cuantía de dichas diferencias, para marcar
una línea divisoria entre un Niño Indigo y otro que no lo sea.
No es como la dicotomía entre estar o no estar embarazada, que no admite
términos medios y que hoy en día es fácil de comprobar, desde el comienzo
del embarazo, cuando todavía no hay manifestaciones visibles.
Se afirma que la evolución de la raza esta determinada porque la cadena
del ADN va completándose paulatinamente y que los nuevos niños la han
consumado, pero hasta donde yo se, no existe prueba científica alguna al
alcance del publico.
¿Cómo reconocerlos?
Muchas veces cuando conoces a una persona hay un “ no se que” que te
dice: Esa persona es buena o esa persona no te merece confianza. A través
de ese “no se que” obtienes una respuesta acertada y es la única forma que
conozco para determinar si un niño es Índigo.
Desde el corazón, desde tu real sabiduría, intuición, verdad, como quieras
llamarlo. No es desde la razón. Tu lo sientes, tu lo palpas. Total los Niños
Indigo están por todas partes. Míralos a sus ojos, cuanto amor, cuanta
sabiduría. Lo que requieres es sensibilizar tu corazón, pues se trata de un
asunto de percepción, no de lógica. Tu Sabes y simplemente Sabes. Siente
lo que se siente estar en presencia de los niños de ahora que llegan a tu
vida.
“No puedes confundir la cara y los ojos de un Índigo, tienen una mirada muy
profunda, muy sabia y la de un alma antigua. Sus ojos son la ventana de
sus sentimientos y de su alma. Ellos no se pueden esconder como otros.
Cuando los lastimas se sentirán muy en desacuerdo contigo y quizás hasta
cuestionarán el haberte escogido, pero cuando los amas y reconoces
quienes son se abrirán a ti como ningún otro”.
-Doreen Virtue.
Si esta teoría fuera cierta y se pudiera comprobar, los Niños Índigo nacen
con este proceso evolutivo ya efectuado e impreso en su genética. Vienen
tiempos maravillosos para la Humanidad pero, no sin un costo. El mundo no
está preparado para los cambios, especialmente aquellas familias que,
como núcleo de las sociedades, han forjado su felicidad en lo material
dejando de lado sentimientos de cariños puros sin intereses creados. Esta
situación hará que no todo sea hermoso, lamentablemente serán necesarios
muchos sucesos desde esta fecha hasta el año 2012, que implicarán
desventuras y congoja. El Hombre no quiso entender, hizo oídos sordos a
su conciencia y no permitió que todo fluyera en forma natural. Ahora tendrá
que enfrentar, como un mecanismo de cambio por presión, todo lo que se
avecina. Quienes lo superen… estarán preparados para disfrutar una nueva
era, un nuevo paso evolutivo de la conciencia individual y colectiva hacia
otros estados y otra dimensión.