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PRESENTACIÓN
Jesús expone en forma sencilla pero directa, la correlación que existe entre la
misericordia recibida por el perdonado y la misericordia que éste practique con los
que son deudores suyos. De tal manera que la misericordia y el perdón para con
los otros se convierte en requisito permanente para la relación con Dios, tal como
señala el Padrenuestro: “perdona nuestros pecados así como nosotros perdonamos
a los que nos ofenden” (Mt, 6,12-14). De ahí que en la fe cristiana no pueda
separarse amor y perdón, comunidad y misericordia, amistad y reconciliación.
Así pues, las claves del amor cristiano son el perdón y la misericordia. En ellas se
concreta el Plan de Dios, el cual, CONVOCA a los distintos para que formen una
sola familia; REÚNE a los opuestos para que no desperdicien sus fortalezas, sino
que las junten hacia un mismo horizonte; y FRANQUEA las barreras del
resentimiento, o de la intriga, o del odio, para que cada persona se experimente
libre.
MODO DE ORAR
En aquel tiempo, Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: ¿cuántas veces tengo que
perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces? Jesús le contestó:
No sólo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.
Entonces Jesús les dijo: El Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar
cuentas con sus servidores. Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía
10.000 talentos. Como no tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuese vendido él, su
mujer y sus hijos y todas sus posesiones, para que pudiera saldar la deuda. Y el
servidor, arrojándose a sus pies, le suplicaba, diciendo: "Ten paciencia conmigo y te lo
pagaré todo". Entonces, el señor de aquel servidor tuvo compasión de él, lo dejó en
libertad y hasta le perdonó la deuda.
Pero al salir de allí aquel servidor, se encontró con uno de sus compañeros que le debía
cien denarios, le agarró por el cuello y casi lo estrangulaba, mientras le decía: "Págame
lo que me debes". Su compañero se arrodilló y le suplicaba: "Ten paciencia conmigo y
te lo pagaré". Pero él no quiso escucharlo, sino que fue y le metió en la cárcel hasta que
pagase la deuda.
Al ver lo ocurrido, sus compañeros, se entristecieron mucho y fueron a contar a su
señor todo lo sucedido. Entonces, su señor mandó a llamarlo y le dijo: "Siervo malvado,
yo te perdoné a ti toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también
compadecerte de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?" Y
encolerizado su señor, lo entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía.
Esto mismo hará con ustedes mi Padre celestial, si cada uno no perdonan de corazón a
su hermano. Palabra del Señor.
¿A QUÉ VENGO?
VENGO A EXPERIMENTAR LA ALEGRÍA DE PERDONAR SETENTA VECES SIETE
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TEXTO PARA ORAR EN SEMANA 24 TIEMPO
DEL
ORDINARIO
[ NOTA: Este paso es muy especial y merece realizarse con esmero. Le dedico unos 10
minutos]
1°) Centro mi pensamiento en el contenido de la Oración.
2°) Con la imaginación revivo lo que relata el pasaje bíblico, sin perder detalles.
3°) Me ubico en la escena como si presente me hallara.
4°) Dejo que la Palabra irradie su luz sobre mí.
En forma sencilla formulo mi petición. Dejo que mi petición salga de dentro. Que nazca
de lo más hondo de mi vida.
“el señor de aquel servidor tuvo compasión de él, lo dejó en libertad y hasta le perdonó la deuda”.
Si perdono setenta veces siete, contribuyo a que se anticipe la reconciliación final
del Reino inaugurada por Jesús. Por eso no debo truncar la “ruta de
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TEXTO PARA ORAR EN SEMANA 24 TIEMPO
DEL
ORDINARIO
“Esto mismo hará con ustedes mi Padre celestial, si cada uno no perdonan de corazón a su hermano”
Si perdono setenta veces siete, favorezco la nueva creación que en mí se
opera cada día. Porque al hacer espacio a la alegría que transforma el
resentimiento, a la tolerancia que elimina toda intriga, y a la ternura que espanta
el odio, doy lugar a mi libertad.
Así pues, el Perdón y la misericordia son la manifestación más concreta y
eficaz del que responde con fidelidad creativa a la gracia de Dios.
NOTA: El coloquio es un diálogo que se hace hablando como un amigo habla a otro, ya
sea para pedir alguna gracia, ya sea reconociendo la fragilidad o el pecado, o para
comunicar sus cosas, y queriendo consejo en ellas.
(El texto sugerido puede ser útil para el COLOQUIO de esta oración).
Y saber que me entregas ese amor desde dentro, y saber que tu brazo no ha
fallado un momento,
y saber que eres tú quien apura este encuentro. Este es tu amor.
Descubrirme en tinieblas tras una barricada, diciéndome mil veces que para
ti no soy nada.
Y mirar a través del cristal de mi llanto, que esta vez como antes me estás
queriendo tanto.
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TEXTO PARA ORAR EN SEMANA 24 TIEMPO
DEL
ORDINARIO
Y tener que reír de mis tantas promesas, y sentir que me obligas a empinar
la cabeza,
descubrir que no pude comprar tanta belleza. Ese es tu amor.